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Magnus el Rojo John Blanche boceto

Magnus el Rojo, por John Blanche.

"Las mentes de los dioses no pueden ser conocidas o juzgadas por mortales. Acepta que Tzeentch tiene un lugar para cada uno de nosotros en su gran plan y alégrate por la parte que te toca representar."

Proclamación de Magnus el Rojo

Magnus el Rojo, Primarca de la Legión Traidora de los Mil Hijos, es uno de los pocos Primarcas que siguen vivos, y actualmente es un Príncipe Demonio extremadamente poderoso al servicio del Dios del Caos Tzeentch. También era conocido como el Rey Carmesí o el Cíclope Rojo. Un gigante en términos tanto físicos como psíquicos, el Primarca de piel cobriza poseía una tremenda habilidad psíquica innata, y constantemente estudiaba e intentaba entender la Disformidad, convirtiéndose en un hechicero de formidable poder. Magnus creía que sería capaz de controlar el Gran Océano de energía psíquica que era la Disformidad, aunque su prodigiosa y descuidada aplicación de sus dones psíquicos acabó por hacerle caer en desgracia ante su padre, el Emperador, así como ante la mayor parte de sus hermanos Primarcas. Su inmadurez psíquica, su imprudencia y su arrogancia también causaron su perdición, pues al final provocaron su condenación y servicio al Dios del Cambio.

Durante la Gran Traición, se vio atacado por Leman Russ y sus Lobos Espaciales, con lo que huyó al Ojo del Terror y se unió a la rebelión de Horus. Desde la Herejía de Horus, ha pasado la mayor parte del tiempo instalado en lo alto de su torre en el Planeta de los Hechiceros en el Ojo del Terror, planeando la destrucción definitiva del Imperio que cree que le traicionó a él y a su Legión.

Historia[]

Inicios[]

Magnus el Rojo, por Wayne England

Magnus era único entre los Primarcas, pues recordaba su origen y creación como hijo genético del Emperador, y había tenido algún tipo de comunicación psíquica con su padre incluso durante su gestación. El desarrollo del tremendo talento psíquico de Magnus podría por tanto haber sido planeado por el Emperador, como un atributo intencionadamente heredado de su material genético. De niño, Magnus aterrizó en el remoto mundo de Prospero, un planeta con una gran población de psíquicos humanos que tenían la habilidad de utilizar las potentes energías de la Disformidad. Habían elegido Prospero por su inaccesibilidad, pues normalmente eran rechazados, temidos y a menudo perseguidos por los humanos "normales". Cuando la cápsula de Magnus cayó de los cielos, lo hizo como un portentoso cometa. La cápsula tomó tierra en la plaza central de la entonces única ciudad habitada de Prospero, Tizca, la Ciudad de la Luz.

Se convirtió en un guardián de los estudiosos y líderes psíquicos de Prospero, y pronto obtuvo sus mismos poderes. Enseguida superó a su principal maestro en las artes psíquicas, Amon, quizá el mayor hechicero y psíquico del momento en el planeta. Magnus dominó todos los programas de entrenamiento psíquico y devoró los arcanos volúmenes del Librarium de Prospero. Para ese momento tenía tanto control sobre sus poderes psíquicos, que era de lejos la persona más poderosa de todo el planeta. Finalmente, dirigió una campaña para purgar Prospero de los Psiconeuein, unas terribles bestias depredadoras de psíquicos que vagaban por los campos y las muchas ciudades vacías, que habían sido destruidas tiempo atrás en una misteriosa catástrofe relacionada con los poderes psíquicos.

Elevado al rango de señor supremo de Prospero, unificó los a veces divididos Cultos de Hechiceros, y se propuso reconstruir Prospero. Tizca fue convertida en una ciudad de sobrecogedora belleza. Era una ciudad donde edificios bellamente diseñados en forma de pirámides y torres de cristal, espejos y mármol, amplias avenidas, parques paradisíacos y un constante trasfondo psíquico artificialmente agradable resultaban en la inmediata felicidad de todos los visitantes. El período de paz, prosperidad y bienestar psíquico se reflejó en la población planetaria de psíquicos poderosos, y Prospero se hizo famoso como un planeta de humanos física y psíquicamente hermosos. Magnus también se propuso la tarea de consolidar y expandir el conocimiento prosperano sobre el Gran Océano (el nombre prosperano para el Inmaterium) y el Creador Primordial (los Poderes del Caos), la energía invisible que impulsaba las corrientes de aquél, construyendo en el centro de Tizca una Gran Biblioteca dentro de una magnífica pirámide donde guardó todo el conocimiento tanto sobre la hechicería como sobre los poderes psíquicos de la Disformidad. Ignorando las advertencias de su sabio mentor Amon (más tarde repetidas por el Emperador, pero ignoradas de igual modo), Magnus realizó largos y profundos viajes psíquicos al interior de la Disformidad.

Descubrimiento por el Emperador[]

Magnus El Rojo

Magnus El Rojo en Prospero

Con semejante mente en la Disformidad, no pasó mucho tiempo hasta que el Emperador se dio cuenta de la presencia de Magnus. Cuando su flota llegó a Prospero y el Emperador pisó el planeta, él y Magnus se abrazaron inmediatamente y conversaron como si se hubieran conocido durante años. Tras este hallazgo, Magnus y el Emperador emprendieron viajes conjuntos y estudios del Inmaterium, mientras el Señor de la Humanidad enseñaba aún más conocimientos a su hijo, y le advertía en muchas ocasiones sobre los peligros inherentes al exceso de confianza al usar los dones del psíquico.

La Legión de Marines Espaciales que Magnus heredó, los Mil Hijos, estaba repleta de guerreros con poderes psíquicos, pues sus genomas estaban basados en el suyo propio. Sin embargo, la semilla genética de la Legión era genéticamente inestable, lo que a menudo causaba mutaciones indeseadas, rechazo de implantes e inestabilidad mental. La Legión estaba por debajo del número estándar de efectivos debido a esto, y su supervivencia estaba en entredicho. Se decía que el nombre de la Legión se debía a que sólo quedaban mil Marines Espaciales estables cuando Magnus fue encontrado por el Emperador. No se permitió a la Legión unirse a la Gran Cruzada en sus inicios, y algunos en el joven Imperio pedían que se la disolviera y se eliminase a sus integrantes; sin embargo, Magnus rogó al Emperador que le diese una oportunidad de encontrar la forma de parar las terribles mutaciones. Así lo hizo el Emperador, y tras varias décadas de desesperados esfuerzos, Magnus tuvo finalmente éxito: las aberrantes mutaciones cesaron. Este logro tuvo un coste visible, y otro oculto: Magnus perdió su ojo derecho, y la piel sobre él quedó lisa como si no hubiera habido una cuenca ocular. Pero para detener las mutaciones, Magnus pactó voluntariamente con entidades de la Disformidad, cuya naturaleza no comprendía por completo en ese momento. Fue engañado sin saberlo por el Dios del Caos Tzeentch para que creyera que había superado a las entidades disformes y que de verdad había hallado la "cura" para su Legión. Sin embargo, esto fue aparentemente parte de un plan del Dios del Cambio para que Magnus abrazase con aún más arrogancia su don psíquico y persiguiese formas de hechicería cada vez más corruptoras, hasta que acabase cediendo al Caos.

En cualquier caso, debido a los sufrimientos pasados por los Mil Hijos, los desinteresados esfuerzos de Magnus por salvarlos, sus compartidos talentos psíquicos, y la continuada sospecha de muchos en el Imperio y en las demás Legiones Astartes hacia el uso de habilidades psíquicas y la mutación presente en su semilla genética, el Primarca y sus Marines desarrollaron un lazo emocional y psíquico extremadamente profundo, probablemente el más fuerte de todo el Adeptus Astartes del momento. Finalmente, hacia la mitad de la Gran Cruzada, 100 años tras su comienzo, los ahora "estables" y reforzados Mil Hijos, con Magnus al frente, se incorporaron a la campaña, siendo asignados a la 28ª Flota Expedicionaria.

La Gran Cruzada y el Concilio de Nikaea[]

Mil Hijos Magnus Quema Prospero

Magnus con sus Mil Hijos en Prospero

Magnus luchó con bravura y éxito durante la Gran Cruzada, pero siempre fue un comandante salvaje e impetuoso. Magnus tenía una afinidad innata por la Disformidad y los secretos escondidos en su tejido. A lo largo de la Cruzada entró en contacto con culturas humanas aisladas desde hacía mucho, dispersas por mundos de toda la galaxia, donde se había permitido florecer a los psíquicos. Aunque había sido advertido por el Emperador para que abandonase semejantes trabajos, empezó a reunir conocimiento arcano sobre hechicería por toda la galaxia. A partir de este material elaboró el monumental tomo de hechicería y práctica psíquica llamado Libro de Magnus. El libro, cuyas brillantes tapas inscritas con extrañas guardas estaban hechas a partir del psicoactivo pellejo de un Psiconeuein muerto, siempre estaba atado a la armadura de Magnus con una pesada cadena de oro, cerrada por un candado de plomo.

Una de las cosas que Magnus descubrió durante las conquistas de su Flota Expedicionaria fue la existencia y naturaleza de la Telaraña Eldar y de los portales del espacio real que conectaban con ella. Sin embargo, su conocimiento sobre su geografía y función era incompleto y fragmentado, algo que le costaría caro. En cualquier caso, logró penetrar en sus corredores siderales por pura fuerza psíquica bruta.

Cuanto más se alejaba la Cruzada de Terra, más extrañas criaturas influenciadas por la Disformidad encontraban. Esto naturalmente hizo a Magnus parecer sospechoso, pues su control sobre la Disformidad y los poderes que obtenía de sus caóticas energías eran similares a las habilidades mostradas por estas malignas criaturas.

Primarca Magnus Escarabajo Oculto Exterminadores Cataphractii

Magnus el Rojo y su escolta del Escarabajo Oculto durante la Gran Cruzada

El Primarca de los Lobos Espaciales, Leman Russ, y el de la Guardia de la Muerte, Mortarion, desconfiaban por igual de Magnus por el uso que hacían él y su Legión de los poderes de la Disformidad y por su maestría en el engaño en la guerra, pues preferían un uso más directo de la fuerza física y bruta. Otro asunto desagradable para los Primarcas era el amor de los Mil Hijos por el conocimiento en general: siempre buscaban preservar y estudiar el conocimiento de los nuevos mundos sometidos, cargando con material capaz de llenar bibliotecas enteras en las naves de la 28ª Flota Expedicionaria para cuando volvieran a Prospero. Esta obsesión con el conocimiento sin importar su origen era vista como algo inútil para los oponentes políticos entre las demás Legiones Astartes de los Mil Hijos, contraproducente para los objetivos de la Gran Cruzada, que buscaba extender una civilización exclusivamente imperial por la galaxia, y posiblemente peligroso debido a la naturaleza maligna de muchos de los seres que vivían en el Inmaterium. Durante una misión conjunta de los Lobos Espaciales y los Mil Hijos, Magnus y Russ se enfrentaron a golpes por este tema, y por el uso de los poderes psíquicos en general. Sólo Lorgar de los Portadores de la Palabra, que intervino en el último minuto, pudo evitar un derramamiento de sangre.

Para solucionar las crecientes disputas sobre el uso de los poderes psíquicos de una vez por todas, el Emperador convocó un debate entre los Primarcas sobre el uso de los poderes psíquicos en todo el Imperio de la Humanidad. El gran cónclave de personalidades imperiales se celebró en el mundo de Nikaea y el Emperador presidió las discusiones, en lo que vendría a llamarse el Concilio de Nikaea. El Concilio determinó colectivamente que el uso de la hechicería en el Imperio debía a partir de ese momento ser ilegal, pero los psíquicos humanos deberían ser entrenados adecuadamente y sancionados por el Imperio, con determinados límites, por el bien de la Humanidad, pues muchas de sus habilidades eran beneficiosas si se controlaban correctamente. Asimismo, se creó el nuevo rango de Capellán en las Legiones de Marines Espaciales, para mantener la Verdad Imperial y ayudar a preservar la pureza de la dedicación de cada Legión a las órdenes del Emperador. Disgustado e infeliz por la decisión, Magnus fue obligado a aceptar las nuevas prohibiciones de la hechicería en el Imperio, pero pronto encontró racionalizaciones y justificaciones para saltárselas.

La Herejía de Horus[]

Magnus Trono Dorado Terra Herejía

Magnus se materializa a través de la Telaraña en la Sala del Trono Dorado del Emperador

Después de que el Emperador diese el mando supremo de la Gran Cruzada al Señor de la Guerra Horus de los Lobos Lunares y volviese a Terra para emprender su secreto Proyecto Telaraña bajo el Palacio Imperial, Magnus, meditando en Prospero, tuvo una visión psíquica en la que vio a Horus ser corrompido por el Caos y los futuros eventos de la Herejía de Horus: la traición al Emperador por la mitad de las Legiones de Marines Espaciales, y el hundimiento del Imperio en una tumultuosa y costosa guerra civil. El único destino que no revelaba esta visión era el suyo propio.

Apesadumbrado por la información obtenida de esta visión, Magnus primero intentó interferir en las visiones psíquicas que Horus recibía durante el rito de curación en Davin; consiguiendo arañar los bordes de la percepción de Horus. Sin embargo, unas formidables defensas psíquicas le impedían acercarse más y Horus estaba siendo engañado por Erebus en la forma de Hastur Sejanus.

Tras darse cuenta de que no podía evitar la caída de Horus, usó el poder de los mayores hechiceros de su Legión para advertir al Emperador en Terra de la inminente guerra civil, mediante hechicería en vez de la poco fiable y limitada, aunque legal, astrotelepatía.

El Emperador se enfureció ante la ruptura de las prohibiciones contra la hechicería impuestas por el Concilio de Nikaea, especialmente porque Magnus había utilizado la Telaraña para alcanzar Terra con su poder a tiempo, y sus actos habían arruinado el Proyecto Telaraña, un intento de siglos de preparación de tomar el control y utilizar la Telaraña Eldar para dejar atrás el peligroso viaje por la Disformidad y conectar físicamente todos los mundos del creciente Imperio de la Humanidad usando versiones humanas de los Portales a la Telaraña. El Emperador vio a Magnus como el traidor a los ideales del Imperio, en vez de a su amado hijo Horus, a quien no creía capaz de traicionarle jamás. Leman Russ, quien siempre había estado en contra de la hechicería y en consecuencia tenía una antipatía general hacia Magnus, recibió la orden de traer rápidamente a Magnus a Terra para responder por sus actos ante el Emperador.

Durante su viaje a Prospero, Russ fue convencido por un ya corrompido Horus para destruir directamente a la Legión de los Mil Hijos en vez de simplemente llevarlos a juicio. Horus, como Señor de la Guerra del Imperio, representaba la autoridad del mismísimo Emperador, y por tanto fue capaz de engañar a Russ de forma que pensase que era la voluntad del Emperador, quien ya habría pensado sobre su decisión y cambiado de idea. Junto a los Lobos Espaciales iba un contingente completo de Adeptus Custodes, millones de soldados del Ejército Imperial, y las unidades antipsíquicas de élite, las Hermanas del Silencio (que poseían el gen Paria).

Magnus luchando

Magnus defiende Tizca de los Lobos Espaciales

Mientras tanto, Magnus se había dado cuenta finalmente de que había sido usado como un peón de Tzeentch, y también de que el inminente choque entre los Lobos Espaciales y los Mil Hijos era también parte de un plan del Caos para destruir a dos Legiones Leales. Decidió sacrificar a los Mil Hijos y a sí mismo, antes que volver a ser una marioneta del Caos. Por esta razón, no previno al pueblo de Prospero ni a sus propios Marines Espaciales del próximo ataque imperial, colocando un velo psíquico sobre el planeta para que su Legión no tuviese conocimiento de la llegada de la flota de invasión. Tampoco dio órdenes de preparar las defensas planetarias, y alejó a la flota de los Mil Hijos del sistema.

Leman Russ derrota a Magnus el Rojo Prospero

Leman Russ le parte la espalda a su hermano Magnus

Como resultado, el asalto imperial sobre Prospero pilló a los Mil Hijos totalmente por sorpresa. Descargando muerte desde la órbita, la fuerza invasora redujo al desprotegido planeta a una carbonizada bola de roca. Como la capital, Tizca, estaba siempre protegida por un escudo de vacío impenetrable, se organizó una invasión terrestre de la ciudad. En la brutal contienda que siguió, los combatientes y civiles de Prospero fueron exterminados sin miramientos, y la ciudad fue totalmente destruida, junto con sus bibliotecas y su duramente recopilado conocimiento psíquico, lo cual hizo que Magnus entrase en una profunda melancolía. Sin embargo, salió al campo de batalla y rompió el asalto de los Lobos Espaciales con sus grandes poderes psíquicos, acabando por enfrentarse con su hermano Leman Russ en un duelo cuerpo a cuerpo. En el clímax de la batalla, Magnus destrozó el peto de Russ con un poderoso puñetazo, desgarrándole uno de sus corazones, pero Leman se agarró al brazo de su oponente y cuando estuvo lo bastante cerca, pateó el único ojo de Magnus. Con Magnus cegado, Russ aprovechó su oportunidad para levantar a Magnus en el aire y partirle la espalda. En su momento de mayor necesidad, Tzeentch acudió a Magnus y ofreció salvar todo lo que había creado si él le juraba lealtad eterna al Señor del Cambio. Para salvarse a sí mismo, a su Legión, a su mundo y a todo el conocimiento que había acumulado, Magnus entregó su alma en servicio del Dios del Caos del Cambio y la Hechicería.

La respuesta del nuevo patrón de Magnus fue inmediata. La Ciudad de la Luz fue transportada al interior del Ojo del Terror, a un nuevo mundo demoníaco. Prospero fue destruido aquel día, pero Magnus y su Legión sobrevivieron. Para cuando los Mil Hijos volvieron a ser vistos, se habían unido a las Legiones Traidoras de Horus en su camino hacia el asedio de Terra,

Magnus el Rojo se convirtió en Príncipe Demonio durante el Asedio de Terra. Tras visitar al Emperador y ser vencido en combate por Vulkan, el Emperador le ofrece su perdón y el mando de los Caballeros Grises. Magnus se negó, y se convirtió al momento en el mayor de los Príncipes Demonio de Tzeentch.

Tras la Herejía[]

Magnus Príncipe Demonio Mil Hijos Caos 7ª Edición ilustración

Magnus, Primarca Demonio

Después de que el Emperador derrotase a Horus en su Barcaza de Batalla Espíritu Vengativo y las Legiones Traidoras huyesen de Terra, los Mil Hijos habían reclamado para sí un mundo demoníaco en el Ojo del Terror llamado el Planeta de los Hechiceros, completado por una retorcida y caótica caricatura de la ciudad de Tizca. Tzeentch tenía además otro "regalo" para los Mil Hijos supervivientes: el retorno de sus aberrantes mutaciones genéticas, que amenazaban con convertir a todos los Marines Espaciales del Caos de la Legión en Engendros del Caos sin mente. Un grupo de oficiales de alto rango, dirigidos por el Bibliotecario Jefe Ahzek Ahriman, que había sido el consejero más cercano de Magnus desde los primeros días de la Legión, establecieron un Concilio secreto de Hechiceros para encontrar la forma de parar las mutaciones. Con Ahriman al frente, estos Hechiceros invocaron un poderoso encantamiento, la llamada Rúbrica de Ahriman, que salió mal, matando a todos aquellos Astartes de la Legión que no poseían poderes psíquicos y transformándolos en autómatas vivientes: sus cuerpos orgánicos se hicieron ceniza, mientras que sus espíritus quedaban atrapados dentro de sus servoarmaduras, que quedaron totalmente selladas y animadas por los espíritus atrapados. Todas las junturas de las armaduras fueron selladas mágicamente, y la única forma de que las almas escapasen de esta prisión era que sus armaduras fuesen destruidas. La minoría de Astartes que no sucumbió a la Rúbrica descubrió que sus poderes habían aumentado exponencialmente. El ritual, al final, logró su objetivo, pues detuvo las mutaciones tanto en los Hechiceros supervivientes como en los autómatas (que pasarían a ser conocidos como Marines Rúbrica). Magnus, sin embargo, se enfureció por el resultado del hechizo y por lo que había hecho a sus Astartes, y se decidió a vengarse de Ahriman y su cábala de Hechiceros rebeldes.

Gracias al profundo lazo entre Magnus y sus hijos, sintió vivamente el imprevisto sufrimiento que soportaron a manos de Ahriman. Consumido por la pena y la ira, pero también orgulloso del nivel de poder que había obtenido la Legión mediante su metamorfosis, atacó al Concilio de Hechiceros y a Ahriman, hasta que el Primarca Demonio alcanzó a este último y lo venció en un duelo. Sin embargo, Tzeentch intervino personalmente y salvó la vida de Ahriman, pues el Hechicero era un peón útil para sus enrevesados planes. De este modo, Magnus exilió a Ahriman y a sus restantes colaboradores del Planeta de los Hechiceros, y les ordenó vagar por siempre la galaxia en busca del entendimiento y el conocimiento del significado del Caos.

Tiempo después, buscando venganza contra los Lobos Espaciales por el Incendio de Prospero, Magnus dirigió a sus Mil Hijos en un asalto al mundo natal de Leman Russ, Fenris, en lo que se conoció como la Primera Batalla del Colmillo.

Hoy día, la siempre cambiante forma de Magnus reside en el Planeta de los Hechiceros, en el Ojo del Terror. Aquí, Magnus se encuentra en lo alto de la más alta de las torres de su parodia de Tizca, la Torre del Cíclope, y su gran ojo brujo vigila el planeta entero mientras planea la destrucción del Imperio de la Humanidad y del Emperador que cree que le traicionó hace tanto tiempo.

Video trasfondo[]

Poderes y armamento[]

Gran Cruzada[]

Magnus era ante todo un psíquico tremendamente poderoso, igualado en el Imperio solo por Malcador, y superado únicamente por el Emperador. Magnus era capaz de alterar su tamaño y forma a voluntad (Lorgar llegó a comentar que nadie conocía su verdadero aspecto), destrozar a docenas de enemigos con sus poderes psíquicos, y de enfrentarse en solitario a Titanes. Su presciencia psíquica le permitía predecir la mayor parte de los sucesos futuros. Tal era su poder que se rumoreaba que el Emperador pretendía usarle para controlar el Trono Dorado, una tarea que mataría rápidamente a Malcador durante la Batalla de Terra.

No obstante, también empleaba armamento más terrenal en la batalla. Vestía una armadura artesanal decorada con dos enormes colmillos en el peto, y solía blandir una enorme espada sierra con forma de khopesh.

En la actualidad[]

Magnus en Fenris Mil Hijos Caos 7ª Edición ilustración

Magnus invade Fenris durante el Asedio del sistema Fenris

En una galaxia dividida por la guerra, hay pocas cosas más terroríficas para contemplar en el campo de batalla que un Primarca Demonio. Por donde Magnus avanza, el tejido de la realidad se tensa y se rompe mientras el tiempo y el espacio se separan violentamente para permitir su paso. Su sola visión irrita la mente con cambiantes imágenes, paradójicos destellos de la disformidad que son incomprensibles para el pensamiento mortal.

Aquellos sobre quienes su sombra cae, se hunden en la oscuridad, sus egos se derrumban en una densa singularidad cuando la demoníaca presencia de Magnus invade sus mentes. Incluso entre los intrépidos guerreros que se han enfrentado a innumerables y terribles conflictos encuentran su coraje hecho trizas cuando el señor de los Mil Hijos se entusiasma.

Del brillante fuego del ojo de Magnus brotan explosiones de energía psíquica cruda. Con esas sacudidas hace temblar la tierra, y los titanes y las columnas blindadas son arrancados de la realidad, su mismísima esencia queda reducida a estridentes átomos. A medida que el Primarca Demonio se acerca a sus enemigos, quedan atrapados en un fluctuante campo de energía, un aura de maléfica conciencia que retuerce la existencia para satisfacer la voluntad de Magnus. Las defensas más impenetrables quedan al desnudo por la influencia de la disformidad, dejando al enemigo al descubierto frente a la carnicería.

En sus manos con garras, Magnus lleva una espada coronada por llamas que toma cualquier forma que conciba su portador. Con esto, atraviesa el casco de los tanques, o filas de infantería enemigas separando las almas de sus cuerpos. A aquellos que no son reducidos instantáneamente a un charco de sangre o a una llama parpadeante, les espera un destino aún peor: el hechizado bastón hace mutar la desgarrada carne de sus víctimas, infundiéndoles el poder de la disformidad para convertirlos en Engendros del Caos.

La armadura de placas que cubre el cuerpo demoníaco de Magnus está adornada con runas de Tzeentch, creando con su profana simbología un tapiz de locura. Una gran corona con cuernos adorna la cabeza del Rey Carmesí, a través de la cual emana un aura de energía protectora a su alrededor, protegiendo tanto su esencia física como mental. La inutilidad de desafiar la ira de Magnus se vuelve clara cuando el fuego enemigo se disipa sin causar daño antes de golpearlo; los rayos psíquicos se evaporan en inofensivas chispas y las gigantescas cuchillas se detienen contra esta etérea barrera.

Magnus dirige a cultos enteros de guerreros Mil Hijos en la batalla. Con estos ejércitos, comparte una pequeña fracción de su indomable poder, dando a los desalmados Exterminadores del Escarabajo Oculto una porción de su violenta vitalidad, y reforzando las ya hambrientas ambiciones de los Hechiceros que aún viven. Son su arma más poderosa, guiados por coacción y el destino para cumplir sus órdenes, y es por medio de ellos que desata su ira sobre la galaxia.

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Imágenes[]

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Fuentes[]

Extraído y traducido de Wikihammer 40K UK y Lexicanum Inglés.

  • Codex: Marines Espaciales del Caos (4ª Edición).
  • Codex: Mil Hijos (8ª Edición).
  • Index Astartes III-IV.
  • Mil Hijos, por Graham McNeill.
  • La Batalla del Colmillo, por Chris Wright.
  • Realms of Chaos: The Lost and the Damned.
  • White Dwarf nº 150 (Edición inglesa).
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