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Las llamadas Thurinias o Turinias, cuyo nombre científico es Deinoccus Omnidurans, son una familia de bacterias diseñada artificialmente con objeto de enriquecer el sustrato del suelo eliminando componentes tóxicos, habilitando así la posibilidad de crecimiento en el mismo de plantas y otros microorganismos naturales.
Junto con los cloroides las Thurinias fueron en su origen bacterias ideadas y fabricadas por Alois Krautzmitt en los origenes de la sociedad de Balhaus, cuyo cometido principal era el de limpiar la superficie tóxica de Altar 967, futuro Helheim, para acelerar así la recuperación natural de aquel mundo.
Descripción[]
Las Thurinias son bacterias alargadas y de diferentes clases dependiendo de su función, pero en general son microorganismos que se dispersan por el suelo, ríos y mares, segregando grandes cantidades de enzimas con las que son capaces de consumir toda una variedad de partículas pesadas, devolviendo como resultado de la degradación y mineralización de los residuos distintos nutrientes que activan e incrementan la actividad microbiana del entorno, siendo éstos ricos en materia orgánica y bajos en elementos inorgánicos.
El uso de Thurinias sobre un estrato contaminado produce así una reacción desde niveles moleculares que inicia una depuración sistemática eliminando los elementos tóxicos, devolviendo así las propiedades naturales y la fertilidad suficiente como para poder albergar vida. Este proceso es lento y depende del número de bacterias presentes en el área, reduciéndose los tiempos en función de la concentración alcanzada.
La resistencia a la toxicidad que presenta esta bacteria se debe a que almacena múltiples copias de su genoma y posee rápidos mecanismos de reparación de su ADN, lo cual la hace resiliente en cualquier entorno, ya sea este químicamente agresivo, ácido o incluso radiactivo, permitiéndole alimentarse de todo tipo de elementos que acabarían con cualquier otro microorganismo.
La producción de Thurinias fue un elemento fundamental para la recuperación de Helheim, creándose en grandes cantidades en inmensos tanques y esparciéndose por toda su superficie por toneladas, lo cual permitió que grandes franjas de terreno contaminado recuperasen sus propiedades, así como la limpieza gradual de acuíferos y océanos en profundidad.