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Pyrathas es un mundo fortaleza imperial situado en el Collar de Hierro del Saliente Acheros.

Datos planetarios[]

  • Población: 57 millones aproximadamente
  • Grado de diezmo: Aptus Non.
  • Notación especial: Segundo anclaje de la Armada Imperial en el Collar de Hierro.
  • Geografía / Demografía: 65% de gravedad nominal. El planeta se compone principalmente de terreno montañoso escarpado, gran parte del cual se ha utilizado para albergar estructuras fortalecidas, bahías de lanzamiento y otras estructuras de la Armada Imperial. La atmósfera permanece con una visibilidad constante del 25% debido a cenizas volcánicas en suspensión.
  • Comercio / economía: Pyrathas no realiza exportaciones y generalmente requiere una gran cantidad de municiones y alimentos. Su propósito principal es la gestión y distribución de las fuerzas imperiales. La dura atmósfera y el escarpado y árido paisaje dejan poco margen para explotar los reducidos recursos planetarios.

Historia[]

Saliente Acheros Cruzada Achilus Cuenca Jericho Caos Wikihammer

Saliente Acheros: Pyrathas se encuentra en el margen superior izquierdo, formando el Collar de Hierro.

En una galaxia plagada de rarezas y anomalías, Pyrathas merece sin embargo ser mencionado. Aunque había sido ignorado por los humanos del antiguo Sector Jericho, este mundo estaba destinado a convertirse en el eje del Collar de Hierro y en un recurso vital para el Saliente Acheros.

Pyrathas fue descubierto casi por accidente durante el segundo año de la Cruzada de Achilus. A medida que las flotas cruzadas avanzaban a través de lo que más adelante se convertiría en el Collar de Hierro, las naves exploradoras se adelantaban catalogando nuevos planetas para la conquista. Cuando la fragata Despacho del Omnissiah emergió de la disformidad en los bordes del sistema desigando como 018-9J0-5B, encontraron que la zona estaba dominada por una feroz estrella supergigante azul-blanca.

Tiempo ha, la ardiente furia de la estrella había reducido a cenizas todos los planetas del sistema excepto uno. El inmenso mundo joviano Pyrathas Majorus (realmente una enana marrón) giraba alrededor de la estrella supergigante y escondido en la seguridad de su penumbra, una única luna contenía una atmósfera respirable que el capitán de la fragata decidió investigar.

La luna, que se conocería después como Pyrathas, era un lugar inhóspito. La baja gravedad había creado un mundo de imponentes acantilados, altas montañas y profundos fiordos. Las constantes tensiones gravitacionales generaban monstruosos volcanes que escupían sus gases a la gris atmósfera por lo que la vida del planeta no había evolucionado más allá de resistentes líquenes y musgos. A primera vista, Pyrathas no tenía nada útil que ofrecer la Cruzada. Sin embargo, el Lord Militante Achilus y sus consejeros sí que vieron la utilidad de Pyrathas: un anclaje blindado para la flota, protegido de la furia de su estrella y situado de forma ideal entre los mundos fortaleza de Karlack y Hethgard.

Pyrathas se convirtió en el último eslabón de la veloz formación del Collar de Hierro. El accidentado terreno resultó ideal para la edificación de fortificaciones. Legiones de trabajadores convictos del Munitorum coronaron las montañas con bastiones de adamantium y excavaron en los acantilados enormes bahías de lanzamiento para alas de Lightnings y Thunderbolts. En las zonas volcánicas activas se canalizaron profundas derivaciones geotérmicas para alimentar baterías láser de defensa. Mientras tanto, el Mechanicus construyó grandes muelles orbitales alrededor de la luna para atender las necesidades de las innumerables naves de guerra que pronto llegarían. En apenas una década, Pyrathas se convirtió en el segundo anclaje en importancia de la Armada Imperial en el Collar de Hierro, superado solo por el propio Karlack.

A diferencia de la mayoría de otros mundos fortaleza, la Armada se tomó algunas molestias para ocultar la ubicación exacta de Pyrathas a sus adversarios Las coordenadas de Pyrathas son consideradas un secreto de nivel Magenta, y los códigos y contramedidas para acercarse a distancia de disparo solo lo poseen los pilotos de los monitores de defensa que esperan en los bordes del sistema estelar para escoltar a las naves que puedan llegar. Evidentemente, la Armada se dio cuenta de que no podía mantener la ubicación de Pyrathas para siempre en secreto por lo que instaló numerosos láseres orbitales y baterías de torpedos.

En los años posteriores, Pyrathas se ha convertido en una valiosa fortaleza del Collar de Hierro. Cuando los triunfos en el Saliente Orpheus fueron más allá de los esperados por la Cruzada, Pyrathas se convirtió en un centro de tránsito para regimientos de la Guardia Imperial y para suministros militares reordenados hacia el cercano Saliente Acheros. Cuando los zarcillos de la Flota Enjambre Dagon comenzaron a envolverse alrededor de las fuerzas de la Cruzada en el Saliente Orpheus, se reevaluó el papel de Pyrathas: siguió siendo un centro de tránsito, pero el flujo de hombres y materiales se invirtió para detener el avance xenos.

Ciertos comandantes de la cruzada (Skor, el Capitán de Pyrathas, entre ellos) han expresado en privado que si la flota enjambre tiránida logra derrotar a la Cruzada y consumir la Brecha Jericho, Pyrathas puede convertirse en el último refugio contra los xenos. El furioso fulgor de la estrella supergigante azul provoca que acercarse al anclaje sin la protección de los escudos de vacío se convierta en un acto suicida, y que las naves colmenas tiránidas identificadas hasta ahora no tendrían dicha posibilidad. Dichos comandantes argumentan (entre ellos, alli donde sus pensamientos no pueden ser etiquetados como sediciosos por el Comisariado) que si la Cruzada flaquea y falla, los elementos de la Guardia Imperial y de la Armada que no pudieran ser evacuados a través del portal disforme deberían ser llevados de regreso a Pyrathas, donde podrían esperar una contraofensiva imperial.

Algunas voces aún más pesimistas argumentan que el resultado más probable es que el Imperio intentaría destruir el portal disforme. Aunque dicha opción dejaría aisladas a las fuerzas en el interior de la Brecha Jericho (guarnecidas en Pyrathas), esas voces postulan que los Tiránidos acabarían con los mundos en posesión del Caos y del Imperio Tau, dejando a las fuerzas imperiales libres para "recoger los restos" después de que pasasen los insaciables xenos. Lo que ninguno de estos individuos menciona, pero que todos temen, es que la adaptabilidad suprema de los Tiránidos pueda crear una nueva forma de xenos que soporte el resplandor de Pyrathas Majorus y consuman el enclave imperial de todos modos.

Ubicaciones clave[]

Debido a la arquitectura estelar única de Pyrathas, muchas de las instalaciones del mundo fortaleza se concentran en la órbita. Sin embargo, la Guardia Imperial todavía mantiene sustanciales fortificaciones en la superficie, junto a depósitos de suministros del Munitorum, molinos de sustentamiento e instalaciones mineras.

Estación Adamantium[]

La Estación Adamantium, instalación orbital primaria de Pyrathas, se cierne como una vasta telaraña de hierro sobre la luna. Se trata de un almacén orbital, un muelle de vacío con capacidad para docenas de naves en cualquier momento. Prolongándose cientos de kilómetros en el cielo, esta instalación suborbital es fácilmente visible desde la superficie.

Las numerosas baterías láser de defensa comprenden las secciones más externas de la Estación Adamantium, y se unen entre sí mediante enormes cadenas de adamantium y eslabones gravitacionales. Unidos, estos láseres conforman un campo de fuego cruzado que cubre la mayoría de los accesos a la estación. El resto de accesos se cubren mediante baterías láser de órbita libre.

Más hacia su interior, la estación se convierte en un laberinto de bahías de atraque, bóvedas orbitales y estaciones de carga. Estas instalaciones permiten el flujo de suministros vitales entre dos salientes de la Cruzada. Los anclajes navales están separados de los muelles de transporte, aunque la mayoría de los buques de guerra de la Armada prefieren anclajes orbitales independientes muy por encima de la estación. El centro de la estación alberga la basílica de mando, así como enormes bahías abiertas de lanzamiento para alas de Furies, Starhawks y otras naves de ataque y en el centro, se sitúa una gran torre orbital, capaz de transportar grandes cantidades de hombres y suministros a las instalaciones de la superficie.

Desde la crisis del Saliente Orpheus, la Estación Adamantium ha estado trabajando en tres turnos ininterrumpidos para gestionar el aumento de movimiento de suministros. En la oscuridad perpetua de Pyrathas, la sombra de Majorus, los soldadores de arco, los propulsores de maniobra y los inumerables faros iluminan las instalaciones con un parpadeante y actínico deslumbramiento. En tales condiciones, los accidentes son bastante comunes por lo que la tasa de muerte entre los trabajadores han aumentado constantemente.

Para mantener el ritmo de trabajo urgente, la Armada ha comenzado a buscar cuerpos fuertes para reemplazar las pérdidas de la estación. Sin embargo no es una tarea fácil. En estos tiempos desesperados, la mano de obra se ha convertido en un bien muy valioso en la Cruzada. Muchas naves de combate de la Armada Imperial han sufrido grandes pérdidas en las batallas contra los tiránidos. Demasiadas naves vuelven del combate con el casco medio destrozado y la tripulación diezmada por los horribles monstruos que los tiránidos usan para abordarlos. Aparte de que la repararción de estas naves requiere mucho tiempo y esfuerzo para las instalaciones de Adamantium, los propios capitanes de las naves demandan que la estación renuncie a sus equipos mejor entrenados para reemplazar sus pérdidas.

Todo esto da como resultado que la estación está muy escasa de personal. El capitán Skor redacta contínuas peticiones al Comodoro Hemelschot sobre la situación de la mano de obra pero este tiene sus propias preocupaciones y es posible que no pueda intermediar en ello.

La situación es lo suficientemente desesperada como para que algunos contramaestres veteranos hayan llegado a emboscar a grupos aislados de guardias imperiales de paso por la estación y alistarlos bajo presión en la Armada. En respuesta, el Comisariado y los sargentos superiores de la Guardia Imperial han llegado a escoltar a sus hombres en masa desde los transportes hasta las instalaciones de la superficie (que están bajo el control de la Guardia Imperial), incluso permitiendo que sus hombres se defiendan con armas cortas. No hace falta decir que esto ha provocado un aumento de las tensiones en la estación y que varios informes de escaramuzas aisladas han llegado ya a la mesa de Skor.

Algunos oficiales de alto rango susurran que el Capitán está considerando otros medios para resolver el problema. Se dice que ha mantenido conversaciones constantes con la teniente comandante Alaxis McKale acerca de liderar una expedición fuera de la estación para encontrar personal adicional en otros lugares.

Superficie de Pyrathas[]

"¡La enfermiza luz de la Anomalía Hadex ilumina nuestro cielo nocturno y la amenaza inminente del Caos está siempre a nuestras puertas, pero no desesperemos ya que el Emperador Protege!"

General Helga Vastorpoole
Planetas pyrathas

Construcciones defensivas en la superficie de Pyrathas

La superficie de Pyrathas es un lugar infernal e inhóspito: un mundo de picos escarpados, afiladas crestas rocosas y profundos fiordos, con muy poca vida más allá de resistentes algas y líquenes. El clima se ve agravado por la geometría estelar del planeta. Al estar permanentemente oculto por la sombra de Pyrathas Majorus, la mitad del mundo nunca he visto el sol. En este lado de Pyrathas, los fiordos están cubiertos por glaciares y las montañas por nieves imperecederas. En el punto más lejano, el aire es tan frío que puede congelar los pulmones de un hombre en un segundo. Por el otro lado, el deslumbrante pero silencioso fulgor de Pyrathas Majorus calienta el planeta como las manos cerca de una brasa ardiente por lo que la vida prospera de forma débil. El brillo constante de la enana marrón lo ilumina todo con un profundo resplandor rojo. Aquellos hombres allí estacionados lo encuentran psicológicamente inquietante por lo que las gruesas contraventanas que cubren la mayoría de las estructuras permanecen selladas permanentemente.

Aun así, las instalaciones en Pyrathas han crecido hasta alcanzar un tamaño impresionante, siendo incluso más grande que la propia Estación Adamantium. Dispersas a lo largo de los rocosos acantilados de uno de los océanos más grandes de Pyrathas, las fortificaciones han sido bautizadas como Fortaleza Illium, las cuales han rematado los acantilados y crestas con acero y adamantium.

Illium se concentra alrededor de la base de la torre orbital que lo une a la Estación Adamantium. A través de ella, fluye un torrente constante de suministros y miembros de la Guardia Imperial, los primeros destinados a las vastas cavernas de suministros que horadan la roca debajo de la base y los últimos a esperar dentro de los laberínticos tramos de cuarteles que rodean el baluarte central.

La mayoría de las instalaciones de Illium, cavernas de suministros, cuarteles, procesadores de habitabilidad, granjas, laboratorios, instalaciones médicas, almacenes de reparación y mantenimiento e incluso una pequeña forja mantenida por el Adeptus Mechanicus se encuentran a lo largo de los kilómetros de cavernas excavadas bajo la superficie. Una población que vive, trabaja y se prepara para luchar bajo tierra.

Por encima de sus cabezas, miles de kilómetros de trincheras, baluartes, fortificaciones, muros y alambre de espino se extienden desde el bastión central. Cada sector posee emplazamientos de artillería superpuestos, apoyados por posiciones de mortero de corto alcance y reforzados por emplazamientos de defensa aérea. Cada acantilado a lo largo del océano posee anclajes cortados en la propia roca para Thunderbolts, Lightnings y bombarderos Marauder. En los cinco años transcurridos desde que tomó el mando de Illium, la General Helga Vastorpoole ha mantenido los regimientos de la Guardia Imperial constantemente ocupado. Bajo la filosofía de que las manos ociosas solo pueden causar problemas, mantiene ocupado a todo aquel que esté en su fortaleza construyendo nuevas y mejoradas fortificaciones.

Cualquier enemigo lo suficientemente loco como para atacar a Illium se encontraría bajo el fuego de emplazamientos de autocañones Hydra y cañones láser Icarus al entrar en la atmósfera. Las montañas alrededor de la fortaleza contiene numerosas defensas aéreas astutamente camufladas, apoyadas por vehículos Manticore equipados con sus mortales misiles Storm Eagle. Una vez sobre el terreno, el enemigo todavía debería lidiar con constantes ataques aéreos de alas de Marauders, y bombardeos de largo alcance de Cañones Estremecedores. Luego, si finalmente lograran lanzar su ataque, tendrían que avanzar a través de kilómetros de defensas interconectadas, trincheras, búnkers y blocaos y todo ello bajo el fuego constante de bólters pesados, colosales morteros de asedio y las armas de decenas de miles de guardias veteranos.

Las defensas parecen inexpugnables y Vastorpoole cree firmemente en ello, sin embargo, todavía tienen que ser probadas por los Tiránidos o por el Stigmartus, y ambos son enemigos increíblemente peligrosos.

Estación de hielo Zeta[]

En el punto más alejado de Illium se encuentra la estación de hielo Zeta. Situada sobre uno de los glaciares más grandes de Pyrathas, Zeta es una complejo de investigación de diseño Phaeton con una única plataforma de aterrizaje, espartanas viviendas, varias instalaciones de investigación extremadamente avanzadas y un destacamento de defensa permanente formado por dos escuadrones de Soldados de Asalto.

Zeta es gestionada por la rama Biologis del Adeptus Mechanicus la cual investiga frenéticamente posibles armas biológicas o defensas contra los Tiránidos. La estación toma todas las precauciones posibles al utilizar materiales volátiles y peligrosos pero su mayor salvaguarda es estar lo más alejados posible del resto de humanos del planeta. Su presencia se mantiene en secreto a la Guardia Imperial y a los comandantes de la Armada de Pyrathas. En cambio, el Mechanicus mantiene lazos con el Ordo Xenos y el bibliotecario de los Vigías de la Muerte Zadkiel, patrocina sus esfuerzos.

Puesto avanzado Penumbra[]

En la punta de la sombra proyectada por Pyrathas, la Armada mantiene una estación de observación para vigilar a los enemigos que puedan aproximarse. Se trata de un diminuto disco de solo trescientos metros de ancho, que mantiene una tripulación de unos doscientos oficiales y subalternos descontentos, fracasados o degradados. La estación está ligeramente defendida, y la sensación del capitán Skor es que es completamente prescindible en el caso de un gran ataque. Por ello envía allí y de forma consciente a lo peor de su tripulación.

Sin embargo, este plan puede ser contraproducente ya que lo que Skor desconoce es que el actual comandante de Penumbra, el teniente Vance Ulderhoff, es un traidor al Imperio. Capturado por el Stigmartus durante una de las batallas del Saliente cinco años atrás, Ulderhoff sobrevivió mientras el resto de su unidad era ejecutada por renunciar a valiosos secretos imperiales. El Stigmartus decidió devolverlo a las líneas imperiales con la esperanza de usarlo como agente doble.

Ulderhoff finalmente terminó en Pyrathas, y después en Penumbra cuando sus malas maneras le valieron demasiadas reprimendas oficiales. Está ansioso por dar a conocer la ubicación de Pyrathas a sus verdaderos señores, pero hasta el momento no ha tenido manera de enviar ningún mensaje. Hasta que encuentre el modo, se halla a la espera cumpliendo el mínimo su deber para asegurarse de que no es ejecutado por su completo fracaso.

Fuentes[]

  • Deathwatch: The Jericho Reach (Juego de Rol).
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