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Las Logias Guerreras (o Logias, a secas) eran cerradas fraternidades de guerreros que existían fuera de la estructura formal de las Legiones de Marines Espaciales. Las Logias Guerreras se extendieron y arraigaron dentro de muchas de las Legiones que acabaron traicionando, a finales de la Gran Cruzada y a instancias del Primarca Horus tras su corrupción por parte del Caos, al Imperio de la Humanidad. Dichas Logias interpretaron un papel capital en la división y posterior corrupción de las Legiones bajo el mando de Horus, lo que provocó el estallido de la Herejía de Horus.
Historia[]
Unos sesenta años estándar antes de la guerra con el Interex y el inicio de los acontecimientos que desembocarían en la Herejía de Horus, la XVI Legión, ya conocida para entonces como los Lobos Lunares, colaboraron con la XVII Legión, conocida por aquel entonces como los Heraldos Imperiales pero que en el futuro recibiría el nombre de los Portadores de la Palabra, participando en una operación conjunta para subyugar y obligar al acatamiento del Dominio Imperial al Mundo Salvaje de Davin, codificado en los anales imperiales como Sesenta y Tres-Ocho. Davin era un lugar de gran salvajismo, dominado por una feroz y poderosa sociedad de guerreros, cuya salvaje nobleza había hecho que se ganaran el respeto de los Astartes enviados para pacificar sus sangrientos y furiosos enfrentamientos. Los guerreros davinitas controlaban su mundo a través de una compleja estructura de logias guerreras, sociedades y cultos cuasi-religiosos centrados en la veneración a varios depredadores locales como animales "tótem". Debido a la admiración que los fieros davinitas despertaron en las Legiones, fue inevitable que los Marines Espaciales acabaran adoptando sus costumbres. Por osmosis cultural, las prácticas de las logias fueron absorbidas, emuladas y modificadas en secreto por las Legiones XVI y XVII para adaptarlas a sus propias culturas internas de las respectivas Legiones. Y no pasó demasiado tiempo antes de que logias similares aparecieran en las demás Legiones, formando hermandades estrechas entre los guerreros de élite.
A través de su historia, los guerreros habían buscado la hermandad con los suyos. Las logias guerreras, teóricamente, buscaban promover la hermandad entre las diversas jerarquías de mando de las Legiones de Marines Espaciales, sin tener en cuenta los rangos o la posición de sus miembros. Las logias tenían la intención de servir como una especie de lazo interior, una estructura de lealtad que funcionara de forma perpendicular a la cadena de mando oficial de cada Legión. Los eruditos imperiales creen hoy en día que la influencia del Primarca Lorgar y sus Portadores de la Palabra jugó un papel clave en la proliferación de las logias entre las diversas Legiones que decidieron adoptar tal práctica, extendiéndose como un lento contagio y convirtiéndose con el tiempo en un cáncer que creció en el corazón de los mejores guerreros del Imperio.
Oficialmente, no existían ni sociedades secretas ni ninguna otra clase de fraternidad dentro de las Legiones Astartes, aunque según el Capitán Serghar Targost, el Señor de la Logia de los Lobos Lunares, dichas fraternidades habían existido dentro de las diferentes Legiones durante milenios, desde las Guerras de Unificación.
Era sabido por todos que el Emperador desaprobaba tales instituciones, ya que consideraba que eran peligrosamente similares a los cultos que habían sido proscritos tras la adopción de la Verdad Imperial, hallándose solo a un paso del culto ilegal conocido como el Lectio Divinitatus, que apoyaba la idea de que el Emperador era el único y verdadero Dios de la Humanidad. El Emperador negaba abierta y públicamente su supuesta divinidad, prohibiendo toda clase de adoración religiosa en el Imperio, exigiendo que sus súbditos aceptaran la Verdad Imperial, que promulgaba que la ciencia, la razón y la lógica eran las herramientas necesarias y exigidas para crear un mejor futuro para la Humanidad.
Había muchos miembros en las Legiones de Marines Espaciales, especialmente entre aquellos Astartes de origen terrano, que se oponían abiertamente a la práctica de las logias, ya que para ellos era algo equivocado el mantener dichos cultos en secreto para todos los demás miembros de la Legión, acción que en sí misma constituía una clase de engaño y que sabían perfectamente que dicha costumbre no era permitida por el Emperador. Muchos de los oficiales Marines Espaciales más conservadores, como Garviel Loken, de los Lobos Lunares, y Nathaniel Garro, de la Guardia de la Muerte, desaprobaban dichas actividades clandestinas y negaron en público ante sus hermanos Astartes querer tener nada que ver con las logias. Los amigos de Loken, los Capitanes Tarik Torgaddon y Horus Aximand defendieron la necesidad de pertenecer a las logias, ya que consideraban que incluso los sobrehumanos Astartes necesitaban un lugar en el que hablar con libertad y sentir el aprecio de sus hermanos, sin tener en cuenta los rangos o la afiliación a otras unidades. Tras asistir a una de las reuniones de la logia, Loken quedó algo apaciguado, aunque siguió desconfiando ya que las logias eran, ante todo y por definición, una institución secreta, y el secreto era anatema para una organización militar.
En los últimos días de la Gran Cruzada, durante un enfrentamiento contra los no muertos engendrados por el Caos de la luna de Davin, cuyo Gobernador Planetario, Eugan Temba, había sido corrompido por el Dios del Caos Nurgle, Horus fue envenenado por una hoja xenos bendecida por Nurgle conocida como el Anatham Kinebrach. El arma había sido robada por parte del Primer Capellán Erebus, de los Portadores de la Palabra, de manos de la civilización humana conocida como el Interex después de que Horus y los Lobos Lunares de la 63ª Flota Expedicionaria establecieran un desastroso primer contacto con ellos. En el transcurso de la batalla con Temba, el poderoso metal viviente de la espada del Caos, empuñado por la monstruosidad infestada de enfermedades, provocó a Horus una sangrante herida tóxica en el hombro que los Apotecarios de su Legión no pudieron curar a pesar de la avanzada tecnología que tenían a su disposición. Viendo en ello una oportunidad para dar mayor alcance a los oscuros designios de los Poderes Ruinosos, Erebus persuadió a la logia guerrera de los Lobos Lunares de que permitieran que un grupo de chamanes davinitas del Templo de la Logia de la Serpiente, todos ellos Cultistas del Caos, intentaran sanarle. Los Lobos Lunares, abrumados por el dolor y por el miedo de que su querido Primarca pudiera morir, estuvieron de acuerdo con la sugerencia, a pesar de ser una violación directa del credo de la Verdad Imperial.
Fue en Davin en donde todo se puso en marcha, en donde se inició el movimiento que desembocaría en la corrupción de Horus y de sus Lobos Lunares, plantando las semillas de la monstruosa traición que se produjo a continuación. Horus cayó y luego se alzó, sanado por los arcanos poderes de las brujas davinitas después de Horus pactara con la Disformidad traicionar a su padre, el Emperador, a cambio del dominio sobre la Galaxia, que le sería entregada por su servicio al Caos. A partir del día de la resurrección de Horus, este tomó la benigna y abierta naturaleza de la logia guerrera de los Lobos Lunares y la adaptó poco a poco para que cumpliera con sus fines, empleándola como un instrumento de corrupción con el que determinar cuáles de sus Astartes se unirían a su rebelión, y a quienes debería eliminar antes de que pudiera cumplir con su traición. Dentro de las logias guerreras de los Lobos Lunares y de las demás Legiones escogidas por Horus para que se unieran a su causa, oscuras sombras se abatieron sobre los corazones de aquellos guerreros que fueron una vez devotos y leales a los altos ideales del Imperio.
Tras la "milagrosa" resurrección de Horus, las logias guerreras se extendieron rápidamente entre las demás Legiones, especialmente dentro de aquellas que mantenían fuertes lazos con la XVI Legión, convirtiéndose en traidoras. Aunque dichas logias guerreras no veneraban a ningún dios ni a ningún principio oculto, el ritual y elementos de secretismo de las logias guerreras no encajaba con la despiadada racionalidad de la Verdad Imperial, por lo que pronto se plegaron a los propósitos de aquellos que buscaban extender el culto a las entidades de la Disformidad a través de las Legiones. Mal vistas, pero toleradas igualmente, las logias sobrevivieron y florecieron en los años previos a la corrupción de Horus. Muchas sobrevivieron en parte debido a que muchos oficiales dentro de las Legiones las consideraban relativamente inofensivas, y en parte debido a que de hecho promovieron la hermandad en las diversas Legiones, tanto dentro de las mismas como entre ellas. Dicho error de juicio tendría consecuencias funestas para toda la Humanidad.
Al final, las logias se convirtieron en el vehículo por el que la rebelión se extendió por las Legiones, empezando con el descontento con el Emperador por su abandono de la Cruzada y por las órdenes dadas por el recientemente formado Consejo de Terra. Para la Batalla de Istvaan III, las Legiones estaban claramente divididas entre aquellos oficiales y Marines que seguirían a Horus en su traición, y aquellos que no, lo que desembocó en la masacre de las fuerzas Leales en Istvaan III.
Organización[]
Por lo poco que saben los actuales eruditos imperiales, los miembros de las logias ignoraban en privado los rangos y honores. No existían rangos entre los miembros, excepto por los cargos y divisiones de la propia logia. Era bastante posible que un veterano Capitán Marine Espacial fuera considerado como un igual por un soldado bajo su mando. Por lo mismo, era igualmente posible que un Sargento fuera el Señor de la Logia, uno de sus acólitos fuera un Capitán de Compañía y que un Neófito fuera un veterano comandante de la logia. Esta subversión del orden de los rangos y la disciplina militar era posible debido a que las logias se envolvían en ritual y secretos. Los lugares de reunión de una logia eran cámaras secretas a las que solo se podía entrar a través de una única puerta protegida y guardada, que solo podrían atravesar aquellos que portaran los símbolos de hermandad y conocieran los santos y señas adecuados. Los miembros se reconocían entre sí mediante el uso de artefactos (como las monedas de la logia), marcas, gestos y frases en clave. Los simbolismos y los significados rituales rodeaban la iniciación a una logia. En algunas de las logias guerreras de las Legiones el potencial iniciado era cegado al vendársele los ojos, solo pudiendo volver a ver una vez la ceremonia estuviera completa. En otras logias debían beber de un cáliz de sangre, una copa de agua, y una copa de vino agrio. Algunas tenían rangos laberínticos a través de los cuales ascender, mientras que otras se ceñían a unos pocos.
Por ejemplo, dentro de la Legión de los Hijos del Emperador, la Hermandad del Fénix era una logia guerrera mucho más exclusiva que las existentes en otras muchas Legiones. Mientras los Hijos del Emperador luchaban junto a los Lobos Lunares poco después de la reaparición de su Primarca, Fulgrim, formaron fuertes lazos de amistad con los guerreros de Horus, y fue durante el periodo entre batallas cuando algunos charlatanes miembros de la XVI Legión hablaron con sus hermanos de la III Legión de la existencia de la logia guerrera. La logia de los Lobos Lunares, en teoría, estaba abierta a cualquier guerrero que deseara unirse, un lugar informal en el que debatir animadamente, en donde los rangos no contaban y un hombre podía hablar con completa libertad sin miedo a las represalias. Al final algunos Astartes de los Hijos del Emperador recibieron permiso para asistir a una de dichas reuniones, una agradable velada de honorable camaradería bajo el liderazgo titular del Señor de la Logia, Serghar Targost. Aunque muchos disfrutaron de la velada, a pesar de su naturaleza clandestina y teatral, algunos no se encontraron cómodos con la informalidad y la mezcla de rangos. Dentro de la tradicionalmente jerárquica Legión de los Hijos del Emperador, solo los oficiales pudieron unirse a la organización hermana que pronto fue creada en la III Legión. La Hermandad del Fénix acabó siendo el conducto a través del cual Fulgrim y los demás miembros de los Hijos del Emperador corrompidos por Slaanesh tomaron el control de la III Legión y se libraron de los elementos leales al Imperio durante la Atrocidad de Istvaan III.
41º Milenio[]
A finales del 41º Milenio, diez mil años estándar después del final de la Herejía de Horus, la formación de hermandades secretas entre guerreros autoproclamados "de élite" sigue siendo vista como una señal preocupante de corrupción por parte del Caos. El Comisario Ciaphas Cain tenía por costumbre adoctrinar sobre ello a sus pupilos en la Schola Progenium, permitiéndoles identificar, y con un poco de suerte neutralizar, la aparición potencial de unidades traidoras de la Guardia Imperial.
Logias Astartes conocidas[]
- Hermandad del Fénix - La Hermandad del Fénix era una fraternidad que existió dentro de la Legión de los Hijos del Emperador y que, al contrario que el resto de las logias guerreras, estaba estrictamente compuesta por los oficiales veteranos de la III Legión.
- Dodekatheon - El Dodekatheon era la orden masónica de la Legión de los Guerreros de Hierro, que ya se reunía a bordo de las naves estelares de los Guerreros de Hierro desde mucho antes de que el Primarca Perturabo se reuniera con sus hijos genéticos. Era un lugar de reunión para guerreros y constructores, en donde se desvelaban nuevos diseños estructurales, se recreaban antiguas batallas y se hacían públicos nuevos teoremas bélicos. Todos y cada uno de los gurreros de la IV Legión eran bienvenidos a dichas reuniones, aunque en la práctica solo aquellos con el suficiente rango tenían la oportunidad de asistir a los cónclaves de la logia.
Curiosidades[]
- Las logias que existieron previo a las guerras de independencia sudamericanas eran organizaciones que se dedicaron exclusivamente a derrocar al gobierno español imperante en la época. Probablemente, las logias de Warhammer 40.000 se hayan basado en las logias sudamericanas dado que ambos finalmente, de una forma u otra, lograron su cometido de iniciar una guerra.
Fuentes[]
- Visiones de la Herejía.
- The Horus Heresy I.
- Horus, Señor de la Guerra, por Dan Abnett.
- La Huida de la Eisenstein, por James Swallow.
- Fulgrim, por Graham McNeill.
- Los Primarcas-El Reflejo Roto, por Graham McNeill.
- La Última Defensa de Cain, por Sandy Mitchell.
- Angel Exterminatus, por Graham McNeill.