El Sargento Guillermito, mascota de los Marines Espaciales, tiene el honor de patrocinar este espacio por orden del Capellán Cassius de los Ultramarines. ¡Pulsa sobre él y te acompañará a una Cruzada épica! ¡Lee más! ¡Sin piedad, sin remordimientos, sin miedo! |
"Vi la escena de una masacre en la que los cadáveres se apilaban en el suelo cómo las hojas muertas de un bosque. La población no había muerto como mueren los soldados en batalla, encendidos por el ardor y el valor, con un arma en la mano y devolviendo los golpes. Habían muerto como mueren los indefensos: con el corazón lleno de un terror mucho peor que la propia muerte."
- —Fragmento de la investigación del Inquisidor Barzano durante la Cruzada de la Nebulosa de Garon
Los Templarios Negros (Black Templars en inglés) son un Capítulo de Marines Espaciales, creado durante la Segunda Fundación a partir de los elementos más fanáticos de los Puños Imperiales, con el beneplácito de Rogal Dorn. Desde su creación, han estado embarcados en una Cruzada permanente contra los enemigos de la Humanidad.
Aunque solo quedan los anales más antiguos y apócrifos para contarlo, al llegar la Segunda Fundación, los Puños Imperiales dieron lugar a dos capítulos sucesores. De estos, los Templarios Negros fueron con mucho los más divergentes en doctrinas y creencias. Era un Capítulo que hacía eco de la Gran Cruzada original del Emperador, pues no tenían mundo natal y surcaban las estrellas en flotas incansables de naves por el vacío y eliminaban cada nuevo peligro para la Humanidad a medida que lo encontraban. Como el decreto imperial prohibía a los Marines Espaciales tener mutantes psíquicos como bibliotecarios, los Templarios Negros evitaron usarlos. De hecho, adoptaron este credo de manera tan extrema que el Capítulo sigue mostrándose reticente y cruel incluso en el empleo de psíquicos tan esenciales como Navegantes y Astrópatas. Los Templarios Negros solo juraron de boquilla el aclamado Codex Astartes de Roboute Guilliman, y en cambio eligieron obedecer sus propios sistemas organizativos y códigos heráldicos.
El Capítulo también guardó con celo su autonomía, más incluso que la mayoría de Marines Espaciales. Desde el momento en que Sigismund aceptó el cargo de Gran Mariscal, las instituciones imperiales podían pedir ayuda a estos caballeros cruzados si conseguían encontrarlos o contactar con ellos. Sin embargo, pedirles ayuda no garantizaba que la prestaran, sobre todo si juzgaban corruptos o indignos a los peticionarios. La excepción eran los mundos gobernados por la Eclesiarquía. Los Templarios Negros luchaban y morían con gusto defendiendo estos nexos sagrados de la divinidad, y ahí radica la clave de la divergencia del Capítulo con la norma. A diferencia del espiritualismo secular y el culto a los antepasados de la mayoría de capítulos, la fe de los Templarios Negros es absoluta. Ven al Emperador como a un dios, una deidad literal a la que adorar y rendir culto y a la que se le debe un sacrificio en el campo de batalla.
Es este fervor religioso del todo intransigente lo que caracteriza cuanto son y hacen los Templarios Negros. Desde el neófito más humilde hasta el propio Gran Mariscal, el Capítulo se cree recto e irreprochable. No importa cuán abominables parezcan sus actos, no importa los extremos de violencia que alcancen o las masacres que perpetren, la sangre que derramen o los mundos que arrasen: siempre que hagan estas cosas en nombre del Emperador y en defensa del reino de este, estarán justificados.
Del mismo modo, los Templarios Negros nunca dejan de tratar de demostrar su lealtad al Emperador. Ese fue el primer voto que hizo Sigismund cuando los antepasados del Capítulo partieron de la Sagrada Terra. Tal es la tarea que los divide en flotas de cruzada que se unifican y subdividen sin cesar según se requiera, surcando las franjas más oscuras del espacio imperial o sumergiéndose en la vorágine infernal del Imperium Nihilus en busca de enemigos. Los Templarios Negros han exterminado a innumerables razas alienígenas, destruido imperios estelares y perseguido incluso a los ciudadanos del Imperio cuya fe encontraron deficiente, todo en nombre de su cruzada interminable.
Historia[]
Cuando las fuerzas de Horus estaban atacando el Palacio Imperial en Terra, Rogal Dorn escogió a Sigismund, Primer Capitán de la Legión de los Puños Imperiales, para que fuese el Paladín del Emperador, y se le dieron las mejores armas y la mejor armadura, juró su cargo y prometió perseguir y ejecutar a todos los Campeones del Caos. Y así lo hizo: acabó con más de dos docenas de criaturas de la Disformidad antes de que el Señor de la Guerra fuera derrotado y las Legiones Traidoras huyesen al Ojo del Terror.
Cuando concluyó la Herejía de Horus, el Primarca Roboute Guilliman de los Ultramarines ideó una organización militar que fragmentase el poder de las Legiones Astartes y el Ejército Imperial y lo repartiese por toda la Galaxia; de esta manera, nunca más un solo individuo podría comandar un contingente militar tan vasto. Las reglas a este respecto para los Marines Espaciales se detallaron en el Codex Astartes, un tomo que habla de la organización de los Capítulos, de sus marcas, doctrinas tácticas y otros aspectos de la estructuración de los Marines Espaciales. Rogal Dorn, Primarca de los Puños Imperiales, responsable de la defensa de Terra, se opuso a que su Legión fuese dividida en pequeños Capítulos alegando que su santo deber era defender los intereses del Emperador y que no podría hacerlo con su fuerza dividida por todo el Imperio. Dorn dijo que Guilliman era un cobarde, puesto que su Legión no había participado en la defensa de Terra durante la Herejía de Horus; por su parte, el Primarca de los Ultramarines acusó a Dorn de rebelde y hereje por oponerse a los dictados del Codex Astartes.
Dorn no se iba a echar atrás, pero tampoco Guilliman lo haría; Leman Russ de los Lobos Espaciales y Vulkan de los Salamandras estuvieron de acuerdo con Dorn, puesto que ellos tampoco querían ver sus fuerzas disueltas por toda la Galaxia. Pero Jaghatai Khan, Primarca de los Cicatrices Blancas, y Corax de la Guardia del Cuervo apoyaron a los Ultramarines. Después del vacío que había dejado el Emperador, parecía que los Marines Espaciales estaban destinados a combatir entre ellos una vez más.
Cuando los Puños Imperiales empezaron a ser perseguidos por sus supuestos actos heréticos y el Crucero de Asalto Ángel Terrible fue atacado por la Armada Imperial, pareció inevitable que los Marines Espaciales volviesen a enfrentarse y que comenzasen de nuevo las guerras intestinas. Pero, cuando los recién formados Capítulos y las viejas Legiones estaban preparándose para luchar, Dorn atendió a razones. Accedió a que de su Legión naciesen tres nuevos Capítulos: los Puños Carmesíes, los Bebedores de Almas y los Templarios Negros. Escogió al Hermano Sigismund para que dirigiese a los Templarios Negros y el nuevo Capítulo adoptó los colores blanco y negro para su armadura.
Sigismund había sido elegido como Paladín del Emperador debido al fervor de su fe en el Emperador y su devoción hacia la Humanidad. Debido a los conflictos que habían tenido lugar entre las Legiones Astartes y las sospechas que recaían sobre sus hermanos de batalla, Sigismund determinó que era necesario que su Capítulo llevase a cabo un acto de fe suprema. Como Gran Mariscal de los Templarios Negros, Sigismund declaró que, tras abandonar Terra, daría muestras de su lealtad no descansando en su cruzada contra los enemigos del Emperador. Este es un juramento que todo Gran Mariscal ha renovado después de Sigismund y así dio comienzo la más larga y ambiciosa Cruzada de los Marines Espaciales, que ha permanecido inalterable durante diez mil años.
Era Indomitus[]
"¡Por la gloria de Él en Terra! ¡Por Su Hijo Renacido! ¡Por el pretoriano, que volverá a nosotros!"
- —Venerable Toron
Es una época atribulada, sangrienta y horrible como el Imperio de la Humanidad no ha presenciado en muchos miles de años. En esta hora aciaga, los Templarios Negros ven herejía e infidelidad por doquier y redoblan sus esfuerzos para purgar los impuros del reino del Dios Emperador.
Cuando la Gran Fisura partió el Imperio, los Templarios Negros ya estaban diseminados por toda la galaxia. La Cruzada Immotaria del Mariscal Verbekh se había adentrado en la oscuridad, hasta el Cinturón de Molech, mientras que las Cruzadas de Oparian y Gheidos se habían avistado por ultima vez entre las Estrellas Necrófago y la Franja Este. Otras cruzadas habían abierto caminos de fuego por el Segmentum Ultima y los Segmentums Tempestus y Obscurus, e incluso el Solar. Luego vino la catástrofe y, a su paso, la sombra malévola de la Noctis Aeterna. Cuando el velo comenzó a levantarse y la luz del Astronomicón volvió a brillar, varias cruzadas se habían desvanecido. Solo el Gran Mariscal Helbrecht confiaba ciegamente en que las cruzadas perdidas seguirían combatiendo por el páramo de ignorancia del Imperium Nihilus. Nunca dijo si esta convicción provenía solo de la fe o se fundamentaba en algo que solo él sabía.
Incluso aquellas cruzadas que aún andaban por el Imperium Sanctus estaban dispersas. Muchas surcaban la disformidad cuando se abrió la Gran Fisura. El furioso tumulto empíreo consiguiente las había desviado años luz, cuando no destrozado. Ante un desastre así, muchos Capítulos de Marines Espaciales buscaron consolidar sus fuerzas. Sin embargo, cuando la marea ponzoñosa de la Noctis Aeterna bajó, dejó sembrado el Imperium Sanctus de restos de herejía, mutación y rebelión que ningún Templario Negro podía tolerar. No era el momento para lo que veían como una cobardía: retirarse. Los Templarios Negros creían que les correspondía reavivar las llamas en todas partes donde la luz de la fe imperial flaqueara. Las cruzadas restantes redoblaron sus esfuerzos, luchando con celo incansable para purgar los mundos imperiales corruptos y castigar a aquellos cuya fe les había fallado en tiempos oscuros. Se recuperaron fortalezas capitulares abandonadas durante mucho tiempo y se levantaron otras nuevas, a menudo sobre los escombros de los bastiones de traidores. Allí donde proliferaba la maldición de la brujería, los Templarios Negros se mostraron más furiosos y en zonas de guerra como Talledus, Hocheim II y las Estrellas Cian, cuando se descubrían mutaciones psíquicas entre los imperiales, el Capítulo azotaba tanto a las fuerzas leales como a los herejes.
Debido a sus ataques implacables y su dispersión, no fue tarea fácil para los Portadores de la Antorcha de la Cruzada Indomitus encontrar a los Templarios Negros y entregarles el milagro Primaris. Además, de todos los Capítulos de Marines Espaciales de la galaxia, contaban a los fanáticos Templarios Negros entre los más temperamentales e impredecibles en cuanto a cómo reaccionarían a esta revelación. Por estas razones, y otras, el Primarca Roboute Guilliman buscó al Gran Mariscal Helbrecht y llevó una delegación a la Cruzado Eterno para hablar con él directamente, Guilliman creía, y con razón, que el Gran Mariscal era la mente y el corazón de los Templarios Negros: si conseguía convencerle allí del milagro de Cawl, tendría muchas más posibilidades de que este circulara como estimulantes de combate por un cuerpo que si sus mensajeros perseguían a las dispersas cruzadas una por una por una galaxia devastada por la guerra.
Helbrecht estaba decidido a perseguir a Ghazghkull Thraka cuando Guilliman fue a verlo. El Gran Mariscal recibió al Primarca con un respeto rayano en la veneración, pues se encontraba ante un hijo genético del mismísimo Dios Emperador. Pero también estaba irritado por el retraso, pues Thraka se le escapaba un poco más cada día. Además, las escrituras del Capítulo no ocultaban la difícil relación entre Guilliman y Dorn: el Gran Mariscal recelaba en parte que el hermano divisivo de su progenitor hubiera vuelto después de milenios para atar al fin a los hijos más fervientes de Dorn. Helbrecht no era tonto: sabía cuán divergentes eran las prácticas y creencias de su Capítulo. Si Guilliman deseaba censurar a los Templarios Negros, no le costaría encontrar motivos patentes.
Al final, la reunión fue diferente de lo que ambos esperaban. Roboute Guilliman se sorprendió de la disposición con la que Helbrecht admitió el valor de la tecnología Primaris, aunque le atribuyó una chispa de divinidad que incomodó al Primarca de los Ultramarines. Por su parte, Guilliman no resultó ser el déspota que Helbrecht creía. El Primarca no les ordenó a los Templarios Negros que hicieran más que lo que les exigía su naturaleza, aunque Helbrecht y él chocaron por el asunto de Ghazghkull. Finalmente, lograron un compromiso. Guilliman le recordó a Helbrecht los juramentos que había hecho y que el deber tenía como Gran Mariscal era con todo el reino del Emperador y no debía limitarse a sus propias venganzas. Avergonzado, Helbrecht ascendió a Mariscales a varios de sus Hermanos de Armas más experimentados y les pidió que convocaran nuevas cruzadas, compuestas por Escudos Grises Primaris y Templarios Negros. Estas cruzadas juraron ayudar a todos los mundos de la Eclesiarquía en la frontera de la Gran Fisura que se encontraran en peligro. Cumplido este deber, el propio Helbrecht renovó su voto de perseguir a Ghazghkull Thraka hasta los confines del reino del Emperador y continuó su misión.
El caos generalizado en la galaxia de la Era Indomitus, junto con la rapacidad del reclutamiento entre las cruzadas, ha dejado el número de Templarios Negros más en cuestión que antes. El sello que el Gran Mariscal pusiera en el milagro Primaris ha hecho mucho para alentar que las flotas de la cruzada lo adopten. Sin embargo, algunos Mariscales muy conservadores desconfían de lo que consideran una manipulación herética rayana con las obras del Emperador. Otros solo han sido más rápidos hasta ahora que los posibles refuerzos y luchan en los confines del Imperium, ignorando por completo los poderosos activos que podrían haber incorporado a sus filas. Se ha dicho que los Templarios Negros han demostrado ser especialmente resistentes en el cruce del Rubicón Primaris y que ello puede ser una recompensa por su fe inquebrantable en el Dios Emperador. Igualmente, claro, podría deberse a un sesgo de confirmación o un rumor infundado. La única certeza en esta nueva era sangrienta es que los Templarios Negros luchan como siempre, buscando al hereje, al mutante, a la bruja y al traidor dondequiera que se encuentren y purificándolos sin piedad, ya sea junto a las fuerzas de la Cruzada Indomitus o luchando solos.
Mundos natales[]
Los Templarios Negros no tienen un Mundo Capitular; viven en sus enormes naves cruzadas, en las mastodónticas Barcazas de Batalla, en los Cruceros de Asalto y en otros tipos de naves espaciales como los navíos de entrenamiento y las enormes naves forja. Los Templarios Negros establecen Fortalezas-Monasterio en cada mundo que conquistan o reconquistan en nombre del Emperador. El propósito principal de estas fortificaciones es reclutar y entrenar nuevos iniciados, además de servir de puesto avanzado para mantener a los Templarios comunicados entre sí. Estas fortalezas pueden tener diferentes tamaños; suelen contar con suficientes cámaras como para albergar entre dos y tres Compañías estándar de Marines Espaciales, aunque son varias veces más pequeñas que las Fortalezas-Monasterio de los demás capítulos. No obstante, existen miles de fortalezas de este tipo repartidas por toda la Galaxia; y aunque algunas estén en ruinas, muchas de ellas permanecen en pie y activas. De todos modos los Templarios Negros no las olvidan y tienen la costumbre de volver a todas y cada una de ellas (estén en ruinas o no) para comprobar si algo o alguien las ha convertido en su residencia durante su ausencia.
El Gran Mariscal tiene su propio galeón, el Cruzado Eterno, y puede viajar de Cruzada en Cruzada para llevar su ingenio táctico o guía espiritual allí donde sea necesario. El Cruzado Eterno es gigantesco, incluso para un navío de guerra, y ha sido mejorado en todos los aspectos a lo largo de los milenios: se le han añadido muelles adicionales para albergar mayor cantidad de naves, puertos de lanzamiento complementarios para lanzaderas y Cañoneras Thunderhawk, además de espacio adicional para albergar el doble de efectivos militares de los que puede transportar una barcaza normal.
Doctrina de combate[]
Los Templarios Negros han seguido el estilo de su fundador, Sigismund, en el hecho de preferir el combate cuerpo a cuerpo al combate a distancia. Cara a cara con el enemigo, el Marine Espacial puede ganarse el respeto de sus compañeros y asegurarse de que su enemigo ha muerto.
Esto se ve enfatizado por el fanatismo de los Hermanos de Batalla Templarios Negros, cuya ira y celo justicieros los hace impacientes y testarudos. Avanzarán hacia el enemigo sin descanso y las bajas que sufran solo servirán para darles más coraje y que se lancen más velozmente sobre el enemigo, deseosos por vengarse de quienes han matado a sus hermanos.
Una parte de su dedicación al Emperador consiste en realizar varios juramentos de fe y protección. Es costumbre antes de una batalla renovar uno de estos votos hechos al Emperador. El voto enfoca los pensamientos del Iniciado en un aspecto particular de alguno de sus quehaceres y le apremia a llevar a cabo actos de extremo valor, lo vuelve inclemente o incrementa su odio sagrado hacia el enemigo.
Organización[]
Los Templarios Negros son un Capítulo basado en flotas. Normalmente no se reúnen como Capítulo, sino que están divididos en un número determinado de Cruzadas. Cada Cruzada está dirigida por un Mariscal o un Castellano, mientras que el Gran Mariscal es el responsable de coordinar todas las Cruzadas existentes en el momento.
Habitualmente, hay dos o tres Cruzadas funcionando a la vez. La historia de los Templarios Negros dice que durante la Traición de Dalmark había catorce Cruzadas luchando en el Segmentum Solar. El tamaño de una Cruzada puede variar enormemente: a veces, contiene entre cincuenta y cien Marines Espaciales y, a veces, el equivalente a varias Compañías de un Capítulo Codex.
Los Templarios Negros están dirigidos por el Gran Mariscal, que hace las funciones del Señor del Capítulo. Él tiene la ultima palabra sobre la disposición del Capítulo, su despliegue y objetivos estratégicos. Igual que todo Señor del Capítulo, el Gran Mariscal soporta las cargas propias de su puesto, en este caso: el deber de defender el juramento siempre vinculante de Sigismund y saber cuántos Templarios Negros surcan las estrellas. Para todo lo demás, puede pedir ayuda a los Mariscales que dirigen las cruzadas.
Sólo el Gran Mariscal sabe cuántos Templarios Negros existen aproximadamente en toda la galaxia, aunque resulta evidente que hay muchísimos más que en un Capítulo convencional, pese a que estén desperdigados por todos los Sectores del Imperio. Si algunos de los recuentos que se han llevado a cabo son ciertos, podría ser que existiesen entre seis y siete mil Hermanos de Batalla, una fuerza a la que nadie en el Imperio podría enfrentarse en caso de que se reuniese en un único punto de la galaxia. Este hecho ha provocado ciertas voces de alarma dentro de la Inquisición, sin embargo dado que nunca se ha dado un caso de deslealtad en sus filas, se ha decidido obviar la consideración de su número.
Cuando muere un Mariscal o se ha de elegir un nuevo Gran Mariscal, es un Hermano de Armas quien ocupa este nuevo puesto. La elección se hace mediante un torneo ritual en el que los diferentes candidatos combatirán en justas entre ellos con diferentes armas y demostrarán sus habilidades tácticas y estratégicas. El ganador se convertirá en el nuevo Mariscal con la aprobación del Gran Mariscal (solo una vez el ganador no obtuvo esta aprobación) y el Hermano de Armas jurará su nuevo cargo.
Las Cruzadas más grandes a menudo son divididas por su Mariscal en Compañías de Combate, cada una de las cuales es comandada por un Hermano de Armas al que se le da el título honorífico de Castellano. Existan o no estas Compañías, las escuadras se unen y se dispersan de un modo apropiado para cada ocasión y los Iniciados siempre lucharán con una mayor camaradería y familiaridad que bajo cualquier organización impuesta.
Otra diferencia frente a los Capítulos del Codex Astartes es la manera en la que entrenan a sus reclutas. Las Fortalezas-Seminario reclutan a unos pocos individuos con aptitudes para llegar a convertirse en Marines Espaciales. A los realmente capacitados se les efectúan los implantes que convertirán a un Neófito en un Marine Espacial. Cuando aproximadamente dos docenas de reclutas están preparados para recibir bioingeniería adicional, son llevados hasta alguna de las flotas cruzadas. Allí, cada Hermano de Batalla del Capítulo (o Iniciado, como es conocido más comúnmente) aceptará bajo su cargo a un Neófito. Es responsabilidad del Iniciado enseñar a su Neófito el arte de la guerra y las doctrinas de los Templarios Negros; este proceso estará supervisado siempre por los Capellanes del Capítulo. Durante este período, se operará a los Neófitos para implantarles el resto de órganos que necesitan para convertirse en Marines Espaciales.
Los Neófitos actúan como sirvientes para su maestro, tal y como si fueran ancestrales escuderos; en la nave llevan a cabo todos los quehaceres domésticos y en batalla aprenden mediante el ejemplo del Iniciado que los guía. La Compañía de Exploradores de los Templarios Negros es sustituida por los Neófitos, que ganan gran experiencia en diferentes situaciones de combate y reciben una atención y un tutelaje especiales por parte de los Iniciados.
Uno de los rasgos más característicos de los Templarios Negros es la existencia de la figura del Paladín del Emperador; este puesto es el que el fundador del Capítulo, Sigismund, ocupó durante el sitio del Palacio Imperial de Terra. El Paladín del Emperador es el mejor guerrero de la Cruzada y una importante figura de mando a las órdenes del Mariscal, cuyo sagrado deber es encontrar a los campeones enemigos y a sus líderes y darles muerte en combate singular, acabando con cualquier desgraciado que se cruce en su camino. Siempre hay un Paladín en combate, llegándose a elegir al sucesor del Paladín muerto sobre la marcha en el campo de batalla, el cual luchará con aún más arrojo para vengar a su predecesor y hacerse digno de sucederle.
Los mejores guerreros de una Cruzada pasan a formar parte de la Casa del Mariscal para constituir lo que equivaldría a la 1ª Compañía de Veteranos de un Capítulo Codex. Conocidos como Hermano de Armas, estos rudos combatientes reciben un entrenamiento adicional, especialmente en lo que respecta al uso de la Armadura de Exterminador.
Los Templarios Negros reparten Capellanes y Tecnomarines por las flotas de cruzada y permiten que estos especialistas vayan de una a otra cuando lo requieran. Los Capellanes, cuyo número es siempre considerable, custodian las reliquias de los Templarios Negros, dirigen las oraciones en la víspera de la batalla, ponen sellos de cruzados en las armaduras de sus hermanos y son faros de fanatismo en el campo de batalla.
Los Tecnomarines vigilan los santuarios-fragua, las artificerías y las cubiertas de embarque de las flotas de cruzada como un sacerdote protege su templo. Nunca les faltan servidores que los ayuden; pues los Templarios Negros son implacables con los errores humanos e innumerables ciudadanos, acólitos, funcionarios y oficiales, así como un puñado de gobernadores, han terminado sus días como ciborgs sin mente para pagar su deuda con el Emperador.
Disposición de las Cruzadas[]
Los Templarios Negros tienen un organigrama flexible. Algunas cruzadas solo requieren un puñado de guerreros; otras, despliegan grandes formaciones de Marines Espaciales. Sin embargo, suelen contar entre cincuenta y trescientos Marines Espaciales entre sus filas.
Cuando necesitan organizar fuerzas cruzadas más grandes, los Templarios Negros emplean unas formaciones conocidas como Compañías de Batalla. Por lo general, son una división más o menos a partes iguales de los Templarios Negros disponibles. lo que significa que cada compañía de estas puede variar desde unas pocas docenas hasta un centenar de Marines Espaciales, junto con todo el material, los recursos de apoyo y los especialistas necesarios para mantenerlos operativos en combate.
Los integrantes de una Compañía de Batalla suelen elegirla más por lazos fraternos que porque se les asigne. Esto conlleva que dichas compañías tengan mezclas inusuales de escuadras y vehículos. También significa que, en cruzadas largas, los guerreros de una Compañía de Batalla puedan estar de campaña juntos durante años, incluso décadas, y crear vínculos muy fuertes de hermandad y honor. Cada Compañía de Batalla tiene al frente a un Castellano, que a su vez debe lealtad al Mariscal de la Cruzada. Mientras, especialistas como Tecnomarines, Capellanes y Apotecarios pueden ir donde crean que más los necesitan, y a veces permanecen con una compañía toda la cruzada mientras que otras van de una a otra cuando el espíritu del Dios Emperador se lo ordena.
Reclutamiento[]
Como suelen construir sus fortalezas en mundos devastados por la guerra o que cuentan con una flora y fauna mortales, las poblaciones humanas acostumbran a ser violentas, astutas y autosuficientes. Los Templarios Negros no hacen ningún esfuerzo por mejorar la suerte de estas; pues sobrevivir en condiciones de pesadilla engendra a aspirantes resistentes y fanáticos. Algunos se presentan en la fortaleza del capítulo llevando como tributo la cabeza de un mutante o una bruja. A otros se los llevan por la fuerza los Templarios Negros de los escombros ardientes de ciudades conquistadas por bandas, la espesura de selvas alienígenas o los pasos de montañas imponentes plagadas de monstruos.
Solo aceptan a los que son bastante jóvenes para someterse a los procesos quirúrgicos y psicoespirituales necesarios para convertirse en un Marine Espacial y que también muestran ferocidad y odio suficientes para ser receptivos al credo del capítulo. Algunos neófitos creen que ser aceptados por los Templarios Negros representa el fin de sus penurias. Pronto se dan cuenta de su error.
Cada capítulo de Marines Espaciales somete a sus nuevos reclutas a una serie de pruebas. Esto criba a los candidatos más excepcionales en concursos a menudo fatales de habilidad, resistencia, determinación e intelecto. Además de estas cualidades, los Templarios Negros también desean comprobar la fe de los aspirantes. Tanto si las pruebas tienen lugar a bordo de las naves de una flota cruzada como tras los muros de una fortaleza del capítulo, son un verdadero martirio.
Los aspirantes deben luchar en cámaras oscuras, obligados a responder todo el tiempo las preguntas de las escrituras que les vociferan desde vocoemisores ocultos. Hacen carreras de resistencia descalzos sobre brasas, meten los brazos en braseros mientras rezan al Emperador, luchan contra psíquicos cautivos, realizan saltos de fe aterradores en trampas gravitacionales escondidas y participan en innumerables ordalías más.
Durante esta batería de pesadillas los aspirantes también deben afrontar agonías terribles mientras sus cuerpos se adaptan a los órganos implantados y sufren andanadas interminables de psicoadoctrinamiento. Cuando se estima que están listos para ser neófitos, quedan pocos, transformados para siempre en asesinos duros y fanáticos religiosos leales solo al capítulo y al Dios Emperador.
Creencias[]
Todos los Marines Espaciales son famosos por su ferviente dedicación, pero la fe desmedida de los Templarios Negros suele ser descrita como fanática, e incluso rabiosa. Desean profundamente acabar con los enemigos de la Humanidad; y no son tolerantes con los herejes, mutantes, psíquicos, alienígenas o cualquier otro tipo de abominación. Durante diez mil años han dado pruebas de su lealtad y han asimilado sus doctrinas al pie de la letra, de forma que no tienen ningún tipo de compasión con los enemigos del Emperador. Acabarán con la población entera de un planeta para terminar con todo signo de herejía sin atisbo de piedad; y la mera presencia de una bruja en el campo de batalla los enfurecerá sobremanera.
Odio a las Brujas[]
A bordo del “Cruzado Eterno”, la barcaza de batalla que sirve como nave insignia al Gran Mariscal Hellbrecht y fortaleza monasterio móvil del Capítulo, se encuentra el Salón de los Registros, un vasto archivo donde una legión de escribas y servidores se esfuerzan en registrar la historia y las hazañas de las fuerzas de los Templarios Negros. Dicha tarea normalmente recaería en los Bibliotecarios del Capítulo, pero el Capítulo de los Templarios Negros se enorgullece de no tener ningún Marine Espacial psíquico entre sus filas.
No se sabe exactamente cuándo ni cómo los Templarios Negros dejaron de incorporar Bibliotecarios, ya que con su desaparición, mucha parte de su historia también desapareció. Observadores ajenos sugieren que dado que el Capítulo adoró al Emperador como a un Dios, se tomó el Edicto de Nikaea, que ordenaba la disolución de la división de los Bibliotecarios, como un mandato divino. Otros rumorean que la semilla genética de los Templarios Negros se ha deteriorado de alguna forma, o que todos los Bibliotecarios cayeron durante una gran guerra en la historia del Capítulo. Algunos estudiosos apuntan a la batalla final que los Templarios Negros tuvieron en el final de la Herejía de Catelexis, en el M34, y el grito de muerte apocalíptico que recorrió la disformidad tras la muerte de Cacodominus como otra posible explicación de la falta de Bibliotecarios. Sea cual sea la verdad, los Templarios Negros han sabido aceptar la pérdida de Bibliotecarios como parte del plan divino del Emperador. Si el Emperador vuelve a decidir bendecir a los Templarios Negros con Bibliotecarios, ellos lo aceptaran, pero hasta entonces, irán a la guerra sin esos poderosos guerreros entre sus filas.
Desde fuera se malinterpreta la falta de Bibliotecarios dentro de la organización de los Templarios Negros y se confunde la furia con la que los hermanos de batalla del capítulo combaten a los Hechiceros del Caos como una intolerancia hacia todos los psíquicos. No es el caso, a pesar de que tradicionalmente los Templarios Negros no incorporan psíquicos entre sus filas, se tiene un reverencial respeto hacia los Astrópatas, viéndoles como unos discípulos sagrados que han entrado en comunión con el Emperador. Los Navegantes son honrados de forma similar, por sus dones psíquicos que les permiten ver la luz divina del Astronomicón y guían a los Templarios negros a través de la disformidad para llevar el justo castigo a los enemigos del Emperador.
"Donde haya incertidumbre llevaré la luz. Donde haya duda llevaré. Donde haya vergüenza llevaré expiación. Donde haya ira la aplacaré. Mis palabras serán para el alma lo que es mi bólter para el campo de batalla."
- —Letanía de la Devoción
Votos de los Templarios Negros[]
Antes de una batalla, el Paladín del Emperador dirige las oraciones de sus hermanos y la meditación sobre el sagrado deber adquirido para con el Emperador. En ese momento, los Templarios Negros alcanzan increíbles grados de celo justiciero y juran acabar con todos los enemigos del Emperador.
Apariencia y heráldica[]
La servoarmadura de los Templarios Negros es mayormente negra y blanca. La aplicación del esquema de color puede variar de Astartes a Astartes, y los Templarios Negros decoran individualmente sus armaduras con imágenes devocionales, letanías, sellos de pureza y sellos de cruzada. El color negro es un signo de que, al igual que Sigismundo y los Capellanes con armadura negra de otros Capítulos, los Templarios Negros sirven al Emperador con absoluta y devota fe.
Los Templarios Negros no siguen el Codex Astartes, esto queda reflejado en como disponen su heráldica. Los Templarios Negros portan una cruz maltesa (generalmente negra) em ambas hombreras, por lo que la especialidad de la escuadra no queda indicado en la hombrera derecha. El rol del astartes se indica con el color del borde de la hombrera, con el color de fondo de la hombrera y el color de la cruz maltesa. La heráldica de Mariscales y Castellanos suele ser personal de cada uno.
Cada cruzada de los Templarios Negros funciona de forma independiente al resto, a veces pueden estar coordinadas por el Gran Mariscal pero no necesariamente. Aquellas cruzadas de mayor relevancia, tamaño o duración se las suele representar con un sello de cruzada concreto que los Templarios Negros participantes suelen lucir con honor
Semilla genética[]
La semilla genética de los Templarios Negros deriva de la de los Puños Imperiales, que solo está por detrás de la de los Ultramarines y los Ángeles Oscuros en estabilidad y pureza. Algunos eruditos imperiales han barajado la hipótesis de que los órganos de los Templarios Negros hayan sufrido alteraciones, lo que explicaría su hiperactividad y su reputación irascible. No obstante, es probable que esto se deba en mayor medida a la naturaleza fanática del credo de los Templarios Negros.
Land Raider Cruzado[]
El Land Raider Cruzado es una variante desarrollada por el capitulo de los Templarios Negros durante la Cruzada de Jerulas. Aunque en la actualidad lo utilizan muchos capítulos, incluso Caballeros Grises y la Inquisición, su construcción original se debe al Marine Artesano Simagus que descubrió la plantilla entre unos pergaminos y holobocetos. La variante Cruzado ha sido desarrollado como un tanque con el que abrir brechas en las líneas enemigas, construido y equipado para acabar con los enemigos atrincherados y aquellos que ocupaban posiciones fácilmente defendibles. En su interior se puede transportar un número mayor de tropas y en la parte frontal hay descargadores de granadas especiales para lanzar metralla durante los asaltos de la escuadra de Marines Espaciales que ocupan el vehículo. Esta particular variante de Land Raider encaja a la perfección con el estilo de combate de los Templarios Negros, robustos acorazados que estampar contra el enemigo, aturdir con la metralla expulsada por los descargadores para finalmente abrir la rampa de acceso delantera y arrasar con una devastadora carga con los Templarios Negros del interior.
Reliquias[]
- Armadura de Fe: La Armadura de Fe es el nombre tradicional que se otorga a la servoarmadura regalada al Paladín del Emperador. Elegida como la mejor servoarmadura artesanal disponible en el Capítulo y luego inscrita con sagradas protecciones y catecismos de odio, la servoarmadura ofrece mayor protección que cualquier otra servoarmadura ordinaria, permitiendo al Paladín del Emperador completar su deber sagrado.
- Espada Negra: La Espada Negra junto con la Armadura de Fe, es el arma tradicional del Paladín del Emperador. Una enorme espada de energía a dos manos, bendecida por los capellanes capitulares, que se convierte en un arma letal en manos de los elegidos de los Templarios Negros.
- Espada Negra de Sigismund: La legendaria Espada Negra empuñada por el primer capitán Sigismund, el primer Gran Mariscal de los Templarios Negros, es custodiada en la capilla mas sagrada del capitulo de los Templarios Negros.
- Espada de Dorn: Fue la espada que empuñaba Rogal Dorn, primarca de la legión de los Puños Imperiales, la cual rompió sobre su rodilla después de regresar del Espíritu Vengativo, la nave insignia de Horus. Sigismund recogió los fragmentos de la hoja rota y son guardados en la barcaza de batalla el Cruzado Eterno, el buque insignia de la mayor de todas las flotas de la cruzada de los Templarios Negros. Con parte de los fragmentos de la Espada de Dorn se forjo la Espada de los Grandes Mariscales.
- Espada de los Grandes Mariscales: Como señal de su cargo, el actual Gran Mariscal empuña la poderosa reliquia conocida como la Espada de los Grandes Mariscales. Una espada de energía que se forjo a partir de los restos de la espada del primarca Rogal Dorn. Cuenta la leyenda que Dorn rompió la espada sobre su rodilla después de la Herejía de Horus por no defender al Emperador de la Humanidad de Horus y nunca mas la empuño. Sigismund, el fundador de los Templarios Negros, decreto que el arma que llevarían todos los Grandes Mariscales seria esta espada, introduciendo fragmentos de la espada de Dorn en su forjado y esto les recordaría siempre su deber de expiar el fracaso de su primarca.
- Cadena de Celo: La mayoría de los Templarios Negros usan Cadenas de Devoción para unir sus armas a sus puños en vísperas de la batalla, retirándolas únicamente cuando se ha alcanzado la victoria. La Cadena de Celo, sin embargo, no es una señal tan fugaz. Está asegurada al arma y a la servoarmadura con una soldadura permanente que dura tanto como el servicio del Marine Espacial. Quitarse un guantelete con la cadena aún atada es un acto vergonzoso que conlleva una gran deshonra por lo que el portador de la Cadena de Celo deberá mantener su guantelete blindado puesto y el arma en la mano cada minuto del resto de sus días.
- Perdición del Brujo: El hermano-sargento Navrell llevaba esta espada sierra en la batalla contra los piratas Eldar en el mundo de Scoth del Sector Ixaniad. Lo que comenzó como una pequeña escaramuza se intensificó cuando se abrió un portal de la Telaraña en una cresta encima de la pelea. A través de él pasó un Vidente vestido de negro, y detrás de él, un torrente de refuerzos Eldar. Navrell lideró tres escuadras para eliminar la nueva amenaza. El crepitante fuego brujo y los afilados shurikens diezmaron a sus hombres, pero Navrell luchó incansablemente para derrotar al vidente. El portal se cerró de golpe, y la espada sierra de Navrell mató a muchos más Eldar ese día. Fue este hecho el que llevó a Navrell a ser adscrito a los Vigías de la Muerte, llevando su arma, llamada ahora Perdición del Brujo, con él.
- El Yelmo del Cruzado: Este yelmo imponente ha pasado entre campeones de los Templarios Negros durante siglos. En la antigua pieza del voco comunicador se encuentra el hueso de la mandíbula de San Sebatus el Antiguo, una reliquia santificada que potencia la voz del portador de forma que su sonido se imponga al estruendo de la batalla. Los corazones de los hermanos cercanos se llenan de celo y nadie puede resistir su furia.
- El Sudario Auriliano: Recuperado del mundo santuario de Aurilla tras la apertura de la Gran fisura, esta reliquia de devoción fue bendecida por la forma sagrada de Santa Agatine. Cubierto por un aura de luz ardiente, se dice que el sudario otorga protección divina a quienes se bañan en su brillo.
- Breviario Antiguo: Este libro de plegarias perteneció al primer Gran Capellán de los Templarios Negros. Contiene sus enseñanzas sobre lo divino y sus sucesores recitan sus páginas al inicio de la batalla. Cada frase de este tomo contiene un enorme peso para sus hermanos.
- Cráneo de Cacodominus: Un trofeo obtenido de una época conocida solo como El Aullido, el cráneo de esta criatura xenos sigue resonando con ecos de sus monstruosos gritos psíquicos.
- Espada del Juicio: El sello característico del águila del Emperador adorna la cruz de esta espada, su filo ha servido a muchos Templarios Negros a lo largo de los milenios.
- Proyectiles Buscabrujas: Forjados a partir de piezas de metal de las espadas de hermanos caídos y bendecidos por los sacerdotes devotos del Ministorum, estos proyectiles tienen un talento único para encontrar el corazón de las brujas.
- Orbe Sagrado de Antioch: Se trata de granadas artesanas creadas inicialmente por el Marine Artesano Antioch y cuyo poder de destrucción esta amplificado por la ira del Emperador. Las granadas están compuestas a partes iguales por explosivos muy peligrosos y ungüentos sagrados cuya pureza abrasa a aquellos que no tienen fe. Son armas letales contra los impuros y los malvados.
Acciones y campañas notables[]
M31-M33 Era del Renacimiento[]
- La Gran Purga: Desde su separación de los Puños Imperiales, Sigismund se convierte en el primer Gran Mariscal. Comienza la primera cruzada del Capítulo guiando a los Templarios Negros para purgar las fuerzas del Caos del Sistema Donatello en la que sería una de las campañas finales de la Purga. Una fuerza de los Amos de la Noche que se negaba a retirarse, para dar a sus aliados la oportunidad de retirarse al Ojo del Terror, fue destruida por completo.
- 1ª Cruzada Negra (781.M31).
M35-M40 Eras de la Apostasía y la Redención[]
- Incursión de Barbarus (831.M35): Los Templarios Negros se enfrentaron a los daemons. Más tarde, toda información referente a estos hechos fue purgada por la Inquisición.
- Guerras de la Apostasía (M36):Los Templarios Negros se ven forzados a iniciar una Cruzada contra uno de los Altos Señores de Terra. Junto a otros Capítulos - incluyendo su capítulo antecesor, los Puños Imperiales - los Templarios Negros combatieron en su camino a Terra para asediar el Palacio Eclesiarcal de Vandire.
- Segunda Purga de Lastrati (543.M36)
- Guerras Benedictinas o La pureza de la causa (020.M37-034.M38): Esforzándose en olvidar la corrupción de los anteriores milenios, el Adeptus Ministorum busca su penitencia conquistando el Subsector Benedictine, repleto de xenos. Los Templarios Negros enviaron su Capítulo al completo para luchar junto con cinco órdenes de Hermanas de Batalla y enormes ejércitos de la fe. Varios mundos Aldeari son capturados, y en los conflictos subsiguientes dos Grandes Mariscales son asesinados en rápida sucesión. El propio Eclesiarca declara el fin de la guerra, alegando que se habían alcanzado los objetivos en nombre del Emperador y retirando sus fuerzas. El nuevo Gran Mariscal Constantine, sin embargo, continúa la cruzada y los Templarios Negros, ahora en solitario, limpian con éxito los restantes mundos de xenos.
- Cruzada Aegisina (M39)
- Batallas de las Estrellas Muertas (983.M38): Los Templarios Negros se unen a una punta de lanza blindada de los Sables Carmesíes para derrotar a los Thu'l, una repugnante raza de xenos que prosperaba bajo la luz de una estrella moribunda. Tras ganar la batalla, los dos Capítulos casi se baten en duelo, pero tal acción es impedida cuando el Señor del Capítulo de los Sables Carmesíes, Gryloch, busca tal acción en el Codex Astartes y comprueba que está prohibida.
- Cruzada Arkron (finales M38): Cruzada emprendida por el Capítulo en las Estrellas Necrófago y que involucró a cientos de hermanos de batalla.
- Cruzada de Angevin (322.M39)
- Cruzada de Jerulas (645.M39)
- Cruzada Doniana (985.M39)
M41 El Fin de los Tiempos[]
- Batalla de Delugen (M41)
- Cisma de Boralis (M41)
- La Kruzada Verde (M41)
- Cruzada de Nimbosa (742.M41)
- Cruzada de Damocles (742.M41)
- Cruzada de Vinculus (833.M41)
- Campaña de Mundosverdes (865.M41): Los Templarios Negros se unen a los Ángeles Sangrientos y a los Guadañas del Emperador y se enfrentan a los colonos eldars de los planetas conocidos como Mundosverdes.
- Cruzada de la Ira (888.M41)
- Cruzada del Dolor (955.M41): Los Drukhari de la Kábala del Corazón Envenenado destruyeron la fortaleza de los Templarios Negros en el mundo jungla de Delleront y capturó a una veintena de reclutas. El Mariscal Gerhart y el Capellán Grimaldus lideraron una cruzada de castigo contra los xenos para vengarse por su insolencia y, a pesar de aniquilar a cientos de Drukhari, ni un solo recluta pudo ser rescatado.
- Cruzada de las Estrellas Necrofago(990.M41): Tras la muerte del Gran Mariscal Kordhel, Helbrecht se alza como líder de los Templarios Negros y, según dicta la tradición, inmediatamente declara una nueva cruzada - hacia las Estrellas Necrófago, para purgarlas de los misteriosos xenos que las habitan.
- Cruzada Dimaris: Liderada por el Mariscal Ricard, se vio interrumpida al cabo de poco tiempo debido a la erupción de la Tercera Guerra por Armageddon. (998.M41)
- Cruzada Tiberior: Liderada por el Mariscal Amalrich, se vio interrumpida al cabo de poco tiempo debido a la erupción de la Tercera Guerra por Armageddon. (998.M41)
- Tercera Guerra por Armageddon (998.M41): Los Templarios Negros se unen a otros muchos Capítulos de Marines Espaciales y fuerzas Imperiales para doblegar a la mayor invasión Orka desde los días de La Bestia. Cuando Innumerables naves orkas se dirigieron hacia Armageddon, el planeta lanzó llamadas de socorro astropáticas a través del empíreo, y grandes fuerzas imperiales respondieron, El nombre de Ghazghkull Thraka inspiraba odio y respeto, y muchos comandantes imperiales sabían que no podía subestimarse. Entre los que acudieron a ayudar había tres cruzadas completas de Templarios Negros, lideradas por el Gran Mariscal Helbrecht y el Gran Capellán Grimaldus. Mientras Helbrecht dirigía la atroz batalla en el vacío sobre Armageddon, envió al grueso de las cruzadas a reforzar las defensas del planeta, Grimaldus y los suyos entre ellos. El Capellán era conocido por su voluntad singular y determinación indomable. Había sido el Iniciado más joven en convertirse en Hermano de Armas. Como Capellán, Grimaldus había probado como acertada la fe de quienes lo habían ascendido defendiendo las veneradas reliquias el Capítulo y derrotando a innumerables herejes. Aquellos que lo seguían en combate escuchaban con gran fervor sus palabras. El Gran Mariscal Helbrecht era consciente de la fuerza inquebrantable de Grimaldus y también de que, si enviaba al Capellán a defender la Colmena Helsreach, este lo haría hasta el último aliento. Los pieles verdes irrumpieron en la Colmena Helsreach atacando con una flota de macrosumergibles con la que habían cruzado los océanos tempestuosos del planeta. Se encontraron con regimientos de soldados de la Legión de Acero de Armageddon, Titanes de la Legio Invigilata y templarios de Grimaldus. Estos últimos centraron su defensa en el templo del Emperador Ascendente. Con furia y determinación, resistieron las oleadas de xenos. Los Templarios Negros renovaban sus juramentos de odio cada nuevo amanecer y amontonaban los cadáveres de los invasores para quemarlos en la negrura de cada noche. Al final, tras dos meses solares de lucha, los pieles verdes irrumpieron en el templo. Los soldados del Astra Militarum huyeron aterrorizados ante el brutal ataque; sin embargo, mientras los Orkos saqueaban las reliquias antiguas y derribaban magníficas estatuas, los Templarios Negros luchaban impávidos. Fue durante esta batalla desesperada cuando Grimaldus pronunció sus famosas palabras ¨He cavado mi tumba en este lugar, y aquí triunfaré o moriré¨. El ejemplo inquebrantable que dieron los Templarios Negros obligó a las fuerzas imperiales que huían a reincorporarse. Ninguno deseaba fallar al Emperador a ojos de sus sirvientes más fanáticos o afrontar las consecuencias si los Templarios Negros sobrevivían y castigaban a quienes los habían abandonado. La Legión de Acero se lanzó de nuevo a la lucha, y la batalla se convirtió en una picadora de carne anárquica. Tan feroz fue que, al final. el antiguo templo se derrumbó sobre los combatientes. Así terminó la batalla del Templo del Emperador Ascendente. Las bajas fueron catastróficas en ambos bandos y se temió que Grimaldus estuviera entre los muertos. Hubo gran asombro cuando apareció arrastrándose entre las ruinas, ensangrentado pero ileso. Llevaba tres preciadas reliquias del templo: una columna del altar mayor, la bandera hecha jirones del Emperador Victorioso y un incensario de agua bendita de la Pila de la Elucidación. Pese a su final calamitoso, la batalla había retenido lo suficiente a los Orkos para que la Estación del fuego llegara y los hiciera retroceder. Por ello y por rescatar tres reliquias tan preciadas, los defensores de Armageddon nombraron al Gran Capellán Grimaldus ¨Héroe de Helsreach¨. Todavía lucha en nombre del Dios Emperador, en ese mundo y otros, y ha demostrado repetidas veces que su voluntad es más poderosa que las garras de la propia muerte.
- Batalla del Golfo Embrujado (Finales Tercera Guerra por Armageddon).
- Cruzada del Golfo de Ofidio (998.M41)
- Cruzada de Barbarrosa (999.M41)
- 13ª Cruzada Negra (999.M41): Liderados por el Mariscal Amalrich, los Templarios Negros de la Cruzada Cruxis lucharon en Cadia con la furia y el fanatismo por los que son justamente conocidos. Para vergüenza de Amalrich, sus esfuerzos no fueron suficientes para salvar el mundo de la destrucción, pero el heroísmo y fe de los supervivientes hizo que se unieran al Archimagos Belisarius Cawl y a Santa Celestine, la Santa en vida, en su misión de despertar a Roboute Guilliman. Amalrich, elegido como Campeón del Emperador, dio su vida para conseguir que la Cruzada Terran alcanzara su objetivo.
- Cruzadas de los Mundos Santuario: Tras la abertura de la Gran Fisura, los Templarios Negros - ahora reforzados con Marines Espaciales Primaris - mandan 4 flotas cruzadas, encomendándoles el mismo objetivo, proteger los Mundos Santuario. Así se inician las cruzadas Aurilla, Ophelia VII, Dachsus y Orteg III. Luchando contra incontables renegados, cultistas y Daemons, los Templarios Negros demuestran estar a la altura a pesar de sufrir grandes pérdidas.
- No puedes comprometerte: Los Templarios Negros son enviados a destruir el ejército de cultistas en una rebelión a escala planetaria en el mundo colmena de Krostein. Los líderes renegados, con poderes psíquicos, escapan de los ataques iniciales y se ocultan en las densamente pobladas ciudades colmena, donde invocan aliados daemonícos para reforzar sus mermadas fuerzas. Luchando por las estrechas calles de los manufactorum, los Templarios Negros notan que sus enemigos son reemplazados más rápido de lo que pueden ser eliminados. En una verdadera demostración de su fe y dedicación, los Templarios Negros se ven obligados a exterminar por completo a la población local para destruir totalmente la amenaza.
Acciones sin fecha[]
- Cruzada de Declates (Fecha indeterminada).
- Cruzada de Colmena Thetus (Fecha indeterminada).
- Cruzada Geónida (Fecha indeterminada).
- Purga del Ojo de Centrati (Fecha indeterminada).
- Cruzada de Empyrion (Fecha indeterminada).
- Cruzada del Castigo (Fecha indeterminada).
- Quema de Hemoria IV (Fecha indeterminada).
- Purga de la Colmena Orbital 72 sobre Porphyr III (Fecha indeterminada).
- Ofensiva Kasiroth: Batalla entre una fuerza combinada de los Templarios Negros y la Guardia Imperial contra el poder del Imperio Tau. Los Templarios Negros lograron imponerse con un devastador ataque que rompió y disgregó las fuerzas xenos (Fecha indeterminada).
- Cruzada del Fuego Nocturno: Exitosa cruzada lanzada contra los T'au de los Enclaves Farsight (Fecha indeterminada).
- Tormenta de Nyoth: Los Templarios Negros acuden en ayuda de los sistemas de la Expansión Nyoth que están siendo atacados por saqueadores orkos. Abordando el pecio espacial de mando xenos y usando sus tanques, los Templarios abren al vacío espacial grandes agujeros en el casco de la nave. Los orkos no tienen tiempo de reaccionar ante la repentina falta de aire y calor y el pecio espacial se convierte en una oscura y congelada tumba errante (Fecha indeterminada).
- Cruzada Teutanus: Cruzada iniciada para limpiar el Racimo Pleiades de enemigos del Imperio (Fecha indeterminada).
- Cruzada Thangdron: Cruzada cuyo líder fue el Mariscal Werhner (Fecha indeterminada).
- Cruzada Thorados: Los Templarios Negros abren una cicatriz incandescente de venganza a través del rebelde sector Invernus. Los Portadores de la Palabra que instigaron la insurrección lanzan su propia flota cruzada, chocando contra los Templarios Negros en un centenar de campos de batalla. La guerra aumenta enormemente de escala a medida que otras Legiones Traidoras y huestes de Daemons se unen a la lucha. Para cuando las dos cruzadas se estancan y detienen, el antaño populoso sector ha sido diezmado, y seis de sus mundos están consumidos por llamas radiactivas.
- Cruzada Tanhelm (Fecha indeterminada).
- Defensa de Lilia Mundi (Fecha indeterminada).
Miembros conocidos[]
Artículo principal: Lista de Templarios Negros conocidos
- Sigismund - Paladín del Emperador original y primer Gran Mariscal de los Templarios Negros.
- Sigenandus - Gran Mariscal durante las Guerras de la Apostasía.
- Ludoldus - Anterior Gran Mariscal, instigador de la Cruzada eterna de Morator y comandante de las Cruzadas de Vinculus y Jerulas.
- Haldredd- Capellán.
- Helbrecht - Actual Gran Mariscal de los Templarios Negros.
- Brant - Mariscal al mando de los Templarios Negros enviados al Sector Armageddon. Esta flota lleva a cabo la Cruzada de Solemnus.
- Marius Amalrich - Mariscal de la Cruzada Cruixis de los Templarios Negros.
- Marius Reinhart - fue un Castellano y Hermano de la Espada.
- Gervhart - Instigador de la Segunda Purga de Lastrati.
- Folker - Castellano de la Cruzada de Nimbosa.
- Austein - fue un Mariscal.
- Draco - Castellano, veterano de la Cruzada de Vinculus.
- Raimer - Castellano de la Cruzada del Golfo de Ofidio.
- Rammius - Dreadnought, amigo cercano de Helbrecht.
- Bethuel - Paladín del Emperador durante la Purga de la Colmena Orbital 72.
- Werhner - Mariscal.
- Iniciado Lucas - 5ª Escuadra Cruzada, Cruzada de Armageddon.
- Neófito Dalhan - 4ª Escuadra Cruzada, Cruzada de Nimbosa.
- Mavros - Capellán.
Galería[]
Pictografías[]
Miniaturas[]
Leer más[]
Fuentes[]
Extraído y traducido de Lexicanum inglés y Wikihammer 40K UK.
- Cómo Pintar Marines Espaciales.
- Codex: Templarios Negros (4ª y 9ª Edición).
- Codex: Armageddon (3ª Edición).
- Codex: Apocalipsis (Ediciones 3ª y 6ª).
- Codex: Ciudad de Muerte (4ª Edición).
- Codex: Necrones (5ª Edición).
- Codex: Marines Espaciales (Ediciones 3ª, 5ª, 6ª, 7ª y 8ª).
- Codex: Marines Espaciales del Caos (8ª Edición).
- Codex: Cazadores de Brujas (3ª Edición).
- Codex: Genestealers (7ª Edición).
- Suplemento Index Astartes: Black Templar (9ª Edición).
- Suplemento Codex Orkos: ¡Waaagh! Ghazhkull.
- Suplemento: Masacre Carmesí (6ª Edición).
- Suplemento Codex: Ángeles de la Muerte.
- Warhammer 40,000: Planetstrike (5ª Edición).
- Reglamento Warhammer 40,000 (5ª Edición).
- Gathering Storm I: Fall of Cadia (7ª Edición).
- Damnation Crusade (Novelas Gráficas).
- Deathwatch: Core Rulebook (Juego de Rol).
- Deathwatch: Rites of Battle (Juego de Rol).
- Deathwatch: Honour the Chapter (Juego de Rol).
- Imperial Armour II (2ª Edición).
- Index Astartes I-II.
- Dataslate: Reclusiam Command Squad (Libro de trasfondo).
- The Relic (Relato corto), de Jonathan Green.
- Ravenor Fugitivo, de Dan Abnett.
- La Cruzada de los Mundos de Sabbat, de Dan Abnett.
- La Cruzada de los Malditos, novela gráfica escrita por Dan Abnett.
- Exterminatus (Novelas Gráficas).
- Helsreach, de Aaron Dembski-Bowden.
- And They Shall Know No Fear... (relato corto), de Darren Cox.
- Warrior Brood (Novela), de C.S. Goto.
- Priests of Mars (Novela), de Graham Mcneill.
- White Dwarf nº 250, 311 y 324 (Edición australiana).
- White Dwarf nº 251, 269 y 310 (Edición estadounidense).
- White Dwarf 287, 312, 314 y 323 (Edición inglesa).
- Butcher's Nails (Audiolibro), de Aaron Dembski-Bowden.
- Words of Blood (Antología).
- Warhammer Community: https://www.warhammer-community.com/.