La Orden de la Rosa Ensangrentada (Order of the Bloody Rose en inglés) es una Orden Militante mayor del Convento Sanctorum del Adepta Sororitas.
Historia[]
Fundación[]
A mediados del M38, dos mil quinientos años después de que Alexis XXII dividiera los dos Conventos del Adepta Sororitas en cuatro Órdenes Militantes, el Eclesiarca Deacis VI creó dos Órdenes más: la Orden de la Rosa Ensangrentada, con base en el Convento Sanctorum, y la Orden de la Rosa Sagrada, con base en el Convento Prioris. Esta nueva fundación, realizada a partir de grupos de Hermanas de Batalla que veneraban a las otras dos compañeras de Dominica, Mina y Arabella (que hacía mucho que habían muerto y nunca llegaron a poder dirigirlas), obligó a ampliar los Conventos para acomodar a casi 15000 guerreras en cada uno.
El núcleo fundacional de la Orden fue un pequeño grupo de Hermanas de Batalla que servía como escolta para la Abadesa del Adepta Sororitas. Las Hermanas de la Rosa Ensangrentada, resplandecientes en sus servoarmaduras de profundo color carmesí, imitan el deseo de Mina de matar a sus enemigos lo antes posible, y las Hermanas Dominiums de la Orden son famosas por la ferocidad de sus asaltos.
De las seis grandes Órdenes Militantes del Adepta Sororitas, la Orden de la Rosa Ensangrentada es la que mantiene mayor presencia en las inmediaciones de la Puerta de Cadia. Los conventos de la Orden se extienden por toda la región y están preparados para expulsar a las blasfemas fuerzas de Abaddon el Saqueador con la fe inquebrantable que caracteriza a las Hermanas de Batalla.
Ira Inclemente[]
La matriarca de la Orden de la Rosa Ensangrentada es Santa Mina, tan famosa por su naturaleza oscura y melancólica como por su habilidad mortal en la batalla. Los pocos registros que sobrevivieron durante el Reinado de Sangre sugieren que sirvió como campeona de Alicia Dominica, y que cuando los ejércitos de Thor descendieron sobre Terra, mató a algunos de los guerreros invasores más poderosos en combate cuerpo a cuerpo. Un relato, aunque plagado de inconsistencias, sugiere que se batió en duelo con el líder de los Custodios que penetraron en el Palacio Eclesiarcal durante el asedio, y que los dos lucharon hasta detenerse antes de que finalmente se pronunciaran las palabras de una alianza. Sea cierto o no, las Hermanas de la Rosa Ensangrentada veneran a Mina como el epítome de las virtudes marciales establecidas por las Hijas del Emperador, por lo que se dedican a emular su destreza violenta.
Desde su primera Guerra de Fe, las Hermanas de la Rosa Ensangrentada se ganaron una reputación de verdugos brutales. Fueron enviadas al Sector Nephilim para acabar con los cultos del dolor de Slaanesh que habían transformado muchos mundos santuario imperiales en cámaras de tortura planetarias. Las Hermanas Hospitalarias de la Orden de la Serenidad y las Hermanas Dialogantes de la Orden de la Pluma siguieron la estela de las Sororitas, donde tendrían que atender los cuerpos y las almas de los fieles después de que los mundos afligidos hubieran sido liberados por la Rosa Ensangrentada. Pero cuando las Órdenes no militantes llegaron a la zona de guerra, sólo encontraron muerte. Las Hermanas Militantes se habían movido de planeta en planeta, masacrando sin piedad a los cultistas que encontraron sin detenerse para liberar a los prisioneros. Muchos adeptos del Ministorum, así como varias Hermanas de la Rosa Ensangrentada capturadas, habían sido abandonadas para languidecer en las infernales mazmorras de los cultos mientras la Orden perseguía a los herejes.
Cuando el último de los adoradores de Slaanesh fue erradicado, la Canonesa Superior de la Rosa Ensangrentada, que a su muerte sería canonizada como Santa Mari, escribió el Tratado de la Espina, usando la sangre de aquellas Hermanas que habían caído para registrar las enseñanzas de aquella guerra. En el tratado, esbozó que el camino del mal menor se encuentra siempre con la rápida extirpación de aquellos que se oponen a la fe, y por lo tanto, la misericordia en cualquier forma debe venir después de la imposición de una ira justa.
En todo el Imperio hay muchos mundos que en su momento estuvieron en manos de herejes y que la Orden de la Rosa Ensangrentada ha santificado mediante derramamiento de sangre. Entre estos planetas se encuentra Hydraphur, donde Mina fue martirizada. Se dice que los sirvientes de Khorne atacaron a la Matriarca mientras estaba sola en oración. Ninguna otra alma vio lo que sucedió, pero cuando se descubrió el cuerpo de Mina, estaba rodeado por los cadáveres despedazados de sus enemigos. Cabezas y extremidades blindadas yacían esparcidas entre los escombros, y la sangre fluía en ríos a través de las grietas de las losas. Las circunstancias de su martirio están consagradas en el símbolo de la Rosa Ensangrentada, la cual posee un par de espadas cruzados chorreando sangre fresca.
Aunque la Orden de la Rosa Ensangrentada ha enviado un contingente significativo de sus Hermanas a zonas de guerra a lo largo de la Gran Fisura, la mayoría de sus fuerzas están luchando contra las incursiones provenientes del sur galáctico. Se han encontrado con los zarcillos de las Flotas Enjambre Leviathan e Hydra en múltiples frentes, donde han masacrado a las criaturas voraces y los cultos Genestealer que las adoran. También han librado una serie de batallas desgarradoras contra el Culto de la Duplicidad de los Mil Hijos, combatiendo las maquinaciones mágicas de los adoradores de Tzeentch con bolter, espadas y fe.
Acciones notables[]

Defensa de la Basilica de San Char
- Represión de Therrix (085.M41) - La Orden de la Rosa Ensangrentada aportó doce escuadras de Hermanas de Batalla, seis de Hermanas Vengadoras, cuatro de Hermanas Dominiums, tres de Hermanas Celestes y una de Hermanas Arrepentidas (la práctica totalidad de la Orden) al Grupo de Batalla Purgator, un ejército reunido por el Gran Inquisidor Scallen para destruir al blasfemo Culto Epicúreo de Therrix Prima. La doctrina especializada de combate de las Hermanas de Batalla y su fanático deseo de purgar a los impuros dieron como resultado la eliminación de todos los herejes de la colmena Tumulus.
- Cruzada de Achilus (7252.777.M41) - La Orden de la Rosa Ensangrentada aportó cuatro Comendadorías.
- Incidente de la Fisura Hecaton (M41) - Durante una misión en la Extensión de Koronus, el Inquisidor Medina del Ordo Hereticus dirigió a una fuerza de Hermanas de Batalla de la Orden de la Rosa Ensangrentada hacia las cercanías de la Fisura Hecaton en persecución de una partida de incursores Eldars. Aunque temía que se tratara de una trampa, el Inquisidor abordó la nave Eldar con un contingente completo del Adepta Sororitas. No se sabe qué ocurrió dentro, pero sólo un puñado de Hermanas y el Inquisidor regresaron a su nave con un Navegante enloquecido. Este, sangrando por su tercer ojo, desvariaba sobre planetas que orbitaban un sol que no ardía, y aulló secretos que no podía haber descubierto, pero el Inquisidor los verificó y aplicó una cuarentena. La Palatina Calia atendió en solitario al Navegante, memorizando sus desquiciadas peroratas hasta que se vio obligada a liberarlo de su tormento. Al regresar al sector Calixis, el planeta que hoy se conoce como Esperanza Abandonada fue rápidamente evacuado y se levantó un pequeño claustro fortificado conocido como el Presbiterio Tenebrae. Desde entonces hay allí un buen número de Hermanas veteranas vigilando un oscuro secreto: dentro de la pequeña catedral hay un podio en el que se ha colocado un orbe negro pulido rodeado por trece Aquilas tres veces benditas y atendidas a todas horas por una Hermana de Batalla que recita letanías de fe. Cada siete horas, la Palatina Calia recita exactamente cinco palabras del texto del Navegante loco, y cada diecisiete días repite completamente la transcripción memorizada.
- Cruzada de Vinculus (833.M41) - La Orden de la Rosa Ensangrentada unió fuerzas con los Templarios Negros para purgar los heréticos cultos guerreros del Cúmulo de Peleregon.
- Defensa de Dimmamar (858.M41) - Dimmamar, el mundo natal de Sebastian Thor, fue atacado por los Eldars del Mundo Astronave de Ulthwé sin ningún aviso o razón. La Hermana Superiora Serafín Amelda de la Orden de la Rosa Ensangrentada contraatacó, liderando a su escuadrón de Serafines en un audaz ataque para matar al comandante enemigo, el Vidente Kauerith. Las pistolas bólter de las Serafines abrieron un sangriento camino a través de una veintena de Eldars vestidos de negro antes de que las Hermanas fueran engullidas por un huracán de rayos psíquicos. Aunque muchas de sus compañeras cayeron, Amelda se negó a ceder y avanzó desafiante a través de la tormenta sobrenatural, matando al Vidente Eldar con un solo disparo en la cabeza.
- 13ª Cruzada Negra (999.M41) - Aportaron seis Preceptorías a la defensa imperial contra la Cruzada Negra de Abaddon.
Reclutamiento[]
Desde el momento en que una Hermana se une a la orden, se le enseña a fomentar y aprovechar sus impulsos más violentos para que puedan ser desatados sobre los enemigos de la fe. Se entonan letanías de hechos heréticos mientras las novicias se involucran en juicios de combate, las historias de traidores espirituales y viles apóstatas llenan de odio a las aprendices. Oraciones que serían susurradas en silencio por otras Órdenes se gritan en voz alta dentro de los santuarios de la Rosa Ensangrentada.
En lugar de meditación contemplativa, las Hermanas aprenden a encender el fuego de la rabia en su interior, incluso cuando no se enfrentan a la provocación. Junto con estas prácticas, también se entrenan para enfocar su ira, porque se les enseña que dejarse llevar por la ofuscación es un pecado tan grande como entregarse a las nociones de clemencia. A través del entreno constante, aprenden a desatar su odio interno solo cuando es más efectivo, canalizándolo con la fuerza explosiva de un disparo de bólter.
Su base se encuentra en el Convento Sanctorum, situado en el mundo cardenalicio de Ophelia VII. La Orden también mantiene una base en el Santuario de los Diecisiete Mártires cerca del mundo colmena de Malfi, que recientemente ha sido ampliada para acoger toda una Preceptoría en respuesta a la erupción de conflictos religiosos en las Marcas de Drusus, un subsector dentro del sector Calixis del Segmentum Obscurus.
Doctrina de combate[]
"Arde, hereje, y cuando ardas, has de saber que no te purgo por cualquier deseo de salvar tu alma o librarte de tus pecados mortales. Te he prendido fuego porque te odio, porque todo lo que eres y todo lo que has hecho me repugna y porque los que se desvían de la luz del Emperador sólo merecen la aniquilación."
- —Hermana Vengadora Roxhanna Dasyrov, Orden de la Rosa Ensangrentada.
Los preceptos de la ira de la Rosa Ensangrentada tienen resultados realmente brutales cuando se desatan en el campo de batalla. Las Hermanas avanzan con maniobras disciplinadas, usando el peso del fuego para ganar ventaja sobre un flanco o empleando hábiles fintas para atraer a su enemigo a un enfrentamiento excesivo. Luego, tan pronto como el enemigo está a corta distancia, las Hermanas cargan, atacando en el momento en que chocan contra las líneas enemigas y gritando alabanzas coléricas mientras dan rienda suelta a su odio. Las culatas de las armas se balancean con suficiente fuerza para romper los yelmos y los cráneos en su interior. Las espadas sierra se clavan desordenadamente a través de los torsos, luego se arrancan y empujan nuevamente antes de que las entrañas derramadas golpeen el suelo.
Las guerreras con servoarmadura dan patadas, puñetazos y golpes de codos asesinos que rompen huesos y revientan órganos. Pero en este torbellino de carnicería, cada Hermana ataca con practicada precisión, su rabia sólo manifestándose en el instante del impacto antes de volver a predominar. Después del devastador ataque inicial, las Hermanas desatan un aluvión de disparos de pistola bólter a quemarropa contra cualquier enemigo que todavía quede en pie.
Creencias[]
La Orden de la Rosa Ensangrentada cree que la pura ferocidad marcial es una manifestación de la voluntad del Emperador. Rezan para que se les conceda la habilidad, la presteza y la indignación de su Matriarca en la batalla. A menudo, una Hermana que se enfrenta a un enorme campeón del Caos o una monstruosidad xenos brillará de rabia. Riachuelos de energía se juntan a su alrededor en un nimbo crepitante, sus ojos se tornan de un rojo intenso y lágrimas de sangre corren por sus mejillas. Se mueve a la velocidad del rayo, esquivando y parando numerosos golpes letales de su odiado enemigo antes de lanzar su propio inmaculado golpe mortal. Tales transformaciones milagrosas se celebran con gritos de exaltación, porque saben que el alma de Mina habita el cuerpo de esa bendita hermana.
Heráldica[]

Heráldica y colores de la Orden
Visten servoarmaduras rojas con detalles plateados y vestiduras negras con entretelas blancas.
El emblema de la Orden de la Rosa Sangrante es una rosa color rojo sangre en honor del símbolo de Santa Mina: una rosa del color de la sangre y cubierta de grandes espinas, que hace referencia a su carácter, colocada sobre un par de espadas cruzadas ensangrentadas, que recuerdan las circunstancias de su martirio.
Elementos conocidos[]
Miembros[]
- Mina - Compañera de Alicia Dominica y patrona de la Orden. Era conocida por su carácter oscuro y taciturno, rapidez para la ira y mortífera habilidad para el combate. Era considerada la más agresiva e impetuosa de las camaradas de Dominica, y fue la penúltima de ellas en morir. Mina fue martirizada a manos de un culto sanguinario, cuyos agentes se dice que la emboscaron mientras rezaba en un santuario de Hydraphur. Ninguna de sus hermanas estaba presente, pero se dice que cuando encontraron su cuerpo todo el santuario estaba cubierto con la sangre de sus agresores, una veintena de los cuales yacían muertos alrededor de su propio cuerpo desangrado.
- Santa Aspira - 18ª Canonesa de la Orden de la Rosa Ensangrentada. Lideró a sus Hermanas a una Guerra de Fe contra el Tirano de Denescura y liberó cien planetas con una fuerza formada por solo mil guerreras.
- Heloise Canonesa en la Orden. Tenía un brazo biónico y sobre su cráneo afeitado las cicatrices de una quemadura grave.
Reliquias[]
- Capa de Santa Aspira - Se dice que el magnífico abrigo y capa de terciopelo y pieles de esta Canonesa, bendecidos en el Palacio Eclesiarcal de Terra para desviar los golpes de los enemigos del Emperador, la protegían de los ataques del enemigo.
Tratado de la Espina[]
"La luz del Emperador brilla sobre todos Sus siervos fieles, y cuando actuamos con fuerza, es Su fuerza la que fluye a través de nosotros. Estas son verdades santas que no se pueden negar. Sin embargo, no es a causa de la voluntad del Emperador que se manifiesta la maldad; es a través de nuestra propia debilidad, nuestra falta de voluntad para detener la mano de la misericordia, que se permite que florezcan la herejía y la aberración. Somos Hermanas de la Rosa Ensangrentada, somos vástagos del Santo Rojo y hemos sido testigos del horror y la privación que crece dentro de los límites del dominio del Emperador. Esto nos ha llenado de dolor, pero seguimos siendo claros en nuestro propósito. No puede haber pureza mientras que la impureza permanezca, y no puede haber santidad mientras viva un profanador. Para que la rosa gloriosa que es el Imperio permanezca en flor, su tallo debe ser fuerte, y sus espinas deben atravesar la carne de aquellos que pretenden dañarlo. Somos esas espinas. Por nuestras espadas lloverá la sangre de los traidores sobre los justos."
- —Preámbulo del tratado, Santa Mina
Galería[]
Fuentes[]
- Codex: Hermanas de Batalla (2ª Edición).
- Codex: Cazadores de Brujas (3ª Edición).
- Codex: Adepta Sororitas (6ª y 8ª Edición).
- Codex: Ojo del Terror (3ª Edición).
- The Inquisition (Libro de Trasfondo).
- White Dwarf nº 293 (Edición Inglesa).
- White Dwarf nº 97 (Edición española).
- Warhammer 40,000: Apocalipsis (4ª Edición).
- White Dwarf nº 380 (Edición inglesa).
- White Dwarf nº 383 (Edición inglesa).
- Deathwatch: Reglamento (Juego de Rol).
- Dark Heresy: Blood of Martyrs (Juego de Rol).
Por revisar:
- Grey Knights, por Ben Counter.
- Cain's Last Stand, por Sandy Mitchell.
- Blood and Fire (Novela Corta), por Aaron Dembski-Bowden.
- Codex: Khorne Daemonkin (7ª Edición).
- The Horusian Wars: Resurrection, por John French.
- The Bloodied Rose (Novela Corta), por Danie Ware.
- Vigilus Defiant (8ª Edición).