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Veredicto del Certamen de Relatos Wikihammer + Voz de Horus ¡Léelos aquí!

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Inqsello Por orden del Ordo Wikia de la Santa Inquisición, este artículo se considera fuera del Canon Imperial. Se declara carente de toda veracidad y blasfemo; y todo el que lo lea sufrirá purga inmediata. Si usted es el autor, diríjase a las autoridades competentes para someterse a la penitencia pertinente.

Atención: Material No Oficial sin Sello de Calidad Wikihammer

Introducción general.[]

Nos encontramos en un período temporal actual e inconcreto en la lejana Franja Este, donde la frontera del Imperio de la Humanidad se confunde con el Imperio Tau. Los alienígenas están en plena expansión en un momento en el que el Imperio del Hombre ha de resguardarse y recuperarse de amenazas más apremiantes que los Tau. Así que, instigado por el sabio Aun'va, la famosa O'Shasherra, máxima representante de las fuerzas armadas del Imperio Tau, dirige una ofensiva general contra el hombre dispuesto a arrebatarle tantos planetas como sea posible, a fin de iluminarles y darles a conocer las ganancias de compartir el Bien Supremo. Sea por las palabras, sea por la fuerza.


Una parcela de éste movimiento, más local y menos poderoso, se extiende hacia el norte de las fronteras del Imperio Tau. Allí, Dal'yth se conforma como el principal enclave, desde donde han partido la mayoría de las expediciones. Junto a los aliados Kroot y fuerzas del Clan Menor Fi'rios, los Tau en el norte han consolidado su posición con autoridad.


Aclaración.[]

La división en cuatro artículos está hecha para mayor organización. Aún en ambientes separados, los acontecimientos serán literalmente simultáneos.


El conflicto se divide en: Narsla Prime , Thal , Loraleon (Éste artículo) y Shi'or .


Loraleon.[]

Loraleon tuvo que ser arrebatado a los orkos, aunque se tuvo la suerte de que no fue una guerra ni duradera ni tan dura como cabía de esperar. Los Orkos, una gran mayoría de ellos, abandonaron el planeta con sus piedroz y destartalada flota en un waaagh lejano que facilito la conquista y limpieza.

Ahora se ha ganado a pulso el titulo de Clan Menor: El planeta es totalmente autónomo, altamente poblado y urbanizado. Las condiciones planetarias, poca agua y abundantes desiertos, está creando un Clan arisco y severo, pero equilibrado y con gran futuro.

Se considera hijo de Dal'yht.


Empieza la historia.[]

Día uno. Hora planetaria: 23:00.[]

+++++++++++++++++++ Transmisión de Emergencia. ++++++++++++++++++++++

+++++++++++ Origen: Mujer sin identificar. ++++++++++++


¡Han roto el perímetro, el perímetro está roto, ya no hay defensas, los cazadores están muertos! ¡Ya vienen!

¡Ya vieeeenen! ¡No nos quedan armas, no hay otro perímetro que aguante esto! ¡Necesitamos evacuación, requerimos evacuación o moriremos todos!


Los niños y los que no pueden luchar están en el edificio V-8, dos Equipos de cazadores aún lo defienden. No resistirán más de una hora, ayuda. Por todo lo sagrado ¡ayuda!

Ayuda, por favor, ayuda. No vamos a aguantar, no hay perímetro, las bestias no tienen fin. Hemos perdido sin saber cómo ni por qué, pero aún quedamos vivos ¡Evacuadnos!

++++++++++++++++ Fin de transmisión. +++++++++++++++++++

Informe técnico:

Retransmitido en Loraleon, Shi'or y Dal'yht.


Anexo informativo:

La población Ais'kan ha sucumbido al enjambre tiránido desconocido. La Casta del Fuego fue superada por el gran número de alienígenas y por las sorpresivas tácticas empleadas. {C}Sin supervivientes. La evacuación nunca se produjo.

Información relacionada:

El ataque alienígena empezó a las 11:30 del mismo día. Sin previo aviso. Desembarco y asalto, Ais'Kan, dos fuertes, dos puestos mineros y otras dos ciudades no pudieron ser defendidas hasta el despliegue efectivo de la Casta del Fuego.

Se esperan más informes.


Día dos. Hora Planetaria: 11:40.[]

Había que resistir.

Del Equipo de Cazadores ya solamente restaban con vida unos pocos, cuatro de un total de doce; El resto de Equipos, colocados en una larga linea a lo largo de la cordillera presentaba el mismo estado.


Sin Shas'ui, los cuatro Shas'la seguían disparando. Hacía rato que tenían que utilizar las municiones de los que antes habían caido, reptando entre restos y cadáveres para hacerse con ellas a tiempo para repeler la siguiente oleada de horrores.

- ¡¿Tienes un cargador?! - Uno de los Shas'la seguía agitando el rifle como si así pudiera recargarse solo, totalmente descargado.

- No, pregunta a los de Dal'yth.

- Esto es muy malo. - Y efectivamente, agachado, se deslizó hacia el equipo de cazadores contiguo, mejor parado que ellos y con casi menos municiones. No pudó arañar nada.



- ¡Blancos delante! ¡Un enjambre de los pequeños y seis de los grandes! ¿El marcador sigue funcionando?

- Debería.

- ¡Si no tienes munición cógelo y apunta a uno de ésos! Aún tiene que haber un Mont'ka cerca.

El Shas'la sin munición apoyó su rifle a un lado y se agachó junto a su antiguo lider. Murmurando una disculpa, se hizo con su arma; También la liberaron del cargador, pero en éste caso lo importante era su complemento telemétrico: Apuntó a un guerrero tiránido. A esa distancia no podía verse, pero el Shas'la juraría que el punto rojo del láser estaba justo en el pecho.

- ¡El comunicador de Shas'ui está activo!

- ¡Cógelo!

Uno de los Shas'la dejo de disparar sus escuetos proyectiles y agarró el casco del Shas'ui para escuchar. Debía de ser una llamada general o directa para su cuerpo.

- ¿Qué dice?

- El Shas'o quiere saber qué estamos marcando y cuantos efectivos quedamos.

- Pues díselo ¿no?

- ¡Mierda, mirad! ¡Están llegando, los de las cuchillas! ¡Van a asaltarnos!

- ¡Pide un misil, pide un misil, maldita sea!

El Shas'la del comunicador empujó su propio rifle hacia su compañero desarmado, quien no tardó en estar disparando con el resto mientras se las apañaba para mantener con el codo el marcador telemétrico apuntando a la masa. Efectivamente un grupo de hormagantes no tardarían en alcanzarlos, adelantados al resto de tiránidos.

Tuvieron suerte, cuando los tiránidos estaban ya a distancia suficiente como para pensarse saltar contra ellos, el Shas'la del Equipo de Dal'yth arrojó una granada fotónica, cuyo potente haz de luz hizo perder impetú a los hormagantes, y dos de ellos tropezaron cegados.

- ¡Ya está, Shas'o informado! ¡Viene relevo, nos sacan de aquí!


El Shas'la del marcador devolvió el rifle de inducción a su dueño y agarró con las dos manos el marcador telemétrico del Shas'ui: Lo mantuvo firmemente, devuelta al guerrero tiránido.

Los hormagantes no tardarían en retomar el asalto, no les faltaba mucho. Un oportuno misil buscador, guiado por IA dron siguiendo el punto marcado por el Shas'la, pasó por encima de las lineas Tau e impactó en mitad del grupo principal Tiránido: La explosión zarandeó al grupo de guerreros, volatizando dos de los grandes tiránidos y esparciendo restos y cuerpos de gantes aquí y allá. Una gran nube de polvo y fuerte viento fruto de la onda expansiva cubrió a los Tau, interrumpiendo sus disparos momentaneamente.

Pero eso no les dió tregua inmediata; Los hormagantes saltaron la trinchera y causaron destrozos entre los guerreros del fuego, como ya había ocurrido otras veces.

La ágil habilidad de los gantes y sus afiladas cuchillas no encontraban rival entre los culatazos y quiebros de los Shas'la: Estos basaban su lucha y defensa en esquivar las garras, dientes y el resto del mácabro armamento de su enemigo para ganar una posición de disparo y abatirlos a quemarropa.

Cuando un aerotransporte Orca pasó por encima de la zona crítica, una segunda oleada tiránida empezaba a surgir para reunirse con los restos de la primera y terminar de superar las lineas de los valerosos Shas'la: Varias escuadras de drones, que virtualmente les cayeron encima, les retrasaron. Finalmente, un despliegue de Armaduras de Combate XV8, las Crisis, y nuevos equipos de Guerreros del Fuego permitieron que el avance tiránido siguiera estancado en esa hondonada maldita.


Aunque uno de los Shas'la dejo en esa trinchera un brazo cercenado a la altura del hombro, vivió. Dos Shas'la del equipo original de doce sobrevivieron a tres horas de crudo combate, un espacio de combate apenas comprendido desde el amanecer hasta ahora.


Durante toda la noche, otros Equipos habían luchado y sangrado para asegurar esa linea y detener el avance tiránido. Éste era un buen punto: Si la Casta del Fuego se rompía, dos ciudades más quedarían expuestas a los devoradores de mundos, a los horrores alienígenas.

Una contraofensiva aún era imposible ¿De dónde habían surgido tantos? El asalto inicial tiránido estuvo a punto de rebasar las defensas planetarias. Y ahora en el segundo día, volvían a presionarles con renovada fuerza.

Día tres. Hora Planetaria: 12:35.[]

Cuando el reducido equipo de Guerreros del Fuego retomó el puesto de tiro, dominante en la cordillera ya familiar, no eran más que siete Shas'la sin Shas'ui. Todos procedentes de Fi'rios, unidos desde diferentes Equipos disueltos por las cuantiosas bajas.


- Solo morimos los de Fi'rios o qué, debemos de tener mejor sabor que el resto

. - Ssh, déjate de tonterías y mira al frente. Hace una hora que no hay actividad, no tardarán.


Los Shas'la acomodaron su equipo y una caja de municiones en la trinchera círcular. A izquierda y derecha otros Equipos hacían lo mismo, con algunas Armaduras de Combate entre ellos. Una Apocalipsis se posó cerca de los de Fi'rios, imponente, activando sus sistemas con calma.

- Joder, aquí hay una pierna.

- Entiérrala.

El Mantarraya informó que volvía al hángar.

- Ya podía quedarse, su armamento vendría muy bien.

- ¿Tienes ganas de volver a pie?

- ¿Volveremos?

Una ola de calor los rodeó y acalló: Por encima de ellos disparó la Apocalipsis, ladeada; Su impacto, lejano, destruyó algo. Un alarido tardío informó de que el Shas'vre había eliminado un enemigo.

Una voz, con evidente ampliación de megafóno, invadió la escena.

- HONORABLES SHAS'LA Y SHAS'UI, SOIS EL MURO QUE IMPIDE A ESA HORDA IMPÍA ANIQUILAR TODO LO QUE CONOCEMOS, LO QUE AMAMOS, EL FUTURO DEL UNIVERSO. ESTÁIS ASENTADOS SOBRE LA SANGRE DE NUESTROS CAMARADAS Y AMIGOS. HACEDLES PAGAR LO DERRAMADA, DESTRUIDLOS A TODOS.

Tres Armaduras de Combate descendieron de los cielos. Dos XV8 y un prototipo experimental, pintado en un tono rojo chillón, variante muy cercana a la propia Crisis.

- ¡El Shas'o!

- Se va a manchar la armadura.

- Ssssh.

- Atentos, joder, ya vienen.


Infinidad de los acostumbrados gantes empezó a surgir de nuevo. También enjambres voladores, gárgolas, dispuestos a acosarlos mientras que por tierra las criaturas se amontonaban entorno a sus líderes, sustancialmente más grandes y temibles. Todo el avance con una única razón: Pasar por encima de todos ellos.

- CONCENTRAD EL FUEGO EN LOS CIELOS, LAS MINAS RETENDRÁN AL RESTO.

- ¿Por qué no usa la comunicación corriente? Apenas le entiendo.

- Cuando llegues a Shas'el se lo podrás cuestionar ¡Dispara de una vez, deja de mirar esas cosas embobado!

Los rifles apuntaron al cielo, y en ordenadas andanas por Equipos, las gárgolas empezaron a sufrir los proyectiles de inducción y el fuego de las Armaduras de Combate. Pronto los seres voladores se retiraron, indecisos ante tal represalía y sin la guía de un engendro volador que les diera más impetú. Pronto los disparos, misiles y aceleradores lineales se centraron en la tierra.

- Disparad más rápido, tenemos el Shas'o cerca. Matad, que recuerde que los de Fi'rios son los mejores cazadores.

- No malgastes tus municiones así ¿Te has olvidado de la instrucción?

La Armadura Prototipo del Shas'o era una variante que desplegaba un armamento demencial: Con cuatro cañones de inducción y un sistema de misiles guiados, cada vez que disparaba causaba gran devastación entre los gantes, abriendo grandes brechas en sus formaciones.

Entre el teñido de rojo, la gran cadencia de disparo y que la voz magnificada del Shas'o también reproducia sus reacciones... Parecía un Dios de la Guerra personificado. Cada vez que mantenía por un tiempo prolongado su brutal armamento en activo, empezaba a reír.

Con unas carcajadas desquiciadas, febriles, inundaba el campo de batalla. Llegó un momento en que los Shas'la sólo entendian dos cosas: La mácabra risa de su líder, quien debía pasárselo en grande disparando a la masa, y los propios disparos.

- Está loco...

- Pero estamos ganando ¡Se retiran, se retiran! ¡Ni siquiera han llegado a subir!

Era extraño, pero el Shas'o resultaba realmente inspirador. Nadie dudaba que era un experto cazador y un gran táctico, pero verle repartir destrucción y muerte en persona era contagioso. Ése día los Shas'la lucharon mejor que nunca. La primera oleada desde el relevo de las anteriores fuerzas se había saldado con una victoria absoluta, ningún tiránido llegó a las trincheras. Pero ya había pocas minas - Que de vez en cuando alguna aeronave derramaba por la zona baja de la cordillera -, y siempre había más enemigos. Y en esa oleada no había aparecido ningun ser... destacable, sólo unos pocos Guerreros.

- ¡Mejor un loco aquí, sufriendo la misma mierda que nosotros, que leyendo lo que decimos desde T'au!

- Atención a la comunicación interna. Se acerca otra oleada, y algo realmente grande.

- Esperad ¿Lo notáis?

- Yo sí. El suelo tiembla.

- El suelo tiembla... ¿Por qué?

Día cuatro. Hora Planetaria: 7:20.[]

Oscuridad.

Tierra.

Oscuridad y tierra: A eso había quedado reducida la realidad.


Para la sensible monstruosidad, aunque podía percibir tenuemente las vibraciones de los movimientos de la superficie, no había nada más. Tierra, que apartaba mecánicamente, con destreza innata ¿No había nacido para eso? Y oscuridad. Allí no había ni un resquicio de luz, la obertura inicial quedó atrás hacía mucho.

Finalmente, la realidad se amplío.

Oscuridad.

Tierra.

Un rayo de luz.


Era el momento: El Trigón ya no necesitaba excavar. Apoyó su gran corpachón contra la débil techidumbre y empujó, empujó hasta ampliar la grieta.

El exterior inundó al trigón, quién no tardó en abandonar el tunel totalmente, desplazando su gran corpachón serpentino para dejar paso todo el enjambre de gantes que le precedía.


Nadie sabría nunca como los tiránidos habían procedido con tanta precisión, pero el gran agujero se abrió entre dos grandes módulos prefabricados: Ambos servían como hospitales de campaña. Cerca de dichas instalaciones, un hángar improvisado, al descubierto, se usaba para la puesta apunto de los vehículos y su reparación, así como estacionamiento mientras no estaban operando.

En conclusión: El Trigón llevó a los suyos a pleno campamento Tau, desde donde operaba gran parte de los Cuerpos que mantenían a raya al Gran Devorador. Había tres campamentos más cómo ese, pero de no tan dedicados a los tanques como áquel.


- ¡ALARMA! ¡ENEMIGO!

Los siguientes gritos del mecánico fueron de horror, dolor y finalmente de agonía; Tres hormagantes se le habían echado encima. El resto se desplegó con un orden y una eficacia que no dejaba duda que los tiránidos no estaban allí por casualidad: Pronto ambos hospitales acogieron nuevos visitantes, y pronto no quedó nadie para vendar, operar o respirar.

La mayoría de miembros de la Casta de la Tierra, ocupados de la logística y del mantenimiento de las fuerzas acorazadas, no tenían armas. No fueron rivales para los tiránidos, y su huida no les llevó muy lejos. Los pocos soldados que allí restaban no pudieron eliminar a suficientes asaltantes; Todas las fuerzas estaban concentradas en las lineas u en otros puntos.


La mayor resistencia la ofrecieron drones de combate, unos apostados como defensas y otros en reserva o reparación. Eran escurridizos, con buen armamento y díficiles de destruir a golpe de garra o con los proyectiles tiránidos. Pero, como el resto de ocasinales defensas, no eran suficientes. Y menos cuando la Serpiente de Loraleon, inmune a la mayoría de proyectiles, sólo necesitaba un manotazo para convertirlos en chatarra.




La ciudad de Blo'N era un asentamiento importante, de población densa y cuidadas y limpias calles ordenadamente distribuidas. Había sido evacuada en gran parte, pero aún quedaba gente allí: El espaciopuerto estaba siendo intensamente utilizado, por lo que necesitaba operarios y energia; También se había quedado todo miembro de la Casta de la Tierra dedicado a la medicina, pues podían ser útiles, y gran parte de los capacitados para la mecánica.

Allí quedaba un Etéreo, una guarnición de la Casta del Fuego y una base de la Casta del Aire: Desde donde operaban por toda la zona. El Aun debía de estar allí como observador y supervisor, pues la tarea que debían realizar las cuatro Castas era grande, y se temía que sin el refuerzo de un auténtico dirigente la negligencia les pasara factura, la más mínima.

Todos y cada uno de los habitantes y trabajadores de la ciudad han soportado tres duras horas de trabajos forzados a contrareloj: Terminar de suministrar armamento y combustible a los Barracudas y Cabezamartillos, fortificar y establecer un perímetro defensivo, despertar cuantos drones de combate se pudieran: Los Tiránidos se les echaban encima, un nútrido grupo de ataque que había cogido a todos por sorpresa. Se habían saltado las lineas, engullido los suministros, heridos y apoyos de la linea de batalla y desaparecido en la nada. Pero hasta el más necio sabía que pronto reaparecerían.


Y lo hicieron cerca de Blo'N, por un segundo tunel. Por la facilidad y la rápidez, los defensores habían llegado a la conclusión de que ya estaba preparado. Pudieron interceptarlos, tres Barracudas sacudieron su avance y les obligaron a retroceder, dispersarse. El intenso bombardeo causó grandes destrozos entre las lineas tiránidas.

Pero la aviación no podía aniquilarlos por completo, ya les estaba escaseando la munición y no pudieron ofrecer un bombardeo totalmente eficaz; Además las criaturas, después de un primer ataque por parte de las aeronaves, dejaron de exponerse. En la segunda pasada, la mayoría había vuelto al tunel o se había escabullido entre las rocas con tal habilidad que pocos pudieron convertirse en blancos de los avezados pilotos.

No, Blo'N iba a tener que defenderse a ultranza mediante sus soldados, drones y tenacidad.




Una considerable fuerza había logrado atravesar las defensas, a pesar del intenso fuego y la fanática resistencia de la Casta del Fuego. Pero pocos se habían imaginado qué había conseguido entrar en la ciudad de Blo'N.


Dos Guerreros Tiránidos rodeados de una hueste de gantes, conformando una fuerza compacta de algo más de sesenta individuos, avanzó trotando rápidamente.

Sus negras intenciones les estaban dirigiendo directamente hacia el espaciopuerto, atajando por las calles y evitando la mayoría de los Equipos de Cazadores destinados a protegerlos. En consecuencia, un Shas'el al mando tuvo que desviar fuerzas para interceptarlos: Cuando las Crisis asomaron entre los tejados y las esquinas, los Guerreros Tiránidos retrocedieron y se escabulleron por otra travesía.

Pero los gantes se quedaron, y pronto la ausencia de sus líderes los enloqueció: Entre el acoso de las Armaduras y que su primitiva inteligencia empezó a predominar, provocó que unos se lanzaran aún con más ferocidad al combate, y otros se escabulleran a esconderse, buscando sobrevivir.

Ambos casos complicaron la tarea de las Crisis: Tuvieron que derrotar a un enemigo feroz para encontrarse con que al menos una veintena de esas asquerosas criaturas se habían dispersado por la ciudad. Sabían que podían reproducirse, crear nidos. Sabían que no podían dejar ni una sola viva. Les retrasaría, apartaria del frente un numeroso y necesario equipo de Armaduras de Combate... Pero tenía que hacerse.



- Están por aquí.

- Atento. Cojo altura.


Dos Crisis se habían destacado para rastrear ambos guerreros huídos. Una de ellas se posicionó en un tejado bajo para descubrir la desagradable sorpresa que allí se ocultó una de las dos criaturas:

El Tiránido se le echó encima, derribando la Armadura de Combate, cayendo ambos desde dos pisos de altura en mitad de la calle. Aún con el blindaje adicional y el aislamiento de la cabina, El Shas'ui se resintió tanto que apenas atinó a disparar; Demasiado desviado. Pronto las garras del guerrero terminaron de inmovilizar la Crisis y lograron alcanzar al piloto, matándolo al atravesarle fortuitamente el vientre. Fue vengado rápidamente cuando un proyectil de plasma le volatilizó por completo el costado.

Pero el otro cazador no pudó hallar el segundo guerrero. Pérdido en la ciudad, finalmente tuvo que desistir y acudir a otro escenario de la batalla.


Blo'N aún ofrecía una linea de combate, una defensa aún sólida, frente a un enemigo incansable. No llegaban refuerzos, y varios sectores estaban empezando a flaquear.


Día cinco. Hora Planetaria: 18:14.[]

El cadáver del gran carnífex recordaba lo terrible que era la bestia en vida. Ahora servía de cobertura.

Pegado a él, la armadura mimética matenía su camuflaje óptico por costumbre, pues su equipo había descubierto que ante la amenaza tiránida resultó inútil: Esas criaturas debían olerlos o presentirlos de algún modo. Del Equipo de cuatro armaduras de combate, sólo quedaba él. Líder del especial equipo, no tenía tiempo de lamentarse o sentirse responsable de su fracaso y de la muerte de sus hombres.

Estaba en un terreno que el enemigo había ganado. Aunque las trincheras no estaban muy lejos, allí ya no había Guerreros del Fuego. Se había retirado el frente, roto por varios ataques subterráneos y la continuada presión de los organismos tiránidos. Blo'N estaba cayendo y otra ciudad, Ashari, pronto lo haría.


Un hormagante sobrepasó el cuerpo del carnífex y localizó al Shas'ui, quien dirigió hacia él el cañón de inducción. Aún se estaba enfriando, pues corría riesgo de colapsar el arma si abusaba de ella, lo que en traducción era una mala situación.

El hormagante cargó, garras por delante, en un tremendo salto para terminar arañando el aire y la tierra: El Shas'ui activó sus retroactores, volando; Pasó por encima, se posó inestablemente sobre el carnífex y evaluó la situación. Aún no habían más tiránidos, pero esa criatura inevitablemente atraería a más.


Un parpadeo dentro de la pantalla de estados de la armadura le dio la alegría que necesitaba: La Armadura de Combate disparó contra el gante cuando este empezaba a ascender por el cadáver del ser mayor, destrozándola bajo las ráfagas del cañón. Era un arma poderosa y de gran cadencia; El Equipo de Armaduras Sombra podía desplegar una cantidad y potencia de fuego asombrosas, pero no fue suficiente.


Su imprecisa misión había fracaso, debía reagruparse con las fuerzas de la Coalición, no importaba el Cuerpo; Mientras siguieran vivos y fueran Tau. Activó de nuevo los retroactores y echo a volar, trasladándose a saltos para ahorrar una energía que necesitaría. Debía de darse prisa si quería dar esquinazo a las criaturas que lo rastrearian a partir de la muerte del hormagante.


Tenía que informar de lo que había visto.





El Guerrero Tiránido no dejo más que una pulpa sangrante que recordaba vagamente a un Guerrero del Fuego cuando se alzó y saltó hacia otro oponente, quién tuvo la misma suerte.


- ¡Atrás!

- No podemos salir de aquí, matad al horror.

- ¡Yaaaargh!

Un tercer Shas'ui perdió un brazo, y la fuerza del golpe le hizo chocar contra la cristalera, quedando aturdido. Seguramente ya no se reincorporaría a la lucha más.

Quiénes estaban sufriendo la ira del Guerrero Tiránido era la escolta de Aun'el Tau'n Ra'os. En la estancia superior, el Etéreo seguía guardado por dos Shas'ui más. La Casta del Fuego de Blo'N ahora luchaba en las calles, en mitad de una desenfrenada retirada en dirección al espaciopuerto: El Etéreo había pedido que lo defendieran y resistieran allí. Un Manta no debería tardar en ir a recogerles, en intentar salvar las vidas que se pudieran. Pero los cielos eran peligrosos, también había horrores alados y la Casta del Aire tenía problemas propios.


- ¡No podemos dejarlo pasar!

En esta ocasión el cuarto Shas'ui pudó evitar las garras del monstruo y dispararle a quemarropa en el costado; Pareció que le heria de gravedad, pero el tiránido se revolvió y desarmó al guerrero. Sólo quedaban tres en pie.

- ¡Id arriba, protegedle, así acabará con todos! - El Shas'ui desarmado blandió en la derecha la pistola de inducción y en la izquierda recogió, amenazante, el mismísimo cuchillo de la Ta'lissera. No era un arma, y era ridiculamente pequeño en comparación con las garras del tiránido; Pero si iba a luchar contra algo así, sería mejor hacerlo con todo lo que pudiera dañarle.


"Arriba" era un espacio habilitado para las comunicaciones, allí el Aun'el transmitía palabras tranquilizadoras y antiguos salmos para quien pudiera oirle aún. El triunfo del Guerrero Tiránido significaría la muerte del dirigente, un duro golpe díficil de suavizar.

Los dos Shas'ui ascendieron a reunirse con el Etéreo y sus dos últimos compañeros, sellando la entrada tras ellos. Improvisaron una barricada, intentando bloquear la entrada al habítaculo de comunicaciones: Allí estaban encerrados, pero vivos.

No tardó mucho en sufrir la puerta las embestidas del Guerrero Tiránido. Allí donde la sangre de éste salpicaba la gruesa puerta metálica, la corrosión desplegaba vapor y fundía el mismo metal abriendo zurcos en la entrada. No duraría mucho.

Cuatro rifles de inducción estaban esperando que la obertura cayera. Aun'el Tau'n Ra'os seguía transmitiendo.

- ¡Recordad, hijos míos, que por larga y densa que sea la oscuridad que hoy sufrimos nunca será comparable al horror que tuvo que vivirse para que nuestro resplandor pudiera iluminar el universo! ¡No estamos viviendo más que un leve resquicio, una farsa, de lo que superamos en Mont'au! ¡No os dejéis llevar por el miedo ni por la desesperación, puesto que aún seguimos unidos, y unidos nunca podremos ser vencidos totalmente!

La puerta, tras veinte minutos de acoso, cayo pesadamente, desencajada. El Guerrero Tiránido se encogió ante los disparos de los cuatro guerreros, pero aún así irrumpió poderosamente en la estancia.


- ¡Matad a la bestia, proteged a Aun'el!

El Etéreo tomó silencio y se giró para contemplar la escena. El horror tiránido estaba ya malherido, debía de estar débil porque falló al intentar lanzarse contra uno de los guerreros; Éste tuvo tiempo de esquivarle, aunque una de las garras le hizo perder trozos de la armadura de protección.


- ¡Su lado izquierdo está descubierto, ahí!


Es verdad que el blindaje natural del guerrero flaqueaba en ése costado, pero seguía siendo veloz y con otro salto pudó evitar recibir cualquier daño mortal aprovechándose de su debilidad al tiempo que ahora sí que alcanzaba un Shas'ui, quien murió inevitablemente cuantro dos pares de garras le destrozaron el cuerpo macabramente.

Ahora el Etéreo intervinó adelantándose, sobrepasando a los Guerreros del Fuego. Su reacción sobresaltó y alarmó a los escoltas, quiénes vieron espectantes como con un hábil mandoble con la Lanza de los Desafíos Aun'el cortaba limpiamente una de las extremidades del Guerrero Tiránido; La peligrosa sangre le salpicó parte de la túnica y un gran chorro cayo encima de uno de los cazadores Tau.

Mientras el veterano soldado moría agonicamente a causa de las graves e impactantes quemaduras producidas por las sangre ácida, los otros dos atinaron a seguir disparando y esta vez uno de los proyectiles tuvo que acertar en algo importante del Tiránido, puesto que se estremeció y finalmente se desplomó.

Una vez la criatura expiró, los tres Tau restantes no perdieron el tiempo y echaron a correr en dirección a las escaleras.


- Llegaremos al espaciopuerto. - Aseveró uno de los Shas'ui. No sabían que encontrarían en las calles, pero aún deberían de ser seguras.

- Cueste lo que cueste. - Añadió el otro. Ya había sido sacrificado casi todo el Equipo para mantener con vida al Etéreo. Era un sacrificio honorable, una de las mejores muertes que uno de éstos guerreros puede tener.

Éste no respondió. Puede ser que la masacre de la planta baja le haya dejado sin habla. Si bien, en vez de dirigirse hacia la salida, Aun'el Tau'n Ra'os se acercó a uno de los cadáveres y se arrodilló ante él.

- ¡Venerable, debemos irnos!

Dejándole sin respuesta, el Etéreo aflojo los dedos del muerto para recuperar un objeto, que en breve tendió a uno de los dos escoltas. - No deben irse sin esto. - El cuchillo de la Ta'lissera. Simbólico de la unión entre los dos soldados y los que ya no estaban en el mundo de los vivos.

- Es-está bien, venerable Aun, pero marchémonos ya.


Día seis. Hora Planetaria: 17:30.


Los restos aún humeantes de un Cabezamartillo dio cobijo al Equipo de cazadores de Fi'rios. Quedaban seis con vida, sin Shas'ui y con una directriz demasiado general como para ayudarles mucho.

Unos terribles zurcos en el fuselaje del tanque indicaban que alguna de las grandes criaturas lo había alcanzado y desmantelado con la brutalidad que caracteriza a los tiránidos. Ya habían visto, en esos pocos días, demasiados ejemplos de lo que podían hacer las garras de un Carnífex.


- ¿Estáis todos enteros?

- Sí, aunque los de Vior'la no podrán decir lo mismo ¿Cuánto hace que no tenemos comunicación con ellos?

- Dos decs. Si no los vemos en el punto de encuentro, éste era el camino bueno.


Era de locos. Dos Cuerpos enteros de la Casta del Fuego, dirigidos por el Shas'o Dal'yth Ro'Genn, habían quedado aislados durante la retirada general y ahora debían abrirse paso hacia la ciudad de Blo'N, con intención de reforzar sus defensas o ser evacuados desde su puerto espacial. El objetivo no era sólo llegar a la ciudad, sino limpiar de individuos hostiles todo el trayecto; La región se había convertido en un gran campo de batalla, donde los continuos enfrentamientos causados por el choque de tiránidos rezagados y equipos de cazadores estallaban y atraían más contrincantes de ambos bandos.

Lo que soportó el equipo de Fi'rios era una frenética marcha, a pie a causa de los pocos Mantarrayas disponibles, que les llevo a través del árido paraje sobrepasando posiciones tiránidas: De defensores en unas horas ambos Cuerpos han pasado a atacantes, estaba muy claro. Habían tenido que asaltar, luchar y coordinarse con otros Equipos para, más que avanzar, sobrevivir.


Con la linea de batalla rota, no quedaba frente; eso quería decir que, incluso más allá de aquel sector planetario, todo estaba sumido en combates menores y escaramuzas imprecisas e incontroladas según la Casta del Fuego intentaba configurar un nuevo orden defensivo al tiempo que los Tiránidos se empeñaban en desbaratar sus planes y alcanzar sus lineas de suministros. Era un tira y afloja donde la enorme presión ejercida por los tiránidos les estaba dando ventaja. Un caos al que los Tau no estaban acostumbrados, que los descolocaba y limitaba su capacidad de reacción. Los Tiránidos estaban ganando.


- ¡Agachaos, que no nos vea!

- ¡Que arda Fi'rios! ¡Qué es esa cosa!

El Equipo de Cazadores se agazapó con más ahínco contra el Cabezamartillo; Por delante de su posición un enorme biotitán avanzó, claramente definido. La enormidad de la criatura era díficil de describir, la titánica mole estaba protegida por un capazarón sólido parecido al de un caracol, y mediante toda una serie de tentáculos e intimidantes bioarmas parecía capaz de destruir cualquer Cuerpo él solo.


- ¡Trae el escanner! ¿Podemos bordear esa cosa sin topar con nadie?

- Me temo que no. Mira, si nos arrastramos hasta esa ondonada, podemos seguir el rodeo hasta unirnos al Equipo Frío Lunar y avanzar con ellos hasta el siguiente cuadrante. Nos desviaríamos considerablemente, pero de otro modo entraríamos en combate.

- Qué remedio, hagamoslo ¿Preparados?

- ¡Salid ahora!


Los cazadores salieron de su escondite para arrastrarse por el polvoriento terreno hasta alcanzar una pequeña colina que siguiera ocultándoles. Según los organizados esquemas del avance Tau, estaban saliendo de su radio de acción e interfiriendo en el de Frío Lunar. No les extrañó que recibieran una comunicación de parte de los otros cazadores.


- Aquí Shas'ui Tau'n, están entrando en nuestro radio de acción. Retrocedan.


Uno de los Shas'la se alzó para observar la posición del biotitán mientras un compañero discutía con el Shas'ui. Seguía interponiéndose, inmóvil. Observó ahora que alrededor de él se estaba agrupando toda una horda de criaturas menores. Y no sólo gantes.


- Hermanos, lo que hay ahí delante no me gusta. Va a detener todo el avance del cuadrante.

- Deberíamos pedir un bombardeo, que un Orca haga estallar en mil pedazos a ese monstruo.

- ¿Qué hacemos, replicamos a Shas'ui Tau'n o volvemos a nuestra zona asignada?

- ¡Espera, espera! ¡Se está moviendo! ¡Preparad las armas, gantes vienen directamente hacía aquí!

- ¡No pueden habernos visto!


Efectivamente, al menos una treintena de hormagantes y termagantes trotaban hacía ellos, en la distancia distorsionada por la arena levantada. No se distinguían mucho entre si, pero pronto fue evidente que les estaban disparando.


- ¡El gigantón se mueve! ¡No hacia nosotros!

- ¡Topará con los de Tau'n, avisalos por el comunicador!

- Me encargo.

- Atención, armas listas. Estarán a distancia óptima de disparo en siete segundos.


- ¡Shas'ui Tau'n, aquí Equipo Primer Estoico de Fi'rios! ¡Un biotitán se dirige a su posición, salgan de ahí!

- ¡Olvida los de Tau'n! ¡Disparad!


Varios gantes cayeron ante la ordenada ráfaga, también en la segunda; Pero a la tercera tanda de disparos, por tanto al volver a exponerse, varios Shas'la recibieron impactos. Esas condenadas criaturas tenían puntería, al menos si se lo ponían fácil. Habían adivinado el intervalo de tiempo entre ráfaga y ráfaga.


- ¿Algún herido?

- ¡No es nada, puedo seguir disparando!

- Preparados para salir. Concentrad el fuego en los de las garras, si nos asaltan estamos perdidos. A la de tres: Uno, dos ¡Tres, fuego!


En esta ocasión uno de los Shas'la cayo abatido por un certero devoracarnes. Y los Tiránidos estaban muy cerca, quizás no tendrían tiempo de volver a disparar antes de enfrascarse en un cuerpo a cuerpo que no podrían ganar.

Una comunicación entró por un canal inusual, no era el de ninguno de los dos Cuerpos ni el de Shas'o.


- Atención Shas'la. Estoy tomando posición, sigan a cubierto hasta mi nuevo aviso. Cierro.

- ¿Posición? ¿Quién era?

- No reconozco la señal. No importa ¡Preparad los rifles, esperemos ésa orden!


- Disparad. - La siguiente comunicación fue así de escueta. Cuando los cazadores salieron a descubierto para volver a disparar, ya tenían los tiránidos prácticamente encima. Pero los disparos que abatieron a las criaturas provenían de un lugar donde, en un principio, no había nada. Una gran cadencia de impulsos de inducción golpearon duramente el flanco de los tiránidos; Algunos se revolvieron hacia esa dirección, siendo blancos aún más fáciles para los Shas'la. Entre ambos núcleos de fuego, los gantes fueron aniquilados sin causar ninguna baja entre los Shas'la, casi milagrosamente.


- ¡Es una Sombra! - Efectivamente, el camuflaje óptico dejo de funcionar mostrando la Armadura de Combate. Como por el momento no quedaban enemigos, ésta alzó el vuelo y se posó tras el Equipo de Cazadores. Dirigió su visor hacía ellos, saludando marcialmente con un gesto del cañón de inducción, alzándolo.


- Valerosos Shas'la, no pueden permanecer aquí. Una gran fuerza tiránida se está concentrando entorno al titán que tenemos delante, funciona como un centro de mando móvil. NO sé de dónde ha salido.

- Y esta refriega atraerá a más. Volveremos a la posición E6 y pediremos consejo y situación a Shas'o Dal'yth Ro'Genn. Hemos de llegar a Blo'N antes de que anochezca.

- Blo'N ya ha caído. Estáis aislados en territorio enemigo.


Los Shas'la se miraron unos a otro. Era una mala noticia, y eso anulaba el objetivo de toda la ofensiva de los dos Cuerpos; Si alcanzaban Blo'N de forma tan difusa como lo estaban haciendo, caerían en una emboscada tiránida con tremenda facilidad.

- ¿No hay Shas'ui en vuestro Equipo?

- Murió hace varios días, no ha habido reemplazo; Somos pocos los de Fi'rios aquí ¿Por qué no ha informado a O'Ro'Genn de esto?

- Mi sistema de comunicaciones está dañado. Sólo consigo transmitir por el canal auxiliar de emergencias técnicas.

- Nosotros sí podemos. Pero este cuadrante no es seguro, deberíamos desplazarnos al E6. Allí están concentradas las fuerzas mecanizadas, es el punto de reunión más lógico si aún siguen en esa posición.

- Adelante. Ninguno de nosotros somos rival para un monstruo así.

- Avisaremos por el camino a los otros Equipos y al Shas'o ¡En marcha!


Día ocho. Hora Planetaria: 11:20.


- ¡Shhh, alto!

El autor de la advertencia alzó el acorazado brazo indicando a la reducida columna detenerse. Su imagen titileó cuando el camuflaje óptico de la Armadura XV25 se hizo efectivo, y aún a sabiendas que ante los agudos sentidos tiránidos ésto no representaba una gran ventaja, avanzó solo.

Sobrepasó fácilmente los escombros y agazapado, el Shas'ui examinó con atención el centro de la calzada. Un gesto con el cañón de inducción sirvió para que los cazadores, Guerreros del Fuego, se reunieran con él en la cobertura.


- Guau ¡Es enorme!

- Entrarían por aquí.

- Seguro que hay más agujeros como éste.


Efectivamente, un agujero; Un túnel. De casi una docena de metros de diámetro, de ahí tuvieron que emerger tiránidos. Los Guerreros del Fuego no llevan armas pesadas, tampoco granadas u otro tipo de explosivos; No tenían forma de cegar ése acceso.


- Alejémonos lo más pronto posible, quién sabe lo que sigue ahí dentro.

- Coincido. Daremos un rodeo, retroceded ¡En marcha!


Atravesar Blo'N era infernal. La ciudad estaba destrozada por los múltiples combates urbanos protagonizados en sus calles; El asalto combinado de varios biotitanes terminó con las lineas defensivas hara dos días. Aún así, Shas'o Dal'yth Ro'Genn no tenía intención de quedarse allí. Las gárgolas y ocasionales Harridans hacían difícil el apoyo aéreo, mucho más la extracción, así que la mejor opción volvía a ser la ofensiva. Los biotitanes se movieron, debían tener un nuevo objetivo; Así que, tras aguardar pacientemente, O'Ro'Genn volvió a trazar y atacar un avance conjunto para entrar y retomar provisionalmente Blo'N.


Nadie defendía la ciudad. El ejército tiránido se había movido, ido a otro sector. Pero su paso había dejado huellas: Infestación. Había gantes y nidos de ellos por todas partes, y las más viles criaturas permanecían entre las sombras esperando. Pronto los tiránidos obligaron a los Tau a luchar en escaramuzas cada vez más separadas y cruentas y a retirarse para buscar accesos más seguros hacia el espaciopuerto.

En Blo'N y sus alrededores, los Cabezamartillo y un Manta aún operativo habían conseguido destruir dos biotitanes, pero un tercero aún seguía amenazando la ofensiva y pronto entraría en la ciudad de nuevo: Pobres diablos quiénes toparan con su avance. Ya no quedaba mucho tiempo.


Vieron de esos gantes, estaban por todas partes. Pero la mayoría ni siquiera intentaron emboscar al Equipo de cazadores guiados por la Armadura de Combate. Aunque se preguntaban por qué, no tenían tiempo de investigar nada con detenimiento; Era una desenfrenada carrera por llegar al espaciopuerto antes de que éste fuera totalmente inoperativo o encontrarán allí un biotitán esperándoles.


El Shas'o había dejado las órdenes muy claras; Llegar, al precio que fuera necesario, a dicho espaciopuerto y asegurarlo en caso de no haber otros Equipos de la Casta del Fuego. Como primer punto de reagrupamiento, los diseminados Cuerpos del frente podrían reorganizarse y contratacar y hacer retroceder a los tiránidos hasta los limites de la ciudad o, en el peor de los casos, retirarse definitivamente del sector. Si los Equipos no sufrían excesivo cástigo, podían intentar operar desde allí y arrinconar el ejército tiránido entre ellos y la nueva ofensiva... Todos los planes, la mayoría posibles, dependían de la misma fórmula: Los Tau necesitaban ése espaciopuerto.


Quedaban muchos efectivos de la Casta del Fuego por la zona, eso era cierto, pero demasiado diseminados; Coordinados aún así, los expertos cazadores causaban estragos usándose unos Equipos a otros como señuelos.


- Ojalá hubiera unos kroots con nosotros.

- No cambiaría mucho.

- No me sentiría tan desprotegido.


El Shas'la que había hablado primero ahora había sido herido por un hormagante en el torso y el muslo, y aún a pesar de sus heridas y del mal estado de su coraza había seguido el ritmo del resto. Pero incapaz de soportar el duro retroceso del rifle de inducción, se ha resignado a sólo usar una pistola.


- Shas'la, atentos. Tengo lecturas delante, a treinta pasos.


El Shas'ui de la Sombra XV25 volvió a mostrarse cauteloso; El Equipo de Fi'rios se desplegó entre las runas, afianzando una posición de disparo. Relativamente ocultos, tenían buena cobertura y ante si un espacio abierto con cobertura ocasional.


Los soldados, con cierto nerviosismo, esperaron a que el Shas'ui añadiera más información. No lo hizo, sino que volvió a camuflarse y aprovechándose de su capacidad reactora echo a volar hasta un tejado.


- No te jod...

- Atentos. No deja de ser un Sombra, si hemos llegado solos hasta aquí podemos seguir.


Las Armaduras de Combate XV25 eran independientes a las órdenes, ajenas a las tácticas de la Casta del Fuego; Tenían las propias.


Algo se arrastró hacia el Equipo de Cazadores. Un Mantífex se arrastraba entre los restos de varios muros derruidos, quizás en busca de un agujero donde meterse o ocultarse; Advirtió rápidamente el peligro, encogiéndose contra las piedras ¡Estaba apartándose del ángulo de los rifles!


- ¡Maldita sea, disparemos a esa cosa o se esconderá!

- A mi señal ¡Tres, dos, uno! ¡Fi'rios!


Los seis disparos impactaron contra las ruinas y la resistente piel del Mantífex. Como era de esperar, la acción atrajo a varios gantes que se lanzaron con mucho menos precaución que el Mantífex directamente hacia los Tau. Dos termagantes quedaron atrás, disparando, mientras que cinco hormagantes cargaban directamente a través de la calle.


- ¡¿Quién tiene una granada?!

- ¡Va!


El Shas'la malherido arrojó su última granada fotónica, con un quejido ahogado, en medio de los gantes; Aturdió a los hormagantes, que se tambalearon y se hicieron aún más vulnerables a los disparos de los Shas'la. La potente luz no impidió que no de los proyectiles tiránidos impactara en un Guerrero del Fuego, recibiendo una herida menor gracias a la coraza.


Al poco cinco cadáveres de hormagantes humeaban en la calle mientras el tiroteo se centraba en los dos termagantes inciales y cuatro más, recién llegados.


- ¡Esa maldita cosa se está acercando!


Aprovechando la situación, el Mantífex había seguido arrastrándose entre las ruinas; Ahora estaba cerca, quizás a distancia suficiente como para asaltar a los guerreros mientras los termagantes lo cubrían disparando a discreción.


Cuando la criatura se alzó, la interceptó una lluvia de proyectiles que lo agitó e hizo tambalear; La Sombra reapareció bien cerca de los termagantes, acercándose temerariamente al Mantífex; Cuando éste se giro para hacer frente a la nueva amenaza y triturarla, los Shas'la la dispararon por detrás, aturdiéndola e hiriéndola. Finalmente, el Mantífex cayo muerto gracias a su distracción.

La Armadura XV25 ofrecía un buen blindaje, de lo mejor que había utilizado el Imperio Tau: Los Termagantes no pudieron perforarla, y la respuesta del cañón de inducción fue ferozmente efectiva.

- Shas'la, no hay más lecturas. Sígamos.


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¡Allí estaba! La gran extensión del espaciopuerto Tau se abría ante ellos. Podía entenderse como un altiplano artificial; Dos plantas. La inferior estaba destinada a recoger aeronaves pequeñas y vehiculos civiles, mientras que su plataforma estaba habilitada para que se encajaran todo tipo de grandes astronaves, hundiendo éstas parte del casco en la estructura.

Ocupaba un gran espacio, como era evidente; Estaba muy dañado y había restos de combates anteriores por todos partes: Cádaveres de carnífex rivalizaban en número con los cabezamartillos destruidos; Los montones de gantes y enjambres ya sin vida cubrían Guerreros del Fuego, muertos valerosamente en la defensa de áquel enclave hara días.


Pero el Equipo de Fi'rios y la Armadura de Combate XV25 se encontraron con una batalla, no con un punto de reagrupamiento. Había un gran número de gárgolas cubriendo el cielo y bajando regularmente para entrar en contacto con los Tau de la tierra: Varios Carnífex y criaturas similares, aún más temibles que ellos, rodeaban la gran estructura del espaciopuerto o trepaban por ella; Varios Piraña revoloteaban entorno a ellos, evitándolos y disparándoles por los costados.

Un Cabezamartillo, encima del espaciopuerto, imponía autoridad y ya había derribado dos de esos monstruos. Aunque ácido arrojado por las gárgolas estaba debilitando considerablemente su casco y era extraño que aún no se vieran afectados los sistemas, seguía estoicamente allí.

Allí debía de haber casi un Cuerpo entero de los Tau, y numerosos tiránidos, diseminados aquí y allá. Un grupo importante de Tau defendía el espaciopuerto mientras otro nútrido grupo, muy disperso, tenía que luchar para acceder a él y unírseles. Los Tiránidos acosaban a ambos por todas partes.

- Allí está Shas'o Shas'o Dal'yth Ro'Genn.

- Shas'la, hemos de conseguir entrar en el espaciopuerto.


Efectivamente, el comandante Tau volaba por el campo de batalla seguido de otras dos Crisis demostrando hasta que punto alcanzanba su terrible potencia de fuego.

- ¡Mirad, allí hay rastreadores!

- Reunámonos con ellos.


Los seis de Fi'rios echaron a correr internándose en la batalla. Los restos de un vehiculo civil, una especie de camión, daba cobijo a cinco rastreadores de Tau'n, que se afañaban a colocar sus marcadores telemétricos en los objetivos que creían más prioritarios para facilitar la labor del resto de Equipos. Cuando los Guerreros del Fuego se apostaron apelotonados con ellos, un Shas'ui se giró hacia ellos.

- Nos estorbáis, atraeréis la atención del enemigo si os quedáis aquí.

- Disculpenos, estimado Shas'ui. - Decidieron que el Shas'la malherido debía de tener algún poder más de convicción del resto, así que era el que habló. - Necesitamos entrar en el espaciopuerto ¿Dónde está el mejor acceso?

- Hacía allí ¿Ves esa cosa rodeada de enjambres? Es un Trygón. Está bloqueando ése acceso, quiere entrar por ahí. Si muere, podremos entrar todos los Equipos que estamos por aquí.

- Pues matemoslo ¡En marcha!

Los Guerreros del Fuego dejaron a los rastreadores allí y avanzaron hasta tumbarse en un cráter. El trygón, la Serpiente de Loraleon, era imponente y no tenían ni idea de cómo abatirlo. Además el Sombra había desaparecido sin que se dieran cuenta hasta ahora.

Alguien disparaba a la criatura desde el interior, y ello retenía su avance. Además en los edificios circunstantes debía de haber drones de combate o más Guerreros, puesto que también surgían disparos contra él. Un sinfin de criaturas de enjambre tiránidas lo envolvía y protegía, además de algunos pocos gantes. No era fácil.

- ¿Disparamos?

- No, esperad. No tenemos potencia de fuego para eso.


Una Crisis cayo del cielo y se estrelló cerca de ellos. La enorme Armadura de Combate había perdido un brazo antes de caer, y tras el duro impactó rodó hasta detenerse violentamente contra otro vehículo civil, quedando ladeada y aparentemente muerta.

- ¡Mierda!

- ¡Uno conmigo, vamos a ver si el piloto vive!

- ¡¿Sobrevivir a esa caida?!

Aún así, dos Shas'la echaron a correr hacia la Crisis. Eso atrajo la atención de un hormagante, que se lanzó a por ellos desde alguna sombra recóndita. No pudieron abatirlo antes de que desperazara a uno de los guerreros.

Cuando el superviviente llegó a la Crisis, forcejeó contra el acceso a la misma; Haciendo palanca con el rifle consiguió abrir la maltrecha portezuela. Teniendo en cuenta la rápidez con la que desechó la ayuda y volvió, el poderoso soldado del interior debía de estar evidentemente muerto.


- El trygón se ha movido, ya no acosa el espaciopuerto ¿A dónde va?

- ¡HACIA NOSOTROS! ¡CORRED!

La gran criatura, de cierto parecido al mantífex por su forma reptiloíde, marchaba claramente hacía el reducido grupo de Guerreros; Quiénes abandonaron la cobertura para huir a la carrera hacia el edificio más próximo.

Uno de ellos no lo consiguió; El gran devorador lo atrapó al avalanzarse enteramente sobre él, aplastándolo; A continuación se arrojó, reptando, hacia el resto a gran velocidad pero las paredes y lo pequeño de la obertura del edificio cortaron su embestida; Chocó duramente contra la pared, desmoronando parte de ella, pero los cuatro Guerreros del Fuego restantes pudieron alejarse a tiempo y refugiarse.


El trygón escogió otro objetivo y dejó de acosarles. Prontos gritos de agonía y de terror les llegaron; Los rastreadores.

- No podemos hacer nada por ellos, entremos al espaciopuerto.


Volvieron a salir y sin mirar atrás echaron a correr hacia el acceso ahora medianamente despejado. Aunque aún había enjambres de pequeñas criaturas (Pequeñas pero de grandes y poderosas mandíbulas) que saltaron contra ellos, pudieron evadirse y alcanzar la entrada. Se encontraron cruzando el espacio abierto junto a otros dos Equipos de Guerreros del Fuego, de Vior'la y Tau'n; Con menos bajas que ellos.

- ¡Corred, corred, corred, la gran bestia nos ha visto! - Instó el Shas'ui de Vior'la.

El acceso era una gran obertura triángular, donde perfectamente cabrían tres tanques en pararelo. Había una barricada, formada por vehiculos civiles ladeados y un Piraña aún funcional; Había una Armadura de Combate Apocalipsis ahí y varios soldados.

Pasaron la barricada como pudieron, pero el trygón no se atrevió a intentar entrar tras ellos.


- Los montacargas aún funcionan. Utilizarlos para alcanzar la plataforma, O'Ro'Genn ha informado de que se acerca un biotitán y necesitamos allí toda la potencia de fuego que podamos tener. - Ordenó el Shas'vre de la Apocalipsis, para los recién llegados. Nadie iba a poner en duda las palabras de uno de los mejores guerreros de todo el Imperio Tau.


Lo habían conseguido, habían llegado. Ahora tenían que sobrevivir.



Día ocho. Hora Planetaria: 11:50.



Los cuatro Shas'la restantes del Equipo de Fi'rios se acomodaron rápidamente en la posición de disparo. Era un muro de material sintético, de fácil transporte y cierta resistencia; El equivalente a un muro de sacos de tierra.

Ante ellos, la ciudad de Blo'N se extendia largamente. Desde el espaciopuerto se dominaba gran parte de ella; Abajo había numerosos Guerreros del Fuego y Armaduras de Combate que intentaban alcanzar la estructura; Un sinfin de tiránidos, de todos los tipos que uno podía temer, se lo impedía. Rozaba la masacre en algunos puntos.


- Ugh...

- ¿Estás bien?

- No creo que salga de esta.


Uno de los cuatro estaba malherido, arrastraba heridas de hacía mucho ya. Los primeros auxilios y estimulantes le habían permitido seguir el ritmo del resto a trompicones, pero parecía estar al limite de sus fuerzas. Aún con ello, apoyó su rifle contra el muro y trató de apuntar.


- Anda ya, nos esperan las playas de Au'taal.


Cerca de ellos la Armadura de Combate Apocalipsis que les había recibido se colocó y escrutó el panorama lentamente mientras sus sistemas se volvían a cargar. El veterano guerrero no dijo nada, pronto apuntó y aniquiló un Mantífex y varios gantes con los potentes misiles de su brazo derecho.

A su otro lado, otro equipo de cazadores - Éste de Loraleon - se colocó también en posición de disparo. Había con ellos dos rastreadores con rifles aceleradores, francotiradores. Seguramente todo lo que quedaba de un equipo entero. Uno de los rastreadores era un Shas'ui, fue quién les habló al reconocer sus uniformes.


- ¡Shas'la de Fi'rios! Habéis sido los últimos en llegar ¿Qué hay ahí fuera?

- ¡Nada que quieras que se acerque, rastreador! Tendríamos que estar todos aquí ya.

- Eso son malas noticias, somos muy pocos.

- Menos seremos cuando acabe el día. - Apuntó uno de los Loraleon sin levantar la vista de la mira de su arma.


- ¡VALEROSOS SHAS'LA Y SHAS'UI! ¡AMIGOS SHAS'VRE! ¡MIRAD A VUESTRO ALREDEDOR, MIRAR ESTA FLOR DE LORALEON INFESTADA DE MONSTRUOS! ¡APUNTAD BIEN, LIMPIAD BLO'N CON CADA UNO DE VUESTROS DISPAROS! ¡QUE CADA PROYECTIL VENGUE A TODO TAU MUERTO AQUÍ ESTA SEMANA!


Shas'o Dal'yth Ro'Genn apareció y se posó en la gran plataforma. Le seguían sus dos fieles Shas'vre, su Ta'lissera y escolta. Impresionaba que siguieran en activo, todos les habían visto luchar en algún momento en subsectores diferentes, y en ocasiones en situaciones realmente peliagudas.

Aunque al Shas'o le gustaba bramar por su micrófono, una excentricidad en realidad, la siguiente comunicación fue a través de los canales propios de la Casta del Fuego.

- Se acerca a nuestra posición un biotitán. Ése monstruo es el principal responsable de la destrucción del Cuerpo Sangre de Fuego. Viene un Manta y dos Orcas hacía aquí, pero no nos evacuarán hasta destruir a ése maldito monstruo. Cuiden sus municiones, no se dejen matar.


No parecía nada esperanzador. Los Tau del espaciopuerto seguían intentando ayudar al resto a alcanzar su posición. Tres Cabezamartillos, en formación, irrumpieron desde las calles y aplastaron fácilmente un núcleo de tiránidos, pero un carnífex no tardo en surgir e inutilizó a uno. La tripulación intentó huir por la escotilla de la torreta sólo para hallar su fin en las fauces del monstruo.

Un Equipo Sombra de cuatro miembros apareció de repente y se enfrentó a un auténtico enjambre de hormagantes, una Crisis solitaria cayó del cielo rotos sus retrocohetes... Los Tiránidos se veían atraídos a ése punto, los Tau estaban rodeados y todo aquel que no estaba en el espaciopuerto era vulnerable.


Los cuatro de Fi'rios miraron arriba.


- ¡Vuelven las gárgolas! ¡Disparad!

- ¡NO, AGACHAOS! - Les gritó el Shas'ui rastreador.


Obedecieron automáticamente, echándose al suelo. Los tiránidos alados cayeron en picado y pasaron muy cerca, en una carga que no consiguió llevarse a nadie por delante. Uno de los monstruos se estrelló contra el muro que les daba cobertura, agrietando una parte de él pero perdiendo la vida con el duro impacto. El Shas'vre siquiera se movió.

Si el acoso continuo de las gárgolas no era suficiente, de los edificios cercanos empezaron a llegar todo tipo de bioproyectiles; Termagantes tomaban las diferentes plantas; algunas llegaban a su nivel a pesar de estar relativamente a gran distancia.


Otro Equipo de Guerreros se unió a su posición, y otra Apocalipsis se unió al Shas'vre. Sumándose a que abajo de ellos estaban los dos Cabezamartillos, los Tau en áquel frente pudieron desplegar una potencia de fuego más que respetable. Pronto los Tiránidos, incluso los más grandes, tuvieron que retroceder. Al hacerlo, lo que quedaba del Equipo de armaduras miméticas pudó entrar en el espaciopuerto.


- ¡LUCHAD MIS GUERREROS! ¡LUCHAD POR LORALEON! ¡LUCHAD POR TODO LO BUENO QUE HAY EN LA GALAXIA! ¡LUCHAD POR SALVAR AL IMPERIO TAU DE SUFRIR MÁS PÉRDIDAS POR ESTAS CRIATURAS! ¡NO SON NADA COMPARADOS A LOS QUE SEGUIMOS EL SAGRADO SENDERO DEL TAU'VA! ¡ANIQUILADLOS!


Ambos Cabezamartillos alcanzaron la plataforma superior del espaciopuertos, y unidos al que ya estaba allí, funcionaron como una plataforma de disparo pesado móvil que el Shas'o no desaprovechó: Pronto cualquier tiránido más grande que un camión debía esconderse realmente bien para no sufrir los disparos concentrados de tres tanques.


Un edificio entero fue derribado, algo terriblemente grande lo empujó desde atrás. Los últimos pisos impactaron contra la estructura del espaciopuerto, desmoronando una buena parte de él.


Nadie quiso preguntar si allí había algún equipo.


La causa se desveló pronto. Un enorme tentáculo aplastó un vehículo civil inutilizado al caer pesadamente contra el suelo; Un segundo tentáculo se agarró a las ruinas recién formadas y las usó para ayudar a avanzar a la enormidad de la mole que precedía a sus extremidades.


El biotitán empequeñecía todo, casi al mismo espaciopuerto. Los Shas'la quedaron boquiabiertos, patidifusos ¿Cómo iban a matar ese monstruo? El Shas'vre ni se lo pensó: Sus aceleradores lineales duales impactaron sobre uno de los tentáculos, provocando un estallido de sangre y composición orgánica. La mastodóntica criatura siguió avanzado, impasiblemente, exponiéndose despacio. Aquello no era ni remotamente parecido a cualquier imagen que pudieran tener anteriormente: El biotitán era un cúmulo de gruesos y poderosos tentáculos que apenas exponían una decena de grandes ojos.


Un caparazón, que podría recordar a un caracol, se extendía por todo su cuerpo. Tenía patadas, al menos una docena, cortas y también recubiertas de ése durísimo bioblindaje. No tenía ningún tipo de arma más que sus tentáculos.

- ¡DISPARAD, VALIENTES CAMARADAS DE LA CASTA DEL FUEGO! ¡DISPARAD CON TODO! ¡ABSOLUTAMENTE TODO! ¡MATEMOS ESE MONSTRUO ANTES DE QUE NOS MATE ÉL A NOSOTROS! ¡POR LA GLORIA DE T'AU! ¡NO RETROCEDÁIS!


El equipo de Fi'rios abrió fuego sin esperanzas de causar ningún daño. Y así fue, los proyectiles de sus rifles ni siquiera herían al biotitán; Pero las Apocalipsis y los tanques sí lo estaban consiguiendo. Los aceleradores lineales, lo mejor que un ejército Tau podía presentar en una batalla, hendían en la mayoría de sus impactos el caparazón del monstruo. Pero éste no parecía inmutarse.

En poco, sin que nadie pudiera evitarlo, comenzó a alcanzar el espaciopuerto. Aunque en los alrededores inmediatos la batalla seguía, los carnífex, blindados y Equipos varios quedaron relegados a un segundo plano, era díficil precisar si alguien se preocupaba por ellos estando allí el biotitán.

Un tentáculo aplastó una de las posiciones de los Tau. Un Equipo entero de Guerreros del Fuego desapareció debajo del bestial manotazo, derrumbando parte de la estructura hasta detenerse el tentáculo en el nivel inferior. La acción se repitió y uno de los Cabezamartillos quedó totalmente pulverizado, aplastado y confundido con las ruinas.



- Oh, no, no, no, ¡No no no! ¡Largo de aquí, vámonos!


El Equipo de Fi'rios se estremeció cuando la sombra de los movimientos de los tentáculos les previno de su destino.

- ¡CORRED! ¡ALEJAOS DE LAS XV88! - Chilló uno de ellos, y los cuatro echaron a correr. El Equipo de Loraleon y los rastreadores hicieron lo mismo. Estoicamente, las Apocalipsis siguieron en su posición. No eran lo suficientemente móviles como para apartarse, por lo que intentaron aprovechar el tiempo que les quedaba de vida descargando todo el armamento que pudieran sobre el biotitán.


Un tentáculo cayo y destrozó la sección del espaciopuerto que instantes antes ocupaban los Guerreros del Fuego. El poderoso impacto hundió la estructura y los Shas'la perdieron el equilibrio y cayeron entre escombros, bigas y restos inconexos de Armaduras de Combate. Para ellos, todo se hizo oscuridad y dolor.

Entre el polvo y los gritos de los compañeros, la voz de O'Ro'Genn seguía dominando el terrorífico ambiente.

- ¡NO OS AMEDRENTÉIS! ¡SOLO ES UNA VIL EXISTENCIA SIN CONSCIENCIA, SU SINO SIMPLEMENTE ES DESTRUIR! ¡NO ES NADA! ¡DESTRUIDLO! ¡NO DECAIGÁIS! ¡DISPARAD! ¡MATADLO! ¡YIIIIAAAAAAAAH!


La batalla prosiguió cada vez con más desesperación.


Día ocho. Hora Planetaria: 12:25.[]

Sólo polvo y oscuridad. Pronto se añadieron quejas.


- ¡Mi pierna, mi pierna!


El Equipo de Fi'rios estaba disperso entre las ruinas, con ellos también habían caído los de Loraleon y los rastreadores.


- Si después de esto no nos hacen a todos Shas'ui o empezaré a plantearme si esto vale la pena... - Murmuró uno de los de Fi'rios, apartando restos de material y cascotes hasta ponerse en pie. Debía tener contusiones por todas partes, había perdido el casco y el rifle, pero estaba vivo y podía seguir.

- ¡Deja de blasfemar y ayúdame!


- ¡Mi pierna!


Poco a poco los soldados que estaban en condiciones se volvieron a alzar, ayudaron a sus camaradas y recuperando las armas que pudieron.


- ¡Ya se que te duele la pierna compañero, esto te va a doler aún más pero te liberará! - Uno de los de Loraleon estaba atrapado bajo una biga. Consiguieron liberarlo entre varios, pero no volvería a ponerse en pie por si solo nunca más.

Había que lamentar tres muertes, incluida la de un rastreador, y las heridas y lesiones eran difíciles de contar. Pero podían seguir operando, o al menos podrían hacerlo si conseguían reagruparse.


Los cuatro de Fi'rios seguían con vida. Ahora empezaban a examinar el espacio de alrededor.


Aquello era una bodega enorme, donde las mercancias y multitud de objetos y carretas se acumulaban por todas partes, formando varios pasillos artificiales entre los montones. Dicho almacén se extendía largamente en todas las direcciones, seguramente ocuparía toda la segunda o tercera planta del espaciopuerto. La techadumbre quedaba muy por encima de ellos, y si la caída no les había producido aún más daños era porque habían caido la mayoría sobre cajas amontanas y maderas relativamente frágiles, que acolcharon.

Había poca luz allí abajo, el sistema enérgico haría días que dejaría de funcionar. La luz diurna entraba tenuemente por el gran agujero del techo, diluida por el polvo reinante.


- Tenemos que encontrar un montacargas y volver a subir. - Indicó el Shas'ui rastreador. El veterano intentaba no mover el brazo derecho, y se había resignado a utilizar una pistola.

- Mi comunicador no funciona. - Informó un Shas anónimo.

- ¡El mío tampoco!


Era general. Ninguno podía utilizar las comunicaciones propias de la Casta del Fuego. No podía haberse estropeado todo a la vez... Un inhumano aullido llamó la atención de todos. El inconfundible grito tiránido.


- ¡GANTES! ¡CÍRCULO DEFENSIVO! - El rastreador se levantó rápidamente empujando y ordenando a los aún aturdidos Guerreros del Fuego. Eran un total de once Tau, cinco de ellos en condiciones discutibles. Cubiertos de polvo, heridos y rodeados por más oscuridad de luz... Y con Tiránidos.


- ¿Cómo habrán entrado? - Preguntó uno, escrutando a través de la poca luminosidad.

- ¡Qué importa eso ahora!

- ¡Ahí!

Un hormagante apareció en frente del grupo, y murió rápidamente bajo los disparos de inducción, ya fueran rifles, carabinas o pistolas. Otra sombra se movió y algo impactó sobre un cascote, pulverizándolo. Un segundo proyectil derribó a un soldado Tau, pero no lo mató.

- ¡Ahí arriba! - El Shas'ui rastreador apuntó con su arma a lo que había visto, pero no disparó. Utilizó su marcador para señalar la posición del termagante que les acosaba, haciéndolo evidente para los rifles; Los sistemas de éstos, la preciosa tecnología Tau, permitieron que aunque la mayoría no viera al termagante los disparos le acertaran sin dificultad.


Todo tembló y varios cazadores cayeron al suelo. Se derrumbó otra parte de la enorme estructura, lejos de ellos.

Cuando se recuperaron, una silueta podía intuirse entre el nuevo polvo levantado. Era grande, totalmente alienígena: El nuevo tiránido les sorprendió con la guardia baja.

- ¡Disparad, disparad, disparaaaadle!


Una cabeza desproporcionadamente grande respecto a un cuerpo enjuto y en apariencia débil se dejo ver claramente. Era serpentinoide, o eso parecia; O lo parecería si no pudieran observar el escalofriante hecho de que la criatura no tocaba el suelo.

Era un Zoántropo. Mediante las oscuras y enigmáticas fuerzas místicas que esa criatura podía invocar se desplazaba sin tocar el suelo, deslizándose por el aire con lentitud pasmosa.

Los aterrados Guerreros del Fuego le dispararon con todo, y a pesar de su pulso acelerado acertaron la gran mayoría de proyectiles.

Pero no le hirieron. Bajo la incrédula mirada de los tiradores, los proyectiles de inducción impactaron sobre la nada. Alrededor del Zoántropo restalló energia, saltaron luces cuando los disparos dieron con esta y, de algún tétrico modo, la criatura fue protegida. No sólo salió indemne: Respondió.

Todo volvió a temblar. O eso les pareció a los Guerreros, pues el ambiente inmediato cambió subitamente; Algo les presionó, como si un puño les agarrara el corazón, la oscuridad creció y parte del suelo bajo sus pies y los objetos cercanos se fisuraron y fragmentaron sensibles al terrible poder que el Zoántropo estaba descargando contra ellos.

Tres Guerreros del Fuego soltaron sus armas y se llevaron las manos al cuello, cabeza o pecho; Se desplomaron sin vida sin exalar un solo grito.

Nadie comprendió qué había pasado, pero el Shas'ui recobró pronto el ánimo. - ¡MATAD A ESA MONSTRUOSIDAD, SEGUID DISPARANDO! ¡MATADLO! - Él mismo ayudó a recobrarse al resto del desorientador ataque psíquico, golpeándoles y ayudándoles a apuntar.

A pesar del empeñó del Shas'ui, prácticamente ningún disparo acertó a la criatura y ésta respondió con un bramido antinatural que resonó profundamente dentro de las cabezas de los Tau, aterrorizándolos aún más. Físicamente el aullido se manifestó como un poderoso haz enérgico que golpeó en el pecho al rastreador, segándole la vida con un sútil impacto que le hizo caer ladeado.

El Shas'ui no debió ni darse cuenta cómo le habían provocado la muerte. Los soldados restantes volvieron a disparar con torpeza; Un tirador afortunado atravesó aquella cortina de energía y consiguió herir al Zoántropo, quien se encogió sobre si mismo y retrocedió al verse dañado ¡Podían darle! ¡Si podían alcanzarlo podían matarlo! Los Guerreros del Fuego recobraron el ánimo y sus ráfagas cobraron un tinte más ordenado y más seguro que antes.

La recuperación de la bestia fue terrible; Un fugaz y poderoso vendaval se alzó en un lugar donde ni la más mínima brisa había hecho acto de presencia. Grandes cajones y cascotes salieron volando y comenzaron a amenazar a los Guerreros del Fuego; Un cadáver salió volando y un trozo de la techadumbre cayó y aplastó a un cazador de Fi'rios.

Mientras los Tau se agarraban y afianzaban a lo que podían, todo a su alrededor empezaba a despegarse del suelo. Dos de ellos no pudieron sujetarse y finalmente la fuerza antinatural los alzó hasta cerca del techo; En ese momento amainó, deparándoles una imponente caída cuyo único resultado sólo podía ser el repugnante crujido de los huesos rotos y la muerte de dos compañeros más.


Los pocos y amedrentados supervivientes no atinaron a disparar a la monstruosidad y permanecieron a cubierto, cuerpo a tierra, incapaces de alzarse. Algo fatal pues dieron margen al Zoántropo para recuperarse y cambiar de posición.

Cuando uno de los de Fi'rios se alzó disparó a la nada; El Zoántropo lo fulminó desde un lugar alto con un rayo similar al que había eliminado al Shas'ui rastreador. El resto de Tau se alzó y apuntó a la nueva localización del enemigo y con pulso tembloroso dispararon.

Como no hubo una respuesta tan contundente como los anteriores, ganaron confianza y los disparos se realizaron con más precisión: El Zoántropo parecía haberse desinflado, perdido fuerza. Otro disparo consiguió herirle, y un tercero logró que la criatura se desplomara entre destrozados armatostes, muerta.


Sólo tres supervivientes verían la luz del día otra vez.


Día ocho. Hora Planetaria: 13:25.[]

La destrucción y la muerte se habían convertido en lo esencial, lo más básico; allá donde mirasen los tres Tau sólo veían edificios convertidos en ruinas o en nidos de gantes, cadáveres despedazados o humeantes, cráteres, vehiculos abandonados apresuradamente.

La ciudad estaba perdida, y desde hacía días, pero el canal de la Casta del Fuego aún crepitaba. Retazos de comunicaciones de combate o de órdenes les llegaban en raros intervalos, imprecisos y distorsionados a menudo, recordándoles que aún había Tau luchando allí.

A pesar de las inferteferencias (¿Los Tiránidos eran capaces de interceptar las comunicaciones? ¿Destruían sus sistemas sistemáticamente, a propósito, para aislarles?), aún había Tau sangrando y muriendo por esa inútil y árida tierra, pagando con cada una de sus vidas el precio que ganaban para que otros Cuerpos pudieran actuar contra el enjambre invasor, infínito y hambriento.


El espaciopuerto aún era suyo, y ya no quedaba lejos.


- Maestro Etéreo, capto comunicaciones claras. - Informó uno de los dos Shas'ui. El'Ra asintió en silencio, sin moverse de su asiento. Desde ahí podía ver una sección de la ciudad con seguridad, pero lo que había visto hasta ahora no era ni esperanzador ni útil.

A pesar de lo esperado de la noticia, ninguno de los tres Tau presente mostraron emoción, ni hablaron excitadamente; El Shas'ui continuó mientras los otros dos le escuchaban con atención.

- Toda la Casta del Fuego del sector se ha reunido en el espaciopuerto, la que no se ha retirado hemos de suponer. No consigo descibrar nada más. - El veterano miró al otro soldado quien, sin necesidad de decir nada más, empezó a revisar y calibrar su propio sistema de comunicaciones intentando mejorar la pésima recepción.

- Entonces nosotros hemos de reunirnos con ellos, estábamos esperándolo. - Sentenció en voz baja Aun'el Tau'n Ra'os, cavilando. - Conozco a mi pupilo O'XXXX, si se ha retirado a Blo'N en vez de pasar de largo es porque aún se cree capaz de asegurar la ciudad. Ya ha tenido tiempo suficiente de establecerse y asegurar el espaciopuerto, es su único punto de fuga a excepción del campo.

- Habrá sufrido demasiadas bajas para conseguirlo, Maestro Aun.

- Desconocemos su situación exacta, querido hijo. Y no pasaremos desapercibidos mucho más tiempo, nuestra única oportunidad es reagruparnos, sino moriremos irremediablemente.


Discrepancias aparte, los dos veteranos abandonaron finalmente su posición escoltando al Maestro Aun. Si él creía que había esperanza para ellos, no cabía duda que la había.




La Crisis se posó en la inestable superficie y apenas dió tiempo de calibrarse a su armamento que volvió a disparar contra la gran masa; Los proyectiles del cañón de inducción parecían rebotar contra la dura carne del biotitán, pero los más esporádicos disparos del rifle de fusión penetraban profundamente en sus entrañas.

Una segunda Armadura de Combate, otra XV8, se colocó junto a la primera en la delicada superficie del espaciopuerto y la imitó, disparando los últimos misiles contra uno de los múltiples ojos del mastodóntico monstruo.


La explosión dañó varios, salpicando asquerosa pulpa por todos lados, pero teniendo en cuenta que aún quedaba una veintena de glóbulos oculares en la mastodóntica y asquerosa superficie del biotitán tiránido no fue una gran pérdida ¿Sufriría dolor esa cosa acaso?

- ¡Sin munición! Sólo puedo disparar el rifle de plasma y lo tengo al rojo vivo. - Informó el último tirador a sus dos hermanos de Ta'lissera.

O'Ro'Genn respondió con un gruñido impaciente a traves del comunicador interno del Equipo. - No puedo reunirme con vosotros, proseguid como podáis aunque tengáis que salir de la XV8 y disparar con la pistola.

El Comandante tuvo que desviar su vuelo, programado inicialmente para posarse también en el espaciopuerto, hasta uno de los edificios cercanos debido a una bandada de gárgolas que interrumpió el espacio aéreo. En la azotea tuvo que afrontar el peligro de los gantes allí instalados.

Nada más tomar tierra ORo'Genn tuvo que rechazar de un manotazo un hormagante que saltó contra él y descargó todo el poder y la cadencia de sus cuatro cañones de inducción barriendo a todos los termagantes allí apostados, tiradores dispuestos a cobrarse la vida de los Tau aún apostados en el espaciopuerto, a un nivel similar frente a ellos; Un tercio de la gran estructura se había hundido, pero los Equipos supervivientes seguían en la parte sostenible, disparando y siendo sistemáticamente aplastados por el biotitán.

- ¡'ORo'Genn! Acabo de ver llegar dos Pirañas rezagadas más. Código 1023 y 1022. Corto. - Informó uno de los escoltas apresuradamente.

- Recibido. - El Shas'o, ahora que podía respirar, encaró el titán e manipuló la suprema tecnología Tau para mediante el código transmitir directamente a las dos Pirañas.

- Les habla O'Ro'Genn. Si tienen las armas adecuadas concentren su actuación en el gran monstruo, disparen donde los Cabezamartillo han debilitado su caparazón. No respondan, actuen.

La Crisis carmesí, experimental, del propio Shas'o volvió a alzar el vuelo y pasó temerariamente por encima del biotitan, evitando con maestría los grandes tentáculos y descargando innumerables proyectiles de inducción contra la bestia; Una gargola le golpeó y desestabilizó su trayectoría, pudiendo corregirla lo suficiente como para no convertir en un suicidio el abrupto aterrizaje que efectuó cerca de una de las entradas, aún defendida, del espaciopuerto.

Por su lado paso velozmente una de las Piraña, que viró y tomó altura hasta descargar una ráfaga contra el biotitán y su punto débil antes de ser alcanzada por los tentáculos y desviada hasta hacerse trizas contra un edificio, debilitando aún más su estructura y hundiendo un piso, incluyendo el Equipo de Rastreadores que en él se apostaba.


O'Ro'Genn no pudó prestar ni auxilio ni más atención puesto que inmediatamente se vio envuelto de hormagantes, quiénes saltaron contra él e intentaron penetrar la resistente armadura con garras y dientes; Se defendió como pudó, a manotazos y disparos a quemarropa mientras los sistemas internos de la Crisis modificaba chirriaban y se quejaban, negligentemente sobrecalentados.

Una escuadra de Guerreros del Fuego abandonó su posición dentro de la obertura del espaciopuerto y se prepararon para apoyar a su comandante: Los valerosos cazadores formaron una línea y descargaron su armamento contra los gantes antes de avanzarse y cargar en un cuerpo a cuerpo del cual no podrían salir bien parados. A decir verdad, aunque los tiránidos se vieron sensiblemente reducidos, resultó más bien una carnicería y una masacre más que una acción de asalto.

Pero gracias a su sacrificio el comandante se pudó destrabar y retroceder lo suficiente como para que los tiránidos inmediatos dejaran de ser un estorbo y finalmente empezó a aniquilarlos de nuevo gracias a los devastadores cañones de inducción dobles de su armadura.

Un Cabezamartillo barrió los últimos reductos de gantes que podrían acosar la entrada antes de verse embestido por un Carnífex, quién clavó una de sus poderosas garras profundamente en el casco del tanque. Aún medio volcado y con la bestia desgarrándolo, la tripulación aún consiguió esforzarse para que el acelerador lineal volviera a disparar y cortara de cuajo uno de los tentáculos de la mastodóntica bestia.

Poco después no cabía duda de que los tanquistas no podían haber sobrevivido.


- ¡Guerreros del Fuego, retroceded, que no os alcance ése monstruo!


El monstruo ya estaba avanzando hacía ellos; Un Piraña lo retrasó pero pronto alcanzaría a los malheridos guerreros del fuego, que finalmente echaron a correr de nuevo hacia su antigua posición y O'Ro'Genn disparó contra el Carnífex, pero éste no retrocedió ni se aminaló ante él. Es más, la monstruosidad tiránida parecía totalmente dispuesta a saltar sobre él con todo el incalculable peso de su corpachón inhumano.


Esta vez la comunicación se limitó a su escuadra de nuevo.

- Carnífex objetivo ¿Estáis en posición?

- No puedo alcanzarlo.

- Yo sí, mantén la posición.

O'Ro'Genn obedeció ciegamente plantado, dejando de disparar ante la futilidad de sus impactos y así permitir a sus armas enfriarse de nuevo. Los Tau que le vieron enfrentarse al Carnífex cara a cara en vez de huir le gritaron e incluso maldecían.

La XV8 Crisis de uno de los dos escoltas del Comandante apareció desde detrás del Cabezamartillo destruido y sobrepasó a su vez al Carnífex; En un giro aéreo apuntó y disparó, cubriendo la cabeza del tiránido con un fogonazo de energía proyectada desde el bláser de fusión.

No quedó más que un muñón humeante donde estaba la cabeza del monstruo, y el resto del cuerpo se desplomó a varios metros del comandante Tau.


- Este flanco está perdido, Comandante. - Informó innecesariamente el escolta revisando la situación. Los Tiránidos ya apenas tenían oposición en esa zona y las pérdidas Tau parecían incontable ¿Podían considerar la batalla pérdida ya?

La enormidad del espaciopuerto aún resistia los embites del titán y en su superficie aún había Armaduras de Combate y vehículos Tau que luchaban y disparaban tanto contra los tiránidos apostados en los edificios cercanos como contra el Biotitán: Aquí y allá los restos acorazados, algunos Mantarrayas, cada vez menos Cabezamartillos y los últimos aerodeslizadores Piraña, apoyaban y respaldaban los núcleos de infantería que se defendía en las calles adyacentes o mantenía improvisadas trincheras.

Ya no había gárgolas en el cielo y los Tiránidos empezaban a parecer desorganizados y cada vez menos abocados a coordinarse entre sí, pero aún quedaban criaturas capaces de organizar el enjambre. Un Zoántropo había aparecido recientemente y la Serpiente de Loraleon seguía masacrando las escuadras Tau con las que topaba.


- No estamos perdidos. - Replicó el Comandante. - Pero no duraremos mucho más así. Hay que matar a esa cosa. - O'Ro'Genn señaló el biotitán antes de encender sus retroactores y lanzarse directamente hacía él de nuevo, seguido fielemente por su Ta'lissera.

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