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Cultistas del caos en pleno levantamiento.
La Guerra de Aschen consistió en una serie de repentinas revueltas armadas e incursiones caóticas que surgieron a lo largo y ancho del Subsector Aschen entre los años 300.M40 y 307.M40 después que un sangriento levantamiento de cultos del Caos en el mundo cardenalicio de Dimmamar demostrara el debilitamiento del control imperial en la región.
Historia[]
Despojado progresivamente de parte de sus defensas a lo largo de varias generaciones para proveer las necesidades bélicas de varios conflictos cercanos, esta región exterior se encontraba desprovista de la fuerza necesaria para evitar la catástrofe que se produjo. De forma casi instantánea, los defensores de los asediados mundos de Aschen se encontraron con una guerra con dos frentes: los cultos del Caos que convencieron a varias guarniciones de fuerzas de defensa planetaria para unirse a su causa y una oleada de merodeadores orkos que entraron como una riada desde la frontera del adyacente Racimo Fauces Sangrientas.
La contrainvasión imperial se formó mediante la combinación de fuerzas de dos capítulos de marines espaciales (los Exorcistas y los Manos Oscuras), respaldados por el 54º y el 60º regimiento de Rifles de Necromunda de la Guardia Imperial y por las hermanas de batalla de la Orden del Corazón Valeroso.
Los Exorcistas se dieron cuenta rapidamente que una de las claves de la victoria era localizar y destruir al oscuro maestro de múltiples nombres que acechaba detrás de los distintos cultos del caos de la región, una criatura daemónica que en Dimmamar era conocido como el Dios Astado. Compuesto de sombras y maldad destilada, el Dios Astado era un maestro de diabólicos pactos que había engordado su poder mediante las almas de los siervos a los que había asesinado.
Cuando los Exorcistas arrinconaron al Príncipe Daemon en las laberínticas ruinas pre-humanas del mundo muerto de Belphago, este se encontraba protegido por una guardia personal de miles de seguidores fanáticos y varias partidas de guerra de marines espaciales del Caos de los Amos de la Noche que el malvado ser había sometido a su voluntad.
Lo que siguió a continuación fue una de las luchas más duras y costosas en la historia del Capítulo ya que los Exorcistas, ayudados por una fuerza de asalto del Ordo Malleus formada precipitadamente, tuvo que abrirse paso a través de oleadas de ataques suicidas cultistas y de hábiles emboscadas y virulentos asaltos de los Amos de la Noche antes de enfrentarse a los oscuros Daemons que servían al Dios Astado.

Iniciado del Capítulo de los Exorcistas
Finalmente, se produjo una titánica lucha entre las ruinas de un templo dedicado a los Dioses Oscuros, un templo xeno más antiguo que la historia de la humanidad: por un lado la élite de los Exorcistas, la llamada Guardia de Enochia, más un puñado de inquisidores y sus acólitos; por el otro lado, el Señor de las Sombras en toda su blasfema e impía gloria. Haciendo caso omiso a los disparos, los escudos y las explosiones de energía, la oscura bestia acuchilló las filas de los Exorcistas, descuartizando con desdeñosa facilidad a los exterminadores y segando los cuerpos de los acólitos del Inquisidor Grey antes de devorar totalmente a su maestro.
Los Exorcistas se negaron a retirarse del horror al que se enfrentaban a pesar de sus pérdidas y lentamente el peso de sus ataques empezó a obtener resultados. El punto de inflexión de la lucha se produjo cuando uno de los dreadnoughts del capítulo, el Venerable Sybra, sacrificó su vida para poder arrancar un gran pedazo del humeante cuerpo del Príncipe Daemon dejando expuesto su llameante corazón. El noble acto permitió a los Exorcistas presionar en su ataque mientras el Daemon se tambaleaba de agonía.
Con una atrevida estocada, el bibliotecario Malachite, atravesó el demente corazón con su lanza de energía, y exprimiendo al máximo sus poderes y firmeza a través del arma, logró seccionar la conexión del Daemons con el plano mortal, venciéndole por fín.
Cuando los gritos de rabia y frustración del Príncipe Daemon se hicieron eco en la eternidad, todos aquellos en el subsector Aschen que habían vendido parte de su alma a cambio de recibir una porción del poder del Dios Astado fueron consumidos por negras llamas, consumiendo a la vez el poder de la revuelta. Una tercera parte del Capítulo de los Exorcistas había caído en combate pero el rumbo de la guerra había virado a favor del Imperio y en menos de un año a partir de entonces, el subsector fue devuelto al control imperial.
Fuentes[]
Extraído y traducido de Lexicanum inglés .
- Imperial Armour X.