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Solitario Arlequines vs Legión Negra

Solitario y Arlequines atacando a la Legión Negra.

El Solitario (Solitaire en inglés) es el más peligroso de los Arlequines, un poderoso guerrero que ha condenado su alma para representar al Dios del Caos Slaanesh.

Descripción[]

Los Solitarios son guerreros increíbles, capaces de moverse a tal velocidad que el ojo humano no puede seguirlos. Sus inverosímiles cabriolas evitan que las espadas les alcancen y que las balas den en el blanco. Cuando combaten son enemigos letales, cuyas patadas y puñetazos son tan rápidos que la mayoría de enemigos mueren antes de percatarse siquiera de que había empezado la pelea. Cada Solitario equivale a un puñado de guerreros.

Los Solitarios son los Arlequines más peculiares de todos. Se ocultan en la sociedad tanto de Commorragh como de los Mundos Astronave, vagando de un lugar a otro sin revelar jamás su auténtica naturaleza. Estas temibles figuras solo desvelan el monstruo que acecha tras la fachada en contadas ocasiones, uniéndose a una Mascarada para una sola actuación o batalla antes de marcharse de nuevo, según le plazca. Cuando lo hacen, hablan y se les habla únicamente de forma ritual, y los demás Eldars les temen como a un mal augurio. Este halo de horror nace del hecho de que un Solitario es el único entre los Arlequines que representa el papel de Slaanesh. Existen historias de otros Arlequines que lo han intentado y a los que la experiencia llevó a actos de canibalismo y a la demencia. Por ello el papel del Solitario provoca un gran temor y el máximo respeto. También le convierte en el Arlequín más peligroso de todos, ya que camina por la Senda de la Perdición y su esencia está condenada a ser devorada por la Sedienta. Saber que su alma está perdida les empuja a cobrarse un alto precio en vidas enemigas antes de que llegue su hora. No obstante, según las historias de los Arlequines, el Dios que Ríe a veces logra engañar a Slaanesh y arrancarle el alma del Solitario, pero nunca le resulta fácil. A veces Slaanesh es demasiado poderoso, y toda la astucia y voluntad del Dios que Ríe resulta inútil.

Pese al destino que les aguarda, se dice que el Dios que Ríe ha tocado a los Solitarios y poseen su conocimiento sobre la Caída y la naturaleza del universo. Muchos Eldars creen que hablar con un Solitario es llamar a una muerte terrible y que, si alguien habla o toca accidentalmente a uno de ellos, es preferible que se quite la vida de inmediato.

Eldar arlequin Solitario

Solitario

Un Solitario jamás muestra señales de ninguna emoción, ni en el campo de batalla ni con otros Arlequines. Los psíquicos de cualquier raza, y eso incluye a los Eldars, sufren graves depresiones cuando se encuentran cerca de un Solitario, ya que su aura mental resulta increíblemente confusa para ellos. Los ataques psíquicos llevados a cabo contra un Solitario suelen fracasar, y las armas que atacan la mente del contrincante, como los neurodisruptores, no les provocan efecto alguno.

Existen relatos acerca de Eldars que se encontraron con un Solitario, y que sólo después de pasado mucho tiempo advirtieron que se habían encontrado con el Gran Arlequín, Cegorach, en persona.

Lo primero que el enemigo conoce del ataque del Solitario es un borrón de luz y color zigzagueando entre sus filas. Entonces comienza la matanza. Los soldados caen, abriendo los ojos como platos mientras sus cabezas caen cercenadas, sus gargantas son rajadas y sus corazones atravesados. La sangre cae como una lluvia de monzón al paso de un asesino demasiado rápido para ser visto. Solo cuando se detiene por un momento entre la matanza logran sus víctimas captar un parpadeo de su verdugo: un campo de cuadros de dominó arremolinándose en torno a una figura ágil, cuya cabeza cubierta por una grotesca máscara se ladea con gesto de curiosidad al contemplar a sus presas.

Cuando salta de nuevo, la muerte de sus víctimas está a apenas segundos de distancia. Nadie, ni siquiera los demás Arlequines, conoce los límites de las habilidades de los Solitarios. Existen relatos en los que estos asesinos sobrenaturales suben corriendo por escarpadas murallas de fortalezas, surgen de las sombras dentro de búnkeres sellados, e incluso ralentizan el paso del tiempo. Cuánto de esto es hipérbole y cuánto es verdad, pocos pueden decirlo con seguridad. Para aquellos que se interponen en el camino de un Solitario importa bien poco, pues sus muertes están garantizadas de todas formas.

Solitario Arlequines 2ª Edición John Blanche ilustración

Solitario, por John Blanche.

Como corresponde a su naturaleza hermética y misteriosa, muchos Solitarios solo lucen una muestra de los colores de su Mascarada adoptiva, aunque todos portan sus distintivas máscaras y runas.

La runa del Solitario, formada por un rombo hueco con cuernos, es un presagio aciago que su dueño suele grabar a fuego en la frente de sus víctimas para propagar la superstición y el miedo.

La máscara del Solitario es cruel e inquietante y refleja las facciones exageradamente andróginas de Slaanesh en todo su esplendor demoníaco.

Armamento[]

El Solitario suele ir armado con holoarmadura, Caricia del Arlequín, Beso del Arlequín y cinturón gravitatorio. Puede equiparse además con granadas de disrupción y/o tomar una de las reliquias de la Biblioteca Negra.

Miniaturas[]

Fuentes[]

  • Codex: Arlequines (7ª Edición).
  • Codex: Eldars (Ediciones 2ª, 4ª y 6ª).
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