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Trazyn el Infinito, Arqueovista de las Galerías Solemnáceas.
Trazyn el Infinito, conocido como el Arqueovista de las Galerías Solemnáceas, es el peculiar Líder Supremo Necrón de la Dinastía Nihilakh del mundo necrópolis de Solemnace.
Historia[]
Trazyn el Infinito despertó muy pronto de su sueño, más que la mayoría de su raza, y dedicó los siglos que pasaron entre su despertar y el de sus congéneres en recorrer la Galaxia, adquiriendo objetos y especímenes. Es un preservador de historias, artefactos y eventos. En las enormes e incontables cámaras que surcan el subsuelo del mundo necrópolis de Solemnace guarda tecnologías tan extrañas y sublimes, que cualquier Tecnosacerdote del Adeptus Mechanicus estaría dispuesto a dar la vida solo por tener la certeza de que existen. Es una colección en constante crecimiento, pues la historia siempre está avanzando y Trazyn se esfuerza por no perder el paso. No obstante, pocos planetas están dispuestos a entregar de manera voluntaria los artefactos que anda buscando Trazyn, prefiriendo conservar egoístamente cualquier muestra realmente representativa de su civilización, en lugar de ofrecerla para que sea preservada a lo largo de las eras. En tales casos, Trazyn tiene poca elección salvo mandar a sus ejércitos y tomar por la fuerza lo que quiere, y si eso significa tener que destruir una ciudad, un planeta o un sector entero, pues que así sea.
Los demás mundos necrópolis no son ni mucho menos inmunes a las "atenciones" de Trazyn. Según él, cuando se trata de salvaguardar algún artefacto históricamente relevante, los Necrones de otras Dinastías no son más de fiar que cualquier otra raza alienígena. Por tanto, Trazyn no hace distinciones entre los artefactos que se encuentran en mundos alienígenas o aquellos que obran en poder de su propia estirpe, e intentará igualmente "liberarlos" y añadirlos a su colección. Esto le ha convertido en persona non grata en muchos mundos necrópolis. Por ejemplo, tiene completamente prohibida la entrada en las catacumbas de Mandrágora bajo pena de muerte (tras intentar llevarse de allí el Báculo del Destructor). En cambio, es bienvenido en Moebius, pues sus habitantes creen que su presencia aumenta el prestigio de la Dinastía Nekthyst.
Aunque mantiene una relación tensa con la mayoría de los nobles necrones, posiblemente con quien mayor rivalidad mantiene es con Orikan, el Divinador. Tiene sentido que ambos individuos estén enfrentados, pues son las dos caras de una misma moneda: mientras Trazyn está anclado al pasado, reuniendo, archivando y exponiendo reliquias de tiempos pretéritos, Orikan observa el futuro e intenta desenredar sus madejas. Esto supone que se hayan enfrentado en más de una ocasión.

Trazyn y un miembro del Adeptus Custode en Solemnace
Estos sucesos ayudan a explicar en parte por qué Trazyn rara vez usa su verdadero nombre cuando viaja, prefiriendo ocultar su identidad tras un seudónimo. Él cree que estos nombres falsos demuestran su maestría para el engaño, pero lamentablemente para él son fácilmente reconocibles, pues se limita a sacarlos de antiguos mitos, fábulas y obras literarias Necrontyr como "Némesor Koschai" o "Tantekh el Inmortal". Por tanto, el hecho de que Trazyn rara vez sea descubierto antes de estar listo para su siguiente golpe no se debe tanto a su talento para el subterfugio, como a la naturaleza cerrada de miras y los conocimientos selectivos de los demás nobles Necrones. Incluso en los planetas controlados por Orkos, en los mundos de Sector T'au, o en las colonias humanas, Trazyn se toma todo tipo de molestias para mantener su identidad secreta (por ejemplo, en vez de tratar directamente con los nativos, usa a agentes controlados por él mediante el uso de Escarabajos Cepomentales). La rica y compleja historia del Imperio le resulta una tentación especialmente irresistible, aunque sabe de sobra que sus actividades han llamado la atención de no pocos mercenarios e Inquisidores. Así pues, aunque confía plenamente en su habilidad para sortear las oscuras conspiraciones y torpes trampas de los primitivos humanos, el nivel de paranoia de Trazyn es lo suficientemente elevado como para hacerle adoptar cierto grado de protección.
Normalmente Trazyn lleva a cabo tanto sus misiones de reconocimiento como sus campañas militares mediante "cuerpos sustitutos" que controla a voluntad. En caso de que el sustituto elegido sufra daños catastróficos, la esencia de Trazyn simplemente volverá a su cuerpo original, o se introducirá en otro cuerpo sustituto para seguir adelante con la misión en cuestión. No todos los sustitutos de Trazyn son inmediatamente reconocibles como tales. De hecho, muchos son Líderes Supremos cuyos cuerpos han sido subvertidos por Trazyn sin que ellos lo sepan. Con todo, cuanto más débil sea la voluntad y mente del sujeto a ocupar, más sencillo le será a Trazyn. Cuando Trazyn necesita ocupar uno de dichos cuerpos, lo puede hacer tan fácilmente como con cualquier otro sustituto: mientras dure la ocupación, la voluntad del dueño original queda simplemente suprimida y la necrodermis de su propio cuerpo muta hasta convertirse en una copia exacta del de Trazyn. De ese modo el Arqueovista queda protegido de buena parte de los peligros de la galaxia, pudiendo viajar tranquilamente a donde quiera que su pasión por el coleccionismo y la preservación histórica le lleven.
Aun así, los días de poder ir con pies de plomo y planearlo todo cuidadosamente parecen estar tocando a su fin. El tronar de la guerra crece más y más en todos los rincones de la galaxia consumiendo templos, ciudades, mundos e incluso razas enteras, en muchos casos sin que Trazyn tenga ninguna oportunidad de catalogar y "rescatar" todo lo que según él vale la pena salvar de esas civilizaciones. Por tanto, por primera vez en millones de años, Trazyn está movilizando todo el poder de las legiones de Solemnace, a fin de asegurar planetas para impedir que caigan en manos de bárbaros ignorantes mientras él lleva a cabo un estudio detallado de sus riquezas culturales. Ya existen unos cuantos mundos imperiales ocupados y sojuzgados de este modo por las implacables fuerzas de Trazyn, pero sin duda habrá más, pues de momento las legiones solemnáceas no han dado señales de detenerse ante nada.
En búsqueda de Nephreth[]
Diezmil años antes del Gran Despertar, poco después de la guerra civil que devastó el Imperio de la Humanidad, Trazyn comenzó un conflicto que duró casi diez milenios con Orikan, centrado en el misterioso objeto conocido como el Astrarium Mysterios, una reliquia de la perdida Dinastía Ammunos. El Mysterios se trataba de un puzle que, una vez resuelto, mostraría la ubicación del Mundo corona de esta Dinastía y la tumba de su faerón, Nephreth el Inmaculado, el único necrontyr que estaba libre de las imperfecciones genéticas de su especie.
Aprovechando que Trazyn se encotraba "adquiriendo" el Espíritu del Mundo en Cepharil, un mundo vírgen, cuando Orikan se infiltro en Solemnace y robó el Astrarium, una pirámide puzle. Aunque Trazyn volvió al planeta y se enfrentó a él, el Adivino comenzó a destruir la exposición de la Guerra en el Cielo, por lo que Trazyn no tuvo más opción que dejarle huir. Sin embargo, como castigo, le denunció ante el Consejo Despierto, aunque el resultado no fue exactamente el que quería: después de que Orikan utilizase sus poderes para negar dos resultados desfavorables, el Consejo determinó que el Astrarium era un bien de la especie necrona en general, por lo que no podía tener dueño, y quitárselo a alguien no se consideraría robo.
Así, comenzó un juego del gato y el ratón que duró siglos. La paciencia necrona es infinita, y el líder supremo y el criptecnólogo pasaron milenios urdiendo planes para arrebatarle el Astrarium al otro. El uno se infiltró en el planeta del otro, utilizando engaños, artefactos o tecnomagia. Dado que Trazyn no poseía los conocimientos necesarios para abrir el puzle, esperó a que Orikan lo hiciese, infiltrándose en el cuerpo de otros necrones para robárselo y espiarle para hallar la manera de abrirlo por su cuenta. Por su parte, el Adivino utilizó su proyección de energía para infiltrarse de nuevo en Solemnace y volver a robar el Mysterios. A lo largo de los años, ambos rivales consiguieron descubrir la localización de la tumba de Nephreth: Cephris, el planeta renombrado Cepharil por los eldar en el que Trazyn había estado tantos siglos atrás.
Lo único que fue capaz de detener esta eterna lucha por el control del Mysterios fue la posibilidad de que ninguno de los dos lograse su objetivo: una enorme fuerza orka se dirigía hacia Cephris, ahora llamado Serenata por los imperiales, para robar el agua de sus océanos. Según las predicciones de Orikan, su presencia en el planeta destruiría por completo la tumba del faerón, impidiendo a ambos lograr su objetivo final. Así, se fraguó una tensa tregua entre ambos, pero Trazyn engañó a Orikhan para que este se enfrentase a los orkos en órbita mientras él llegaba primero a la tumba. Una vez en la tumba bajo los océanos, consiguió abrir la puerta transdimensional a la tumba de Nephreth, pero Orikhan consiguió alcanzarle, lo que desató un conflicto entre los necrones de ambas dinastías, que solo se detuvo cuando el Consejo Despierto les ordenó cesar el enfrentamiento.
Los líderes necrones fueron juzgados por dos cargos: el primero, desperdiciar recursos de las dinastías por su rivalidad; el segundo, la desaparición de Quellkah, miembro del Consejo que también estaba buscando la tumba. Por el último fueron absueltos, dado que el Consejo consideró que el hecho de que no utilizasen la acusación como arma contra el otro indicaba que no sabían nada de lo que había pasado con Quellakh pero, por haber destruido fuerzas necronas por su rivalidad, fueron condenados a trabajar juntos durante un milenio para intentar encontrar una puerta secundaria a la tumba. El tiempo del castigo no era casual, puesto que los videntes habían predicho que el planeta sufriría un Exterminatus en ese tiempo.
El castigo no provocó, obviamente, que ambos entablasen una amistad, y los dos necrones mantuvieron su rivalidad todo este tiempo, con medidas tan drásticas como la liberación, por parte de Trazyn, de un Genestealer de Ymgarl, que estuvo a punto de acabar con ambos necrones. Este mismo xenos, que acabó huyendo hacia las profundidades del planeta tras perder un brazo, acabó convirtiéndose en el patriarca de un culto, cuyo alzamiento fue lo que provocó el exterminatus del planeta. Durante este, Trazyn traicionó de nuevo a Orikhan, abandonándole bajo toneladas de roca en un desprendimiento durante cientos de años[4].
La 13ª Cruzada Negra[]
Trazyn fue una pieza de especial importancia en los últimos compases de la 13ª Cruzada Negra, apareciendo como un inesperado salvador para el Imperio. La victoria del Caos en la Galaxia sería un enorme inconveniente para Trazyn y sus planes, por lo que decidió que la mejor decisión sería ayudar al Imperio en la lucha contra las fuerzas del Imperio.
Todo comenzó cuando, tras siglos en silencio, la Campana de San Gerstahl comenzó a tañir, pese a encontrarse dentro de un campo de estasis. Cada tañido dañó más las galerías de Solemnace, destruyendo las últimas esculturas de arena de los Ooliac, estropeando los circuitos del planeta y obligando a los guerreros a volver al letargo en estasis y destruyendo varios de los cuerpos de Trazyn mientras este intentaba silenciar la campana. Solo tras trece tañidos e innumerables daños, la campana paró.
Tras lanzar la campana a la Telaraña, Trazyn viajó a Thanatos para consultar qué pasaba en el Planetario Celestial. Aquí, vio que algo estaba cambiando en la Galaxia, con Cadia como punto central del cambio, y se decidió a actuar. Viajó al planeta para entrevistarse con Belisarius Cawl y, a pesar de que su sola existencia era un insulto para el Dios Máquina, el conocimiento que Trazyn poseía sobre los Pilones cadianos acabó por convencer al Archimagos de colaborar.
Mientras Cawl trabajaba para activar el pilón bajo los Campos Elysion, Trazyn liberó buena parte de su colección de tropas imperiales, desde Ultramarines atrapados en la Herejía de Horus hasta Regimientos de la Guardia Imperial atrapados apenas años o meses estándar antes. Entre ellos se encontraba Katarinya Greyfax, Inquisidora del Ordo Xenos que sería fundamental en los meses siguientes.
Sin embargo, y a pesar de la participación de Trazyn, activar los pilones no sirvió de nada, pues Abaddon terminó por arrojar los restos de la Fortaleza Negra Voluntad de la Eternidad contra el planeta, destruyendo Cadia por completo. Ya nada quedaba de interés para él en el planeta, por lo que recuperó un último tesoro del planeta antes de huir: Ursarkar E. Creed, Castellano de Cadia, y los últimos miembros de la Octava de Cadia, todos atrapados en un laberinto teseráctico momentos antes de sus muertes[2].
Las galerías de Solemnace[]
El mundo necrópolis que Trazyn gobierna está horadado con una enorme cantidad de galerías, siempre en expansión y reparación por parte de los artefactos canópticos de la dinastía. Muchas de estas salas están vacías, esperando a ser ocupadas u olvidadas por Trazyn, llenas de polvo y silencio. Sin embargo, la mayoría están repletas de artefactos y especímenes recuperados por el Arqueovista y congelados en estasis o atrapados en laberintos teserácticos. Las salas de los niveles inferiores están atestadas de artefactos de todo tipo; por nombrar solo unos pocos: el coro de hueso espectral de Altansar, la cabeza incorrupta de Sebastian Thor, la corteza fosilizada de un Esclavizador, y el cuerpo de un humano gigante enfundado en una barroca servoarmadura y con su cara contraída en una mueca de espanto.
La más impresionante de todas las maravillas que guarda Solemnace son las Galerías Prismáticas, una serie de sinuosas cámaras llenas de estatuas que reproducen eventos históricos considerados por Trazyn como dignos de ser recordados, desde la celebración del último alto consejo del Mundo Astronave de Idharae, hasta las devastadoras Masacres de Tragus. Pero estas galerías no están solo pobladas por esculturas, sino también con seres vivientes que han sido transmutados en hologramas de luz sólida mediante el uso de tecnología arcana; algunos de ellos son de hecho los sujetos originales que protagonizaron el paisaje histórico en cuestión, congelados en el justo momento de su triunfo o derrota y transportados hasta Solemnace, para ser allí exhibidos como testimonio de sus propias hazañas o miserias. Ocasionalmente alguna de estas estatuas queda destruida, quizás por el choque de un Espectro Canóptico estropeado, por el derrumbe del techo de una galería o incluso, como ocurrió en cierta ocasión especialmente catastrófica, por un tiroteo entre los guerreros personales de Trazyn y el entrometido séquito de agentes de una Inquisidora (la mayoría de los cuales forman parte desde entonces de su propio diorama, que se puede disfrutar en uno de los niveles superiores). La destrucción de una pieza de la colección siempre resulta un suceso frustrante para Trazyn, pues el proceso de intentar reemplazarla de algún modo le obliga a detener su búsqueda de nuevas adquisiciones.

Trazyn ante el "sobrehumano" de su colección privada
Por supuesto pocas de las estatuas son realmente reemplazables, pero por suerte las galerías de Trazyn no están sujetas a ningún criterio salvo el que él mismo decida. Si algunas estatuas de un diorama de luz sólida son dañadas, no le importará sustituirlas por otras que en su opinión queden igual de bien, sin fijarse en si cumplen o no con el rigor histórico debido. Por ejemplo, más de una décima parte de su galería llamada "La muerte del Lord Solar Macharius" se compone de Guardias Imperiales holográficos cuyos uniformes difieren en trescientos años de los que se llevaban en aquel periodo. Lo único que le preocupa a Trazyn es el espectáculo, no los detalles sobre los cordones de las botas o los ojales de las guerreras. Una vez que Trazyn decide completar o renovar alguna de sus galerías, lo hace con la mayor urgencia, buscando planetas cuyas tropas se encuentren en campaña, cuyas guarniciones tengan un aspecto vulnerable o que apenas cuenten con defensas planetarias. Dependiendo del número de "piezas" que quiera capturar, puede bastar con que sus Guadañas de la Noche vuelen bajo para llevar a cabo unos pocos secuestros, o puede hacer falta una movilización más sustancial para procesar y catalogar a porciones enteras de la población del planeta atacado.
También tienen una enorme importancia las galerías dedicadas a la Guerra en el Cielo, donde Trazyn tiene atrapados Exoditas, Asuryani y Drukhari, Krorks y antiguos artefactos de los Necrontyr, todo ello relacionado con el apocalíptico conflicto que los Necrones libraron contra los Ancestrales.
Citas[]
"Y hasta que su Dios-Emperador se alce, tendré que bastarles como su salvador."
- —Trazyn antes de ir al planeta Cadia
Armamento[]
Además de unos cuantos Escarabajos Cepomentales, Trazyn siempre va al combate con su Obliterador Empático.