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Tor Garadon Sargento Puños Imperiales

Tor Garadon, cuando aún era Sargento.

Tor Garadon es el Capitán de la 3ª Compañía del Capítulo Astartes de los Puños Imperiales.

Historia[]

Inicios[]

Tor Garadon fue reclutado por los Puños Imperiales en los hábitats orbitales de Callisto. Su adinerada familia se alegró de verle partir, ya que el destino había maldecido al joven Garadon con una naturaleza testaruda y directa que no encajaba con los brillantes círculos sociales en los que sus parientes se movían.

Durante su primera década de servicio, Garadon se ganó alabanza tras alabanza. A pesar de sus hazañas, Garadon nunca buscó un ascenso, ni tampoco se le ofreció. Sin embargo, el silencio de Garadon ocultaba una afilada mente, que no obstante solo salía a relucir cuando era absolutamente necesario. La primera vez que esto salió a la luz fue durante el Asalto Planetario de Nosfer, cuando la 3ª Compañía se quedó atrapada tras las líneas Necronas. El mando del Capítulo no tuvo contacto con la 3ª durante casi dos semanas nosferanas, hasta que sesenta maltratados Hermanos de Batalla emergieron de las nieblas de sulfuro y proporcionaron un apoyo vital en la batalla contra las huestes canópticas del Majestor Zangeneb. El hermano Garadon solo presentó un informe extremadamente conciso, pero otros supervivientes hablaron de cómo había tomado el mando tras la muerte del Capitán Opara.

Centinelas de Terra[]

Cuando el Capitán Julius Vogen tomó el mando de la 3ª Compañía, los llamados Centinelas de Terra, consideró que había mucho más en el Sargento Garadon que lo que otros se habían permitido ver, y decidió ocuparse personalmente de despertar el potencial de su joven Hermano de Batalla. Para cuando Garadon se había ganado un puesto en la sagrada 1ª Compañía, él y Vogen compartían una inquebrantable amistad.

Vogen y gran parte de la 3ª Compañía murieron durante un calamitoso y desastroso asalto del Capitán Darnath Lysander y su Compañía en Taladorn. Que algunos llegasen a sobrevivir fue tan sólo por la llegada de la asistencia previamente solicitada a otros Capítulos de Adeptus Astartes. Como resultado, tanto Lysander como Garadon se reprocharon mutuamente la derrota: Lysander por arrogante y Garadon por presuntuoso. Sin embargo, la sabiduría del Señor del Capítulo Vladimir Pugh los vio unidos de nuevo en la Cruzada del Trueno. Esto fue debido a que Lysander fue degradado de Capitán de la 1ª a la 3ª y Garadon era su segundo al mando.

Desde ese momento, el único deseo y objetivo que compartían ambos era restaurar la 3ª Compañía. Ambos estuvieron obligados a trabajar juntos y, gradualmente, cada uno aprendió a ver las fortalezas en el otro. Tanto fué así, que Garadon llegó a ver y entender al impulsivo y penitente héroe que realmente era Lysander. De otra parte, este llegó a constatar la determinación incansable e improvisación de Garadon para la batalla.

Aunque sería una exageración decir que los dos se hicieron amigos, sí se puede decir que ambos forjaron una hermandad de guerreros. Más a menudo, Lysander cedía el mando de las escuadas de batalla a Garadon y, cosechando éxito tras éxito, a Lysander finalmente se el permitió reclamar la capitanía de la 1ª Compañía quedando Garadon en la 3ª Compañía y, ascendido a Capitán de la misma, por aprobación unánime sin lugar a duda tras las actuaciones en los campos de batalla de Taladorn, Drashin y la Grieta Magor. Durante casi tres décadas, Garadon dirigió a sus Centinelas de Terra victoria tras victoria, forjando una nueva leyenda para una Compañía que estuvo tambaleándose al borde de la destrucción. En esos años, fue el mayor confidente de Lysander y se pudo ver luchar juntas, como un solo ente, a la 1ª y 3ª compañía de los Puños Imperiales.

Garadon había aprendido las dotes de liderazgo de Lysander, así como el terrible precio de un orgullo incontrolado.

Garadon cultivó alianzas con otros capítulos donde otros se habrían mantenido distantes. En muchas ocasiones luchó junto a Cato Sicarius de los Ultramarines, Colvane Brasch de los Invasores, Draco de los Templarios Negros y Erasmus Tycho de los Ángeles Sangrientos, cuidadoso de aprender todo lo que pudo de sus particulares métodos de guerra y envolverlos en sus doctrinas de combate de la Companía. De hecho, se dice que Garadon y Sicarius incluso se consideraban amigos, aunque dado el famoso frío comportamiento del Duque de Talassar, tales rumores son generalmente estimados como habladurías. Finalmente, Garadon dejó la 3ª Compañía atrás para asumir el mando de la 2ª. Sin embargo, asumió este nuevo deber con gran renuencia, ya que tenía un mal presentimiento sobre la 3ª Compañia. Después de un año, la 3ª Compañía volvió a ser cenizas de nuevo, sacrificadas en Hydra Cordatus por los Guerreros de Hierro liderados por el Herrero de guerra Honsou. Garadon no perdió tiempo y solicitó al Consejo del Capítulo el poder levantar de nuevo bien alto el estandarte de la 3ª Compañía, una solicitud a la que Lysander dió su total apoyo.

Por desgracia, a pesar de todos los esfuerzos de Garadon, la 3ª Compañía fue considerada demasiado inexperta para unirse al despliegue en la periferia del Ojo del Terror. Forzado a un lado mientras el Imperio ardía, Garadon retiró su compañía a la Phalanx y los entrenó exhaustivamente. Esta decisión resultó ser inesperadamente fortuita, ya que colocó a Garadon y a la 3ª Compañía a bordo de la venerable estación de batalla cuando más necesitaba campeones para defenderla. Sin los hechos llevados a cabo por los "inexpertos" de la 3ª Compañía y la austucia propia de Garadon y su valor en liderarlos, los últimos años del M41 seguramente se habría desarrollado de forma muy distinta.

Ciertamente el Consejo del Capítulo así lo creyó pues, en reconocimiento de estos hechos, nombraron a Garadon custodio de La Mano del Desafío: una reliquia de la Gran Cruzada, de la cual no hay guerrero, desde el legendario Señor del Capítulo Lazerian, que haya sido honrado para poseerla. Algunos especulan incluso si podría haber una mano oculta que guía a Garadon. Después de todo, sobrevivió dos veces en desastres que debilitaron su compañía, y fue colocado aparentemente por casualidad en la sagrada defensa de Terra y luego como salvador de la diáspora de Cadia.

Era Indomitus[]

Gráfico1

Tor Garadon, tras su paso por el Rubicon Primaris.

Hay aquellos dentro del Capítulo, particularmente los veteranos de La Cruzada del Trueno, que creen que Garadon está marcado por la grandeza, y tal vez incluso por el propio Emperador. Por su parte, Garadon no otorga veracidad a tales afirmaciones. Así que sigue adelante en las campañas de la Era Indomitus, decidido a restaurar un Imperio roto a la gloria. Siempre luchando por establecer el mejor ejemplo para sus hermanos de batalla.

Garadon fue tan lejos como para cruzar el peligroso Rubicon Primaris con la esperanza de atar lo viejo a lo nuevo en un Capítulo conocido por su sospecha de cambio. Nunca más ha renunciado al mando de los Centinelas de Terra, rechazando la promoción cuando se le ha ofrecido.

Sin embargo, Garadon viaja cada vez más solo. Cuando mira sobre la mesa del Consejo en la Phalanx, ve demasiados guerreros que no conocen los tiempos anteriores a la Cicatrix Maledictum que destrozó el Imperio, y teme que se convierta paulativamente en una orgullosa y amargada reliquia, como consideraba a Lysander cuando se sentó por primera vez en la mesa.

La guerra se ha llevado a demasiados hermanos de batalla de Garadon, sus compañeros capitanes entre ellos. De sus aliados más allá del Capítulo, Tycho se perdió ante la ira negra en Armageddon; Sicarius, tragado por las mareas del Inmaterium; Brasch pereció en el tormentas de fuego de Ghola; y Draco fue declarado Excommunicate Traitoris por hechos terribles de contar.

Solo el viejo mentor de Garadon, Lysander permanece, inflexible como un bloque de granito ante la tormenta, como si tal vez a él también le esté preservada alguna gran y terrible batalla por venir, una batalla que los dos guerreros están destinados compartir.

Miniatura[]

Fuentes[]

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