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Khur, también llamado Cuarenta y siete Diez en el momento de su conquista por el Imperio, era un mundo imperial conquistado por los Portadores de la Palabra en el 903.M30, durante la Gran Cruzada. El planeta fue dedicado como monumento a la divinidad del Emperador y fue, por esto mismo, que sirvió como escenario del castigo de la Legión por parte de este[1].

Descripción[]

Khur era un mundo desértico, con ciudades que se alzaban en mitad de grandes páramos desérticos. Todas sus ciudades, y especialmente su capital, Monarchia, eran el ejemplo perfecto de todo lo que los Portadores de la Palabra creían y de la visión que estos tenían de la conquista galáctica: enormes monumentos a la divinidad del Emperador, llenas de estatuas, cúpulas, minaretes y templos, y un sinfín de monumentos dedicados a la adoración al Emperador y a la de sus "verdaderos ángeles", los Marines Espaciales[1].

Esto no se limitaba a las grandes ciudades, pues por todo el planeta se habían erigido capillas de viajeros, pequeños edificios localizados lejos de las grandes ciudades, en las rutas que conectaban estas. Estas capillas servían tanto como lugar de culto como de descanso, permitiendo a los viajeros y peregrinos descansar, meditar y expresar su amor al Emperador[2].

Historia[]

Khur, muy cercano a Colchis en el Segmentum Pacificus[3], fue conquistado por los Portadores de la Palabra en el 903.M30 y, como en todos los planetas que sometían al yugo del Imperio, se aseguraron de convertirlo en un lugar de culto al Emperador. Sus ciudades se convirtieron en enormes santuarios a su divinidad, especialmente Monarchia, la llamada "Ciudad perfecta" por los Portadores de la Palabra.

Sin embargo, todo esto estaba diametralmente en contra de la visión del Emperador, que deseaba una conquista rápida de la Galaxia y que, sobre todo, rechazaba cualquier tipo de culto por medio de la Verdad Imperial, especialmente el culto a su persona. Por lo tanto, como castigo a su hijo Lorgar, ordenó a los Ultramarines bombardear las grandes ciudades del planeta sesenta años después de su conquista[1], obligando a millones de refugiados a huir e intentar buscar protección en los pocos núcleos de población restantes[2].

Cuando los Portadores de la Palabra llegaron al planeta, el Emperador castigó a Lorgar y a todos sus hijos frente a los Ultramarines, obligándoles a arrodillarse frente a ellos. Aunque la intención del Señor de la Humanidad era enseñar humildad a Lorgar y mostrarle lo equivocado de su manera de llevar a cabo la Gran Cruzada, en realidad Khur se convirtió en el lugar donde el primarca y su legión comenzaron el camino hacia el Caos, camino que desembocó en la Herejía de Horus[1].

Fuentes[]