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Estandarte Legio Praesagius

Estandarte de la Legio Presagius.

La Legio Praesagius, también conocida por su cognomen de Los Auténticos Mensajeros, es una Legión Titánica de la Collegia Titanica. La Legio es conocida principalmente por su condición de venerable, estando entre las más antiguas de la Collegia Titanica en la actualidad. La mayoría de las unidades que participaron en la Gran Cruzada habían sobrevivido a los terrores de la Era de los Conflictos, y sólo unas pocas unidades nuevas fueron comisionadas desde su reunificación con el Imperio. Los auténticos mensajeros son antiguos aliados de la Legión de los Ultramarines, con quienes han luchado en multitud de ocasiones. Esto condujo naturalmente a su nominación junto a la XIII Legión en la gran concentración en Calth, por orden de Horus. Esto los colocó en una posición vulnerable cuando la Legión de los Portadores de la Palabra y la Legio Suturvora hicieron el primer disparo de la Batalla de Calth. Después de Calth, sólo una docena de titanes, siendo tres de ellos datados de su fundación, fue todo lo que quedaba de la otrora orgullosa Legio Praesagius. Se necesitarían muchas décadas para reconstruir a los Auténticos Mensajeros y hacerles una Legio mínimamente viable.

Historia

Esquema de colores Legio Praesagius

Como una de las muchas Legiones titánicas fundadas para servir como la vanguardia de la Gran Cruzada cuando esta salió del Sistema Sol, los gigantescos ingenios de la Legio Praesagius llevaban las cicatrices de más de dos siglos de guerra sobre las arenas rojas de Marte. Reconocidos por el fervor con que la Legio aceptó la doctrina de la Verdad Imperial, y refrendado por muchos de los que lucharon en la Gran Cruzada junto a ella, los titanes de la Legio Praesagius, adornados con toda la belleza secular de la gran visión del Emperador, siguieron siendo su símbolo más perdurable. En contraste con muchas de sus hermanas, la Legio Praesagius también obtuvo grandes elogios tanto del Officio Militaris como de aquellos con quienes luchó por la aplicación precisa de su potencia de fuego, lo cual se convirtió en su distintivo en batalla. Los Auténticos Mensajeros no entregaban cadáveres quemados y mundos destruidos al Imperio, sino lugares funcionales, listos para contribuir al gran sueño al que ahora servían. Por ello fueron considerados por muchos superiores a otros de su clase, que sólo conocían la destrucción total de aquellos a quienes venían a conquistar. Juramentados al servicio del Emperador como avatares de su justicia y del compromiso del Mechanicum con la Gran Cruzada, la Legio Praesagius siempre ha llevado una carga mucho más grande que cualquier otra Legio. Donde otras servían simplemente como proveedores de destrucción, asesinos de ciudades y devoradores de mundos, la Legio Praesagius mantuvo sus altos estándares. La simple destrucción no era sino una faceta, y para muchos dentro de la Legio la menos deseable: su tarea no era destruir a la Humanidad, sino unirla en un Imperio.

Con este fin, los guerreros de la Legio Praesagius buscaron con sus acciones, conducta y presencia liderar el futuro del Imperio. En la guerra lucharon como guerreros honorables, siguiendo un código que prohibía el despliegue indiscriminado de artillería en áreas pobladas y alentaba una tradición de duelos con los ingenios de guerra enemigos, similares a titanes, y combates precisos a largo alcance. En la paz personificaron los logros tecnológicos y la pompa del Imperio que se estaba forjando entre las estrellas, sirviendo de puntos de reunión para aquellos que se comprometían con el futuro imaginado por el Emperador. Fue en Tentrion, una de las primeras campañas de la Gran Cruzada fuera del Sistema Sol, donde la Legio obtendría su más famosa victoria. Planeta de ciudades inmensas, manufactorias de una escala ciclópea y reliquia de los días de la Era Oscura de la Tecnología, Tentrion era un punto de apoyo vital para las fuerzas de la Gran Cruzada, cercana a diversos sistemas del núcleo galáctico y lo suficientemente próspera como para abastecer a las flotas en constante crecimiento del Emperador con soldados, municiones y máquinas de guerra, en lugar de confiar en los lejanos Marte y Terra.

Sin embargo, Tentrion no estaba dispuesto a abandonar sus propios sueños de hegemonía y se opuso a las fuerzas del Emperador, rechazando todos los intentos de diplomacia. Muchos de los consejeros del Emperador argumentaron a favor de la destrucción total de Tentrion, a pesar de su valor potencial, considerando que cualquier asedio al planeta sería prácticamente imposible de ganar sin unas bajas impensables y décadas de tiempo que la Gran Cruzada no podía permitirse. Así, los vastos ejércitos de Terra y Marte fueron desatados sobre Tentrion, sólo para ser respondidos por levas masivas y plataformas de armas autónomas del Pontifex de Tentrion. Parecía que las ciudades de este mundo serían reducidas a polvo en una guerra en la que ninguno de los lados retrocedería, dejando cenizas al vencedor.

Con órdenes de quebrar a los ejércitos de Tentrion, se esperaba que la Legio Praesagius arrasase las ciudades del planeta y matara a los soldados enviados contra ellos, acobardándolos con la pura fuerza destructiva de sus titanes. En cambio, el primer gran maestro de la Legio Praesagius, Bohemond de Viejo Thyre y los otros titanes de su manípulo llegaron a tierra solos, lejos de las ciudades, y desafiaron a los mejores análogos de Tentrion a que les batiesen. Después de cinco días de duelos titánicos contra las plataformas de armas del Pontifex de Tentrion, la Legio Praesagius estableció la supremacía del Imperio en el campo de batalla y demostró sus nobles intenciones, aunque Bohemond perecería tiempo después por las heridas recibidas en la confrontación final.

Con el orgullo de sus ejércitos roto pero su población ilesa, las vastas ciudades de Tentrion se unieron al reino del Emperador como sujetos complacientes. Las acciones de la Legio en una zona de guerra donde otros habían pedido la aniquilación de Tentrion para evitar un asedio que no podían fueron recompensadas con las alabanzas del propio Emperador. La historia registra las palabras que pronunció en las celebraciones de la victoria, refiriéndose a la Legio Praesagius como “los más auténticos mensajeros de su gran intención”, un título que adoptaron para el resto de su servicio.

A esta le siguieron otras batallas, más duras, en las cuales los Auténticos Mensajeros fueron asignados a la vanguardia de cierto número de Flotas Expedicionarias, luchando a menudo junto a los Portadores de la Palabra y los Ultramarines. En muchas campañas se encontraron inmersos en batallas que otros habían bautizado como imposibles, llamados a defender a los ejércitos de la Gran Cruzada y reforzar el estado de ánimo. En medio de las nubes de polvo aullante de Akeron Cards y las imponentes ciudades de Benthur, la Legio luchó con un orgullo estoico y devoción total a la causa del incipiente Imperio, pagando un alto precio en sangre y titanes, su alma.

En otros mundos, donde la verdadera victoria requería que el objetivo, fuese una ciudad o un mundo entero, fuera capturado con mínimos daños, la renombrada habilidad de los Moderatii de los Auténticos Mensajeros y la disciplina de sus Princeps aseguraron una y otra vez que el Imperio conquistase mundos-factoría vitales casi intactos, un objetivo crucial para que sus flotas cada vez más lejanas siguieran siendo suministradas sin interrupción. Su éxito despertó inevitablemente la envidia de otras Legios, aquellas que poseían una fama más oscura o un registro de victorias menor. Estas Legios veían las recompensas cosechadas por los Auténticos Mensajeros como lo que consideraban la elección de un cobarde para evitar las realidades de la guerra, desarrollando un hambre por reclamar estos elogios inmerecidos para ellos mismos.

Sus rivales más prominentes eran la Legio Suturvora y la Legio Mortis, ambas con una posición intachable, pero cuyos registros de batalla estaban manchados con rumores de masacres injustificadas y un inquietante gusto por la destrucción. Mediante los auspicios de estas Legios y de los magos en Marte y más allá que defendían su causa, la Legio Praesagius se encontró cada vez más y más lanzada a la vanguardia de los conflictos más brutales de la Gran Cruzada con poco apoyo. Aunque los Auténticos Mensajeros salían victoriosos una y otra vez, el precio por ello era terrible.

Para comienzos del 31er Milenio, los Auténticos Mensajeros habían quedado paralizados por el incesante ritmo de despliegues, reducidos a un tercio de su fuerza original por las bajas y con muchos de sus titanes supervivientes incapacitados. Aunque la reputación de la Legio permaneciera intacta, ya no podía permitirse permanecer en la punta de la lanza de hombres y máquinas que era la Gran Cruzada. En reconocimiento al servicio de la Legio y deseoso de sumarse a las defensas de su recién establecido reino, Roboute Guilliman, Primarca de los Ultramarines, prevaleció sobre los magos del recién fundado Mundo Forja de Gantz para ofrecer un nuevo hogar a la Legio Praesagius.

Durante siete años, la mayor parte de la Legio Praesagius debió permanecer en Gantz, tanto como una fuerza centinela para proteger las forjas en expansión como para reconstruir y reparar sus unidades. Sin embargo, los Auténticos Mensajeros no permanecieron inactivos en este tiempo, ya que Ultramar seguía siendo un reino fronterizo, siempre listo para atacar y expandir aún más sus fronteras. A pesar de que aún no podían reunir toda su fuerza, fue raro ver un grupo de ataque de los Ultramarines dejando Ultramar sin al menos un manípulo de los Auténticos Mensajeros como apoyo, y muchos mundos del reino de Guilliman albergaron fuerzas del tamaños de una demi-Legio durante épocas de crisis. Los planetas Magniat y Orizus fueron anexionados a Ultramar con las puntas de los cañones de la Legio Praesagius y las migraciones de Hrud que amenazaron a Prandium en el 005.M31 fueron rechazadas principalmente por los esfuerzos de sus titanes y tripulaciones veteranos.

A mediados del 006.M31, la Legio Praesagius volvía a estar a pleno rendimiento, completamente establecida como guardianes de las prósperas forjas de Gantz y reconocidos en Ultramar por su valor. Con la noticia del llamamiento de Horus, el nuevo Señor de la Guerra para un despliegue masivo del Imperio para contrarrestar la creciente amenaza orka en Ghaslakh, los Auténticos Mensajeros se reunieron para su primer despliegue total desde su llegada a Ultramar y partieron hacia Calth.

Campañas notables

Fuerza material

Vástagos de la venerable Legio Gryphonicus, entre los más grandes guerreros de las Legiones Titánicas de Marte, la Legio Praesagius fue creada no como guardián de algún bastión lejano del Mechanicum, sino para entablar las batallas de la Gran Cruzada. Como tal, fueron provistos en su fundación con un gran complemento de titanes pesados, de las clases Warlord, Carnivore y Mirage, los cuales soportarían los fuegos de la batalla.

En estos primeros días de su existencia, la Legio Praesagius fue clasificada como una Legio de grado primaris, la cual comprendía más de 300 unidades de varias clases e incluyendo titanes de clase Emperador, Warmonger y Némesis entre sus filas. Después de las últimas batallas cataclísmicas dentro de los confines del Sistema Sol, la legio raramente fue reunida en su totalidad, ya que pocos conflictos requerirían tal fuerza para cualquier fin que no fuese la destrucción total, una tarea para la cual los Auténticos Mensajeros mostraron poco entusiasmo. En cambio, la Legio fue organizada en demi-Legios y desplegadas a cierto número de flotas de la cruzada, luchando en acciones a todo lo largo y ancho del naciente Imperio.

Su continuo despliegue en grupos de batalla fomentó una doctrina de mando disperso e iniciativa individual entre los varios princeps de la Legio. Muchos de los veteranos de los Auténticos Mensajeros eran llamados para hacerse cargo de los destacamentos de sus hermanos mientras luchaban junto a otras armas de la vasta maquinaria de guerra imperial, desarrollando sus propios estilos de mando, así como la confianza y la experiencia necesarias para reunir rápida y eficientemente tales fuerzas bajo fuego enemigo pesado.

En muchas ocasiones este estilo de liderazgo, contrario a modelos más estratificados y dictatoriales empleados por muchos de sus hermanos, fue la piedra angular de un gran número de victorias de la Legio Praesagius. Durante los combates en Akeron Carcis, donde el fuego Eldar había cortado en dos al titán al mando de la fuerza de la Legio Praesagius, no hubo una retirada sumida en el pánico, ni siquiera un interludio de confusión. El mando fue tomado de inmediato por el princeps Trieste del Pegaso Áureo, un veterano muy respetado por sus compañeros, y cuando las fantasmales máquinas de guerra Eldar avanzaron para rematar a lo que esperaban fuese un enemigo desmoralizado y roto, los Auténticos Mensajeros se lanzaron hacia adelante, clamando venganza contra los xenos por sus pérdidas.

Durante estas batallas, los princeps y moderatii de la Legio mostraron una clara preferencia por el armamento de precisión. La destrucción indiscriminada causada por armas tales como los Misiles de Vacío, los Cañones Lanzallamas clase Titán o los Megabólter Vulcan era evitada como algo perezoso y para nada acorde con los avatares del sueño del Emperador de una humanidad unida. En cambio, los Auténticos Mensajeros se basaron en la precisión de los Turboláseres y Cañones Volcano, armas que personificaban sus preferencias por los duelos a largo alcance en el campo de batalla. A medida que la Gran Cruzada progresaba y los combates se hacían cada vez más feroces, algunos de los guerreros más famosos de la Legio se destacaron por sus proezas con sus Puños-sierra y Guanteletes de Combate, habilidades ante las que algunos entre la vieja guardia fruncían el ceño.

Estas preferencias en cuanto armamento y tácticas dejó a la Legio en desventaja frente a hordas de infantería debidamente equipadas, lo cual fue visto por algunos como una debilidad, lo que llevó a algunas de las Legios más sanguinarias a burlarse del hecho de que en varias ocasiones los Auténticos Mensajeros se retiraron del campo de batalla frente a un número abrumador de infantería enemiga, aunque los guerreros de la Legio Praesagius siempre han sostenido que tales acciones servían para evitar la matanza al por mayor de soldados que más tarde podrían convertirse en aliados.

En su lugar, los Auténticos Mensajeros confiaron en el apoyo del Excertus Imperialis y de las cohortes de Mechanicum para lidiar con tales enemigos, cuyas unidades adscritas estaban entre las más hábiles en el apoyo cercano a las acciones de la infantería. Muchos regimientos del ejército imperial alababan la exactitud de los ataques de los Auténticos Mensajeros y la devoción de sus princeps a la infantería que luchaba a su lado. En los últimos años de la Gran Cruzada, después de que la Legio se estableciese en Gantz, sus fuerzas habían disminuido tanto que sólo podía reunir menos de cien unidades operativas. Estas eran casi exclusivamente de las clases de Warlord o Reaver, con sólo unas pocas de la clase Emperador y Warhound, pero sus tripulaciones eran veteranos, sazonados por los fuegos de las guerras de la Gran Cruzada. De hecho, la Legio tenía más tripulaciones que titanes operativos en el momento de su llegada a Gantz.

Algunos entre los Auténticos Mensajeros temían que el "premio" que les habían otorgado como los nuevos guardianes del Mundo Forja de Gantz pudiera ser el lazo de muerte de la Legio Praesagius de antaño, destruyendo sistemáticamente las viejas tradiciones y la lenta reconstrucción de sus fuerzas. Estos temores se demostraron infundados, ya que la Legio Praesagius debía permanecer activa como un componente vital en las guerras de Guilliman para expandir Ultramar.

Los magos de Gantz reconstruirían lentamente la Legio hasta que, en el momento de la llamada a las armas en Calth, los Auténticos Mensajeros fueron clasificados como una Legio de categoría secundus, con 112 Titanes de varias clases listos para la Cruzada Ghaslakh. A diferencia de la antigua Legio Praesagius, esta fuerza era más variada en su composición, con muchos titanes Warhound y Reaver frabricados al estilo de los magos de Gantz caminando junto a los antiguos Warlord y los últimos titanes clase Emperador. El grupo de batalla para la Cruzada Ghaslakh y que dejó Gantz en el 007.M31 era en ese momento la mayoría de la Legio. Sólo un puñado de unidades permanecieron en Gantz para la defensa de las forjas que ardían en el corazón de ese mundo, principalmente aquellas que requerían más reparaciones o cuya construcción y consagración aún no había sido completada.

Tras la Batalla de Calth, estas pocas máquinas, una docena, con sólo tres de ellas datadas de su fundación, fueron todo lo que quedaba de la Legio Praesagius.

Titanes notables

  • Immortalis Domitor (Titán clase Warmonger): Unidad del Princeps Maximus de la Legio.
  • Evocatus (Titán clase Warlord): Unidad clase Warlord, equipada con dos cañones gatling gemelos montados en su caparazón. Evocatus demostraría ser una excelente herramienta de destrucción contra formaciones de infantería enemiga que trataban de esconderse en los edificios destruidos de Ithraca. Lamentablemente, Evocatus perecería allí debido al fuego de largo alcance del Titán clase de Nemesis Revoka, de la Legio Suturvora.
  • Gyrfalcon (Titán clase Reaver): Titán clase Reaver presente en la Batalla de Ithraca.
  • Inculcador (Titán clase Reaver): Titán clase Reaver presente en la Batalla de Ithraca.
  • Vigilante (Titán clase Reaver): En el momento de la batalla por la Colmena Ithraca, donde la Legio Praesagius se enfrentó a los traidores de la Legio Infernus, Invigilator había sido recientemente comisionado, siendo la única unidad recién construida del Grupo de Batalla Argentus, mientras que sus compañeros precedían al lanzamiento de la Gran Cruzada. Invigilator era el titán de mando del Princeps Senioris Mikal, quien destacaría en la lucha por la ciudad con las muertes confirmadas de Revoka y Denola, de la Legio Infernus.
  • Kaskardus Killstroke (Titán clase Reaver): Titán clase Reaver presente en la Batalla de Ithraca.
  • Suilis Vestra (Titán clase Reaver): Titán clase Reaver comandado por el princeps Owaine Breulin. Suilis Vestra sirvió como el titán de mando del Manípulo de Guerra Honouris. Luchando junto a un par de Warhounds, El Corcel Argenteo y Misericorde, su papel fue ir a la estela de los titanes más pesados de la Legio, reduciendo las formaciones enemigas designadas como amenazas secundarias por los Warlord y Emperador, así como liquidar a sus análogos.
  • Nube Ardiente (Titán clase Reaver).
  • Corredor de la Muerte (Titán clase Warhound): Titán clase Warhound, equipado con dos Megabólteres, presente en la Batalla de Ithraca.
  • Lobo de Fuego (Titán clase Warhound): Titán clase Warhound, presente en la Batalla de Ithraca.
  • Licardio (Titán clase Warhound): Titán clase Warhound, presente en la Batalla de Ithraca.
  • Victorix (Titán clase Warhound): Titán clase Warhound, presente en la Batalla de Ithraca.

Los Muertos Gloriosos

Los titanes caídos de la Legio Praesagius, conocidos en los anales de la Collegia Titanica como los Nueve Paragones de Ithraca:

  • El Pegaso Áureo.
  • Sabris Regnum.
  • Plutarchos.
  • El León de Marte.
  • La Espina Plateada.
  • Rayo de la Razón.
  • La Voluntad de Adamant.
  • El Triunfo de Accatran.
  • Despertar de Chrysaor.

Personajes notables

  • Princeps Senioris Mikal: El estimado y endurecido Princeps Senioris era el líder del Grupo de Batalla Argentum en la Batalla de Ithraca. A las órdenes de su Reaver personal, Invigilator, conduciría la retirada de su unidad y escaparía con éxito de la emboscada en los campos de aterrizaje de Ithraca. Asumiendo la muerte de su Princeps Maximus, Mikal tomaría el mando de los titanes restantes y buscaría refugio en la ciudad de Ithraca para resistir mejor el avance de los titanes traidores. Al oír hablar de la supervivencia de su Princeps, Mikal formuló rápidamente un plan para contener a los Señores de Fuego el tiempo suficiente para que Immortalis Domitor entrase en batalla.
  • Princeps Owaine Breulin: Princeps del Titán clase Reaver Suilis Vestra, comandó el Manípulo de Guerra Honouris. En Ithraca, el Manípulo de Guerra Honouris fue obligado a presentar batalla en primera línea, dando un temible relato de su destreza de combate en los estrechos confines de Ciudad Ithraca, alegando cuatro bajas enemigas antes de que su última unidad, el Misericorde, dejara de transmitir.
  • Princeps Trieste: Princeps del Titán clase Reaver Pegaso Áureo.
  • Moderati Skallan Lockhandt: Moderati del Princeps Senioris Mikal a bordo del Invigilator.

Apariencia

Colores

Tal vez como un signo visible de la larga alianza entre los Ultramarines y la Legio, el esquema de colores de los Auténticos Mensajeros son el azul, blanco y oro.

Estandarte

La iconografía de la Legio Praesagus es un pegaso dorado, el mítico caballo alado, rampante delante de un estallido de rayos azules sobre en un campo de blanco.

Fuentes

Extraído y traducido de Wikihammer 40K UK.

  • The Horus Heresy V.
  • Honrar a los Muertos, relato de Gav Thorpe.
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