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Jaghatai Khan Ullanor

Jaghatai Khan, Primarca de los Cicatrices Blancas, contemplando el Triunfo de Ullanor

"Soy el Halcón Guerrero, el berkut, el que recorre los territorios. Soy el espíritu del fuego arrasador, aquel al que no se puede atrapar, el señor de los cielos azul celeste. He viajado más lejos que ninguno de mis hermanos, y ninguno de ellos sabe lo que pienso."

Jaghatai Khan, conversando con el Zadyin Arga Targutai Yesugei

Jaghatai Khan es el Primarca desaparecido de la Legión de Marines Espaciales de los Cicatrices Blancas. Desapareció junto con toda la 1ª Hermandad de los Cicatrices Blancas mientras perseguía a una Kábala de Drukhari cerca de la Fisura Disforme conocida como el Torbellino.

Historia[]

Juventud[]

Jaghatai Khan Warhawk Ilustracion

El Apócrifo de Skaros habla muy poco de los Cicatrices Blancas y, cuando los menciona, la información está exagerada debido al hecho de que todo lo que se dice en él proviene de los propios Cicatrices Blancas. Existe una leyenda que cuenta cómo el joven Primarca partió solo de Terra para explorar la galaxia por su cuenta, mientras que otra explica que fue raptado cuando era un bebé. Es probable que la verdad se encuentre en algún punto intermedio. Sea cual sea la verdadera historia, en el Liber Historica Vangelia está escrito que Jaghatai Khan llegó a un planeta del Segmentum Ultima denominado Mundus Planus por los cartógrafos imperiales, pero conocido por sus habitantes como Chogoris. Fue, y sigue siendo, un mundo fértil, cubierto de grandes planicies verdes, excelsas montañas y océanos azul celeste, que durante la época de la Gran Cruzada había llegado al descubrimiento de la pólvora como último paso en la evolución tecnológica. En el Census Imperialis de aquel tiempo está registrado que el imperio chogoriano dominante estaba formado por una aristocracia que había conquistado la mayor parte del planeta mediante ejércitos bien equipados y muy disciplinados. Los jinetes acorazados y los grupos compactos de infantería habían ganado cada campaña que había organizado su gobernante, el Palatino.

La historia de los Cicatrices Blancas empieza con Jaghatai Khan, uno de los mayores estrategas de todos los tiempos. Se cree que uno de sus generales, llamado Ogedei, escribió, después de la desaparición del Primarca, el libro El Gran Khan de Quan Zhou, cuyas páginas han proporcionado a los historiadores imperiales la mejor crónica de su vida. Las fuentes de información chogorianas también han dejado gran cantidad de escritos sobre las hazañas de Jaghatai Khan, a menudo tremendamente exageradas.

Al este del imperio del Palatino se extendían unas vastas estepas azotadas por el viento, conocidas como la Zona Vacía, en las que habitaban tribus salvajes de jinetes nómadas que habían vagado durante siglos por sus interminables planicies. Las tribus de las estepas vivían en tiendas y seguían un ciclo de migraciones estacionales desde los pastos de verano hasta los valles protegidos del invierno en las montañas del Khum Karta. Estas variopintas tribus de expertos jinetes y arqueros luchaban a menudo unas contra otras para hacerse con el control de las tierras de pasto ancestrales o, según la obra literaria de Ogedei, con el único objetivo de disfrutar de la batalla. Los ejércitos chogorianos no habían invadido nunca la Zona Vacía, dado que sus tierras secas y despobladas no tenían ningún interés para el Palatino. Sin embargo, los nobles chogorianos a menudo dirigían partidas de caza hacia las estepas y se llevaban a tribus enteras hacia el este como esclavos o capturaban a un único miembro de la tribu para perseguirlo por las montañas como deporte (existen muchos pasajes de El Gran Khan dedicados a la descripción de todas las atrocidades cometidas por los chogorianos; los rituales sangrientos y los sacrificios descritos en esas páginas han hecho pensar a muchos estudiosos imperiales que el imperio del Palatino podría haber adorado a los Dioses Oscuros).

La leyenda de Jaghatai Khan empezó cerca del río Quonon cuando Ong Khan, el líder de una pequeña tribu conocida como los Talskars, encontró al Primarca. Este creyó que el niño brillante era un regalo de los dioses, así que lo adoptó llamándolo Jaghatai. De Jaghatai se dijo que ya desde temprana edad poseía "fuego en los ojos", una expresión talskar para definir a un gran guerrero. También se decía de él que las tribus rivales odiaban al niño porque tenía la capacidad de ver más allá de las guerras constantes de las estepas.

Un pasaje muy curioso de El Gran Khan de Quan Zhou conocido como "La Orgía de Sangre" cuenta que, cuando Jaghatai aún era joven, un grupo de incursores de la tribu rival Kurayed mató a su padre adoptivo y a muchos de los hombres de Talskar en una aviesa emboscada. Jaghatai ya era por entonces el guerrero más poderoso de la tribu y lucía muchas cicatrices del valor, así que, cuando se dispuso a vengar las muertes, una multitud de guerreros se reunió a su alrededor para ayudarlo. Dirigió un ataque contra el poblado de los Kurayed y lo arrasó hasta no dejar piedra sobre piedra, matando a cada hombre, mujer y niño en una rabiosa masacre. Una vez Jaghatai se hubo cubierto con la sangre de sus enemigos, colgó la cabeza del jefe de lo alto de su tienda. Estos sucesos fueron transformando al Primarca en el hombre que estaba destinado a ser: un hombre de gran honor, lealtad y crueldad. Una vez satisfecho su honor con sangre, Jaghatai juró acabar con las guerras recíprocamente destructivas que afligían a su pueblo para unir a las tribus de la Zona Vacía y abandonar las luchas entre hermanos.

Tras su victoria, Jaghatai fue nombrado Khan de los Talskars y luchó en muchas batallas contra las partidas de caza chogorianas y contra otras tribus de las estepas. Cada tribu a la que vencía era absorbida por los Talskars y pasaba a formar parte de su ejército. Su talento militar y la mera fuerza de su personalidad le ganaron muchos seguidores y, en poco tiempo, el número de sus guerreros podía compararse con el de estrellas. Finalmente, formó un ejército conocido como el Mathuli, una palabra Talskar que significa "fuerza irresistible". Hizo obligatorio el servicio militar y juntó a guerreros de tribus diferentes en las mismas unidades para romper los lazos tribales y así conseguir inspirar lealtad hacia el ejército y, en consecuencia, hacia él. Incrementaba el rango de sus hombres basándose únicamente en su habilidad e infundía un sentimiento de objetivos comunes a todo aquel con el que hablaba.

Diez veranos más tarde, tras la victoria de Jaghatai contra los Kurayed, mientras el ejército se trasladaba a su campamento de invierno en las montañas, Jaghatai cayó al vacío cuando una extraña avalancha lo arrastró a él y a muchos más miles de metros montaña abajo. Tras lamentar la pérdida durante muchos días, la tribu siguió adelante. Pero, aunque la caída había causado la muerte de los otros miembros de la tribu, el Primarca había logrado sobrevivir. Según la historia chogoriana, una partida de caza dirigida por el único hijo del Palatino se encontró con un nómada herido en las profundidades de las montañas y empezó a perseguirlo por la nieve. No se sabe lo que ocurrió en los fríos valles de las montañas, pero el hecho es que todo lo que volvió a tierras chogorianas fue un único jinete horriblemente mutilado y atado a la silla con la cabeza del hijo del Palatino colgando del cuello. El hombre también llevaba un mensaje de Jaghatai: "El pueblo de las estepas ha dejado de ser tuyo".

Cuando las nieves se fundieron, el Palatino reunió a un ejército y marchó lleno de rabia hacia el oeste con el firme propósito de barrer a las tribus bárbaras de la superficie del planeta. Pero el Palatino subestimó la experiencia y la astucia de Jaghatai Khan. En el Valle de los Khanes, sobre la Llanura de Lon-Suen, los ejércitos del Palatino se enfrentaron a las fuerzas de Jaghatai. Se dice que la batalla duró un día y una noche. Las tribus de las estepas lucharon como estaban acostumbradas a cazar: un círculo de jinetes rápidos como un relámpago coordinaba sus movimientos para acorralar a las presas, que ahora eran humanas. Al contrario que su enemigo, que portaba mallas de acero pesado, los Mathuli llevaban armaduras de cuero ligeras, que les ofrecían menor protección, pero una mayor movilidad.

Acostumbrado a que el combate cuerpo a cuerpo contra sus enemigos determinase su victoria, el ejército del Palatino no presentó ninguna dificultad para los jinetes del Khan y su incesante lluvia de flechas. Aunque él y sus hombres se encontraban en una inferioridad numérica muy grande, Jaghatai fue mejor estratega, más previsor y mejor guerrero. El derrotado Palatino y su escolta apenas lograron atravesar el cerco mortal del Mathuli y huir a la capital del imperio. Los soldados que no consiguieron escapar fueron acuchillados casi sin excepción. Un superviviente de los chogorianos describió el lugar de la batalla como un océano de sangre. Todos los líderes tribales y los sacerdotes, los Videntes de las Tormentas, se reunieron tras la batalla y nombraron a Jaghatai "Gran Khan", es decir, Gobernador de Toda la Tierra.

Jaghatai Khan empezó entonces a invadir el reino del Palatino. Tres de sus ejércitos atrajeron al enemigo atacando ciudades en la frontera del imperio enemigo. Jaghatai y su general más hábil, Subedei, dirigieron otro ejército por una ruta secreta a través del desierto de Kuzil Quan, una región que se consideraba impenetrable. Saliendo como de la nada, el ejército de Jaghatai sorprendió a la guarnición del Palatino a las puertas de Kushaba y pasó por la espada a todos y cada uno de los soldados. Otras ciudades fueron cayendo rápidamente una tras otra y, según los historiadores chogorianos, los cadáveres cubrían los caminos como las piedras una cantera, los campos arrasados ardían y los pocos que escaparon a la matanza rezaban por ser liberados de la furia del Khan.

Durante los años que siguieron, el ejército de Jaghatai arrasó las tierras chogorianas venciendo a sus mejores ejércitos, penetrando en las ciudades amuralladas y eliminando a sus nobles. Las ciudades por las que pasaba el Jaghatai Khan tenían dos opciones: o rendirse o enfrentarse a la destrucción total. Nunca antes se habían presenciado un pillaje y un saqueo tan grandes. Algunos dicen que los miembros de la tribu, sedientos de sangre, acabaron con millones, aunque los contemporáneos de Jaghatai Khan aseguran que dichas cifras se exageraron mucho. A pesar de todo, lo que sí es cierto es que murieron muchos cientos de miles y la gente del imperio chogoriano llegó a creer que los "salvajes con cara de demonio" eran en realidad demonios sobrenaturales que buscaban la venganza divina por los pecados del hombre. Al final, la invasión de Jaghatai alcanzó el bastión del Palatino, Cophasta, una espléndida y opulenta ciudad situada en la costa occidental. Jaghatai exigió la cabeza de su enemigo sobre una lanza a cambio de no arrasar la ciudad hasta no dejar piedra sobre piedra. Al cabo de una hora, un grupo de nobles le trajo lo que había pedido.

El poder del Khan se extendía ya de océano a océano, el imperio más grande que el planeta había conocido nunca, conquistado por un solo hombre en menos de veinte años. Aunque Jaghatai Khan dominaba una zona extensísima, él sabía que su pueblo no tenía intención de gobernar un reino tan grande. El nuevo imperio había surgido con el propósito de unificar las tribus y de vengarse de sus enemigos y no por el ansia de conquistar tierras. El poder absoluto descansaba sobre el Khan y sus generales y, aunque estaban bien organizadas militarmente, las tribus no tenían los conocimientos necesarios para gobernar poblaciones sedentarias.

La Venida del Emperador[]

"No basta con quitarle la vida a un enemigo: mejor arrebátale también sus refugios, sus aliados, sus hogares y sus seres queridos. Aplasta a todos aquellos a su cargo, destroza sus bienes y empújalo solo y desnudo a la oscuridad. Arrebátale todo lo que tiene y quémalo por el mero placer de ver la ceniza deshacerse entre tus dedos, y considera esto solo el principio."

Jaghatai Khan, Primarca de los Cicatrices Blancas

El historiador Carpinus, que recopiló una historia detallada de la Gran Cruzada (el llamado Speculum Historiale), afirma que los ejércitos de Jaghatai concluyeron la destrucción del reino del Palatino apenas seis meses antes de la llegada del Emperador a Chogoris. Cuando los dos hombres se encontraron, se dice que el Khan supo inmediatamente que acababa de conocer a quien representaba el ideal supremo por el que siempre había luchado, un hombre que podía unir a todas las estrellas del cielo. En su palacio de Quan Zhou y frente a todos sus generales, se arrodilló y juró lealtad eterna al Emperador. El Primarca recibió el mando de la V Legión, que adoptó las largas cicatrices faciales de los miembros de la tribu de los Talskar, que van desde la frente hasta la barbilla, y cambió su nombre por el de Cicatrices Blancas. El Gran Khan ascendió a los cielos con el Emperador y legó su imperio a su general, Ogedei. Muchos de los seguidores de Jaghatai decidieron unirse a su Khan y se transformaron en Marines Espaciales de la Legión.

Herejía de Horus[]

Jaghatai Khan combatiendo a los Orkos

Jaghatai Khan combatiendo a los Orkos en Chondax tras el Triunfo de Ullanor

La leyenda de la Legión creció con los sucesos de la Herejía de Horus, en la que los Cicatrices Blancas lucharon en cientos de mundos durante más de 7 años contra las Legiones Traidoras y las otras fuerzas del Caos. A diferencia de muchos otros Primarcas, Jaghatai nunca se planteó ni por un momento traicionar al Emperador para servir a los Poderes Ruinosos. Semejante decisión habría sido extremadamente deshonrosa, puesto que el Emperador no había hecho nada malo a sus hijos y también porque Jaghatai creía profundamente en el sueño del Emperador de reunificar a toda la raza humana bajo un solo gobernante para que así pudiera dominar finalmente toda la Galaxia.

Los Cicatrices Blancas ya habían estado combatiendo durante varios años estándar en una campaña de castigo contra los Orkos del Sistema Chondax cuando su Flota Expedicionaria recibió las noticias de la traición de Horus al Imperio y de los actos de las Legiones Traidoras en Istvaan III e Istvaan V. Rogal Dorn, Primarca de la Legión de los Puños Imperiales, les urgió mediante un mensaje astropático a que regresaran a Terra para ayudar en su defensa contra los Traidores lo antes posible. Seguidamente, Leman Russ de los Lobos Espaciales, que acababa de regresar de la Batalla de Prospero, se puso en contacto con Jaghatai para ofrecerle que se uniera a su Legión para formar un frente unido contra el Caos. Pero Horus había anticipado este movimiento, y envió a la Legión Alfa para lanzar un ataque en masa contra los Lobos Espaciales, inferiores en número. La Legión Alfa y sus Primarcas gemelos, Alpharius y Omegón, hacía mucho que guardaban un profundo rencor contra los Lobos Espaciales y Leman Russ por sus críticas contra su dependencia de las argucias, la manipulación y el subterfugio para ganar las batallas en lugar de practicar un honorable combate directo. La Legión Alfa ansiaba la oportunidad de demostrar su superioridad sobre los arrogantes Lobos de Fenris retrasándolos lo suficiente para evitar que llegasen a defender Terra.

Jaghatai Khan Vs Legión Alpha

El Khagan organiza la huida del bloqueo de la Legión Alfa en el Sistema Chondax

Aunque detestaba dejar a los Lobos Espaciales luchando en solitario contra la Legión Alfa, Jaghatai entendió que era más importante responder a la urgente petición de Dorn y retirarse inmediatamente a Terra que enfrentarse antes a los Traidores en una costosa batalla que solo buscaba retrasarles.

Se sabe que gran parte de los Cicatrices Blancas, incluido su Primarca, estuvieron presentes en la defensa contra el asedio del Palacio Imperial en la Batalla de Terra junto a los Ángeles Sangrientos y los Puños Imperiales. Se dice que Jaghatai y sus hombres lucharon contra muchos de los Marines Espaciales del Caos que intentaban retirarse a los espaciopuertos de Terra y huir tras la muerte del Señor de la Guerra a manos del Emperador a bordo de su Barcaza de Batalla Espíritu Vengativo, sobre la órbita del mundo natal de la Humanidad. Los Cicatrices Blancas lanzaron varios asaltos de golpeo y huida altamente exitosos contra las fuerzas Traidoras, y junto con los restos de la 1ª División Acorazada Terrana y de otros Regimientos del Ejército Imperial, acosaron las líneas de suministros de los ejércitos del Caos mientras estos huían al espaciopuerto de la Puerta del León para escapar del planeta. Se dice que Jaghatai Khan dirigió estos ataques subido al techo de un Razorback, un relato que aún despierta la admiración de aquellos que lo escuchan diez milenios después.

Desaparición[]

Jaghatai Khan destruye el reflejo de Magnus el Rojo en Prospero

Jaghatai Khan, equipado con su armadura completa, destruye el reflejo psíquico de su hermano Magnus el Rojo en Prospero

Siete años después del fin de la Herejía de Horus, durante el periodo llamado "la Reforma" en que el Imperio fue guiado principalmente por el Primarca de los Ultramarines Roboute Guilliman, los Cicatrices Blancas adoptaron su Codex Astartes y aceptaron con dolor que su Legión fuese dividida en varios Capítulos Sucesores. A fin de contener a los prófugos, renegados y xenos que habitaban en el Torbellino y que habían aprovechado los desórdenes generados por la Herejía para arrasar el Segmentum Ultima, Roboute Guilliman ordenó que los Sistemas Estelares circundantes fuesen reforzados. Los Cicatrices Blancas cargaron con la principal responsabilidad, asegurando la zona desde su mundo natal. Según los escritos del Gran Khan de Quan Zhou, los Cicatrices Blancas descubrieron a su regreso a Mundus Planus que su pueblo había sido objeto de numerosos ataques de los Drukhari, que habían esclavizado a miles de chogoritas. Jaghatai pronunció numerosos juramentos de batalla contra los Drukhari por este crimen, y luchó contra ellos en numerosas batallas hasta que la paz fue restaurada casi totalmente en los mundos imperiales adyacentes al Torbellino.

Jaghatai luchó junto a sus Cicatrices Blancas durante otros 70 años estándar tras el fin de la Herejía de Horus, antes de desaparecer finalmente cerca del Torbellino. Se cree que perseguía a un poderoso señor de los Drukhari, probablemente el Arconte de la Kábala que había atacado Corusil V y quizá también el propio Chogoris, junto con su 1ª Hermandad, cuando cruzó un portal a la Telaraña Eldar, desapareciendo para siempre. Nunca se le volvió a ver, pero los Cicatrices Blancas creen que aún está vivo en algún lugar de la Telaraña y que regresará algún día al Capítulo en un momento de gran necesidad. Como consecuencia de la desaparición de su Primarca, los Cicatrices Blancas mantienen un odio particularmente salvaje hacia los Drukhari, y buscarán cualquier oportunidad de guerrear contra esos bárbaros y terroríficos xenos.

Descripción[]

Al igual que otros primarcas, Jagathai era más alto que un Marine Espacial. Media aproximadamente el doble que un ser humano y poseía un cuerpo delgado pero poderoso. Su piel tenía el tono oscuro del cuero y poseía un rostro enjuto, noble y con una inteligencia extrema y orgullosa. Tenía la cabeza calva salvo por un copete de largo pelo negro como el carbón que se ataba con aros de oro. Su nariz aguileña descendía por el rostro curtido por el viento y poseía bigote. Los ojos estaban muy hundidos bajo cejas huesudas y centelleaban como perlas incrustadas en bronce. Hablaba un gótico perfecto pero se le notaba cierto acento cerrado característico de Chogoris.

Armamento[]

Jaghatai Khan iba a la batalla equipado con la Panoplia del Fuego Salvaje, el Dao del Tigre Blanco, cuya hoja era de cristal pulido, una pistola arqueotecnológica y granadas de fragmentación. En el cinto llevaba a veces dos trabucos de chispa chogorianos, antiguos y opulentos, tachonados de perlas y luciendo las marcas del gremio que los forjó en un remoto pasado. En muchas ocasiones, además, lo hacía montado en una motocicleta de vacío modelo Sojutsu.

Citas[]

"Tu eras mi amigo."

Jaghatai Khan, al fragmento de Magnus el Rojo atrapado en Próspero.

Curiosidades[]

  • El trasfondo y la historia de Jaghatai Khan recuerdan mucho a Genghis Khan y cómo unió a las tribus mongolas en conflicto y las llevó a conquistar un imperio que se extendía desde la costa occidental de Asia a la Europa oriental. Al igual que Jaghatai Khan, los mongoles hicieron uso de la velocidad, para golpear y huir a caballo y superar a los soldados con mejor armadura.
  • Chagatai era también el nombre de uno de los hijos de Genghis Khan.

Miniatura[]

Imagen[]

Video trasfondo[]

Fuentes[]

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