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Fuscinae

La historia de los Custodios del Tridente comienza tras el desastre de la vigesimoprimera Fundación. Llamada la Fundación Maldita, los Capítulos creados sufrieron extraños problemas, algunos desaparecieron mientras realizaban misiones, bien en combate o bien viajando por el espacio disforme; los que lograron sobrevivir se vieron aquejados por mutaciones en su semilla genética y han contemplado con estupor como se iban reduciendo sus efectivos hasta extinguirse, o están al borde de hacerlo; actualmente no hay constancia del número de Capítulos que quedan de aquella fatídica fundación, quizá algunos simplemente estén perdidos en la disformidad, o atrapados en algún lugar lejano, o están abocados a desaparecer, sea como fuere los registros se perdieron.


Pero aquella Fundación se realizó porque era necesaria, los conflictos nunca acaban en el Imperio de la Humanidad, y éste tampoco deja de extenderse, por eso son necesarios los Astartes. La Fundación Maldita dejó un vacío en diversos puntos del espacio controlado por el Hombre, pero la Era de la Apostasía creó tal caos y confusión que muchos documentos y registros se perdieron o quedaron olvidados. Una vez acabado el Reino de Sangre de Vandire, el Imperio de la Humanidad debía reformarse, reorganizarse, y de nuevo algunos asuntos quedaron en suspenso. Aun así no todo estaba perdido, con la creación de la Inquisición la vigilancia y el poder se aseguraron. Estabilizada de nuevo la situación volvieron a resurgir problemas medio olvidados. La fundación de nuevos Capítulos era necesaria, y ya se habían realizado con éxito tras los problemas de la Vigesimoprimera.


Los Custodios del Tridente fueron quizá el primer capítulo que se fundase para un objetivo muy concreto tras los años de estabilidad. La semilla genética elegida para su creación fue la de los Puños Imperiales, los Altos Señores pusieron esa condición, quizá porque era un capítulo cuyo nivel de pureza era cercano a los omnipresentes Ultramarines, o quizá porque pretendían lograr Marines con una alta determinación, que no retrocedieran y defendieran con celo su misión. Algunas fuentes citan otra posibilidad... un inquisidor había aconsejado crear individuos con el fanatismo de los Templarios Negros para que la tarea que se les iba a encomendar fuera acatada con fervor... Sea como fuere los seguidores de Rogal Dorn fueron informados de la elección de su semilla genética, no sólo por mero trámite, sino con la intención de que sirvieran de "instructores" del Capítulo incipiente. Los Puños Imperiales expresaron su conformidad, y ofrecieron su ayuda en lo que el Emperador (personificado en los Altos Señores de Terra) les pidiera.


Su Destino[]

Se tardó un tiempo en obtener sujetos acordes a lo que se buscaba, quizá porque los problemas de la Fundación Maldita estaban aún muy presentes. Los primeros iniciados fueron entrenados por los Puños Imperiales, y en cuanto hubo un número suficiente de Iniciados hábiles fueron enviados a la frontera suroeste imperial, en una flota que transportaba lo necesario para sustentar el Capítulo por sí mismo. Los costes eran extraordinarios, se escucharon murmullos de perplejidad en los mismísimos pasillos del Palacio Imperial, pero la misión había comenzado y no había vuelta atrás.


El destino era una franja de expansión imperial, un área inestable, pero a la que llegaban día a día nuevos colonizadores. El sistema de planetas no tenía aún un nombre oficial, simplemente era el Sistema 457H32, aunque se le llamaba vulgarmente La Tríada. Aquél sobrenombre provenía de su principal peculiaridad: tres de los siete planetas eran enormes masas pseudogaseosas que destacaban del resto no sólo por su tamaño. Poseían unas órbitas casi paralelas muy singulares, cuyo punto más alejado parecía abandonar el Sistema para introducirse en otro adyacente, conformando un "tridente que rasga la Oscuridad". Sin embargo, esa extraña característica también significaba un enorme peligro para el Sistema de la Tríada, los tres "gigantes" tardaban unos meses en volver a ser visibles, en "regresar" a su Sistema, y cuando lo hacían escondían una desagradable sorpresa en su interior. En más de una ocasión un Waagh pielverde se había introducido en la Tríada camuflado dentro de alguno de los planetas que regresaban; pero no sólo los Orkos utilizaban esta táctica para invadir, se detectó una nueva raza alienígena que, quizá por no poseer el conocimiento de naves con suficiente potencia para los viajes galácticos, se servían de los Planetas Gaseosos para tratar de expandir sus dominios. Afortunadamente, la órbita de los "Tres Hermanos" (como se les llama comúnmente) es muy lenta y tarda decenios en completarse, así que los ataques no sucedían con regularidad, e incluso se podían prever... si las fuerzas de defensa contaban con suficientes efectivos. Pero el Sistema seguía siendo un área de colonización, a pesar de que habían pasado centenares de años desde que el primer colono humano había aterrizado en cualquiera de los planetas. Y es que la inestabilidad era una constante, por dos veces las fuerzas imperiales habían tenido que abandonar la Tríada a su suerte, pues el Imperio necesitaba tropas para otros lugares más importantes, y por dos veces había tenido que ser reconquistada, en un proceso lento y costoso.


Con todo, la expansión del Hombre por el Universo no podía detenerse, el Sistema 457H32 debía consolidarse; tiempo atrás, uno de los Capítulos de la vigesimoprimera Fundación había sido encargado de mantener vigilados a los tres gigantes, pero desapareció sin dejar rastro tras la segunda retirada del Sistema.


Por eso se creó un nuevo Capítulo, para mantener firme el predominio de la Humanidad en aquella franja colonial, para mantener a raya las incursiones desde los Tres Hermanos, el temido Tridente del Sistema... Se crearon los Custodios del Tridente, los Fuscinae Custodes.


La Tríada[]

El Sistema 457H32 está conformado por siete planetas, que orbitan alrededor de un único astro solar, Tríus. De los siete planetas sólo tres han conseguido colonizarse con relativo éxito, y poseen las condiciones mínimas para ser habitables por la raza humana. Los otros cuatro planetas presentan diversos problemas.


- El planeta más cercano al sol, T-03H, es de un tamaño más bien pequeño, un cuerpo rocoso sin atmósfera y en cuya superficie sobresalen depresiones y montañas. La temperatura en su suelo es muy alta, y su rotación es veloz, por lo que las noches y los días se suceden en apenas cuatro horas. El Administrorum lo ha catalogado de inhabitable, aunque con posibilidad industrial.


- El segundo planeta es Recis, de mediano tamaño, con una densa atmósfera, y un clima pseudotropical casi todo el año. Sus días son de 32 horas, y sus años son de 307 días. Posee tres satélites o lunas, de diferentes tamaños, la más grande, Sirce, es habitable; aunque con un clima desértico muy acentuado, en ella mantienen una base militar las Fuerzas de Defensa de la Tríada. Es quizá el planeta más rico en sustrato del Sistema, y donde la colonización ha proliferado. Con densas junglas y la mitad de la superficie cubierta de agua; la gran profusión de ciudades y poblaciones se sitúan "en el aire", construidas sobre enormes soportes que se elevan por encima de la foresta o de la superficie de los mares. Se tiene constancia de que hay grupos diseminados de "nativos" que viven en el "suelo", pero son de difícil localización...


- El tercer planeta es Oria, un gigante gaseoso. Es un cuerpo pétreo rodeado de una atmósfera de gases densos y nocivos. Su rotación es lenta, alargando las horas de luz y las de noche muy por encima de la media del resto del Sistema; 49 horas poseen sus días. Catalogado como inhabitable, aún sigue estudiándose su posible utilidad o beneficio.


- El cuarto planeta es Dentos. Con días de 25 horas, y años que oscilan entre los 277 y los 278 días. Es el planeta más importante, por cuanto en su superficie se sitúa el centro administrativo del sistema de la Tríada. Posee un gran tamaño, si bien no puede hablarse de gigante. Su atmósfera y climatología se acercan a las de Terra, quizá por eso fue elegido como centro de la colonización de este área. Está industrializado, y persigue el orden y la eficiencia. Sus ciudades son enormes colmenas, mientras que el resto de la superficie permanece más o menos deshabitada. En uno de sus continentes se encuentra el Cuartel General de las Fuerzas de Defensa, con un importante área de manufactura militar, y el espaciopuerto más grande de todo el sistema. Posee una única luna, de tamaño más bien pequeño, inhabitable.


- El quinto planeta es Salor. Gigante gaseoso, inhabitable. No se sabe de qué material está formado su centro, pues es un planeta sumamente inestable, rodeado de un cinturón de asteroides que gira a gran velocidad. La inestabilidad de Salor es un tema de preocupación para el Administratum, pues literalmente la órbita del enorme gaseoso se balancea de un lado a otro, errática, sin orden aparente, aunque jamás se desvía de su rumbo, y siempre vuelve al centro de su órbita. De los Tres Hermanos es con el que mayor imprecisión se puede prever su situación exacta, a pesar de todo siempre mantiene una órbita pseudoparalela con sus "hermanos", aunque a veces los adelanta y otras se queda rezagado. Salor sigue siendo un gran misterio.


- El sexto planeta es Lorso. El tercer gigante gaseoso. Es quizá el más grande de todos los planetas. Su núcleo parece estar formado de metal y piedra, y en su superficie se desarrollan gigantescas tormentas de pesadilla que pueden durar años. Su atmósfera, formada por una densidad variable de multitud de gases, es algo inestable, a veces se producen explosiones que se ven a simple vista desde Dentos. Su rotación es algo rápida, pero constante.


- El séptimo, y por tanto último planeta, es Nusci. De tamaño pequeño, su atmósfera es delgada, pero otorga el suficiente grado de habitabilidad. Los días poseen 27 horas, y la órbita tarda 539 días en dar la vuelta alrededor del astro solar. Estructuralmente la fisonomía de Nusci es extraña, a vista de pájaro la superficie terrosa está jalonada de multitud de agujeros de tamaño diverso. Pero esos agujeros dan paso a la verdadera superficie agrícola y poblacional. Siendo el primer planeta que se colonizó, al principio se pensaba que no era más que una "cáscara" en el espacio, pero cuando los misioneros e investigadores imperiales bajaron por el primer agujero que encontraron descubrieron que el planeta era en realidad un complejo sistema de cavernas y túneles interconectados, con un amplio espacio para desarrollar una civilización sostenible. Los agujeros "del techo" dejaban pasar suficiente luz y calor, pero había más del doble de lugares en sombra que protegían de los inclementes rayos del sol, que llegaban al planeta con fuerza (atravesando la delgada atmósfera). Se tardaron cientos de años en explorar más de la mitad de Nusci, gran cantidad de peligros fueron descubiertos, extraños animales y plantas, pero sobre todo al menos dos civilizaciones nativas de seres humanoides que presentaron una fiera defensa a someterse al Imperio del Hombre. Aún hoy es incierto qué porcentaje de población autóctona está realmente bajo control, en gran medida por los diversos problemas en explorar ciertas zonas del planeta. Nusci posee dos lunas, ambas habitables: Celonis, donde se sitúa el Centro de Expansión del Sistema, lugar desde el que se preparan y parten flotas de reconocimiento y exploración más allá de la frontera, al espacio desconocido. La segunda luna, Clet, permanece como espaciopuerto de la Armada del Sistema de la Tríada.


Nusci sería el planeta elegido para instalar la Fortaleza Capitular de los Custodios del Tridente, al ser el planeta más alejado del centro sistema y más cercano a la frontera imperial.

Tríada

Sistema 457H32 (También llamado La Tríada)






Los Inicios. La etapa de la Senescalía[]

Como nuevo Capítulo, y en gran medida por la necesidad de acelerar las cosas, era necesario apoyarse en una guía. Los Puños Imperiales cedieron algunos de sus hermanos para continuar la instrucción y tratar de transmitir conocimientos tácticos, rituales...etc., y obtener así un nivel de aprendizaje diestro y eficaz en poco tiempo.

Los resultados no se hicieron esperar y los Tridentes (los Marines Espaciales del Capítulo Custodios del Tridente), conformaron sus primeras Compañías de Batalla en apenas un lustro, acompañadas por vehículos de apoyo y transporte. Las funciones de Señor del Capítulo recayeron, de manera provisional, sobre los hombros del hermano Baldimer Sacks de los Puños Imperiales, que se autoproclamó Senescal, a la espera de poder ceder el mando del reciente Capítulo a un auténtico Tridente con el paso del tiempo. Comenzaba así la Etapa de la Senescalía.

Presentacion CdT

Presentación Custodios del Tridente

El primer punto que había que resolver era el tema del reclutamiento. Baldimer era un veterano en los campos de batalla, pero se veía superado por la compleja actividad que se llevaba a cabo para obtener nuevos reclutas. Hasta el momento una veintena de éstos provenían de la mismísima Terra, pero no era viable seguir trayendo de tan lejos nuevos sujetos que podían perderse por el camino o no superar las pruebas que en la Fortaleza-Monasterio del Capítulo se hacían. Se probaron sujetos de Sistemas circundantes, pero con escaso éxito, un porcentaje demasiado bajo superaba las pruebas. Finalmente, el Senescal decretó que los nuevos hermanos provendrían de las colonias instituidas en la propia Tríada, sobretodo de las más antiguas, aquellas que habían quedado a merced de los peligros cuando la fuerza Imperial debía retirarse, y que habían creado civilizaciones tribales de gran fuerza, aunque escaso nivel tecnológico. Estas civilizaciones, a pesar de no ser oriundas de los planetas donde se habían asentado, habían pasado a ser la población nativa, pues habían creado extrañas costumbres en un intento por amoldarse a la diversidad geográfica de los planetas de la Tríada, frente a la población más reciente, la población colonial. Como puede observarse existen así dos poblaciones humanas no autóctonas del Sistema pero diferentes entre sí: los colonos antiguos (población nativa) y los colonos nuevos (a pesar de que éstos se remontan casi dos siglos en el tiempo); a su vez, ambas poblaciones "conviven" con las poblaciones realmente autóctonas de cada planeta, las civilizaciones pre-imperiales.

La diversidad de civilizaciones en el área, junto a la inestabilidad que imperaba, constituyó un buen "campo de pruebas" para el Capítulo, no sólo para obtener conocimientos y experiencia en batalla, sino para conferirle una identidad propia. En los diferentes conflictos que se fueron desarrollando el Capítulo pudo enorgullecerse de gran cantidad de gestas y heroicidades, que pasaron a inscribirse en la memoria histórica de los Custodios del Tridente.


Sin embargo, aún pasarían muchos años hasta que estallara una guerra en la que hubiera de participar todo el Capítulo. Fue durante uno de los “regresos” de los Tres Hermanos. Siempre que se producía el Regreso las Fuerzas de Defensa de la Tríada vigilaban a los tres planetas gaseosos, en busca de cualquier señal de peligro que anunciara una incursión desde su interior. No obstante, la vigilancia se alarga varios meses, por la imposibilidad de detectar eficazmente cualquier intruso a través de las densas atmósferas de gas. Se lanzan aparatos de exploración controlados a distancia que sondean los planetas, pero son tan sensibles que casi cualquier cosa hace disparar la alarma de intrusos, con lo que se tarda un tiempo en preparar un nuevo lanzamiento esta vez de un mayor número de aparatos, para cerciorarse. El trabajo se convierte en rutina para las Fuerzas de Defensa, una tarea pesada y sin apenas resultados.

Pero aquella vez fue distinto, los aparatos de sondeo lanzados a Oria alertaron de una posible incursión todos a la vez, algo que nunca había ocurrido antes. Se pensó que había algún error, que quizá alguna materia en la atmósfera del enorme planeta había “cambiado” y ahora era detectable por los aparatos. Se preparó el lanzamiento de los aparatos de apoyo, para recabar más datos. Pero antes de que éstos fueran lanzados comenzaron a salir naves de las nubes de gas. Una auténtica flota de miles de naves de manufactura orka. Un Gran Waagh se cernía sobre la Tríada.

El Capítulo al completo se movilizó para hacer frente a la amenaza pielverde. En aquellos momentos, sólo dos compañías estaban fuera de la Fortaleza-Monasterio, la Cuarta y la Quinta. La Cuarta Compañía era la que se encontraba más cerca del planeta Recis, que fue el más castigado por las tropas enemigas. Cuando el Capítulo casi al completo llegó al selvático planeta los hermanos de la Cuarta Compañía habían sido aniquilados, la Quinta Compañía, que fue la segunda en llegar, era diezmada alarmantemente, pero mantenía una defensa desesperada de la capital del planeta, mientras trataba de no perder contacto con las dispersas fuerzas de la Guardia Imperial de la Triada.

El Gran Waaahg Orko constituía una visión apabullante para la población recisiana, pero los tridentes no se amedrentaron y se dividieron en varios equipos de combate. El Senescal, informado de la pérdida de la Cuarta Compañía y de los graves problemas de la Quinta, encabezó, al mando de los veteranos de la Primera, un ataque de ruptura para tratar de destruir el cerco que mantenía sitiada a la capital Corsis. Se le unió la Tercera Compañía, conformando así el primer equipo de combate.

El resto del Capítulo se subdividió en otros dos equipos. La Segunda y la Sexta, apoyadas por la Décima al completo y elementos de la Octava y la Novena, iniciaron una ataque sistemático contra los grupos de pielesverdes más grandes repartidos por el planeta. En un momento dado la Sexta fue dada por perdida, pues sus comunicaciones quedaron silenciadas poco antes de una incursión al área de más densa jungla, donde según varios informes parecian haberse concentrado grandes cantidades de enemigos.

El tercer y último equipo de combate, formado por la Séptima al completo, el resto de componentes de las Compañías Octava y Novena, y las naves de batalla del Capítulo, mantuvieron un ataque contínuo sobre la flota pielverde que aún se mantenía en el espacio. Se realizaron numerosos abordajes, siendo notorio el valor mantenido por la escuadra “Alas de Tierra” cuando quedó aprisionada en uno de los pecios Orkos, que se sacrificó para estrellar la nave sobre la superficie de la estrella solar Trius.

Los informes que el Capítulo mantiene en sus archivos no aclaran los días que pasaron durante tan encarnizada lucha, ya que cada equipo inscribió diferentes espacios de tiempo, quizás achacado a que los “descansos” entre batalla y batalla apenas eran suspiros. Lo que sí queda registrado con absoluta certeza son las pérdidas que sufrieron a manos de la invasión pielverde: a la pérdida completa de la Cuarta compañía se unía la de la Séptima, además de la casi aniquilación de la Quinta y las graves pérdidas de la Octava y la Primera. El resto de Compañías también sufrieron muchas pérdidas, si bien podrían permanecer operativas apoyándose entre sí. La sexta, pérdida en las densas junglas de Recis, aparecería al cabo de casi un año con la mitad de sus integrantes, pero mostrando con orgullo un estandarte victorioso.

V Compania CdT

La "Letania Oscura"[]

La etapa que siguió a La Purga de Recis conforma posiblemente la época más oscura del Capítulo. El Senescal Baldimer, trató por todos los medios de recuperar al Capítulo acelerando el proceso de reclutamiento todo lo posible, pero consciente de que no podía “estropear” la semilla genética decidió mantener unas pruebas excesivamente peligrosas. La pérdida de reclutas se mantuvo alta en todo este período, provocando en dos ocasiones el enfrentamiento entre el Senescal y el Centro Gubernamental Imperial del Sistema.


Por si fuera poco, precisamente en aquellos tiempos de recuperación, y posiblemente debido a ello, se

CdT

Un Custodio del Tridente

sucedieron ataques xenos al planeta “natal” del Capítulo, Nusci, que provocaron luchas encarnizadas en las que los Tridentes mostraron un nuevo aspecto de su carácter: la "Letania Oscura”.


Durante uno de los ataques a su Monasterio Capitular los Triedentes de la Tercera, la única Compañía que había quedado en el recinto en aquél momento, junto a los servidores del Capítulo, mantuvieron empecinadamente una defensa que parecía a todas luces perdida. Durante tres días y sus noches repelieron el ataque de la fuerza enemiga, que los superaba en diez a uno hacia el final del enfrentamiento. Abrumados los defensores, en lo que parecía el último acto de sus vidas y con la resignación en sus corazones por la inminente caída de su Monasterio (y por ende la vida del Capítulo), comenzaron a entonar un cántico lúgubre mientras afianzaban los pies en el suelo enlosado de su “casa”. Conforme la fila de Hermanos iba “recogiendo” el lamento la letanía cobraba fuerza y cada marine se convertía en un muro inamovible que se encumbraba sobre sus enemigos con fuerzas renovadas.

Cuando el Senescal consiguió acudir con buena parte del Capítulo en ayuda de la Tercera, aún quedaban cuatro Tridentes en pie rodeados por los cadáveres de camaradas y enemigos. Entonaban la lúgubre letanía con estoicismo, permaneciendo en pie guardando la entrada de la Fortaleza-Monasterio. Ningún enemigo había traspasado aquellas puertas, pero el coste había sido excesivo.

La Fortaleza-Monasterio había sufrido daños, y de nuevo una Compañía al completo se había perdido. Los ataques xenos seguían ocurriendo, y hubo un momento en el que la tasa de pérdidas en vidas era demasiado alta, tanto que se temió que el Capítulo fuese destruido, que desaparecería en el olvido.

Pero los Tridentes no se amilanaron, acudieron a todas aquellas batallas en las que fueron necesarios, soportando las bajas con valor y resignación. La “letanía sombría” inundó los devastados campos de Nusci una y otra vez.

Fuentes[]

Escrito por SOGAD

laespadadesogad.blogspot

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