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Eclesiarquia Frateris Militia

Zelote de la Fratría Militante

"Los hombres unidos en el propósito del Emperador son bendecidos ante su visión y vivirán para siempre en su memoria."

Eclesiarca Deacis

Además de a las Hermanas de Batalla, el Ministorum puede recurrir a las masas de los fieles para que libren sus guerras y golpeen a sus enemigos. Aunque el Decreto Pasivo prohíbe mantener "hombres en armas", los ejércitos de la Eclesiarquía a menudo incluyen bandas enteras de fanáticos Zelotes que se suman a la causa del Emperador, conocidas oficialmente como Fratrías Militantes (Frateris Militia en inglés).

Descripción[]

Tras la Era de la Apostasía y la muerte del enloquecido Alto Señor del Administratum, Goge Vandire, a la Eclesiarquía se le prohibió por el Decreto Pasivo reclutar y mantener ejércitos permanentes de soldados profesionales u "hombres en armas". El Adepta Sororitas quedó excluido de esta prohibición por su sexo, y sus Órdenes Militantes han servido como el brazo armado de la Eclesiarquía desde entonces. Pero aunque hay prohibiciones sobre el reclutamiento de tales ejércitos, hay un entendimiento tácito de que, en épocas de crisis, los fieles pueden alzarse y luchar junto a las fuerzas de la Eclesiarquía en defensa decidida de aquellos que sostienen el Credo Imperial. También ha habido ocasiones en las que se sabe que un Cazador de Brujas ha alistado a estos maníacos devotos del Imperio en sus fuerzas para que sirvieran a sus propios motivos y designios clandestinos.

Redencionista

Fanático Redencionista con eviscerador.

Estas Fratrías Militantes de Zelotes pueden crearse de diferentes formas y por una duración de tiempo variable. Un Predicador que descubra un culto herético puede soliviantar a sus fieles para que ataquen al enemigo y lo destruyan. Los Confesores muchas veces son escoltados por grandes grupos de Fratrías fanáticas, Zelotes enloquecidos y píos mendicantes, que cumplen sus órdenes sin hacer preguntas y que preferirían morir antes que fallarle a su líder. Los Misioneros a menudo tienen un séquito de conversos que les acompaña, contribuyendo a propagar la palabra del Culto Imperial. En situaciones desesperadas, los Diáconos, Deanes, ordenanzas y otros funcionarios cuyas obligaciones son más físicas que espirituales pueden ser armados en las cámaras secretas de los Templos Imperiales. Cuando los Templos se ven amenazados, estos creyentes pueden ser la única defensa frente a un culto enemigo o un invasor alienígena. Tales cultos pueden ser herramientas útiles para el Ministorum o un Inquisidor, pero deben ser usados con cuidado de que no pierdan el control. De hecho, muchos Inquisidores (especialmente de mentalidad Puritana) creen que los problemas que causan estos fanáticos son peores que el valor de cualquier beneficio que aporten. Tal es su fervor que a menudo los Zelotes destruyen absolutamente en su frenesí a aquellos que sería mejor capturar e interrogar.

El potencial militar de la Fratría Militante ha sido debatido larga y acaloradamente en el Imperio. Aunque son tropas inexpertas, y a veces representan un peligro tanto para el enemigo como para ellos mismos, cuando están al mando de un líder carismático las Fratrías Militantes pueden llevar a cabo actos de un valor y coraje que harían palidecer de miedo a los veteranos Guardias Imperiales. Cuando se declara una Guerra de Fe, millares de Fratrías Militantes se unen a las filas de las Hermanas de Batalla y de la Guardia Imperial, ansiosas por demostrar su fidelidad al Emperador. Animados hasta alcanzar espumarajeantes ataques de éxtasis religioso por los feroces sacerdotes de la Eclesiarquía, los habitantes de ciudades enteras pueden ser levantados en armas para luchar contra los que han sido declarados herejes o Excommunicate Traitoris.

Armados con cualquier arma que tienen a mano, estos fanáticos Zelotes marchan junto a las Hermanas de Batalla con la luz de la adoración brillando en cada una de sus caras. Cuando se aproxima la batalla, los Predicadores y Confesores pasan entre los rabiosos seguidores que han reunido, repartiendo armas más avanzadas entre aquellos cuyo deseo por luchar y morir por la gloria del Emperador parece especialmente fuerte.

No obstante, estas tropas sin experiencia no siempre son deseables, y en el pasado (en especial durante la Era de la Apostasía) combatieron tanto entre ellas como con el enemigo. La fuerza de su fe es loable, pero las grandes masas son difíciles de controlar y muchos inocentes mueren cuando las Fratrías Militantes atacan una ciudad o reprimen un culto herético. Arrojados a lo más duro de la lucha, los Zelotes combaten con furia fanática, sin preocuparse por el peligro o la amenaza hacia sus vidas. De hecho, cuanto más letal es la contienda, con más fuerza luchan. Frecuentemente, al final de la batalla habrá pocos o ningún superviviente cuando se despeje el humo y se tome nota de las bajas, pero ese es el precio de la devoción al Emperador, y siempre hay más Zelotes donde estos fueron reclutados. Por otra parte, si los ejércitos oficiales de la Guerra de Fe son derrotados y dispersados, la milicia pierde su objetivo y rápidamente se dispersa formando hordas de saqueadores, dedicándose al pillaje y degollando indiscriminadamente a los habitantes del planeta. La Fratría Clerical es reticente a convocar a una Fratría Militante, y solo lo hacen en caso de gran necesidad.

Video trasfondo[]


Armamento[]

Las bandas de Zelotes, o Fratrías Militantes, se componen de entre 10 y 20 hombres, en ocasiones acompañados por un Sacerdote, que nunca pueden desplegarse a bordo de un transporte. Pocos de los convocados a luchar por el Ministorum van equipados con armas adecuadas, y a menudo traen las suyas propias al servicio de la Eclesiarquía. Estas (que incluyen desde espadas, escudos, arcos, mosquetes, ballestas y flagelos, a pistolas láser, pistolas primitivas, rifles automáticos, rifles láser y pistolas automáticas) son generalmente de escasa calidad y suelen llevar munición no adecuada. Es más, cada Zelote lleva una mezcla ecléctica de armas "favoritas", lo que hace irrelevante cualquier entrenamiento de combate.

No obstante, en ocasiones la Eclesiarquía proporciona a toda la banda exterminadores, y hasta dos de los miembros de cada banda pueden equiparse con un rifle de plasma, lanzallamas, rifle de fusión, ametralladora pesada o lanzagranadas. Un quinto de los Zelotes pueden ser Fanáticos, y blandir evisceradores, y otro de los miembros puede ser un Demagogo, que tiene acceso a armas y equipo de gran calidad.

Miniaturas[]

Fuentes[]

  • Codex: Hermanas de Batalla (2ª Edición).
  • White Dwarf nº 304 (Edición inglesa).
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