Los servocráneos son drones no tripulados construidos a partir de un cráneo humano, al que le equipan una amplia gama de dispositivos, como los generadores gravíticos, que les permiten flotar en el aire.
Normalmente, se suele usar el cráneo de un adepto del Adeptus Terra, para que pueda continuar con su labor después de muerto. Convertirse en servocráneo es un gran honor en el Imperio.
Son una pieza muy importante del trabajo imperial, ya que hacen muchas tareas, ya sea actuar como escribas para conversaciones importantes, a simples antorchas flotantes para iluminar la oscuridad. Los servocráneos se utilizan en todas las ramas del Imperio, y cada uno se diseña para una tarea concreta.
Algunos, por ejemplo, están diseñados para fines militares, por lo que se les implante sensores ópticos para detectar enemigos. Son usados frecuentemente por los Inquisidores y también por los señores de un Inquisidor. En este caso, están ligados al Inquisidor por medios cibernéticos o psíquicos, que les permite controlarlos, lo que les permite ver u oir todo lo que oye el servocráneo. También pueden autodestruirse creando un pulso electromágentico que anula vehículos durante breve lapsus de tiempo, pero que sirve de todas formas. ( sacado del videojuego Dawn Of War)