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Veredicto del Certamen de Relatos Wikihammer + Voz de Horus ¡Léelos aquí!

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La Legio Oberon (Flechas de Muerte II) es una de las Legiones Titánicas de la Collegia Titanica, uno de los brazos militares del Adeptus Mechanicus. Procedente del Mundo forja de Anvari, el personal de la Legio Oberon era famoso por su sabiduría centenaria. A pesar de unirse a la Gran Cruzada en los últimos días de la misma, la legio no tardó en acumular una serie de victorias junto a los Ultramarines, utilizando el bagaje de conocimiento táctico de sus Princeps para desatar audaces asaltos destinados a desmantelar las tácticas de sus oponentes.

Historia[]

La fecha de la fundación de la Legio Oberon no se encuentra en un pasado lejano y oscuro, sino en los gloriosos días de la Gran Cruzada, aprobada junto con la colonización de un nuevo Mundo forja: Anvari. Establecido como un dominio tributario del también mundo forja Accatran, fue un intento de asegurar el poder de este último dentro del Reino de Ultramar. Los primeros colonos recibieron un fragmento de la fuerza de la Legio Destructor, permitiéndoles renunciar a sus juramentos hacia su mundo natal para proteger otro. En reconocimiento a este acto, los ingenios tomaron nuevos nombres y se reunieron bajo una nueva bandera: la Legio Oberon.

De acuerdo con los deseos de Accatran de forjar vínculos más sólidos con Ultramar, gran parte de la fuerza de la Legio Oberon fue destinada a Flotas Expedicionarias en las que hubiera elementos de los Ultramarines. Tal decisión provocó numerosos cambios dentro de la legio, entre ellos el atenuamiento de la naturaleza bélica que a menudo mostraban los Princeps de la Legio Destructor, una divergencia cada vez más evidente cuando ambas legios servían una al lado de la otra. De hecho, los Princeps de la Legio Oberon hicieron grandes esfuerzos para estudiar los planes tácticos suministrados por los Ultramarines, incorporándolos en sus propias simulaciones y evaluaciones. Dado el largo servicio que tiene un Princeps promedio, no es sorprendente que la Legio Oberon no tardara en conocerse como tácticos expertos, adaptando las disposiciones estándar de la Collegia Titanica y proponiendo muchas enmiendas a sus pautas estratégicas. Aunque muchas fueron rechazadas, cosa que la Legio Oberon atribuía al dogmatismo y a la incapacidad de aceptar las mejoras sugeridas por unos recién nacidos, los Flechas de Muerte II demostraron una flexibilidad que pocas legios podían igualar. Al final de la Gran Cruzada, la Legio Oberon había adquirido un historial de victorias junto a los Ultramarines encomiable y en reconocimiento a su servicio se le ordenó concentrarse en Calth, en preparación para un asalto al feudo orko de Ghaslakh.

Como han demostrado los acontecimientos desde entonces, tal reunión no era más que una farsa a través de la cual Horus esperaba asestar un golpe fatal a los Ultramarines y sus aliados, incluida la Legio Oberon. Lo Flechas de Muerte II emergerían de la Batalla de Calth en gran parte ilesos, ya que su fuerza principal aún no había llegado cuando los Portadores de la Palabra iniciaron su campaña de exterminio. No obstante hubo poco consuelo, ya que el daño catastrófico causado tanto a Calth como a la Legio Praesagius fue visto como una mancha en su honor. En venganza, muchos Princeps de la Legio Oberon hicieron juramentos de batalla para no volver nunca a Anvari hasta que los traidores fueran destruidos y la fuerza de la Legio Praesagius restablecida. Para cumplir este juramento, los ingenios de la Legio Oberon se unieron raudos a la Cruzada de Hierro, cuando el mundo forja Gantz envió una llamada de ayuda. Durante el resto de la Herejía de Horus, gran parte de la legio se desplegó en Ultramar, buscando a los ingenios supervivientes de la Legio Infernus y a los Portadores de la Palabra que luchaban junto a ellos. Aquellos que habían jurado no descansar hasta que los traidores fueran derrotados no regresaron a Anvari hasta que el fuego de la guerra se hubo calmado y fueron pocos, pues el resto se había ganado la redención en el abrazo frío de la muerte.

Una cuestión de nombres[]

El nacimiento de la Legio Oberon provocó mucha discordia entre los archiveros de las bóvedas de datos de Marte cuando les llegó la noticia. La fundación de cualquier legio es un asunto trascendental para el Culto Mechanicus, plagado de mucha pompa y ceremonias, pero el tamaño de la galaxia impide una transmisión de información fiable. Para facilitar la fundación y organización oportuna de nuevas legios, el único requisito necesario era que los detalles de su creación se transmitieran a Marte para su ratificación lo antes posible. Aunque una legio no existía legalmente sin la aceptación de Marte, en la mayoría de los casos era poco más que una formalidad a la que los Mundos forja asignaron una importancia menor, comparada con la de mantener y engrandecer a los reciénnacidos. Así pues pasó una década antes de que las noticias de la Legio Oberon llegaran a Marte y no tardó en hacerse evidente que el cognomen asignado (Flechas de Muerte), ya había sido asignado a la Legio Honorum, fundada en Marte muchas décadas antes.

Después de muchas discusiones, se acordó que el cognomen de la Legio Oberon sería a partir de ese momento los Flechas de Muerte II, de acuerdo con el precedente establecido por otras legios como Victorum y Vulcanum. Cabe señalar que los archivos de Accatran, del cual Anvari era un dominio tributario, son extensos y guardan registros de batallas en las que Legio Destructor luchó junto a Legio Honorum antes de la fundación de la Legio Oberon. Se desconoce si todo este asunto fue un error o un acto deliberado, pero no era raro que muchos mundos forja llevaran a cabo actos destinados a crear un revuelo entre el mando marciano, de tal forma que llamaran su atención sobre estos mundos ambiciosos pero distantes.

Campañas notables[]

Gran Cruzada y Herejía de Horus[]

  • Batalla de Calth (007.M31).
  • Cruzada Sombría (007-009.M31):
    • Batalla de Nuceria (ca. 009.M31).
  • Cruzada de Hierro (008-010.M31) - Tetaros Kast, maestro princeps del grupo de batalla Avalon de la Legio Oberon, fue uno de los pocos que peleó en Calth y regresó con vida, llevando la noticia al Mundo forja Gantz, el mundo natal de la Legio Praesagius, acerca del destino de sus hermanos y de la traición que había ocurrido en Calth. Las Legiones Titánicas Traidoras campaban a sus anchas en los Quinientos Mundos de Ultramar y su supervivencia estaba en juego. Dae Vergos, Princeps Maestro del Warlord Orgullo de Konor, asumió el manto de Princeps Ultima y juró vengarse de la Legio Infernus y purgar los Quinientos Mundos de traidores. Durante el concilio de Princeps empezaron a llegar a Gantz gritos de ayuda astropáticos, al tiempo los Portadores de la Palabra y Devoradores de Mundos, junto con las legios Infernus, Audax y Mordaxis se extendían desde Calth, trayendo ruina y desesperación a los Quinientos Mundos. Atendiendo la llamada de Gantz, las flotas del Mechanicum se reunieron y cargaron a los titanes en sus bodegas. Vergos envió emisarios para reunir a la Legio Oberon y convocar a la Legio Lysanda desde la Franja Oriental, mientras que se enviaron misivas a docenas de Casas de Caballeros en los Quinientos Mundos, reclamando deudas de honor. Varias casas prestaron atención a la convocatoria, incluidas la Orhlacc, Vornherr y Vyronii. La Legio Praesagius reunió a sus aliados y convocó consejos de guerra; los horrores a los que se habían enfrentado los titanes leales en Ithraca, en Calth, no quedarían sin respuesta. Dae Vergos prometió a sus aliados y a sus compañeros que el Maestro del Fuego de la Legio Infernus se enfrentaría a la furia de aquellos que aún eran leales al Imperio, y dondequiera que los traidores pusieran un pie solo encontrarían la muerte. Otras fuerzas imperiales acudieron en masa a su estandarte y la Legio Praesagius y sus aliados se enfrentaron repetidamente con las fuerzas de Horus. Esta Cruzada de Hierro dejaría mundos muertos y el uso de armas horribles y aterradoras, como los Titanes Psíquicos del Ordo Sinister.
    • Batalla de Último Puerto (ca. 009.M31) -
    • Batalla de Ulixis (ca. 009.M31) - Ulixis fue el escenario utilizado por la Legio Infernus para dañar a Ultramar y causar el máximo daño posible a las fuerzas leales. Era uno de los principales productores de municiones en Ultramar y sabiendo que su destrucción supondría un duro golpe para el esfuerzo de los Ultramarines por repeler a los invasores, el Princeps Maximus Horgoth Nyr de los Maestros del Fuego atacó el planeta. En realidad, la invasión era el primer paso para tender una trampa a los leales. Cuando una fuerza combinada de la Legio Lysanda y la Legio Oberon llegaron en socorro, encontraron su superficie desprovista de ingenios traidores, a pesar de los informes. Fue entonces cuando los traidores activaron su trampa, tomaron el control de la órbita y desataron un feroz bombardeo orbital sobre los leales en la superficie. Aunque este fue devastador, la mayoría de las fuerzas leales se retiraron al sistema de cavernas subterráneas, lo que obligó a los Maestros del Fuego a una serie de batallas a cara de perro bajo Ulixis. Durante días los dos bandos lucharon en la oscuridad, destrozando las entrañas de Ulixis con su armamento. Fue dentro de la Guarida de Wyrms, una vasta caverna llena de los restos de las criaturas que habían tallado hace mucho tiempo las cavernas del planeta, donde el conflicto llegó a un punto crítico. El Princeps Raynal Hess en su Warlord Astra Obsurus, liderando un Manípulo Myrmidon de la Legio Lysanda, cargó para encontrarse con el Princeps Maximus Nyr y su Warlorld Mons Ingnum. Sin embargo, Hess no estaba al tanto de los refuerzos de Nyr, los cuales paralizaron las piernas del ingenio de Hess. Sin embargo, antes de que los traidores pudieran dar el golpe mortal, Hess sobrecargó el reactor de su unidad y la oscuridad total de la Guarida de Wyrms se convirtió en día. Tras la explosión, los Princeps aún operativos se sorprendieron al ver que la luz permanecía, ya que se había hecho un agujero en el techo de la caverna y una escalera de escombros y titanes destruidos conducía a ella. Más sorprendente aún fue el mensaje de que llegó por todos los canales: la flota leal había regresado con refuerzos y los traidores estaban en plena retirada. Kast reunió a la Legio Oberon y a los supervivientes de la Legio Lysanda e hizo retroceder a los traidores. Aunque Nyr y muchos de sus unidades lograron escapar, su control sobre Ulixis se desvaneció y los leales habían hecho retroceder a los Maestros del Fuego, destruyendo el mito de su invencibilidad.
    • Emboscada en Espandor (ca. 009.M31) - Reforzados por la victoria en Ulixis, Princeps Ultima Dae Vergos y sus aliados buscaron dividir y destruir a las fuerzas traidoras allí donde pudieran. Tras obtener datos de inteligencia fiables por parte de fuerzas exploradoras de marines que los traidores se concentraban para lanzar un asalto al mundo forestal de Espandor, el Princeps desplegó su estrategía para tenderles una emboscada. Espandor, como mundo de producción de alimentos vital dentro de los Quinientos Mundos, era un premio tentador para los traidores. Si bien su población era pequeña, por lo que no eran de valor para los Portadores de la Palabra, las fuerzas de Horus eran muy conscientes de que la destrucción de Espandor sería un golpe significativo para el Ejército Imperial y su capacidad bélica en la región. Las granjas de vapor y las agujas agrícolas dominaban un planeta en el que su clima se mantenía templado y tranquilo mediante cazadores de tormentas que dirigían los vientos y las nubes de Espandor. Esto significaba que más allá de las zonas tranquilas, el clima era una pesadilla de tormentas eléctricas masivas y bosques azotados constantemente por el viento y la lluvia. Fue aquí donde Vergos escondería sus fuerzas. Junto a un puñado de titanes de la Legio Praesagius y manípulos de la Legio Oberon, se encontraba el Titán Psíquico Occedentalis-Damysus. Tal y como lo habían hecho en Tyros, los leales esperaban sembrar el desorden y la confusión entre los invasores. El plan de Vergos era atraer a los traidores a la expansión agrícola de Boreaus, donde los números enemigos contaría poco en los confines de las torres de alimentación y los macrograneros. Con este fin, las defensas terrestres leales, la infantería y las fuerzas blindadas se concentraron en la expansión, la flota se retiró y el terreno alrededor de la expansión fue despejado para hacer de la ciudad un objetivo tentador. Cuando llegaron las flotas del Mechanicum Oscuro que transportaban a Infernus y Audax, sus naves eclipsaron las estrellas sobre Boreaus de tal forma que los Princeps leales se preguntaron si el elemento sorpresa sería suficiente para poner la batalla a su favor. Para gran frustración de Vergos, este se enteró de que Horgoth Nyr no estaba al mando de los titanes enemigos. Tesarius Orcan Rex, un líder tan despiadado como Nyr, lideraba a los Maestros del Fuego y confiado en su potencial bélico, entró en la trampa de Vergos sin pensarlo dos veces. Los confines de la expansión agrícola se convirtieron en cenizas cuando los traidores aterrizaron, enfrentados a defensas orbitales simbólicas que les cerraban el paso. El Warbringer Martillo Divino de Orcan condujo a los Maestros del Fuego a Boreaus, dispersando las Divisiones del Hogar Espandor ante ellos. La infantería cazadora de titanes y los tanques superpesados acecharon la expansión con la esperanza de frenar el avance de los titanes, pero contra un enemigo experimentado como Orcan fueron aniquilados uno por uno. Las fuerzas Secutarii y del Mechanicum Oscuro ocuparon las ruinas dejadas por los titanes, eliminando a los rezagados o supervivientes. Más allá del borde de la tormenta, en el interior de los alrededores de Boreaus, Dae Vergos y los leales esperaban. Solo el Titán Psíquico Occedentalis-Damysus avanzó sobre la ciudad, envuelto en un manto de energía psíquica. Confiado en su poder, Vergos se preparó para las oleadas de terror que estaba a punto de dirigir sobre el enemigo. Fue en este momento cuando Vergos se dio cuenta de que había subestimado a sus enemigos. El asalto psíquico del titán se encontró con un escudo igualmente poderoso, pues los Maestros del Fuego eran apoyados por unidades de psíquicos renegados. Y peor aún: el ataque había alertado a los traidores. Los Warlords y Warbringers comenzaron a intercambiar fuego en el límite de sus alcances, destrozando la ciudad entre ellos y prendiendo fuego a los bosques circundantes. Aislado y solo, Occedentalis-Damysus avanzó a zancadas para emplear con efectividad su armamento, solo para entrar en una emboscada de la Legio Audax. El cañón psíquico del titán tajó una herida estigia en las filas de Audax, destripando a dos Warhounds con su odioso toque, pero ya era demasiado tarde. Las Garras Ursus salieron disparadas, enredaron a Occedentalis-Damysus y le arrastraron por el suelo como un oso derribado por lobos hambrientos. Mientras tanto, los restantes titanes leales avanzaron desde el bosque para desplegarse en la ciudad, donde podrían protegerse. En medio del devastador fuego cruzado, los cazadores de tormentas que rodeaban Boreaus fueron machacas y docenas de ellas se derrumbaron en llamas. Sin estas, la tormenta se precipitó sobre la ciudad. En la penumbra, la lluvia y los relámpagos, los dos bandos se batieron como dioses de antaño luchando por el destino de la Humanidad. Las dos legios traidoras trataron de envolver el grupo de batalla de Vergos. Por el contrario, Vergos fue más cautelosa, y aunque su trampa había fallado, su determinación perduró gracias a la minuciosa planificación. Los Warhounds de la Legio Audax fueron los primeros en padecer su intelecto: un Manípulo Lupercal cargó directamente contra un campo de minas termales. La mitad de sus titanes cayeron y los restantes se retiraron cuando fueron sometidos al fuego de artillería sostenido de Medusas de la División Metropolitana de Espandor ocultos en las afueras de la ciudad. A todo lo largo de las ruinas de Boreaus aparecieron plataformas de armas y tanques cazatitanes como si fueran hongos. Aunque solo representaban una amenaza limitada para los traidores, le dieron a Vergos la oportunidad de atacar. El Orgullo de Konor irrumpió en las filas de los traidores, arrancando con su garra de energía la cabeza de un Reaver amigo incluso mientras su Cañón de Plasma modelo Furia Solar convertía un estandarte de Caballeros Questoris traidores en escoria fundida. Llena de furia Vergos se abrió camino hacia el Warbringer de Orcan, ignorando al resto. Demasiado tarde, Orcan vio su perdición acercándose a él y giró el cañón sobre su caparazón para descubrir que Vergos estaba demasiado cerca de él para usarlo de manera efectiva. Con una finalidad terrible, el Orgullo de Konor envolvió con su poderosa garra la cabeza del Martillo Divino... y apretó. Los gritos de Orcan se cortaron abruptamente cuando la cabeza del Warbringer explotó en una lluvia de chatarra. Agotada su rabia, Vergos se dio cuenta de que, a pesar de la muerte de Orcan, sus fuerzas seguían estando muy superadas. Los informes por vox desde la órbita indicaban que la flota leal estaba muy comprometida y solicitaba la retirada, a lo que Vergos tuvo que obedecer de mala gana. Mas alguien tendría que quedarse y cubrir la retirada, y para esta tarea la Legio Oberon dio un paso al frente. Sus titanes aceptaron su destino de buena gana para salvar a Dae Vergos y los Auténticos Mensajeros restantes. Para sus Princeps era una oportunidad para pagar una deuda contraída desde Ithraca. Mientras la nave de desembarco de la Legio Praesagius se dirigía a la órbita y su flota, la última comunicación desde la superficie fue de los manípulos de la Legio Oberon mientras cargaban: "¡Por Ithraca!"
    • Batalla de Drooth II (010.M31) - Esta batalla representó el enfrentamiento final entre las fuerzas traidoras de Horgoth Nyr y las leales de Dae Vergos, poniendo fin a la Cruzada de Hierro. Aunque los primeros habían logrado muchas victorias, Nyr y sus fuerzas estaban diezmadas y perseguidas. Su historial de conquistas y matanzas en Ultramar se veía empañado, a ojos de sus seguidores, por su incapacidad para erradicar todo rastro de la Legio Praesagius. A medida que Ultramar se recuperaba, Nyr supo que debía resolver la batalla entre Vergos y él mismo. Comprometidos a atraer a su enemigo, los traidores quemaron una docena de mundos para que Vergos siguiera el rastro. Reuniendo lo que quedaba de las unidades comprometidas con la Cruzada de Hierro, los leales zarparon hacia Drooth II y la batalla que les esperaba. Conocido por sus ardientes desiertos minerales parecidos a la arena, el planeta estaba ocupado en origen por una estación de investigación y un puesto de escucha, colocadas allí por los Ultramarines para vigilar el borde este de Ultramar. Este puesto de avanzada fue invadido por el Mechanicum Oscuro en cuanto la guerra envolvió a Ultramar y se convirtió en un manufactorum corrupto, capaz de producir armas infundidas con poderes extraídos del Immaterium. Fue aquí donde Nyr decidió oponerse a las fuerzas leales, consciente de que el velo entre dimensiones era delgado y en el caso de hallarse en dificultades, llamarían a las criaturas del otro lado. En preparación para la llegada de los leales, las defensas del puesto de avanzada fueron reforzadas, negando el desembarco directo desde la órbita. Vergos eligió sus zonas de aterrizaje en consecuencia, y la Legio Praesagius se posó en el desierto, a 600 kilómetros de las defensas traidoras y protegido por la curvatura del planeta. Desembarcos similares tuvieron lugar en todo el puesto de avanzada, en los que la Legio Lysanda y la Legio Oberon tomaron posición junto con varios Titanes Psíquicos de la Cámara Occedentalis. A una señal de Vergos, los ingenios caminaron y en todos los flancos del puesto de avanzada, docenas de titanes se batieron en brutales intercambios de disparos. Con una velocidad y fuerza antinaturales, los traidores cayeron sobre los leales, desgarrándolos como bestias salvajes. Pero a diferencia de la Batalla de Calth los leales estaban preparados. Los majestuosos y oscuros Warlords del Ordo Sinister desataron torrentes de energía psíquica contra las fuerzas traidoras, pero fueron tomados desprevenidos por manadas de Warhound de la Legio Audax, derribándolos con sus Garras Ursus. A pesar de la carnicería y los titanes en llamas, el Warlord de Vergos, el Orgullo de Konor, se abrió camino hacia el corazón del puesto de avanzada y por fin se enfrentó a su némesis: el Princeps Maximus Horgoth Nyr y su Warbringer Mons Ingnum. Pero mientras los dos luchaban, Vergos se dio cuenta de que el ingenio de Nyr mostraba una resistencia antinatural que le permitió levantarse como un resucitado cuando cayó. Al no ver otras opciones, Vergos disparó el Cañón Volcán restante de su ingenio sobre las cerraduras magnéticas que sujetaban el elevador de gravedad del puesto de investigación, lo que provocó que la enorme estructura colapsara sobre sí misma y cayera sobre el campo de batalla, matando tanto a Nyr como a Vergos. Aunque la Herejía de Horus se prolongaría durante años, la Cruzada de Hierro terminó ese día en Drooth II.

Después de la Gran Fisura[]

Fuerza material[]

Al comienzo de la Herejía de Horus, la Legio Oberon tenía menos de 200 años de vida. Por tanto, sus fuerzas procedían de su legio madre, la Legio Destructor, la cual le dotó con más de dos docenas de ingenios, repartidos equitativamente entre las distintas clase. Mas poseen una excepción notable y es la presencia de un Titán Emperador, enviado desde Accatran, que sigue siendo el ingenio personal del Gran Maestre de la Legio Oberon hasta el día de hoy.

Formaciones notables[]

  • Grupo de Batalla Avalon.

Titanes notables[]

Warhound[]

  • Feram Lex - Para los Princeps de la Legio Oberon, el desarrollo exitoso de la guerra era un ejercicio de destreza mental y por ende participaban en juegos de estrategia cuando no estaban en el campo de batalla. Así pues, el uso de Warhounds como Feram Lex demostró ser un elemento clave de las tácticas del campo de batalla dentro de la Legio Oberon. Cuando disponían de buenos y abundantes datos de inteligencia, los manípulos de Warhounds eran enviados a lugares estratégicos mucho antes de que el grueso de la legio marchara. En este rol de vanguardia camuflada, los Warhounds se esconderían hasta que el enemigo sobrepasara su posición y cuando empezase la refiega emergerían, asaltando la retaguardia del enemigo para sembrar el caos y el pánico en sus filas.

Warlord[]

  • Panthera Rex - En una representación anterior a la emboscada en Espandor, Panthera Rex está armado de tal manera que desempeñaría un papel importante en la batalla, lanzando contraataques devastadores contra las manadas de la Legio Audax. Aunque superado en términos de velocidad, Panthera Rex desató el poder de su Cañón Volcán a corta distancia, cubriendo su propio casco de cicatrices como pago por la muerte de los traidores. Sin embargo, el Mundo agrícola resultaría ser la tumba del ingenio, ya que caería junto a sus hermanos para que la Legio Praesagius pudiera retirarse.

Emperador[]

Personajes notables[]

Casas aliadas[]

Imperiales[]

Leer más[]

Fuentes[]

  • Adeptus Titanicus: Rulebook. Página 15.
  • Adeptus Titanicus: Shadow and Iron. Páginas 8 a 12, 14-15, 20, 25 a 27, 66 y 68.
  • Adeptus Titanicus: Loyalist Legios. Páginas 144 a 149.
  • Reglamento Warhammer 40000 (8ª Edición). Páginas 158 y 159.
  • The Horus Heresy V. Página 51.
  • Traidor, por Aaron Dembski-Bowden. Capítulos 20 a 23.
  • Warhammer Community - Shadow and Iron: Crusades of Vengeance
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