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Veredicto del Certamen de Relatos Wikihammer + Voz de Horus ¡Léelos aquí!

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Revuel Arvida Mil Hijos Kalium

Revuel Arvida combatiendo junto a los Cicatrices Blancas contra los Hijos del Emperador en la Puerta de Kalium.

Revuel Arvida fue un Sargento de la 4ª Hermandad de la Legión de Marines Espaciales de los Mil Hijos en las fases finales de la Gran Cruzada y el comienzo de la Herejía de Horus. Miembro del Culto Corvidae de los Mil Hijos, formaba parte de un elemento de la flota de dicha Legión que fue enviado a regiones remotas por órdenes secretas de Magnus el Rojo justo antes de la Batalla de Prospero.

Aproximadamente seis meses después regresó a Prospero bajo el mando del Capitán de su Hermandad, Menes Kalliston, en un intento de descubrir el destino de los demás miembros de los Mil Hijos.

Más tarde, Revuel Arvida encontraría el camino a Terra, donde fue transformado en un ritual arcano dirigido por Malcador el Sigilita en una amalgama de Arvida y un fragmento psíquico del alma de Magnus el Rojo que había quedado en el Mundo Trono tras su incursión ritual en la Telaraña Imperial para advertir al Emperador de la traición de Horus.

El nuevo ser híbrido eligió llamarse Ianius, más tarde conocido como Janus, que se convertiría en el primer Gran Maestre Supremo de los Caballeros Grises.

Historia[]

Regresando a Prospero[]

No se sabe casi nada de la carrera de Arvida antes de su regreso a Prospero. Al operar en la flota de los Mil Hijos, no estuvo presente durante el ataque imperial sobre su mundo, y de hecho no tuvo conocimiento de dicho acontecimiento hasta mucho después. Varias semanas después de la dispersión de la flota de los Mil Hijos, su Capitán, Menes Kalliston, se comenzó a preocupar por su incapacidad para comunicarse con Prospero, decidiendo cambiar el rumbo de su nave (la Geométrica) para regresar a su base. Varias Tormentas Disformes retrasaron su avance, además de varios ataques por parte de fuerzas imperiales con las que intentaron comunicarse. Seis meses después, la Geométrica, con escasa tripulación, entró en la órbita de un mundo arrasado y devastado. Arvida no estuvo muy de acuerdo con la decisión de Kalliston de volver a casa, sintiendo que había ciertos misterios que debían resolverse antes y que concernían a lo ocurrido con su Legión. Sin embargo, accedió lealmente a acompañar a su Capitán a la arrasada superficie, junto con una escuadra de Hermanos de Batalla, para buscar señales de supervivientes de la Legión de los Mil Hijos o de su Primarca.

Mientras exploraban las ruinas de Tizca, Arvida descubrió fragmentos de servoarmadura pertenecientes a la Legión de los Lobos Espaciales, así como obscenas pintadas en los pocos muros que seguían en pie. Advirtió a Kalliston que era posible que aún quedaran Lobos en el planeta, y justo después de su aviso la escuadra cayó bajo ataque de guerreros equipados con servoarmaduras de heráldica desconocida. Al resultar eliminados en la emboscada todos los demás miembros de su grupo de combate, Arvida quedó separado de Kalliston y del resto de la escuadra por los atacantes. Sus habilidades precognitivas le informaron de que Kalliston y los demás estaban en grave peligro, por lo que les aconsejó una retirada inmediata. Por desgracia, la señal no recibió ninguna respuesta.

Sintiendo como su propio futuro se tensaba y estrechaba a su alrededor, Arvida se ocultó justo antes de que dos Marines Espaciales enemigos aparecieran al lado de su posición. Empleando sus poderes precognitivos, hizo dos disparos desde su cobertura al punto que ambos Marines ocuparían apenas un segundo después, consiguiendo un tiro perfecto a la cabeza en uno de los casos, pero solo rozando al segundo. El superviviente se acercó a distancia de combate cuerpo a cuerpo, pero Arvida fue de nuevo capaz de emplear sus poderes para esquivar los golpes del Hacha Sierra de su atacante, impactando de nuevo con otros tres disparos directamente en la cara del agresor. Henchido por su victoria, miró el blasón de su atacante, y se quedó sin palabras y en shock al descubrir la aparente locura de haber sido atacado por un miembro de los Devoradores de Mundos.

Al regresar al lugar en el que habían aterrizado, Arvida descubrió que había sido invadido por varias escuadras de los Legionarios de Angron. Dándose cuenta de que debía huir y esconderse, su repulsión por las acciones de los Devoradores de Mundos le hicieron atisbar de nuevo en el futuro, encontrando la hebra del destino que llevaría a la muerte de su Capitán al mando de aquellos Devoradores de Mundos, lo que le permitió volarle la cabeza de un disparo con precognitiva precisión, justo antes de lograr escapar.

Operando bajo la idea de que la Geométrica habría sido destruida casi con toda seguridad, Arvida tomó la decisión de esconderse y comenzar una cruzada personal. Viviría, sin desfallecer ni detenerse jamás, hasta descubrir exactamente qué había provocado el holocausto que había devorado Prospero y había aniquilado a su Legión, así como para reunir todo el conocimiento que tuviera al alcance de su mano para descubrir a las fuerzas responsables de dicha acción y acabar con ellas de una vez por todas, sin respiro y sin piedad. Sus propias capacidades precognitivas pudieron mostrarle que no moriría en Prospero.

Segunda Batalla de Prospero[]

Tiempo después fue redescubierto por la guardia personal de Exterminadores del Primarca Jaghatai Khan de los Cicatrices Blancas, que había acudido con su Legión a Prospero en busca de su desaparecido amigo Magnus el Rojo. En medio de un combate contra Psiconeuein fantasmales a los que los guerreros de Chogoris no podían herir ni matar, Jaghatai cayó por una grieta desapareciendo en el interior de las Cavernas Resplandecientes, y poco después apareció Arvida empleando sus poderes psíquicos para ayudarles a escapar. Al empeñarse los guardaespaldas en regresar al lugar donde había desaparecido el Khan de Khanes, Arvida les prestó de nuevo su ayuda, lanzando hechizos que hacían corpóreos a los espectros para que los Cicatrices Blancas pudieran matarlos, pero su número era tan ingente que ninguno daba abasto. Entonces, cuando todo parecía perdido, Jaghatai reapareció y destruyó personalmente a todos los Psiconeuein sin necesidad de corporizarlos.

Sin embargo, no pudieron marcharse de inmediato: de repente apareció Mortarion, Primarca de la Legión Traidora de la Guardia de la Muerte, acompañado de seis Sudarios de Muerte. Mortarion trató de traerle al bando del Señor de la Guerra Horus, o al menos de convencerle de unirse a la rebelión contra el Emperador, puesto que ambos personajes resultaban tiránicos y en el fondo tanto Jaghatai como Mortarion habían sido marginados durante la Gran Cruzada. No obstante, Jaghatai ya había descubierto la corrupción en la que habían caído sus hermanos Traidores a través de un eco del espíritu de Magnus atrapado en las Cavernas, y se negó a aceptar su propuesta. Siguió un tremendo duelo entre los dos Primarcas y sus respectivos séquitos, en el que Arvida apoyó a los Cicatrices Blancas con el poder de su mente. En el último momento, cuando ambos Primarcas ya estaban exhaustos y dispuestos a lanzar un golpe decisivo contra el otro, Mortarion recibió el aviso de que la flota que había traído para apoyar a la facción horusiana de la V Legión, que había conseguido paralizar la respuesta de sus hermanos al tomar el mando de la nave insignia, estaba siendo atacada sin previo aviso, y decidió volver a teleportarse a la órbita para retirarse del Sistema sin perder naves, ya que había previsto que los Cicatrices se unirían a él.

A fin de poder regresar también a la órbita, Jaghatai pidió a Arvida que desplegase su poder psíquico para penetrar en las turbulencias psicofísicas que les impedían ser teleportados de vuelta. Una vez retornados y restablecido el orden, se persiguió a la Guardia de la Muerte hasta que abandonó el Sistema Prospero, y después Jaghatai decidió, por consejo de su amigo Targutai Yesugei, que aquellos que se habían avergonzado a sí mismos llevando la división al seno de la Legión en nombre del Señor de la Guerra limpiarían su nombre actuando como destacamentos dispersos que combatirían contra los Traidores allí donde los encontrasen. Tras esta Segunda Batalla de Próspero, y en reconocimiento por su ayuda, los Cicatrices Blancas aceptaron al Sargento de los Mil Hijos como invitado de la V Legión.

Separando la Lealtad de la Traición[]

Mientras Arvida pasaba el tiempo recuperándose de su terrible experiencia en Próspero, entabló amistad con el Vidente de las Tormentas Targutai Yesugei. Mientras el Mil Hijo recuperaba lentamente su fuerza y sus poderes precognitivos, Yesugei intentó en repetidas ocasiones convencer a Arvida para que se convirtiera en miembro de la V Legión, ya que los Mil Hijos eran ahora considerados Traidores Excomulgados.

Incluso llegó a encargar a los artificieros de su Legión la creación de una hombrera híbrida, que incorporase la iconografía de ambas Legiones, para reemplazar el de Arvida que había quedado gravemente dañado durante los combates contra la Guardia de la Muerte.

Aunque Arvida se planteó seriamente volver a formar parte de una Legión, finalmente se negó: seguiría siendo, siempre y para siempre, un hijo de Magnus y un leal servidor del Emperador.

Arvida estaba decidido a seguir su suerte, pues creía que su destino estaba relacionado de algún modo con la imagen del cuervo asociada al sigilo del Culto Corvidae que había previsto mientras estaba varado en Próspero.

Durante este tiempo, Arvida había empezado a experimentar los efectos mutacionales de la maldición genética de su Legión, conocida como el "Cambio de Carne".

Sendero en el Cielo[]

Casi cuatro años después, los Cicatrices Blancas habían librado con éxito una guerra de guerrillas contra las líneas de suministro de los Traidores en las profundidades del vacío. Aunque sus ataques fueron devastadores al principio, con el tiempo, su número se fue reduciendo lentamente hasta niveles casi críticos.

Tras una emboscada especialmente devastadora de los Guerreros de Hierro en Iluvuin, el Khagan estaba decidido a llegar al Mundo Trono, para estar al lado del Emperador cuando el Señor de la Guerra y los Traidores invadieran inevitablemente el Sistema Sol y sitiaran Terra.

Pero se encontraron con obstáculos a cada paso: atrapados por la Tormenta de Ruina, la enorme Tormenta Disforme conjurada por la Legión Traidora de los Portadores de la Palabra durante la Masacre de Calth, que bloqueó grandes porciones de la Vía Láctea tanto a los viajes interestelares como a las comunicaciones.

También estaban siendo acechados y arengados por naves Traidoras de una fuerza de combate traidora combinada, compuesta tanto por la Guardia de la Muerte como por los Hijos del Emperador, liderada por el mismísimo Lord Comandante Eidolon.

Pronto se presentó una oportunidad cuando los Cicatrices Blancas descubrieron la Puerta Kalium, una antigua Puerta Disforme que se remontaba a la Era Oscura de la Tecnología y que llevaba mucho tiempo abandonada desde la Era de los Conflictos. Desgraciadamente, los Cicatrices Blancas no pudieron utilizarla, ya que sus tácticas y patrones eran predecibles para los Traidores, y el Lord Comandante Eidolon dedujo correctamente que los Cicatrices Blancas intentarían utilizar la Puerta Kalium.

Cuando los Cicatrices Blancas llegaron, se encontraron con que la Puerta disforme estaba en ruinas y repleta de fuerzas enemigas. Se desató una feroz batalla entre las dos fuerzas enemigas. En el conflicto que siguió, parecía que el Khagan había sido herido de muerte cuando se enfrentó en batalla al muy cambiado Lord Comandante.

Pero no era más que una farsa, ya que en realidad se trataba del Maestro Keshig Qin Xa, que vestía la armadura del Khagan. Huyendo de sus atacantes a bordo del buque insignia de los Cicatrices Blancas, Lanza del Cielo, Qin Xa acabaría sucumbiendo a sus heridas.

Durante este tiempo, Arvida apenas podía contener los estragos del Cambio de Carne mutacional de los Mil Hijos, y cada vez que utilizaba sus habilidades psíquicas innatas, su maldición genética amenazaba con abrumarle por completo. Pero antes de que su amigo Qin Xa muriera, le dijo a Arvida que hiciera todo lo que estuviera en su mano para encontrar una cura para el Cambio de Carne. Arvida juró que lo haría.

Más tarde se reveló que la presencia de las Cicatrices Blancas en la Puerta de Kalium en realidad no era más que otra distracción, ya que no tenían intención de utilizar la Puerta Disforme, pues el verdadero propósito del Khagan era encontrar al notorio Navegante Mayor Novator Pieter Achelieux. Una vez encontrado el Novator Achelieux, condujo a los Cicatrices Blancas a la Grieta Disforme conocida como Catallus, donde, oculta entre sus turbulentos remolinos empíricos, había una larga y cristalina estación de vacío.

Dentro de este edificio había un antiguo y poderoso dispositivo conocido como el Cristal Oscuro, una reliquia arqueotecnológica de la Era Oscura de la Tecnología. Se creía que este dispositivo, descubierto por mercaderes durante la Gran Cruzada, se había utilizado para probar la tecnología que más tarde daría lugar a la construcción del Trono Dorado.

El Cristal Oscuro, al igual que su homólogo en Terra, podía acceder a la Telaraña mediante el uso de un trono central manejado por un psíquico que debía poseer un enorme poder para poder controlar el dispositivo.

Perseguidos por las fuerzas de la Guardia de la Muerte y los Hijos del Emperador, los Cicatrices Blancas descubrieron la ubicación del Cristal Oscuro y pretendían utilizarlo para viajar instantáneamente al Sistema Sol a través de la Telaraña. Sin embargo, un agente renegado de la Navis Nobilite llamado Veil, que había acompañado a los Cicatrices Blancas, recibió el encargo de destruir este arcaico dispositivo, ya que podría significar el fin de la Navis Nobilite si su tecnología se generalizaba (siendo este la verdadera intención del Emperador).

Targutai Yesugai dirigió una pequeña fuerza de ataque hacia la estación espacial cristalina, desesperado por hacer uso del Cristal Oscuro. Con el enemigo acercándose y la estación derrumbándose a su alrededor debido a las explosiones de las cargas vórtice lanzadas por Veil, el Vidente Yesugai se sacrificó sentándose en el trono de mando del Cristal Oscuro. Abrió un portal a Terra, que permitió a la flota de las Cicatrices Blancas huir rápidamente a través de él y escapar de las garras de los Traidores.

Antes de morir, la forma astral de Yesugai transmitió un último mensaje a su amigo Arvida: pidió al Mil Hijo que utilizara sus vastas habilidades psíquicas para guiar a la flota de los Cicatrices Blancas en su viaje al Mundo Trono.

Cuando las naves de los Cicatrices Blancas atravesaron la Telaraña, fueron atacadas por una horda de demonios de Slaanesh comandados por el Guardián de los Secretos, Maushya Rakshashi. El Khan logró destruir al Gran Demonio antes de que pudiera dañar a su objetivo, que era Arvida.

Después de que consiguiera guiar a la flota de las Cicatrices Blancas más cerca de Terra, Arvida sucumbió finalmente a los efectos del Cambio de Carne y quedó inconsciente. Khalid Hassan, capitán de la 4ª Orta Clandestina del Ejército Imperial y agente de Malcador el Sigilita, llegó a bordo del buque de guerra Lanza del Cielo. Prometió a los Cicatrices Blancas que su amo haría todo lo que estuviera en su mano para tratar el estado de Arvida, pues el Sigilita había estado esperando su llegada.

Janus[]

Con su cuerpo devastado por el Cambio de Carne, Arvida se aferraba a la vida por el más mínimo hilo. Colocado en un sarcófago de estasis, fue llevado a los niveles subterráneos más profundos de la Mazmorra Imperial, situada muy por debajo del Palacio Imperial. Allí Malcador intentó atar un fragmento de la psique de Magnus el Rojo, uno de los muchos fragmentos del alma psíquica del Rey Carmesí que permanecían en Terra.

Cuando Magnus atravesó el escudo psíquico del Emperador sobre el Palacio Imperial de Terra, su alma se rompió como un espejo arrojado con rabia. Efectivamente, su alma se había fracturado en una vasta multitud de aspectos diferentes, cada uno de los cuales representaba una parte de la personalidad del primarca.

Todo lo que quedaba en Terra era el aspecto de Magnus que había representado al siempre leal hijo del Emperador. Era este fragmento del alma de Magnus lo que Malcador esperaba utilizar mientras el cuerpo de Arvida se encontraba en las últimas fases del Cambio de Carne.

El sigilita esperaba resucitar una forma de Magnus para que pudiera ocupar su lugar en el Trono Dorado y cumplir el destino que el Emperador había previsto originalmente para su hijo psíquicamente poderoso: conectar la miríada de mundos del Imperio con una versión humana de la Telaraña Aeldari.

Preocupado por lo que le estaban haciendo a Arvida, Jaghatai Khan acudió en su ayuda y ordenó al Sigilita que detuviera lo que estaba haciendo, pero ya era demasiado tarde. Como la esquirla de Magnus era demasiado poderosa para contenerla, el cuerpo gravemente mutado de Arvida empezó a ser consumido por el fuego psíquico.

Malcador pretendía aplicar la eutanasia al hechicero, pero el Khagan insistió en que Arvida era su pupilo y debía tener la oportunidad de triunfar o fracasar por sí mismo, sin interferencias externas. El primarca procedió entonces a destruir la maquinaria arcana de la cámara, liberando a la amalgama de Magnus/Arvida de los campos de supresión y las protecciones psíquicas.

La energía psíquica que consumía el cuerpo de Arvida pronto se fusionó y solidificó en materia sólida, adoptando la forma de un Astartes, pero sin rastro alguno del Cambio de Carne. Uno de los ojos del ser estaba hinchado con tejido cicatricial, como el ojo que le faltaba al Rey Carmesí. Esta entidad no era el primarca sombra atrapado en un cuerpo anfitrión, como pretendía Malcador, ni tampoco era del todo el legionario antes conocido como Revuel Arvida, pues se había convertido en mucho más.

Al referirse a sí mismo, pidió que le llamaran "Ianius". Ianius se disculpó por no haberse convertido en Magnus debido a que ambos iban a acabar muriendo en un futuro cercano.

El nombre Ianius se transcribiría más tarde como "Janus", uno de los ocho Marines Espaciales elegidos por Malcador el Sigilita y aprobados por el Emperador para sentar las bases de lo que se convertiría en la Inquisición y el Capítulo de los Caballeros Grises de los Marines Espaciales.

Años más tarde, tras su audiencia personal con el Amo de la Humanidad en los últimos días de la Herejía de Horus, Malcador llevó a los ocho Marines Espaciales a la luna de Saturno llamada Titán, y supervisó la creación inicial de los Caballeros Grises como Capítulo plenamente operativo. Pero el Sigilita no podía quedarse para supervisar su evolución, así que seleccionó a uno de los ocho para liderar el Capítulo en los años venideros.

El último acto de Malcador antes de regresar a Terra para el clímax de la Herejía fue nombrar a Janus primer Supremo Gran Maestre de los Caballeros Grises, para guiar al naciente Capítulo a través de sus primeros desafíos.

Las leyendas sobre el señor fundador de los Caballeros Grises son tan numerosas como estrellas hay en el cielo nocturno -los campeones del Caos que mató, las guerras que ganó, los Demonios que desterró- y nadie que esté vivo ahora sabe cuánto se han tergiversado a lo largo de los siglos.

La Decapitación[]

Más de mil años después de que la Herejía de Horus terminase, y al concluir la Guerra de la Bestia en el 546.M32, el Gran Maestro de los Asesinos, Drakan Vangorich, purgó a once de los Altos Señores de Terra, en un acontecimiento que llegó a conocerse como La Decapitación.

Vangorich se nombró a sí mismo Lord Protector del Imperio. El último Alto Señor superviviente, la representante inquisitorial Marguerethe Wienand, fue salvada por Vangorich debido a que el albergaba sentimientos románticos por ella.

Durante las fases finales luego de la Decapitación, ella fue informada de la existencia de la Cámara Militante del Ordo Malleus -el Capítulo de los Caballeros Grises- por un representante Lastan Neemagiun Veritus.

Veritus entregó a Wienand la llave de la Ciudadela de Titán y la nombró su sucesora. Ella sería el enlace entre la Inquisición y el reservado Capítulo de los Caballeros Grises. Poco después de la muerte del Inquisidor, Wienand, a instancias de Veritus, fue a buscar a la luna de Titán al líder de los Caballeros Grises; Janus

Cuando conoció a Janus por primera vez, aunque se había encontrado con muchos Marines Espaciales a lo largo de su vida, casi se sintió abrumada por la mera presencia del Supremo Gran Maestre, pues era más que un simple Astartes, era la encarnación de todo lo que el Rey Carmesí debería haber sido.

Juntos, desatarían el poder de los Caballeros Grises sobre los enemigos de la Humanidad, el último regalo del Emperador al pueblo que amaba.

Apariencia y Habilidades[]

Arvida era bajo y fornido, con un cuello de toro y una mandíbula angulosa, lo que le daba el aspecto de un Marine Espacial especialmente agresivo.

Como todos los miembros del Culto Corvidae, estaba entrenado y destacaba en el uso de las disciplinas psíquicas de adivinación, precognición y determinación de las probabilidades de suceder de futuros acontecimientos concretos. Hay que señalar, sin embargo, que durante la época en la que la flota de los Mil Hijos estuvo dispersa, Arvida tuvo más difícil el acceso y control de sus habilidades. A pesar de las deprimentes circunstancias que le hicieron ser un prisionero de facto de los Devoradores de Mundos, Arvida supo, como solo un Corvidae podía estar seguro, que no hallaría la muerte en Prospero. Eso no le consolaba por todo lo ocurrido y por todo lo que se había perdido, pero por lo menos le dio fuerzas para planificar sus siguientes pasos con cierta rapidez y urgencia.

Su Capitán, Menes Kalliston, decía que Arvida era conocido por ser un alma escéptica, y de hecho Kalliston tuvo que esforzarse bastante para convencerlo de la sabiduría tras el acto de investigar las ruinas de Prospero. Para ello, Kalliston apeló al interés de Arvida en aprender secretos escondidos y recuperar objetos antiguos o portadores de conocimiento para hacerle estar de acuerdo con volver a su mundo natal.

Atípicamente para un miembro de los Mil Hijos, Arvida jamás tuvo una confianza plena y ciega en las acciones de su Primarca, Magnus. Las ruinas del arrasado Prospero solo sirvieron para convencerle que siempre había estado en lo correcto al dudar de algunas de la estrategias y órdenes de Magnus, considerando que era una locura seguir obedeciéndolas, lo que le hizo concentrarse en cuerpo y alma en su nueva misión personal.

Notas[]

  • Las referencias a Revuel Arvida son fuente de la especulación, dentro de la comunidad de aficionados de Warhammer 40.000, del verdadero origen del Capítulo de Marines Espaciales de los Cuervos Sangrientos, según la cual estos no serían sino un grupo escindido de los Mil Hijos. Arvida parece ser, y comportarse, como un miembro de los Mil Hijos no afiliado con el Caos, decidido a descubrir las verdaderas causas de la destrucción de su Legión, enfrentándose a las fuerzas responsables. Es alguien dedicado al descubrimiento del conocimiento antiguo, murmura la frase "El Conocimiento es Poder" (lema de los Cuervos Sangrientos) y emplea una armadura roja marcada por un emblema consistente en una cabeza negra de cuervo (el símbolo del Culto Corvidae dentro de los Mil Hijos). Esos cuatro detalles (el comportamiento, la frase, el color de la armadura, y el emblema del cuervo) son característicos de los Cuervos Sangrientos.

Fuentes[]

  • La Era de la Oscuridad (Antología), "Renacimiento", por Chris Wraight.
  • Scars, por Chris Wraight.
  • El Último Hijo de Prospero - Libro de la Herejía de Horus 52 "Heraldos del Asedio", por Chris Wraight.
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