"Creo que debería ser visto. Como un aviso, para mostrar como la perfección más grande puede ennegrecerse... Para refrescar nuestra determinación y guardarnos de la oscuridad."
- —Gregor Eisenhorn. Inquisidor del Ordo Xenos
Gregor Eisenhorn es o era un Inquisidor del Dios-Emperador de la Humanidad, formando parte del Ordo Xenos. Al principio, como devoto miembro de la Inquisición de su alta majestad el Dios-Emperador, su filosofía estaba más próxima a la de los Puritanos, por vocación y de la facción Amalatiana, por elección. Posteriormente la ideología de Eisenhorn cambiaría durante el curso de su carrera tan acusadamente hacia el xanthismo Radical que otros miembros de la Inquisición lo consideran posiblemente hereje.
Oficialmente, Eisenhorn ha sido considerado un agente renegado al menos dos veces en su carrera inquisitorial, sólo evitando su ejecución al ser demostrada su inquebrantable devoción al Imperio en ambas ocasiones.
Toda su vida ha tenido fama de frío, de insensible. Algunos decían que no tenía corazón, que era inclemente e incluso cruel. Pero nada más lejos de la realidad. No es ajeno a las emociones ni a la compasión. Sin embargo posee algo que tal vez sus superiores consideran como su principal virtud: una singular fuerza de voluntad. A lo largo de su carrera le ha sido muy útil servirse de esta capacidad y galvanizarse, inflexiblemente, contra todo lo que esta desdichada galaxia pueda ponerle por delante. El dolor, el miedo o la pena son lujos que Gregor Eisenhorn no puede permitirse.
Es alto y ancho de hombros, fuerte y resuelto. Tiene los ojos oscuros y en su juventud su pelo era aún más oscuro y espeso.
Historia[]
"Si he aprendido una cosa en mi carrera como inquisidor devoto de los Santos Ordos, es que siempre hay algo de verdad en el corazón de una historia. No importa, lo extravagante de la idea, lo remoto del mito, ni a qué distancia tenga el origen la historia, algo de indeleble verdad siempre se encuentra al comienzo de la historia."
- —Gregor Eisenhorn. Inquisidor de la Ordo Xenos
Juventud[]
Nacido en el año 198.M41, en el mundo de DeKere, Gregor Eisenhorn empezó su carrera como novicio, siendo apenas un interrogador. En esos años se maravillaba con los extraños y asombrosos prodigios que estaba obligado a examinar en los viejos libros, en el parpadeo de las placas de datos o en los antiquísimos y casi desintegrados pergaminos.
Posteriormente se hizo pupilo del Inquisidor Hapshant siendo aún muy joven.
En el 222.M41 estudió junto al joven Titus Endor y fue elevado al rango de Inquisidor, a la edad de 24 años. Su primera persecución exitosa fue la del hereje Lemete Syre.
En subsiguientes años llegó a forjarse una carrera estable y competente.
En el 234.M41 Eisenhorn empieza a investigar las fechorías del hereje Murdin Eyclone.
En el 240.M41 Eisenhorn acabó discurriendo por la senda de una serie de acontecimientos que cambiarían el curso de su vida. Después de seis años persiguiendo al herético asesino de masas Murdin Eyclone, Eisenhorn logró finalmente pararle los pies y acabar con su amenaza. Eyclone pretendía acabar con la vida de la mayoría de la población del planeta Hubris saboteando sus cámaras de criogenización estacional. Aunque el Inquisidor lograría desbaratar sus planes, no logró impedir que murieran todos los ciudadanos que se encontraban criogenizados en el Procesional Dos-Doce, uno de los distintos centros de criodurmientes del planeta.
Esta fue una investigación notable no sólo por atraer a Godwyn Fischig y a Alizebeth Bequin como acólitos a su séquito, sino también por ponerlo en la pista tanto de Pontius Glaw como del Necroteuco.
El Necroteuco[]
Tras la investigación de Murdin Eyclone, Eisenhorn se vio enredado en una conspiración herética en el mundo de Gudrun, y de hecho, fue capturado y torturado por uno de sus miembros, Gorgone Locke. Como consecuencia de dichas torturas su rostro quedó incapaz para siempre de mostrar emociones debido a los daños en el sistema nervioso. La conspiración fue destruida por una purga Inquisitorial liderada por el Inquisidor Commodus Voke.
Eisenhorn fue capaz de recuperar un dispositivo conocido como el Pontius, un aparato que contenía encriptados los engramas cerebrales y la mente consciente de un hereje muerto hacía muchísimo tiempo, el infame Pontius Glaw; uno de los esquemas de la conspiración había implicado el arreglo de su resurrección, instalando los engramas conscientes en un nuevo cuerpo. En lugar de destruirlo o entregarlo a su Ordo, Eisenhorn mantuvo cautivo a Pontius Glaw, interrogándolo con regularidad, antes de entregar finalmente el dispositivo al Magos Bure del Adeptus Mechanicus para que lo custodiara. Esta decisión tendría un efecto profundo sobre el futuro de Eisenhorn.
El desarrollo de la investigación tuvo como consecuencia la purga del resto de los conspiradores y condujo a Eisenhorn a una de sus investigaciones más famosas: la búsqueda del Necroteuco, un tomo de conocimiento caótico de increíble poder. Eisenhorn rastreó a los supervivientes de la conspiración y los encontró en un mundo habitado por los xenos Saruthi. Los Saruthi había conseguido una copia del Necroteuco, y lo habían traducido a su propia lengua, creando dos versiones del tomo caótico y de paso un instrumento de traducción.
El tomo humano del Necroteuco, escrito en Alto Gótico, fue rápidamente encontrado y destruido por Eisenhorn. Algunos Inquisidores radicales (Schongard, Konrad Molitor, este último un agente del Inquisidor Quixos) consideraron esto un acto herético, y pidieron la condena de Eisenhorn por ello. Sin embargo, la mayoría del cónclave inquisitorial local apoyó la decisión de Eisenhorn de quemar el tomo, venciendo a los radicales. Eisenhorn evitó el castigo y contribuyó decisivamente a la planificación de una incursión sobre 56-Izar, un planeta Saruthi donde los restantes objetos relacionados del culto caótico fueron destruidos. Fue durante este ataque cuando Eisenhorn también contacto por primera vez con Cherubael, un poderoso canope daemoníco que influiría en el destino de Eisenhorn y el Imperio en momentos posteriores.
Sameter[]
El año siguiente, 241.M41, Eisenhorn investigó unos terribles asesinatos rituales en el mundo de Sameter, creyendo al principio que las muertes eran obra de algún culto del Caos. Sin embargo, pronto se reveló que los culpables eran ex-soldados de la Guardia Imperial. Estos antiguos soldados del 9ª de Infantería de Sameter habían enloquecido debido a los horrores con los que tuvieron que enfrentarse durante la guerra, y de forma ritual, habían empezado a matar a ciudadanos regulares. Ayudado por los Adeptus Arbites locales, Eisenhorn pudo eliminar a los fanáticos en el edificio abandonado donde se reunían. Durante el tiroteo, Eisenhorn perdió su mano izquierda a manos de un antiguo y experimentado tirador de primera. Se le ofreció un reemplazo biónico, pero lo rehusó, arreglándoselas con el muñón hasta que pudieran injertarle una mano cultivada, lo que sucedió dos años más tarde.
En el año 312.M41, el mejor amigo de Eisenhorn, Midas Betancore fue asesinado por el hereje Fayde Thuring durante una investigación. Thuring escapó y Eisenhorn se prometió cuidar a la hija de Midas, Medea. Años más tarde, cuando ella alcanzó la mayoría de edad, siguió el camino de su padre y se unió al séquito del Inquisidor Eisenhorn como su piloto.
Huéspedes daemonícos[]
26 años más tarde, en el año 338.M41, Eisenhorn comenzó la investigación por la que sería más conocido; la eliminación del hereje Inquisidor Quixos. La investigación se inició después del desastre de Thracian Primaris, un terrible atentado durante una celebración del Triunfo donde murieron miles de personas y donde el Interrogador de Eisenhorn, Gideon Ravenor, quedó horriblemente herido y mutilado. Dicha atrocidad pareció haber sido orquestada para liberar a varios psíquicos renegados de nivel Alfa que se exhibían en el desfile.
La investigación de Eisenhorn lo llevó, junto a su equipo, al planeta Eechan donde, haciéndose pasar por mutantes, descubrieron que en la liberación de los psíquicos renegados había participado algún miembro de la propia Inquisición. Un poco más tarde, el inquisidor Lyko fue descubierto en compañía de Cherubael. Desconcertado por la reaparición de Cherubael, Eisenhorn focalizó sus investigaciones sobre la criatura. Esto lo condujo a Cadia, donde descubrió otro huésped daemoníco muy poderoso, Prophaniti, y los lazos que los unían al Inquisidor radical Quixos.
Sin embargo, la investigación de Eisenhorn quedó estancada durante algún tiempo debido a su detención por el Inquisidor Osma, acusado de colaboración con daemons.
La Conspiración Eisenhorn[]
En el 339.M41, Osma arrestó al Eisenhorn en Cadia, acusado de un Carta Extremis mientras éste seguía la pista del Inquisidor hereje Quixos. Osma lo declaró Extremis Diabolus y le encerró dentro del Carnificina, una prisión de temible reputación. Entre los cargos en su contra se contaban la demonicidad y ser el autor de la atrocidad de Thracian Primaris. Después de tres meses siendo interrogado por el personal de Osma, llegaron órdenes al Carnificina de que el Lord Inquisidor Rorken había persuadido al Gran Maestre Orsini a extraditarle a Thracian Primaris, donde sería juzgado ante un Tribunal Magisterio de la Ordo Malleus y la Oficina de Asuntos Internos. La noche antes de que las Naves Negras llevaran a Eisenhorn a Thracian Primaris, el séquito inquisitorial de Eisenhorn lo rescató de la Carnificina, huyendo a bordo de Esenia, la nave del Comerciante Independiente Maxilar. Este individuo había sido contratado previamente por el mismo Eisenhorn en caso de posibles contratiempos.
Al fugarse de la prisión Carnificina, fue declarado culpable en rebeldía y forzado a actuar como un renegado durante el resto de la investigación. Eisenhorn se reunió con su amigo, el Magos Bure, en Cinchare donde siguió interrogando a su prisionero, Pontius Glaw. Durante este período derrotó a un culto del Caos que había surgido sobre el planeta, destruyendo el Lith, una estructura de roca cristalina sensitiva infestada de daemons. Mientras tanto, Bure reforjó a Barbarizadora, una poderosa espada de energía pentagrámica de Carthae y creó un bastón rúnico con una pieza de electrum en forma de corona de estrella en la parte superior, y una copia del cráneo de Eisenhorn marcado con el decimotercer signo del castigo en su centro. Todo esto tallado en un fragmento del Lith, algo que confería un gran poder de amplificación psíquica.
Eisenhorn formó después un pequeño grupo de ataque con otros tres Inquisidores, y de común acuerdo, detectaron a Quixos y se enfrentaron a él. Eisenhorn mató a Quixos, recuperó el libro herético, el Malus Codicium, y utilizando su bastón rúnico desterró a Cherubael del mundo material (rompiendo las ataduras que Quixos le había impuesto y liberándolo tal como había prometido éste al daemon). Probablemente también destruyó a Prophaniti. Eisenhorn fue declarado libre de todos los cargos que pesaban contra él tras la conclusión de la investigación.
En el 345.M41, Eisenhorn logró en secreto la invocación del daemon Cherubael y consiguió atraparlo para interrogarlo y estudiarlo.
Eisenhorn psíquico renegado[]
"Estuve horrorizado de ver, ahora más claro que nunca, como me había convertido en un forajido. Para la Ordo Hereticus, era tan abominable como el Cognitae."
- —Gregor Eisenhorn. Inquisidor de la Ordo Xenos
En el siguiente encuentro de Osma con Eisenhorn, éste había subido al rango de Gran Maestre. Esta vez, Godwyn Fischig, temiendo que Eisenhorn hubiera sido finalmente corrompido, lo vendió a Osma en un intento por rescatar a su amigo. Con la ayuda de Fischig, Osma y su compañero Heldane, acompañados de Tropas de Asalto, abordaron la Esenia y capturaron de nuevo a Eisenhorn.
Osma declaró que Eisenhorn controlaba al Daemon Cherubael y poseía el texto prohibido Malus Codicium, pero fue interrumpido por la llegada de Cherubael, que había sido convocado por el sabio Aemos en el cuerpo de uno de los astrópatas de Maxilar. Cherubael despachó fácilmente a los soldados de asalto y casi mató a Heldane. Un enfurecido Osma atacó a Eisenhorn con su martillo de trueno, pensando que había convocado el daemon. Antes de que Osma pudiera dar el golpe definitivo, Maxilar le disparó en la nuca con su anillo digital y lo mató.
Siendo un fugitivo de la Inquisición, entre estos hechos destacó el acudir junto a su camarada Harlon Nayl, como agente de avanzadilla, a una subasta personal organizada por Medonae el Tragón en el planeta Pallik. En dicha subasta se pujaría por una incalculable pictografía de Horus Lupercal, obra de la afamada rememoradora Euphrati Keeler, que se conservaba aún después de diez mil años y en la que aparecían anotaciones reveladoras. La verdadera intención de Eisenhorn era la de capturar a Lilean Chase, la elusiva líder de la organización herética más antigua, poderosa y más perniciosa conocida, el Cognitae.
Lo que no había pensado Eisenhorn es que en realidad todo era un cebo que había urdido la propia Ordo Hereticus, cuyas fuerzas estaban lideradas por la Inquisidora Halanor Kurtecz para darle caza a él, ya que era considerado un psíquico renegado, el gran hereje, el Extremis Diabolus, sabiendo que llevaba años detrás de la pista de esa organización y que acudirían a robar esa valiosísima obra del Imperio. Eisenhorn había sido superado por ambas partes: el Cognitae, al poder llevarse la obra y conocer los verdaderos planes de la Ordo Hereticus, y por otro lado por sus antiguos maestros, al sacarlo de su escondite y poderle engañar y dar caza. Acabó enfrentándose a un miembro del Cognitae llamado Sejan Karyl y pudo huir de los agentes del Ordo Hereticus que le perseguían en el Palacio de Medonae al invocar al daemon Cherubael para que se encargara de ellos mientras se alejaba.
Por su parte, consideraba que aún siendo un fugitivo, había hecho bien en cortar sus lazos con los Ordos y continuar su trabajo en solitario. Su poder como psíquico de alto poder había sido bloqueado antes por los escudos mentales de la Inquisición. Ahora era libre, y fue alimentado por su propia pena y frustración.
En el año 355.M41 Eisenhorn lanzó una rápida incursión en la Disformidad, adentrándose en en el planeta Gudrun.
Era el año 386.M41 Eisenhorn fue capaz de vengar la muerte de Midas Betancore, pero el coste fue enorme. La muerte del hereje Fayde Thuring le costaría las vidas de varios de sus socios, dejar a Alizebeth Bequin en coma, causar la destrucción de su cúter artillado y verse forzado a usar a Cherubael como aliado.
La venganza de Pontius Glaw[]
Poco tiempo después Eisenhorn sería víctima de un ataque planificado con sumo cuidado orquestado por Pontius Glaw, quien había escapado de su cautiverio y había decidido castigar y atormentar a sus captores. Casi cada faceta de la vida de Eisenhorn fue siendo poco a poco destruida, incluyendo su carrera, ya que otra vez fue declarado un paria por los Inquisidores Leonid Osma y Heldane.
Su organización fue casi destruida, su propio cuerpo roto y la mayor parte de su séquito inquisitorial muerto.
Eisenhorn se resistiría a desfallecer y pidió la ayuda de, el que una vez fue su pupilo, Gideon Ravenor, quien ahora era un Inquisidor de plenos poderes. Con la ayuda de Ravenor, Eisenhorn fue capaz de rastrear a Pontius Glaw y eliminarlo para siempre. Sin embargo, el asunto de Pontius hizo que se agotasen aún más los mermados recursos físicos de Eisenhorn. Finalmente este desgaste llegó a acabar con su resistencia al emplear métodos más radicales, como el hecho de viajar con el Daemon Cherubael como su compañero constante.
Parece que después del asunto de Pontius Glaw, Eisenhorn volvería a ser readmitido en la Inquisición.
Últimas apariciones[]
Eisenhorn había estado lisiado durante décadas. Sus pies, piernas y parte posterior inferior habían sido envainadas en un pesado andamio de soportes ortopédicos para permitirle moverse. Eisenhorn ha reaparecido durante sólo breves momentos en los años posteriores, reclutando a nuevos acólitos o consultando a socios pasados. Entre estos hechos, indicar la advertencia de Gideon Ravenor sobre las intenciones del culto conocido como la Divina Fraternidad. Los miembros de este culto hablan de Eisenhorn y se sugiere que pudiera haber muerto luchando contra los seguidores de este culto herético, en el interior de un edificio que éstos hicieron explotar. Eisenhorn ha sido dado por desaparecido.
La verdad sobre todo esto aún habrá de saberse.
Capacidades Psíquicas[]
"El peligro de la verdad es arbitrario. Es lo que la gente hace con ella lo que importa. Si uno, dijéramos que se enfrenta a la verdad Imperial, podría utilizar una imagen y un manuscrito de una fuente tan excepcional y augusta como la base para un nuevo credo."
- —Gregor Eisenhorn. Inquisidor de la Ordo Xenos
Como psíquico Eisenhorn tiene una fuerza de voluntad natural increíble y una gran resolución, que combinado con sus grandes poderes psíquicos, lo hacían un telépata muy potente. Normalmente canaliza su talento psíquico a través de la voz, obligando a la gente a seguir sus instrucciones. Puede enfocar este talento sobre individuos distintos en medio de una muchedumbre o sobre muchas personas a la vez. También podía detectar estremecimientos cuando otros hablaban, detectando con sus poderes psíquicos por ejemplo, miedo o turbación y pudiendo llegar a entrar en la mente de la persona y leer sus pensamientos.
Eisenhorn consideraba que había ocasiones en las que se debía usar los poderes de la mente o de la voz para atraer a la presa y otras ocasiones en las que se debía usarlos como una pistola primitiva y disparar a quemarropa.
Atributos físicos[]
Implante augmético[]
El atributo físico más obvio de Inquisidor Eisenhorn es su crudo implante augméntico. Durante décadas Eisenhorn había estado paralítico. Sus pies, piernas y parte posterior inferior habían sido envainadas en un pesado andamio de soportes ortopédicos para permitirle moverse. Este implante consiste en un sistema de asistencia motriz, que se proyecta desde la espalda y la parte posterior de su cabeza hasta los miembros inferiores. Este implante fue creado de forma apresurada cerca del final del asunto Pontius Glaw. El implante le permite un índice de movimiento razonable, aunque Eisenhorn se ha aficionado a utilizar un bastón estoque que le ayuda a mantener el equilibrio.
Tratamiento imperial Juvenat[]
Con varios siglos de edad a sus espaldas, Eisenhorn aparenta ser un hombre de aproximadamente mediana edad ante un observador ocasional; su proceso de envejecimiento ha sido retardado por los tratamientos Inquisitoriales juvenat.
Otros atributos físicos[]
La tortura infligida por Gorgone Locke le causó la destrucción permanente de muchos de los nervios de su cara. Por consiguiente, tiene limitadas las expresiones y movimiento facial y ya no es capaz de reír.
Siempre bien afeitado y de cabellos morenos, Eisenhorn se vio forzado a afeitarse toda la cabeza de forma permanente cuando le implantaron su sistema augmético.
Armamento y equipo[]
- Espada de energía antigua: En los primeros años de su carrera, Eisenhorn portaba una antigua y elegante espada de energía que en vez de tener una hoja metálica convencional, como foco de su campo de energía, la hoja estaba hecha de energía pura. Esta antigua arma, de valor incalculable, poseía una grácil hoja mortífera que había sido bendita por el propio Gran Preboste de Inx. La espada emitía un zumbido al activarse.
- Pistola naval modelo Scipio: En contraste con el arma de energía, su arma estándar durante la mayor parte de su carrera era una pistola naval modelo Scipio. Este arma secundaria la guardaba en una funda de cuero que sujetaba bajo su brazo izquierdo. Estaba acabada en cromado mate con empuñadura de marfil incrustada y su peso en la mano le resultaba tranquilizador. Cargaba diez proyectiles, capaces de parar a un hombre sin fallar, en un cargador de muelle en la ranura existente dentro de la empuñadura. Tenía otros cuatro cargadores llenos en el bolsillo de la cadera. Eisenhorn no recordaba de dónde había sacado la Scipio, pero llevaba varios años con él. Una noche, Lores Vibben le había quitado las placas de ceramita de la empuñadura ya muy gastadas y adornadas con el Áquila Imperial y el escudo de la Armada, y las había reemplazado por unas piezas de marfil que había tallado con sus propias manos. Vibben le dijo que era una costumbre de Tornish cuando se la entregó al día siguiente. Las nuevas cachas llevaban tallada a cada lado de forma rudimentaria una calavera humana con una rosa llena de espinas que salía de una de las cuencas vacías, dejando caer unas cómicas gotas de sangre. Ella había incrustado unas piedras preciosas rojas para que se viera bien su naturaleza. Debajo de la calavera aparecía el nombre de Gregor Eisenhorn grabado en un tosco pergamino. Este hecho le había hecho reír. A veces incluso le había avergonzado sacar aquella arma barriobajera en combate. Más tarde comprendió que había sido un honor para él que le dedicara aquel trabajo. Cuando Vibben murió a manos de los agentes de Murdin Eyclone, Eisenhorn se hizo la promesa de que mataría a Eyclone con esa arma. Cuando acabó lográndolo, con gran aflicción el arma fue enterrada con ella.
- Pistola bólter personalizada: La siguiente arma de fuego de Eisenhorn sería una pistola bólter muy personalizada recibida como regalo de un Bibliotecario de los Vigías de la Muerte. Construida de acero de un tono verde apagado, era de dimensiones compactas y tenia un rasgo insólito: no tenía cargador exterior, sino una culata hueca. Este arma se perdió durante la investigación contra el Inquisidor renegado Quixos y nunca fue substituida por otra pistola, en particular, que considerara su favorita.
Su espada de energía antigua fue destruida luchando contra Cherubael, así que Eisenhorn y el Magos Bure trabajaron juntos y crearon dos armas poderosas para su nuevo arsenal personal;
- Bastón rúnico: Este bastón rúnico dispone de una pieza de pieza de electrum en forma de corona de estrella en la parte superior, y en su centro una copia del cráneo de Eisenhorn marcado con el decimotercer signo del castigo, tallado en un fragmento del Lith, lo que confiere un gran poder de amplificación psíquica, y una espada de energía basada en Barbarizadora, la espada que una vez llevada por Arianhrod Esw Sweydyr, una de sus difunta acólitas.
- Barbarizadora: Era una espada de Carthae muy antigua. Su hoja había sido forjada y doblada más de 900 veces y mejorada con potentes runas pentagrámicas. Al principio era un arma larga, de empuñadura larga, para usarse a dos manos y parecida a un sable. Barbarizadora fue recuperada y reforjada después de que fuera rota en pedazos en la batalla contra el Inquisidor Quixos. Es llevada a la espalda cuando no se emplea.
- Cúter artillado: Su arma más poderosa era su nave personal, un Cúter artillado. Una nave espacial personal con capacidad de vuelo atmosférico, pero no de viaje disforme independiente. Con luces parpadeantes de señalización. Bastante grande como para contener cabinas, camarotes y equipo para media docena de personas así como una cubierta de carga nada desdeñable. Era una nave rápida, ágil y bien armada con varias torretas de cañones automáticos. Cuando descendía sus propulsores de descenso rugían. Esta nave pesaba cuatrocientas cincuenta toneladas de alineación blindada, ochenta metros desde la aguzada proa hasta la austera popa, el tren de aterrizaje se extendía como las patas de una araña, con una estela rojo-azulada que emergía de sus chorros de propulsión. Destacaban sus potentes luces del morro. La nave poseía ametralladoras emplazadas en los extremos de sus robustas alas, que barrían los flancos con un fuego aniquilador. Dos servidores independientes multitarea esperaban órdenes en la sala de tripulación. En total, la nave contaba con cinco de ellos. Dos eran unidades de combate sin miembros, esclavizadas directamente a las troneras, y el otro era Uclid (vease abajo el apartado Séquito Inquisitorial). La nave poseía en el morro unos antirreflectores para evitar que el piloto fuese deslumbrado. El cúter tenía amplitud suficiente como para que Eisenhorn y su séquito se sintieran cómodos en él. A menudo pasaban semanas, o incluso meses a bordo. Lowink, el astrópata, estaba alojado en un pequeño camarote situado debajo de la cabina de mando. Su diminuto espacio estaba lleno de miles de cables enredados. El recinto olía a sudor e incienso. La habitación de Aemos estaba atestada, llena de placas de datos, en la que preparaba los informes para Eisenhorn.
- Glossia: Eisenhorn y su séquito inquisitorial también se valían de este lenguaje cifrado informal que solo conocían él y sus allegados más directos. Glossia, cuyos principios básicos había desarrollado en 230.M41 (con 32 años), era razonablemente compleja y había evolucionado, orgánicamente, con el uso, durante los años, y varios de sus acólitos contribuyeron a darle forma y ampliarla.
Para leer sus placas de datos, Eisenhorn necesitaba de sus gafas de lectura.
- Traje: Normalmente suele llevar traje no muy ostentoso de color gris oscuro o negro con abrigos de cuello alto, largos, de color azul o negro. Los abrigos llevan pesadas capuchas. Debajo del abrigo solía llevar su espada, envainada en su cadera. Solía vestirse de negro con botas de caña alta y una chaqueta formal de piel marrón con escamas. Ahora va equipado con un estoque, envainado en un bastón de paseo. También bajo su abrigo lleva un arma de fuego, generalmente bajo su hombro izquierdo.
- Calzado: Sus botas son de suela de hierro, con las que al golpear con una patada puede destrozar los huesos de sus oponentes.
- Roseta inquisitorial: Su sello inquisitorial normalmente esta guardado en un bolsillo interior. Mientras Eisenhorn por lo normal minimiza su estatus Inquisitorial, de vez en cuando decide, con orgullo, mostrar la majestad de su oficio, llevándola al cuello. En tales circunstancias se viste de forma más ostentosa y con colores vivos, si bien todavía usa el mismo modelo básico de traje y de abrigo. Su sello inquisitorial entonces es fijado en la pechera de la chaqueta, junto a otros símbolos y distinciones que, en ese momento, decida llevar.
- Insignia de oro en forma de sol: Llevada durante los acontecimientos en Hubris. Era pesada y antigua, montada sobre una almohadilla de cuero negro. Esta insignia le daba la autoridad de un Alto Custodio en el planeta.
Séquito Inquisitorial[]
El inquisidor Eisenhorn creó una organización considerable durante la primera parte de su carrera, comenzando con un puñado de manos de alquiler y más tarde empleando a docenas de acólitos, incluyendo la Rueca, un grupo de nulidades psíquicas. Esta organización fue destruida casi por completo por las maquinaciones de Pontius Glaw, quien también aseguró las muertes de la mayor parte del séquito de Eisenhorn. Al final del caso Pontius, los seguidores que sobrevivieron formaron parte del séquito de Inquisidor Ravenor. Eisenhorn en gran parte evitó adquirir nuevos acólitos y uso a Cherubael durante algún tiempo, pero mas tarde comenzó a montar un pequeño séquito a su alrededor una vez más. Sus acólitos más notables y demás socios son catalogados más abajo.
Miembros[]
- Alizebeth Bequin (nulidad psíquica)
- Medea Betancore (Piloto)
- Midas Betancore (Piloto)
- Lucius 'Slick' Devlan (pistolero)
- Severina y Sevora Devout (Asesinas del Culto a la Muerte)
- Nathun Inshabel (Interrogador)
- Tobias Maxilla (Capitán Mercante)
- Quovandius (Guerrero mutante).
- Gideon Ravenor (Interrogador y más tarde Inquisidor)
- Arianhrod Esw Sweydyr (Espadachina)
- Kara Swole (Guerrera)
- Lores Vibben (Guardaespaldas).
- Eamanda. Una de sus primeras compañeras, brillante, hermosa, atrevida. Había descubierto detalles íntimos de Murdin Eyclone para informar a Eisenhorn pero acabó en un manicomio. El último informe que recibió Eisenhorn decía que se había comido sus propios dedos.
Servidores[]
- Uclid (Servidor). Servidor principal de su nave cúter artillado, un modelo altamente especializado que jamás abandonaba sus funciones en la sala de máquinas.
- Lowink (Astrópata) Permanecía en su cámara, conectado a los sistemas de voz e imagen, esperando una orden. No llevaba mucho tiempo con Eisenhorn: su anterior astrópata había muerto tratando de traducir un mensaje de Disformidad. Lowink era un hombre joven, con una barriga prominente y nada saludable que colgaba de una estructura ósea muy menuda. Su cuerpo empezaba ya a deteriorarse por las exigencias de la vida de un psíquico. En su cabeza rapada se veían conexiones implantadas y grasientas que también recorrían sus antebrazos como pequeñas espinas. De algunas de estas conexiones salían cables, marcado cada uno de ellas con etiquetas de pergamino, que terminaban en la caja central de comunicaciones que había encima de su cuna. Su diminuto camarote estaba lleno de miles de cables enredados, pero instintivamente sabía para qué servía cada uno y podía conectarlos con rapidez. Su boca era apenas una ranura rosada y tenía un ojo vago, semicerrado, que le daba un aire de superioridad que casi hacía olvidar su natural timidez.
- Modo y Nilquit (Servidores independientes) Se hacían cargo de las tareas de mantenimiento de la nave. Se les podía oir moviéndose, alrededor de la nave, mientras los mecanismos chirriaban, intercambiando código máquina entre ellos o con Uclid situado en la cabina de mandos.
Miniaturas[]
Galería[]
Fuentes[]
- Inquisitor Annual 2004.
- Inquisidor (Libro de reglas).
- La Inquisición (Libro de Trasfondo)., pg.32.
- Eisenhorn (Ómnibus), por Dan Abnett.
- El Magos, por Dan Abnett, cap.20-25.
- Paria, por Dan Abnett, cap.37-40.
- Penitente, por Dan Abnett,
- Nacido para nosotros (Born Unto Us), por Dan Abnett. Una historia de Eisenhorn. 2012.
- The Keeler Image, por Dan Abnett. Una historia de Eisenhorn. 2016
- Eisenhorn: Xenos. Videojuego, por Pixel Hero Games. 2016
- The Strange Demise of Titus Endor (Short Story)