El Sargento Guillermito, mascota de los Marines Espaciales, tiene el honor de patrocinar este espacio por orden del Capellán Cassius de los Ultramarines. ¡Pulsa sobre él y te acompañará a una Cruzada épica! ¡Lee más! ¡Sin piedad, sin remordimientos, sin miedo! |
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Marneus Augustus Calgar es el famoso Señor del Capítulo de los Ultramarines y el Señor de Macragge. Sus incontables victorias derrotando a los enemigos del Emperador le han valido la fama en todo el Imperio. En particular, su decidida defensa y la victoria final sobre los Tiránidos durante la Primera Guerra Tiránida, se han convertido en leyenda entre la gente más sencilla de los planetas controlados por los Ultramarines. Calgar es uno de los mayores héroes de toda la Humanidad, cuya nobleza eclipsa al resto. Sus triunfos no tienen parangón y sus acciones han alcanzado la categoría de leyenda. Pero la fama y la gloria siempre incitan a la envidia y el rencor, y estos heroicos relatos, alimentados por el feroz orgullo de Marneus (algunos dicen que es intratable), le han valido a él y a los suyos la enemistad de muchos oficiales de alto rango. Aunque no han podido encontrarse pruebas concluyentes, parece muy probable que estos enemigos fueran los responsables del vergonzoso Tribunal de Investigación que juzgó la actuación de Marneus durante la supresión de la rebelión en la Colonia Beta/54, el cual que le exoneró de todos los cargos. Los recientes informes sobre la muerte de Marneus durante la defensa de Ichar IV parecen estar basados tan sólo en rumores y comentarios malintencionados, pues todas las evidencias que se han conseguido reunir parecen indicar que sigue dirigiendo a los Ultramarines, como hasta ahora.
Para conocer las hazañas que hay tras la leyenda de Marneus Calgar, hay que adentrarse en lo más profundo de la Fortaleza de Hera. En su interior se encuentra una bóveda en la que se conservan los registros de las acciones realizadas por los grandes héroes de los Ultramarines. En la actualidad, existen 28 volúmenes dedicados exclusivamente a Marneus Calgar, el doble de los dedicados a cualquier otro Ultramarine vivo y solo superado por el mismísimo Roboute Guilliman.
Desde que fue elegido Señor del Capítulo, Marneus Calgar ha empleado su don para la táctica y la estrategia en infinidad de campañas. Calgar no lanza a sus hombres inútilmente sobre el enemigo, pues, aunque concibe que las victorias comienzan con el propio general, son las tropas las que ganan las batallas. Sus hombres siguen a Calgar no por una simple cuestión de deber, sino porque su presencia inspira una lealtad inquebrantable. Como ejemplo de ello, cuando Calgar fue herido durante la campaña de Ichar IV, los Ultramarines supervivientes formaron un muro con sus cuerpos mientras llegaba la ayuda. Aunque es famoso como general y estratega, el Señor de Macragge es poseedor de un gran valor personal. Los tomos de Ultramar recogen como Calgar lideró el asalto en la nave enjambre Behemoth Primus, una de las acciones de este tipo emprendidas contra los tiránidos. También muestran como Calgar resistió en solitario ante la puerta durante un día y una noche en el asedio de Zalathras. Y fue Calgar el que recapturó el puerto estelar Indomable de las hordas demoniacas de M'kar el Renacido. En la biblioteca sanctum, hay páginas enteras dedicadas a esa hazaña, separados por pasajes concretos que describen la caída de innumerables demagogos, piratas y traidores.
Calgar es un hombre orgulloso, rasgo que le ha ocasionado más de un enemigo a causa de las intrigas políticas. Pero también es poseedor de un conocimiento de sí mismo que le ha evitado que ese orgullo se convierta en arrogancia. Una voz cargada con siglos de autoridad y poder. El comandante de los Ultramarines es un individuo enorme, incluso para lo que era habitual entre los Marines Espaciales. El lustre de su armadura parecía contener a duras penas su imparable energía y dinamismo. El águila imperial de bronce de dos cabezas que lleva engastada en el hombro derecho de su armadura relucía como si fuera de oro bruñido. Unos aros negros colgaban del lóbulo de su oreja derecha y su ojo izquierdo había sido reemplazado por un implante biónico liso parecido a una gema. Unos delgados hilos corrían desde el mecanismo hasta la parte posterior del cráneo. El venerable rostro de Calgar parecía tallado en madera de roble, pero no había perdido nada de su astucia o de su perspicacia. Aunque tiene más de cuatrocientos años, su fuerza y vitalidad eran la envidia de muchos guerreros que tenían la mitad de su edad.
Para la gente de Ultramar, Marneus Calgar es un héroes entre héroes, el epítome de la Humanidad para resistir y triunfar. Cuando Calgar llega a Ultramar en visitas de inspección, es recibido por multitudes aduladoras que rugen su nombre con una pasión de la que carecen otros dominios imperiales. El pueblo de Ultramar cree en lo más profundo de su corazón que en Marneus Calgar tienen a un líder que luchará hasta que las estrellas se apaguen, no solo por el Emperador inmortal, sino por la propia Humanidad.
Historia[]
Juventud[]
El nombre de nacimiento de este veterano Ultramarine no era Marneus Calgar, y tampoco nació como un noble de entre las élites de Ultramar. Su verdadero origen es mucho más humilde, pero no por ello menos heroico. Calgar nació en Nova Thulium bajo el nombre de Tacitan, un siervo de la casa Calgar. Tacitan resultó ser uno de los mejores amigos de Marneus Calgar (humano), heredero de la casa noble, y junto a otros dos jóvenes, Severan y Kato, fueron seleccionados para viajar a Thulium Minor, una luna del planeta, convertida en campo de entrenamiento para los reclutas de los Ultramarines.
Allí, su entrenador Crixus, un neófito rechazado por los Ultramarines, les sometió a pruebas extremas para asegurar que fuesen lo suficientemente fuertes para convertirse en Marines Espaciales, como huir de un Ambull por campo abierto o sobrevivir en la inhóspita naturaleza. A lo largo del tiempo, fueron llegando más reclutas, y muchos fueron capaces de crecer, fortalecerse y mejorar sus habilidades. Sin embargo, Tacitan y Marneus evolucionaban de manera más lenta, y notaban cómo el resto de aspirantes les dejaban de lado, formando una hermandad de la que les excluyeron.
Una noche, Tacitan y Calgar despertaron en un campamento vacío. Siguiendo las huellas de sus compañeros descubrieron el origen de la hermandad de sus compañeros: Crixus era un adorador de Khorne, que se había unido al Caos al ser rechazado por los Ultramarines. El reclutamiento para los Ultramarines no era más que una fachada para formar adoradores del Dios de la Sangre, que combatían en luchas de gladiadores. Habiendo descubierto su verdadera identidad, los adoradores del Dios de la Sangre atraparon a Tacitan y a Marneus, con la intención de sacrificarles, pero Calgar se sacrificó para que Tacitan pudiese escapar, siendo apuñalado por Crixus y muriendo por la falta de sangre. Antes de morir, Calgar confió su nombre a Tacitan, que a partir de entonces adoptó la identidad de Marneus Augustus Calgar, como heredero de esta casa noble, en memoria de su hermano perdido, ya que Marneus era todo lo que cabía esperar de un futuro Ultramarine: era sabio, fuerte, inteligente y compasivo con sus compañeros.
El ahora Marneus consiguió pedir ayuda e intentó volar el altar de Khorne, pero fue atrapado por Crixus, con más experiencia y fuerza, y puesto sobre el altar para ser sacrificado. Afortunadamente, la llamada de auxilio llegó hasta una nave cercana, y llegó un sargento Ultramarine, que mató a Crixus. La sangre de Crixus sació la demanda del altar para abrir una brecha disforme y la caverna donde se hallaba el templo se vino abajo, atrapando a los cultistas que quedaban en su interior. Escapando del peligro, el sargento cargó con la figura debilitada de Calgar, llevándole hasta la superficie.
Entrenamiento como Marine Espacial[]
A lo largo de las siguientes décadas, Marneus Calgar creció como Ultramarine, superando todas las pruebas y obteniendo todos los implantes. Al final de su entrenamiento, Calgar fue el único de los 300 aspirantes que consiguió convertirse en un Marine Espacial completo. A lo largo del tiempo, participó en innumerables campañas que le valieron la fama en toda la galaxia, como la Batalla del Sepulcro de Orar o la Primera Guerra Tiránida. También se sabe que sirvió un tiempo en los Vigías de la Muerte, junto los que luchó contra los Necrones.
El Cónclave de Hera[]
Uno de los episodios que mejor muestran el carácter de Marneus Calgar es en el Cónclave de Hera.
Todo surgió cuando, tras la pérdida de toda la 1ª Compañía del Capítulo en la Batalla de Macragge, el Capellán Ortan Cassius solicitó sustituirla por los Veteranos de las Guerras Tiránidas, un grupo especializado en combate contra los Tiránidos. Sin embargo, crear estos grupos especialistas no estaba permitido por el Codex Astartes.
Tal vez no sea de extrañar que entre las filas de los Ultramarines hubiera reticencias a reconocer la legitimidad de las unidades de Veteranos de las Guerras Tiránidas. A pesar de que fue el mismísimo Maestro de Santidad en persona quien promovió la creación de tales escuadras, la mayoría de sus camaradas elevaron protestas al respecto, ya que no estaban permitidas por el Codex Astartes y que, por lo tanto, era impensable su formación. Se manifestaron multitud de argumentos tanto a favor como en contra de la creación de las escuadras de Veteranos de las Guerras Tiránidas sin llegarse nunca a un consenso. Al final, Marneus Calgar dictaminó que toda aquella discusión, a pesar de generar un gran debate teórico acerca de las bases del Codex Astartes y de las intenciones del Primarca Roboute Guilliman, no servía en definitiva para nada y, con tal de poner fin a aquel callejón sin salida, el Señor del Capítulo decretó que todos los guerreros de los Ultramarines podrían dar su opinión al respecto en un gran cónclave que debería celebrarse en Macragge tras el Día del Recuerdo, cuando el Capítulo rinde homenaje a los que murieron luchando contra los Tiránidos de la Flota Enjambre Behemoth.
Ultramarines procedentes de los rincones más alejados de la Galaxia acudieron al Cónclave de Hera y Marneus Calgar aguardó a que llegaran todos los guerreros posibles antes de dar inicio al acto en presencia del mismísimo Primarca. Cada guerrero tuvo la oportunidad de expresar su opinión acerca de si se debía aceptar o no a los Veteranos de las Guerras Tiránidas como una escuadra del Capítulo y el Señor del Capítulo escuchó multitud de perspectivas. El Capellán Ortan Cassius y el Primer Capitán Severus Agemman defendieron su utilidad y trajeron al cónclave a un guerrero superviviente de los Cuchillas del Emperador para que hablara de lo que había visto y aprendido en sus combates contra los Tiránidos. El cónclave duró varios meses y los guerreros que no habían podido llegar a Macragge a tiempo fueron uniéndose a él y expresando su opinión personal. Finalmente, el Señor Calgar dictaminó que ya había oído bastante y se retiró a sus aposentos en lo alto de la imponente fortaleza para meditar sobre el asunto.
El Señor del Capítulo de los Ultramarines estuvo pensando durante muchos días y muchas noches acerca de los distintos puntos de vista que se habían expuesto en el cónclave y rezó y ayunó para que Roboute Guilliman y el Emperador lo guiaran en su decisión. Al amanecer del cuadragésimo día, el Señor Calgar surgió de sus aposentos al haber sido informado de que varios asentamientos de Espandor habían sido atacados por criaturas Tiránidas, monstruos que habían permanecido en Ultramar tras las batallas contra la Flota Enjambre Behemoth. Marneus Calgar lo consideró una señal y declaró ante todos sus guerreros que los Veteranos de las Guerras Tiránidas pasarían a formar parte de la estructura militar de los Ultramarines. Aquella nueva invasión sería su primera prueba y, en caso de superarla, todo el mundo debería reconocer su legitimidad.
Aunque es famoso como General, el Señor de Macragge no es ajeno a mostrar su valor personal. Fue Calgar quien lideró el asalto a la brecha de la Nave Enjambre llamada Behemoth Primus – una de las primeras acciones de este tipo contra los Tiránidos. Se sabe también que fue el propio Calgar quien mantuvo en solitario la puerta frente las hordas de pieles verdes en el asedio de Zalathras. Él dirige en vanguardia, el mejor lugar para inspirar a sus guerreros – cuando el fin de su estrategia es inminente, dirige a sus Ultramarines hacia el corazón de las líneas enemigas, aplastando toda resistencia con una inmisericorde eficacia. Incluso con el regreso de Guilliman, la gente de Ultramar sabe cuánto le debe a Calgar, y le considera como un epítome de la voluntad de la Humanidad de sobrevivir y triunfar. En Marneus Calgar tienen un líder que luchará hasta que las estrellas se congelen, no solo por el Lord Comandante y el Emperador Inmortal, sino por la misma Humanidad.
Cruzada Indomitus y las Guerras de Plaga[]
Aunque permaneció como Señor del Capítulo de los Ultramarines durante todo el período de la Cruzada Indomitus, mientras Guilliman estaba ocupado gobernando el Imperio como su nuevo Lord Comandante, su título de Señor de Ultramar fue cambiado a Lord Defensor de la Gran Ultramar; solo Guilliman podía ser reconocido como el verdadero gobernante de Ultramar. Durante las Guerras de Plaga, Calgar rechazó personalmente múltiples levantamientos y motines antiimperiales por parte de los Auxilia Ultramar en la región iliria de Macragge. Más tarde ralentizó una ofensiva orka hacia el mundo forja de Metalica mediante el uso de tácticas de ataque relámpago.
Guerra de Vigilus[]
Regreso a Nova Thulium[]
Los Guanteletes de Ultramar[]
Los Ultramarines han luchado por el Imperio en muchos y exóticos mundos alienígenas a lo largo de los diez mil años de historia imperial. Durante este tiempo han descubierto y explorado muchos mundos alienígenas, además de planetas de cuyas desaparecidas civilizaciones han podido obtenerse extraordinarios secretos. Se han descubierto extraños y poderosos artefactos, que en la actualidad están guardados en la fortaleza de los Ultramarines en Macragge.
Entre los más antiguos y venerados de todos ellos se encuentran los Guanteletes de Ultramar, obtenidos por el propio Roboute Guilliman tras enfrentarse en combate cuerpo a cuerpo con un poderoso Campeón del Caos. El origen de estas armas es desconocido, y ningún Tecnomago ha logrado penetrar en su estructura para estudiar sus mecanismos. Los Guanteletes tan sólo pueden ser empleados por el Señor de los Ultramarines, el Señor de Macragge, y cuando éste no los utiliza se conservan en el interior de una caja de cristal en el interior del Templo del Gran Primarca.
La Guardia de Honor[]
El Capítulo de los Ultramarines está muy orgulloso de su adhesión al Codex Astartes y de sus propias tradiciones. El valor en batalla y la excelencia son cualidades reconocidas con una serie de honores comunes para el Adeptus Astartes. Entre ellas se incluyen el Cráneo de Hierro, el Laureus Imperialis, la Insignia de Tirador y el sello de pureza. En cambio, un hacha de Ultramar es una condecoración exclusiva de los Ultramarines, pero no es meramente decorativa, sino que se trata de una formidable arma de combate cuerpo a cuerpo manufacturada en las forjas del Capítulo por los Tecnomarines a partir de raros materiales descubiertos en las profundidades de los desiertos sin vida que recorren la corteza terrestre de Prandium.
Solamente los más valientes Ultramarines son recompensados con un hacha de Ultramar y esta condecoración supone toda una responsabilidad. Los portadores de las hachas forman la Guardia de Honor del estandarte del Capítulo, que normalmente se guarda con gran pompa en el relicario más sagrado de la Fortaleza de Hera, en Macragge. Como no existe garantía de que vaya a haber en todo momento una Compañía de Ultramarines en Macragge, los guardias del hacha forman parte de diferentes Compañías. De esta forma, cuando se despliega el estandarte, su Guardia de Honor es requerida de las diferentes Compañías para formar el ejército que lo acompañe al fragor de la batalla.
Además, Marneus Calgar porta en batalla la legendaria armadura de exterminador, Armadura de Antilichus, la cual lleva incorporada una baliza de teleportación para teleportarse con seguridad directamente al fragor de la batalla.
Hechos memorables[]
- En 999.M41: Después de que el Capitán Uriel Ventris de la 4ª Compañía saliera victorioso de la expedición a Pavonis, el Señor del Capítulo le regala la empuñadura de oro de la Espada de Energía de su antiguo Capitán, Idaeus, como muestra de respeto por su éxito.
Frases célebres[]
"Debes saber, hijo de Guilliman, que el padre de nuestro Capítulo siempre nos observa y protege. Conoce tu alma, tu fortaleza, y sí, incluso tu miedo. Comparto el dolor que sientes por la pérdida del hermano Capitán Idaeus, pero deshonrar su nombre con tu pena es algo equivocado. Dio su vida para que sus hermanos de batalla pudieran vivir y los enemigos del Emperador fueran derrotados. Un guerrero no puede pedir mejor muerte que esa."
- —Marneus Calgar
"La cadena de mando no debe romperse, o no seríamos nada. La disciplina y el orden lo son todo en el campo de batalla, y el ejército que viva y luche según ese credo, siempre triunfará. Recuerda eso."
- —Marneus Calgar
"Mientras sigamos en pie, lucharemos. Mientras luchemos, prevaleceremos. Nadie podrá resistir nuestra furia."
- —Marneus Calgar
Miniaturas[]
Fuentes[]
- Leviathan, por Graham McNeill.
- Codex: Adeptus Astartes (8ª Edición).
- Codex: Tiránidos (4ª Edición).
- Codex: Marines Espaciales (Ediciones 4ª y 5ª).
- El Portador de la Noche. Libro 1 de las Crónicas de Uriel Ventris, de Graham McNeill.