El Sargento Guillermito, mascota de los Marines Espaciales, tiene el honor de patrocinar este espacio por orden del Capellán Cassius de los Ultramarines. ¡Pulsa sobre él y te acompañará a una Cruzada épica! ¡Lee más! ¡Sin piedad, sin remordimientos, sin miedo! |
El guerrero contemplaba desde lo alto de un muro de hielo, protegido por almenas cubiertas de escarcha. Una luz azul-plateada brillaba en los flancos de la fortaleza, cuyas torres más altas se alzaban de manera imposible adentrándose en las nubes que se arremolinaban en el cielo. Dichas torres estaban talladas a partir del hielo glacial, y a medida que la luz incidía en ellas creaban destellos translúcidos con tonos de azul, turquesa, verde marino y rosado.
El solitario guerrero conocía como la palma de su mano cada centímetro del edificio. Conocía sus vacíos y tortuosos corredores, sus viejos secretos y sus protecciones rúnicas. Era un lugar eterno, y que él se había juramentado para defender.
Estaban acercándose de nuevo. Con cara sombría, el guerrero se irguió del todo, componiendo una imagen imponente. En una mano llevaba un arma de triple filo, hecha de hielo, que preparó para golpear en cuando la primera de las espantosas criaturas surgió de entre la tormenta de nieve y empezó a trepar por el muro, clavando sus garras en él. Dejando estelas de llamas etéreas, muchos otros enemigos empezaron a sobrevolar las almenas, y con un escalofriante aullido el guerrero empezó a aniquilarlas devolviéndolas al vacío del que provenían. Seguían llegando más y más, pero el guerrero pensó que no importaba, mientras seguía rajando y cercenando. Ese era su hogar, el lugar que debía proteger, y no permitiría que cayese.
Fuente[]
- Warzone Fenris: Curse of the Wulfen.