Shenlong es un Mundo Colmena dedicado especialmente a la fabricación de proyectiles de todos los tipos y calibres del Segmentum Ultima. Fue colonizado en la Era Oscura de la Tecnología, y está lleno de fábricas, fundiciones y factorías. Su atmósfera está densamente contaminada por siglos de contaminación.
Shenlong está rodeado de un denso campo de asteroides que solo son seguros de atravesar para quienes conocen las cambiantes rutas con precisión. Lo más peligroso son las minas termonucleares de proximidad que se encuentran en los asteroides, accionadas automáticamente y capaces de distinguir un asteroide de una nave.
Historia[]
Shenlong se había encontrado bajo dominio Imperial hasta que fue ocupada por los Portadores de la Palabra, quienes sometieron a la población a incontables sufrimientos. El castellano caótico Falkir lo gobernaba desde la Fortaleza de Ikari. Cuando las Fuerzas de Defensa Planetaria aún luchaban en sus últimos y aislados reductos, llegó Iskavan el Odiado con lo que quedaba de la Hueste con la que había intentado corromper Cybele, con la Barcaza de Batalla Bellus pisándole los talones.

Fundición imperial en Shenlong
La Bellus solo pudo atravesar el campo de asteroides gracias a que el Inquisidor Ramius Stele le había extraído la información de las rutas a un Marine Espacial del Caos capturado en Cybele; y a la pericia del capitán de la nave, Ideon. Tuvieron que hacer una navegación silenciosa y lenta para no atraer la atención de las minas de proximidad. Cuando se acercaron a la atmósfera, tuvieron que luchar contra la Elegía Eterna, la nave insignia de Iskavan, a la que derrotaron disparando contra las minas de su alrededor.
Tras esto, los Ángeles Sangrientos asaltaron la Fortaleza de Ikari con Thunderhawks y Cápsulas de Desembarco, y lograron la victoria gracias a que los defensores no se esperaban tal maniobra, a la violencia de Koris y el resto de miembros de la Compañía de la Muerte y a la Lanza de Telesto.
La población de Shenlong salió a recibir a sus libertadores cubierta de harapos y de una forma un tanto peculiar. Mostraban devoción sin limites contra Arkio "El Bendecido" y agradecían a los Ángeles Sangrientos haberles traído el "Don de la Muerte". Muchos de ellos habían estado a punto de abrazar la fe de Lorgar solo para escapar de tanto sufrimiento, y consideraban que la muerte era un escape y un justo pago. Fueron éstos habitantes los que confeccionaron la insignia de los devotos a Arkio: La gota de sangre típica de los Ángeles Sangrientos, pero rodeada de un halo divino y con una lanza cruzada.
Iskavan huyó con los pocos supervivientes que le quedaban a las alcantarillas de la ciudad y allí intentó invocar a un Devorador de Almas. Sin embargo, la psique de Garand se lo impidió y enfureció a Iskavan diciéndole que no había sido más que una marioneta en sus manos.

Enfurecidos, los Portadores de la palabra supervivientes emergieron a la superficie en un hospital custodiado por las Hermanas de Batalla y lo convirtieron en un matadero. Iskavan secuestró a uno de los encargados de las letales toxinas almacenadas para armamento con el plan de liberarlas y acabar con todo lo vivo del planeta, aunque eso le costase la vida. Rafen fue capaz de impedirlo persiguiéndoles y consiguiendo derramar un contenedor lleno de metal fundido, que acabo con el secuestrado y con los Portadores, e hirió de gravedad a Iskavan.
Aún así, Iskavan era mucho más poderoso que Rafen y le venció en combate. Rafen solo sobrevivió gracias a la intervención de Arkio armado con la Lanza de Telesto, al que durante el combate le surgieron alas de la espalda y se convirtió en lo que a ojos de todo el mundo era la reencarnación de Sanguinius.
Iskavan fue derrotado y a Arkio se le preparó una Armadura Artesanal a medida. Las gentes de Shenlong fueron reclutadas por los Astartes seguidores de Arkio para formar un ejército con el que acudir a Baal.
Rafen se vió obligado en Shenlong a admitir la divinidad de Arkio con la Pistola Bólter de Sachiel apuntándole a la cabeza.
Fuentes[]
- Deus Encarmine, por James Swallow.