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El Obelisco (Obelisk en inglés) es un artefacto automatizado Necrón diseñado para defender la supremacía aérea de las Dinastías en la defensa de sus mundos necrópolis.

Función[]

Los Obeliscos son máquinas de guerra de clase Guardián, de diseño similar a los Monolitos pero totalmente distintos en función y propósito. La función de esta ciclópea fortaleza móvil es mantenerse vigilante y a la espera del inevitable día en el que una especie inferior cometa la estupidez de llevar su ejército hasta un mundo necrópolis Necrón. En el caso de que llegue esa hora, los Obeliscos se alzarán desde la arena para formar una red de bastiones flotantes, todos ellos inmunes al armamento enemigo, mientras aplastan a los invasores terrestres con pulsos de densa energía y arrancan de los cielos objetivos aéreos con ráfagas invisibles que parten las aeronaves en dos.

Mientras se encuentran hibernadas son prácticamente indetectables, y son capaces de mantenerse en dicho estado durante miles, si no millones, de años, precisando tan sólo la más ínfima corriente de energía para seguir operativas. Un Obelisco entra completamente en funcionamiento sólo cuando detecta aeronaves enemigas en los cielos de su mundo necrópolis, y los cielos se oscurecen con las sombras de los cazas que se enfrentan en combate aéreo.

Manipulando la gravedad del planeta, se elevan con elegancia en el aire acercándose rápida pero silenciosamente con sus cascos protegidos por campos de energía. Antes incluso de que una sola nave pueda tocar la superficie del planeta, la red de Obeliscos estará completa: un campo de minas atmosférico sensible, cuya matriz cambia rápidamente a protocolos de combate en reacción a las amenazas que se aproximan.

En caso de que una nave o un aerodeslizador enemigo se acerque demasiado, el Obelisco activa un pulso gravitatorio, una onda expansiva de fuerza que pondrá los sistemas del intruso fuera de control aunque los desconecte. Suponiendo que la nave no quede destruida por el impacto, la desesperación caerá sobre su malherido piloto. Si es lo suficientemente hábil y afortunado, podrá recuperar el control de la aeronave para permanecer en el aire, solo para recibir un bombardeo de fuego desde las esferas Tesla del Obelisco. La mayoría de las aeronaves nunca se recuperan del invisible ataque de uno de estos motores de gravedad, y mucho menos de la sostenida salva de crepitante energía tesla que lo sigue. Las escuadras de combate y oleadas de bombarderos caen en picado, terminando sus incinerados restos esparcidos por el paisaje.

Cuando los cielos estén despejados y la guerra en la superficie del planeta siga desarrollándose, el Obelisco descenderá majestuosamente para flotar cerca del suelo. Mientras se aproxima, surgen relámpagos negros de su casco, dándole al Obelisco un aspecto de siniestra majestuosidad. Allí forma una especie de artillería móvil, que presta apoyo a las falanges que marchan bajo su sombra. Al detectar la presencia de formas de vida desconocida o máquinas de guerra, sus pulsos gravíticos aplastan a los exiguos intrusos mientras que sus energías tesla destruyen todo lo que reconoce como amenaza ya que el núcleo de un Obelisco contiene una diminuta singularidad gravitacional, una brecha en la realidad cuya energía puede liberar creando un turbulento pulso gravítico que derriba cualquier aeronave con una facilidad insultante. Así despierto, el Obelisco formará una plataforma de defensa móvil para las falanges de su dinastía. A partir de ese momento, su masa de metal vivo y los sistemas de reparación Canópticos lo convierten en una fortaleza inviolable, alrededor de la cual se articulará el gran asalto Necrón.

Armamento y equipo[]

El Obelisco cuenta con una estructura de metal viviente, cuatro esferas tesla y el mecanismo de generación del pulso gravítico.

Miniatura[]

Fuentes[]

  • Apocalipsis (6ª Edición).
  • White Dwarf nº 404 (Edición australiana).
  • Codex: Necrones (7ª y 8ª Edición).
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