Wikihammer 40k

Veredicto del Certamen de Relatos Wikihammer + Voz de Horus ¡Léelos aquí!

LEE MÁS

Wikihammer 40k
Registrarse
Advertisement
Wikihammer 40k
12 070
páginas
Inqsello Por orden del Ordo Wikia de la Santa Inquisición, este artículo se considera fuera del Canon Imperial. Se declara carente de toda veracidad y blasfemo; y todo el que lo lea sufrirá purga inmediata. Si usted es el autor, diríjase a las autoridades competentes para someterse a la penitencia pertinente.

Atención: Material No Oficial sin Sello de Calidad Wikihammer

- ¿Estado del acelerador?

- Operativo. Parece que ha perdido potencia, pero los mandos son estables. - Respondió puntualmente el copiloto.

- Bien. Piloto, avanzanos hasta el cruce. Armamento principal y secundario preparado: Matemoslo.

La tripulación del Cabezamartillo Flor de Fi'rios se dedicaron unos instantes de silencio antes de empezar la maniobra. El interior del tanque consistia en un habítaculo donde el piloto y el copiloto tenían su puesto al frente, y su comandante quedaba tras ellos y por encima, desde donde podía controlar mejor las situaciones de combate y puntualmente abrir la escotilla y asomar por ella para utilizar sus propios ojos.

Se estaban enfrentado a un monstruo terrible, que había estado cerca de destruir el cañón principal del tanque. El escenario era urbano, devastado; Los Tiránidos habían tomado la ciudad, querían hacerla suya, masacrar lo que quedaba de su población y establecer sus nidos allí, harían sólo un alto para proseguir la matanza en otros núcleos urbanos. Ellos debían matarla, a esa monstruosidad, pues si el blindado no podía el resto de la ciudad y del planeta sufriria los estragos de la criatura: En el cruce esperado el ágil blindado gravítico viró y encaró a su objetivo:

Una multitud de gantes se dispersó ante la aparición y los disparos de inducción, dispersándose como una bandada de carroñeros sorprendidos por un depredador mayor: Unos corrieron calle abajo, otros se metieron entre resquicios, puertas y ventanas y unos cuantos escaparon por debajo del propio tanque: No les prestaron atención, la criaura que les importaba era tan asombrosamente grande que ninguna amenaza cercana parecía capaz de ser importante: El trigón rugió serpenteando hacia la Flor de Fi'rios.

- Allí está. Fuego a mi orden. - El comandante manipuló sin mirar los complicados controles del sofisticado ordenador de combate hasta que un desagradable pítido de error y una ventana emergente en su pantalla le interrumpieron. - Nuestra torreta no puede rotar. Vira para corregir la posición. Así, más aprisa, se nos echa encima: Ahora, fuego.

El acelerador lineal en toda su longitud relampágueo según la corriente energética lo recorría de un extremo a otro preparándose su poderoso proyectil, el cual surgió con un estampido de luz.

El trigón bramó de dolor cuando una de sus extremidades, una poderosa garra, se vio cercenada; Salió a chorro una apestosa y densa sangre que empezó a corroer lo que entraba en contacto con ella, fundiendo cascotes e incluso un termagante desafortunado, que se acabó convirtiendo en pulpa.

Gracias a los problemas técnicos del Cabezamartillo y a su propio movimiento el disparo no resultó determinante.

- ¡Fuego a discrección! ¡Fuego a discrección! ¡Piloto, retrocede! - El Comandante no podía hacer más que mirar con desespero como la gran criatura se les echaba encima. Debían de haberlo matado con un disparo certero, ahora les será realmente difícil conseguir una segunda oportunidad.

La gruesa quitina parecía rebotar los proyectiles de inducción de los cañones gemelos del tanque. El acelerador lineal, con seguridad, podía matarlo, pero debía recargar.

El trigón se estampó contra el Cabezamartillo golpeando con otra garra el cañón acelerador, desviando con un gran chirrido la torreta hacia un lado mientras empezó a arañar y a morder la carcasa metálica que protegía a la tripulación. En una de las intentonas alzó el cuerpo y cayó utilizando todo su peso en el golpe: Una de las garras atravesó limpiamente el blindaje y se alojo en el copiloto, prácticamente partiéndolo en dos; Una segunda cuchilla alcanzó el cubículo más cerca del comandante y destrozó paneles y sistemas sin distinción, arañando el interior, hurgando en busca de los seres vivos escondidos dentro del blindado.

El comandante abrió la escotilla para salir de esa trampa mortal, huir, preso del pánico más profundo e irracional, dentro sólo podía esperarle una muerte similar a la del copiloto: Con medio cuerpo fuera se encontró cara a cara con su verdugo.

La Serpiente de Loraleon, como sería llamada esa monstruosidad tiránida, se había enroscado como una serpiente entorno al tanque y lo presionaba por todas partes, hurgando dentro de él con dos cuchillas: Giró la cabeza hacia el T'au que se había descubierto, dirigiendo hacía él una vacía mirada, desprovista de sentimientos, arrastrando tras sus cuencas una profunda y lejana inteligencia dedicada exclusivamente a la aniquilación de aquel planeta: La mandíbula de afilados dientes, cuasi del tamaño de un torso, no fue más benevolente para el comandante; Sólo la mitad de él volvió a entrar en el tanque.

...

Nos encontramos en el planeta Loraleon. Dicho planeta era una pieza límitrofe con el Imperio T'au, desprovisto de vida inteligente, poca naturaleza y abundancia en metales; Los T'au habían realizado algunas excavaciones allí en otros tiempos, pero nunca consideraron necesario establecer un asentamiento perpetuo hasta la llegada de los Orkos.

Un ¡Waaagh! despiezado terminó allí y se instaló, convirtiendo Loraleon en un núcleo de piratería y una amenaza potencial que difícilmente podía ser tolerada, y finalmente una coalición del Clan Dal'yth comenzó una campaña que terminó limpiando el planeta tras media década de combates y escaramuzas: Loraleon fue colonizado.

Ahora se ha ganado a pulso el titulo de Clan Menor: El planeta es totalmente autónomo, altamente poblado y urbanizado. Las condiciones planetarias, poca agua y abundantes desiertos, está creando un Clan arisco y severo, pero equilibrado y con gran futuro.

O al menos hasta los últimos días, tenía un esperanzador futuro.

La ciudad de Blo'N había alcanzado una perfección arquitectónica más que envidiable: Toda la ciudad era una serie de círculos concéntricos superpuestos, sin grandes avenidas, pero con un excelente entramado de trenes gravíticos que, bailoteando entre los mismos círculos, comunicaban con increible eficiencia. La Casta de la Tierra se había destacado tanto en la calidad del resultado urbanístico como en los tiempos: Loraleon fue colonizado en un tiempo récord, alzándose rápidamente como un mundo, y Blo'N fue una de las primeras ciudades levantadas más allá de asentamientos mineros y puestos de vigiliancia militar.

Podría decirse que la ciudad estaba dividida en cinco sectores; Dos espacios dedicados, entre altos y estilizados bloques de pisos rodeados de jardines, a las viviendas, un tercer sector administrativo y gubernamental, desde donde se dirigía a su vez ése hemisferio, un cuarto - de espacio más limitado - para el ocio y el turismo y un último y final que giraba entorno al gran espaciopuerto, uno de los principales del planeta.

...

- ¡Bienvenido al Descanso! ¡Esperamos que se encuentre a gusto y podamos atender todas sus necesidades!

El Guerrero estiró la mano y apretó la cerradura, pero no se abrió. Alzó la vista al cartel luminoso que daba nombre al establecimiento de ocio, dispuesto a entrar a pesar de la negativa. La voz dron volvió, demasiado alta para el desolado ambiente que era ahora la ciudad invadida.

- Introduzca su número de reserva en el panel.

Con un gruñido de irritación retrocedió un paso y Shas'ui Fi'rios Vaal disparó contra la cerradura, destrozándola, convirtiendo el panel electrónico en una munión humeante de circuitos fundidos y requemados. El sistema automático dron debió detectar un incendio o un error grave en la puerta y aplicó los protocolos simples de seguridad: La puerta se abrió, así mismo como las que en el interior mantenían el papel de salidas de emergencia.

El Guerrero del Fuego entró en un vestíbulo despejado y altamente decorado, destinado a agradar a la vista de los sofisticados turistas que debían venir de los planetas céntricos, a relajarse y disfrutar de vacaciones: Por lo que pudo ver, tenía que encontrarse en un balneario o algo parecido, en definitiva un lugar dedicado a la relajación y la belleza personal.

Tras un mostrador encontró un cadáver, una mujer destripada. Sólo podía significar que él no era el primero que llegaba: Alerta Ui'Vaal alzó la Carabina de Inducción encaminándose hacia un salón secundario, quizás una sala de espera, que conectaba con el vestíbulo. No le pareció útil adentrarse en el lugar o subir las escaleras.

Allí descubrió el mobiliario destrozado y descolocado, dos cadáveres más con mutilaciones similares – heridas de cuchillas – y el punto de entrada del intruso, o intrusos; Torció el gesto al ver una gran cristalera destrozada que debía de dar luz natural al salón.

Un ruido le llamó la atención cuando ya volvía al vestíbulo; Cerámica rota. Revisó rápidamente el cargador del arma y Ui'Vaal volvió rápidamente hasta la arcada que separaba el salón del vestíbulo: Asomó cuidadosamente carabina por delante, y ahora advirtió que no sólo había una escalera y un ascensor al final de dicho recibidor, sino que una portezuela lateral – que debía de pertenecer al personal o al mantenimiento – quedaba medio escondida al otro lado del recibidor. Se dirigió hacía allí sigilosamente, sin descuidar la entrada principal, que abierta, quedaba a su espalda.

Efectivamente, era un cuarto destinado a los contenedores de desechos, paneles de mantenimiento y rudimentos prácticos como escobas y percheros con uniformes. Había un habitante allí, el asesino e intruso: No era el primer hormagante que veía, pero sí el primero con un corpontamiento tan extraño:

El hormagante había arrastrado todo tipo de basura: Parte del material acolchado de los sofas destrozados, maderas varias, cristales, herramientas que caerán de los estantes, una pierna seccionada... Y lo había dispuesto todo entorno a él, en círculo; Estaba agazapado, dándole el perfil al Guerrero del Fuego quién no se paró ni un momento en preguntarse como es que la criatura, aunque le había visto, no se lanzó contra él inmediatamente: Disparo dos únicos proyectiles casi a quemarropa, más que suficientes para atravesar la quitina y esparcir los viscosos sesos del tiránido.

Al matarlo el gante cayo fuera de su... nido, y algo cayo entre mucosidad; Una forma redondeada, verdosa y de fuerte olor; Ui'Vaal se repugnó cuando razonó que era un huevo. Lo aplastó con un pie y salió de allí para volver al mostrador, esta vez metiéndose en él para manipular su ordenador: Desde él debía de poder comunicarse con alguien.

Estaba en ello cuando un grito femenino le hizo alzar la vista y echar mano a la carabina que había dejado reposando al lado del panel.

En la entrada una mujer joven, de aspecto maltrecho y fatigado, lo miraba atónita; Ella había gritado, de sorpresa y alegría, y echó a correr saltando sobre el mostrador para abrazarse al Shas'ui con tanto entusiasmo que lo cogió por sorpresa. Era delgada y poca cosa, por lo que él la pudó apartar sin demasiada rudeza para imponer espacio y ver por encima de ella como un hombre también había entrado.

Ambos lucían las mismas ropas, quizás una especie de uniforme; Chalecos ceñidos, que en algún momento tuvieron que ser blancos, con una camisa interior descolorida por la suciedad pantalones más holgados negros; Él llevaba un sombrero puntíagudo, de alas anchas, también negro, la chica simplemente mostraba una larga coleta trenzada.

- Soy-soy Por'la T'au'n Far ... Lamento... eh... mi efusividad, lo lamento mucho, Shas, mis disculpas. - Sonrojada, la mujer se inclino con arrepentimiento y lágrimas en los ojos, aún de gozo. - Habíamos perdido la esperanza de encontrarnos con alguien.

- Él es La'Tyl. - Siguió, presentando a su acompañante, y estirando el brazo hacia él; La'Tyl le cogió la mano con afecto y mantuvo la mirada hacia el inexpresivo casco del Guerrero del Fuego.

- Yo soy un... escritor, por así resumírselo. - Explicó él. - Ella capta imágenes, las graba y juntos exponemos nuestro trabajo. Podemos considerarnos... eh... reporteros de guerra. Vinimos aquí cuando se extendió la noticia de la invasión, para relatar y filmar los avances de la Casta del Fuego y reportarlos al resto del Imperio.

- Esto es una zona de guerra, no debe haber civiles aquí. Debistéis evacuar cuando se dio la orden, sólo debe de quedar el personal imprescindible en Blo'N. Si no sabéis de mecánica ni de medicina, vuestra estancia aquí sólo os pone en peligro. - Sentenció Ui'Vaal, arisco, ceñudo tras su máscara metálica.

- ¡Pero el resto de mundos debe saber lo que ha ocurrido aquí! - Objetó ella energicamente.

- En otro momento podríamos discutir eso... - Por'la T'au'n Tyl apretó la mano de la mujer con intención de contenerla. - ¿Está solo, Shas?

- Soy Shas'ui Fi'rios Vaal. Mi Equipo se ha perdido, una monstruosidad los mató. Intento reagruparme con mi Cuerpo, pero mi comunicador no funciona. - Ladeó la cabeza para mostrar que toda la parte izquierda del casco estaba deformada por el impacto de unas garras que bien cerca estuvieron de llevársele un ojo con ellas o media cara. No llegó a sufrir heridas, pero los sistemas del casco estaban prácticamente inutilizados. - Y este panel tampoco, no consigo que arranque.

Ambos T'au le miraron horrorizados ante la idea de tantos Shas'la muertos, y ante la naturalidad con lo que él lo decía. Si cualquiera de ellos hubiera perdido al otro estarían desolados.

- Lamento que dos miembros de la Casta del Agua no sean precisamente útiles, pero me temo que si no vamos con usted, Shas, pereceremos pronto en este infierno.

El Guerrero rodeó el mostrador para abandonarlo y se dirigió directamente hacia la puerta, asomándose cuidadosamente sin responder. Algo debió ver porque se retiró rápidamente, y sin decir nada, señaló la arcada.

Como no comprendieron, les empujo con la culata de la carabina hasta hacerles pasar al salón y allí susurró.

- Saltaremos por ahí. - Señaló el gran ventanal destrozado, desesperándose cuando ella se paró a hacerle una foto con una minúscula y desapercibida cámara. - Y correréis detrás de mí. Cualquiera de los dos, llevad esto.

Les tendió la pistola de su cinturon; Tras un lapso de duda, interrumpido por la insistencia del soldado, él cogió el arma nerviosamente y siguió a Ui'Vaal, quien saltó a la calle rápidamente y echo un veloz vistazo, con el arma por delante, por toda la calle antes de echar a correr ágilmente hacia un callejón, sin esperarles; Ambos Por tuvieron que esforzarse en seguir su ritmo para no quedarse atrás.

Callejearon por una Blo'N arruinada ¿Qué había pasado? Lo sabían muy bien. La principal linea de combate estaba a cuarenta kilométros de la ciudad, los Tiránidos habían ido empujando a la Casta del Fuego hasta que la cercanía hizo peligrar demasiado a Blo'N y fue evacuada, quedándose allí sólo el personal útil para la guerra, así como una guarnición de la Casta del Fuego y los mandos de la Casta Etérea del lugar. Pero las lineas de la Casta del Fuego se vieron traspadas cuando se sorprendieron encontrándose con Trigones en mitad de sus campamentos, dejando tras su apararición grandes túneles conectados directamente con el resto de fuerzas tiránidas; Al poco tras las grandes criaturas aparecieron progeníes infinitas de gantes, y lo que hasta ahora había sido un conflicto ordenado, bien calculado y que se estaba llevando bien se convirtió en un caos y una masacre: Con la mayoría del ejército T'au del sector en retirada, Blo'N, el siguiente paso, sufrió rápidamente los primeros ataques.

Los Tiránidos se encontraron una ciudad defendida a ultranza por la poca aviación disponible de la zona y una reducida guarnición, destinada allí a proteger el espaciopuerto y el Aun'o, un venerable etéreo, que permanecía en la ciudad. No fue un gran problema para ellos y repitieron táctica, igual de efectiva que hasta el momento; Penetraron en la ciudad a través de túneles y la invadieron implacablemente.

Blo'N aún es zona de guerra tras tres duros días, donde aún se combate y se intenta mantener el espaciopuerto en activo y a salvo.

Las carreras del Guerrero del Fuego les llevaron hasta una plaza, además de conseguir hacerles perder el aliento a los dos 'periodistas'. El veterano Guerrero parecía tener unas nociones del sigilo y de la oportunidad excepcionales, pues a base de rodeos – muchos de ellos abruptos – había conseguido mantenerlos a salvo, evitando los mayores peligros y solventando los menores mediante la carabina de inducción y los torpes disparos de La'Tyl.

El Guerrero del Fuego se agazapó tras un vehículo civil estacionado, mordiéndose el labio ante el poco sigilo de sus dos acompañantes.

- ¿Por qué nos paramos? - Quiso saber ella, irguiéndose para hacer tres capturas de lo que tenía ante si, palideciendo al centrar en la tercera una monstruosidad tiránida muerta. Un carnífex caído, abatido por las fuerzas restantes de Blo'N.

- No me gusta. Esperaremos y descansaréis.

No le discutieron al Guerrero y los dos T'au se abrazaron y quedaron agazapados contra el vehículo, consolándose y charlando en voz baja; De vez en cuando él tomaba apuntes en una libreta electrónica.

Al poco pudieron ver como Ui'Vaal levantaba la carabina; Sin preguntar siguieron la dirección del cañón y descubrieron como un T'au fornido, desnudo de cintura para arriba – con una horrible herida reciente de garras en el pecho – salía de un edificio. Llevaba un rifle de inducción que manejaba con torpeza: Empezó a disparar desde la cadera contra algo que no veían, detrás del Carnífex.

Estaba al otro lado de la plaza, y ella instó al Guerrero a intervenir. - ¡No podemos dejarle luchar solo!

- Si le ayudamos podemos morir los cuatro. - Fue la seca réplica del Guerrero del Fuego, que no se movió lo más mínimo para responder.

- ¡Pero...! - La'Far miró a su compañero suplicante, éste estaba tembloros mirando tanto al T'au de la Casta de la Tierra como a su arma, la pistola, asustado y duditativo. Toda su vida se había basado en el conocimiento de su deber para el Imperio T'au, la unión que los mantenía fuertes y en continuo progreso, lejos de los horribles tiempos del Mont'au: Sentía la necesidad de ayudar al hombre, de salvarlo, aunque fuera dando su vida.

Se decidió y echo a correr hacia allí, bajo la brillante y emocionada mirada de su compañera y amante, quien empezó a capturar imágenes de la heroica escena.

El T'au que disparaba no lo vio venir, siguió disparando hasta que se dibujo una forma de gante, un hormagante que murió frente él; No paró de disparar, sobre el Carnífex, trepando, apareció otro y dos más surgieron por el frente, lanzándose contra el tirador a pesar de los disparos, imprecisos eso sí, de la pistola de La'Tyl, quién se detuvo a medio camino para sujetar el arma con ambas manos e intentar interceptarlos.

Uno más cayó, pero el restante se echó sobre el obrero, lo tumbó y trinchó fácilmente. El que había trepado el Carnífex se giró y se preparó para saltar sobre el escritor, sin que este se percatara.

Shas'ui Firios Vaal lo observaba todo con atención, con la mano sobre su arma, sin disparar. Cuando la mujer, empezando a estar histérica del miedo y por su inactividad, lo acusó.

- ¡Haz algo! ¡Hay T'au muriendo, les debes protección, eres un soldado! - Pero él no respondió. De pronto se levantó y disparo dos ráfagas controladas de tres disparos cada una; Impactaron certeramente en el hormagante en mitad de su salto contra La'Tyl, llegando a él cadáver. La bestia muerta lo golpeó y le hizo perder el equilibrio y la pistola.

- ¡La'Tyr! ¡LA'TYR! ¡CORRE! ¡VUELVE! - Ella salió del escondite gritándole con desespero pues el tercer hormagante ya se estaba dirigiendo contra él, aprovechando su debilidad. El Guerrero del Fuego recargó rápidamente y cuando volvió a apuntar ya era tarde, la cabeza de Por'la T'au'n Tyr rodaba por el piso, para horror de La'Far quién se desmayo ante la imagen y la idea de la horrible muerte de su pareja.

Ui'Vaal la vio caer con irritación y se centró en la amenaza; Llegaban más, cuatro hormagantes estaban rodeando al Carnífex muerto.

Consideró que no podía hacer nada. Y él no quería sacrificarse por algo tan fútil como por una civil que no debía de estar ahí.

- Mejor tú que yo. - Repuso entre dientes, justificándose ante su falta de moralidad. El Shas'ui echo a correr sin mirar atrás, quizás los hormagantes se entretendrían lo suficiente con la desfallecida como para que él tuviera ventaja en la nueva carrera.

Para vengar a sus hombres, sus hermanos de Ta'lissera, a Blo'N y a todos los que ya habían muerto por la horda tiránida debía mantenerse vivo, no sacrificarse por quien estaba en mal lugar.

Advertisement