"Soy el que rinde cuentas. Soy el juez. Soy el escriba del Imperio, el que evalúa el océano que forman sus almas. Soy el Sigilita. Soy el Regente de Terra. Con una orden mía se decide el destino de millares de mundos."
- —Malcador, el Sigilita
Malcador el Sigilita o Malcador el Héroe fue el primer regente de Terra durante la Gran Cruzada. Fue designado por el Emperador para ocupar el cargo cuando éste se retiró de la cruzada dejándola en manos del Señor de la Guerra Horus. A diferencia de todos los miembros del Consejo de Guerra, Malcador no era un guerrero, sino un hombre de conocimientos con un aspecto sacerdotal.
Descripción[]
Su aspecto era el de un hombre menudo. Su postura encorvada, sosteniendo su báculo como si se apoyase, le proporcionaba una imagen de fragilidad. Sin embargo, al estar en su presencia se podía percibir que irradiaba un poder velado, frío y profundo como un pozo. Su rostro mostraba una piel gris y reseca, con los pómulos marcados y la piel demacrada pero sus ojos eran vivos y se movían con precisión.
Malcador siempre iba ataviado con túnicas con capucha, típicas de un sencillo administrador de Terra.
Historia[]
Inicios[]
Malcador pertenecía a la Orden de los Sigilitas, una hermandad que se remontaba a la época anterior a la Era de los Conflictos. La cuna de la orden construyó un primer santuario que, con el paso de los milenios, fue ampliándose y acabó convirtiéndose en el Palacio Imperial.
Desde los primeros años de las Guerras de Unificación, siempre estuvo presente al lado del Emperador sirviendo como ayudante, confidente y consejero. Sus orígenes son desconocidos y algunos especulan que era un familiar distante del Emperador. Bendecido con una vida larga más allá de lo natural (en una ocasión evocaba los tiempos en los que aún existían viñedos en Franc y recordaba la fortaleza original de su orden, anterior a la Era de los Conflictos) hay muchos rumores acerca de la verdadera naturaleza de esta enigmática figura. Algunos dicen que fue un psíquico, el primero en pasar por el ritual de Comunión de Almas y es muy probable que fuera un Perpétuo.
Durante la conquista de Terra, el Emperador reunió a su lado a sus lugartenientes de confianza y les asignó tareas y deberes acordes con hombres de su categoría. La mayoría de estos sirvientes fueron reclutados de entre las filas de sus guardaespaldas y de las Legiones de Marines Espaciales. Malcador fue una excepción. No era un guerrero sino un hombre de ciencia con los hábitos de un sacerdote. Malcador residió en el Palacio Imperial desde donde comenzó a administrar la recientemente conquistada Terra y de una conversación con el Capitán del Ejército Imperial Khalid Hassan, se deduce que ayudó al Emperador en la creación de los Primarcas.
Cuando la Cruzada comenzó a progresar su poder e influencia crecieron a medida que se convertía en el auditor del Diezmo Imperial y Jefe de la Administración Imperial.
Sus cargos (Regente del Imperio y Primer Señor de Terra), su cercanía al Emperador, el hecho de ser civil y sobre todo su poder y su influencia hicieron que los Primarcas fueran abiertamente hostiles hacia él, e incluso objeto de velados rumores y habladurías: "Así que, ¿Quién es este misterioso hombre? Cuando veo sus imágenes, si elimináis los tubos de su garganta, le ponéis una armadura y cambiáis el color de sus ropas de negro a blanco,.... bueno, podéis imaginar el resto".- Este comentario hacia mención a su gran parecido físico con el Emperador, casi el equivalente entre Horus y Abaddon. Otros hechos, como el programa de rememoradores entre las Legiones Cruzadas y sobre todo el decretar que se empezaran a recaudar impuestos en los mundos imperiales recién asimilados fue lo que mas impopular le hizo entre las Legiones.
Aunque no todos los Primarcas le eran tan hostiles: Roboute Guilliman le llamaba Señor Comandante del Imperio. Malcador fue durante las ausencias del Emperador el gobernante in facto del Imperio y por sus manos pasaron muchas decisiones importantes para el futuro Imperial. El Edicto de la Capellanía, el edicto sobre tributación Imperial, la creación de la orden de Rememoradores y la más importante de todas: la Fundación de la Inquisición durante la Herejía de Horus.
Herejía de Horus[]
Malcador también tuvo su papel crucial durante la Herejía. Al parecer, el Trono Dorado está construido sobre un viejo portal Eldar a la Telaraña. El mismo Trono estaba conectado a la Telaraña, y era el modo que el Emperador tenía para entrar en ella. Esto permitiría al Emperador investigar sobre las posibilidades del uso de la Telaraña como medio de transporte, para dejar atrás la inestable Disformidad y así evitar la intrusión de demonios en el plano de la realidad.
Utilizó legiones de trabajadores para construir una sección de la Telaraña que conectase la puerta con el resto de la red Eldar abandonada desde la Caída. Como la Humanidad no podía replicar el material con que los Eldar construyeron su Telaraña, el Emperador usaba sus poderes, vía el Trono Dorado, para proteger la sección humana de la Telaraña.
Cuando Magnus el Rojo quiso avisar al Emperador sobre las intenciones de Horus, utilizó la hechicería (pues las guardas psíquicas alrededor del Palacio eran tan enormes que ni él mismo podía atravesarlas), la forma más bruta e impura de la Disformidad, e inconscientemente dañó las defensas del Trono Dorado. Los demonios comenzaron a penetrar en el sector humano de la Telaraña y los Custodes y los trabajadores debieron luchar duramente por contenerlos, hasta que el Emperador selló la entrada a la Telaraña para siempre.
El que tras años de trabajo todo fuese arruinado por Magnus y provocara tal vulnerabilidad en Terra sería motivo para la violenta reacción del Emperador contra Magnus, además de sugerirle la Traición de su hijo más amado. Cuando tuvo que teleportarse a la barcaza de batalla de Horus, dejó en el Trono Dorado al psíquico más poderoso del Imperio después del Emperador: Malcador. Fue el Primer Señor de Terra en ausencia del Emperador.
Al principio, Magnus debía ocupar el lugar del Emperador en el Trono Dorado, como poderoso psíquico que era, pero su "traición" hizo que Malcador ocupara el puesto. Por supuesto esto fue una solución de emergencia pues pese a que era muy poderoso ni siquiera Malcador podría aguantar mucho las titánicas energías desatadas.
Fundador de la Inquisición[]
Pero antes de esto, fue Malcador quien buscó y entrenó, por orden del Emperador, a los llamados Elegidos de Malcador, los primeros inquisidores, para luchar contra la bruja, el mutante y el alienígena. Toda una serie de almas íntegras, guerreros, maestros con potencial psíquico, humanos no potenciados, para preservar la llama de la iluminación y combatir el origen de la ignorancia.
Reclutó a dos Marines espaciales, Nathaniel Garro de la Guardia de la Muerte, Iacton Qruze, Capitán de la 3ª Compañía de los Lobos Lunares y uno de los pocos de entre sus hermanos de armas que se negó a utilizar el sobrenombre de Hijos de Horus con que se conoció a la XVI Legión cuando empezó a ser corrompida y la hermana del silencio Amendera Kendel, que fueron los primeros Vigías de la Muerte, brazo armado del Ordo Xenos. Estos dos marines tuvieron destacadas actuaciones en la Rebelión de la Eisenstein, cuando renunciaron a sus Primarcas y al Caos por su lealtad al Emperador.
Otros de sus elegidos fueron Khalid Hassan, capitán de la Cuarta Orta Clandestina del Ejército Imperial, el cual rescató la Piedra Rosseta de un complejo militar en manos rebeldes en Gypto, el Comandante Yasu Nagasena y el Lobo Lunar y psíquico latente Severian.
Destino[]
Cuando Rogal Dorn volvió de su asalto a la barcaza de Horus con el Emperador inconsciente y moribundo, Malcador estaba casi muerto, debilitado, mutilado por sus esfuerzos psíquicos en el Trono Dorado. Al llegar Rogal Dorn hasta el Trono, Malcador transmitió su último aliento de fuerza al Emperador cayendo del Trono Dorado, su cuerpo inerte rodó por las escaleras de mármol. El Emperador pudo despertar y dictó a sus siervos sus últimas órdenes.
Cargos[]
- Miembro del Consejo de Guerra de la Gran Cruzada.
- Regente de Terra.
- Primer Señor del Consejo de Terra.
Fuentes[]
- Visiones de la Herejía.
- La Huida de la Eisenstein, por James Swallow.
- El Sigilita, de Chris Wraight.