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Veredicto del Certamen de Relatos Wikihammer + Voz de Horus ¡Léelos aquí!

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Khorne medio sin fondo

Cerberus el Rebañacráneos, mascota de los Poderes Ruinosos, patrocina este espacio para honrar a sus demoníacos señores. Pulsa sobre él y te introducirá en los misterios del Caos.

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"Advertencia, nave en aproximación: este planeta está en cuarentena y ha sido declarado perditionem in aeternum por orden de la Oficina de la Prefectura, el Sagrado Sínodo de Askellon y los Ordos de Askellon. Está penetrando en una zona de exclusión designada y será atacado por buques de la Flota de Batalla Askellon si continúa su curso actual. De la vuelta, repetimos, de la vuelta ... Advertencia, nave en aproximación: este planeta está en cuarentena..."

Señal de advertencia automatizada de Kul, zona de exclusion orbital XVIII

Kul es mundo en cuarentena del Sector Askellon.

Historia

Kul es un mundo desértico árido y vacío, azotado por tormentas de arena y demonios de polvo que se deslizan sobre su superficie en ruinas. El planeta está cubierto de arenisca rugosa; las ruinas desiertas de asentamientos fronterizos de tamaño moderado y algunos pueblos fantasma salpican su superficie de manera desigual, sus calles vacías de todo salvo los vientos y la luz despiadada de la estrella blanca y dorada de Kul.

Kul está inerte al final de una sinuosa ruta disforme sin salida que se aleja de una veintena de sistemas deshabitados. En el curso normal de los acontecimientos, el mundo se habría dejado a su suerte, se habría estancado y habría sido olvidado. Sin embargo, a la luz de su trágica historia, sobrenatural y horrorosa, Kul ha sido evaluado sobriamente como un peligro claro y presente para el bienestar moral y espiritual de todo el sector.

Ante tal amenaza, Kul ha sido puesto en cuarentena y bloqueado, separado lejos de los navegantes usuales de la región mediante varias plataformas de defensa orbital y el patrullaje de un reducido grupo de combate de la Flota de Batalla Askellon. Ahora, la atención de los reincidentes oportunistas del sector se encaran hacia el mundo desértico como las polillas a la llama a causa de los persistentes rumores que indican la existencia de un pecio disforme de valor incalculable. Estos codiciosos contrabandistas y comerciantes sin escrúpulos no solo pueden poner en peligro sus propias almas sino las almas de incontables millones de personas de todo Askellon a causa de la impía mancha que se asentó y destruyó Kul y que aún es capaz de reclamar otros planetas.

Arrastrado a gritos al infierno

Tormenta de disformidad azotando un planeta

La Disformidad reclama Kul

La historia temprana de Kul se perdió en la antigüedad. Sin embargo, desde sus primeros días registrados, tenía una reputación poco impresionante como remanso de frontera con poco valor estratégico; incluso tras miles de años de ocupación, sus habitantes lograron poco para hacer prosperar su planeta. El hecho de que sus poblaciones no cultivaran exportaciones que valieran la pena comercializar contribuyó a hacer que el sistema no fuera más atractivo para cualquier agencia externa. Los registros pertenecientes a la historia temprana de Kul existentes son generalmente desdeñosos con respecto a los habitantes del planeta; su apariencia, moral e intelecto aparentemente han sido una broma en el Subsector Cyclopia.

Un factor en la desagradable reputación del planeta puede haber sido su relación con las condiciones locales de la disformidad. Siempre impredecible, incluso para los terribles estándares del Sector Askellon, las mareas disformes alrededor de Kul eran particularmente propensas a oleadas extrañas, haciendo que la navegación interestelar hacia el sistema fuera una proposición engañosa en el mejor de los casos, obligando a las naves a emerger del Inmaterium lejos de los puntos de traslación normales. Las naves que atravesaron dichas fluctuaciones descubrieron que estos viajes coincidían invariablemente con el aumentos de nacimientos de mutantes y de los crímenes violentos a bordo de las naves, lo que contribuyó a la terrible situación del planeta. Durante milenios, el aislado planeta era considerado entre los poderes askellianos, con razón o sin ella, como una mancha antiestética que no merecía atención o apoyo.

Hace casi un milenio, como si se comentara sardónicamente esta percepción de Kul y tras un período de relativa inactividad que duró dos siglos, el Pandemónium cobró vida de repente, girando y agitándose como un gran depredador marino, haciendo que el transporte naval de toda la región se desorganizara. Los velos de la realidad alrededor de Kul se hicieron trizas, y todo el planeta fue arrastrado a la disformidad en cuestión de segundos. Este anómalo evento causó gran consternación entre los gobernantes de Askellon en Juno; mientras Kul y su gente no importaban por sí mismos, el temor de que un evento similar le sucediera a otro planeta del sector sí que les preocupaba gravemente. Sin embargo, en un sector donde surgían nuevas amenazas contínuamente, el evento se olvidó rápidamente, y no se gastó ni un pensamiento para la población del planeta.

Aproximadamente cien años después, una estación remota de monitoreo del Adeptus Mechanicus en el subsector Cyclopia informó que la fotometría de tránsito de la estrella de Kul revelaba la presencia de un cuerpo planetario anómalo en su órbita. Kul había regresado.

El mundo contaminado

Una fuerza de exploración de la Flota de batalla Cyclopia dispuesta a toda prisa para investigar descubrió que el pródigo planeta había sido irrevocablemente alterado tras su permanencia en la disformidad. Apareció a primera vista desprovisto de vida, un mundo de vastos desiertos polvorientos y océanos estancados. La mayoría de las ciudades estaban en ruinas, pero algunas áreas aparecieron congeladas en el tiempo, con los platos todavía llenos de comida fresca cuidadosamente colocados en las mesas y los utensilios de comer incrustados en carnes goteantes, unos ágapes interrumpidos para siempre. Manchas de sangre viejas y coaguladas marcaban otras superficies con signos de lucha y violencia; evidencias de disparos y muchas armas descargadas, pero sin señales de lo que fuera responsable de la carnicería. El planeta retenía una infernal e inestable aura psíquica de atrocidad, miedo y horror.

Curiosamente, no se pudieron localizar supervivientes en el primer barrido, aunque lejanos y anómalos incendios, gritos inquietantes en el noche y huellas irregulares siguieron los pasos de los equipos de tierra de la Armada Imperial. Desconcertantemente había cuerpos, miles de ellos, pero no eran de los nativos de Kul.

En lugar de los esperados restos de los ciudadanos de Kul, los exploradores encontraron los horriblemente retorcidos cadáveres del 11º de Jakaan, un regimiento de la Guardia Imperial perdido en la disformidad siglos atrás. Sus cuerpos estaban esparcidos por el planeta, algunos tan frescos como el día en que murieron, otros reducidos a meros huesos blanqueados, algunos con cicatrices irreconocibles, y dispersos o unidos entre sí de la manera más nauseabunda. Observar ver tal locura fue suficiente para que las tropas de la Armada Imperial se retiraran a toda prisa a sus naves. Sus misivas alarmaron al Prefecto del Sector y se emitió el decreto que ordenaba que el planeta se sellara eternamente ante cualquier tipo de intrusión "no sea que la ruina desatada sobre Kul sea traída a otros mundos de nuestros dominios".

Flota crucero ligero patrulla nebulosa

Una única nave imperial patrulla sobre Kul

Al principio, un trío de cruceros lideró el bloqueo, pero a lo largo de los siglos se ha producido una grave degradación en las capacidades del escuadrón. Ahora, una sola nave de combate protege los acercamientos via disformidad al sistema, la lenta y débil corbeta askelliana clase Sica Justo Custodio, equipada con veinte destartaladas plataformas de defensa y operadas por servidores, protegen los acercamientos al planeta.

Kul está ahora en cuarentena, un fantasmal mundo de huesos y polvo. Lo que pocos saben es que efectivamente hubo supervivientes, tanto en forma mortal como espiritual que se ocultan entre los restos de sus antiguas casas y en los inhóspitos rincones llenos de huesos carcomidos y descompuestos de soldados muertos hace muchísimo tiempo. Los vivos son pocos, pero aún conservan su resistente forma de vida de frontera. La mayoría se volvieron locos o mutaron más allá de lo que creían posible en lo que pareció ser un corto momento de exposición a las terribles energías de la disformidad, pero su espíritu de comunidad sigue siendo fuerte y se niegan a abandonar a nadie. Todos saben que se enfrentan a una muerte segura si el Imperio descubre su existencia. Algunos aún se las arreglan para salir del planeta, a menudo pagando su pasaje con artículos contaminados que fueron arrojados sobre Kul durante su paso dentro del Inmaterium.

Las orillas del mar de las almas

Las peculiares circunstancias de la desaparición del planeta han actuado como una llamada de sirena para carroñeros, herejes y seguidores de la disformidad que están embelesados por los desechos de las enfermizas entidades que se esconden más allá del velo de la realidad. Aquellos que poseen un conocimiento práctico de las mareas del Mar de las Almas reconocen en Kul el fenómeno disforme más raro de todo Askellon, el Ojo de un Giro de la Disformidad. La Disformidad a menudo se compara con un mar, y la comparación es apta si es simplista. La disformidad tiene mareas, corrientes y depredadores y, del mismo modo que un mar, sus grandes mareas abandonan ocasionalmente sus tesoros en la costa, arrastrando artefactos desde sus profundidades incognoscibles hasta las costas de la realidad. Estas "orillas" son raras y transitorias; donde aparecen de manera permanente, se los conoce como los Ojos de un Giro de Disformidad. Kul, embrujado de este modo, es uno de estos lugares, un estanque de mareas contaminado de disformidad y de grandes tesoros, en forma de antiguos detritus disformes en el espacio real.

Como un fondo oceánico plagado de restos de naves marítimas antiguas, Kul está salpicado de artefactos de todas las épocas de la Guerra de la historia humana, grandes y pequeños: arqueotecnología, ácidos y largos tentáculos relucientes, archivos de datos de textos antiguos de lenguas olvidadas hace tiempo, residuos demoníacos repugnantes y obscenos, huellas todavía humeantes quemadas en roca sólida, naves relucientes hundidas en desiertos gigantescos y otros tesoros prohibidos. Todos están esperando su descubrimiento en la superficie del planeta, por parte de aquellos que arriesgarían cualquier cosa para recuperarlos.

Restos de las almas perdidas

En el momento de hundirse en la disformidad, alrededor de quince millones de humanos habitaban Kul. En ese fatídico instante, muchos quedaron divididos en pedazos de energía psíquica agonizante, una atrocidad que dejó sus ecos en la estructura misma del planeta. Los soldados de la Armada Imperial que investigaron el regreso de Kul informaron de manifestaciones extrañas de este trauma psíquico. Llamados "jirones disformes" por aquellos que todavía están lo suficientemente sanos como para conversar después de un encuentro de este tipo, parecen ser las encarnaciones incorpóreas de colonos moribundos en sus últimos y agónicos momentos de vida. Se los describe como cadáveres gritando que surgen de los diablos de polvo y las tormentas de arena, ardiendo y ennegreciéndose con fuego invisible. Aullando, chillando y gritando, se arañan sus propios ojos ciegos y atacan sin pensar a la gente viva con manos desgarradoras que pueden arrancar la carne a pesar de su forma insustancial.

Existen otros peligros aún peores que pueblan el orbe y uno de ellos recibe el nombre de Sss'Elgiagin.

Fuentes

  • Dark Heresy: Enemies Beyond (Expansión juego de Rol).
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