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Veredicto del Certamen de Relatos Wikihammer + Voz de Horus ¡Léelos aquí!

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Los herejes pueden redimirse, con frecuencia después de una considerable cantidad de tortura, y pueden recibir la absolución a través de la muerte al servicio del [[Imperio]]. Este servicio puede consistir en arco-flagelación, alistamiento en el [[Guardia Imperial|Ejército Imperial]], conversión en operador de una de las [[Castigo del Penitente|Máquinas Penitentes]] del Ministorum o, en el caso de psíquicos penitentes, siendo enviados a la Sagrada Terra para convertirse en combustible del [[Trono Dorado]].
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Los herejes pueden redimirse, con frecuencia después de una considerable cantidad de tortura, y pueden recibir la absolución a través de la muerte al servicio del [[Imperio]]. Este servicio puede consistir en [[arcoflagelación]], alistamiento en el [[Guardia Imperial|Ejército Imperial]], conversión en operador de una de las [[Castigo del Penitente|Máquinas Penitentes]] del [[Eclesiarquía|Ministorum]] o, en el caso de psíquicos penitentes, siendo enviados a la Sagrada Terra para convertirse en combustible del [[Trono Dorado]].
   
   

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Inquisition

La Inquisición o Las Sagradas Órdenes de la Inquisición del Emperador, es una organización secreta. Actúan como la policía secreta del Imperio, dando caza a cualquier amenaza a la estabilidad del Imperio del Dios-Emperador.

Está formada por hombres y mujeres especialmente adiestrados en detectar manchas de corrupción hereje o xeno; y se divide en Ordo Maellus, Ordo Hereticus y Ordo Xenos.


Formación de la Inquisición

End of Heresy

Se cree que la Inquisición fue formada por orden del Emperador de la Humanidad poco antes de su internamiento en el Trono Dorado. La fundación de la Inquisición está rodeada de misterio y es sujeto de mucho debate.

Generalmente se acepta que la Inquisición se estableció en su forma moderna en algún momento del trigésimo segundo milenio, unos ochocientos años después de la Herejía de Horus, aunque sus componentes y aparatos esenciales (las Naves Negras, las “Cazabrujas” de las Hermanas del Silencio, etc.), estaban activos antes de la Herejía. Fuentes recientes (como el Libro de Thorian), postulan que la Inquisición tuvo cuatro fundadores principales, que estuvieron activos antes, durante y después de la Gran Cruzada. Antes de que el Emperador dejase Terra para luchar contra Horus, había ordenado a su regente, Malcador el Sigilita, reunir hombres de lealtad y devoción inquebrantables que pudiesen descubrir enemigos ocultos de la humanidad. Malcador presentó a doce de tales individuos al Emperador, ocho de ellos Marines Espaciales (probablemente Amendera Kendel,  Nathaniel Garro y otros pocos que habían escapado como Iacton Qruze, Tylos Rubio, Mesa Varren).

Material actual afirma que estos marines se convirtieron en los primeros miembros de los Caballeros Grises, la cámara militante del Ordo Malleus. Originalmente, sólo había dos órdenes dentro de la Inquisición, pero una tercera (el Ordo Hereticus), fue añadida tras los sucesos de la Era de la Apostasía, para prevenir una futura Plaga de Escepticismo.

Ordos de la Inquisición

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En sus inicios, la Inquisición era una única organización sin dividir, expresamente sin la burocracia del resto del Imperio, con una única orden interna, el Ordo Malleus.


El propósito del Malleus era vigilar a la propia Inquisición. Tenía otro propósito secreto, que era lidiar con la amenaza del Caos. Hoy, la Inquisición está dividida en una serie de organizaciones conocidas como Ordos.

Cada inquisidor del Ordo Hereticus es más oscuro y siniestro que sus compañeros de los Ordo Xenos y Ordo Malleus. Su cámara militante son las Hermanas de Batalla, o Adeptas Sororitas, y también hacen uso de las Naves Negras inquisitoriales y de las fuerzas de la Eclesiarquía.


Ordos Menores

Subordinados a los Ordos Mayores hay varias organizaciones menores, conocidas como Ordos Menores. Estos Ordos Menores son significativamente más pequeños que los tres principales, y se formaron para combatir amenazas específicas.

Papel de la Inquisición

Pronunciatur Hereticus

Pronunciatur Hereticus

La Inquisición es inmensamente poderosa, y el único individuo que está exento de su escrutinio es el Emperador. Si tiene una buena razón, un Inquisidor podría demandar cualquier servicio de cualquier ciudadano imperial, incluidos los Altos Señores de Terra. Los Adeptus Custodes, que vigilan el palacio y la persona del Emperador, están exentos de alistamiento, porque su deber para con el Emperador es claro e inmutable. Cuando se trata de los Adeptus Astartes, los Inquisidores suelen mostrar más discreción, ya que los capítulos de Marines Espaciales están más dispuestos a llegar a la sangre ante cualquier violación de su autonomía. Sin embargo, ni siquiera ellos son inmunes a su escrutinio y justicia, y mundos enteros han sido destruidos para ser limpiados.

Los Inquisidores también tiene poder absoluto para juzgar a supuestos herejes, mutantes, psíquicos furtivos o sin entrenar y gente de ese tipo, sin posibilidad de apelación salvo la intervención de otro Inquisidor.

Prácticamente todos los posibles veredictos son penas de muerte, aunque los medios por los que son llevadas a cabo difieren. La traición, el crimen más grave, es considerada irredimible, y los traidores son rápidamente ejecutados.


Los herejes pueden redimirse, con frecuencia después de una considerable cantidad de tortura, y pueden recibir la absolución a través de la muerte al servicio del Imperio. Este servicio puede consistir en arcoflagelación, alistamiento en el Ejército Imperial, conversión en operador de una de las Máquinas Penitentes del Ministorum o, en el caso de psíquicos penitentes, siendo enviados a la Sagrada Terra para convertirse en combustible del Trono Dorado.



Eisenhorn inquisidor

Inquisidor

Si el Inquisidor lo considera necesario, puede poner un estigma sobre un hereje peligroso o raza alienígena. Cada uno de los Ordos mayores tiene un estigma diferente. Son el “Extremis Diabolis”, para el Ordo Malleus; el “Xenos Horrificus” para el Ordo Xenos; y el “Hereticus Abomini” para el Ordo Hereticus. La Inquisición también declarará a los capítulos de Marines Espaciales “manchados” Excommunicate Traitoris. El capítulo será normalmente cazado por los Caballeros Grises o las Hermanas de la Batalla, dando como resultado la huída del capítulo a El Ojo del Terror (si es que no lo ha hecho ya). El capítulo de los Bebedores de Sangre es una excepción, ya que se consideran a sí mismos sirvientes del Emperador y continúan defendiendo el Imperio, incluso aunque ya no son parte de él.

Los jóvenes psíquicos que no han trabajado contra el Imperio o usado mucho sus poderes serán probados repetidamente, y si son suficientemente jóvenes, fuertes y píos, podrían ser recogidos por las Naves Negras de la Inquisición para convertirse en un psíquico de la Inquisición o incluso en un Inquisidor. Los requisitos son estrictos y muchos no estarán a la altura. Aquellos que fallen las pruebas de la Inquisición serán ejecutados o usados para potenciar el vasto faro psíquico del Astronomicón, sacrificados por el bien de la humanidad para mantener el Trono Dorado que mantiene al Emperador con vida.

Si un mundo es víctima de herejía extrema o corrupción, un Inquisidor podría convocar el veredicto de Exterminatus, destruyendo toda la vida del planeta. Muchos cuestionan la necesidad de tales actos, pero la Inquisición los considera plenamente justificados.

Facciones

Al igual que en cualquier otra organización de gran envergadura, las órdenes sagradas de la Inquisición del Emperador tienen su propia política interna y dentro de su estructura existen diferentes líneas de pensamiento. Todas estas facciones pueden agruparse en dos puntos de vista opuestos: el puritano y el radical. No obstante entre las dos existe toda una gama de opiniones intermedias. De hecho, se dice que existen más líneas de pensamiento dentro de la Inquisición que planetas en la galaxia.

Puritanas


  • [[Thoriano|
    Inquisidor Ordo Warhammer 40k
    Thorianos]] - La Facción Thoriana de la Inquisición toma su nombre del Santo Sebasthian Thor. El héroe que destronó a Goge Vandire, el tiránico Alto Señor de Terra que sumió al Imperio en la Era de la Apostasía en el 36º Milenio. Los Thorianos creen que Thor fue divinamente inspirado y que actuó con la luz del Emperador ardiendo en su interior. Para muchos inquisidores de hoy, es obvio que Thor estaba imbuido por una parte del carisma y la voluntad del Emperador. Ellos creen que no es la primera vez que el Emperador ha actuado de tal modo, citando a otras grandes figuras como San Capilene y el héroe Josmane como anteriores anfitriones del Emperador caminando entre su gente.


Los Thorianos creen que la pseudo-muerte del Emperador a manos de Horus le permitió romper los últimos lazos entre la cruda materia de lo corporal y ascender para asumir su verdadera naturaleza como deidad. Su espíritu entró en el vacío viajando como un susurro en la disformidad, revoloteando de mundo en mundo, incluso a través del tiempo. El dogma de los Thorianos dice que el Emperador ha manifestado su espíritu a través de sus anfitriones muchas veces cuando su gente le necesitó, pero que estos cuerpos eran capaces de contener solo una mínima porción de su poder y pronto se marchitaban y morían. Ellos esperan el día que ÉL podrá renacer y dirigir a su gente para continuar una Nueva Gran Cruzada. Para este fin, los Thorianos estudian de cerca la interacción entre la conciencia, la energía y la disformidad, creyendo que si pueden manipular estas energías correctamente podrán canalizar el espíritu del Emperador hacia un huésped adecuado y efectivamente resucitar al Maestro de la Humanidad. Ha habido muchos intentos de crear el huésped adecuado para tan importante ritual, incluyendo los desastrosos eventos de Incunabla, pero han estado lejos de triunfar. Seguidores de las filosofías Thorianas recorren continuamente la galaxia en búsqueda de los que denominan "Avatares", individuos de tal poder que han mostrado ser capaces de contener el espíritu del emperador una vez más...o ser corrompidos por los Poderes Ruinosos.

Mucho Thorianos se encuentran en el Ordo Malleus, donde su gran comprensión del Inmaterium les garantiza una visión de como el renacimiento del Emperador puede realizarse. Otros pueden encontrarse en el Ordo Hereticus, aunque hay unos pocos en el Ordo Xenos, son aquellos que creen que la manipulación de la ingeniería psíquica alienígena, como la de los Eldar, puede proveer de valiosas descubrimientos. Inquisidores de todas las ordenes fomentan la aparición de cultos de la resurrección por todo el Imperio, pues suponen una fuente de soldados para un inquisidor cuando el debe alzar un ejercito para alcanzar su fin.

Los enemigos de los Thorianos claman que si el Emperador resucitara causaría un cisma y una guerra civil más sangrienta que la que comenzó con la Herejía de Horus. Creyentes e infieles lucharían hasta la muerte y la galaxia se consumaría en una apocalíptica guerra santa. Citan además que no pueden saber si el Emperador mismo habría cambiado debido su larga carencia de un cuerpo. Y más importante ¿qué sería del Astronomicón? El Imperio seguramente se colapsaría sin la guía de la luz del Emperador para dirigir las naves a traves de la Disformidad. Los riesgos inherentes en lo que los Thorianos proponen son demasiado grandes para contemplarlos pero a pesar de esto, los Thorianos están seguros de su camino.


  • Amalatianos - Los primeros días del 41º Milenio fueron días de optimismo y prometedores, un tiempo de gran reconstrucción física y espiritual. Se decretó que sería mantenido un cónclave en el Monte Amalat en el mundo de Gathalamor, donde dignatarios militares, religiosos y políticos se reunirían para renovar sus juramentos de lealtad al Emperador. Se dice que ochocientos Señores de Capítulo de los Adeptus Astartes viajaron de todas las esquinas de la galaxia para unirse a esta renovación de fe. Tras los juramentos de lealtad, el Señor Solar Macharius cargó sobre si mismo el lanzamiento de una cruzada en el nombre del Emperador, dirigiendo sus fuerzas hacia el oeste galáctico y comenzando una campaña que vería como casi un millar de mundos eran reclamados por el Señor de la Humanidad.

Entre las filas de la Inquisición había una creciente sensación de que las cosas estaban procediendo de nuevo según los planes del Emperador, y que la extendida sensación de condenación que se propagó por el Imperio durante la Plaga de los Descreídos y el Reino de Sangre había terminado. Muchos inquisidores fueron influidos por los numerosos oradores apasionados de Gathalamos, y juraron que nadie debería amenazar la fuerza que el Imperio estaba lentamente recuperando. Este cuerpo de inquisidores pasó a conocerse como Amalitianos y decretaron que tratarían por siempre mantener el orden en curso y destruir a aquellos que buscasen desestabilizar al Imperio. Menos preocupados por las tradicionales herejías por mutación o brujería, excepto aquellas donde haya manipulación por sus enemigos, los Amalitianos buscan mantener las lucha internas y politiqueos entre las organizaciones imperiales al mínimo, manteniendo el mantra original de la Inquisición de fuerza a través de la unión.

Faith is my shield

Acolita de la Inquisicon con Eviserador contra un Señor del Caos

Por todo el Imperio, los Amalitianos buscan calmar las situaciones volátiles y prevenir los cambios rápidos, dudando incluso que el cambio sea necesario. Claman que los eventos son revelados según el Emperador ha previsto y forzar un cambio en su nombre es de una arrogancia suprema. ¿Quien puede realmente clamar que conoce la voluntad del Emperador? Es su deber sagrado proteger el Imperio de aquellos que buscan sumergirlo en la anarquía y permitir que el sagrado plan del Emperador sea revelado en el momento dispuesto. Amalitianos deben trabajar en ocasiones muy cercanamente con agentes de otras organizaciones y sus miembros tienen buenas relaciones con los cuerpos de los Adeptus Arbitres, Orden Famulata y los Marines Espaciales. En Pylades III en la frontera este, Inquisidor Barzano trabajó con no menos de tres prefecturas del Adeptus Arbitres, dos ordenes del Adeptus Sororitas y una Compañía de Batalla de los Puños Imperiales en su investigación y eventual destrucción del Culto al Devorador.

Muchas voces que proponen el cambio dentro del Imperio acusan a los Amalitianos de esconder la cabeza en la arena, al creer que los eventos revelados son dictados del destino en vez de tomar una postura proactiva en la defensa del Imperio. Sin embargo, los Amalitianos opinan que el Emperador es infalible, y que prever su sagrado plan para la Humanidad es conocer la voluntad de un dios. ¿Y que mortal osaría clamar tal conocimiento?


  • Monodominantes - En el 33º Milenio, el Inquisidor Goldo completó su texto seminario "Monodominación, el Derecho del Hombre para gobernar la Galaxia en el Sagrado Nombre del Emperador". Este épico escrito de múltiples volúmenes se basaba en la vasta experiencia del venerable inquisidor en sus enfrentamientos con alienígenas y llega a la conclusión de que el único camino por el cual la Humanidad podría gobernar sería si toda raza alienígena fuera exterminada, dejando a los humanos como los únicos herederos de la galaxia. En su momento no recibió un gran apoyo, su sumamente pesimista visión fue considerada como las últimas y mordientes palabras de un devoto, pero envejecido inquisidor. No fue hasta que el inquisidor Jeriminus de Paelutia saco a la luz el trabajo de Goldo, muchos siglos después, que la filosofía encontró finalmente un gran cuerpo de partidarios entre una nueva generación de jóvenes e impulsivos inquisidores.

El objetivo de los Monodominantes es simple: la completa y total destrucción de cada alienígena, hereje, bruja y no-creyente de la galaxia. Carecen de tolerancia alguna hacia cualquier forma de comportamiento aberrante y recurren a drásticas soluciones militares para reforzar su voluntad. Ninguna otra facción de la Inquisición recurre al uso del Exterminatus de tan buena gana, destruyendo mundos enteros en su misión de conseguir la supremacía Humana en la galaxia. Como puede esperarse de tal grupo militante, los Monodominantes son una de las pocas facciones que exponen abiertamente su filosofía, extendiendo la xenofobia por delante de ellos, incitando a poblaciones enteras para que se alcen y purguen ellos mismo su debilidad. Los inquisidores que siguen este camino son despiadados e impiadosos, y frecuentemente dejan una indecible devastación y carnicería a su paso.

El Cazador de Brujas Tyrus es quizás el mejor conocido entre los Monodominantes, ha purgado incontables mundos en el nombre del Emperador. En estos momentos Tyrus ha completado su investigación de la familia real en Epsilon Regalis, decenas de miles han sido quemados en la hoguera y muchas veces ese número hechos prisioneros. Muchos entre la Inquisición ven a los Monodominantes como increíblemente estrechos de mente y que frecuente hacen más daño que bien, pero solo un valiente inquisidor dirá abiertamente tal opinión.


Radicales

  • Xanthitas - Una de las facciones más radicales, creen en el uso de los poderes de la disformidad como un medio para acabar con los enemigos de la humanidad. Los principios que dirigen a los Xanthitas pueden describirse como heréticos en si mismos, pues abogan por el uso del Caos para lograr los objetivos del Imperio. Conocer al enemigo es valioso sin duda, pero los Xanthitas creen en la necesidad de dar un paso más. Inquisidores de esta facción usan los poderes de la disformidad cada vez que pueden, creyendo fervientemente que aunque el Caos nunca será realmente derrotado, puede ser manipulado.

El Xanthismo fue introducido entre las filas de la Inquisición mucho antes de que algunas de las facciones más puritanas hubieran comenzado a emerger, y tiene el apoyo de algunos de los más veteranos y poderosos miembros de la Inquisición. Por esta razón, es altamente inusual que las facciones militantes que se les oponen intenten juzgar a los Xanthitas por herejía, aunque a muchos les gustaría hacerlo. La más notable excepción es el Maestro Inquisidor Zaranchek Xanthus en persona, el fundador de la facción, quien defendió ferozmente su inocencia frente a un jurado de compañeros inquisidores antes de que fuera eventualmente quemado en la hoguera. Interesantemente, uno de sus pupilos con más talento, Inquisidor Lethrai, famosamente soportó durante seis semanas una serie de dolorosas pruebas por sus interrogadores Monodominantes sin mostrar la más mínima señal de culpa.

Los Xanthitas de ningún modo toleran la existencia del Caos y sus oscuros trabajos, pero lo ven como un objeto que de hecho ya está siendo usado por el Imperio, aunque no es consciente de su completo potencial. Viajes por la Disformidad, Astrópatas, psíquicos sancionados, Navegantes, Bibliotecarios de los Marines Espaciales, abhumanos en las filas de las fuerzas Imperiales; todos portan la marca del Caos, sin embargo mas allá de los objetivos del Dios-Emperador, el mismo es uno de los más poderosos psíquicos que jamás han existido. Los Xanthitas citan estos ejemplos como que no hay duda de si el Caos puede servir a la Humanidad, todo depende del grado. Como resultado, inquisidores de esta facción a veces usan armas-demonios, artefactos contaminados por el Caos, contenedores-psíquicos, poseídos y grimorios prohibidos en su misión de comprender y explotar los poderes desatados de la Disformidad. Muchos han logrado un control absoluto sobre disciplinas psíquicas en las que se han entrando, y es inusual encontrar a un Xanthita sin ninguna habilidad psíquica en absoluto.


Uno de los más notorios defensores contemporáneos de la filosofía Xanthitiana, Inquisidor Lichenstein, ha provocado la ira de nadie más que del Cazador de Brujas Tyrus con su obsesiva búsqueda de arcanos grimorios que solo pueden sen encontrados a través de la Disformidad. La antipatía entre estos dos inquisidores ejemplifica la relación entre los Xanthitas y los Monodominantes. Aun así, una interesante excepción existe en la división Radical/Puritana. Los Horusianos, un sub-sector de los Xanthitas, desean crear un nuevo líder para la humanidad de un modo similar a los Thorianos. Ambas facciones buscan a una figura poderosa y divina para dirigir al Imperio hacia el nuevo Milenio. Pero este extremo radicalista ven la grandeza de Horus como una oportunidad malgastada; creyendo que el infinito poder del Caos puede ser manejado y atado a un gran líder de los hombres, la Humanidad volvería a estar unida y lo aplastaría todo ante ella. No es necesario decir, que incluso las mentes más abiertas de la Inquisición ven a los Horusianos como peligrosos en extremo.


  • Recongregadores - Para los Recongregadores, el Imperio es un ser menguante y decadente, acribillado por la corrupción, y muchas de sus organizaciones expandidas por la galaxia están corrompidas hasta la médula. Inquisidores de esta facción creen que para que el Imperio recupere su gloria original los grilletes del actual deben ser destruidos. Una vez que quede reducido a trozos, el Imperio podrá ser reforjado, más fuerte y más puro que nunca antes.

Burocracia, politiqueo y estancamiento son los enemigos a los que estos inquisidores se enfrentan, derribando gobiernos estabilizados y reemplazándolos por radicales libre-pensadores.

Aunque cuidadosos de causar demasiada destrucción innecesaria, los métodos de los Recongregadores les han llevado a patrocinar alzamientos, comenzar disturbios civiles, sembrar la anarquía, causar motines y ser partidarios de la agitación política. Se cree que inquisidores Recongregadores intervinieron (tuvieron una mano literalmente) tras las Insurrecciones de Gobi, la destitución del Archicardenal Greig en Hisiros VI, la Rebelión de la Cumbre Sol e incluso el asesinato del Tetrarca de Syllanis, cuyo mandato estable y moderado había durado cinco generaciones. Aunque prefieren mantenerse anónimos y manipular los eventos desde las sombras, los Recongregadores no evitan las acciones extremas y se envolverán a ellos mismo en operaciones encubiertas si es necesario el riesgo.

Recongregadores se encuentran frecuentemente en las filas del Ordo Hereticus, aunque en vez de buscar para desenmascarar y destruir los líderes clandestinos estos inquisidores prefieren ayudar activamente a estos individuos para sus propios fines. Trabajan para deponer las figuras corruptas o conservadores y reemplazarla por otros líderes más dinámicos y abiertos de mente capaces de apartarse del Status Quo. Obviamente, esto entra en confrontación directa con la facción Amalitiana, que considera que los Recongregadores no son mejores que los demagogos de la Legión Alfa. Sin que lo sepan los poseedores de tronos, muchas dinastías han sido alzadas por los Amalitianos mientras que los Recongregadores trabajaban para derribarla.


  • Los Istvaanianos: Los Istvaanianos ven que la evolución de la Humanidad se ha detenido hasta una lenta degeneración y creciente conformismo, y se temen que finalmente caiga a los pies de sus innumerables enemigos. Como resultado, siembran conflictos, odios y confrontaciones por donde quiera que pasen. Creen que el Imperio se volverá más fuerte a través de los conflictos, pues solo los más fuertes y merecedores sobrevivirán.

Los Istvaanianos toman su nombre de la masacre que dio comienzo al conflicto más terrible que haya engullido a la Humanidad, la Herejía de Horus, iniciado por el Señor de la Guerra traidor con el bombardeo vírico sobre Istvaan III. Lo que la mayoría de los historiadores imperiales ven como el peor desastre que pudo haberle pasado al Imperio, los Istvaanianos lo proclaman como el catalizador de muchos de sus objetivos. A pesar de su postura extrema y sus drásticos métodos, la historia parece revindicar sus creencias, pues de las épocas de mayor agitación han dado como resultado los mayores avances en el seno del Imperio. Con una objetividad nacida de la retrospectiva, claman que la Herejía segó a los débiles de voluntad del Adeptus Astartes, y finalmente conllevó el ascenso del Emperador, permitiendo al Señor de la Humanidad ascender a la divinidad. Puntualizan que la Era de la Apostasia, cuando el Imperio fue devorado por una fiebre de blasfemia, fue la causa de la reforma de la Eclesiarquía y de la llegada de Sebastián Thor. Grandes avances y saltos de fe son innegablemente posibles cuando la Humanidad es puesta a límite, y por esta razón los Istvaanianos cultivan la guerra activamente.

El modus operandi de los belicosos Istvaanianos es a veces tan extremo que muchos de sus miembros más militantes han sobrepasado incluso a los inflexibles Monodominantes. Por ejemplo, el descubrimiento de una imperfección hereditaria en la princesa de Moia, el una vez hermoso planeta que había disfrutado previamente de seis siglos sin conflictos, fue suficiente para el Inquisidor Velchorte para iniciar un pogromo de caza de brujas a nivel planetario que eventualmente terminó estallando en una vengativa cruzada. En defensa de los métodos de los Istvaanianos, desde dicho conflicto el 3º de Moia goza de una terrible reputación entre la Guardia Imperial.

Interesantemente, muchos miembros respetables de la Inquisición recientemente se han mostrado a favor de la Proposición Kiniel, una moción propuesta por el infame Inquisidor Istvaaniano Gastus Kiniel. La propuesta busca forzar el servicio militar sobre todos los miembros de la sociedad imperial de manera obligatoria. Dado la actual abundancia de amenazas hacia el futuro del Imperio, este puede ser bien considerada por los Altos Señores de Terra, y ya ha ganado un considerable apoyo entre las filas de la Inquisición. Es un testamento de las habilidades manipuladoras de Kiniel que se haya asegurado el apoyo de muchos grandes inquisidores Monodominantes con el fuego y pasión de sus xenófobos sentimientos. No es necesario decir que la militarización de incontables billones de de ciudadanos imperiales sería una gran victoria para los Istvaanianos y posiblemente incluso para todo el Imperio.