Wikihammer 40k

Veredicto del Certamen de Relatos Wikihammer + Voz de Horus ¡Léelos aquí!

LEE MÁS

Wikihammer 40k
Advertisement
Wikihammer 40k
12 085
páginas

Plantilla:MascotaGuillePatrocina

1252491043 adeptus-custodes-rrrryisss-rsssrrrs22

Mikaelor rodeado de la guardia dorada

Normalmente el Capitán General no ha llevado consigo a ningún guardia personal fuera de los propios Daevas o Codiciarios.

Durante el reinado de Goge Vandire en la Era de la Apotasía, un prometedor Mikaelor Corbenius, que a pesar de su juventud obstentaba el puesto de Protector del Trono Dorado, estaba emplazado en una de las defensas exteriores al Palacio.

Durante una guardia nocturna, junto con sus hermanos custodios, fueron asaltados por unos enemigos desconocidos, ataviados con las negras servoarmaduras del Caos. Estos desconocidos rivalizaban en determinación y destreza con los Custodes. Mikaelor Corbenius mantuvo la línea defensiva todo lo que pudo, con la destreza y determinación que caracteriza a un Protector del Trono Dorado. Con su ferviente fe sabía que no solo luchaba contra unas fuerzas de élite, sinó que eran apoyadas por las blasfemas fuerzas de Tzeentch.

Cuando la fuerza de sus hermanos empezó a flaquear y quedaban pocos en pie, se pudo escuchar una carcajada sonora proveniente de alguna parte de la Disformidad. En su psique se reflejó el antiguo Primarca de los Mil Hijos que fue elevado a la condición de Príncipe Demonio de Tzeentch: Magnus el Rojo.

Mikaelor, gravemente herido por un lugarteniente del Caos, recibió una oferta de Magnus el Rojo, le invitó a rendirse, a sucumbir al Caos. Si aceptaba podría salvar a sus compañeros del Adeptus Custodes, un sacrificio heroico, y a la vez salvar al Emperador de las tramas políticas de Goge Vandire.

Mikaelor Corbenius renegó desde lo más profundo de su corazón a dar ningún tipo de satisfacción al Caos, preferiendo mantener la integridad de la humanidad y la del Adeptus Custodes, porqué sabía que el Emperador había hecho tales sacrificios para que la humanidad tuviera esperanza. El Emperador prefería morir antes que vivir sabiendo que era gracias a un pacto con el Caos.

Consiguió reunir fuerzas de la furia que le hacía sentir aquel hereje, recitó la plegaria que hacía muchos años había recitado frente al Trono Dorado, jurando fidelidad y dedicación al Emperador, y se lanzó contra el lugarteniente del Caos. El lugarteniente sonrió y le apuntó mediante un bastón de hechicero. Un refulgente rayo de oscuridad, dolor y disformidad salió del bastón dirigiéndose hacia el Protector del Trono.

Mikaelor Corbenius levantó su Espada Ungida, y rugió. El rayo no llegó a su objetivo, pués algo se había interpuesto entre el hechicero y Mikaelor: Un hombre que portaba una armadura Daeva, pero con una extraña máscara dorada que tapaba su cara.

Mikaelor Corbenius se dió cuenta que estaban rodeados por estos silenciosos hombres que sin mediar palabra se lanzaron a una letal contraofensiva, lo que hizo retroceder y huir a los hechiceros de los Mil Hijos.

Advertisement