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Eldar oscuro

"La muerte es mi comida; el terror, mi bebida."

Asdrúbal Vect

La denominada Sed es algo que sufren exclusivamente los Drukhari y que prácticamente es la base de toda su sociedad. La Sed se suele describir como un vacío del alma que se hace mayor con el paso de la edad y que se vuelve obsesivamente agónico.

Esto es debido a la Caída de los Eldars. Cuando los antepasados de los Drukhari huyeron a la Telaraña, empezaron a sentir la maldición de su raza, porque Slaanesh nunca se cansaría de devorar sus almas inmortales y cada vez se hacía más fuerte. Además, los más viejos notaban más cerca de ellos el aberrante apetito del Príncipe Negro.

Cuentan las leyendas que un joven y brillante a la par que cruel y despiadado Drukhari, llamado Asdrúbal Vect dio con la solución. Si Slaanesh se volvía más poderoso devorando sus almas tras arrastrarlas a la agonía de su ser, ellos podían en cambio escapar a ese destino haciendo algo por el estilo, es decir, torturando seres con alma y acto seguido absorbiéndolas ellos, con lo que prolongarían sus vidas. Lógicamente, las primeras presas en las que pensaron fueron los de su propia raza, ya que su alma era más poderosa que las de otras razas, pero esto les llevaría a un exterminio mutuo entre ellos, pues eran los únicos que había en aquel momento allí.

Aun así, las ansias de lucha y placeres prohibidos eran demasiado grandes para resistirse, por lo que Asdrúbal Vect diseñó el sistema de Kábalas y Cultos para que los Drukhari pudieran conseguir almas de forma que no se diezmaran y acto seguido empezó a incitar a las Kábalas a salir de su recién fundada ciudad en la Telaraña, para lanzar incursiones a los planetas de otras razas con reflejo disforme (osea, alma). La medida fue un éxito rotundo gracias a sus conocimientos de la Telaraña, y cuando el primer grupo incursor volvió cargado de esclavos y bienes materiales, las demás Kábalas se lanzaron a realizar sus propias incursiones.

A día de hoy el comercio de esclavos es la base de la riqueza y poder real de los Drukhari. Mediante el tráfico de esclavos y sobre todo, de almas, se puede conseguir cualquier cosa, siempre y cuando el pago sea elevado: Placer, la muerte de un rival odiado, los mejores esclavos, los más feroces guerreros, un pacto ventajoso y un largo etcétera. Por ejemplo, para pagar un solo servicio de la Mandrágora conocida como El Decapitador hacen falta más de 100.000 almas. Eso sí, el resultado merece pagar un precio tan elevado...

Cuanto más viejo sea un Drukhari más y más almas habrá de consumir en un solo día para mitigar su Sed. Dicen que el señor de una de las Kábalas más poderosas de la Ciudad Siniestra, el Arconte Akhara'Keth de las Garras Ensangrentadas, consume más 10.000 cada día. Así que uno puede tratar de imaginarse la cantidad de almas que consume el Drukhari más longevo: el propio Asdrúbal Vect.

Para consumir el alma se ha de llevar a cabo un proceso llamado el "Destilado". Los maestros supremos de la tortura, los Hemónculos, forman grupos de esclavos a los que someten a las más atroces torturas y vejaciones (físicas, mentales, emocionales, psíquicas...) hasta que, jugando con sus terrores, su dolor y sus nervios, los hacen enloquecer total e irremediablemente, y son sacrificados para que al salir sus almas de su cuerpo formen una neblina que será absorbida por el "gourmet" de golpe, como una sola. La imagen sería igual que aspirar una gran cantidad de humo.

Dicen que no hay placer, material o espiritual que iguale a la ingestión de las almas, porque es un éxtasis digno de dioses. Durante la absorción, el cuerpo del receptor parece que sufre convulsiones y se estremece. El Drukhari pierde toda su aspecto sofisticado y elegante, para ser un ser babeante que gime y se retuerce estremeciéndose.

Una vez terminado su festín, que dura pocos instantes y que deja al Drukhari muy vulnerable durante ese breve instante, el Eldar cambia. Si su aspecto estaba envejecido, con cicatrices, arrugas y demás, rejuvenecerá, se curarán su heridas y será más fuerte, rápido y pensará con mayor claridad, siendo sus reflejos fulgurantes. Este efecto se disipará cada vez más rápido y eso hará que la próxima ingesta de almas sea mayor para prolongar el efecto. Se supone que, como pasa con Slaanesh, las almas de los Eldars son más "saciantes" pero a la vez incrementan el anhelo y Sed posterior, de ahí que se consuman más de esclavos conseguidos en incursiones.

Los Drukhari, por último, roban materiales y bienes ya fabricados además de esclavos en sus incursiones, pero nunca alimentos ni similares, y dado que por los pocos relatos que se tienen de la Ciudad Siniestra no hablan de ninguna forma de zona cultivo o de cría de alimento de cualquier tipo, se cree que los Drukhari solo se alimentan de almas.

Notas[]

En realidad se sabe que las Mandrágoras son carnívoras, para ser más exactos son caníbales. Pero salvo que los Drukhari "normales" hagan algo similar y no solo por antojo, no hay pruebas de que los Drukhari no consuman más "alimento físico" que las drogas y los elixires a las que son tan aficionados.

En definitiva, los Drukhari son las únicas criaturas de la galaxia de las que no hay ninguna referencia, al menos oficial, de que realicen el acto de la nutrición física, uno de los tres actos, junto con relacionarse y reproducirse que diferencian a los seres vivos de los que no están vivos, por ejemplo los Necrones.

Esto daría un nuevo significado a la famosa frase de Asdrúbal Vect: "La muerte es mi comida; el terror, mi bebida." Que cada uno saque sus conclusiones.

Fuentes[]

Extraído de La Biblioteca Negra.

  • Codex: Eldars Oscuros (3ª Edición).
  • Codex: Eldars Oscuros (5ª Edición).
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