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Estandarte Legio Praesagius

Estandarte de la Legio Presagius.

"No puede haber mayor odio que el reservado a los traidores de tu propia especie. Son como nosotros, excepto en todos los aspectos importantes."

Princeps Ultima Dae Vergos, de la Legio Praesagius.

La Legio Praesagius, también conocida por su cognomen de Los Auténticos Mensajeros, es una Legión Titánica de la Collegia Titanica. La Legio es conocida principalmente por su condición de venerable, estando entre las más antiguas de la Collegia Titanica en la actualidad. La mayoría de las unidades que participaron en la Gran Cruzada habían sobrevivido a los terrores de la Era de los Conflictos, y sólo unas pocas unidades nuevas fueron comisionadas desde su reunificación con el Imperio. Los auténticos mensajeros son antiguos aliados de la Legión de los Ultramarines, con quienes han luchado en multitud de ocasiones. Esto condujo naturalmente a su nominación junto a la XIII Legión en la gran concentración en Calth, por orden de Horus. Esto los colocó en una posición vulnerable cuando la Legión de los Portadores de la Palabra y la Legio Suturvora hicieron el primer disparo de la Batalla de Calth. Después de Calth, sólo una docena de titanes, siendo tres de ellos datados de su fundación, fue todo lo que quedaba de la otrora orgullosa Legio Praesagius. Se necesitarían muchas décadas para reconstruir a los Auténticos Mensajeros y hacerles una Legio mínimamente viable.

Historia[]

Esquema de colores Legio Praesagius

Como una de las muchas Legiones titánicas fundadas para servir como la vanguardia de la Gran Cruzada cuando esta salió del Sistema Sol, los gigantescos ingenios de la Legio Praesagius llevaban las cicatrices de más de dos siglos de guerra sobre las arenas rojas de Marte. Reconocidos por el fervor con que la Legio aceptó la doctrina de la Verdad Imperial, y refrendado por muchos de los que lucharon en la Gran Cruzada junto a ella, los titanes de la Legio Praesagius, adornados con toda la belleza secular de la gran visión del Emperador, siguieron siendo su símbolo más perdurable. En contraste con muchas de sus hermanas, la Legio Praesagius también obtuvo grandes elogios tanto del Officio Militaris como de aquellos con quienes luchó por la aplicación precisa de su potencia de fuego, lo cual se convirtió en su distintivo en batalla. Los Auténticos Mensajeros no entregaban cadáveres quemados y mundos destruidos al Imperio, sino lugares funcionales, listos para contribuir al gran sueño al que ahora servían. Por ello fueron considerados por muchos superiores a otros de su clase, que sólo conocían la destrucción total de aquellos a quienes venían a conquistar. Juramentados al servicio del Emperador como avatares de su justicia y del compromiso del Mechanicum con la Gran Cruzada, la Legio Praesagius siempre ha llevado una carga mucho más grande que cualquier otra Legio. Donde otras servían simplemente como proveedores de destrucción, asesinos de ciudades y devoradores de mundos, la Legio Praesagius mantuvo sus altos estándares. La simple destrucción no era sino una faceta, y para muchos dentro de la Legio la menos deseable: su tarea no era destruir a la Humanidad, sino unirla en un Imperio.

Con este fin, los guerreros de la Legio Praesagius buscaron con sus acciones, conducta y presencia liderar el futuro del Imperio. En la guerra lucharon como guerreros honorables, siguiendo un código que prohibía el despliegue indiscriminado de artillería en áreas pobladas y alentaba una tradición de duelos con los ingenios de guerra enemigos, similares a titanes, y combates precisos a largo alcance. En la paz personificaron los logros tecnológicos y la pompa del Imperio que se estaba forjando entre las estrellas, sirviendo de puntos de reunión para aquellos que se comprometían con el futuro imaginado por el Emperador. Fue en Tentrion, una de las primeras campañas de la Gran Cruzada fuera del Sistema Sol, donde la Legio obtendría su más famosa victoria. Planeta de ciudades inmensas, manufactorias de una escala ciclópea y reliquia de los días de la Era Oscura de la Tecnología, Tentrion era un punto de apoyo vital para las fuerzas de la Gran Cruzada, cercana a diversos sistemas del núcleo galáctico y lo suficientemente próspera como para abastecer a las flotas en constante crecimiento del Emperador con soldados, municiones y máquinas de guerra, en lugar de confiar en los lejanos Marte y Terra.

Sin embargo, Tentrion no estaba dispuesto a abandonar sus propios sueños de hegemonía y se opuso a las fuerzas del Emperador, rechazando todos los intentos de diplomacia. Muchos de los consejeros del Emperador argumentaron a favor de la destrucción total de Tentrion, a pesar de su valor potencial, considerando que cualquier asedio al planeta sería prácticamente imposible de ganar sin unas bajas impensables y décadas de tiempo que la Gran Cruzada no podía permitirse. Así, los vastos ejércitos de Terra y Marte fueron desatados sobre Tentrion, sólo para ser respondidos por levas masivas y plataformas de armas autónomas del Pontifex de Tentrion. Parecía que las ciudades de este mundo serían reducidas a polvo en una guerra en la que ninguno de los lados retrocedería, dejando cenizas al vencedor.

Con órdenes de quebrar a los ejércitos de Tentrion, se esperaba que la Legio Praesagius arrasase las ciudades del planeta y matara a los soldados enviados contra ellos, acobardándolos con la pura fuerza destructiva de sus titanes. En cambio, el primer gran maestro de la Legio Praesagius, Bohemond de Viejo Thyre y los otros titanes de su manípulo llegaron a tierra solos, lejos de las ciudades, y desafiaron a los mejores análogos de Tentrion a que les batiesen. Después de cinco días de duelos titánicos contra las plataformas de armas del Pontifex de Tentrion, la Legio Praesagius estableció la supremacía del Imperio en el campo de batalla y demostró sus nobles intenciones, aunque Bohemond perecería tiempo después por las heridas recibidas en la confrontación final.

Con el orgullo de sus ejércitos roto pero su población ilesa, las vastas ciudades de Tentrion se unieron al reino del Emperador como sujetos complacientes. Las acciones de la Legio en una zona de guerra donde otros habían pedido la aniquilación de Tentrion para evitar un asedio que no podían fueron recompensadas con las alabanzas del propio Emperador. La historia registra las palabras que pronunció en las celebraciones de la victoria, refiriéndose a la Legio Praesagius como “los más auténticos mensajeros de su gran intención”, un título que adoptaron para el resto de su servicio.

A esta le siguieron otras batallas, más duras, en las cuales los Auténticos Mensajeros fueron asignados a la vanguardia de cierto número de Flotas Expedicionarias, luchando a menudo junto a los Portadores de la Palabra y los Ultramarines. En muchas campañas se encontraron inmersos en batallas que otros habían bautizado como imposibles, llamados a defender a los ejércitos de la Gran Cruzada y reforzar el estado de ánimo. En medio de las nubes de polvo aullante de Akeron Cards y las imponentes ciudades de Benthur, la Legio luchó con un orgullo estoico y devoción total a la causa del incipiente Imperio, pagando un alto precio en sangre y titanes, su alma.

En otros mundos, donde la verdadera victoria requería que el objetivo, fuese una ciudad o un mundo entero, fuera capturado con mínimos daños, la renombrada habilidad de los Moderatii de los Auténticos Mensajeros y la disciplina de sus Princeps aseguraron una y otra vez que el Imperio conquistase mundos-factoría vitales casi intactos, un objetivo crucial para que sus flotas cada vez más lejanas siguieran siendo suministradas sin interrupción. Su éxito despertó inevitablemente la envidia de otras Legios, aquellas que poseían una fama más oscura o un registro de victorias menor. Estas Legios veían las recompensas cosechadas por los Auténticos Mensajeros como lo que consideraban la elección de un cobarde para evitar las realidades de la guerra, desarrollando un hambre por reclamar estos elogios inmerecidos para ellos mismos.

Sus rivales más prominentes eran la Legio Suturvora y la Legio Mortis, ambas con una posición intachable, pero cuyos registros de batalla estaban manchados con rumores de masacres injustificadas y un inquietante gusto por la destrucción. Mediante los auspicios de estas Legios y de los magos en Marte y más allá que defendían su causa, la Legio Praesagius se encontró cada vez más y más lanzada a la vanguardia de los conflictos más brutales de la Gran Cruzada con poco apoyo. Aunque los Auténticos Mensajeros salían victoriosos una y otra vez, el precio por ello era terrible.

Para comienzos del 31er Milenio, los Auténticos Mensajeros habían quedado paralizados por el incesante ritmo de despliegues, reducidos a un tercio de su fuerza original por las bajas y con muchos de sus titanes supervivientes incapacitados. Aunque la reputación de la Legio permaneciera intacta, ya no podía permitirse permanecer en la punta de la lanza de hombres y máquinas que era la Gran Cruzada. En reconocimiento al servicio de la Legio y deseoso de sumarse a las defensas de su recién establecido reino, Roboute Guilliman, Primarca de los Ultramarines, prevaleció sobre los magos del recién fundado Mundo Forja de Gantz para ofrecer un nuevo hogar a la Legio Praesagius.

Durante siete años, la mayor parte de la Legio Praesagius debió permanecer en Gantz, tanto como una fuerza centinela para proteger las forjas en expansión como para reconstruir y reparar sus unidades. Sin embargo, los Auténticos Mensajeros no permanecieron inactivos en este tiempo, ya que Ultramar seguía siendo un reino fronterizo, siempre listo para atacar y expandir aún más sus fronteras. A pesar de que aún no podían reunir toda su fuerza, fue raro ver un grupo de ataque de los Ultramarines dejando Ultramar sin al menos un manípulo de los Auténticos Mensajeros como apoyo, y muchos mundos del reino de Guilliman albergaron fuerzas del tamaños de una demi-Legio durante épocas de crisis. Los planetas Magniat y Orizus fueron anexionados a Ultramar con las puntas de los cañones de la Legio Praesagius y las migraciones de Hrud que amenazaron a Prandium en el 005.M31 fueron rechazadas principalmente por los esfuerzos de sus titanes y tripulaciones veteranos.

A mediados del 006.M31, la Legio Praesagius volvía a estar a pleno rendimiento, completamente establecida como guardianes de las prósperas forjas de Gantz y reconocidos en Ultramar por su valor. Con la noticia del llamamiento de Horus, el nuevo Señor de la Guerra para un despliegue masivo del Imperio para contrarrestar la creciente amenaza orka en Ghaslakh, los Auténticos Mensajeros se reunieron para su primer despliegue total desde su llegada a Ultramar y partieron hacia Calth.

Campañas notables[]

Gran Cruzada y Herejía de Horus[]

  • Batalla de Calth (007.M31).
  • Cruzada de Hierro (008-010.M31):
    • Ruina de Bormina (ca. 008.M31) - Fue en este embite cuando la Legio Praesagius tuvo su primer combate desde la Batalla de Ithraca, en Calth. En las madrigueras empapadas de las macrojunglas, los leales se enfrentaron a las manadas de lobos de la Legio Audax, mejor adaptados al entorno. Aquí brilló la Casa Orhlacc, cuyos nobles llevaron la batalla a los Lobos de Ámbar hacia o desde lugares a los que ni siquiera los Warhound podían alcanzar.
    • Defensa de Tyros (ca. 008.M31) - Durante esta acción, un nuevo y terrible aliado de la Legio Praesagius entró en la refriega: los Titanes Psíquicos del Ordo Sinister. Como una aparición gigantesca de la muerte, Occedentalis-Eurytus sembró consternación y la ruina entre los titanes de la Legio Mordaxis y los Caballeros de la Casa Ærthegn. Con el apoyo de un puñado de caballeros y titanes leales, el titán psíquico infectó a los Caballeros Nobles y Titán princeps con visiones de desesperación y derrota. Con su red de voz mutilada y sus comandantes encarcelados por sus propias dudas, las fuerzas Traidoras se convierten en presa fácil de los Leales, que los expulsaron de las ciudades de Tyros y los cazaron por las vastas tierras baldías alcalinas del mundo.
    • Emboscada en Espandor (ca. 009.M31) - Reforzados por la victoria en Ulixis, Princeps Ultima Dae Vergos y sus aliados buscaron dividir y destruir a las fuerzas traidoras allí donde pudieran. Tras obtener datos de inteligencia fiables por parte de fuerzas exploradoras de marines que los traidores se concentraban para lanzar un asalto al mundo forestal de Espandor, el Princeps desplegó su estrategía para tenderles una emboscada. Espandor, como mundo de producción de alimentos vital dentro de los Quinientos Mundos, era un premio tentador para los traidores. Si bien su población era pequeña, por lo que no eran de valor para los Portadores de la Palabra, las fuerzas de Horus eran muy conscientes de que la destrucción de Espandor sería un golpe significativo para el Ejército Imperial y su capacidad bélica en la región. Las granjas de vapor y las agujas agrícolas dominaban un planeta en el que su clima se mantenía templado y tranquilo mediante cazadores de tormentas que dirigían los vientos y las nubes de Espandor. Esto significaba que más allá de las zonas tranquilas, el clima era una pesadilla de tormentas eléctricas masivas y bosques azotados constantemente por el viento y la lluvia. Fue aquí donde Vergos escondería sus fuerzas. Junto a un puñado de titanes de la Legio Praesagius y manípulos de la Legio Oberon, se encontraba el Titán Psíquico Occedentalis-Damysus. Tal y como lo habían hecho en Tyros, los leales esperaban sembrar el desorden y la confusión entre los invasores. El plan de Vergos era atraer a los traidores a la expansión agrícola de Boreaus, donde los números enemigos contaría poco en los confines de las torres de alimentación y los macrograneros. Con este fin, las defensas terrestres leales, la infantería y las fuerzas blindadas se concentraron en la expansión, la flota se retiró y el terreno alrededor de la expansión fue despejado para hacer de la ciudad un objetivo tentador. Cuando llegaron las flotas del Mechanicum Oscuro que transportaban a Infernus y Audax, sus naves eclipsaron las estrellas sobre Boreaus de tal forma que los Princeps leales se preguntaron si el elemento sorpresa sería suficiente para poner la batalla a su favor. Para gran frustración de Vergos, este se enteró de que Horgoth Nyr no estaba al mando de los titanes enemigos. Tesarius Orcan Rex, un líder tan despiadado como Nyr, lideraba a los Maestros del Fuego y confiado en su potencial bélico, entró en la trampa de Vergos sin pensarlo dos veces. Los confines de la expansión agrícola se convirtieron en cenizas cuando los traidores aterrizaron, enfrentados a defensas orbitales simbólicas que les cerraban el paso. El Warbringer Martillo Divino de Orcan condujo a los Maestros del Fuego a Boreaus, dispersando las Divisiones del Hogar Espandor ante ellos. La infantería cazadora de titanes y los tanques superpesados acecharon la expansión con la esperanza de frenar el avance de los titanes, pero contra un enemigo experimentado como Orcan fueron aniquilados uno por uno. Las fuerzas Secutarii y del Mechanicum Oscuro ocuparon las ruinas dejadas por los titanes, eliminando a los rezagados o supervivientes. Más allá del borde de la tormenta, en el interior de los alrededores de Boreaus, Dae Vergos y los leales esperaban. Solo el Titán Psíquico Occedentalis-Damysus avanzó sobre la ciudad, envuelto en un manto de energía psíquica. Confiado en su poder, Vergos se preparó para las oleadas de terror que estaba a punto de dirigir sobre el enemigo. Fue en este momento cuando Vergos se dio cuenta de que había subestimado a sus enemigos. El asalto psíquico del titán se encontró con un escudo igualmente poderoso, pues los Maestros del Fuego eran apoyados por unidades de psíquicos renegados. Y peor aún: el ataque había alertado a los traidores. Los Warlords y Warbringers comenzaron a intercambiar fuego en el límite de sus alcances, destrozando la ciudad entre ellos y prendiendo fuego a los bosques circundantes. Aislado y solo, Occedentalis-Damysus avanzó a zancadas para emplear con efectividad su armamento, solo para entrar en una emboscada de la Legio Audax. El cañón psíquico del titán tajó una herida estigia en las filas de Audax, destripando a dos Warhounds con su odioso toque, pero ya era demasiado tarde. Las Garras Ursus salieron disparadas, enredaron a Occedentalis-Damysus y le arrastraron por el suelo como un oso derribado por lobos hambrientos. Mientras tanto, los restantes titanes leales avanzaron desde el bosque para desplegarse en la ciudad, donde podrían protegerse. En medio del devastador fuego cruzado, los cazadores de tormentas que rodeaban Boreaus fueron machacas y docenas de ellas se derrumbaron en llamas. Sin estas, la tormenta se precipitó sobre la ciudad. En la penumbra, la lluvia y los relámpagos, los dos bandos se batieron como dioses de antaño luchando por el destino de la Humanidad. Las dos legios traidoras trataron de envolver el grupo de batalla de Vergos. Por el contrario, Vergos fue más cautelosa, y aunque su trampa había fallado, su determinación perduró gracias a la minuciosa planificación. Los Warhounds de la Legio Audax fueron los primeros en padecer su intelecto: un Manípulo Lupercal cargó directamente contra un campo de minas termales. La mitad de sus titanes cayeron y los restantes se retiraron cuando fueron sometidos al fuego de artillería sostenido de Medusas de la División Metropolitana de Espandor ocultos en las afueras de la ciudad. A todo lo largo de las ruinas de Boreaus aparecieron plataformas de armas y tanques cazatitanes como si fueran hongos. Aunque solo representaban una amenaza limitada para los traidores, le dieron a Vergos la oportunidad de atacar. El Orgullo de Konor irrumpió en las filas de los traidores, arrancando con su garra de energía la cabeza de un Reaver amigo incluso mientras su Cañón de Plasma modelo Furia Solar convertía un estandarte de Caballeros Questoris traidores en escoria fundida. Llena de furia Vergos se abrió camino hacia el Warbringer de Orcan, ignorando al resto. Demasiado tarde, Orcan vio su perdición acercándose a él y giró el cañón sobre su caparazón para descubrir que Vergos estaba demasiado cerca de él para usarlo de manera efectiva. Con una finalidad terrible, el Orgullo de Konor envolvió con su poderosa garra la cabeza del Martillo Divino... y apretó. Los gritos de Orcan se cortaron abruptamente cuando la cabeza del Warbringer explotó en una lluvia de chatarra. Agotada su rabia, Vergos se dio cuenta de que, a pesar de la muerte de Orcan, sus fuerzas seguían estando muy superadas. Los informes por vox desde la órbita indicaban que la flota leal estaba muy comprometida y solicitaba la retirada, a lo que Vergos tuvo que obedecer de mala gana. Mas alguien tendría que quedarse y cubrir la retirada, y para esta tarea la Legio Oberon dio un paso al frente. Sus titanes aceptaron su destino de buena gana para salvar a Dae Vergos y los Auténticos Mensajeros restantes. Para sus Princeps era una oportunidad para pagar una deuda contraída desde Ithraca. Mientras la nave de desembarco de la Legio Praesagius se dirigía a la órbita y su flota, la última comunicación desde la superficie fue de los manípulos de la Legio Oberon mientras cargaban: "¡Por Ithraca!"
    • Batalla de Drooth II (010.M31) - Esta batalla representó el enfrentamiento final entre las fuerzas traidoras de Horgoth Nyr y las leales de Dae Vergos, poniendo fin a la Cruzada de Hierro. Aunque los primeros habían logrado muchas victorias, Nyr y sus fuerzas estaban diezmadas y perseguidas. Su historial de conquistas y matanzas en Ultramar se veía empañado, a ojos de sus seguidores, por su incapacidad para erradicar todo rastro de la Legio Praesagius. A medida que Ultramar se recuperaba, Nyr supo que debía resolver la batalla entre Vergos y él mismo. Comprometidos a atraer a su enemigo, los traidores quemaron una docena de mundos para que Vergos siguiera el rastro. Reuniendo lo que quedaba de las unidades comprometidas con la Cruzada de Hierro, los leales zarparon hacia Drooth II y la batalla que les esperaba. Conocido por sus ardientes desiertos minerales parecidos a la arena, el planeta estaba ocupado en origen por una estación de investigación y un puesto de escucha, colocadas allí por los Ultramarines para vigilar el borde este de Ultramar. Este puesto de avanzada fue invadido por el Mechanicum Oscuro en cuanto la guerra envolvió a Ultramar y se convirtió en un manufactorum corrupto, capaz de producir armas infundidas con poderes extraídos del Immaterium. Fue aquí donde Nyr decidió oponerse a las fuerzas leales, consciente de que el velo entre dimensiones era delgado y en el caso de hallarse en dificultades, llamarían a las criaturas del otro lado. En preparación para la llegada de los leales, las defensas del puesto de avanzada fueron reforzadas, negando el desembarco directo desde la órbita. Vergos eligió sus zonas de aterrizaje en consecuencia, y la Legio Praesagius se posó en el desierto, a 600 kilómetros de las defensas traidoras y protegido por la curvatura del planeta. Desembarcos similares tuvieron lugar en todo el puesto de avanzada, en los que la Legio Lysanda y la Legio Oberon tomaron posición junto con varios Titanes Psíquicos de la Cámara Occedentalis. A una señal de Vergos, los ingenios caminaron y en todos los flancos del puesto de avanzada, docenas de titanes se batieron en brutales intercambios de disparos. Con una velocidad y fuerza antinaturales, los traidores cayeron sobre los leales, desgarrándolos como bestias salvajes. Pero a diferencia de la Batalla de Calth los leales estaban preparados. Los majestuosos y oscuros Warlords del Ordo Sinister desataron torrentes de energía psíquica contra las fuerzas traidoras, pero fueron tomados desprevenidos por manadas de Warhound de la Legio Audax, derribándolos con sus Garras Ursus. A pesar de la carnicería y los titanes en llamas, el Warlord de Vergos, el Orgullo de Konor, se abrió camino hacia el corazón del puesto de avanzada y por fin se enfrentó a su némesis: el Princeps Maximus Horgoth Nyr y su Warbringer Mons Ingnum. Pero mientras los dos luchaban, Vergos se dio cuenta de que el ingenio de Nyr mostraba una resistencia antinatural que le permitió levantarse como un resucitado cuando cayó. Al no ver otras opciones, Vergos disparó el Cañón Volcán restante de su ingenio sobre las cerraduras magnéticas que sujetaban el elevador de gravedad del puesto de investigación, lo que provocó que la enorme estructura colapsara sobre sí misma y cayera sobre el campo de batalla, matando tanto a Nyr como a Vergos. Aunque la Herejía de Horus se prolongaría durante años, la Cruzada de Hierro terminó ese día en Drooth II.
  • Concentración en Beta-Garmon (012-13.M31).

Fuerza material[]

Vástagos de la venerable Legio Gryphonicus, entre los más grandes guerreros de las Legiones Titánicas de Marte, la Legio Praesagius fue creada no como guardián de algún bastión lejano del Mechanicum, sino para entablar las batallas de la Gran Cruzada. Como tal, fueron provistos en su fundación con un gran complemento de titanes pesados, de las clases Warlord, Carnivore y Mirage, los cuales soportarían los fuegos de la batalla.

En estos primeros días de su existencia, la Legio Praesagius fue clasificada como una Legio de grado primaris, la cual comprendía más de 300 unidades de varias clases e incluyendo titanes de clase Emperador, Warmonger y Némesis entre sus filas. Después de las últimas batallas cataclísmicas dentro de los confines del Sistema Sol, la legio raramente fue reunida en su totalidad, ya que pocos conflictos requerirían tal fuerza para cualquier fin que no fuese la destrucción total, una tarea para la cual los Auténticos Mensajeros mostraron poco entusiasmo. En cambio, la Legio fue organizada en demi-Legios y desplegadas a cierto número de flotas de la cruzada, luchando en acciones a todo lo largo y ancho del naciente Imperio.

Su continuo despliegue en grupos de batalla fomentó una doctrina de mando disperso e iniciativa individual entre los varios princeps de la Legio. Muchos de los veteranos de los Auténticos Mensajeros eran llamados para hacerse cargo de los destacamentos de sus hermanos mientras luchaban junto a otras armas de la vasta maquinaria de guerra imperial, desarrollando sus propios estilos de mando, así como la confianza y la experiencia necesarias para reunir rápida y eficientemente tales fuerzas bajo fuego enemigo pesado.

En muchas ocasiones este estilo de liderazgo, contrario a modelos más estratificados y dictatoriales empleados por muchos de sus hermanos, fue la piedra angular de un gran número de victorias de la Legio Praesagius. Durante los combates en Akeron Carcis, donde el fuego Eldar había cortado en dos al titán al mando de la fuerza de la Legio Praesagius, no hubo una retirada sumida en el pánico, ni siquiera un interludio de confusión. El mando fue tomado de inmediato por el princeps Trieste del Pegaso Áureo, un veterano muy respetado por sus compañeros, y cuando las fantasmales máquinas de guerra Eldar avanzaron para rematar a lo que esperaban fuese un enemigo desmoralizado y roto, los Auténticos Mensajeros se lanzaron hacia adelante, clamando venganza contra los xenos por sus pérdidas.

Durante estas batallas, los princeps y moderatii de la Legio mostraron una clara preferencia por el armamento de precisión. La destrucción indiscriminada causada por armas tales como los Misiles de Vacío, los Cañones Lanzallamas clase Titán o los Megabólter Vulcan era evitada como algo perezoso y para nada acorde con los avatares del sueño del Emperador de una humanidad unida. En cambio, los Auténticos Mensajeros se basaron en la precisión de los Turboláseres y Cañones Volcano, armas que personificaban sus preferencias por los duelos a largo alcance en el campo de batalla. A medida que la Gran Cruzada progresaba y los combates se hacían cada vez más feroces, algunos de los guerreros más famosos de la Legio se destacaron por sus proezas con sus Puños-sierra y Guanteletes de Combate, habilidades ante las que algunos entre la vieja guardia fruncían el ceño.

Estas preferencias en cuanto armamento y tácticas dejó a la Legio en desventaja frente a hordas de infantería debidamente equipadas, lo cual fue visto por algunos como una debilidad, lo que llevó a algunas de las Legios más sanguinarias a burlarse del hecho de que en varias ocasiones los Auténticos Mensajeros se retiraron del campo de batalla frente a un número abrumador de infantería enemiga, aunque los guerreros de la Legio Praesagius siempre han sostenido que tales acciones servían para evitar la matanza al por mayor de soldados que más tarde podrían convertirse en aliados.

En su lugar, los Auténticos Mensajeros confiaron en el apoyo del Excertus Imperialis y de las cohortes de Mechanicum para lidiar con tales enemigos, cuyas unidades adscritas estaban entre las más hábiles en el apoyo cercano a las acciones de la infantería. Muchos regimientos del ejército imperial alababan la exactitud de los ataques de los Auténticos Mensajeros y la devoción de sus princeps a la infantería que luchaba a su lado. En los últimos años de la Gran Cruzada, después de que la Legio se estableciese en Gantz, sus fuerzas habían disminuido tanto que sólo podía reunir menos de cien unidades operativas. Estas eran casi exclusivamente de las clases de Warlord o Reaver, con sólo unas pocas de la clase Emperador y Warhound, pero sus tripulaciones eran veteranos, sazonados por los fuegos de las guerras de la Gran Cruzada. De hecho, la Legio tenía más tripulaciones que titanes operativos en el momento de su llegada a Gantz.

Algunos entre los Auténticos Mensajeros temían que el "premio" que les habían otorgado como los nuevos guardianes del Mundo Forja de Gantz pudiera ser el lazo de muerte de la Legio Praesagius de antaño, destruyendo sistemáticamente las viejas tradiciones y la lenta reconstrucción de sus fuerzas. Estos temores se demostraron infundados, ya que la Legio Praesagius debía permanecer activa como un componente vital en las guerras de Guilliman para expandir Ultramar.

Los magos de Gantz reconstruirían lentamente la Legio hasta que, en el momento de la llamada a las armas en Calth, los Auténticos Mensajeros fueron clasificados como una Legio de categoría secundus, con 112 Titanes de varias clases listos para la Cruzada Ghaslakh. A diferencia de la antigua Legio Praesagius, esta fuerza era más variada en su composición, con muchos titanes Warhound y Reaver frabricados al estilo de los magos de Gantz caminando junto a los antiguos Warlord y los últimos titanes clase Emperador. El grupo de batalla para la Cruzada Ghaslakh y que dejó Gantz en el 007.M31 era en ese momento la mayoría de la Legio. Sólo un puñado de unidades permanecieron en Gantz para la defensa de las forjas que ardían en el corazón de ese mundo, principalmente aquellas que requerían más reparaciones o cuya construcción y consagración aún no había sido completada.

Tras la Batalla de Calth, estas pocas máquinas, una docena, con sólo tres de ellas datadas de su fundación, fueron todo lo que quedaba de la Legio Praesagius.

Formaciones notables[]

  • Arcus.
  • Mandatum.
  • Ruptura.

Titanes notables[]

Warhound[]

  • Corredor de la Muerte - Equipado con dos Megabólteres, estuvo presente en la Batalla de Ithraca.
  • Corredor Argénteo - Presente en la Batalla de Ithraca.
  • Lobo de Fuego - Presente en la Batalla de Ithraca.
  • Licardio - Presente en la Batalla de Ithraca.
  • Misericorde - Presente en la Batalla de Ithraca.
  • Esplendor de Polaris.
  • Victorix - Presente en la Batalla de Ithraca.

Reaver[]

  • Gyrfalcon - Presente en la Batalla de Ithraca.
  • Inculcador - Presente en la Batalla de Ithraca.
  • Vigilante - En el momento de la batalla por la Colmena Ithraca, donde la Legio Praesagius se enfrentó a los traidores de la Legio Infernus, Invigilator había sido recientemente comisionado, siendo la única unidad recién construida del Grupo de Batalla Argentus, mientras que sus compañeros precedían al lanzamiento de la Gran Cruzada. Invigilator era el titán de mando del Princeps Senioris Mikal, quien destacaría en la lucha por la ciudad con las muertes confirmadas de Revoka y Denola, de la Legio Infernus.
  • Kaskardus Killstroke - Presente en la Batalla de Ithraca.
  • Knossos.
  • Suilis Vestra - Comandado por el princeps Owaine Breulin. Suilis Vestra sirvió como el titán de mando del Manípulo de Guerra Honouris. Luchando junto a un par de Warhounds, El Corcel Argenteo y Misericorde, su papel fue ir a la estela de los titanes más pesados de la Legio, reduciendo las formaciones enemigas designadas como amenazas secundarias por los Warlord y Emperador, así como liquidar a sus análogos.
  • Nube Ardiente.

Warlord[]

  • Immortalis Domitor (Warmonger) - Unidad del Princeps Maximus Arutis.
  • Evocatus - Equipado con dos cañones gatling gemelos montados en su caparazón, Evocatus demostraría ser una excelente herramienta de destrucción contra formaciones de infantería enemiga que trataban de esconderse en los edificios destruidos de Ithraca. Lamentablemente, Evocatus perecería allí debido al fuego de largo alcance del Titán clase de Nemesis Revoka, de la Legio Suturvora.
  • Pegaso Áureo - Commanded by Master-Princeps Rhiko Trieste, a veteran warrior respected by her peers, Auric Pegasus saw its finest moments upon the surface of Calth. Taking command of the scattered elements of Legio Praesagius after the felling of the Arutan, Trieste issued her first, and final, command as mistress of the Titan Legion. Nine Warlords, Auric Pegasus amongst them, charged at the centre of the Fire Masters’ line, buying time for the surviving True Messengers to withdraw into Ithraca City. Now known to the annals of the Collegia Titanica as the Nine Paragons of Ithraca, of these nine Warlord Titans Auric Pegasus was reportedly the last to fall, the severed and crushed head of an enemy Reaver Titan clenched in the god-engine’s fist.
  • Sonitus Iustitiae (Némesis) - Reliquia de una guerra olvidada, Sonitus lustitiae perteneció a una legio ahora extinta, inerte durante la Era de los Conflictos y perdido hasta que las flotas exploradoras encontraron sus restos en el mundo muerto de Kelossi VI. Revivido con todas las precauciones, permaneció en las bóvedas de guerra de Konor durante casi dos siglos, esperando la llamada a la batalla. Cuando la Legio Praesagius buscó recuperar parte de su potencial perdido en Calth, Sonitus lustitiae fue despertado por primera vez en milenios con un estallido de sus armas como heraldo de una terrible venganza.

Los Muertos Gloriosos[]

Los nueve titanes clase Warlord caídos de la Legio Praesagius, y conocidos en los anales de la Collegia Titanica como los Nueve Paragones de Ithraca, son:

  • Pegaso Áureo.
  • Sabris Regnum.
  • Plutarchos.
  • El León de Marte.
  • La Espina Plateada.
  • Rayo de la Razón.
  • La Voluntad de Adamant.
  • El Triunfo de Accatran.
  • Despertar de Chrysaor.

Personajes notables[]

  • Bohemond de la Vieja Thyro - Bohemond fue el primer Gran Maestro de la Legio Praesagius y participó en el acatamiento de Tentrion. Más tarde falleció por las heridas recibidas en el enfrentamiento final con las plataformas de armas de múltiples patas del Pontifex Tentrion.

Princeps[]

  • Aruthis - Gran Maestro al mando de la Legio Praesagius en el momento de la Batalla de Calth y comandante de Immortalis Domitor.
  • Mikal - Este estimado y veterano Princeps Senioris era el líder del Grupo de Batalla Argentum en la Batalla de Ithraca. A las órdenes de su Reaver personal, Invigilator, conduciría la retirada de su unidad y escaparía con éxito de la emboscada en los campos de aterrizaje de Ithraca. Asumiendo la muerte de su Princeps Maximus, Mikal tomaría el mando de los titanes restantes y buscaría refugio en la ciudad de Ithraca para resistir mejor el avance de los titanes traidores. Al oír hablar de la supervivencia de su Princeps, Mikal formuló rápidamente un plan para contener a los Señores de Fuego el tiempo suficiente para que Immortalis Domitor entrase en batalla.
  • Breulin - Princeps del titán clase Reaver Suilis Vestra, comandó el Manípulo de Guerra Honouris. En Ithraca, el Manípulo de Guerra Honouris fue obligado a presentar batalla en primera línea, dando un temible relato de su destreza de combate en los estrechos confines de Ciudad Ithraca, alegando cuatro bajas enemigas antes de que su última unidad, el Misericorde, dejara de transmitir.
  • Arutis - Princeps Maximus de la Legio Praesagius hasta y durante la Batalla de Calth. Comandante del Warmonger Immortalis Domitor.
  • Rhiko Trieste - Princeps-Maestro de Pegaso Áureo.
  • Dae Vergos - Princeps-Maestra del Orgullo de Konor y la más veterana de la legio guarneciendo su mundo natal, Gantz. Cuando se supo de la Batalla de Calth, la traición en Ithraca y la muerte de Aruthis a manos de la Legio Suturvora, Dae Vergos asumió el mando como princeps ultima y juró venganza contra los traidores. Tomando el mando de los restos de su legio y convocando a varias casas de caballeros, declaró la Cruzada de Hierro. Durante los siguientes dos años estándar, persiguió sin piedad a los traidores en los Quinientos Mundos de Ultramar durante su Cruzada de las Sombras. Dae Vergos encontró su final en el clímax de la Batalla de Drooth II, donde se enfrentó a un fatídico duelo con su némesis, el Princeps Maximus Horgoth Nyr de la Legio Infernus, que resultó en la muerte de ambos.

Moderati[]

  • Skallan Lockhandt - Moderati del Princeps Senioris Mikal a bordo del Invigilator.

Casas aliadas[]

Imperiales[]

Apariencia[]

Colores[]

Tal vez como un signo visible de la larga alianza entre los Ultramarines y la Legio, el esquema de colores de los Auténticos Mensajeros son el azul, blanco y oro.

Estandarte[]

La iconografía de la Legio Praesagus es un pegaso dorado, el mítico caballo alado, rampante delante de un estallido de rayos azules sobre en un campo de blanco.

Fuentes[]