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Estandarte de la Legio Ignatum.

La Legio Ignatum (o Avispas de Fuego) es una Legión Titánica de la Collegia Titanica, uno de los brazos armados del Adeptus Mechanicus. Hay muy poca información en los registros imperiales acerca de la fundación de esta legio, aunque se cree que fue fundada durante la Era de los Conflictos. El hogar de la Legio Ignatum no es otro que Marte, en el Segmentum Solar, el centro del Culto Mechanicus y la sede de poder del Fabricador General. Su lema es Inveniam Viam Aut Faciam, que se traduce del gótico clásico como "Encontraré un camino o haré uno". Marte es también el hogar de otras dos Legiones Titánicas sin nombre cuya existencia ha permanecido clasificada.

Historia[]

Legio Ignatum Titan

La Legio Ignatum cuenta con un orgulloso linaje que pocas legios pueden igualar, ya que forma parte de la Tríada Ferrum Morgulus y es la primera de esa ilustre hermandad. Fue mediante el fuego de sus armas y el acero de su determinación que Marte fue salvaguardado durante la Era de los Conflictos. Por su juramento, mientras hubiera un ingenio de Ignatum siguiera en pie, ningún daño sobrevendría a los lugares que estaban en su cargo. Fue esta obstinación, esta intransigencia frente a unas probabilidades imposibles, lo que se convertiría la piedra angular de la fama de la Legio Ignatum, pues nunca sehan retirado en combate. Esta lealtad sería tanto una bendición como una maldición, el orgullo de la legio y también la razón de su exilio y casi destrucción en los albores de la Herejía de Horus.

Mientras que los guerreros de las legios Mortis y Tempestus no conocían más credo que la muerte y la destrucción, los de Ignatum solían acudir en ayuda de esas forjas aisladas, casi invadidas por los monstruos, por toda Marte. Muchas de estas forjas menores jurarían lealtad a la Legio Ignatum, buscando ganar a perpetuidad la protección infatigable de sus hombres e ingenios. Pero era en defensa de sus dominios cuando manifestaban toda su ira e irrumpíam en la batalla con un fanatismo demoledor. A los intrusos no se les ofrecía cortesía alguna. En muchas ocasiones, los Princeps de la Legio Mortis confundían la tolerancia de Ignatum con debilidad y buscaban dominarlos por la fuerza, solo para encontrarse con una furia a tener en cuenta; fue la razón principal por la que los guerreros de Mortis no conquistaran Marte. De aquí surgió su cognomen, las Avispas de Fuego, por el antiguo depredador de la Vieja Tierra cuyos nidos nadie se atrevería a profanar por miedo a que despertaran a las bestias que dormían en su interior.

Con la llegada del Emperador y la firma del Tratado de Olympus, las legios que componían la Tríada Ferrum Morgulus recibirían nuevos roles en el Mechanicum, siendo el de la Legio Ignatum el de los protectores del Mechanicum. Las Avispas de Fuego serían centinelas de los dominios de Marte, tanto sus sagradas forjas como instalaciones clave esparcidas por el Segmentum Solar y más allá. Durante gran parte de la Gran Cruzada, su papel se limitó a la defensa tanto de xenos como de rebeldes de los mundos reclamados en nombre del Mechanicum.

Entre sus batallas más famosas de esta época está la defensa de Ultrecht Magni, uno de los primeros mundos invadidos por el Kaudillo Urlakk Urg y el comienzo de la campaña que culminaría en la histórica Batalla de Ullanor. Allí, en los bordes del Segmentum Solar, una docena de ingenios se alzaban como guardianes sobre la semilla de un nuevo Mundo forja. Quizás buscando cosechar la riqueza tecnológica dentro de los muros del enclave, Urlakk Urg desataría sus hordas contra ellos como parte de una ola de conquistas; un último ataque desesperado del único imperio orko que quedaba dentro de las fronteras del Imperio. Más de un centenar de Pizoteadores lideraron el asalto, respaldados por innumerables enjambres de toscas plataformas de armas, formando una fuerza lo suficientemente grande como para que los defensores no esperasen resistirlos sin ayuda.

De hecho, los guerreros de las Avispas de Fuego no se ganarían la gloria con la victoria, sino la inmortalidad por sus heroicidades en la derrota. En el transcurso de cuatro largos días de lucha, los 12 Princeps venderían caras sus vidas y sus ingenios, negándose con obstinación a abandonar la defensa y evacuar. El Warlord Perditus Existimamur fue el último en caer, en una batalla final capturada por los magos evacuados en la que sus armas siguieron disparando incluso cuando los ingenios orkoides le derribaron. Cuando la Legio Ignatum tomó tierra en Ullanor, para ser un elemento más de la caída de Urlakk Urg, lo hicieron con toda la fanfarria de sus cuernos de guerra; un saludo a los caídos y un llamamiento a la venganza.

Esta fama, el renombre de una lealtad que ni siquiera la más temibles probabilidades podía deshacer, sellaría el destino de la Legio Ignatum. En Marte, una nueva orden estaba tomando el poder lenta y silenciosamente, dado que los sirvientes de Horus habían sobornado por completo al liderazgo del Mechanicum y los habían puesto al servicio del Señor de la Guerra. La Legio Mortis y gran parte de la Legio Tempestus ya habían jurado lealtad a este nuevo maestro, dejando sola a Legio Ignatum en el planeta. Lo que vendría a continuación, eventos tales como la Batalla de Marte y la destrucción de Ciudad Magma, son bien conocidos. Los traidores emboscaron, sabotearon y aniquilaron a los leales en sus feudos o en aquellos que habían protegido durante siglos, donde la Legio Ignatum orquestó su última defensa.

Ninguno de los ingenios estacionados en Marte sobreviviría a la traición. Aquellos que lo hicieron en puestos distantes del Segmentum Solar fueron espoleados por este sacrificio, porque aunque el Imperio estaba ahora dividido, sus juramentos seguían intactos y su nombre inmaculado. Su decisión estuvo clara: ante tal perfidia, no se podía permitir que los traidores permanecieran impunes, pero con la caída del Gran Maestre en Marte la cadena de mano se había evaporado. Cada destacamento eligió por sí mismo entre mantener sus posiciones o buscar a los traidores en nombre de la venganza. Kelbor-Hal había sacado de Marte la única fuerza que no podía corromper, pero no había logrado asestarle un golpe letal. Como poco obtuvo un breve respiro, porque ahora, despertadas por la furia, las Avispas de Fuego volvieron todos sus pensamientos hacia la venganza, hacia la derrota de aquellos que habían abandonado su honor; para aquellos a los que una vez llamaron hermanos, los guerreros de Mortis y Tempestus, reservaron su odio más profundo.

Lucharían en la defensa del Palacio Imperial durante la Batalla de Terra contra las ingentes hordas de demonios y traidores que el Señor de la Guerra Horus les lanzó con toda su furia. Innumerables historias de heroísmo personal y sacrificio individual han sobrevivido de aquel entonces y las Avipas de Fuego las tienen más que ganadas. A día de hoy, la Legio Ignatum es la única legio a la que se la ha concedido el singular honor de guardar el Salón del Trono del Emperador, donde el Señor de la Humanidad yace ni vivo ni muerto, sentado sobre el sagrado Trono Dorado.

Después de que el asedio del Palacio Imperial tocase a su fin, la Legio Ignatum combatiría en la mayoría de las grandes campañas de la Gran Purga, purificando los mundos imperiales de la mancha del Caos y de los traidores. La Legio combatió en los intensos conflictos de Paramar V y en el Sistema Tallarn en su esfuerzo por expulsar a las Legiones Titánicas Traidoras. Durante estas largas y sangrientas campañas los Princeps de las Avispas de Fuego llegaron a conocer y odiar con una pasión imperecedera a la Legio Mortis, viejos rivales que ahora se habían corrompido totalmente y practicaban la repugnante adoración a los dioses del Caos.

Campañas notables[]

Gran Cruzada y Herejía de Horus[]

  • Sarosh (xxx.M31) - Sarosh fue un planeta inicialmente conquistado y llevado al Acatamiento por los Ángeles Oscuros de la 4ª Flota Expedicionaria durante la Gran Cruzada. Una demi-legio de Titanes de las Avipas de Fuego fue enviada a Sarosh para aplastar los últimos focos de resistencia, asegurándose de esta manera el sometimiento del planeta.
  • Cisma de Marte (005.M31).
  • La Sucesión Binaria (006.M31) - Tras el Cisma en Marte, el nuevo Fabricador General Zagreus Kane y los leales dentro del Mechanicum se encontraron siendo una y otra vez ignorados por el Consejo de Terra, dejando el estatus político de los Tecnosacerdotes en una situación extremadamente ambigua. Lo que más tarde se llamaría la "Sucesión Binaria" se resolvió cuando el Titán Emperador Magnificum Incendius de la Legio Ignatum marchó hacia la Gran Cámara del Consejo de Terra, resultando en la creación del Adeptus Mechanicus como sucesor del Mechanicum y del Adeptus Titanicus como parte de su brazo militar.
  • Guerra de la Telaraña Humana (004-010.M31).
    • Asedio de Calastar.
  • Campaña de Beta-Garmon (006-013.M31).
  • Cataclismo de Hierro (010-015.M31).
    • El destino de Estación Jerulas (182.011.M31) - La guerra dentro del sistema Ny’Drinah, aunque inicialmente fue un éxito para las fuerzas traidoras, se vuelve contra ellas después de la pérdida del sistema Xiloci’ny. Las cosas se complican aún más con la llegada de flotas tanto de Atar-Median como de Arachnus, comprometiendo este último a muchos de sus Princeps más veteranos de la Gran Cruzada. Ni Urdesh ni Kalibrax pueden esperar igualar el poder de los tres mundos Forja reunidos y las fuerzas de Valia-Maximal tienen gran parte de sus fuerzas comprometidas en los sectores orientales del Cinturón de Hierro, lo que les impide enviar el nivel de ayuda necesario para repeler el avance leal. En su lugar, los traidores buscan asegurar la ayuda de los mundos Forja menores, enviando flotas de emisarios a mundos como Lux Incunabula, Gantrin y Estación Jerulas. En Estación Jerulas, el Mechanicum Oscuro espera encontrar un aliado que sirviera como terreno fértil para la rápida expansión de su industria y la aceptación de las numerosas prácticas empleadas por los traidores. Está bien documentado que Estación Jerulas y su gente sentían un gran desdén por el Imperio y su lealtad se debía gracias a la fuerza de la guarnición estacionada en el mundo Forja. Tanto la Tormenta de Ruina como el Cataclismo de Hierro habían cortado las comunicaciones a través del Cinturón de Hierro y ni leales ni traidores habían mantenido contacto con la Estación Jerulas en más de tres años; el último comunicado registrado estaba fechado en 942.008.M31, una llamada de socorro de la guarnición imperial por una rebelión generalizada, así como la presencia de entidades de origen desconocido dentro de las filas de los insurrectos. No es hasta el 011.M31 que se descubre el destino de Estación Jerulas. Una flota enviada desde Urdesh para negociar un tratado se encontró un planeta muerto desprovisto de vida y civilización; las imágenes tomadas de naves traidoras capturadas mostraban imponentes edificios de metal sin rasgos distintivos colocados donde una vez estuvieron forjas y los restos de innumerables naves espaciales en órbita como el único indicio de un conflicto prolongado y brutal. Los perpetradores de este conflicto se revelan momentos después de que un equipo de investigación de Urdeshi toque tierra, desatando una cacofonía de ráfagas de datos binarios cuando los edificios de la superficie cobran vida y firmas de naves entre los escombros en la órbita. Estas naves, de diseño desconocido, se activan y cargan contra los intrusos. La flota traidora es reducida a un tercio de su fuerza inicial, obligándoles a abandonar Estación Jerulas y al equipo de investigación.
    • La Censura de Urdesh (149-856.012.M31) - La caída del subsector Ny’Drinah asegura un nexo industrial que, aunque maltrecho, demuestra ser suficiente para facilitar el rápido reacondicionamiento de las legios leales en preparación para la siguiente etapa de conquista. Su mirada se fija en los mundos Forja de Urdesh y Arachnus. El asalto a Urdesh no está motivado únicamente por el deseo de castigar a los insurrectos, azuzados desde la propia Terra con mensajes pidiendo la censura del planeta por su falta de esfuerzos por transportar suministros al Segmentum Solar. La fuerza enviada por Graia en respuesta a estas llamadas incluye más de 40 ingenios de la Legio Astraman y 60 Caballeros de la Casa Moritain, pero los mandos en Terra no contemplan posibilidad alguna de fracaso. Con este fin, se envían ocho ingenios de la Legio Ignatum, enmascarados por agentes de Malcador el Sigilita como una flota al servicio de Horus. Tal ardid resulta valioso, pues la llegada de la flota de Graia no causa alarma en Urdesh. Las naves de desembarco leales descienden sobre el planeta en masa, y la casta gobernante de Urdesh se reune para saludar a los representantes del Señor de la Guerra, flanqueada por un guardia simbólica de la Legio Damicium. Sus intentos de hospitalidad son respondidos con la muerte, pues la primera salva de los leales nada más bajar las rampas decapita al alto mando de Udresh. Las zonas de desembarco son aseguradas sin problema, lo que permite transportar más refuerzos a la superficie. La completa subyugación de Urdesh resulta mucho más problemática. La resistencia a la que se enfrentan los leales resulta descoordinada pero feroz, pues la gente de Urdesh siempre había repelido a los invasores. Los primeros meses de la guerra contemplan cómo la maltratada Legio Damicium, agotados por el Cataclismo de Hierro y la falta de repuestos desde Marte, castiga a los leales por su audacia y ralentizan el avance. Dentro del Bastión Ferrum, una vasta cantera abandonada agotada mucho tiempo ha, un grupo de titanes traidores utiliza sus túneles para emboscar a las fuerzas leales, lo que provocó un retraso de semanas. En el cerco de Draunheim, un asalto de un mes sobre la ciudad se cobra las cabezas de siete titanes de la Legio Astraman por un puñado de Warlords de la Legio Damicium, el Gloria Victoria, un viejo titán clase Emperador-Warmonger. Graia paga cada metro con sangre hasta que, seis meses después de la muerte de los líderes de Urdesh, los refuerzos prometidos del Segmentum Solar llegan. La reputación de la Legio Ignatum resulta cierta en su descenso a Urdesh. En reconocimiento a su condición de miembros de la Tríada Ferrum Morgulus de Marte, los Avispas de Fuego reciben el mando de cada campo de batalla que pisan. Solos o en parejas se unen a los diferentes frentes en Urdesh, guiando el conflicto y prestando tanto su vasta experiencia como la furia de sus armas para asegurar la victoria. La ciudad Forja de Urdessec resulta ser la ubicación de la última resistencia de los traidores y de los restos de la Legio Damicium en Urdesh, 11 ingenios malheridos. Superados tres a uno, los Señores Inquebrantables luchan hasta el fin, reclamando al menos un enemigo por cada hermano antes de que la ciudad de Urdessec es reducida a escombros, para nunca ser reconstruida. Como censura por sus crímenes contra el Imperio, las ciudades Forja más grandes de Urdesh son devastadas y sus bancos de conocimiento purgados de cualquier tecnología que el Mechanicus considerara indigna de Urdesh. Pronto, la maltrecha industria del mundo Forja se orienta hacia el suministro a las fuerzas leales, operadas por un nuevo liderazgo de tecnosacerdotes que forman parte del recién formado Adeptus Mechanicus. Dado que Horus se acerca cada vez más a Terra, la gran mayoría de las municiones y armas producidas por Urdesh se envian directamente al Sistema Sol, con la intención de reforzar las Puertas Gemelas, reliquias de la antigüedad que facilitan el rápido despliegue de naves dentro del sistema central del Imperio. Poco después de la batalla de Urdessec, los titanes de la Legio Astraman parten hacia Graia, con la intención de intensificar la guerra con Valia-Maximal. Por orden de Malcador, la Legio Ignatum se queda para vigilar Urdesh y sus posesiones y se le da autoridad para castigar a cualquiera que se atreva a levantarse una vez más contra el Emperador.
  • Segunda Batalla de Paramar V (011.M31) - En este segundo round, las fuerzas leales que constan de la Legio Atarus, Legio Ignatum, Legio Solaria, Ángeles Sangrientos y Cicatrices Blancas chocan con unos defensores que consisten en la Legio Fureans, Legio Mortis, Hijos de Horus y Portadores de la Palabra. Los leales llevan a cabo una serie de ataques de diversión a través del Sistema Paramar para alejar a las fuerzas enemigas de su verdadero objetivo, antes de realizar un asalto a gran escala en el puerto espacial principal de Paramar V. Los leales logran capturarlo intacto y luego presionan para comenzar la destrucción de los gigantescos depósitos de suministros que se extendían por la meseta más allá. Sin embargo, pronto se revela que los traidores habían previsto este plan y lanzaron un enorme contraataque. Aunque infligen grandes bajas, la fuerza de invasión leal es rodeada y destruida sin piedad.
  • Asedio de Terra (014.M31).
  • La purga (014-021.M31).
    • Purga de Catenada.
    • Purga de Tallarn.
    • Batalla de Grozol.
  • Guerra de La Bestia (544.M32) - Los dos Warhound de la Legio Ignatum que custodiaban la Puerta de la Eternidad del Palacio Imperial entraron en acción contra un intento de infiltración Aeldari compuesto por un grupo de Arlequines de la Mascarada de la Canción Incesante. El grupo es aniquilado por las fuerzas del palacio y la Inquisición interroga a su Vidente de Sombras.
  • Los Goliats en Llamas (170.M37) - Los Skitarii de Graia se unieron a la Legio Ignatum (los llamados "Avispas de Fuego") en la caza de un trío de Titanes del Caos. Los ingenios traidores son llevados al combate a la sombra del inmenso Castillo Retross, aunque la hueste del Caos que se derrama por su puerta empieza a inclinar lentamente la balanza a su favor. La victoria imperial sólo se confirmó cuando las armas de arco Skitarii sobrecargaron los espíritus de guerra de las máquinas traidoras provocando su total destrucción. Mientras el castillo era arrasado, sus derrumbados muros eran iluminados por los gigantescos y llameantes cadáveres de los titanes.

Antes de la Gran Fisura[]

Fuerza material[]

Como miembro de la Tríada Ferrum Morgulus, la Legio Ignatum era una legio de primer orden. Entre sus filas podían encontrar titanes de todas las clases y tamaños, incluidos Warmaster y Apocalipsis, los cuales rara vez abandonaban las forjas de Marte. En total contaba con casi 200 ingenios, la mayor parte estacionada en Marte y el resto esparcido por el Segmentum Solar. Su núcleo estaba compuesto por Warlords y destacaba por su falta, comparativamente hablando, de modelos exploradores. Cuando se batían en el campo preferían el empleo de falanges de titanes más pesados, confiando en su potencia de fuego para salir adelante.

Una creencia que echa raíces en el pasado más remoto y entre los guerreros de la Legio Ignatum afirmaba que el destino de una batalla estaba predicho por el primer disparo. Si ese disparo ocasionaba un golpe contundente, este les traería la victoria, mientras que un error indicaba que se avecinaba una dura prueba y, como tal, solo los mejores tiradores podrían ejecutar tal golpe en los primeros momentos de la batalla. Una leyenda cuenta que en los momentos iniciales de la traición en Marte, los Princeps de las Avispas de Fuego estaban tan conmocionados que el primer disparo fue disparado por un Princeps neófito y golpeó a un ingenio aliado por error, un presagio de la tragedia que le ocurriría a la Legio Ignatum ese día.

Titanes notables[]

  • Helios.

Warhound[]

  • Advensis Primaris.
  • Ascraeus - Formó parte del despliegue de la Legio Ignatum en el Proyecto Telaraña Humana; destruido.
  • Ikarial - Formó parte del despliegue de la Legio Ignatum en el Proyecto Telaraña Humana y en defensa del Proyecto Telaraña Imperial. Fue destruido mientras cubría la retirada final hacia las Mazmorras Imperiales, bajo el Palacio Imperial.
  • Ilmarius Novus - Formó parte del despliegue de la Legio Ignatum en el Proyecto Telaraña Humana; destruido.

Reaver[]

  • Cielo Negro - Fue comandado por Enkir Morova y seleccionado como parte del despliegue de la Legio para defender la Gran Obra del Emperador en el Proyecto Telaraña Imperial. Durante cinco años, Cielo Negro y sus compañeros lucharon contra los Eldars y otros habitantes de la Disformidad, antes de que la maltercha Telaraña fuese infestada de demonios. Fue una de estas entidades, la Eco del Primer Asesinato, quien poseería a Morova y le conduciría a matar a su propia tripulación. Después de tomar el control de Cielo Negro a través de Morova, el Demonio realizó un último acto de ignominia, ejecutando al malherido pero victorioso Vástago de la Luz Guardiana antes de abandonar el Reaver.

Warlord[]

  • Clavis Regni - Fue quien finalmente tuvo éxito destruyendo el infame Titán Emperador Dies Irae en la Batalla de Hydra Cordatus cuando aplastó el antiguo reactor principal de plasma del Titán traidor con su garra de batalla aprovechando el agujero abierto en el gigantesco torso de la armadura del ingenio de guerra. Este agujero había sido creado por su compañero, el Imperator Bellum a costa de su propia vida.
  • Honoris Causa.
  • Ignis Indignatio - Los patrones que se muestran en el blindaje de Ignis Indignatio, en su representación después de la conquista de Urdesh, son característicos de las galas con las que la Legio Ignatum decoraba a menudo sus ingenio. Las Avispas de Fuego se enorgullecían de su condición de miembros de la Tríada Ferrum Morgulus incluso cuando ese nombre perdió buena parte de su peso tras la traición de la Legio Mortis y gran parte de la Legio Tempestus. Ignis Indignatio ostentaba un largo e ilustre récord de víctima, y el estandarte de honor que se muestra en esta ocasión es el 87.º estandarte que representa sus conquistas. Los otros estandartes fueron reconstruidos minuciosamente a partir de registros, después de que los originales fueran retirados de sus cápsulas de estasis en Marte y destruidos por los sirvientes de Kelbor-Hal.
  • Imperator Bellum - Luchó en Hydra Cordatus contra elementos de la Legio Mortis. El Imperator Bellum cargó contra el Dies Irae enzarzándose en un combate cuerpo a cuerpo y murió combatiendo contra este. Antes de caer, sin embargo, se las arregló para abrir un agujero en la armadura que cubría su reactor principal de plasma . El compañero del Imperator Bellum, el Clavis Regni, logró destruir más tarde al titán enemigo aplastando el reactor con su garra de batalla.
  • Perditus Existimamur - Fue el último titán de la legio en caer durante la defensa de Ultrecht Magni.
  • Reginae Furorem.
  • Vástago de la Luz Guardiana - Fue el titán principal desplegado por la Legio Ignatium para proteger el Proyecto Telaraña Humana. El Vástago de la Luz Guardiana fue el único Titán Warlord desplegado en los túneles de la Telaraña Imperial, y dado su inmenso tamaño tuvo que ser desmontado en Terra, transportado a la Telaraña y reensamblado allí. Como con todas las fuerzas de la Legio Ignatum desplegadas dentro del tramo imperial de la Telaraña se perdió de la forma más trágica; traicionado por uno de sus hermanos, el Titán Reaver poseído Cielo Negro.

Warmaster[]

  • Vindicta Manibus - En registros ocultos durante mucho tiempo a todos salvo los sirvientes más leales del Omnissiah se indica que aunque el Titán Warmaster fue un diseño novedoso para el Imperio, en realidad tenía un linaje tan antiguo como el Warlord. Vindicta Manibus, en su representación tras la conquista de Urdesh, lleva marcas de honor que se remontan a las guerras del Mechanicum contra los Cy-Carnivora en Marte, milenios antes de la llegada del Emperador. Sin embargo, las marcas de muerte que lleva el estandarte de honor de Vindicta Manibus únicamente representan a los titanes de batalla asesinados por el ingenio desde su despertar en el 011.M31; un testimonio del poder destructivo ejercido por cada Warmaster.

Emperador[]

Personajes notables[]

Herejía de Horus[]

  • Nishome Alvarek - Princeps de Vástago de la Luz Guardiana. Mujer de estatura y reputación impecables, Nishome Alvarek era una Princeps competente, desafortunada por el hecho de que la arquitectura de la Telaraña Eldar le impidiera marchar contra los enemigos del Emperador. Permaneciendo fiel a sus juramentos, Alvarek se negó a retroceder o abandonar su puesto, incluso cuando se hizo evidente que los imperiales estaban perdiendo la batalla por el control de la Telaraña y más teniendo en cuenta el hecho de que su Titán tendría que ser abandonado dado que los pasajes que ligaban la Telaraña a las Mazmorras Imperiales se estaban desmadejando. Nishome Alvarek trató de obtener una última gran victoria antes de morir, cosa que logró antes de ser destruida por el titán poseído Cielo Negro.
  • Enkir Morova - Princeps de Cielo Negro.
  • Cydon - Princeps Maximus del Imperious Prima y comandante del Primer Manípulo durante el Asedio de Terra.
  • Bazzanius - Princeps Senioris de Magnificum Incendius y comandante del Segundo Manípulo durante el Asedio de Terra.
  • Clementia - Princeps Senioris del Exemplis y comandante del Cuarto Manípulo durante el Asedio de Terra.
  • Tetracauron - Princeps Senioris del Reginae Furorem y comandante del Sexto Manípulo durante el Asedio de Terra.
    • Divisia - Moderatus del Reginae Furorem.
    • Cartho - Moderatus del Reginae Furorem.
    • Xeta-Beta-1 - Visioingeniero del Reginae Furorem.
  • Arthusa - Princeps de Helios y comandante del Séptimo Manípulo durante el Asedio de Terra.
  • Sentario - Enlace estratégico de la legio.

Actualidad[]

  • Fierach - Princeps del Imperator Bellum.
  • Daekian - Princeps del Clavis Regni.
  • Jernai - Princeps del Advensis Primaris y comandante del contingente de la Legio Ignatum durante la Campaña de Taros.
  • Zadakine Volta - Enlace entre el Alto Lord Comandante Otto Ivan Gustavus y el Consejo de Stygies VIII, del que formaba parte, durante la Campaña de Taros. También era el comandante de todas las fuerzas técnicas.

Casas aliadas[]

Apariencia[]

Colores[]

Los colores de la Legio Ignatum son el rojo y negro; la decoración se hace en amarillo y negro, generalmente patrones de llamas o rayas.

Estandarte[]

El emblema de la Legio Ignatum es una avispa centrada en un delta (triángulo) blanco, delineado en azul. Detrás de ella hay un campo de rojo delineado en amarillo. Debajo del símbolo central hay filas de cráneos.

Galería[]

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Fuentes[]

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