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Sirrussh principe demonio

Sirrussh, Príncipe Daemon

Para los servidores mortales del Caos no hay mayor ambición, ni recompensa más apreciada que abandonar su carne mortal dejando atrás lo mundano para ser elevado a la daemonicidad en la forma de un monstruoso Príncipe Daemon (Daemon Prince en inglés). En muy raras ocasiones, un Campeón del Caos consigue la daemonicidad, la recompensa mayor por sus actos.

Descripción[]

Las recompensas que otorgan los Dioses Oscuros a los campeones mortales del Caos son muchas y variadas. Sin embargo, hay un premio el cual sus seguidores en el espacio real anhelan por encima de todos los demás, el objetivo final de sus oscuros esfuerzos: la daemonicidad, la oscura promesa de poderes inimaginables, fuerza increíble y la inmortalidad en sí misma.

Donde otros Daemons son meros fragmentos de la psique de su señor, un Príncipe Daemon conserva gran parte de su propia personalidad y la sed de poder que los condujo en su existencia mortal. Deseosos de forjarse un reino propio, muchos lideran los ejércitos mortales del Caos, desatando masacres en su nombre que les sostengan en el reino de la realidad. Los más antiguos y poderosos Príncipes Daemon incluso son venerados como deidades en algunos mundos. La mayoría de los Príncipes Daemon descartan en un momento u otro su forma material por completo y van más allá de las preocupaciones mortales para unirse a las filas de los Daemons de su patrón, solo para regresar y acechar por la galaxia un tiempo más tarde a la cabeza de una hueste daemoníca. Aunque estos Príncipes Daemon son guerreros poderosos y líderes enérgicos, siempre son considerados por los grandes Daemons como inferiores que están irrevocablemente manchados por sus orígenes mortales. A pesar de esto son usados a menudo en las legiones daemonícas, liderando grupos de Daemons menores en el campo de batalla.

La ambición final de todos los paladines del Caos es la de conseguir la daemonicidad. Durante siglos, un paladín del Caos se enfrenta a los riesgos de la muerte y la mutación matando a los enemigos de su maestro, con la esperanza de atraer de este modo la mirada de los Dioses. Los paladines del Caos más esforzados han sacrificado ejércitos enteros y han masacrado las poblaciones de docenas de mundos para conseguir el reconocimiento de los Dioses y, en última instancia, obtener la inmortalidad.

Los Príncipes Daemon son aquellos que, como mortales, consagraron sus vidas enteras para complacer a los Dioses del Caos. Aunque la mayoría caen por el camino, siempre hay algunos que están dispuestos a arriesgarlo todo a cambio de tal recompensa. La mayoría de Primarcas Traidores obtuvieron este premio, por la indecible maldad que supone traicionar a su padre, el Emperador, y corromper a miles de hombres de sus Legiones.

Un Príncipe Daemon es un monstruo imponente en el campo de batalla cuya lealtad a los Dioses Oscuros se ha visto recompensada con la inmortalidad.

Caos principe demonio wikihammer

Príncipe Daemon

Los Príncipes Daemon son esos paladines inmortales del Caos cuyas acciones han atraído la atención de los Dioses del Caos, que les recompensa con bendiciones realmente poderosas. Aquellos que se ganan la confianza de los Dioses del Caos son bendecidos con una fuerza sobrehumana, mutaciones poco comunes (a veces muy útiles) y, de manera ocasional, se les concede el regalo de convertirse en un Engendro del Caos (un gran regalo, aunque es difícil entenderlo así si no eres un verdadero servidor de los Dioses Oscuros). Aquellos pocos cuyas acciones les separan de la sucia multitud, cuya devoción no tiene límites y, quizás lo más importante, cuyo poder físico y mental es suficiente como para resistir el cambio de la piel que puede llevarlos a ser Engendros, obtienen el don de la inmortalidad, una vida eterna como Príncipe Daemon del Caos.

Dado que los Príncipes Daemons se han transformado en extensiones semiautónomas del Dios del Caos al que sirven o del Caos Indiviso, ahora son entidades de la Disformidad y nunca pueden ser realmente asesinados en el universo material, solo desterrados al Immaterium por un tiempo específico o arbitrario, generalmente 1.000 años estándar.

Los Príncipes Daemon que lideran a las partidas de guerra de Marines Espaciales del Caos en el pasado fueron Marines Espaciales Leales. Se trata de grandes paladines del Caos y hechiceros todavía ataviados con los restos deformados de sus antiguas armaduras y cuya motivación principal es la aversión que sienten por el Imperio.

Los Príncipes Daemon pueden variar enormemente en apariencia, mutados de acuerdo con los caprichos de su dios. Un seguidor de Khorne se vuelve carmesí o broncíneo, y todos sus pensamientos se inclinan hacia la ira y la brutalidad. Un devoto de Tzeentch resplandece, con un aura efímera y brillante de magia pura que emana de su ser. Los seguidores de Nurgle están bendecidos con la enfermedad y su figura podrida está hinchada de poder. Un Príncipe Daemon alzado por Slaanesh se mueve con la misma gracia y velocidad antinaturales que los Daemons del Príncipe Oscuro. Sin embargo, los cambios a menudo son mucho más que simplemente asumir los rasgos de su benefactor.

Algunos Príncipes Daemon portan brazos, cuernos, tentáculos, alas o cualquier otro tipo de rarezas adicionales, desde piel escamada hasta cuerpos envueltos en cadenas de relámpagos de disformidad. Todos poseen garras asesinas, pero algunos eligen portar armas: regalos de su deidad o versiones corruptas de sus armamentos mortales. De hecho, muchos Príncipes Daemon aún tienen vestigios de sus seres mortales; los antiguos Marines Espaciales Traidores aún podrían seguir usando elementos de su armadura, o llevar bólteres, retorcidos en su forma pero reconocibles. Aquellos que eran líderes de cultos podrían seguir portando los libros de su anterior oficio, cuyos símbolos están plagados de signos de su lealtad.

Aunque su apariencia puede variar enormemente (algunos tienen alas y cuernos, otros grandes dientes o colmillos en espiral), todos los Príncipes Daemon tienen una altura, fuerza y resistencia mayores aún que la de los Marines Espaciales normales, algunos incluso mayores que las de un Dreadnought. Al estar compuestos de materia daemoníca, tienen una fuerza y resistencia que va más allá de la de las criaturas mortales y exhiben muchos poderes extraños y devastadores como la habilidad para escupir fuego o lanzar rayos.

Los Príncipes Daemon más infames son los que provienen de la Herejía de Horus, como es el caso de Angron, Magnus el Rojo, Fulgrim o Mortarion, entre otros. Otro Príncipe Daemon famoso fue Sindri Myr, el Hechicero del Caos que embaucó a Lord Bale y a Isador Akios para obtener el Maledictum, siendo después ejecutados los tres por Gabriel Angelos, Capitán de los Cuervos Sangrientos.

Principedemonio

Un Príncipe Daemon destrozando un Dreadnought.

Aunque los Primarcas Daemon son quizás los más infames y abominables, hay unos cuantos aún más viejos, e incluso más poderosos, como es el caso de Doombreed, uno de los primeros servidores de Khorne. Son seres que existen desde antes de que la Humanidad dejase la Tierra. Eran dictadores brutales y grandes guerreros que ganaron poder destruyendo civilizaciones y conduciendo a la Humanidad a su torturada historia llena de guerras.

No todos los príncipes Daemon del caos son de origen humano, aunque lo más actuales, son de origen humano ya que es raza predominante en la galaxia, pero hay príncipes Daemon de origen xeno también, algunos tan antiguos que la humanidad aún no existía como tal.

Algunos Príncipes Daemon abandonan su forma material y se unen a las filas de los Daemons de su patrón, regresando para atormentar a la Galaxia como parte de una invasión daemoníca. Sin embargo, otros Daemons les consideran seres inferiores, profundamente contaminados por sus orígenes mortales.

A menudo, los Príncipes Daemon lideran partidas de guerra de Marines Espaciales del Caos prestando su poder antinatural a la causa. Algunos Príncipes Daemon se alían con paladines del Caos y ceden su patronazgo a los seguidores del Caos según dicten los caprichos y órdenes de sus Dioses.

Primarcas Daemon[]

Los Primarcas Daemon son los más antiguos, temidos, fuertes y poderosos de todos los Marines Espaciales del Caos ascendidos, que rivalizan incluso con los Grandes Daemons de su patrón. Los que una vez fueron los mayores generales del Emperador se han convertido en iconos impíos del poder del Caos, viendo incrementado su ya considerable poder a cambio de también magnificados sus defectos. La búsqueda por la mejoría se convirtió en obsesión, la resistencia en recalcitrancia y el valor en furia ciega. Poco a poco, todos acabaron perdiendo las virtudes que les caracterizaban, convirtiéndose en parodias de su antiguo ser y marionetas de los Dioses del Caos.

Al parecer, casi ninguno de ellos lidera a sus guerreros desde sus Mundos Daemónicos, prefiriendo dejar esas tareas pequeñas en manos de los que buscan sus favores y en las de sus subordinados fanáticos. Unos pocos, como Magnus el Rojo y Mortarion son conocidos por haber aparecido en el Espacio real liderando a sus tropas en más de una ocasión, mientras que otros, en concreto el Primarca Angron, se ha materializado en varias ocasiones, aunque más que como líder de un ejército, como una fuerza de destrucción a la que siguen los adoradores de su dios.


Príncipes Daemon[]

Príncipe Daemon de Khorne[]

Principe Demonio Khorne

También conocidos como "Favorecidos del Dios de la Sangre, Príncipes de la Sangre y Señores de los Huesos", no todos los sirvientes Daemons del Dios de la Sangre comenzaron su existencia como seres del Caos eterno. Hay quienes una vez atravesaron el universo material como criaturas vivientes de carne débil, frágil y limitada, pero que buscaron ser más.

Estas almas valientes buscan ofrecerse al servicio de Khorne a cambio de una fuerza incomparable y un poder marcial ilimitado. Al embarcarse en el camino de la gloria, ese mortal sabe muy bien que cada pisada podría ser la última que dé.

El servicio al caprichoso Dios de la Sangre está plagado de peligros constantes. Los giros y vueltas del destino hacen que muchos campeones disgusten a su maestro y pongan fin a sus días relativamente cuerdos, ya que de repente se transforman en un Engendro del Caos sin sentido. Sin embargo, hay casos raros en los que el Campeón del Caos, con el tiempo y a través de la victoria en miles de batallas, capta la mirada más favorable de su maestro.

Para estos pocos, la vida mortal se cambia con gusto por la elevación a las filas daemonícas como un poderoso Príncipe Daemon. Aquellos que los Dioses del Caos favorecen de esta manera siempre son recompensados ​​porque fueron inquebrantables en su devoción y, lo que es más importante, lograron infaliblemente todo lo que su señor les exigía.

De todos los Dioses del Caos, discernir lo que Khorne requiere de sus Campeones es el más fácil y menos complicado: matar. Asegurar de que el flujo de sangre sea constante y llevar la guerra a todas partes. Estos sencillos principios hablan de la naturaleza básica de todas las criaturas, dando a su necesidad interna de conflicto un camino para la expresión.

A Khorne no le importa si sus campeones comenzaron como escoria de una ciudad colmena o como marines espaciales. Mientras le den un flujo interminable de sangre, pueden ganar las recompensas que tiene que otorgar, y la elevación a la condición de Príncipe Daemon es la mayor recompensa de todas.

Príncipes Daemon de Slaanesh[]

Principe Demonio Slaanesh

También conocidos como "Favoritos de los sentidos, los niños elegidos o Bendecidos de la Carne", la recompensa máxima para cualquier seguidor mortal de uno de los Dioses Oscuros del Caos es que se le conceda el derecho a servir por la eternidad como Príncipe Daemon. Los logros que un mortal debe alcanzar para recibir esta bendición varían de un dios a otro. Para algunos, el camino es recto.

Un seguidor del brutal Khorne, por ejemplo, debe masacrar en el nombre del Dios de la Sangre, cosechando cráneos y drenando sangre hasta que su dios tome nota. Es simple, directo y en gran medida lo mismo para todos los que le sirven.

Para aquellos que desean disfrutar del abrazo completo del Señor del Exceso, el camino hacia la grandeza es menos claro. Hay muchas avenidas abiertas para ser exploradas, muchos caminos ocultos esperando ansiosos por el devoto curioso y dedicado. Todo lo que debe hacer es seleccionar uno y encontrar la manera de llevarlo a un nivel de exceso tan sublime que llame la atención de Slaanesh.

Una vez que tiene la atención de su maestro, debe seguir presionando, para romper fronteras y limitaciones. Debe divertir al Príncipe del Placer de tal manera que se lo juzgue no solo como único, sino como digno de recompensa, porque la unicidad por sí sola no es suficiente.

El Príncipe Oscuro toca a muchos mortales de formas horribles y crueles, deformando y retorciéndolos en formas sin sentido y antinaturales. Todos los Poderes Ruinosos son caprichosos y es probable que no generen mutaciones en sus seguidores, pero las ansias de indulgencia de Slaanesh hacen que su caricia sea especialmente arriesgada. Un mortal podría alcanzar una grandeza digna de mención, solo para arruinarse y convertirse en un Engendro del Caos sin sentido porque el Príncipe Oscuro estaba de un humor especialmente melancólico.

Aquellos que reciben el mayor regalo de todos, sin embargo, se dan cuenta de su objetivo de inmortalidad y renacen como Príncipe Daemon. Sin embargo, es la naturaleza de Slaanesh que incluso este gran logro sea más un comienzo que un punto final.

El Príncipe Daemon recién transformado debe continuar empujando los límites del exceso, debe hacer más, debe ser más. Si fue recompensado por crear un elixir tan dulce al gusto que su simple olor hace que la gente ingiera incesantemente hasta que se ahoguen voluntariamente en él, debe encontrar una manera de atraer a mundos enteros para que elijan contaminar sus suministros de agua potable con una mezcla mortal.

Una vez logrado esto, debe ir más allá con su creación, quizás modificándola para dejar a cada víctima con una sonrisa anhelante en su rostro. El servicio es interminable y eterno. El fracaso traería consecuencias nefastas para un príncipe Daemon, ser convertido en un Engendro del Caos o algo peor es siempre un posible castigo por decepcionar a Slaanesh, incluso para un poderoso Príncipe Daemon.

Príncipes Daemon de Nurgle[]

Principe Demonio Nurgle

También conocidos como "Proveedores de viruelas, Señores de la suciedad, Precursores del renacimiento", muchos seguidores mortales de los Dioses del Caos han realizado actos terribles en nombre de sus amos. Los líderes de cultos del Caos reclutan nuevos adoradores de forma rutinaria. Miles de millones de seguidores cometen a diario actos repugnantes de devoción a sus señores oscuros. Estas acciones son comunes y en gran parte pasan desapercibidas para seres como Nurgle.

Para llamar la atención del Señor de la Putrefacción, un seguidor debe estar dispuesto a propagar enfermedades a gran escala, infectando planetas enteros con una viruela mortal. Debe erosionar los cimientos de ciudades enteras y enviar a sus millones de habitantes a un estado de inanición, podredumbre y decadencia.

Un candidato a la daemonicidad debe demostrar su valía a un nivel que la mayoría de las mentes mortales ni siquiera pueden comenzar a contemplar. Una vez que ha cometido un acto que hace sonreír el rostro lleno de ampollas de Nurgle, puede comprometerse a un servicio inquebrantable y dedicación para provocar la Gran Corrupción.

Generalmente los seguidores de Nurgle son los más felices de entre todos los adoradores del Caos, su vida solo tiene un objetivo, extender la enfermedad entre todos los seres vivos y corromper con la putrefacción todo aquello que sea físicamente tangible. El problema aquí radica en que Nurgle no tolera que nadie estropee sus creaciones, un Campeón del Caos podría intentar ganarse el favor del Padre de las plagas modificando una enfermedad existente solo para acabar enfureciendo a Nurgle y obteniendo como es lógico un castigo severo.

Pero de entre todas las cosas que más odia Nurgle es que un candidato a la ascensión daemónica cometa el error de matar seres vivos con su enfermedad antes de haberlos obligado a aceptar el placer de la podredumbre. El objetivo de Nurgle es la creación y propagación de las pestes y la muerte solo supone el fin de esta diversión, así que una forma muy fácil de convertirse en un Príncipe Daemon de Nurgle sería extender una enfermedad necrótica que transformase lentamente a los seres vivos en masas de carne putrefactas para que tras su muerte renacieran nuevos seres todavía aun más corrompidos por la plaga.

Son pocos los que se esfuerzan por conseguir este premio. El fracaso termina en una muerte miserable, o peor aún, en la maldición de ser un engendro del Caos, la vida eterna como una monstruosidad retorcida y sin sentido.

Aún así, aquellos que se adentran en el corazón inmundo de Nurgle reciben su bendición más oscura: la apoteosis como Príncipe Daemon de Nurgle.

Príncipes Daemon de Tzeentch[]

Principe Demonio Tzeentch

También conocidos como "Príncipes Oscuros, Portadores de la Muerte, Blasfemias Eternas" y casi tan poderosos como sus primos mayores los Señores de la Transformación, los Príncipes Daemon de Tzeentch se encuentran entre los seres más poderosos de la galaxia. Como tal, para muchos que consciente y deliberadamente siguen el camino de Tzeentch, la apoteosis del Príncipe Daemon representa el destino final de su oscuro viaje.

Si bien todos los Poderes Oscuros son criaturas volubles, que promueven a un Campeón a la condición de Daemon después de unos breves años de servicio mientras niegan a otros que han luchado con distinción durante siglos estándar, las promociones de Tzeentch parecen aún más caprichosas.

Sin embargo, mientras que los caprichos de los otros Dioses Oscuros pueden explicar por qué un Campeón es promovido sobre otro, Tzeentch, el Gran Conspirador, eleva solo a aquellos Campeones que prevé que servirán a su voluntad oscura de manera efectiva y total en los años, décadas y siglos estándar por venir.

Todos los Príncipes Daemon mantienen una medida de la individualidad e independencia que disfrutaban como mortales, y muchos Príncipes Daemon tienen más libertad de acción que incluso los Grandes Daemons. Como Tzeentch tiende a seleccionar individuos que, en la vida mortal, mostraron gran ambición, creatividad, inteligencia e ingenio, sus Príncipes Daemon tienden a estar entre las criaturas más independientes de la Disformidad.

Los Príncipes Daemon de Tzeentch tienen características que los harían admirados, envidiados y emulados en muchas sociedades y civilizaciones mortales. De hecho, algunos Príncipes Daemon incluso son adorados como dioses por derecho propio por cultos esotéricos que surgen en rincones remotos y planetas atrasados ​​en toda la galaxia.

Al otro lado del panteón de los Dioses del Caos, los Príncipes Daemon varían mucho en apariencia y habilidad. Cuernos, garras y alas son características comunes, y la mayoría de los Príncipes Daemon de Tzeentch comparten estos atributos. Muchos Príncipes Daemon, excepto aquellos que siguen el camino de Khorne, son Hechiceros del Caos. Como era de esperar, casi todos los Príncipes de Tzeentch pueden manipular la magia de la Disformidad.

Además, los Príncipes Daemon de Tzeentch tienden a compartir parte de la presciencia visionaria de su maestro oscuro y pueden ver los hilos del destino tan fácilmente como los mortales perciben la luz y la sombra. Como tales, al igual que los Señores de la Transformación, los Príncipes Daemon de Tzeentch son maestros manipuladores y estrategas al servicio de las Mil y Una Conspiraciones de su dios.

Como los Señores de la Transformación, los Príncipes Daemon están sujetos a las tramas y planes del Cambiador de Caminos, quizás en un grado aún mayor. Tzeentch no dudará en sacrificar a un Campeón al que ha elevado a la condición de Daemon si con ello avanza en una de sus muchas conspiraciones.

Príncipes Daemon famosos[]

Miniaturas[]

Galería[]

Fuentes[]

  • White Dwarf nº 184 (Edición española).
  • Codex: Marines Espaciales del Caos (4ª Edición).
  • Codex: Chaos Daemons (8ª Edición).
  • The Horus Heresy - Exemplary Battles of the Age of Darkness: Volume One.
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