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Vakrah Jal Portadores Palabra Herejía Horus 40K

Los Vakrah Jal, el Capítulo del Hierro Consagrado de los Portadores de la Palabra.

Los Vakrah Jal, también conocidos como el Capítulo del Hierro Consagrado, fueron un Capítulo de la Legión Traidora de los Portadores de la Palabra cuyos miembros fueron reclutados de los supervivientes de las Compañías de la XVII Legión que habían sido devastadas en la Masacre del Desembarco en Istvaan V. Argel Tal, el Señor Carmesí de los Marines Espaciales del Caos Poseídos llamados Gal Vorbak, reunió a cientos de estos Portadores de la Palabra sin líder y les dio unidad tras la ruina. Abandonando sus juramentos al aniquilado Capítulo del Sol Serrado, Argel Tal obtuvo permiso para formar un nuevo Capítulo para la XVII Legión, los Vakrah Jal, para sustituirlo.

Historia[]

El Emperador de la Humanidad toleró inicialmente la profunda creencia religiosa de su hijo Lorgar de que Él era el único y verdadero Dios de la Humanidad, pero cuando la Gran Cruzada alcanzó su clímax a finales del M30, el Emperador se sintió cada vez más frustrado con el lento paso de las conquistas y sometimientos de Lorgar. Cuando los Portadores de la Palabra fueron reprendidos formalmente por el Emperador en el planeta Khur, su fe se vio sacudida hasta la médula. Khur había sido un mundo muy querido por los Portadores de la Palabra, que consideraban a su capital, Monarchia, la ciudad perfecta por la intensa devoción de sus ciudadanos y la gran cantidad de catedrales y monumentos dedicados a la adoración al "Dios-Emperador". Pero el Emperador había ordenado a Roboute Guilliman y su Legión de los Ultramarines que la arrasaran. Sintiéndose traicionado por su padre, el Primarca Lorgar envió a sus Portadores de la Palabra en busca de los dioses antaño adorados en su mundo natal de Colchis, que no solo aceptaban sino que exigían la devota adoración de la Humanidad. Lorgar ordenó a su Legión que encontrase a esos dioses, y así se embarcó en un viaje sagrado al Ojo del Terror para comulgar con esas entidades en lo que se conoció como la Peregrinación de Lorgar. Así fueron plantadas las primeras semillas de la Herejía de Horus entre los Portadores de la Palabra.

La Peregrinación de Lorgar[]

Artículo principal: La Peregrinación.

Argel Tal, comandante de la 7ª Compañía del Capítulo del Sol Serrado de la Legión de los Portadores de la Palabra, fue enviado por su Primarca al interior del Ojo del Terror para encontrar las pruebas definitivas de la existencia de divinidades en el universo. Mientras estaban en el Ojo, todos los miembros del Capítulo fueron asesinados por un Daemon, solo para despertarse vivos de nuevo algún tiempo más tarde. Todos los siervos humanos de su nave estaban muertos y esta había sufrido daños críticos. Durante los siete meses de viaje para salir del Ojo del Terror, muchos miembros del Capítulo del Sol Aserrado se mataron entre sí y sobrevivieron a la ordalía bebiendo la sangre de sus camaradas caídos. Cuando regresaron al Espacio Real y se reunieron con Lorgar, se les dijo que solo habían estado unos momentos fuera para ellos. A su vuelta, los restos del Capítulo trajeron consigo la Verdad Primordial de la existencia del Caos a su Primarca. Este conocimiento hizo a Lorgar darse cuenta de que la Verdad Imperial del Emperador era la auténtica mentira y llevó a toda la Legión a adorar a los Poderes Ruinosos del Caos. Los supervivientes de ese devastador viaje al Ojo del Terror fueron honrados y el Capítulo del Sol Serrado fue renombrado Gal Vorbak, "Los Hijos Benditos" en el antiguo dialecto de Colchis.

Herejía de Horus[]

Lorgar y los Portadores de la Palabra pasaron los restantes años de la Gran Cruzada intentando iluminar a la Humanidad sobre la verdadera naturaleza espiritual de la Creación, llegando finalmente a recurrir a la manipulación y el engaño para atraer a nueve de los Primarcas a la causa del Caos como exigían sus Dioses Oscuros, siendo el más notable de los Traidores el Señor de la Guerra Horus. Cuando se hizo evidente que la Humanidad no podría ser iluminada por el Caos sin antes ser liberada de la falsa Verdad Imperial del Emperador a un alto coste en sangre, Lorgar ayudó a orquestrar las terribles Batallas de Istvaan III e Istvaan V así como el conjunto de la Herejía de Horus. Cuando Horus proclamó abiertamente su rebelión contra el Emperador en el Sistema Istvaan, los Portadores de la Palabra fueron una de las primeras Legiones en apoyarle a él y a su causa. Los mundos que habían conquistado desde su conversión al Caos también se unieron a los Traidores, habiendo sido corrompidos en secreto en los últimos años de la Gran Cruzada.

Masacre del Desembarco[]

Gal Vorbak

Los Gal Vorbak, el antiguo Capítulo del Sol Aserrado, muestra sus formas daemónicas en Istvaan V.

Artículo principal: Masacre del Desembarco en Istvaan V.

Durante la Masacre del Desembarco en Istvaan V, en la que las Legiones Traidoras traicionaron a sus hermanas Leales, los Gal Vorbak sufrieron su metamorfosis final, una de las muchas que habían sufrido desde La Peregrinación al Ojo del Terror. En el clímax de la batalla, cuando Lorgar atacó a Corax, el Primarca de la Guardia del Cuervo, todos los miembros de los Gal Vorbak se convirtieron en auténticos Daemons del Caos. Su carne y ceramita se fundieron y cambiaron para adoptar nuevas y bestiales formas, señalándoles como los primeros Marines Espaciales del Caos Poseídos. Tras la batalla, los Gal Vorbak retomaron sus formas de Astartes normales, aunque los combates les habían costado caros. Solo cinco de ellos, incluyendo a Argel Tal habían sobrevivido al enfrentamiento con el Primarca para seguir luchando al servicio del Caos durante el resto de la Herejía de Horus. Fueron los últimos de los primeros Gal Vorbak, los auténticos "Hijos Benditos" del Caos: guerreros con Daemons en sus corazones porque habían mutilado voluntariamente sus almas en los primeros pasos en el Infierno, a diferencia de los anfitriones daemónicos de sangre fina que Argel Tal crió para Lorgar en los años que siguieron a Istvaan V. Estas últimas encarnaciones eran Gal Vorbak en nombre y sangre, pero no en espíritu. No habían llevado a cabo La Peregrinación. Obtenían su poder sin comprender lo que le había costado a sus hermanos ganárselo. Los hermanos de sangre de Daemon de Argel Tal eran tan animales como hombres. Pocos de esos "Hijos Benditos" se controlaban tanto como su antiguo comandante, y la mayoría se convirtió en insignificantes caudillos que imponían su poder sobre sus propias Escuadras y Huestes, gobernando en sus formas daemónicas muy a menudo, y dando órdenes que procedían no de la XVII Legión, sino del panteón del Caos Absoluto.

El Sacrificio de los Portadores de la Palabra[]

Cuando se reveló la Herejía de Horus, Lorgar ordenó a sus subordinados Erebus y Kor Phaeron dar un golpe letal contra sus rivales más odiados, la XIII Legión de los Ultramarines. Sin que Erebus y Kor Phaeron lo supieran, su Primarca tenía un objetivo secreto en mente cuando envió a sus dos hijos más fanáticos a lanzar un ataque sorpresa contra el mundo de Calth en Ultramar. Los sirvientes más fiables de Lorgar estaban más que dispuestos a aprovechar la oportunidad de vengarse de los odiados enemigos de la Legión, reteniendo sus fuerzas en Ultramar mientras el grueso de las Legiones Traidoras avanzaba sobre Terra bajo el mando de Horus. Tras su humillación en Khur, miles de Portadores de la Palabra detestaban a los Ultramarines. El Urizen ordenó que se celebrase una gran reunión de su Legión mientras su flota ya avanzaba hacia Calth, y llamó a Argel Tal, líder de los Gal Vorbak, y a otro oficial de la Legión. Estos dos hijos leales se convertirían en los comandantes y apóstoles de la élite de los Vakrah Jal. El Primarca quería su consejo sobre qué hacer con aquellos en su Legión en los que ya no confiaba.

Los Portadores de la Palabra habían purgado sus filas a lo largo de las décadas, eliminando los elementos más irremediablemente Leales como los guerreros terranos, pero no habían realizado ninguna purga como la Batalla de Istvaan III de la que tanto se enorgullecía el Primarca Angron de los Devoradores de Mundos. Lorgar sabía que la lealtad de su propia Legión tanto a él como a su visión de la transformación de la Humanidad mediante la entrega al Caos nunca estaría en duda, pero su competencia era otro asunto totalmente distinto. Lorgar preguntó qué debería hacerse con aquellos guerreros de la XVII Legión a los que ya no consideraba fiables, aquellos cuyo odio brillaba más fuerte que su razón. Decenas de miles de ellos, Compañías y Capítulos enteros, ya no sentían una ira pura. Se decidió que estos elementos sospechosos serían reunidos en una única hueste y enviados a cumplir la "sagrada" misión de asaltar a los Ultramarines en Calth como tanto deseaban. Serían dirigidos por Erebus y Kor Phaeron y se esperaba de ellos que se convirtiesen en gloriosos mártires. Las otras Legiones Traidoras como los Hijos del Emperador, los Hijos de Horus, la Guardia de la Muerte y los Devoradores de Mundos podrían haber purgado sus filas en Istvaan III, pero los Portadores de la Palabra lo harían en la Batalla de Calth.

Aunque la XVII Legión logró aproximadamente una victoria monumental en Calth, todo fue cuestión de perspectiva. Desgarrando el velo de la Disformidad, Lorgar había oído los susurros de los Dioses del Caos y presenciado la verdad por sí mismo. Sí, Erebus había conjurado con éxito la gran Tormenta Disforme conocida como la Tormenta de Ruina en Calth, lo que ayudaría a prevenir que los Ultramarines reforzasen Terra mientras las fuerzas de Horus avanzaban hacia ella. Pero en definitiva, tanto Erebus como Kor Phaeron habían fracasado en lograr sus objetivos principales: Roboute Guilliman seguía vivo, los Portadores de la Palabra habían perdido la mitad de su flota ante un contraataque de los Ultramarines, y decenas de miles de Portadores de la Palabra, incluyendo a los Gal Vorbak y a los sirvientes mortales de sus incontables Cultos del Caos, habían sido abandonados en una inútil guerra subterránea bajo la irradiada superficie de Calth mientras los dos comandantes de los Portadores de la Palabra huían. Aunque Lorgar estaba un tanto disgustado, Erebus había alcanzado el nivel mínimo de éxito que se le exigía, pues la Tormenta de Ruina había sido conjurado y los elementos díscolos de la Legión, sacrificados.

Renaciendo de las cenizas[]

Argel tal

Argel Tal, Señor Carmesí de los Gal Vorbak y luego de los Vakrah Jal.

Miles de los Gal Vorbak fueron abandonados a su muerte, solos y sin apoyo, en la superficie del devastado mundo de Calth cuando el Primer Capellán Erebus huyó del conflicto entre los Portadores de la Palabra y los Ultramarines. Esos Portadores de la Palabra habían sido enviados a morir. Nunca serían reforzados, ni recuperados. Todos esos Gal Vorbak que pasaron meses ayunando, rezando y escarificando su piel en preparación para la oportunidad de probar la Sangre Divina, se perdieron. Argel Tal fue el único miembro original de los Gal Vorbak que sobrevivió, ya que había sido enviado temporalmente a servir junto a la Legión de los Devoradores de Mundos antes del ataque de los Portadores de la Palabra a Calth. Argel Tal renunció a sus juramentos al aniquilado Capítulo del Sol Serrado y obtuvo permiso de su Primarca Lorgar para crear una formación de nueva cuña. Esta se conoció como los Vakrah Jal, el Capítulo del Hierro Consagrado, y surgió de las cenizas de las Compañías de la Legión más devastadas en la Masacre del Desembarco en Istvaan V. Argel Tal reunió a cientos de Astartes sin líder y les dio unidad y un nuevo propósito.

Varios cientos de Vakrah Jal fueron creados a bordo de la nave insignia de los Devoradores de Mundos, la Conquistador, donde se entrenaron durante meses en las fosas gladiatoriales para afilar sus habilidades hasta una absoluta letalidad. Cada miembro de los Vakrah Jal recibió una espada recién forjada en honor de su nuevo estatus. Fueron a la guerra con los rostros cubiertos por placas de plata bruñida, señalándose como la élite entre los guerreros de la XVII Legión. Los Vakrah Jal también estaban bendecidos por las mejores armas del Mechanicum Oscuro: Lanzallamas integrados sobre sus muñecas que escupían fuego alquímico verde. Esto hizo que los Vakrah Jal fuesen conocidos como los Portadores del Fuego de Jade. Esta formación de élite sirvió a Argel Tal con una devoción inamovible y además actuó como Guardia de Honor de su Primarca cuando lo exigía la situación. No se sabe si esta formación de élite siguió existiendo tras el final de la Herejía de Horus.

Fuentes[]

Extraído y traducido de Wikihammer 40K UK.

  • Betrayer, por Aaron Dembski-Bowden.
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