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Veredicto del Certamen de Relatos Wikihammer + Voz de Horus ¡Léelos aquí!

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Emperador en trono dorado Wikihammer 40k

El Emperador en el Trono Dorado

El Trono Dorado es el artefacto ancestral que contiene y preserva lo que queda del cuerpo del Emperador. Esta máquina forma, en realidad, parte de un complejo mucho mayor, cuyo propósito original fue alterado cuando el Emperador fue herido de muerte por el traidor Horus, convirtiéndose en un sistema de soporte vital increíblemente avanzado.

La Tecnología del Trono Dorado[]

Esta máquina es un enorme trabajo de maquinaria barroca y semiorgánica, una obra maestra de la tecnología, que combina la ciencia humana con los conocimientos secretos de los Ancestrales. Fue diseñada por el Emperador, y nunca llegó a realizar su propósito original, pues tras resultar mortalmente herido, se modificó su diseño, transformándola en una compleja máquina de soporte vital, que mantiene su desecado cadáver, preservando su carcasa.

El Trono Dorado requiere el sacrificio diario de grandes cantidades de psíquicos para su funcionamiento, manteniendo vivo al Emperador con sus energías, quien a la vez, alimenta el faro del Astronomicón.

Guardianes del Trono Dorado[]

El acceso al Trono Dorado está al alcance de muy pocos de los sirvientes del Emperador. Solo sus asistentes y sus guardianes suelen contemplarlo, aparte de los propios psíquicos que son sacrificados cada día para que su energía sea absorbida por la máquina.

Los guardianes del Trono Dorado son el cuerpo de élite llamado Adeptus Custodes. Estos guardianes son fruto de la bioingeniería, al igual que los marines espaciales, pero sus características son muy superiores a las de sus hermanos astartes. Como guardianes personales del Emperador, los Custodes protegen su reverenciado cadáver, y solo ellos deciden quién puede acceder a su presencia.

El mantenimiento técnico del Trono Dorado es llevado a cabo por sus asistentes, miembros del Adeptus Mechanicus que se dedican incansablemente a mantener en funcionamiento la ancestral máquina. Sin embargo, su tarea cada día se vuelve más difícil. Actualmente, el Adeptus Mechanicus ha descubierto un fallo en la maquinaria del Trono Dorado que pone en peligro directo el estado de preservación del Emperador. A pesar de sus esfuerzos, este fallo parece no tener solución, y sus efectos podrían tener consecuencias catastróficas.

Sala trono dorado

La sala del trono dorado

El propósito original[]

Imperio el trono dorado

Escalinata de acceso al Trono Dorado

Se dice muy poco acerca de la verdadera función de esta máquina, y normalmente, a los altos cargos del Imperio de la Humanidad solo se les permite saber que el Trono Dorado es una avanzada máquina de soporte vital, diseñada para mantener lo que queda del cadáver del Emperador.

Sin embargo, originalmente el Trono Dorado era parte fundamental del plan secreto del Emperador, un plan de tanta importancia como para abandonar su Gran Cruzada en manos de Horus Lupercal y volver a Terra, justo cuando parecía que iba a llegar a su gloriosa conclusión. Su plan secreto era abrir un portal imperial a la Telaraña eldar.

En principio, dicho proyecto no parece ser tan importante como para abandonar la Gran Cruzada en un momento tan crítico. Si bien ganar acceso a la Telaraña habría supuesto una ventaja táctica nada desdeñable, en cuanto a velocidad y seguridad de viaje y expansión a través de la galaxia, no debe olvidarse que los Eldar ya utilizaban esta red, sin por ello suponer una fuerza imbatible. La verdadera importancia del proyecto radicaba en que el Emperador no se limitó en sus propósitos a, simplemente, acceder a la Telaraña. Diseñó una máquina cuyo verdadero objetivo era abrir un portal totalmente nuevo, expandiendo y alterando de esta forma la red secreta de los Eldar, en vez de simplemente penetrar en una red preexistente. Este poder, el de expandir y abrir nuevas vías en la Telaraña, solo lo habían poseído, que se sepa, los Ancestrales.

Si el emperador lograba su propósito, aunque fuese un pequeño éxito, en el futuro podría llevarlo a cabo a mucha mayor escala, expandiendo la telaraña según sus deseos, abriendo pasos de cualquier tamaño, y entre los destinos que fuese necesario, dando a la humanidad la capacidad de desplazarse a cualquier punto de la galaxia, o incluso del Universo.

Historia del Trono Dorado[]

La sed del emperador

Reemplazos de psíquicos para el Trono Dorado

Durante la Gran Cruzada, Magnus descubrió en un planeta llamado Aghoru un acceso a una vasta y compleja red en la disformidad, un entramado invisible de venas que recorría todo el universo, llena de puertas y accesos a casi todos los puntos de la galaxia, pudiendo un psíquico suficientemente cualificado utilizar estos "caminos" para ser prácticamente omnipresente, pues los viajes se realizarían en apenas un parpadeo. Pero si se abría imprudentemente, la disformidad irrumpiría en tromba en el espacio real y las criaturas de la disformidad lo utilizarían para corromperlo todo.

Cuando se lo contó al Emperador, su respuesta fue sencilla: ya lo sabia. Lo había descubierto decenios atrás, y ahora se disponía a dominarlo. Por esta razón, casi al final de la Gran Cruzada, el Emperador se retiró a Terra. Horus, desconociendo todo esto, preguntó a su señor por qué se marchaba en ese momento, pero el Emperador no se lo reveló. A Horus, que su padre le ocultase sus propósitos le produjo un profundo rencor.

Durante el Concilio de Nikaea, a Magnus le llegó la visión de lo que en futuro sería la Herejía de Horus. Se retiró a Prospero, el planeta natal de los Mil Hijos, y recurriendo a poderes y evocaciones desconocidas muy peligrosas, trató de salvar a Horus del camino de la traición, fracasando en su propósito. Desesperado, recurrió a una medida mucho más drástica. Al igual que en Aghoru, Magnus dedujo que en Terra existía otro portal a esta red y que por ello el Emperador se retiraba para poder comprenderlo, estudiarlo y utilizarlo en beneficio de la humanidad. Por ello, Magnus trató de contactar psíquicamente con el Emperador para advertirle de la traición de Horus, con desastrosas consecuencias.

En el momento en que trató de entablar contacto psíquico con el Emperador, Magnus comprendió que su intrusión había provocado daños irreparables en componentes ancestrales, piezas extraídas de excavaciones arqueológicas, totalmente insustituibles. Estas piezas, que habían sido integradas en el Trono Dorado, poseían resonancia psíquica, y estaban diseñadas para ser alimentadas precisamente por la mente de un poderoso psíquico, como el Emperador. La intrusión de Magnus abrió un agujero desde la disformidad en la Telaraña, y por tanto en el cuidadosamente establecido ambiente aislado en el que el Emperador estaba trabajando, quemando en el proceso muchos de los delicados componentes del Trono Dorado, y dejando un portal abierto hacia la Telaraña y la disformidad.

Durante el combate final entre Horus y el Emperador se desataron energías terribles, pues la batalla entre ambos se libró tanto en el plano material, en combate físico, como en la disformidad, con sus espíritus luchando en el empíreo. Tras la derrota de Horus, el cuerpo del emperador fue preservado en estado de estasis, y devuelto a Terra apresuradamente.

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El Emperador recientemente puesto en el Trono Dorado.

En tales circunstancias, herido de muerte y virtualmente destrozado, el propio Emperador hizo el esfuerzo supremo de dirigir los cambios técnicos para variar el propósito del Trono Dorado: supervisó e indicó los cambios necesarios para que su máquina, su gran proyecto, fuese reconvertido en un enorme sistema de soporte vital, encargado de mantener preservado su cadáver. El hecho de que una máquina que representaba una fusión entre la tecnología humana y los nunca revelados secretos de los Ancestrales quedase finalmente reducida a una mezcla de hierro y órganos, un simple faro y fortaleza, objeto de devoción de innumerables masas ignorantes de humanos, es una tragedia de proporciones épicas. Que un proyecto tan ambicioso, innovador y cargado de esperanza no sea hoy más que un mecanismo para preservar el statu quo, es una muestra en miniatura de lo que supone el Imperio en su totalidad.

El Emperador en el Trono Dorado[]

Emperorimperialpalacero

Trono dorado temprano.

Cuando el Emperador fue depositado en el Trono Dorado su cuerpo estaba destrozado por las heridas causadas durante su combate contra Horus. Tanto, que virtualmente ya estaba muerto, y solo su enorme poder lo mantenía con vida. Mientras supervisaba la transformación del Trono Dorado podía hablar y comunicarse. Incluso, en los períodos tempranos tras la Herejía, su cuerpo aun permanecía fresco, y podía ser reanimado temporalmente, comunicándose coherentemente durante un tiempo breve. Sin embargo, poco a poco se sumió en un completo silencio. Este silencio se ha prolongado durante diez mil años.

TRONO DORADO

Otra ilustración del Trono Dorado

La realidad es que lo que queda del Emperador no es más que un cadáver reseco. Su cuerpo está totalmente muerto. Sin embargo, el propósito del Trono Dorado es preservar la más mínima célula de su cuerpo, de tal forma que toda la maquinaria ancestral del Trono puede formar un puente, un lazo, que la une al Alma del Emperador, preservando de esta forma su control sobre sus poderes psíquicos, y sobre el faro del Astronomicón.

Respecto al estado del alma del Emperador, solo caben especulaciones, entre las que destacan dos vertientes.

Por un lado están quienes piensan que el alma del Emperador, liberada de su cuerpo físico, está abandonada a la deriva en las corrientes de disformidad, llevada por sus vientos hacia el Mar de las Almas, hasta que llegue el momento de renacer. Los poderes del Caos buscan incansablemente su espíritu, sin éxito, pues la disformidad es gigantesca, sus energías se dispersan y fluyen, y al ser el Emperador uno con la disformidad, su alma se funde con la vorágine de energía, permaneciendo oculta.

Sin embargo, existen otros cuyas teorías son mucho más aciagas. Dado que el Trono Dorado mantiene un vínculo irrompible con el alma del emperador, atando su poder psíquico a la máquina para controlar sus funciones, su espíritu, piensan, está en realidad encarcelado. Si esto es así, la realidad es que el Emperador jamás podrá renacer, mientras el Trono siga preservando su desecado cadáver. Por tanto, el Trono Dorado no hace sino retrasar el momento en que el Emperador retornará en otro cuerpo, para salvar a la humanidad de los peligros que la amenazan.

Tecnología similar al Trono Dorado[]

Una tecnología similar a la utilizada en el Trono Dorado era la utilizada en el interfaz de Lector Akásico que estaba siendo desarrollado por la Adepta Koriel Zeth en Marte justo antes de la Herejía de Horus. Alimentada y controlada por la mente de un psíquico, esta máquina poseía similitudes superficiales y funcionales a las del Trono dorado de Terra: ambas máquinas tomaban la forma de un "trono" o "silla", psíquicamente protegidas, y asistían físicamente el cuerpo del psíquico que las operaba, permitiendo un punto estable y seguro a partir del cual otros psíquicos podían crear una matriz con la que potenciar, incrementar, y canalizar sus capacidades.

Fuentes[]

  • Warhammer 40,000: Rogue Trader (1ª Edición).
  • Reglamento Warhammer 40,000 (Ediciones 5ª y 6ª).
  • Codex: Cult Mechanicus (7ª Edición).
  • The Horus Heresy: Collected Visions (Libro de ilustraciones).
  • White Dwarf nº 342 (Edición inglesa).
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