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El Imperio T'au está localizado en la lejana Franja Este de la galaxia en el Segmentum Ultima. Aunque con menos de dos mil años de antigüedad, el dinamismo y la avanzada tecnología de los T'au los ha llevado a expandirse rápidamente por el espacio y a encontrarse tempranamente con todo tipo de otras razas, muchas de ellas ya anexionadas a su creciente imperio, la mayoría de ellas de forma voluntaria, en calidad de aliados o mediante acuerdos comerciales de mutuo beneficio.

Como un nuevo sol, el Imperio T'au expande su luz en la oscuridad del vacío. A la vez que van conquistando mundo tras mundo, sistema tras sistema, esta dinámica joven raza hace retroceder los límites de la ignorancia con la promesa de un camino mejor.

En términos galácticos, su imperio es pequeño, basado alrededor de un racimo globular de estrellas densamente distribuidas, y formado aproximadamente por unos cien mundos colonizados, lo que permite a los T'au viajar entre ellas sin la mayoría de peligros que están asociados normalmente a viajar por la Disformidad.

El crecimiento del Imperio T'au puede clasificarse en cinco fases distintas. Llamadas Primera, Segunda, Tercera, Cuarta y Quinta Esfera de Expansión, cada una de estas inmensas explosiones de incursiones al exterior han visto masivas fuerzas militares en la que, oleada tras oleada de colonos T'au surcan las estrellas. Cada una de esas expansiones han conquistado nuevos mundos y asimilado nuevas razas para el Bien Supremo.

Destino manifiesto[]

Tau temple

Edificio T'au

Los T'au creen que su destino es gobernar y que ha llegado el momento de hacerlo. Aceptan por completo la superioridad de su cultura y tecnología y han reconocido que son la única esperanza de llevar su filosofía iluminadora a los límites de la galaxia, donde predomina la barbarie y la desorganización. No hay hazaña imposible para su ingeniería, no hay dilema que sus científicos no puedan resolver y no hay enemigo al que sus guerreros no puedan superar. Con el tiempo, el resto de razas aceptarán estas verdades y las propias estrellas serán reformadas y realineadas en el nombre de la única causa que realmente importa.

La sociedad estelar de los T'au se guían por completo a un concepto ideológico singular, el T'au'va, que se podría traducir por "el Bien Supremo", una frase que implica que el bien de la sociedad es mayor que el del individuo. Que el individuo deberá dejar de lado sus deseos personales para trabajar por el Bien Supremo es un concepto primordial para los T'au y es imposible subestimar la importancia de este ideal: todos deben trabajar juntos para conseguir que el conjunto de la sociedad avance. El individuo deberá sacrificar sus ganancias personales para la mejora del Imperio en su totalidad. Tan absolutamente concienciados están los T'au con este ideal que ha propulsado su cultura a través de los confines del espacio con una asombrosa velocidad.

Avance imparable[]

El Imperio T'au continúa creciendo, ampliando sus límites. Esta continua expansión implica que los T'au invaden regularmente territorios ocupados, donde se encuentran con ignorancia y hostilidad. Sin embargo, esto no les ha disuadido de su misión, sino todo lo contrario. Cada conflicto aumenta la voluntad colectiva de los T'au y añade mayor claridad a su propósito.

Donde una vez los T'au alzaban su mirada para ver los distantes destellos de estrellas aún sin explorar, ahora las ven como luces brillantes de su propio imperio interestelar.

Aunque los T'au buscan anexionar todo el territorio y asimilar a cualquier nueva raza xenos que descubran, intentan hacerlo por el diálogo, por medio de sus hábiles y persuasivos diplomados, antes que subyugándola por medios militares. Los T'au se han convertido en expertos diplomáticos que ofrecen grandes recompensas a quienes ceden. En estos asuntos los T'au son pacientes, conscientes de que el proceso de incorporación puede llevar años o incluso décadas hasta que un mundo alienígena sea finalmente sometido. A menudo el gobierno T'au es tan sutil que los nativos acaban asumiendo que fue su propia idea. Sin embargo, si encuentran resistencia, las negociaciones se vuelven más agresivas. Y si no se resuelven de forma satisfactoria para los T'au, esas charlas se reemplazan rápidamente con una solución puramente militar, eliminándolos por el descomunal poderío armamentístico del aparato militar T'au.

El aparato militar T'au combate mediante innumerables frentes de batalla galácticos, ya sea con sus poderosas armaduras de combate y guerreros valientes que poseen la fuerza requerida para reforzar el Bien Supremo sobre todos aquellos que lo verían sucumbir. Brillantes a nivel estratégico, totalmente devotos y poseídos de una tecnología increíble, la maquinaria de guerra no tiene igual en su tarea.

El aparato militar de los T'au es un instrumento de muerte finamente engrasado. Su Casta guerrera se prepara para el combate desde su nacimiento. Cada soldado está equipado con armamento de alta tecnología y está comprometido con la causa del Bien Supremo. Sus tropas de élite visten Armaduras de Combate con una asombrosa potencia de fuego. El trabajo combinado de su infantería mecanizada, sus vehículos gravíticos y su flota aérea controla el campo de batalla. Los Comandantes T'au son maestros tácticos, bien versados en las artes de la guerra. Hasta ahora la expansión se ha ralentizado en escasas ocasiones, y nunca se ha detenido.

Viaje espacial T'au[]

"Con cada viaje que emprendemos, cada especie que contactamos, cada mundo que establecemos, vemos la absoluta necesidad de nuestra misión."

Por’O Volescur

La expansión del Imperio T'au ha sido dictada por las limitaciones de los métodos que utilizan sus naves estelares para cruzar los vastos abismos del espacio que separan las estrellas. Los T'au no utilizan navegantes en el sentido en que lo hace la humanidad y tampoco utilizan ninguno de los métodos esotéricos o de hechicería que permiten a otras razas navegar por la disformidad. Los xenobiólogos imperiales han postulado que los T'au tienen muy poca percepción de la disformidad, un hecho que puede servir para protegerlos contra los ataques de los habitantes del Empíreo, pero que también los ciega ante el poder que ofrece.

Para cruzar el espacio interestelar, los T'au utilizan una solución tecnológica que permite a sus naves realizar saltos cortos, "rozando" la superficie de la disformidad sin sumergirse en sus hirvientes profundidades. Parece ser que entrar únicamente en aguas poco profundas del Mar de las Almas permite a los T'au guiar sus naves por medios convencionales y estar protegidos de los peligros que acosan a otras especies.

La desventaja de este método de viaje interestelar es que saltar a más distancia es imposible por lo que es comparativamente mucho más lento que otros métodos. Hasta la fecha, esto no ha sido un problema importante para la expansión del imperio xenos ya que el cúmulo estelar que ocupa es tan denso que cada sector está a un pequeño salto del siguiente.

Sistema de Castas[]

Los T'au han absorbido tan completamente el concepto del Bien Supremo que ha llegado a dar forma no solo a sus propósitos, sino también a la apariencia física de su raza y a la misma sociedad. Desde la llegada de los Etéreos y el fin de su prehistoria (conocida como Mont'au, o "Era de muerte"), los T'au se han dividido en rígidas Castas, cada una responsable de una función específica en la sociedad; cada una contribuyendo con sus conocimientos al conjunto todopoderoso.

Todos los T'au tienen forma humanoide, con dos pies como pezuñas y piel similar al cuero de color azul grisáceo, aunque el tono exacto puede variar volviéndose más azul dependiendo de la exposición al sol. Con el tiempo, cada una de las Castas T'au ha evolucionado para adecuarse a los requerimientos asociados a sus papeles, desarrollando subespecies dentro de la raza T'au. Los T'au nacen dentro de una Casta y la mezcla entre Castas está prohibida por los Etéreos, la misteriosa quinta Casta que lidera el Imperio T'au. Las Castas son las siguientes:

Castadelfuego

Emblema de la Casta del Fuego.

  • Casta del Fuego - La Casta del Fuego la componen los guerreros de los T'au. Su deber es proteger a las restantes Castas y eliminar a cualquier enemigo lo suficientemente estúpido como para rechazar el Bien Supremo. Tiempo atrás la Casta del Fuego se originó entre las tribus de cazadores de las llanuras de T'au e incluso por aquel entonces ya eran los T'au más fuertes y agresivos. A lo largo del tiempo, los rasgos interesantes de fuerza y tamaño físico de la Casta del Fuego han continuado aumentándose, y cualquier rasgo débil es eliminado de forma rápida. Se guían por el Código de Fuego, cuyo nombre T'au podría traducirse literalmente por "las sendas del guerrero". Esta doctrina que enfatiza las artes marciales, la lealtad y la guerra sin cuartel templada por la sabiduría. Los Guerreros del Fuego pasan sus vidas en combate o preparándose para él, perfeccionando sus tácticas y mejorando sus habilidades.
Castadelatierra

Emblema de la Casta de la Tierra.

  • Casta de la Tierra - La Casta de la Tierra contiene a los artesanos, constructores y trabajadores de los T'au y es, de lejos, la más numerosa. Ellos son quienes construyen las máquinas, erigen las viviendas y proveen de comida al resto del Imperio T'au. Sin la Casta de la Tierra, las granjas no producirían y las factorías estarían cruzadas de brazos. Los niveles más bajos de la Casta de la Tierra son trabajadores vigorosos que se afanan sin cesar. Las mentes más privilegiadas de la Casta se convierten en ingenieros y científicos, inventores sin igual. Ellos son quienes construyen la sofisticada maquinaria y crean las innovaciones tecnológicas tan frecuentes en todos los niveles de la sociedad T'au.
Castadelagua

Emblema de la Casta del Agua.

  • Casta del Agua - El agua es el elemento presente en todas las cosas vivas, fluyendo constantemente para permitir la vida. De igual forma, los miembros de la Casta del Agua son burócratas, políticos, negociadores y administradores. En esencia, son los siervos civiles que se aseguran que la sociedad T'au funcione de forma fluida. La Casta del Agua la constituyen los mercaderes, comerciantes y diplomáticos que se mueven con fluidez entre el resto de Castas y los xenos que se han incorporado al Imperio T'au. Se encargan de disipar los temores y asegurarse de que todas las negociaciones se llevan con eficiencia. Este grupo de la raza T'au siempre ha mostrado un don para los idiomas que se ha desarrollado más a fondo con el tiempo. Un miembro de la Casta del Agua es capaz de aprender idiomas alienígenas con facilidad y tiene una habilidad destacable para comprender y emular incluso los matices más sutiles de la comunicación.
Castadelaire

Emblema de la Casta del Aire.

  • Casta del Aire - En épocas antiguas, los T'au de la Casta del Aire eran mensajeros, pero ahora son pilotos y tripulantes de naves espaciales, transportando suministros y guerreros allí donde son necesarios. La Casta del Aire es una fuerza inadvertida (en ocasiones se le llama la Casta invisible) ya que es inusual que pongan el pie en la superficie de un planeta. La mayor parte de sus miembros pasa casi toda su vida en tránsito espacial o atracados en estaciones espaciales. Sus cuerpos han evolucionado según sus nuevas circunstancias y ya no lucen las alas que tuvieron antaño, sino que exhiben una constitución más estilizada en respuesta a su existencia en baja gravedad. Los huesos huecos permiten a los pilotos de la Casta del Aire resistir grandes aceleraciones aunque, a la inversa, son débiles y desgarbados en tierra, o en mundos de gravedad moderada. En combate, la Casta del Aire hace llover muerte desde el cielo mientras pilotan sus cazas de combate o bombarderos en apoyo a los guerreros T'au que haya abajo.
CastaEtéreosTau

Emblema de la Casta de los Etéreos.

  • Casta de los Etéreos - Los Etéreos son los líderes incuestionables de las Castas unidas que forman el Imperio T'au. Su único papel es una combinación de mando político y espiritual, y sus declaraciones dan forma a cada faceta de la civilización T'au de forma indiscutible, ya que tienen autoridad absoluta. Tal es su absoluta autoridad sobre los T'au que otras razas han llegado a cuestionar sus orígenes. Si un Etéreo ordenara a un T'au suicidarse, sería obedecido de forma instantánea e incuestionable.

Historia[]

Los T'au dicen que "de las tinieblas surge la luz", una frase que en su idioma está cargada de significado: por un lado, se refiere a los amaneceres súbitos y dramáticos del planeta T'au, y por otro, a las leyendas de la llegada de los Etéreos y al espíritu expansionista que se extiende en la oscuridad de la Galaxia.

Orígenes[]

Cerca de la Franja Este de la Galaxia se encuentra el pequeño planeta T'au, un mundo árido con pocas áreas exuberantes y océanos poco profundos. Está dominado por un enorme continente de ricas sabanas y majestuosas llanuras rotas por zonas de desierto rocoso. Mucho antes de que los T'au pisaran las estrellas, empezaron como cazadores en esas llanuras, y conforme sus tribus crecían, migraron por todo el planeta evitando los desastres naturales y buscando evitar las rivalidades crecientes. Conforme pasaron los siglos, cada rama de los dispersos T'au desarrolló su propio camino, mostrando un talento único para adaptarse a su entorno.

En los picos de montaña desolados, aquellos que se elevaban de las cálidas llanuras con sus alas membranosas encontraron su lugar entre el resto de los T'au, como mensajeros y exploradores. Aquellos cuyas migraciones les llevaron a los valles de los ríos establecieron comunidades granjeras bien construidas, desarrollando la metalurgia, las manufacturas y la minería para crear los primeros asentamientos. Otros se dieron cuenta de que las comunidades vecinas podían producir lo que ellos no conseguían y negociaron acuerdos entre tribus dispares, reconociendo el valor inherente de los talentos de los demás. Los T'au que permanecieron en las llanuras crecieron más fuertes, convirtiéndose en cazadores hábiles y agresivos. Cogían lo que querían y si tenían que combatir en una batalla honorable para conseguirlo, mucho mejor.

Mont'au[]

Artículo principal: Mont'au.

La historia de la evolución desde las herramientas de piedra hasta una sociedad avanzada es común a lo largo de la Galaxia. Lo que hace notables a los T'au es la velocidad con la que su cultura saltó de paso a paso. No fue muchas generaciones después de haber establecido sus primeros asentamientos que los T'au empezaron a construir fortalezas y a usar armas de fuego para defenderse de las tribus de saqueadores de las llanuras, aliadas con los T'au del aire.

Las rutas comerciales se cortaron y los T'au que negociaban entre las diversas tribus fueron atacados para evitar que se formaran alianzas. Rápidamente enormes guerras asolaron el continente principal, con las tribus T'au enfrentándose unas a otras en batallas salvajes con armas de fuego primitivas. Las luchas duraron muchos años, con miles de bajas en cada bando y sin que se viera un fin para la matanza. Las míseras condiciones causadas por la guerra y la falta de comida fresca y agua permitieron que las plagas se extendieran hasta el punto de que morían más T'au por enfermedad que en combate. Conforme avanzaba el salvajismo del combate parecía que la raza T'au se extinguiría a sí misma en los fuegos de su propia barbarie.

La llegada de los Etéreos[]

Los T'au habían entrado en su hora más oscura, con la raza al completo siendo destruida por la guerra y la enfermedad. En ese momento se vieron luces extrañas en el cielo y muchos creyeron que eran signos de que llegaban los últimos días, de que la extinción estaba cerca. De esos tiempos surgen varios mitos diferentes sobre cómo lograron librarse de la aniquilación, entre los cuales "Los Etéreos de Fio'taun" es el principal.

La leyenda explica que en la meseta de una montaña llamada Fio'taun, una alianza de habitantes de las llanuras y T'au aéreos puso bajo asedio la ciudad amurallada más fuerte de los T'au constructores. En vano, los comerciantes intentaron negociar con los fieros guerreros de las llanuras, pues su sangre ardía y no estaban dispuestos a firmar ningún tratado. Durante cinco largas estaciones los cañones de Fio'taun mantuvieron a raya a los atacantes, pero los suministros disminuían y la enfermedad campaba dentro de los muros de la ciudad. Conforme caía la noche tras un nuevo día de lucha sangrienta, los líderes de Fio'taun se desesperaban sabiendo que no había socorro en camino.

Emergiendo de la oscuridad, un T'au de apariencia inusual caminó hasta el campo de los sitiadores, pidiendo ver al comandante del ejército. Hablaba tranquilamente aunque con una autoridad innegable, y los guardias ante quienes se anunció se sintieron obligados a escoltarle hasta su líder. En el mismo momento, en el interior de los muros de Fio'taun, un individuo similar se presentó ante los guardias. No quiso explicar cómo había penetrado las defensas de la ciudad y solo dijo que se le debía permitir hablar con el castellano de la fortaleza. De nuevo, su petición no pudo ser ignorada y se le permitió una audiencia con el gobernante. En menos de una hora, las puertas de la fortaleza se abrieron y el extraño guió a los líderes de la ciudadela hacia las antorchas que iluminaban el campamento de sus atacantes.

Cuando los enemigos se encontraron, los recién llegados que se llamaban a sí mismos Etéreos les ordenaron sentarse. Bajo una luna llena y blanca, empezaron a hablar. Los misteriosos extraños explicaron que las habilidades de cada tribu eran únicas y se deberían aprovechar. Hablaron del Bien Supremo que se podía lograr si dejaban de lado sus rivalidades y trabajaban juntos. Los dos extraños hablaron durante toda la noche, con palabras de gran poder. Cuando el sol se asomó en el horizonte, habían acordado una tregua.

Fio'taun fue solo el principio. Poco después aparecieron más Etéreos y su mensaje sobre el Bien Supremo se expandió por todo el planeta. La nueva filosofía se implantó rápidamente. Tras el fin de las guerras intestinas, los T'au florecieron como nunca antes. Ciudades bien construidas se expandieron por todo el territorio y se reabrieron rutas comerciales, mientras que los T'au alados ofrecían comunicaciones de gran velocidad.

Los habitantes de las llanuras recibieron la visita de más Etéreos que el resto de tribus combinadas. Al ser los T'au más agresivos, requirió más tiempo convencerlos de que aceptaran las nuevas formas. Pero conforme fueron viendo los asentamientos cada vez más grandes e impresionantes del resto de tribus, no pudieron dejar de admirar su gran progreso y finalmente accedieron a las súplicas de los Etéreos.

A partir de ese momento, los Etéreo y un concilio de ancianos de cada tribu decretó que los T'au se formalizarían en Castas, cada una conocida por los elementos que definían mejor su papel en el Bien Supremo. Los constructores y artesanos se convertirían en la Casta de la Tierra, los exploradores y mensajeros en la Casta del Aire, los comerciantes y administradores civiles formaron la Casta del Agua y los guerreros de las llanuras serían la Casta del Fuego. Al haber salvado a los T'au de la extinción o, al menos, del salvajismo, los Etéreos fueron reverenciados con la mayor devoción. Aunque siempre han sido la Casta menos numerosa, los Etéreos se convirtieron en la fuerza que guía a los T'au, ya que fueron ellos quienes tuvieron la visión de cómo sería el futuro si se podía unir a su raza.

Primera Esfera de Expansión[]

Antecedentes[]

Los T'au entraron en un periodo sin precedentes de cambios rápidos liderado por las nuevas invenciones y los grandes avances en muchos campos. Cada Casta se sintió inexurablemente impulsada en la persecución de sus objetivos por el Bien Supremo. Los éxitos que siguieron fueron copiosos, con grandes avances descubiertos en metalurgia, ingeniería, producción de energía y fabricación de armamento. Con avances casi diarios y habiendo reducido las privaciones y enfermedades, el planeta T'au dio rápidos signos de superpoblación. De nuevo, los Etéreos tenían las respuestas y señalaron hacia las estrellas. A sus órdenes, la Casta de la Tierra empezó a construir y probar cohetes y la Casta del Aire empezó a entrenar para su nuevo papel como pilotos.

Durante ese periodo de progreso, únicamente la Casta del Fuego pareció no avanzar. Aunque utilizaban nuevas armas y tecnología para eliminar por completo a los grandes depredadores de T'au, no había mucho trabajo para el ejército. Los Etéreos anticiparon su creciente frustración enfocando a la Casta del Fuego en el desarrollo de un nuevo régimen muy disciplinado. Usaron como guía las enseñanzas del Código de Fuego, las antiguas formas que habían pasado de generación en generación desde que eran tribus cazadoras. Con el "camino del guerrero" como guía, la Casta del Fuego preparó un sistema de entrenamiento desde el nacimiento hasta la muerte, el inicio de la tradición formal que todavía siguen llevando a cabo en la actualidad.

La noción de que el futuro de los T'au estaba en las estrellas prendió firmemente en todas las Castas. Cuando los primeros cohetes salieron de la atmósfera planetaria, los T'au establecieron comunidades orbitales seguidas de una base en Lu'val, la luna más cercana. Se enviaron naves de exploración y sondas de largo alcance. Los T'au se cercioraron de que su mundo residía en un grupo de planetas muy cercanos entre sí y los informes afirmaban que muchos de ellos eran capaces de sostener vida. La construcción de un enorme muelle orbital permitió construir naves espaciales más grandes y los primeros esfuerzos para colonizar dieron comienzo en los planetas cercanos a T'au.

Primeras conquistas[]

Los T'au continuaron ampliando su reino rápidamente, aunque las bajas fueron elevadas entre esos primeros exploradores. Aparte de que el viaje espacial y los nuevos entornos estaban cobrándose un precio en vidas, conforme los T'au se aventuraban cada vez más lejos empezaron a encontrarse bestias alienígenas, muchas de las cuales demostraron ser peligrosas.

Entonces llegó el momento en que los rigurosos entrenamientos de los Guerreros del Fuego probaron su valía. Las colosales bestias reptilianas de D'yanoi mataron a muchos colonizadores antes de que los despliegues rápidos y las andanadas de disparos lograran hacerlas retirarse. En Sa'cea, el planeta desierto estaba invadido por depredadores carnívoros que la Casta del Fuego tuvo que cazar y destruir antes incluso de que los pobladores se atrevieran a aterrizar.

En esas primeras expansiones, los T'au también se encontraron con razas alienígenas, civilizaciones enteras de criaturas pensantes. Mientras que la Casta del Fuego solo buscaba destruir a quienes se les oponían, cazándolos igual que a animales salvajes, los Etéreos vieron una oportunidad de llevar la ilustración en vez de la guerra. Del mismo modo que los Etéreos habían detenido la guerra en T'au y unido a todas las tribus en un propósito común, los alienígenas serían acogidos y se les daría la oportunidad de compartir el Bien Supremo. Los Etéreos guiaron al resto de Castas para que los aceptaran, sin importar lo extraños que fueran. No importaba si esas criaturas estaban sumidas en la barbarie, esclavizadas por la superstición o si sencillamente desconocían la magnitud del gran destino desplegado ante ellos: los Etéreos dijeron que todos debían ser bienvenidos al emergente Imperio T'au.

A partir de ese momento, siempre que se encontraba una nueva cultura alienígena, los Etéreos empleaban su estrategia maestra, en la que cada Casta T'au representaba su papel. Primero los planetas eran examinados por la Casta del Aire y aquellos clasificados como deseables se seguían investigando. Si se descubría una civilización alienígena, los embajadores de la Casta del Agua eran enviados para contactar aprovechando su entrenamiento como negociadores. Cada oferta de integración se ideaba cuidadosamente para atraer a sus destinatarios: propuestas de tratos comerciales, protección de enemigos o maravillas tecnológicas construidas por la Casta de la Tierra.

Se extendieron saludos honorables e invitaciones a los armados Thraxianos, los invertebrados Greet, los Nicassar y muchos más. A todos se les ofreció unirse al Imperio T'au, aliarse para conseguir protección mutua, comercio y tecnología. Los alienígenas más primitivos se inclinaron rápidamente ante los discursos de la Casta del Agua, mientras que otros accedieron gradualmente. Finalmente, el resultado fue el mismo, y en un corto periodo de años, la hegemonía cultural T'au era dominante, con cada raza haciendo su parte para ayudar al Bien Supremo. Por ejemplo, en su mundo natal acuático de Isla'su, los Greet permitieron que la Casta de la Tierra construyera muchas factorías flotantes sobre la superficie de su planeta. Ese fue el pago por la protección de su planeta que dieron las estaciones orbitales, permitiendo a los Greet contribuir de mejor forma al Bien Supremo.

No todas las razas alienígenas fueron tan complacientes. Aquellos que rechazaron cooperar recibieron duros ultimátums. Toda la fuerza de la Casta del Fuego se lanzó sobre aquellos que no los cumplieron. Siguiendo órdenes, los Guerreros del Fuego T'au descendieron desde la órbita sobre los planetas designados y efectuaron una serie de rápidos golpes a sus enemigos antes de retirarse para evitar represalias. Después de semejantes ataques, todos excepto los más impenitentes reconsideraron su posición. Con sus industrias clave destrozadas y sus comunicaciones a largo alcance inutilizadas, muchos alienígenas se encontraron fraccionados, incapaces de saber si el resto de los suyos ya habían aceptado los términos de los T'au. Estas tácticas de divide y vencerás atrajeron a más enemigos a la mesa de negociaciones, pero en algunos casos, las guerras de aniquilación fueron inevitables.

Aunque la población crecía exponencialmente, su expansión tenía una escala tan grande que los guerreros de la Casta del Fuego se veían cortos de efectivos. A menudo eran superados numéricamente, pero sus Comandantes aprendieron rápidamente que incluso el mayor ejército enemigo puede ser derrotado con una serie de golpes rápidos y el uso juicioso de una potencia de fuego abrumadora. Dada la elección entre una aniquilación sangrienta y la asimilación y supervivencia en los límites del Imperio T'au, todas, excepto las razas más tozudas, se rindieron ante lo inevitable. Sin embargo, una raza demostró ser una excepción notable.

La amenaza Orka[]

Los Orkos son una raza prolífica y brutal que resuelve incluso los problemas más triviales mediante la violencia. Los T'au descubrieron por primera vez a los Orkos en los planetas que rodean T'au'n, su primera gran colonia. No tardaron en recibir informes de tribus Orkas dispersas de todos los Sistemas Estelares que investigaban. Los sofisticados T'au rápidamente aprendieron a identificar la presencia Orka con su equipo de escaneo y esta apareció con alarmante regularidad en planetas, lunas, cinturones de asteroides y en cualquier lugar que pudiera permitir vida. Costó muchas batallas antes de que los T'au abandonasen sus fútiles intentos de absorber a los Orkos de la forma que había resultado ser útil con una docena de civilizaciones alienígenas anteriormente; sencillamente no existía posibilidad de negociar con semejantes criaturas. Los Etéreos confirmaron que esos alienígenas eran una causa perdida y modificaron los protocolos para renunciar a cualquier intento de integrar a los Orkos, declarando que el Bien Supremo sería mejor sin ellos.

Ahora, cuando estos problemáticos alienígenas son descubiertos, el procedimiento habitual es acercarse a los Orkos de una de estas dos formas: destruyéndolos lo más rápido posible en una guerra total, o marcando el territorio con balizas de aviso para establecer un perímetro de seguridad alrededor de los alienígenas salvajes. Aunque estas técnicas parecen útiles en teoría, los T'au han aprendido a través de amargas experiencias que ningún método es infalible y que los pielesverdes son impredecibles. Los Orkos disfrutan de las guerras prolongadas y han demostrado ser casi imposibles de erradicar por completo, reapareciendo en mundos donde su amenaza había sido aniquilada. Sus flotas de invasión tienen la inquietante tendencia de sobrepasar las lecturas de sus sensores y reaparecer causando el caos en alguna esquina lejana del Imperio T'au. Con el tiempo, solo la vigilancia constante y la respuesta rápida parecen ser efectivas como contramedida.

Final de la Primera Expansión[]

Al final del primer milenio de la Primera Esfera de Expansión, como se la llamó más tarde, el Imperio T'au se había desplegado por los cielos y consistía en ocho Sistema completamente habitados conocidos como Sectores. Los Sectores recibían su nombre de su "capital sectorial" y podían incluir cualquier cantidad de planetas o lunas colonizados, así como otras posesiones como puestos de escucha, campos de sensores, satélites escudo, ciudades orbitales y operaciones mineras. Todo conectado por una serie de estaciones espaciales y una enorme red de comunicaciones y sensores entre las ubicaciones más importantes. Aunque llevó varias generaciones establecerse, cada Sector es único, con sus propios matices culturales y con proporciones variadas de las diferentes Castas y poblaciones alienígenas.

Se combinaron diversos factores para dar fin al primer gran periodo de rápido crecimiento de los T'au. En primer lugar, a pesar de la explosión de población que su raza había estado experimentando, su número se estaba estirando demasiado y se notaba la necesidad de más individuos de cada Casta. Los guerreros de la Casta del Fuego, en especial, estaban muy demandados ya que las guerras de conquista habían sido costosas y diversos conflictos seguían activos en zonas periféricas. La segunda razón debido a la cual se detuvo la Primera Esfera de Expansión fue debido a las distancias entre Sistemas. Después de colonizar la densa zona cercana a T'au, la distancia entre mundos se hizo mayor. En esa época, era totalmente imposible cruzar todo el Imperio T'au en una sola vida, y cruzar los negros abismos que rodeaban sus Sistemas Estelares llevaría muchas, muchas generaciones. Los T'au necesitaban innovar en sus métodos de viaje espacial.

La unión fortuita con los Kroot[]

Al final del primer período de expansión, una flota de exploración a las afueras de Dal'yth localizó naves Orkas disparando a las esferas de guerra Kroot. Los desconocidos Kroot defendían su enclave en el planeta Krath, aunque estaban siendo abrumadoramente superados en número. Aunque en un principio solo pretendían observar, los T'au se vieron arrastrados al combate cuando tanto el Almirante de la Casta del Aire como el Comandante de la Casta del Fuego no soportaron ver a los Orkos hacerse con la victoria. Por tanto, desplegaron rápidamente su flota y destrozaron las naves pielesverdes. Pero tardaron demasiado en darse cuenta de que aquello solo era la vanguardia de una enorme fuerza de invasión, que estaba acercándoseles mientras les rodeaba en círculo.

Así empezó una guerra, tanto en el espacio como en diversos planetas, que más tarde se llamó la Guerra del Punto de Unión y que marcó la primera ocasión en que los T'au y los Kroot lucharon hombro con hombro. Esta alianza fue tan efectiva que retuvieron a los Orkos durante suficiente tiempo como para que llegaran los refuerzos de Sa'cea y lograran triunfar sobre los pielesverdes. Los T'au quedaron tan impresionados con las proezas en combate de los Kroot, que acordaron extender esa alianza hasta liberar el resto de enclaves Kroot que también estaban bajo ataque Orko. Durante los siguientes diez años, los T'au ayudaron a eliminar todos los signos de Orkos de los mundos Kroot y eventualmente visitaron su mundo natal de Pech a instancias del principal líder de los Kroot, el legendario Anghkor Prok. Allí en la sagrada Piedra del juramento, el líder Kroot juró alianza con el Imperio T'au y comprometió a sus guerreros a luchar por el Bien Supremo (y una paga regular). Ese compromiso, y la cooperación entre ambas razas sigue honrándose a día de hoy. Los Kroot son, de lejos, la fuerza auxiliar alienígena más común al servicio de los ejércitos T'au. Los T'au valoran los servicios militares de los Kroot, aunque siguen esperando que la exposición a su cultura superior cure a los Kroot de sus tendencias caníbales.

Nuevos preparativos[]

Aunque su reino era mayor de lo que nunca había sido, el planeta T'au siguió siendo el corazón espiritual del Imperio T'au. Entre los nacidos en Sectores distantes, solo los de mayor rango podían viajar a ver su mundo ancestral, aunque todos ofrecían gran deferencia a los Sectores más antiguos. Allí, los oficiales de alto rango de cada Casta se reunían en concilios bajo las cúpulas resplandecientes que dominaban el paisaje, recibiendo la sabiduría de los más antiguos de la Casta de los Etéreos. Desde el Alto Concilio, las órdenes de expansión se transmitían y llegaban a las estaciones de transmisión de los confines del Imperio.

Los Etéreos dirigieron el Consejo sin descanso, empujando a todas las Castas a conseguir mayores objetivos. Los T'au dedicaron el siguiente medio siglo a reconstruir sus ejércitos, reforzar sus infraestructuras y prepararse para la siguiente expansión. Se enviaron sondas de prueba para explorar el golfo de espacio vacío más allá de los límites del Imperio, lo que marcó el inicio de una nueva tecnología: la inteligencia artificial.

La Casta del Agua intentó complementar la escasez de población T'au redoblando los esfuerzos de integración de sus mundos alienígenas más lejanos en el Imperio. Esto se logró de una miríada de formas. Por ejemplo, los robustos aunque poco inteligentes Anthrazods probaron ser muy apropiados para la ardua tarea de la minería en asteroides, mientras que los pequeños crustáceos de miembros diestros nativos de Brachyure no tenían rival en la delicada tarea de montar minúsculos generadores de plasma necesarios para las últimas invenciones de la Casta de la Tierra. Pero fue la alianza con los Kroot la que provocó, de largo, la mayor diferencia, ya que en un corto período de tiempo los ejércitos de la Casta del Fuego fueron reforzados por millones de guerreros adicionales que les ayudaron a luchar por el Bien Supremo, aunque de una forma más mercenaria de lo considerado como ideal.

Solo la Casta de la Tierra había fallado en conseguir la meta prescrita. Aunque los centros de ingeniería de cada Sector trabajaban diligentemente y proveían de innumerables innovaciones, la invención demandada por los Etéreos, un sistema de propulsión para viajar a las estrellas, les eludía. Finalmente, el salto cuántico llegó desde el Sector Fal'shia, donde finalizaron el desarrollo del Motor acelerador ZFR Horizon. Este ingenioso diseño permitía que las naves viajasen a una velocidad cercana a la luz. Gracias a él se pudo entrar en la siguiente fase de progreso.

Segunda Esfera de Expansión[]

Con flotas más rápidas y ejércitos impulsados por el influjo de las escuadras Carnívoras Kroot, el Etéreo Supremo T'au Aun'Wei declaró que los preparativos estaban acabados. Con una única orden que se escuchó por todo el Imperio, los T'au lanzaron la Segunda Esfera de Expansión. Ramificándose desde cada uno de los centros de las colonias de la Primera Esfera se desperdigaron grandes flotas en la oscuridad, dispersando el Bien Supremo hasta mundos que desde T'au parecían pequeñas motas de luz lejana.

La Segunda Esfera de Expansión demostró ser más dinámica incluso que la primera, alejándose más en el espacio y estableciendo una docena de nuevos Sectores. Durante esta época surgió una leyenda dentro de la Casta del Fuego, el mayor pensador y estratega militar de su época y, tal vez, de todas las épocas, el Comandante Jun'nami. Lideró a sus guerreros en rápidas victorias y Sistemas Estelares cayeron bajo sus campañas de conquista. Muchos de los Sectores de la Segunda Esfera, como Elsy'eir y Tash'var, deben su existencia a las brillantes estrategias de Jun'nami y fueron sus contraataques maestros los que detuvieron las invasiones Orkas que amenazaban con conquistar el Sector Au'taal. Se dice que incluso los Orkos aprendieron a temer enfrentarse a un ejército liderado por Jun'nami, ya que aunque los pielesverdes disfrutan luchando, sus tácticas les robaban gran parte de la diversión con evasivas y retiradas. La aplicación de la estrategia y la teoría militar de Jun'nami sigue siendo enseñada en la actualidad en todas las academias de la Casta del Fuego.

El último progreso de la Segunda Esfera de Expansión fue el cruce con éxito del Golfo de Damocles, una misteriosa sección del este galáctico que había frustrado todos los intentos previos de los T'au de cruzarla. Una vez al otro lado de ese fenómeno espacial rugiente e innavegable los T'au establecieron rápidamente muchas colonias y puestos avanzados haciendo sus primeros contactos con el poder más extendido de la Galaxia, el Imperio de la Humanidad. Después de una campaña larga y sutil, el Imperio T'au había invadido pacíficamente muchos planetas del área del espacio conocida por los humanos como el Subsector Timbra del Segmentum Ultima.

Las amargas y destructivas guerras que se desataron no se parecían a nada que los T'au hubieran experimentado con antelación y esos conflictos sangrientos marcaron el inicio del fin de la Segunda Esfera de Expansión.

Contacto con el Imperio[]

Desde que se aventuraron en el espacio, los T'au habían obtenido un éxito tras otro. Guiados por los Etéreos, cada Casta había superado todos los obstáculos que habían encontrado y nadie dudaba de la ascendencia de los T'au. En el lejano Golfo de Damocles, sin embargo, los T'au se encontraron con un enemigo como ningún otro y las batallas subsiguientes marcaron el inicio de una nueva era.

El primer contacto del Imperio T'au con la Humanidad no fue con el Imperio, sino con elementos disidentes que operaban en los límites de sus grandes dominios. El Imperio del Hombre es el mayor reino de la galaxia, aunque gran parte de su territorio nunca ha sido explorado, o ha sido olvidado, a lo largo de su historia. La región del espacio alrededor del Golfo de Damocles es ese tipo de área, una zona salvaje donde el Imperio T'au encontró espacio donde echar raíces.

En primer lugar, los T'au se encontraron con capitanes libres, piratas y colonias humanas perdidas que habían olvidado sus orígenes y conexiones con la Humanidad. Esos contactos iniciales oscilaron entre las negociaciones comerciales amistosas y la hostilidad instantánea. Pasó algún tiempo antes de que la Casta del Agua se diera cuenta de que los humanos que habían encontrado eran restos perdidos o exiliados voluntarios de un gigantesco imperio galáctico. Los mundos reclamados por disidentes humanos fueron anexionados rápidamente al Imperio T'au, pero hubo mucho debate sobre cómo aproximarse a aquellos planetas que todavía mantenían lazos con el Imperio. De la forma habitual, los líderes de alto rango de las Castas debatieron la situación con los Etéreos.

Para algunos miembros del Alto Concilio el Imperio de la Humanidad parecía demasiado poderoso como para enzarzarse en una guerra que no podrían ganar. Los líderes de la Casta del Fuego pedían guerra, pero fue Aun'va, el Etéreo segundo en autoridad tras el Etéreo Supremo Aun'Wei, quien trazó el plan. La Casta del Agua se iba a integrar en los mundos humanos leales al Imperio, penetrando en las cortes de los Gobernadores Planetarios. Tras algún tiempo, una veintena de mundos del Imperio ya comerciaban con los T'au. Los bienes alienígenas, en especial la tecnología de la Casta de la Tierra, fluían por esos mercados en contradicción flagrante de las leyes imperiales. En ese momento fue adecuado iniciar la segunda fase de las instrucciones de Aun'Va.

Cuando se consideró que esos mundos estaban listos, los enviados de la Casta del Agua susurraron palabras bien ensayadas en oídos dispuestos. Las semillas de la rebelión llevaban tiempo cultivándose y ahora daban fruto. Uno por uno, los Gobernadores Planetarios declararon a sus mundos como liberados de los grilletes del Imperio. Se había tardado décadas, pero los T'au se expandían más rápido y con menos bajas de lo que la mejor campaña militar podría haber conseguido.

La respuesta del Imperio de la Humanidad a semejante sedición tardó en llegar, pero cuando lo hizo fue característicamente brutal. Los T'au fueron condenados como una especie xenos peligrosa y se lanzó la Cruzada de Damocles para expulsarlos de la región. Las fuerzas imperiales eran inmensas, basadas en una docena de naves enormes e incluían diecinueve Regimientos de la Guardia Imperial y 5 Compañías provisionales de Marines Espaciales reclutadas de una docena de Capítulos. Las batallas iniciales fueron grandes victorias para el Imperio de la Humanidad ya que el poder de su flota y la rapidez de sus ataques destrozaron los puestos avanzados y eliminaron colonias periféricas. En un corto período de intensos conflictos, los T'au acabaron retirándose del Golfo de Damocles, aunque en los últimos pasos de este conflicto las victorias del Imperio no se consiguieron con tanta facilidad.

Los planetas que se habían aliado con los T'au estuvieron sujetos a duras recriminaciones; la Inquisición descendió sobre los restos de población humana e infligió duros castigos sobre aquellos que habían rechazado la palabra del Emperador. Entretanto, la Cruzada siguió la retirada T'au a través del Golfo de Damocles hasta entrar en terreno T'au.

Dal'yth desafiante[]

El primer signo de la invasión llegó a Pra'yen, el planeta más remoto del Sector Dal'yth. Después de localizar lecturas inusuales, los T'au inspeccionaron la zona con ópticos de largo alcance y se sorprendieron al ver grandes desgarraduras abriéndose en el espacio de las cuales emergían enormes Acorazados imperiales y flotas de apoyo. Aunque la flota T'au y la estación orbital bien defendida de Pra'yen causaron estragos en la Flota Imperial, el camino no tardó en despejarse para que la Cruzada avanzara hacia Dal'yth Prime.

Las fuerzas imperiales descendieron en Dal'yth Prime. En este caso no estaban tomando un mundo imperial recién convertido o una colonia recién fundada, sino que se estaban internando en una capital sectorial T'au muy poblada. Aunque enjambres de luchadores atmosféricos respondieron al ataque, el Imperio logró tener éxito y establecer una cabeza de playa. Rápidamente, las tropas Imperiales de tierra con los Titanes y formaciones de blindados a la cabeza, descendieron y empezaron a acercarse a la conurbación de Gel'bryn.

El avance imperial quedó estancado por una tormenta de misiles que les atacaba desde las colinas. Cuando las unidades intentaban enfrentarse a los observadores T'au, se encontraron con tropas de salto protegidas por campos de camuflaje. Cada vez que las fuerzas imperiales conseguían algo de ventaja, se encontraban con contraataques de la Casta del Fuego. La noche era el peor momento ya que bajo la cobertura de la oscuridad los T'au atacaban sin piedad. Gracias a su mejor tecnología óptica los T'au pudieron infligir mayores bajas de las que recibieron. Los Marines Espaciales intentaron aterrizar tras las líneas enemigas y recuperar la iniciativa pero fueron derrotados por equipos de Armaduras de Combate pesadas cuya potencia de fuego derribó sus transportes.

A pesar de sus bajas, las fuerzas imperiales continuaron avanzando y muchos sectores de Dal'yth fueron destruidos o evacuados. Pero con la llegada de más refuerzos T'au al frente y los problemas que tenía la Flota Imperial para mantenerse en órbita, la ventaja imperial acabó y se vieron obligados a retirarse dejando mucho de su equipo detrás. Parecía factible que los T'au rodearan a los cruzados pero ante la insistencia de los Etéreos, la Casta del Agua abrió un diálogo y acordó una tregua que permitió a los invasores una retirada sin problemas.

Preparándose para la tormenta[]

Después de la gran batalla de Dal'yth se inició una paz incómoda en el Golfo de Damocles. Aunque los mundos del Imperio se prepararon para una nueva ofensiva, otras preocupaciones más urgentes hicieron necesario el redespliegue de los ejércitos de la Humanidad.

El Imperio había demostrado una fracción de su poder pero había sido suficiente para hacer retroceder a los T'au. Sin embargo los T'au habían aprendido de los enfrentamientos y la Casta del Fuego había conseguido importantes conocimientos de los métodos de la Humanidad. Habían luchado contra un enemigo dispuesto a absorber grandes pérdidas, como los Orkos, pero al contrario que los pielesverdes, las fuerzas imperiales utilizaban una gama mucho más amplia de tácticas y tenían un arsenal mucho más impresionante.

Tras el combate, los Etéreos pidieron un estudio completo de los cautivos y del equipo recuperado. La Casta de la Tierra declaró que la mayor parte de la tecnología era inferior o demasiado inestable para intentar usarla, como por ejemplo las Armas de Plasma. Sin embargo, hubo descubrimientos que les dejaron con los ojos abiertos y la Casta de la Tierra quedó asombrada al estudiar un Motor de Disformidad que habían obtenido. Sin conocimientos sobre la Disformidad, se encontraron con que el extraño aparato era insondable. Además descubrieron que los humanos capturados que lo operaban parecían no saber cómo funcionaba y que únicamente lo utilizaban mediante rituales supersticiosos y cánticos.

El avance continúa[]

Al inicio de la guerra con el Imperio de la Humanidad, Aun'Va se presentó frente al Alto Concilio de Etéreos y presentó sus preocupaciones. Imploró al Etéreo Supremo, Aun'Wei, en el ocaso de sus días, el derecho a reclamar las pérdidas T'au. Los T'au tienen una confianza inquebrantable en su propio destino y están seguros de que sus métodos son los mejores. Sin embargo, tras su larga retirada por el Golfo de Damocles y su primera experiencia con las formidables fuerzas del Imperio de la Humanidad, muchos T'au tenían dudas. Nunca habían probado la derrota como raza en ninguno de sus esfuerzos previos. Aun'Va argumentó que si no se actuaba se formarían grietas en los cimientos de sus creencias y eso no debía pasar. Viendo la verdad en sus palabras, el anciano Etéreo asintió, dejando que Aun'Va organizara los detalles.

Aun'Va sabía que los mundos privados de derechos del Imperio de la Humanidad podían ser manipulados, y gracias a las comunicaciones interceptadas advertía también qué Sectores en la zona del Golfo de Damocles no esperaban refuerzos. En consecuencia, Aun'Va ordenó a la Casta del Fuego que volviera a cruzar ese espacio, y el floreciente Imperio T'au se extendió hacia los reinos de la Humanidad, esta vez para reclamar sus colonias recientemente perdidas.

Aunque tenía algunas dudas sobre su elección, Aun'Va eligió al Comandante O'Shovah para liderar los aspectos militares. O'Shovah, protegido del legendario Comandante Jun'nami, era un líder dinámico y con mucha voluntad que se había hecho conocido durante las recientes campañas contra los Orkos. Su habilidad táctica le había hecho ganarse el nombre de Comandante "Previsor", ya que era capaz de anticiparse y explotar el curso de acción del enemigo como si ya conociera de antemano los planes de batalla del enemigo.

Inicialmente, la elección de Aun'Va parecía correcta; cada planeta que se debía reconquistar, se tomó rápidamente. Con gran parte de sus fuerzas armadas en otros frentes, los defensores humanos que quedaban no tuvieron oportunidad alguna contra los golpes devastadores de corto alcance y los avances audaces que eran la firma de O'Shovah. Todo el Imperio T'au se regocijó con las noticias de cada una de sus victorias.

Bifurcación de caminos[]

Cuando solo quedaba un mundo por recolonizar, el Comandante O'Shovah se vio obligado a apartarse de su misión debido a sus antiguos enemigos, los Orkos. Lo que empezó siendo unos ataques rápidos para rechazar a los pielesverdes en los límites del espacio que acababan de recuperar, no tardó en transformarse en una guerra prolongada contra un conglomerado de Klanes Orkos que viajaban mediante toscas bases en asteroides. Las fuerzas de O'Shovah penetraron profundamente en las líneas Orkas persiguiendo a su Kaudillo hasta un mundo artefacto, un lugar abandonado tiempo atrás por el Imperio de la Humanidad. Su nombre era Arthas Moloch y allí, las fuerzas de O'Shovah se tuvieron que enfrentar a un enemigo salvaje no identificado, mientras los Orkos escapaban en medio de la confusión.

No se sabe demasiado sobre el combate, excepto que los Etéreos que acompañaban a la expedición murieron y que el misterioso enemigo desapareció, dejando Arthas Moloch desolado una vez más. Impávido ante sus pérdidas y a pesar de las órdenes directas de regresar, O'Shovah rechazó reunirse con las fuerzas del Imperio T'au. En su lugar, guió a los restos de su ejército tras los Orkos. No tardaron en quedar más allá del alcance de las comunicaciones, alejándose más allá de donde ningún T'au había estado antes. El Imperio T'au envió muchos mensajes a través de los repetidores de comunicación hacia el espacio profundo en el que la expedición T'au había desaparecido, pero no hubo respuesta alguna.

Es posible que la inmensidad del espacio o alguna extraña interferencia impidiera que los mensajes llegaran a su receptor, pero tras muchos años sin respuestas, se dio a la expedición por perdida. El Imperio T'au lloró la pérdida de uno de sus Comandantes más ilustres. Sin embargo, años después, las sondas penetraron en las regiones donde el Comandante O'Shovah había sido visto por última vez y regresaron con reportes ominosos: O'Shovah seguía vivo y había establecido sus propias colonias en el extremo del Golfo de Damocles. Esta misteriosa traición del Bien Supremo todavía persigue al Imperio T'au actualmente.

Ataque desde el más allá[]

Durante el período de consolidación al inicio de la Segunda Esfera de Expansión, los puestos avanzados alertaron de una nueva amenaza. Se trataba de la Flota Enjambre Gorgona que había penetrado sus fronteras y, aunque se trataba de una astilla menor comparada con alguna de las grandes incursiones que habían entrado en la Galaxia, los T'au nunca se habían enfrentado a una amenaza como los Tiránidos; una raza alienígena cuya invasión voraz despojaba planetas de toda la materia viva.

Los Tiránidos mostraban una habilidad remarcable para adaptarse físicamente, evolucionando entre batallas para contrarrestar mejor a los defensores. Frente a su ofensiva, los T'au se vieron forzados a alterar constantemente sus planes de batalla ya que las nuevas cepas de criaturas Tiránidas se transformaban para superar cualquier ventaja táctica, de terreno o tecnológica que utilizara la Casta del Fuego. Los Tiránidos aniquilaron muchas instalaciones antes de detenerse en seco frente a las acciones defensivas mayores de los T'au en el planeta forestal de Sha'draig. Aunque el planeta acabó siendo consumido, los alienígenas habían quedado estancados durante suficiente tiempo como para que los T'au prepararan sus defensas en Ke'lshan.

En un extraño giro del destino, la capital sectorial de Ke'lshan fue atacada en primer lugar por fuerzas del Imperio, una flota enviada a ayudar en la Cruzada de Damocles 150 años antes y que acababa de emerger de la Disformidad. Enfrentados a un enemigo común, los T'au y los líderes imperiales aceptaron una tregua. Los Tiránidos no pudieron adaptarse a dos ejércitos actuando en conjunto, y fueron masacrados, acabando con la amenaza de la Flota Enjambre Gorgona. El ejército humano, demasiado agotado como para continuar con su asalto, recibió permiso para retirarse, recibiendo honores por la ayuda proporcionada. La Casta del Fuego de Ke'lshan empezó a reconstruir su Sector inmediatamente, preparándose para el retorno de uno o ambos invasores.

Tercera Esfera de Expansión[]

Invasión pielverde[]

Las flotas de colonización habían llenado los muelles orbitales de todo el Imperio T'au anticipándose a la llamada para lanzar una nueva Esfera de Expansión. Pero mientras los preparativos seguían su curso, llegaron señales de aviso por todo el imperio. Un viejo enemigo había regresado en una cantidad inimiginable: los Orkos habían vuelto.

Llegaron desde más allá de la Nébula del Velo Oeste. La chusma Orka emergió de las nubes de gas como si se hubieran materializado de la nada. Cuando se detectaron por primera vez, los técnicos de la Casta de la Tierra creyeron que los sensores fallaban, dado el tamaño de la flota pielverde. La invasión Orka estaba compuesta por una docena de ¡Waaagh!s, cada uno de ellos con su Kaudillo intentando lograr la supremacía. Gracias al estado decrépito de las naves Orkas y a sus conflictos intestinos pudo reaccionar el Imperio T'au.

Aunque muchos T'au fueron presa del pánico al ver la inmensidad de la amenaza, hubo uno que vio que si el Imperio trabajaba unido, podrían derrotar incluso una invasión de este calibre. Aun'Va, en ese momento el Etéreo Supremo, permaneció calmado cual agua. Reunió a los líderes de los Sectores para crear un plan de acción exhaustivo. Aquellos sectores más cercanos a la amenaza Orka (Vior'la, Sa'cea y T'au'n) combinarían sus ejércitos para retrasar los ataques. Tras ellos, el resto de Sectores reunirían sus tropas y naves para servir como siguiente oleada de contraataques.

La Casta del Aire reunió a sus flotas por todo el Imperio, convirtiendo naves comerciales y transportes coloniales en transportes de tropas para acomodar a las fuerzas necesarias y así combatir a la marea verde. Conforme las fuerzas T'au avanzaban para enfrentarse a los Orkos, tuvieron lugar los primeros encontronazos en las regiones más remotas del Imperio. La armada T'au lanzó una serie de ataques relámpago para atraer a los Orkos al alcance de las estaciones de defensa orbital. El fuego combinado de las flotas y las bases orbitales causaron graves pérdidas Orkas, aunque diversas estaciones fueron destruidas cuando los navíos Orkos se estrellaron en las estructuras, permitiendo que numerosos pielesverdes desembarcaran y causaran estragos. Los defensores fueron desplegados en las restantes estaciones orbitales y se libraron muchas batallas desesperadas en las profundidades del espacio durante meses.

Conforme los clanes individuales de pielesverdes se separaban para llevar a cabo sus propios propósitos, la lucha se expandió por el espacio y más de una docena de planetas. Allí donde los Orkos desembarcaban en un planeta, se enviaban fuerzas de tierra T'au adicionales para reforzar la zona, incluso en lunas baldías, ya que se quería negar la oportunidad de que consiguieran suministros o enraizaran permanentemente en territorio del Imperio T'au.

Con la amenaza de ser invadidos, Aun'Va consideró que era el momento de llevar a cabo el siguiente paso de su plan maestro. Siglos antes, cuando el Alto Concilio de Etéreos supo que el Comandante Jun'nami se acercaba al fin de sus días, se hicieron planes de contingencia. La Casta de la Tierra preservó los recuerdos de Jun'nami intentando construir una IA holográfica que pudiera parecer, actuar y, sobretodo, pensar como él. Sin embargo, nada aseguraba que sin el entrenamiento preciso tuviera éxito. Así que como salvaguarda se ordenó que varios de los mejores estudiantes de Jun'nami fueran preservados en estasis, un procedimiento que acababa de ser desarrollado por la Casta de la Tierra. Esto permitiría que, en futuras guerras o expansiones, el imperio pudiese recurrir a expertos en el arte de la guerra. Ahora, con la mayor invasión Orka de lodos los tiempos a las puertas, Aun'Va determinó que se necesitaba a uno de esos líderes militares.

Un nuevo héroe del pueblo[]

Uno de los estudiantes criogenizados era una Comandante recién ascendida llamada O'Shaserra. Entre su generación de Guerreros del Fuego solo había un rival que podría igualar las habilidades tácticas y audacia de O'Shaserra. Ese guerrero, O'Shovah, no estaba congelado, pero había sido elegido para la gloria reclamando las colonias perdidas tras la guerra con el Imperio de la Humanidad.

Cuando O'Shaserra completó su readoctrinamiento, la lucha llevaba media docena de años en marcha. La enorme invasión Orka se había dispersado hacia los límites de diversos Sectores. Gracias a su armamento superior y a la cohesión de sus fuerzas, los ejércitos numéricamente inferiores de los T'au habían mantenido a raya a las hordas Orkas. Se había producido una situación de tablas ya que los dispersos pielesverdes no podrían conseguir la ventaja o unidad para conquistar una capital sectorial y los T'au no podían erradicar a los alienígenas de su reino.

La Comandante O'Shaserra se unió a la batalla tomando el liderazgo de un Cuerpo de Cazadores. Tras una serie de osadas victorias, se hizo con el control de un Mando, una formación de varios Cuerpos. A esas alturas la principal luna de Sa'cea, Vay'harra, había quedado libre de Orkos y el nombre de O'Shaserra empezaba a conocerse. A partir de aquí, lideró grandes victorias en los mundos de Kormusan y en la Expansión K'resh. Con cada triunfo, más fuerzas T'au quedaban libres para aplicar presión adicional a las fraccionadas fuerzas pielesverdes. Tras las masacres totales de la Expansión K'resh, el poder de los Orkos estaba roto.

La Gran Guerra de Confederación, como fue conocida, duró una docena de años y estableció firmemente a un nuevo héroe en los corazones y mentes de los T'au. O'Shaserra, ahora llamada Comandante Sol Oscuro, era el principio de una nueva generación. Sus maniobras tácticas a cualquier nivel de mando se han ejecutado sin fallos y con gran cantidad de gestas personales. Sus habilidades trazando emboscadas son legendarias. Los T'au tienen un brillante futuro por delante.

Inicio de la Tercera Expansión[]

Con la invasión Orka vencida y un nuevo héroe listo para liderar a la Casta del Fuego, Aun'Va supo que era el momento adecuado para declarar la Tercera Esfera de Expansión. Al tener más Sectores estables de donde extraer recursos, este esfuerzo expansivo se llevó a cabo a una escala nunca vista en el Imperio T'au.

Aunque las Esferas de Expansión previas habían sido audaces y dinámicas, se habían confinado al denso grupo de estrellas que rodeaba el planeta T'au. El alcance de estas expansiones estaba limitado; los T'au no tenían suficiente población como para expandirse más allá y todavía no había comprendido todo el potencial ofensivo de sus auxiliares alienígenas. Las barreras técnicas también fueron un problema, pero la Casta de la Tierra había estado buscando constantemente formas de desarrollar naves con motores más rápidos capaces de cruzar el vasto golfo de espacio vacío entre Sistemas Estelares.

Aun'Va sabía que había llegado el momento de que los T'au alcanzaran su destino. La Gran Guerra de Confederación había servido para poner a los T'au en estado de guerra; con los Etéreos presionando a cada Casta para conseguir mayor producción y eficiencia. La invasión Orka había sido un duro campo de entrenamiento para la Casta del Fuego, pero ya habían reemplazado las bajas tras la larga campaña. Es más, muchos Guerreros del Fuego y sus Comandantes había ganado una valiosa experiencia. Ahora estaban mejor entrenados que nunca y eran capaces de coordinar sus esfuerzos con otros Sectores y la armada T'au. La cantidad de auxiliares alienígenas disponibles se había incrementado, especialmente gracias a la disponibilidad de los Kroot.

Para poder alcanzar aquellos Sistemas distantes marcados como deseables por los exploradores, las enormes armadas T'au se habían equipado con las últimas modificaciones de la Casta de la Tierra. Los sistemas de propulsión se habían mejorado para conseguir mayores velocidades al ser magnificados por los reactores de impulsos, haciendo que las naves alcanzasen velocidades impensables. Para aligerar la carga de aquellos embarcados en largos viajes, la Casta de la Tierra había preparado los transportes con grandes cámaras de estasis que permitían a los Cuerpos de Cazadores o incluso a Mandos al completo desplazarse a las zonas de batalla de meses o, incluso, años de distancia, sin envejecer en el proceso.

Expansión del Bien Supremo[]

Aunque todos los Sectores enviaron flotas para ayudar en la gran expansión, las mayores flotas surgieron de los extremos norte y este del Imperio T'au. Allí, los enormes puertos y los muelles orbitales de Dal'yth, Sa'cea y Vior'la reunieron grandes flotas. Además de las naves de combate, la armada T'au ofreció una serie de armadas de transporte para transportar ejércitos, colonos, domos prefabricados y todo tipo de equipo. Este enorme ejército fue liderado personalmente por la Comandante O'Shaserra, la oficial de mayor rango de la Casta del Fuego. Su rumbo atravesó el Golfo de Damocles, viajando a través del campo de asteroides Gri-lok. Su destino había sido planeado meticulosamente y todos los planetas y lunas que se deseaba colonizar estaban bien marcadas en los holomapas de la flota. Los mundos habitados habían recibido visitas previas de comerciantes y embajadores de la Casta del Agua para explorar la posibilidad de una anexión pacífica.

Algunos de los planetas marcados para ser absorbidos pertenecían al Imperio de la Humanidad. En esos casos, el momento elegido por Aun'Va para la Tercera Esfera de Expansión no podría haber sido mejor. Los agentes de la Casta del Agua y los Gue'vesa (humanos que habían jurado alianza con los T'au) confirmaron lo que la Casta de la Tierra ya había dicho gracias a las transmisiones interceptadas: debido a las guerras en otros puntos de la Galaxia, el número de defensores imperiales en las fronteras de su territorio era muy reducido.

Algunos planetas imperiales, aquellos abiertos al soborno o los idealistas que deseaban escapar del yugo de servidumbre de sus tiranos, rindieron sus armas a la primera oportunidad; y dieron la bienvenida a los embajadores de la Casta del Agua con promesas de cooperación. Muchos mundos humanos, sin embargo, rechazaron las propuestas T'au; tal vez porque desconfiaban de todos los alienígenas o tal vez simplemente porque temían las repercusiones de su propia raza. En aquellos mundos fronterizos que se resistieron, O'Shaserra y sus ejércitos lanzaron una serie de golpes de precisión. Las defensas humanas probaron ser insuficientes incluso para ralentizar a los T'au y más aún para detenerlos.

Rápidamente el sector al norte del Golfo de Damocles cayó en manos T'au, mientras que en el oeste galáctico, los Sectores cercanos a los Sistemas Sol Rojo eliminaron a los Hrud, Orkos y humanos rebeldes. Las flotas de la Casta del Agua se desplegaron para iniciar el largo proceso de integración de aquellos alienígenas que deseaban seguir el camino de iluminación que se les ofrecía. La Casta de la Tierra, deseando explotar sus nuevos dominios, empezó a instalar fábricas de producción en los planetas ricos en recursos. Para poder establecerse y seguir creciendo, los T'au necesitaban establecer fuentes de combustible cercanas a las líneas de expansión. Se habían reclamado docenas de nuevos mundos, pero este era solo el principio.

O'Shaserra triunfante[]

Animada por sus éxitos iniciales, O'Shaserra lideró rápidamente a sus ejércitos hacia el interior del territorio imperial. Parecía estar en todos lados a la vez, liderando a sus tropas hacia delante. En el frente de la ofensiva, las puntas de lanza de la Casta del Fuego estaban en camino hacia sus siguientes objetivos antes de que las fuerzas de consolidación que les seguían hubieran logrado aterrizar en los planetas recién conquistados. Aquí, O'Shaserra ponía en práctica una de las máximas de Jun'nami: "Después de una victoria, da un golpe rápido y obtendrás una nueva victoria."

Conforme O'Shaserra se internaba en territorio del Imperio se encontró mayor resistencia y vio que exceder sus fuerzas agotaría el impulso de su ataque. En vez de estrellarse contra planetas bien defendidos, dividió sus flotas, repartiéndolas por una docena de objetivos. Todas ellas iniciaron una serie de ataques y huidas devastadoras contra las que el Imperio no podía defenderse. El Imperio centró su defensa estática en sus mundos clave. O'Shaserra explotó también esta estrategia ya que le permitía reunir sus fuerzas y lanzar un ataque masivo en el planeta de su elección. Su primer objetivo fue el Mundo Colmena de Agrellan, cuya órbita daba acceso libre a un nutrido grupo de mundos imperiales.

Se transportaron con premura guerreros de la Casta del Fuego y muchos de los nuevos prototipos de armas hasta esta línea de batalla para el que sería, sin duda, el enfrentamiento importante. El propio Aun'Va acudió para inspirar a la Casta del Fuego y al verle, los T'au supieron que su victoria era segura.

Por último, la nueva Armadura de Combate de gran tamaño se presentó y su uso fue un éxito total; allí donde golpeaba, se lograba una victoria. De forma adecuada, fue la nueva Armadura de Combate XV104 Cataclismo la que dio el golpe mortal durante el conflicto final, destrozando los enormes tanques pesados que habían bloqueado durante largo tiempo las puertas de la capital de la colmena. Aunque los defensores imperiales lucharon con su fatalismo habitual, los corredores de la Colmena no tardaron en estar cubiertos con sangre y solo unos pequeñas bolsas de resistencia seguían oponiéndose. El planeta, renombrado como Bahía Mu'gulath, pertenecía a los T'au y, en breve, todo el sistema lo haría.

El contraataque anticipado del Imperio cayó sobre el Subsector Zeist , y esto también era parte del plan de O'Shaserra. Como distracción, este lejano Sistema se sacrificó por el Bien Supremo de la Tercera Esfera de Expansión. Aunque muchas colonias cayeron ante los Marines Espaciales de la Humanidad, el esfuerzo ató a la mayoría de fuerzas de ataque rápido del Imperio, y permitió los principales asaltos T'au penetrar en los Sistemas Estelares más cercanos. Los mundos del Imperio cayeron uno tras otro ante este ataque preciso.

Marcha de Conquistas[]

Los T'au han desarrollado su propio modo de medición del tiempo basado en el ciclo anual de su mundo de origen, una unidad llamada T'au'cyr. A excepción de los planetas humanos que aún están en proceso de ser absorbidos, los T'au no usan el sistema de datación del Imperio. Sin embargo, y para facilitar la comprensión, lo hemos hecho aquí.

Nacimiento del T'au'va[]

De las cenizas de la guerra surge un nuevo imperio de esperanza y razón. Guiados por los Etéreos, este período se define por la unión de las divididas castas de T'au en nombre del Bien Supremo.

  • Visión de Land (789.M35) - La nave exploradora del Adeptus Mechanicus Visión de Land realiza el primer descubrimiento de los entonces primitivos T'au. La Visión de Land marcó el planeta para su colonización y recomendó la eliminación de las especies nativas, pero una extraña Tormenta de Disformidad impidió que esto se llevara a cabo.
  • Fin del Mont’au (791.M36) - Extrañas luces son vistas en los cielos y tras ellas llegan los Etéreos.

Primera Esfera de Expansión[]

Una época de gran evolución científica y cultural, durante la cual los T'au avanzaron hacia el espacio cercano y colonizaron los primeros Sectores de su incipiente imperio.

  • Primera colonia (533.M37) - Los T'au colonizan su luna más grande, Lu'val; este es su primer feudo extraplanetario.
  • T’au’n establecido (756.M37)- Los Etéreos declaran que las colonias dependientes del planeta T'au'n se convertirán en un sector, gobernado desde T'au'n, el mundo sectorial o planeta principal.
  • Aditamentos bienvenidos (893.M37) - Los Poctroon se convierten en la primera raza inteligente en unirse al Imperio T'au, aunque en el lapso de unas pocas generaciones las enfermedades aniquilan a su población indígena. Los T'au, cuya fisiología es afortunadamente inmune a la plaga, heredan el mundo natal de los Poctroon, convirtiéndolo en el mundo principal de lo que sería el Sector Bork'an. Los Nicassar se convertirán en la primera raza que se une al Imperio T'au y sobrevive el tiempo suficiente como para contarlo.
  • Campaña de limpieza (606-792.M38) - En su primera campaña prolongada contra los Orkos, los T'au sufren numerosas derrotas pero al final son capaces de erradicar a los pielesverdes, gracias en parte al refinamiento del primer rifle de pulso por parte de la Casta del Fuego. Durante este período de guerras sangrientas se funda el Sector Dal'yth.
  • La Unión de los T’au y los Kroot (844.M38) - Con el objetivo de combatir a los Orkos, se forma la venturosa alianza entre los T'au y los Kroot. En una década, la Casta de Agua establece embajadas en Pech, el mundo capital del reino Kroot.

Segunda Esfera de Expansión[]

El Etéreo Supremo, Aun'Wei de la Sabiduría Susurrada, da la señal para comenzar la largamente planeada Segunda Esfera de Expansión. El famoso discurso de Aun'Wei es bien recordado, el cual terminaba con "el gesto que lanzó un millón de naves". Con los nuevos avances en tecnología de propulsión y un imperio espacial ya establecido, la segunda expansión se caracteriza por un mayor contacto con extraterrestres y guerras a mayor escala.

  • Inicio de la Segunda Esfera de Expansión (018.M39).
  • Un nuevo aliado (053.M39) - El planeta Vespid es absorbido por el Sector D'yanoi. La Casta del Agua les había cortejado durante mucho tiempo, pero más allá de acuerdos comerciales de cristal poco se estableció. A los pocos días de la participación de los Etéreos, los líderes de la Cepa Vespid se someten incondicionalmente a la causa del Bien Supremo.
  • N’dras colonizado (393.M39) - A pesar de las reservas de aquellos dentro la Casta de la Tierra que instaban a estudiar más a fondo las inexplicables lecturas de los sensores sobre N'dras, el Alto Concilio de Etéreos elige dicho planeta como el mundo principal de un nuevo Sector.
  • Avance constante (576.M39) - Las mejoras en los motores antigravitatorios y la nueva tecnología las Armaduras de Combate (los prototipos de la serie T) ayudan a la Casta del Fuego a completar la anexión del Sector Tash'var.
  • Confusión de identidad (876.M39) - Se declara la guerra a los crueles asaltantes que aterrorizan a las nuevas colonias de Ke'lshan. Creyendo que han rastreado correctamente a sus enemigos, los T'au destruyen por error el Mundo virginal Aeldari de Lilarsus. Las relaciones futuras entre ambas especies continuarán siendo tensas.
  • ¡Vior’la victoriosa! (600.M40) - Una flota masiva de Orkos invade el Sector Vior'la, pero es derrotada mediante una campaña magistral. Vior'la pasa todos los años a través de un espacio entre sus dos estrellas, un tiempo llamado la Prueba del Fuego. Dicho tiempo causa tormentas de plasma mortales que arrasan el planeta, por culpa de las cuales sus habitantes sobreviven cerrando cúpulas protectoras alrededor de sus ciudades. Garskrak el Invencible y su flota son atraídos a esta tormenta, donde son completamente destruidos por la furiosa radiación de plasma.
  • Migración masiva (896.M40) - El más grande enviado de la Casta del Agua, Por'o Dal'yth Kais Twi Lui'tan, mejor conocido como el Embajador Dorado, lidera el esfuerzo de reclutar mundos alienígenas para el Imperio T'au. Durante este período, los Thraxianos, Greet y Formosianos son unidos al redil. Los Hrud y Arachen rechazan las propuestas y son expulsados de la región.
  • Invasión del Arrecife Negro (aprox. 400.M41) - En una fecha desconocida a lo largo de este periodo, se empieza a llevar a cabo operaciones de invasión y colonización a gran escala en la región del Arrecife Negro, en la porción cercana al núcleo galáctico de la Brecha Jericho. Ocultos ante la detección inmediata a causa de las Tormentas Disformes y otros fenómenos estelares extraños de la región, las flotas T'au consiguen en poco tiempo establecer una cabeza de puente defendible en muchos mundos.
  • Nace una leyenda (651.M41) - Nace el T'au que algún día se convertirá en el Comandante Jun'nami, el orgullo del Sector Dal'yth. Sus brillantes campañas conquistarían más adelante media docena de sistemas estelares. Bajo su autoridad, los T'au envuelven a los que pueden ser abrazados, se apoderan de aquello que puede ser conquistado y aniquilan a aquellos que desafían al Bien Supremo.
  • Mensaje de Bienvenida (696.M41) - Una sonda T'au es decubierta en el Sistema Koath. La traducción del mensaje que contenía significaba un saludo y una invitación a "compartir la cultura, la tecnología y la protección del Imperio T'au".
  • Cúpula de Batalla Mont'yr (701.M41) - El joven prodigio Shoh es introducido en las academias de entrenamiento de Vior'la.
  • Purga de los Arachen (715-731.M41) - La guerra contra los Arachen que habitan en la Nebulosa del Velo Occidental absorbe a muchos de los nuevos reclutas de la Casta del Fuego. A lo largo de dieciséis años de batallas, Shoh consigue una serie de ascensos, aunque muchos de sus compañeros de equipo desaparecen sin dejar rastro tras cada Ordalía de Fuego.
  • La Guerra Arkunasha (ca. 730-740.M41) - Se inicia una guerra de una década en la que una populosa colonia T'au es asediada por las renacidas hordas Orkas. Es especialmente notable por el ascenso del protegido ejemplar de Jun'nami llamado Comandante O'Shovah, el cual sigue rápidamente los pasos de su maestro para convertirse en un héroe del Imperio T'au; y en un elemento clave de las campañas de propaganda del Alto Concilio.
  • El único y futuro maestro (731.M41) - Se le pide al anciano Comandante Jun'nami que inspeccione las nuevas colonias del Golfo de Damocles antes de retirarse. Mientras inspeccionaba una de ellas, Jun'nami es herido durante una razia. Incapaz de volver a caminar, el líder militar más venerado del imperio pasa los años que quedan en lo alto del Monte Kan'ji en Dal'yth, donde se le mantiene vivo durante muchas décadas más. Solo aquellos que alcanzan puntuajes perfectos en las academias de la Casta del Fuego son enviados a sentarse en el trono flotente de Jun'nami y aprender de su sabiduría. Gracias a la tecnología holográfica de la Casta de la Tierra esta tradición aún se mantiene, aunque pocos estudiantes son considerados dignos de tan alto honor.
  • Iluminación sobre el Monte Kanji (731-733.M41) - Shoh, Shaserra y Kais estudian las enseñanzas del legendario Comandante Jun'nami. Aunque estas les permiten ver las verdades de la batalla con claridad, las llamas de su rivalidad no han hecho más que encenderse.
  • Comandante Previsor (733-742.M41) - El primer mando real de O’Shoh le lleva a reforzar el planeta rojo de óxido de Arkunasha contra las innumerables hordas del ¡Waaagh! Dok. Al borde de la victoria total, es obligado a retirar sus fuerzas a la Meseta de Argap y a regresar a los Mundos de Sector. Es durante este conflicto cuando se gana el sobrenombre de Shovah o Comandante Farsight, "el de vista lejana".
  • La Cruzada de Damocles (742-745.M41) - El Imperio T'au es atacado por una flota de naves de guerra del Imperio de la Humanidad sumida en una Cruzada para reclamar sus territorios largamente descuidados. Sería una campaña sangrienta, detenida a las puertas de Dal'yth Primario. La retirada de las fuerzas imperiales marca el final de la Segunda Esfera de Expansión.
  • Un Terrible Nuevo Enemigo (742.M41) - Empleando las astutas tácticas de infiltración del Etéreo Aun'Va, los Tau colonizan un gran número de mundos humanos al otro lado del Golfo de Damocles. La contrainvasión resultante, realizada por un vasto grupo de batalla de Marines Espaciales y Guardias Imperiales, purga el Golfo de Damocles de colonos Tau y penetra profundamente en el corazón del Imperio Tau.
  • La Batalla por Dal'yth (742.M41) - La filosofía bélica de los salvajes imperiales es brutal y derrochadora, pero innegablemente efectiva. O'Shovah es reasignado a Dal'yth donde, luchando junto a su camarada O'Shaserra, se enfrenta al Imperio en una serie de amargas y duras guerras. Justo cuando los Tau están listos para rodear y exterminar a los invasores, la Casta Etérea ordena una tregua, y se permite a los ejércitos del Imperio que abandonen el espacio Tau sin ser molestados. Tras la guerra, Aun'Va ordena que los héroes de la Casta del Fuego conocidos como las Espadas de Jun'nami sean lobotomizados para retirarles sus prototipos de Neurochips de Jun'nami, pero Farsight protege a su amigo Sha'vastos de este destino.
  • Las cámaras de estasis (745.M41) - Aun'Va toma la decisión de sumir a los alumnos predilectos del cada vez más anciano Comandante Jun'nami en estasis, usando prototipos de dicha tecnología. Esto permite que O'Shaserra y algunos otros seleccionados sean reclamados en caso de necesidad posterior.
  • La Gran Reclamación (745.M41) - Farsight trabaja sin descanso para reconquistar los mundos del Golfo de Damocles, y con la mayor parte de las fuerzas imperiales ocupadas en otro lugar, logra magníficos éxitos y su leyenda queda afirmada. O'Shovah es alabado como el mayor de los héroes, y se levantan estatuas en su honor por todo el Imperio Tau. Multitudes de todas las Castas aclaman las noticias de sus victorias, pero sus solicitudes de refuerzos son respondidas con un pétreo silencio.
  • La Guerra de la Neotecnología (747.M41) - Los colonos T'au de Vesh'yo de pronto se encuentran luchando por sus vidas contra tres legiones de Skitarii. Las venerables armas del Adeptus Mechanicus se enfrentan a la tecnología eficiente y de vanguardia del Imperio T'au. Se despliegan muchos más refuerzos antes de que finalmente la victoria sea definitiva. Seis cargueros estelare, llenos de material de guerra T'a, son enviados de regreso al Mundo Forja de Tigrus.
  • La Bifurcación en la Senda (760.M41) - La Expedición O'Shovah reclama todos los mundos perdidos ante el Imperio excepto uno. Justo cuando se están preparando los planes para reconquistar el último mundo, Illuminas, el Comandante O'Shovah desvía a sus ejércitos para repeler las incursiones de un imperio Orko cercano. Lo que empezó como unas batallas aisladas contra asteroides infestados de Orkos degenera rápidamente en una costosa guerra a lo largo de un amplio frente. En lugar de seguir el camino trazado para él por el Consejo Etéreo, O'Shovah prosigue con esta nueva guerra con gran placer, desobedeciendo una orden directa y sacudiendo su fe en él. Con el tiempo, O'Shovah se va enfureciendo por la continua falta de refuerzos y la ausencia de nuevas tecnologías, que él considera que su expedición debería estar recibiendo. Empieza a creer que el Imperio Tau le ha abandonado, y una semilla de duda crece en su corazón de guerrero.
  • Resistencia (790.M41) - Las fuerzas del IX Vostroyano, bajo el mando del Graf Toshenko, son aniquiladas una a una defendiendo la ciudad industrial de Polia contra el Comandante T'au Vral'ant'pad (Brightsword) en el planeta Nimbosa. Inspirada por su sacrificio, la población se niega a aceptar la noción T'au del "Bien Supremo".
  • Cano’var destruido (813.M41) - El mundo T'au de Cano'var es abrumado. Las transmisiones muestran criaturas robóticas que usan armas de energía sin identificar.
  • Batalla de Styx (8xx.M41) - Las fuerzas T'au intentan anexionarse Styx, uno de los mundos de reclutamiento de los Ángeles Oscuros. La propia Roca llega a la órbita para defender el planeta y la respuesta de los Ángeles Oscuros es tan violenta que los xenos son aniquilados en un solo día.
  • Aliado imprevisto (815.M41) - Una invasión de Orkos bajo el mando de Grog Piñoz'ierro avanza por el Imperio T'au. El populoso mundo llamado Atari Vo se lleva la peor parte del ataque antes de que los Orkos sean derrotados por las fuerzas combinadas del Sector Dal'yth y, para sorpresa de muchos, el Comandante O'Shovah y sus renegados. En la campaña, O'Shovah cae víctima de su propia ambición y lanza un asalto sobre los Orkos cuando parecen debilitados. En realidad, los ejércitos Orkos son más fuertes que nunca. La guerra se recrudece cada vez más, alargándose durante una década hasta que consume tres de los cuatro Mundos de Sector de los Enclaves O’Shovah. Cuando O'Shovah regresa y encuentra sus colonias en llamas, aprende las verdades de todos los elementos antes de lanzar un devastador contraataque. Llega a comprender el mundo material por completo, pero el dominio de los Etéreos sigue siendo un misterio para él.
  • La Senda de la Espada Corta (823.M41) - O'Shovah estudia grabaciones hechas por Drones del veterano Etéreo Aun'Shi en combate. Conectando su red neural a la capa exterior de su Armadura de Combate, Farsight aprende a sentir de verdad a través de su "segunda piel" y desarrolla un estilo de lucha cuerpo a cuerpo que imita los de Aun'Shi, pero que puede ser realizado con Armaduras de Combate. Perfeccionándolo contra Orkos capturados por la Casta de la Tierra para sus experimentos, O'Shovah entrena a sus acólitos más cercanos hasta que aprenden a disfrutar del arte del combate cuerpo a cuerpo.
  • Asesinato en Arthas Moloch (825.M41) - Mientras Farsight continúa con sus purgas de pieles verdes, se descubren Orkos de nuevo, esta vez en Arthas Moloch, un Mundo Artefacto en el borde del Golfo de Damocles. El consiguiente derramamiento de sangre libera a una hueste de pesadillas ectoplásmicas que arrasan a la expedición Tau, matando a los Etéreos antes de desvanecerse tan rápido como aparecieron. Durante la batalla contra estas profanas bestias, Farsight echa un vistazo a través de una fisura disforme y tiene una visión del Ojo del Terror. Al hacerlo, se da cuenta de la terrible amenaza que pende sobre toda la vida inteligente: la antigua maldad del Caos. O'Shovah no puede creer que los Etéreos hubieran mantenido en secreto la existencia de ese horrible peligro de haberla conocido, pero las pruebas parecen claras. La revelación le sacude profundamente.
  • El Corte de las Ataduras (826.M41) - Con los eventos de Arthas Moloch disolviéndose como recuerdos dolorosos, los Tau de los Enclaves continúan su inacabable guerra contra los Orkos sin la guía de los Etéreos. Una nueva era de violencia ha comenzado, pero los Enclaves O’Shovah siguen creciendo.
  • Mediante la Independencia, Iluminación (832.M41) - Las meditaciones de O'Shovah le llevan a creer que el pueblo de los Tau nunca será libre mientras la Casta Etérea exista. Temiendo que sus conclusiones dañen al Bien Supremo, desaparece del servicio activo y comienza una nueva vida como eremita en las montañas de Vior'los.
  • Un Imperio Llora (834.M41) - Farsight es declarado muerto en el resto del Imperio Tau. Aunque no se atreven a mostrarlo abiertamente, las generaciones más ancianas de los Tau sienten dolor por la pérdida de su héroe de la infancia.
  • Fe Cortada (84x.M41) - Atacado por los Cuerpos de Pacificación T'au, el mundo santuario imperial de Calendhula resiste desafiante tras el escudo de su fe. Su defensa flaquea, sin embargo, cuando las estatuas de todo el planeta lloran lágrimas de inmundicia y sus fuentes de agua se transforman en lodo gélido. Mientras las batallas resuenan y la tasa de muertos se dispara, se abren bostezantes portales en las profundidades de Calendhula, y por ellos emergen los guerreros de la 4a Compañía de Plaga. Liderados por el Devorador de Vidas y reforzados por Demonios danzantes, aplastan a las fuerzas imperiales y T'au para reclamar el planeta para Nurgle.
  • Censura (845.M41) - Aun'Va recibe la noticia de que Farsight sigue vivo, y de que sus enclaves no solo existen aún, sino que se han separado del Imperio Tau para formar su propio territorio. Enfurecido más allá de toda medida, el Etéreo Supremo excomulga a Farsight del Bien Supremo. Ordena que todas las imágenes del rebelde sean destruidas, y que cualquiera que pronuncie su nombre sea llevado a intensos interrogatorios, a menudo para no reaparecer jamás.
  • El Fin de la Esperanza (886.M41) - Los ingenieros de la Casta de la Tierra del Sector Ke'lshan Sept revelan con orgullo una inmensa nave-sembradora de colonias. Esta nave espacial monolítica es llamada, en el idioma Tau, Luz de la Esperanza. En su viaje inaugural, y con más de trescientos mil colonos y guerreros a bordo, la Luz de Esperanza es abordada por la flota Orka del Kaudillo Morkrog y perdida sin remedio. Durante la próxima década, el Sector Ke'lshan se enfrentará a brutales incursiones provenientes de la nueva y flamante adquisición de Morkrog, Matatauz.
  • Una nueva amenaza (899-903.M41) - La Flota Enjambre Gorgona se estrella contra las márgenes del Imperio T'au e incrusta sus garras en el mismo. Su derrota se produciría en Ke'lshan, merced a la ayuda de unos aliados tan inverosímiles como una flota de naves del Imperio de la Humanidad.
  • Acciones codificadas (900.M41) - La estación de escucha T'au en Morix Prime es destruida por la 4ª Compañía de los Ultramarines.
  • La Guerra de las Revelaciones Oscuras (90x.M41) - Las fuerzas T’au defendiendo Vigos contra el poder de la Flota Enjambre Kraken toman las fatal decisión de asociarse con Urien Rakarth. A pesar de las victorias iniciales junto a sus retorcidos aliados, los T’au pronto se alarman por las demandas de Rakarth, las cuales  exigen que participen en “intercambios culturales” cada vez más costosos. Al final, la situación explota y deciden contraatacar cuando los Drukhari convierten a guerreros T’au en Grotescos y comienza a demandar un tributo de sus Etéreos. Los T’au reúnen sus reservas del planeta Rubikon, aunque cuando van a dar el golpe de gracia se encuentran que la flota de Rakarth ya se ha marchado, habiendo dejado sólo hologramas y sensores fantasma a su marcha. Pocas horas después llegan llamadas de auxilio desde el indefenso Rubikon. Estos informes narran escenas de sobre invasores pálidos y retorcidos que se hacen llamar los Profetas de la Carne. Sin embargo, es demasiado tarde para una respuesta por parte de las fuerzas T’au en Vigos, que tan sólo pueden oír los angustiosos gritos de muerte de su mundo.
  • El Psicófago de Mangel III (9xx.M41) - Hasophet y sus Devoradores de Mentes descienden sobre el mundo colmena imperial de Mangel III en medio de una invasión Tau en curso. Antes de aterrizar, el Hechicero rompe el Cristal Envuelto en órbita, arrojando sus fragmentos por toda la atmósfera para convocar una impenetrable oscuridad que rodea todo el planeta. Aislados de refuerzos y de las defensas orbitales, los ejércitos Tau y las fuerzas de defensa planetaria continúan luchando totalmente confundidas. En el Valle del Sacrificio, entre las líneas de los ejércitos que luchan, los Devoradores de Mentes colocan los trofeos y fetiches obtenidos en sus novecientos noventa y ocho rituales precedentes en una gran media luna, y entre los cuernos de esta, Hasophet monta una enorme pira. Desde el pináculo contempla las invasoras fuerzas Tau e Imperiales. Debe devorar sus pensamientos y sus recuerdos, como fue predicho. Sosteniendo los corazones de Korthuphos, Hasophet enciende su pira con su sangre, invocando un juramento a Tzeentch cuando las llamas comienzan a lamer su armadura. La repentina oleada de energía que tira hacia Hasophet hace trizas las mentes de los cientos de miles de combatientes de Mangel III, desviando su propia fuerza vital hacia el Hechicero. Pero cuando los cambios del Gran Conspirador toman el control, Hasophet grita de agonía. Los ejércitos enemigos en el horizonte son atraídos físicamente hacia él, como mosquitos atrapados en un atronador vórtice. Grupos de cuerpos gritando y de enormes máquinas de guerra vuelan a través de la oscurecida tierra, colisionando con Hasophet donde son rápidamente absorbidos por su mutante forma. Su cuerpo devora el metal y la carne con la misma voracidad, a medida que continúa creciendo, aullando por la agudización de las fauces recién formadas. Su mismo cuerpo se transforma, pero no en un Príncipe Demonio sino en el de una Bestia del Vórtice Mutalith El vórtice disforme que emana de la horrible criatura se extiende hacia el exterior con cada sacrificio recién consumido hasta que rodea el planeta, y con un último y desgarrador grito mental, el mismo planeta Mangel III es arrancado del espacio real. En su lugar, solo queda un oscuro y perpetuo velo, y un eco del lastimoso llanto final de Hasophet.
  • El Bien Supremo, corrompido (9xx.M41) - Un Genestealer solitario de la Flota Enjambre Gorgona llega al mundo Tau de Ksi'm'yen. La criatura es capturada por los científicos de la Casta de la Tierra del planeta y sometida a un extenso análisis, los cuales devienen en un trabajador al que se le implanta una parte de su semilla. Las grotescas entidades que surgen en los laboratorios son vistas como curiosidades y no blasfemias por la siempre inquisitiva Casta de la Tierra, ya que el enfoque Tau hacia las formas de vida alienígenas se basa en los conceptos de aceptación y tolerancia. Cuando las divisiones de investigación experimentan un sangriento crisma veinte años más tarde, se convoca a la Casta de Fuego, la cual encuentran muchas instalaciones de investigación subterráneas invadidas. Ksi'm'yen es consumido por la guerra y puesto en cuarentena durante casi diez años antes de que el excéntrico Etéreo Aun'ghol lo declare productivo y limpio.
  • Idas y venidas (920.M41) - Los diplomáticos T'au establecen una paz incómoda en el planeta Ur-Clemait, un mundo que durante mucho tiempo había estado devastado por la guerra civil a base de proporcionar armas a una de las facciones. Aunque la mayoría de la población parece contenta con el alto el fuego impuesto por los T'au, los ancianos y sacerdotes de la antigua fe están angustiados e insisten en que el "Diezmo de Sangre" debe continuar siendo satisfecho. Los desconcertados T'au continúan su asimilación, pero antes de que termine el año, los Portadores de la Palabra llegan para imponer el diezmo. Atacan Ur-Clemait con dureza, cantando oraciones de apaciguamiento a los Dioses Oscuros mientras despedazan humanos y xenos por igual. La Casta del Fuego T'au se enfrenta a la invasión y el mundo se ve inmerso en una guerra mucho peor que las luchas ritualísticas de antaño.
  • El Incidente Gravalax (931.M41) - Un destacamento de fuerzas imperiales, formado principalmente por Tropas Árticas Valhallanas, evita con éxito que el Imperio T'au se anexione el planeta Gravalax. Esto no evita que el Astra Militarum y los T'au realicen una alianza de circunstancias para eliminar una quinta columna de Genestealers entre la población.
  • Oportunidad aprovechada (937.M41) - La Armada Imperial alcanza por fin a los Devastadores sobre la colonia T'au de Salomine, con el resultado de la destrucción de la mayor parte de la partida de guerra. Poco después Salomine es conquistada por el Imperio.
  • Tercos hasta la muerte (939.M41) - Bork'an sufre el ataque del 196º de Grifos Iotanos del Militarum Tempestus. Los Vátagos Tempestus son desplegados en su totalidad por el Ordo Tempestus en el Mundo Sectorial Tau con el fin de aniquilar a todos los científicos, investigadores y estudiantes posibles. Si tenían éxito, esto afectaría en gran medida la capacidad del Imperio T’au para producir en masa prototipos y armaduras de combate. Aunque su ataque inicial es prometedor, el contraataque de las fuerzas locales, encabezado por armaduras experimentales y prototipos de armamento, superó con rapidez a los Vástados y aniquiló al 196º de Grifos Iotanos. Los científicos de de la Casta de la Tierra logran escapar durante la batalla, mientras que los pocos Vástagos supervivientes solicitan ser extraídos, sin éxito, y pronto son perseguidos y eliminados sistemáticamente por los vengativos Guerreros de Fuego de Bork'an.
  • El precio de la curiosidad (948.M41) - El cascarón vacío del Mundo Astronave She'enshar es explorado por los Tau, los cuales son rápidamente expulsados por los Arlequines de la Máscara de las Estrellas Gélidas.
  • Marea azul (963.M41) - Los Ultramarines chocan con las fuerzas de colonización de T'au en el planeta maldito Malbede; ambos ejércitos se unirán más tarde contra los Necrones que despiertan en dicho mundo. Los T'au escapan del planeta, que es destruido mediante un Exterminatus ordenado por Marneus Calgar.
  • Aullidos bajo el agua (966.M41) - El Señor Lobo Gunnar Luna Roja lleva la batalla a las ciudades submarinas de los T'au en el Mundo Oceánico de Kvariam Alpha, ocultas durante una década, conduciendo Land Raiders directamente a través del lecho marino. Los T'au huyen cuando los Lobos Espaciales rompen las cúpulas de sus ciudades.
  • La Gran Guerra de la Confederación (975-87.M41) - Liderados por Vior'la, muchos Sectores unen esfuerzos para contener al ¡Waaagh! Orko más grande que jamás haya penetrado el Imperio T'au. Esta campaña también es notable por las brillantes tácticas y el historial de batalla de una shas'o recientemente despertado de estasis, la cual se ganó el sobrenombre de Sol Oscuro.
  • La Cazadora Despierta (975.M41) - Aun'Va libera a O'Shaserra del estasis y le revela la traición y el exilio de Farsight, poniéndola en un rumbo de colisión con su antiguo camarada.
  • El Festín de Acero (976.M41) - La Dinastía Sautekh se expande en el espacio Tau e invade el planeta Caroch, controlado por los Kroot. Aunque estos ganan los primeros combates, sus intentos de alimentarse del metal vivo de sus víctimas tiene resultados horrendos, desatando una plaga de nanoescarabajos que barre sus filas.
  • La Bestia Asesinada (979.M41) - El mundo T'au de Uan'voss es casi totalmente invadido por una repentina embestida de los Tiránidos, solo para ser rescatado por unos salvadores aún más inverosímiles. Varias legiones de Necrones de la Dinastía Atun caen sobre los biohorrores, lanzando con sus Monolitos y Plataformas de Aniquilación un devastador bombardeo mientras una punta de lanza de Pretorianos de la Triarca se abre paso entre la monstruosa horda. Aunque los Tiránidos luchan con la furia de una bestia herida, quedan atrapados entre los Necrones y la potencia de fuego de los T'au supervivientes. Cuando los últimos horrores quitinosos caen muertos, todo el ejército Necrón cambia el paso y se marcha sin decir una palabra. Los desconcertados T'au poco pueden hacer más que dar gracias por su misterioso rescate, sin saber que acaban de presenciar a los sirvientes del Rey Silente.
  • El error de Shyrrek (985.M41) - El Arconte Shyrrek de la Cábala de la Esperanza Cercenada busca dirigir a las hordas de pielesverdes del ¡Waaagh! Puñohierro contra la colonia Tau de Korvessa. Usando ataques relámpago, la flota de Shyrrek atrae a los Orkos hacia Korvessa, pero en su arrogancia les subestiman por completo. Utilizando unidades de Llevalejoz de corto alcance, varios Kruzeroz de Puñohierro superan a los Drukhari, rodeándolos y aislándolos de la Telaraña. Las fuerzas del Arconte Shyrrek luchan como demonios para escapar de la trampa, pero su resistencia llega a su fin cuando Puñohierro y sus Meganoblez se teleportan a la nave insignia de Shyrrek y cortan al Arconte en pedazos con sus garraz.
  • Sistema Lagan (989.M41) - Décadas de trabajo de la Casta del Agua han seducido muchos mundos humanos del Sistema Lagan. Con la ayuda de una fuerza expedicionaria, el sistema estelar es clasificado como una colonia de Clase 1, avanzando sin pausa hacia convertirse en un Sector con todas las de la ley. Sin embargo, toda esta preparación se malogra cuando el sector se convierte en una zona de guerra, designada para una limpieza de xenos por parte del Capítulo de Marines Espaciales de los Ultramarines. Muchos colonos son asesinados.
  • La Anexión de Nimbosa (993.M41) - El comandante Brightsword, un estudiante del arte de la guerra de O'Shovah, lidera un ataque para reclamar el mundo imperial de Nimbosa. Para cuando el Imperio lleva refuerzos, los T'au están preparados para defender su nuevo planeta. La lucha culmina con la infame Masacre de la Garganta Koloth, donde las fuerzas del Astra Militarum sufren tales pérdidas que Espada Fulgurante es censurado y convocado de regreso a T'au debido a la remordidez de sus actos. Desde este ataque, el planeta ha cambiado de manos varias veces más y sigue siendo una zona de guerra.
  • Derribando falsos ídolos (995.M41) - La flota T'au ejecuta una acción naval en el Mundo Santuario de Esperanza de Ghola.
  • La sangre siempre corre cálida (99x.M41) - Los famosos y feroces grerreros de la Casta del Fuego T'au de Vior'la se enfrentan a una incursión de Devoradores de Mundos. Los Marines Espaciales del Caos están tan completamente sumidos en su adoración a Khorne que sus filas contienen tantos Engendros como Berzerkers. La impecable disciplina de fuego de los T'au mantiene a raya a las partidas de guerra de los Devoradores de Mundos durante un tiempo; es decir, hasta que la furia contagiosa de los devotos de Khorne comienza a atrapar las almas de los Cuerpos más destacados de Vior'la. Los T'au, levantando sus voces con gritos de guerra primitivos de Fio'taun, los cuales no se han escuchado durante siglos, comienzan a enfrentarse a los Engendros del Caos a corta distancia e incluso atacan para entablar combate cuerpo a cuerpo. El resultado no es bueno para los T'au. Millones mueren antes de que un consejo de seis Etéreos reaccione y brinde su influencia tranquilizadora a los Cuerpos de la Casta del Fuego, restaurando el orden y permitiendo que los T'au se retiren a la órbita baja, antes de que los Devoradores de Mundos puedan completar la matanza.

Tercera Esfera de Expansión[]

Después de una cuidadosa preparación Aun’Va, el nuevo Etéreo Supremo, lanza la Tercera Esfera de Expansión.

  • La Comandante Suprema Habla (997.M41) - Durante un discurso que reúne al Imperio Tau para una nueva fase de expansión, O'Shaserra destruye la estatua de O'Shovah ante la Cúpula de Batalla Mont'yr con sus Blásteres de Fusión. Es un gesto simbólico que nadie puede ignorar.
  • Aliados Ocultos (997.M41) - Una visita inesperada llega a los Enclaves O’Shovah: el Visión de Aun'Shi, una nave aparentemente desprovista de tripulación y destinada a la inminente Tercera Esfera de Expansión. Tras revisarla a fondo en busca de algún tipo de trampa, se abren las bodegas de estasis y una joven Tau, la Comandante Torchstar, es hallada entre los pasajeros congelados. Al despertar, explica que algunos viejos amigos y simpatizantes siguen ocultos en los Sectores centrales, y que dispusieron ilegalmente que el rumbo de la nave fuese alterado antes del lanzamiento. Escondida entre el cargamento se encuentra una amplia colección de los más novedosos y experimentales prototipos de los Tau, incluyendo varias Armaduras de Combate XV104 Cataclismo y los planos y esquemas de mucho más.
  • Ksi’m’yen establecido (310.997.M41) - Se declara el establecimiento del Sector Ksi’m’yen, el primero de la Tercera Esfera de Expansión, el cual se usará como base para el avance.
  • La Defensa de los Enclaves O'Shovah (525.997.M41) -  Los Tiránidos de la Flota Enjambre Kraken penetran los límites de los Enclaves O’Shovah. La guerra contra los Tiránidos se libra en Vior'los, el más poblado de los Mundos de Sector de los Enclaves. El Comandante O’Shovah retorna del exilio para dirigir la defensa, y ve que los Tau necesitan héroes más que nunca antes. Las tácticas de Mont'ka favorecidas por O’Shovah resultan inefectivas contra las hordas Tiránidas, ya que sus líderes son tan abundantes que la estrategia resulta inútil. El científico de la Casta de la Tierra O'Vesa persuade a O’Shovah de probar el Kauyon, la estrategia del Cazador Paciente, y O’Shovah acepta reticentemente. Mientras defiende una instalación de investigación de la Casta de la Tierra con siete de sus comandantes de mayor confianza, Farsight consigue, con su punta de lanza de ochenta equipos de Armaduras de Combate XV8 Crisis, tiempo suficiente para que O'Vesa desarrolle una biotoxina que destruirá a toda la flota invasora.
  • Campaña de Taros (998.M41).
  • La Revelación del Kauyon (998.M41) - Al dominar finalmente toda la escala de las enseñanzas de Jun'nami, el Comandante Farsight alcanza la comprensión de las tácticas de O'Shaserra y Aun'Va. Medita largo tiempo sobre el hecho de que toda la guerra del Golfo de Damocles fue en realidad una gigantesca aplicación del Kauyon, atrayendo al Imperio al espacio Tau y después golpeándole fuertemente cuando se hubo extendido demasiado. O'Shovah adquiere un nuevo respeto hacia Aun'Va, aunque sabe que la verdad del gran plan del Etéreo no debe ser revelada jamás al pueblo.
  • El Gran Sacrificio de Jach (999.M41) - Por orden del Lord Inquisidor Heiss-Alumin del Ordo Xenos y dirigidos por el 8º Regimiento del Ordo Tempestus, las tropas imperiales hicieron un asalto planetario mediante un descenso con paracaídas gravitatorios, cayeron en los puntos estipulados y comenzaron a avanzar hacia las zonas pobladas por Kroot para cumplir su misión. Sin embargo, la Inquisición había subestimado el grado de despliegue de tropas Tau en el sistema, y pronto se vieron inmersas en una batalla contra Estirpes Kroot muy aguerridas apoyadas por tropas Tau con Armaduras de Combate que comenzaron a diezmar sus fuerzas. Ante la imposibilidad de cumplir la misión, las tropas imperiales supervivientes intentaron retirarse del planeta. Solo lo logró el 88º de Fénix Kappa, que pudo retirarse ordenadamente y salvarse, desarrollando posteriormente una doctrina de combate enfocada a la lucha contra los Kroot.
  • Shas’o Kais victorioso (103.999.M41) - Se desconoce cuando emergió de la estasis Shas'o'Kais, otro de los antiguos protegidos de Jun'nami, pero es él quien lidera las victorias que establecen el Sector Fi'rios en este momento.
  • Derrota en Zeist (303.999.M41) - Una flota imperial entra al Sector Zeist. Los Marines Espaciales expulsan a los T'au de muchas de sus colonias y si bien las pérdidas son lamentables, las ganancias en otros lugares son de tal calibre que incluso los T'au, muy conscientes de sus bajas, consideran las acciones de diversión de O'Shaserra no sólo aceptables, sino perspicaces.
  • Bahía Mu’gulath (757.999.M41) - En la batalla más grande de la Tercera Esfera de Expansión, la Comandante O'Shaserra lidera la invasión del mundo imperial de Agrellan, comenzando la desbandada de las fuerzas humanas ahora conocida como el Camino de la Sangre. Es un día brillante para los T'au, que vieron aplastado a un enemigo inmensamente superior en número y comenzando rñapidamente el proceso de integración del mundo como el recién designado Sector de Bahía Mu'gulath en el imperio. De los numerosos prototipos de armas avanzadas desplegados en la campaña, todas tuvieron éxito salvo uno: un reactor de fusión cuyo colapso destruyó la luna de Mu'gulath.
  • Cataclismo (999.M41) - El Imperio de la Humanidad envía una colosal flota combinada para retomar Bahía Mu'gulath, encabezada por naves de los Marines Espaciales. La batalla se desarrolla por todo el estéril planeta, mientras los guerreros de la Casta del Fuego T'au intercambian furiosas salvas con los regimientos del Astra Militarum y miles de tanques se enfrentan en una vorágine asesina de explosiones, tierra lanzada por los aires y metralla voladora.
  • Regresa el paria (999.M41) - La furia vengativa de los Marines Espaciales y la contundente fuerza de los regimientos blindados del Astra Militarum obligan a los defensores de Bahía Mu'gulath a ceder en todo momento. La Comandante O'Shaserra retrasa el avance con una serie de ataques relámpago, pero incluso su dominio del Kauyon no es suficiente para repeler a los invasores. Justo cuando los T'au están al borde de una masacre segura, Armaduras de Combate carmesíes caen desde la órbita baja, justo en mitad de las formaciones imperiales y bombardeando a un enemigo sorprendido con ráfagas de misiles de racimo y plasma abrasador. El legendario Comandante O'Shovah, expulsado del Imperio T'au, se une la lucha.
  • Alianza incómoda (999.M41) - Los comandantes O'Shovah y O'Shaserra forjan una alianza temporal, con el asentimiento renuente de Aun'Va. El anciano Etéreo se niega a abandonar Bahía Mu'gulath a pesar de las súplicas de O'Shaserra, y se retira a un búnker oculto, donde transmite mensajes de fuerza y unidad a sus leales guerreros.
  • Venganza imperial (999.M41) - El Officio Assassinorum desata el horror de una Fuerza de Ejecución sobre los comandantes T'au de Bahía Mu'gulath. Aun'Va es rastreado y asesinado por un pesadillesco Asesino del Templo Culexus.
  • Damocles arde (999.M41) - El Adeptus Mechanicus despliega una ojiva de asombroso poder que incendia Bahía Mu'gulath. Mientras los T'au supervivientes, cansados de la guerra, abandonan a regañadientes su devastado Sector, los incendios antinaturales continúan extendiéndose. Pronto, una vasta franja del Golfo de Damocles arde, separando el Imperio T'au del humano.
  • Combatir lo invisible (5.985.999.M41) - El planeta Cytheria reniega del Imperio y se une a los T'au. La respuesta imperial es el envío de varios regimientos de Catachan, los cuales inician una campaña de guerrillas que minan la moral T'au.
  • La ira de las edades (999.M41) - Los Hrud realizan estrago en el mundo T'au de Vash'ya. Miles de guerreros de fuego son asesinados a medida que los extraños campos cronoentrópicos de los Hrud les hacen envejecer varias décadas en cuestión de horas. Los T'au supervivientes se retiran y reorganizan. Su Comandante inicia el protocolo de combate “Avatar”, liberando oleadas de drones de combate y Armaduras de Combate XV8 Crisis operados remotamente. Con sus súper aleaciones resistentes al aura decadente de los Hrud, estos guerreros automatizados purgan la infestación alienígena de la superficie de Vash'ya con lanzallamas y desintegradores de fusión, provocando que estas criaturas encorvadas huyan a las profundidades del espacio.
  • Amanecer brillante, sol poniente (999.M41) - Las fuerzas T'au bajo el mando nominal del Etéreo Aun'Kir se unen con los Aeldari del Mundo Astronave Lugganath para asaltar un zarcillo de la Flota Enjambre Gorgona antes de que lleguase a la Fisura Perdus. En una batalla naval brutal, los Tiránidos son derrotados, aunque se pierden muchas vidas. A continuación, Aun'Kir y su guardia de honor tienen audiencia a bordo de la nave insignia de los Aeldari. Poco después de esta reunión, el Alto Concilio de Etéreos le otorga a Aun'Kir el control de su propia flota pacificadora, la se dirige más allá de la Fisura Perdus en una misión del máximo secretismo.
  • Marea de fuego (999.M41) - Los océanos de Antrenex hierven bajo incansables oleadas de misiles desde las Armadura de Combate XV128 Ciclón al tiempo que los T'au del Sector Vior'la se enfrentan a la colosal marina Orka de Rugg Piñopiedro.
  • Matices de libertad (999.M41) - Un contingente de inserción de Rastreadores T'au se despliega en Cerradura de Cadmon, un Mundo forja dedicado a la construcción de armas ligeras y municiones. Escoltan a varios especialistas en insurrección de la Casta del Agua, cuya tarea es incitar a la rebelión entre las clases trabajadoras y oprimidas de las colmenas. Los espías T'au informan que estas han estado almacenando recientemente armas de contrabando para una próxima insurrección contra sus crueles. Esta información es precisa, pero enmascara el verdadero horror de la situación. Un culto hostil conocido como los Discípulos de la Estrella Sangrante se ha infiltrado en los sindicatos de Cerradura de Cadmon, extendiendo la adoración a sus extraños dioses. Las palabras de los T'au son recibidas con una lluvia de disparos de armas automáticas y varios guerreros y diplomáticos son secuestrados y llevados a la oscuridad de los suburbios de la ciudad colmena por enormes figuras con garras. Rodeados por semihumanos mutados, los supervivientes del contingente se ven obligados a abrirse camino hasta la superficie de Cerradura de Cadmon para su extracción. Antes de partir, activan una holo-señal de banda ancha que es captada por los administradores del planeta, el Adeptus Mechanicus. Las fuerzas Skitarii son enviadas a los suburbios para investigar y estalla una guerra abierta cuando descubren la extensión de la infestación de los cultistas. Las sondas de reconocimiento de alta órbita de los T'au realizarán un análisis exhaustivo durante la posterior carnicería.
  • Hermano contra hermano (999.M41) - Un convoy de supervivientes de la caída de Bahía Mu'gulath intenta huir a los Enclaves O'Shovah. El Comandante Golpe Certero es enviado para cortar la ruta de retirada a los disidentes y devolverlos para su censura y reasiganción. La flota de Golpe Certero llega al convoy al mismo tiempo que una flota de los enclaves rebeldes. Los rebeldes abren comunicaciones y advierten al comandante que se retire. Se produce un enfrentamiento tenso, que culmina en un intercambio de disparos. Muchas de las naves que huían atrapados en el fuego cruzado, aunque varias docenas escapan junto a la armada de los renegados.
  • Un señuelo tentador (999.M41) - tras haber atormentado el espacio de Dal'yth durante muchas temporadas, una hueste de piratas Drukhari lanza un asalto al mundo-colonia de Shi'yen, un puesto fronterizo escasamente defendido y con una gran población compuesta casi por completo de varias razas clientelares de los T'au. Los asaltantes irrumpen en las grandes esferas-hábitat del planeta desértico, matando con impunidad. Solo cuando los invasores están completamente ocupados con su matanza, la Casta del Fuego de Dal'yth Fire activa su trampa. Macro matrices de camuflaje y campos de refracción de gran envergadura son desactivados y decenas de Equipos Rompelíneas surgen de posiciones ocultas para lanzar una descarga brutal de disparos contras los flancos de los sorprendido Drukhari. Aunque las pérdidas entre las razas vasallas de los T'au son sustanciales, el impacto devastador de la emboscada prácticamente destruye al enemigo.
  • Asesino de Behemoths (999.M41) - Un colosal Gargante Orko aterroriza a las ciudades de Hul'aan. Su armadura de hierro negro parece impermeable incluso a los bombardeos de misiles y disparos de pulos más intensos, y su formidable variedad de cañones de munición sólida y lanzadores de proyectiles aniquila a formaciones completas de la Casta del Fuego en cuestión de minutos. La risa áspera y cargada de estática de sus pilotos se deja oir por las enormes matrices vox del Gargante mientras aplastan edificios enteros con cada movimiento de sus grandes brazos metálicos. Enjambres de pielesverdes siguen la estela de este gigante, bramando alabanzas a sus dioses de la guerra. Solo el científico Tu'len, de la Casta de la Tierra de Bork'an y su división de armas experimentales se interponen en el camino de la monstruosidad. Tu'len ordena el despliegue de seis Armaduras de Combate KV128 Ciclón, cada una armada con un cañón de inducción con tecnología CRA (Carga Reactiva Agresiva) de fase múltiple; un refinamiento de estos dispositivos devastadores. Incluso los KV128 son eclipsados ​​por el tamaño del Gargante, pero cuando disparan sus cañones simultáneamente sus haces convergen, fundiéndose en un rayo de energía destructiva tan intenso como una estrella. Este ariete de pura aniquilación atraviesa el torso de metal del Gargante, desencadenando una reacción en cadena que destrozan su cuerpo. Tu'len considera la primera prueba de campo de su nueva tecnología como un éxito impresionante, aunque el poder de tanta energía plasmática canalizada inmola por completo tres de las seis Ciclón.

Cuarta y Quinta Esferas de Expansión[]

Una nueva y más oscura edad amanece para el Imperio T'au, comenzando con el mayor desastre naval de su historia.

  • Tragedia en Punto Numenar (M42) - Equipada con la última tecnología MRL (Más Rápido que la Luz), una enorme flota se reúne en Punto Numenar con el objetivo de viajar más allá del devastado Golfo de Damocles. Cuando las naves de esta Cuarta Esfera de Expansión se preparan para activar sus impulsores de salto, una brecha en la realidad se traga a toda la flota, arrastrándola a las profundidades del Inmaterium.
  • Desde las sombras del señor (M42) - Los Necrones de la Dinastía Sautekh lanzan una serie de ataques a lo largo de los confines occidentales del Imperio T'au. Como respuesta, se envían contingentes de las Castas de Fuego de T'au y T'au'n para repeler a los invasores. Están dirigidos por el Comandante O'Vash, un protegido de la Comandante O'Shaserra que obtuvo importantes honores durante las campañas de la Tercera Esfera. O'Vash adopta las tácticas de su tutor, dividiendo sus fuerzas en unidades de cazadores y mordiendo los flancos de la flota de invasión, retrasando su avance y comprando un tiempo precioso para que el sitiado imperio envíe refuerzos.
  • Un día más para el mañana (M42) - En una peligrosa maniobra, todos los ejércitos de Ulthwé son enviados a través de la galaxia, dejando al mundo astronave casi sin defensas. Varios ejércitos ayudan a los enclaves Farsight T'au en Vior'los.
  • Motín en Junica (M42) - La guerra contra las fuerzas del Caos en Junica se enquista, y ​​la Casta del Fuego sufre pérdidas terribles. El Etéreo Supremo Aun'Va tiene una audiencia con la Comandante O'Ryn, responsable de la ofensiva, cuando un proyectil de tanque golpea el campamento de campaña. El séquito etéreo de Aun'Va es asesinado, pero el Etéreo Supremo, o mejor dicho, el holograma de luz sólida que representa al fenecido líder, está ileso. Sin embargo, cuando Aun'Va le ordena al comandante que envíe a sus guerreros restantes a las líneas del frente para comprar tiempo y que lleguen refuerzos, O'Ryn no siente ningún condicionamiento a obedecer. Inpensablemente, ella rechaza la orden, juzgando que es una pérdida de buenos guerreros y afirma que Junica está perdido. Al hacerlo, se convierte en la primera T'au desde O'Shovah en desobedecer una orden de un Etéreo. Varios días después, una flota del Cuerpo de Edificación desciende sobre Junica con la intención de detener a toda la cadena de mando de O'Ryn, solo para descubrir que la comandante y sus leales guerreros han huido a los Enclaves O'Shovah. Todos los testigos del acto de traición de O'Ryn son secuestrados y los mandos restantes de Junica son separados y dispersados por todo el imperio.
  • Morada sombría (M42) - El Comandante O'Shovah vuelve a Arthas Moloch, negándose a permitir que sus leales guardaespaldas lo acompañen. Durante treinta días y noches no hay noticias del líder de los Enclaves O'Shovah. Cuando al fina regresa de su estancia, O'Shovah convoca inmediatamente a los estrategas principales de los Enclaves a un consejo de guerra.
  • El Baño de Sangre (M42) - Unidades de élite en lucha urbana de Sa'cea son enviadas a reclamar la colonia de Ol'me de una infestación Orka. Avanzando calle por calle, los Equipos Rompelíneas de Sa'cea utilizan bengalas de marcación aérea y un apoyo aéreo abrumador para identificar y destruir las grandes concentraciones de pielesverdes. Tan brutal es la lucha cuerpo a cuerpo que la Casta de Fuego del Sector se refiere a la campaña de Ol'me como Mont'yren, el Baño de Sangre, y los supervivientes de la guerra son tratados en el más alto de los respetos.
  • Esperanza reavivada (M42) - Tras más de una década, se descubre una sonda de espacio profundo a la deriva en la Zona de Silencio, transmitiendo señales en frecuencias que datan del lanzamiento de la Cuarta Esfera de Expansión. Cuando las naves de reconocimiento de la Casta del Aire localizan esta baliza, descubren un fenómeno impresionante: un gran vórtice en el espacio. Esta avenida dimensional, que los T'au llaman el Nexo Mareastral, no estaba registrada en las cartas del imperio. La sonda capturada contiene coordenadas de una colonia muy al norte galáctico, en territorio reclamado del Imperio de la Humanidad; ahora el hogar de los supervivientes de la Cuarta Esfera de Expansión.
  • Reunidos (M42) - La Quinta Esfera de Expansión viaja a través del Nexo Mareastral y llega al Atolón Nem'yar, un grupo de mundos colonizados y arcologías nacidas de estrellas que es el hogar de los restos de la Cuarta Esfera de Expansión. Las vivencias de los supervivientes les han transformado en intransigentes de línea dura, desarrollando una intensa desconfianza hacia los no-T'au, particularmente los auxiliares gue'vesa.
  • Nuevos mundos (M42) - Reunidos con sus hermanos perdidos, los T'au de la Quinta Esfera de Expansión se embarcan en una extensa campaña de colonización y consolidación, estableciendo un grupo de nuevos Sectores alrededor del Atolón Nem'yar.
  • Guerras de la Plaga (M42) - El Comandante O'Kais es enviado a preparar el mundo vergel de Kellik para su colonización. Desafortunadamente, los Marines de Plaga de la Guardia de la Muerte ya han tocado tierra y están en el proceso de verter los restos licuados y plagados de enfermedades de sus víctimas de sacrificio en los grandes lagos de Kellik. Las cañoneras y Aerodeslizadores TX4 Piraña de los T'au y las Pirañas atacan a los Astartes Herejes, abrumando a docenas de Marines de Plaga con salvas de fuego de plasma abrasador. Sin embargo, la Guardia de la Muerte ya había enraizado su asquerosa corrupción en las profundidades de la roca madre de Kellik. Criaturas fétidas comenzaron a gatear por miles de canales contaminados y nubes de moscas desde cuerpos gordos bloquearon las pantallas de los visores y obstruyeron los respiradores de cascos. Los Marines de Plaga se concentraron y reorganizaron, riendo húmedamente mientras desatan brutales ráfagas de fuego bólter que reventaron los cuerpos de los T'au como fruta madura. El Comandante O'Kais se niega a abandonar su misión, incluso si eso supone ser contagiado, y la superficie de Kellik se convierte en el anfitrión de un diluvio de sangre y bilis.
  • Los Charpactin (M42) - Los diplomáticos de la Casta del Agua del Sector Fe'saan, Quinta Esfera de Expansión, se encuentran con Charpactin, una raza de criaturas fungoides inteligentes que se comunican por entero en ráfagas de color ultravioleta. Estas emanaciones estroboscópicas resultan sorprendentemente eficaces para someter y paralizar seres vivos, haciéndolos dóciles y sometibles. Los T'au negocian rápidamente un tratado con los Charpactin para convertirles en un estado vasallo, reclutando a muchas de estas criaturas para su creciente Cuerpo de Edificación.
  • El Cetro de Voridium (M42) - Amenex Almarrasgada, Hechicero Exaltado de Tzeentch, desata a sus Hijos Plateados contra el recién fundado mudo de Dy'aketh. Mientras sus Marines Rúbrica marchan a través de conurbaciones y complejos de investigación recientemente construidos, incinerando todo lo que encontraban en su camino con salvas de proyectiles incendiarios, Almarrasgada y su séquito personal se dirigen a las profundidades de la tierra. Muy por debajo de la corteza del planeta se encontraban una instalación de investigación de la Casta de la Tierra, la cual ha pasado varios meses estudiando un extraño artefacto, un cetro elaborado a partir de cristales de voridium que retumban de una energía apenas reprimida. Justo cuando Almarrasgada se acerca a tan inestimable reliquia, el hechicero es atacado por armaduras de combate experimentales y guerreros de fuego que manejan rifles de pulso supercargados. Estas armas disparan rayos abrasadores de fuego verdiblanco que atraviesan incluso la armadura bendecida por la Disformidad de los guerreros de Almarrasgada. Las líneas de batalla se dibujan mientras la hechicería se enfrenta con la alta tecnología, y los fuegos de la guerra consumen Dy'aketh.
  • Ahogados en fuego (M42) - Un Contingente de Inserción de Rastreadores T'au del Sector Vior'la atrae a un grupo de dementes marines de Khorne hacia la luna volcánica de Dxul, antes de activar una bomba de macropulso que agrieta la placa tectónica de Dxul y ahoga el satélite en una marea de magma líquido. Muchos Equipos de Rastreadores sacrifican voluntariamente sus vidas para que la estratagema tenga éxito, pero la manada de recolectores de cráneos es casi totalmente incinerada por la consiguiente devastación.
  • Retribución sangrienta (M42) - Lanzados a través del vacío por una convulsión empírica, una flota de colonización T'au comienza a reclamar mundos dentro de la Cicatriz Roja. Sus esfuerzos se ven interrumpidos violentamente por las fuerzas de los Ángeles Sangriento, Desgarradores de Carne y Ángeles Sanguinarios. Los planetas D'sandri y Cuenca de Gendal son rápidamente recuperados y la guerra pasa al Sistema Sevensuns.
  • Batalla en el Nexo Mareastral (M42) - Pocos meses después de que los supervivientes de la Cuarta Esfera de Expansión se reincorporaran a su pueblo, una enorme flota de la Guardia de la Muerte se abre paso desde la Disformidad y emerge en el corazón del Atolón Nem'yar, frente a la boca del Nexo Mareastral. La flota del Caos lanza naves de ataque y garras de abordaje llenas de Marines de Plaga con las fortalezas estelares que protegen la grieta espacial. Las conmocionadas flotas de defensa T'au reaccionan con notable velocidad, reduciendo muchas de estas navesa átomos, pero muchas más sortean el bombardeo y vomitan cuadros de asesinos en arcologías y fortificaciones estelares. Una batalla furiosa se recrudece. Los T'au saben que si el Nexo cae, dejarían abierta una ruta al corazón del imperio. Los guerreros de la Casta del Fuego luchan con desesperado valor, vendiendo sus vidas por miles para repeler a los invasores. La Comandante O'Shaserra lidera un inmenso contraataque en el corazón de la flota del Caos, convirtiendo entidades demoníacas y ​​Marines de Plaga en una niebla pútrida con cada cañonazo de sus Blásteres de Fusión gemelos. Sin embargo, incluso sus desesperadas heroicidades pueden que no sean suficientes para detener a la Legión de Nurgle por mucho tiempo.

Sectores conocidos[]

Primera Esfera de Expansión[]

Segunda Esfera de Expansión[]

Tercera Esfera de Expansión[]

Razas aliadas del Imperio T'au[]

Leer más[]

Armamento (Imperio T'au).

Citas (Imperio T'au).

Galería (Imperio T'au).

Miniaturas (Imperio T'au).

Fuentes[]

  • Codex: Tau (3ª Edición).
  • Codex: Imperio Tau (Ediciones 4ª, 6ª, 7ª y 8ª).
  • Suplemento: Enclaves Farsight (Ediciones 5ª y 7ª).
  • Reglamento Warhammer 40000 (5ª Edición).
  • Codex: Guardia Imperial (5ª Edición).
  • Codex: Marines Espaciales (5ª Edición).
  • Codex: Militarum Tempestus (6ª Edición).
  • Codex: Orkos (7ª Edición).
  • Codex: Lobos Espaciales (Ediciones 5ª y 7ª).
  • Codex: Marines Espaciales del Caos (Ediciones 6ª y 8ª).
  • Codex: Skitarii (7ª Edición).
  • Codex: Arlequines (7ª Edición).
  • Codex: Genestealers (7ª Edición).
  • Codex: Adeptus Mechanicus (8ª Edición).
  • Codex: Ángeles Sangrientos (8ª Edición).
  • Codex: Ángeles Oscuros (8ª Edición).
  • Codex: Guardia de la Muerte (8ª Edición).
  • Codex: Eldars Oscuros (Ediciones 5ª y 8ª).
  • Codex: Necrones (Ediciones 7ª y 8ª).
  • Codex: Mil Hijos (8ª Edición).
  • Por el Emperador, de Sandy Mitchell.
  • La Mano del Traidor, de Sandy Mitchell.
  • Kill Team, por Gav Thorpe.
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