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La Legio Kulisaetai o Centinelas es una Legión Titánica traidora cuyo hogar fue el mundo Forja de Kalibrax, que pertenece al Mechanicum Oscuro, la cual repudió sus juramentos al Emperador de la Humanidad y siguió tanto al Señor de la Guerra Horus como a los Poderes Ruinosos durante la Herejía de Horus.
Historia
La Legio Kulisaetai fue en tiempos una legio rota, marchitada por las pruebas que tuvo que hacer frente durante la Era de los Conflictos y empujada al borde de la extinción para cuando la Gran Cruzada llegó al mundo Forja de Kalibrax. Merced al socorro organizado por Marte y la intervención militar dirigida por elementos de la Legio Mortis se aseguró la supervivencia de Kalibrax y la Legio Kulisaetai, así como la lealtad eterna del mundo Forja al Fabricador General. Por lo tanto, cuando llegó el momento de que Kelbor-Hal ayudara a la perfidia de Horus, también lo hicieron los ingenios de la Legio Kulisaetai, conquistando el Cinturón de Hierro en aras de un nuevo orden.
La abundancia de ruinas tecnológicamente avanzadas esparcidas por la superficie de Kalibrax es evidencia de una época en la que el mundo Forja podría haber rivalizado alguna vez con el propio Marte. Tal estado de prosperidad terminaría mucho tiempo antes de que la Gran Cruzada redescubriera el planeta, devastado por las últimas brasas de milenios de guerra civil. Los casi vencedores del conflicto se llamaron a sí mismos los Peregrinos de la Pureza Ahogada, adheridos a doctrinas que propugnaban la erradicación de la vida a escala galáctica. Las flotas exploradoras del Mechanicum que se adelantaron a la Gran Cruzada tildaron estas doctrinas de blasfemas y enviaron misivas a Marte pidiendo una intervención directa en la guerra de Kalibrax, en ayuda de la única facción restante que se oponía a los Peregrinos de la Pureza Ahogada.
Las solicitudes de intervención fueron aprobadas con el sello personal del Fabricador General, quien accedió a las demandas cuando se demostraron pruebas de que el Culto Mechanicus perduraba entre aquellos que resistía las fuerzas de la Pureza Ahogada. El escenario de Kalibrax fue ocultado a las flotas expedicionarias en las cercanías del mundo Forja por el Fabricador General, quien reuniría fuerzas selectas: una demi-legio de la Legio Mortis, ochenta caballeros del Pacto de Morbida y varios destacamentos del Taghmata marciano.
Después de establecer contacto con los enclaves supervivientes del Mechanicum Kalibraxano, el destacamento marciano aterrizó para cohesionarles. En cuestión de meses, la marea de la guerra se invirtió, haciendo retroceder a los peregrinos a sus fortificaciones cromáticas. El honor de liderar el asalto final contra el nexo de la actividad tecnoherética le fue otorgado a los 17 ingenios restantes de la Legio Kulisaetai, cobrando milenios de sangre y derrota en una tarde de destrucción que dejó su huella para siempre en la superficie de Kalibrax.
La revitalización tanto de Kalibrax como de la Legio Kulisaetai resultó ser una empresa importante, ya que milenios de guerra habían dejado un legado de forjas destruidas y continentes enteros habitados únicamente por ruinas. Para ayudar a la recuperación se trajeron colonos, tecnólogos de docenas de planetas industriales y mundos forja en todo el Imperio. Del mismo modo, se reforzó la Legio Kulisaetai con una dotación de la Legio Mortis y docenas de miembros de su personal para actuar como asesores en las próximas décadas. Dichos actos de benevolencia no eran altruistas, sino que servían para unir tanto a Kalibrax como a la Legio Kulisaetai a Marte. Como detalle final, a la Legio Kulisaetai se le otorgó el apodo de “Los Centinelas”, elegido personalmente por Kelbor-Hal en reconocimiento a la defensa de Kalibrax por parte de la legio contra los interminables enemigos que le atacaron durante la Era de los Conflictos.
El trasplante de elementos de la Legio Mortis a la Legio Kalibrax permitió a los Centinelas ocupar su lugar entre las filas de la Gran Cruzada, así como provocar grandes cambios en el semblante de la más joven, ya que sus Princeps idolatraban a los de la Legio Mortis que se unían a sus filas. Los registros oficiales indican que los asesores enviados estaban completamente vinculados a la Legio Kulisaetai, despojados de todas las lealtades pasadas y subordinados al Gran Maestro de los Centinelas. A pesar de esto, muchos de los Princeps que procedían de la Legio Mortis ascendieron rápidamente en las filas de su nueva legio, logrando posiciones de prominencia rápidamente a medida que crecía su potencia de fuego. Ni que decir tiene que cuando el Fabricador General llamaba a la Legio Kulisaetai, esta respondía sin dudarlo.
A raíz de la traición del Fabricador General y el Cisma de Marte, muchos dentro del Cinturón de Hierro supusieron que los Centinelas irían tras la estela de Horus. Pero ante la sorpresa de todos, los magos de Kalibrax se apresuraron a cortar públicamente todos los lazos con Marte una vez que les llegó la noticia, llegando incluso a transmitir ejecuciones de tecnosacerdotes y princeps acusados de deslealtad al Imperio. Los observadores más escépticos señalaron que, de los ejecutados, ninguno tenía vínculos firmes con Marte ni descendían de la Legio Mortis. Mas sin pruebas firmes, no se sancionó ninguna acción militar contra Kalibrax.
Como muestra la historia, fueron las acciones de la Legio Kulisaetai las que desencadenaron el Cataclismo de Hierro y hundieron al Cinturón de Hierro en la guerra. Los Centinelas habían albergado durante mucho tiempo un odio hacia la Legio Atarus por los supuestos crímenes que Phaeton había cometido con la colonización de Atar-Median. Ansiosa por demostrar su lealtad a Horus, la Legio Kulisaetai trabajó en secreto durante el período de tensa neutralidad que se apoderó del Cinturón de Hierro durante los primeros años de la Herejía de Horus. Después de asegurar Botín de Findari, la legio se dispuso a construir una nueva fortaleza en preparación para una invasión del mundo Forja lealista. Con el tiempo, esto llevó a Kalibrax y Atar-Median al conflicto, que rápidamente se convirtió en una guerra abierta que provocaría la muerte de incontables millones antes de que Kalibrax cayera en manos de los leales.
Campañas notables
- Campaña del Cinturón de Hierro (010-14.M31):
- La Invasión de Ny’Drinah (302–552.010.M31) - Los registros de navegación extraídos de los bancos de datos del fondeadero de flota en Paradonal, ubicado dentro del subsector Ny'Drinah, señalan que ciertas perturbaciones de la disformidad, las cuales sugieren el movimiento de un número significativo de naves que se dirigen hacia el sistema, se detectan 17 días después de que Atar-Median entre en el Botín de Findari. Pocas horas después, varios cientos de naves, portando los escudos de Urdesh y Kalibrax, emergen de la disformidad dentro del sistema Paradonal'ny, destruyendo sus estaciones de defensa con pérdidas mínimas y reclamando el puerto. Poco después, los astrópatas del Cinturón de Hierro transmiten un mensaje general, enviado desde un origen desconocido, pidiendo “la limpieza de todos los mundos, antiguos o recién nacidos, que se han apartado del Omnissiah y Sus Benditos Representantes en favor de ídolos lejanos, envueltos en falsedades”. Actuando en base a estrategias predeterminadas, los mundos Forja traidores avanzan para reclamar los valiosos mundos del subsector Ny’Drinah. La subsiguiente conquista del subsector es rápida. Habiendo asegurado una base de operaciones mediante la captura del sistema Paradonal'ny, la flota traidora pasa a objetivos secundarios. El núcleo de la fuerza traidora consiste en titanes extraídos tanto de la Legio Damicium como de la Kulisaetai que, según las estimaciones leales, se ubicaban entre 25 y 70 ingenios; una potencia de fuego que superaba con creces a los defensores del sector Ny'Drinah. Es de señalar que el asalto traidor coincide con el comienzo del ciclo de negociación durante el cual se asignaría la siguiente década de suministro industrial entre los mundos dentro del Cinturón de Hierro, explotando las leyes que permitían la entrada al subsector a una fuerza simbólica de cada mundo Forja participante, una salvaguarda para que no se acusara al proceso de presiones externas. De acuerdo con tal edicto, menos de una decena de titanes leales, una mezcla de las legios Atarus, Venator y Astraman, está en el subsector cuando los traidores comienzan su invasión. Enfrentados a un escenario imposible, los leales se retiraron al sistema Xiloci'ny, concentrándose para defender el mundo capital del subsector y esperar socorro de sus aliados. En las semanas posteriores a la caída del sistema Paradonal'ny, los traidores aseguran su control sobre el subsector Ny'Drinah, tomando el control de cuatro sistemas más antes de intentar conquistar el Mundo colmena de Xiloci II. Aquí, el avance se estanca, tanto por las considerables defensas de las ciudades colmena como la tenacidad de los titanes leales. En un esfuerzo por romper el estancamiento, los mundos capturados por los traidores son movilizados para la conquista de Xiloci II, mientras que los centros de población considerados “no esenciales” son reciclados en vastas legiones de guerreros esclavos, mejorados con tecnología profana, lanzados contra las defensas leales para minar la moral y drenar recursos. Hacia el 552.010.M31, solamente los sistemas Xiloci'ny y Uridoci'ny permanecen desafiantes frente a la invasión.
- El momento decisivo (874.010.M31) - La principal fuerza leal, enviada desde Graia con dos Demi-Legios de la Legio Astraman y comandada por Magos Dominus Xixos, elige el sistema Uridoci'ny como su primer objetivo. En Uridoci VI, un mundo Minero basado en la explotación de depósitos de fosforita, un conflicto de un mes entre las legios Astraman y Kulisaetai destruye su capacidad industrial, con ocho titanes muertos y otros 13 que requerirían reparaciones extensas. En otros lugares, la población de Uridoci II fue reducida a menos de una décima parte del número que tenía antes del Cataclismo, masacrada en una campaña masiva dirigida por la Casa Gothrith, que construyó monumentos hechos de cadáveres dedicados al Señor de la Guerra Horus y embadurnados con símbolos rituales. Los pocos supervivientes son salvados por la Casa Moritain, quien había jurado defender los últimos puestos avanzados de la civilización en el planeta, enfrentándose a Gothrith entre las ruinas de Uridoci II y expulsándolos. Pero la marcha de la Casa Gothrith está marcada por el surgimiento de una plaga entre los supervivientes que se cobra otros 300.000 muertos y la cuarentena completa del planeta, condenándolo a una muerte lenta. Cuando se considera que la plaga ha terminado su ciclo, una facción de genetistas del Mechanicum desciende a la superficie y encuentra un mundo desprovisto de vida humana, junto con un extenso índice de nombres que enumeran a todos los individuos cuya vida fue reclamada por la Casa Gothrith y la plaga, registrado diligentemente por los vástagos de la Casa Moritain que también sucumbieron. El golpe final a los traidores cae sobre el mundo agrícola de Uridoci III. Contra la pequeña guarnición de la Legio Kulisaetai, Graia envía una veintena de la Legio Astraman en una demostración de fuerza abrumadora, diseñada más como un gesto simbólico que como una necesidad táctica. En un acto de rencor, los de Kulisaetai se niegan a dar batalla en campo abierto, detonando en su lugar cientos de ojivas nucleares en la superficie, provocando un cambio radical en la atmósfera del planeta y la muerte de toda la población. Este acto había sido diseñado para desmoralizar la resistencia de aquellos que aún eran leales al Emperador en todo el Cinturón de Hierro, transmitido por toda la región como una advertencia para cualquiera que se opusiera a Horus. En respuesta, muchos mundos se rinden a las fuerzas traidoras por temor a sufrir un destino similar. Pero al mismo tiempo las llamas de la insurrección se encienden sobre el fondeadero de la flota en Paradonal, que culmina con la destrucción de una nave de la Legio Damicium que albergaba a cuatro titanes de clase Warlord cuando los rebeldes toman el control de varias estaciones de defensa. Así mismo provocaron daños graves en las bahías de atraque, dejándolos inutilizables y necesitados de grandes reparaciones.
- El Rescate de Xiloci II (924.010.M31) - El daño causado en Paradonal por los disidentes en territorio ocupado por los traidores resulta en una gran reducción en la capacidad operativa de la estación, lo que provoca numerosos retrasos en el despliegue de refuerzos en el Cinturón de Hierro. A su vez, esto lleva a los traidores a desviar fuerzas del asedio de Xiloci II para reforzar otros sistemas. Cuando llegan estas noticias a la Magos Dominus Xixos, comandante de las fuerzas leales en el subsector Ny’Drinah, se envía una fuerza de socorro a Xiloci II para aprovechar la oportunidad. El principal objetivo de la fuerza leal es la reconquista de Xiloci II, basado en el razonamiento de que, al asegurar la capital del subsector, robarían a los traidores la capacidad de asegurar la victoria dentro de la región. Con este fin, tres destacamentos de la Legio Astraman que suman un total de 25 ingenios aterrizan en Xiloci II, en las zonas de aterrizaje aseguradas por los leales. En respuesta, los traidores tratan de asegurar sus líneas de asedio, creando fortificaciones reforzadas alrededor de ciudades colmena no conquistadas. Al hacerlo, los traidores sacrifican su impulso, formando focos aislados de resistencia que los leales pueden atacar uno a uno. La Legio Astraman dirige una campaña de conquista metódica, formando tres puntas que atacan ciudades colmena muy cercanas para evitar que las posiciones de los traidores se refuercen entre sí. La conquista del planeta se traduce en pérdidas mínimas para la Legio Astraman, basadas en manípulos que consisten principalmente en Reavers y Warlords. Después de tres meses de operaciones, los traidores son expulsados de gran parte de Xiloci II, encerrados en un puñado de ciudades colmena después de que Kalibrax evacuase a los elementos supervivientes de la Legio Kulisaetai. La última resistencia es reprimida después de un asalto decidido a la ciudad colmena de Espira Tartunrus en el que participa el propio Xixos, dirigiendo directamente el conflicto desde el Warlord Gracia de la Ira. No dispuesto a perder tiempo y vidas en otro asedio, el destino de Espira Tartunrus se sella cuando los cañones de Astraman son apuntados hacia la montaña alrededor de la cual se construyó la ciudad, enterrándola bajo una avalancha de piedra. Toda vez que se asegura el dominio de Xiloci II, los Caballeros de la Casa Col'Khak reciben la tarea de erradicar cualquier resistencia restante mientras Xixos dedica sus fuerzas a recuperar el control de los mundos restantes dentro del sistema Xiloci'ny y más allá.
- La Conquista de Ny’Drinah (049.012.M31) - Tras la pérdida de Arachnus ante la Legio Tritonis, la Legio Venator expresa su deseo de recuperar su mundo natal, realizando varios asaltos infructuosos a los territorios de Arachnus. Como no conseguirían nada sin aliados, todos los cuales veían la seguridad del subsector Ny’Drinah como un objetivo de mayor prioridad que Arachnus, el Princeps Maxima Procolus, Gran Maestro interino de la Legio Venator, emplea a toda la fuerza de la Legio Venator en el subsector, formando un acuerdo con Atar-Median mediante el cual después de la conquista total de Ny'Drinah, la Legio Atarus comprometería una parte de sus fuerzas a la guerra contra Arachnus. Aunque el número de leales dentro del subsector se redujo por el redespliegue de muchos titanes de la Legio Astraman al frente oriental, los 60 ingenios traídos por la Legio Venator cambian rápidamente el rumbo del teatro con una serie de asaltos que expulsan a la Legio Damicium del sistema Yanazar'ny y la recuperación de los ingenios caídos en Yanazar IV, cuyas operaciones mineras se consideran entonces inoperables debido a los daños. Del mismo modo, los leales atacan el sistema Paradonal'ny, desplegando a 50 titanes, tanto de la Legio Atarus como de la Venator, para asediar a los traidores atrincherados alrededor del ascensor orbital en Paradonal I. El asedio subsiguiente, que se cobra 18 titanes, termina cuando los traidores apuntan sus armas hacia el ascensor, cortando el vínculo entre el fondeadero de la flota y el planeta. Los escombros resultantes caen sobre la posición de los traidores, cobrándose la vida del Magos Dominus Xixos y nueve titanes leales, junto con los pocos traidores restantes al tiempo que causan un daño catastrófico a la biosfera del planeta. Este acto final de desprecio deja a los leales con el control de un subsector devastado, cuya industria y población han sido masacrados; los censos tomados dos décadas después de la invasión del subsector informarían de un 64% menos de población y una disminución del 76% en la producción industrial en relación con las cifras anteriores a la Herejía de Horus. Aunque ya no era capaz de abastecer a los mundos forja como antes, el subsector resulta ser viable, sobre todo porque les otorga a los leales una fortaleza desde la que poder asaltar los mundos forja traidores directamente. Es importante destacar que la victoria dentro del subsector también serviría para apuntalar la moral de las fuerzas leales, lo que lleva a muchos mundos del Cinturón de Hierro, cuya lealtad no se había decantado, a anunciar su apoyo al Emperador, lo que socava los intentos de los traidores de encontrar nuevos aliados.
- Asalto a Findari Prime (091-417.012.M31) - El Cataclismo de Hierro entra en una nueva fase tras la expulsión de las fuerzas traidoras del subsector Ny’Drinah. Obligados a retroceder, los traidores comienzan a reforzar sus propias posesiones en previsión de la contraofensiva leal mientras lanzan flotas especiales, de un puñado de naves, para devastar mundos del Cinturón de Hierro en un esfuerzo por fragmentar y retrasar lo inevitable. Los informes tácticos señalan que estas flotas están equipadas con numerosos ejemplos de naves del Mechanicum Oscuro. De las docenas de atrocidades cometidas por tales flotas, entre las más notables se encuentra la destrucción del sistema Aultarun y la segunda invasión de Botín de Findari. En el sistema Aultarun, la Legio Kulisaetai se embarca en una campaña de masacres desenfrenadas, atacando a los miles de millones de refugiados que se habían asentado en los mundos agrícolas dentro del sistema en un intento por evitar la guerra. Sus acciones, aunque no indican un patrón discernible, sirven para desencadenar un extraño ritual similar en diseño y propósito al que se infligió en el distante mundo de Calth. Sin embargo, en Aultarun, ninguno es capaz de detener la manipulación de su estrella y, en unos días, el sol del sistema experimenta miles de millones de años de expansión. Aquellos mundos que no son devorados por la estrella o limpiados por la radiación son consumidos por una grieta disforme creada mediante el sacrificio de la población. El desgarro resultante en la realidad pronto se conocerá como “Lamento del refugiado”, cuya siniestra luz es visible para los mundos de la franja occidental del Segmentum Pacificus. En Botín de Findari se ejecuta un método de muerte diferente, pero no menos destructivo. Su planeta sufre el paso de los traidores una vez más cuando un asalto, encabezado por los guerreros de la Casa Vextrix, toca tierra. Esto causa mucha confusión al Primer Escudo Nuvarss, quien tenía la tarea de defender el Botín, ya que la fuerza reunida por los traidores representaba solo una amenaza mínima para las defensas erigidas por Kalibrax años antes y fortalecidas por los tecnosacerdotes de Atar-Median. Sus acciones también se salen de las tácticas convencionales, utilizando grupos itinerantes de caballeros de la Casa Vextrix moviéndose de un lugar a otro, dejando rastros de excavaciones a su paso. Para discernir la lógica detrás de las fuerzas traidoras, se emite una directiva exigiendo la captura e interrogatorio de un tecnosacerdote traidor. Después de varias semanas de batallas, durante las cuales la Casa Vextrix logra derribar a tres titanes entre los Riscos de la Espalda del Mundo, los guerreros de la Casa Col'Khak logran su objetivo: un rezagado en la evacuación de la superficie del planeta. Los registros de los interrogatorios cada hora, transmitidos a Atar-Median, solamente hablan de un tecnosacerdote aparentemente enloquecido por un código corrupto que infesta sus procesadores. El registro final, transmitido cuando la flota traidora alcanza el borde del sistema, se corta abruptamente, y sus segundos finales no registran nada más que una risa desgarradora entrelazada con ráfagas de código basura. Momentos después, las líneas de sensores informan de detonaciones similares a las de ojivas ciclónicas bajo la superficie de Findari Prime poco antes de que el mundo mismo se haga añicos, llevándose por delante a decenas de miles de guerreros Atar-Medianos y una decena de titanes, con eso. Tras la destrucción de Findari Prime, las flotas de recuperación de Atar-Median entran en el sistema para buscar cualquier cosa de valor y es entonces cuando se topan con una sola nave traidora. Al abrir las comunicaciones, esta emite una advertencia burlona, declarando que el destino de Findari Prime le esperaba a cualquiera que continúe oponiéndose al Fabricador General de Marte antes de retirarse.
- Batalla de Arachnus (145.013-015.M31) - La pérdida de Urdesh daña tanto la cohesión como la moral de las fuerzas traidoras, convirtiéndose en un símbolo de la ascendencia de las fuerzas leales en el Cinturón de Hierro. Mientras que varios mundos Forja menores como Tridolii se arrojan a la merced del Imperio, otros, como Narunbax, son irrecuperables y son aplastados por las legio Venator y Atarus mientras marchan sobre Arachnus, con la intención de recapturar el mundo en nombre del Emperador. Kalibrax, reconociendo que la atención de los leales está en otra parte, se retira, abandonando a sus aliados en un intento por fortalecer sus posesiones. Al hacerlo, los mundos que habían conquistado se ven privados de la presencia de la Legio Kulisaetai y con sus opresores eliminados, muchos de ellos se rebelan, superando a las guarniciones dejadas. Habiéndose liberado del gobierno de los traidores, muchos de ellos no desean quedarse de brazos cruzados y forman pequeños grupos para hacerse con el control de todas las naves que pueden. Juntos, se forma una vasta flotilla de naves, cientos en número y eclécticas en diseño. Esta flota, que carece de un propósito más allá de la venganza, cae sobre Kalibrax. Millones de personas mueren a manos de los cañones orbitales del mundo Forja, pero su número se impone y la flota toma el control de la órbita de Kalibrax. Al carecer de cualquier medio para conquistar el planeta, la flotilla bloquea el mismo hasta que fuerzas mayores vinieran a terminar el asunto. Arachnus también siente la ira de los leales, ganada a pulso por su expansión y por su transformación en la “Marea Oscura” Los primeros mundos en ser reconquistados por la vanguardia leal que se dirigía como una flecha directamente hacia Arachnus son aquellos que han sufrido su yugo, para después caer sobre sus dos lunas antes de que los elementos de la Legio Tritonis puedan ser llamados. En Nizkara, los leales se encuentran con que la resistencia seguía activa, inasequible al desaliento desde hace años. La Legio Atarus se despliega para relevar a los defensores de la luna, rompiendo las líneas traidoras y forzando a la Legio Tritonis a una evacuación de emergencia. En Iktomia, un destino similar les sucede a los traidores, pues toda la ira de la Legio Venator cae sobre aquellos que habían renunciado a sus juramentos y corrompido su tierra natal. Tras la exitosa conquista de las dos lunas de Arachnus, los leales vuelven su mirada hacia el planeta. Con el consentimiento de quienes habían sido obligados a exiliarse, los cañones de las dos lunas se desatan sobre el mundo Forja, abriendo grandes cráteres en la superficie del planeta para allanar el camino a una fuerza invasora. Los miembros de la Legio Venator que habían defendido Nizkara en nombre del Emperador reciben el honor de ser los primeros en pisar la superficie de Arachnus y llevar Su justicia a los traidores. La verdadera conquista no se logra hasta después de la caída de Horus y la gran guerra posterior, cobrándose las vidas de docenas de titanes antes de que la Legio Venator recupere su hogar.
Fuerza material
Tras la erradicación de los Peregrinos de la Pureza Ahogada, la fuerza total de la Legio Kulisaetai se reducía a 13 ingenios operativos, muy lejos del pico de 148 que estuvieron operativos durante la Era de los Conflictos. Incluso con los refuerzos proporcionados por la Legio Mortis, los Centinelas siguieron siendo una de las legios más pequeñas al servicio del Imperio. No sería hasta el renacimiento de la industria de Kalibrax cuando este sería capaz de proporcionar repuestos y unidades nuevas; al comienzo de la Herejía de Horus, se estima que la Legio Kulisaetai tenía entre 85-110 ingenios, favoreciendo los modelos Reaver y Warlord.
Titanes notables
Warhound
- Amrok - Operativo durante la Gran Cruzada y Herejía de Horus.
Warlord
- Sanctificetur Filium - Como mostraba este ingenio durante la invasión del subsector Ny'Drinah, la Legio Kulisaetai prefería configuraciones de armas defensivas. De hecho, las tácticas de los Centinelas giraban en torno a un grupo de ingenios los cuales aseguraban una posición, actuando como un punto central alrededor del cual los elementos más rápidos del grupo de batalla interceptarían las amenazas entrantes. El uso de armas de mediano y largo alcance aseguraba que pocos enemigos se acercaran sin sufrir daños significativos, reduciendo las opciones de combates cuerpo a cuerpo.
- Baluarte Endurecido (Warbringer Nemesis) - Dentro de lo antes mencionado, los Centinelas sentían cierta preferencia por el empleo de Warbringer Nemesis durante las acciones ofensivas y defensivas. Los registros marciales de la Gran Cruzada indican que la Legio Kulisaetai solamente poseía tres, pero las estimaciones tomadas durante la Herejía de Horus apuntan a al menos una docena. Esta discrepancia puede explicarse, por ejemplo, en que los tecnosacerdotes de Atar-Median rescataron los restos del Baluarte Endurecido de las ruinas de Malhanr. La evaluación de sus orígenes del motor indica que en el pasado se llamaba Valor de Hierro y perteneció a la Legio Astraman.
Apariencia
Colores
La Legio Kulisaetai posee un esquema de colores que consiste en una dualidad de blanco y rojo, empleando de forma secundaria el negro para la cabeza de sus ingenios. Los adornos están pintados de dorado.
Heráldica
El escudo de la Legio Kulisaetai tiene la forma de un rastrillo estilizado dorado, típico de las fortificaciones medievales. Dos llaves cruzadas están centradas sobre este, representando las llaves de Kalibrax, tal como las sostienen sus Centinelas: la Legio Kulisaetai. El rastrillo está coronado con un medio engranaje, manifestando sus lazos con el Mechanicum.
Leer más
Fuentes
- Adeptus Titanicus: Rulebook. Página 16.
- Adeptus Titanicus: Crucible of Retribution. Páginas 6-7, 13, 18, 21-3, 25, 28, 30, 48-51 y 70-3.
- Adeptus Titanicus: Traitor Legios. Páginas 144-9.
- The Horus Heresy VI. Página 31.
- Warhammer Community - Coming Soon: Crucible of Retribution
- Warhammer Community - Crucible of Retribution - Titan Tactics
- Warhammer Commuity - Crucible of Retribution: The Story