El Sargento Guillermito, mascota de los Marines Espaciales, tiene el honor de patrocinar este espacio por orden del Capellán Cassius de los Ultramarines. ¡Pulsa sobre él y te acompañará a una Cruzada épica! ¡Lee más! ¡Sin piedad, sin remordimientos, sin miedo! |
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"La muerte no es sino una puerta..."
- —Credo Mortifex
Los Fantasmas Estelares (Star Phantoms en inglés) son un Capítulo de Marines Espaciales creados durante la 23ª Fundación de principios del M38 a partir de una semilla genética desconocida. Participaron en los últimos días de la Guerra de Badab y en el asalto final al mundo natal de los Garras Astrales, Badab Primaris, ayudando a lograr el exitoso final del conflicto.
Creados durante la llamada "Fundación Centinela", los Fantasmas Estelares fueron uno de varios Capítulos cuya misión era tomar y defender varias regiones controladas por xenos en las mismas fronteras de los dominios del Emperador. Muchas de las primeras campañas del Capítulo fueron libradas contra monstruosidades xenos ahora extintas, y los Fantasmas Estelares operaron a menudo en solitario y lejos del apoyo de otras instituciones imperiales. Esta situación suele citarse como la principal razón por la apariencia un tanto aislacionista del Capítulo, aunque otros han propuesto la idea de que la causa tiene sus raíces en su herencia genética.
Algunos eruditos imperiales sospechan que los Fantasmas Estelares fueron creados a partir de la semilla de los Ángeles Oscuros, algo que de ser verdad sería inusual, no solo porque los Astartes del Capítulo no sufren ningún tipo de mutación, sino porque el material genético de los Ángeles Oscuros es empleado raramente por el Adeptus Mechanicus en las nuevas Fundaciones. Los propios Ángeles Oscuros niegan el parentesco, mientras que los Fantasmas Estelares consideran esas investigaciones impertinentes.
Los Fantasmas Estelares poseen un Culto Capitular peculiarmente idiosincrásico. Los ritos y tradiciones del Capítulo se centran en la muerte y el martirio, los caídos son reverenciados y puestos por encima de los vivos, y emplean símbolos de muerte y luto en su iconografía: el propio blasón del Capítulo muestra un reloj de arena con dos calaveras superpuestas. Este rasgo se extiende a una indiferencia generalizada hacia los vivos que a menudo se ha manifestado en daños colaterales excesivos entre las poblaciones cuyos elementos insurrectos debían purgar, e incluso entre unidades aliadas. En combate, los Fantasmas Estelares emplean una potencia de fuego aplastante para aplastar por completo a su enemigo. A diferencia de muchos otros Capítulos, no defienden ningún método concreto de guerra como favorito o más honorable. Hacen un amplio uso de Cápsulas de Desembarco, apoyados por un número mayor del habitual de artillería desembarcada mediante Cápsulas, como la Tormenta de Muerte, y sus armas personales favoritas siempre son aquellas capaces de desplegar la potencia de disparo más impresionante y destructiva posible.
Por naturaleza, los Hermanos de Batalla de los Fantasmas Estelares suelen ser solemnes e invariablemente rechazan el contacto con los ajenos a su Capítulo. Su Culto Capitular les enseña que la vida es transitoria y que solo la forma de morir de un guerrero posee algún significado. Aunque sean algo fríos, los Fantasmas Estelares no sienten ninguna obsesión por la muerte, siempre y cuando sepan que sus camaradas guardarán luto por ellos según sus creencias.
Historia
El Capítulo de los Fantasmas Estelares posee una historia oscura y en ocasiones atribulada. Sus victorias, aunque numerosas, han permanecido en su mayoría olvidadas para las crónicas. Durante gran parte de su pasado han operado por su cuenta al borde del Imperio, lo que ha generado en ellos un rasgo aislacionista que les ha hecho aceptar en pocas ocasiones órdenes externas. Estos cambios del destino han llevado a los Fantasmas Estelares a chocar con las autoridades imperiales y con otros Astartes en numerosas ocasiones, y se han ganado una sombría reputación entre los Comandantes Imperiales.
Los orígenes de los Fantasmas Estelares se encuentran en la 23ª Fundación de principios del M38, conocida en algunas fuentes como la Fundación Centinela ya que fue realizada para reforzar las defensas del Imperio en numerosas áreas funestas y vulnerables de la Galaxia. Sus orígenes exactos y su Capítulo progenitor permanecieron en el misterio incluso durante su creación, como los de muchos Capítulos de esta Fundación.
La Muerte de Haakoneth
En el 101.M40, las fuerzas del Capítulo fueron llamadas de vuelta para defender su amenazado mundo natal de Haakoneth de un ataque sostenido por parte de los Orkos de los belicosos Klanez Korzarioz del Borde del Vacío. Krujenavez y Piedroz invadían el sistema Haakonath en las oleadas más grandes jamás vistas por los defensores. El ataque pielverde era inusualmente frenético, movido tanto por el brutal salvajismo de los Orkos como por una desesperación cuya causa pronto se habría de descubrir. Los atacantes Orkos que se lanzaron de cabeza hacia el propio Haakoneth sufrieron bajas de inmediato, primero al estrellarse con las defensas solapadas de los campos de minas del sistema y después al recibir la potencia de fuego combinada de la flota capitular y de las formidables baterías de defensa del planeta. Las naves Orkas fueron derribadas a cientos, y cúmulos enteros de Piedroz fueron abordados y destruidos sin que llegaran a aterrizar en una lucha constante que duró sesenta días estándar y llenó el sistema estelar de escombros, en una tormenta de munición que amenazó con agotar las considerables reservas del planeta. Cuando las fuerzas Orkas por fin quedaron rotas y dispersas, los sombríos Fantasmas Estelares por fin sintieron que habían ganado, pero entonces se reveló la verdadera naturaleza de la amenaza que se les venía encima. Una enorme fisura disforme-temporal se abalanzó como un maremoto hacia el sistema desde el vacío exterior, y en su vanguardia venía el horror de una enorme migración Hrud atrapada en el horizonte de sucesos de la brecha.
Era este desgarrón en el tiempo de lo que huían los Orkos, y ahora había engullido el sistema Haakoneth, provocando que su sol brillase de forma ominosa. La fisura dejó Haakoneth prácticamente aislado del resto de la galaxia debido al vórtice de turbulencias espaciales que la rodeaba, y de haber sido posible solicitar refuerzos, estos ya no podrían llegar. De inmediato, los Fantasmas Estelares se dispusieron a defender valientemente su mundo frente a la tormenta, pero pronto se hizo evidente que su causa estaba perdida, a medida que la misma realidad cedía a su alrededor. La flota capitular fue diezmada y dispersada por la tormenta espacial, mientras que en la fortaleza monasterio el enemigo acechaba en la oscuridad y ni escudos ni muros conseguían detenerlo. Por cada cosa-Hrud que tomaba forma en las sombras y era derribada por los Fantasmas Estelares, otra docena de siluetas deformes tomaban su lugar, distorsionando el tiempo y el espacio con su presencia, y el mismo suelo de Haakoneth se fracturaba y se sacudía con terremotos y temblores al paso de las criaturas. Uno por uno, los antiguos mausoleos y cenotafios de Haakoneth empezaron a desmoronarse y derrumbarse, erosionados por el peso de los eones, y los condenados Fantasmas Estelares eran engullidos por crueles ángulos de distorsión. Las pérdidas del Capítulo fueron graves, y nadie podía dudar de que sólo el olvido aguardaba a los supervivientes si se quedaban. En lugar de rendirse a una destrucción segura a manos de un enemigo al que no podían combatir, el Señor del Capítulo Omadon Tiresias ordenó a sus restantes Hermanos de Batalla que reuniesen tantas reliquias como pudieran y huyesen, una decisión que aún se dice que no todos obedecieron, prefiriendo quedarse y perecer con su mundo. La última Barcaza de Batalla del Capítulo, la Memento Mori, en la que iba el cuerpo de Tecnomarines del Capítulo, dirigió a los maltratados restos de su antaño orgullosa flota en su huida del vórtice que azotaba al sistema. Muchas de las naves fueron destruidas en la desesperada fuga, mientras Haakoneth, atrapado en el ojo de la tormenta, se hacía pedazos tras ellos, y el propio Tiresias quedó ciego cuando un remolino temporal perdido atravesó la cubierta de mando de la Memento Mori.
Poco más de un tercio de las fuerzas del Capítulo sobrevivieron a la destrucción de su sistema natal, y como consecuencia de la pérdida de Haakoneth, los Fantasmas Estelares pasaron muchos años reconstruyendo sus fuerzas, además de seguir basados en su flota hasta la Guerra de Badab. No obstante, la batalla les confirió el dudoso honor de ser uno de los pocos Capítulos de la historia del Imperio que se han enfrentado a toda una migración Hrud en solitario y han sobrevivido.
Los Fantasmas Estelares se dedicaron desde entonces a reconstruir lentamente su fuerza y a participar en numerosos conflictos e intervenciones por todo el Segmentum Obscurus. El Capítulo se ganó rápidamente una reputación de inmisericordia, uso indiscriminado de su potencia de fuego y provocación de daños colaterales. Esta fama se vio confirmada cuando el Capítulo participó en la Cruzada Machariana (392-399.M41). Fue tras esta famosa Cruzada cuando los Fantasmas Estelares pasaron su hora más oscura, durante la Guerra de Badab. Aunque el Capítulo sufrió terribles pérdidas en el último enfrentamiento apocalíptico de ese conflicto en el 912.M41, el éxito de los Fantasmas Estelares fue honrado con la concesión del señorío sobre los arruinados mundos del sector Badab por parte del Inquisidor-Legado Jarndyce Frain, y el Capítulo eligió la luna helada de Jahga en el sistema Archean como emplazamiento de su nueva fortaleza monasterio.
Acciones notables
- Masacre de Kormarg (718.M39) - En la década de 710.M39, el Mundo Fortaleza de Kormarg II en el borde del Sector Sakkara llevaba bajo asedio durante más de dos siglos por incursores Khrave. Kormarg había aguantado contra toda probabilidad y no había caído, pero el mundo había sido arrasado en el proceso. Tomando sobre sí la labor de responder a la largo tiempo desoída llamada de auxilio, la flota capitular de los Fantasmas Estelares atacó en todo su conjunto, rodeando rápidamente las redes de nidos Khrave en órbita y aplastándolas con fuego concentrado de sus cañones. Una vez que dispersaron los restos de naves-trampa, los Fantasmas Estelares lanzaron un ataque con todas sus Cápsulas de Desembarco sobre los devoradores Khrave en la superficie, aplastándoles entre el yunque de la extensa red de bastiones de Kormarg y el martillo del asalto de Cápsulas de Desembarco del Capítulo, aniquilando rápidamente a los despreciables xenos. Cuando los defensores abrieron sus puertas a los defensores, no obstante, se hizo evidente que, en sus años de lucha contra los alienígenas, la guarnición humana se había corrompido genética y espiritualmente. El Señor de los Fantasmas Estelares fue raudo en su juicio. Con sus defensas todavía abiertas a los Marines Espaciales, los bastiones que habían resistido siglos ante los xenos se anegaron con sangre cuando los Fantasmas Estelares purgaron Kormarg II de su corrupta gente. Tras la masacre, los Fantasmas Estelares utilizaron los enormes cráteres que había dejado la prolongada guerra planetaria como gigantescos fosos para piras para la población liquidada y los servidores de la Capellanía del Capítulo entonaron solemnes himnos para honrar su martirio cuando los Fantasmas Estelares encomendaron sus cuerpos a las llamas. Poco después de las acciones de los Fantasmas Estelares, Kormarg II fue repoblado como colonia penal del Departamento Munitorum.
- Muerte de Haakoneth (101.M40) - En 101.M40, las fuerzas del Capítulo fueron llamadas para defender su mundo natal de Haakoneth, que se encontraba en peligro ante el prolongado ataque Orko de los belicosos es Korzarios del Borde del Vacío. Las destartaladas naves Orkas y los piedroz invadieron el Sistema Haakoneth en oleadas de asalto más grandes que cualquier otra que hubieran visto antes los defensores. El ataque pielverde fue inusualmente salvaje, llevado por el brutal salvajismo de los Orkos y por una desesperación cuya causa pronto se haría evidente. Los atacantes orkos que se dirigieron a toda velocidad directamente hacia Haakoneth sufrieron bajas inmediatamente, chocando directamente con las defensas interconectadas de los campos de minas del Sistema antes de toparse de bruces con el poder combinado de la flota capitular de los Fantasmas Estelares y las formidables baterías de defensa de su mundo natal. Las naves Orkas fueron derribadas a centenares, y se abordó y destruyó a racimos enteros de piedroz que nunca llegaron a aterrizar en una frenética batalla que se prolongó durante sesenta días estándar, saturando el Sistema Estelar con chatarra y restos en una tormenta de bombardeo que amenazó con agotar las considerables reservas del planeta. Sólo entonces se quebró y dispersó a las fuerzas Orkas, y los Fantasmas Estelares sintieron la victoria; pero fue entonces también cuando se materializó la verdadera naturaleza de la amenaza que se cernía sobre ellos. Se abrió una enorme Fisura Disforme como una marea mortal y en su vanguardia apareció una masiva migración Hrud atrapada en el horizonte de sucesos de la brecha. De esta brecha temporal huían los Orkos, y ahora englobaba al Sistema Haakoneth, provocando que su sol brillara torvamente. La brecha aisló Haakoneth del resto de la galaxia con su vórtice de turbulencia espacial y la ayuda, incluso aunque hubiera estado disponible, estaba definitivamente fuera de alcance. Los Fantasmas Estelares inmediatamente montaron una valiente defensa de su mundo frente a la tormenta que se acercaba, pero pronto fue evidente que su causa estaba perdida cuando la propia realidad empezó a combarse sobre ellos. La flota del Capítulo fue diezmada y desperdigada por la tormenta espacial, mientras que en la Fortaleza-Monasterio, el enemigo caminaba en la oscuridad y ningún escudo o pared podía contenerlo. Por cada cosa-Hrud que se perfilaba en las sombras y era aniquilada por los Fantasmas Estelares, una docena de siluetas deformes ocupaba su lugar, distorsionando tiempo y espacio con su presencia, y la mismísima tierra de Haakoneth se quebró e irritó con terremotos y temblores al paso de las criaturas. Uno a uno, los antiguos mausoleos y cenotafios de Haakoneth empezaron a derrumbarse y colapsarse cuando el peso de los años hizo mella en ellos y los Marines Espaciales de los Fantasmas Estelares, condenados, fueron engullidos por crueles ángulos de distorsión. Las pérdidas del Capítulo fueron enormes, y nadie podía dudar que sólo el olvido aguardaba a los supervivientes, si acaso los había. En lugar de afrontar la cierta destrucción a manos de un enemigo al que no podían hacer frente, el Señor del Capítulo de los Fantasmas Estelares, Omadon Tiresias, ordenó a los hermanos que quedaban que rescataran cuantas reliquias pudieran y escaparan; una decisión que se rumorea no todos sus hermanos acataron, prefiriendo aguantar y perecer con su mundo. La última Barcaza de Batalla del Capítulo, la Memento Mori, que albergaba al cuerpo de Tecnomarines del Capítulo, dirigió a los maltrechos restos de la antaño orgullosa flota en su huida del vórtice abandonando el Sistema. Muchas de las naves de los Fantasmas Estelares fueron destruidas en la huida desesperada mientras Haakoneth, atrapada en el ojo de la tormenta, se despedazaba tras ellos, y el propio Tiresias se quedó ciego cuando un remolino temporal perdido alcanzó el puente de gobierno de la Memento Mori. Poco más de un tercio de la fuerza del Capítulo sobreviviría a la destrucción de su Sistema natal, y como consecuencia de la destrucción de Haakoneth, los Fantasmas Estelares pasarían muchos años reconstruyendo sus fuerzas lentamente, convirtiéndose en un Capítulo basado en una flota justo hasta la Guerra de Badab. La batalla sin embargo le valió a los Fantasmas Estelares el dudoso honor de ser uno del puñado de Capítulos en la historia conocida del Imperio en afrontar una migración en masa de Hrud en solitario y sobrevivir.
- Cruzada Machariana (392-399.M41) - Los Fantasmas Estelares participaron en la enorme campaña imperial conocida como la Cruzada Machariana, participando en muchos de los más letales enfrentamientos, pero a pesar de demostrar su valía en numerosas ocasiones recibieron muy poco respeto, y se sabe que tuvieron una relación problemática con los comandantes de la Cruzada en temas como la estrategia y el despliegue de sus fuerzas. Tras la muerte del Lord Comandante Solar Macharius, se vieron rápidamente envueltos en la Herejía de Macharius, la guerra civil entre sus generales y comadantes, enfrentándose directamente contra aquellas fuerzas de la Guardia Imperial que a sus ojos habían traicionado al Imperio. En algunas fuentes suprimidas se menciona a los Fantasmas Estelares como los responsables de la aniquilación del 17º de la Guardia de Terrax en Thoth, y se sabe que se enzarzaron en un sangriento y prolongado conflicto con sus antiguos aliados, los Marines Malevolentes, llegando casi a destruir a ese Capítulo. Los Fantasmas Estelares fueron sometidos a una investigación inquisitorial por sus actos y al final se les declaró libres de herejía, pero recibieron censura por parte del Ordo Hereticus. Fueron asignados a la ingrata y peligrosa tarea de formar parte de la punta de lanza de la campaña de interdicción imperial de la década de los 70 del M41 para acabar con la Herejía de Macharius. Tras esta breve y brutal campaña, que implicó elementos de más de 100 Capítulos Astartes, los Fantasmas Estelares, una vez más gravemente reducidos en número, emprendieron una Cruzada por su cuenta al sur del Segmentum Tempestus atacando mundos aislados de Orkos y del Caos a su albedrío. Gran parte de sus actividades posteriores permanecieron ocultas tanto para los registros oficiales como para los ojos del Imperio hasta su participación en las brutales fases finales de la Guerra de Badab.
- Guerra de Badab (912.M41) - Los Fantasmas Estelares desempeñaron un papel vital en las últimas etapas de la Guerra de Badab. Llegaron por intercesión directa del Inquisidor-Legado Jarndyce Frain a la Zona del Torbellino en 912.M41, y su anterior despliegue sigue siendo una suerte de misterio, habiendo insinuado algunos observadores la posibilidad de que estuvieran prestando servicios con las Sagradas Ordos en otra parte, fuera de la Zona del Torbellino. Otros han especulado con una disputa prolongada con los Garras Astrales conocida únicamente por ellos, la cual el Inquisidor Frain aprovechó para atraerles a la causa leal, pero que el taciturno Capítulo no sería arrastrado a la lucha ni siquiera por sus compañeros Marines Espaciales. Con independencia de la verdadera causa por la cual se involucraron en la guerra, trajeron consigo toda la importante fuerza de su Capítulo, y se comprometieron completamente con la causa. Intactos por la guerra de una década, que ya había visto a varios Capítulos de Marines Espaciales reducidos a meras sombras de su antiguo poder, las fuerzas de los Fantasmas Estelares supusieron una importante adición al contingente del ataque final sobre Badab, y se les asignó la tarea clave de llevar a cabo el asalto final sobre el Palacio de las Espinas, sede de Lufgt Huron en Badab Primaris. Con una punta de lanza encabezada por la Barcaza de Batalla Memento Mori, acompañada por una segunda Barcaza de Batalla, la Ira Pálida, el Capítulo desempeñó su labor en la batalla con una poderosa fuerza de siete Cruceros de Asalto y veinticinco Naves de Escolta y Naves de Ataque de diversas clases. El orden de batalla de la fuerza de invasión incluía siete de las Compañías del Capítulo (el resto se desplegó en objetivos secundarios en el Sistema), reforzados por todo el poder de su Arsenal, incluyendo diecisiete Dreadnoughts y más de doscientas Cápsulas de Desembarco de varios tipos. Los Fantasmas Estelares atacaron sin respiro ni descanso, y nadie recibió ni esperó cuartel de su enemigo. Salieron victoriosos de su labor de destrozar el último anillo de las defensas que protegían al architraidor Huron. Fue un grupo de asalto encabezado por el Capitán de los Fantasmas Estelares Zhrukral Androcles quien arrinconó a Huron, y fue el mismo Androcles quien abatió con su arma de fusión al Tirano de Badab en su huida, aunque el Fantasma Estelar también murió en el combate. Aunque sufrieron terribles bajas en el apocalíptico enfrentamiento final, el éxito de los Fantasmas Estelares fue honrado con la concesión del dominio de los ahora arruinados mundos del Sector Badab por los Legados Imperiales, y el Capítulo eligió la luna helada de Jahga en el Sistema Archaea como lugar donde establecer su nueva Fortaleza-Monasterio.
Mundo natal
El primer despliegue de los Fantasmas Estelares como Capítulo fue en el Mundo Santuario de Haakoneth, en la frontera del arrasado Sector Sakkara, donde fortificaron uno de los montañosos complejos funerarios del planeta para que sirviese como su base de operaciones y Fortaleza-Monasterio. Desde este bastión partieron sus expediciones contra las numerosas y horribles formas de vida xenos que plagaban la región. Los Aspirantes de los Fantasmas Estelares eran reclutados de entre las poblaciones bárbaras con escasa tecnología de los Sistemas Estelares circundantes, y sus primeras misiones fueron defenderlos de los numerosos horrores que asediaban aquella caída sede del poder del Imperio. Actualmente, todo el Sector Sakkara y el antiguo Mundo Capitular de Haakoneth ya no existen, tragados por el vacío espacial desde hace más de un milenio por culpa de la infestación Hrud resguardada en el borde de una Fisura Disforme temporal que los destruyó, pero estos oscuros principios parecen haber dejado una marca indeleble en el alma del Capítulo hasta el presente. Los Fantasmas Estelares se asentaron en su flota tras la pérdida de Haakoneth, reconstruyendo lentamente sus fuerzas y participando en numerosos conflictos e intervenciones por todo el Segmentum Obscurus. El Capítulo se ganó rápidamente una reputación de inmisericorde por usar su potencia de fuego de forma indiscriminada e infligir daños colaterales innecesarios. Esta reputación solo creció durante su participación en la Cruzada Machariana entre el 392 y el 399.M41. Fue tras esta famosa Cruzada cuando llegó la hora más oscura de los Fantasmas Estelares, durante la Guerra de Badab. Aunque el Capítulo sufrió terribles pérdidas en el apocalíptico conflicto final en el 912.M41, el éxito de los Fantasmas Estelares fue honrado por el Inquisidor-Legado Jarndyce Frain con la concesión de la soberanía sobre los ahora arruinados mundos del Sector Badab, y el Capítulo eligió la luna helada de Jahga en el Sistema Archean como la sede de su nueva Fortaleza-Monasterio. Tras el exitoso final de la guerra, los Fantasmas Estelares aterrizaron su antigua Barcaza de Batalla Memento Mori en la frígida superficie de Jahga. Fijada a la superficie del astro por los inmensos glaciares e interminables formaciones de hielo, la Memento Mori se convirtió en el cimiento de la nueva Fortaleza-Monasterio de los Fantasmas Estelares.
Organización
Los Fantasmas Estelares siguen en general los patrones estándar recogidos en el Codex Astartes, con una considerable inclinación en sus despliegues y producción por el uso de armas de "asalto rápido" y de desembarco, así como añadidos exóticos a los principios reconocidos asociados a sus creencias únicas. El Capítulo tiene preferencia por emplear una pesada potencia de fuego para masacrar a sus enemigos, acercándose para asaltar solo cuando es más expeditivo tácticamente hacerlo. Para los Fantasmas Estelares no hay ningún modo de combate en particular con más gloria o valor que otros, pues todo lo que les importa es causar la muerte del enemigo. Gracias en parte al extenso y diverso arsenal del Capítulo, las doctrinas tácticas de los Fantasmas Estelares favorecen el empleo de infantería con armamento pesado para obtener esta potencia de disparo a corta distancia. Entre sus filas se ven números comparativamente altos de Armas de Plasma y de Fusión, y cada Compañía de Batalla del Capítulo incluye tres Escuadras de Devastadores en vez de dos. Esta doctrina de disparos potentes a corto alcance también se refleja en la estructura de mando del Capítulo, cuyos integrantes suelen usar Combiarmas también de Plasma y de Fusión, producidos en cantidades significativas por los Tecnomarines y portados como símbolos de rango. Además, los Fantasmas Estelares mantienen una reserva de buen tamaño de Vindicators y Land Raiders para formar puntas de lanza blindadas, y manufacturan y emplean grandes números de Cápsula de Desembarco Tormenta de Muerte como fuego de apoyo durante los asaltos planetarios.
Servicio entre los Guardianes de la Muerte
Por naturaleza, los Hermanos de Batalla de los Fantasmas Estelares suelen ser solemnes y siempre evitan el contacto con aquellos ajenos a su Capítulo. Aunque aportan hombres a la Larga Vigilia, los Fantasmas Estelares que sirven en los Equipos de Eliminación de los Guardianes de la Muerte a menudo permanecen algo apartados de sus compañeros. Su Culto Capitular les enseña que la vida es transitoria y que solo la forma de morir de un guerrero posee algún significado. Aunque sean un tanto fríos, los Fantasmas Estelares no sienten ninguna obsesión por la muerte, siempre que sepan que sus camaradas guardarán luto por ellos según sus creencias.
Doctrina de combate
Tras la destrucción de su antiguo mundo natal de Haakoneth en el 120.M40, los Fantasmas Estelares trasladaron su base a su flota. Durante este periodo, el Capítulo llegó a especializarse aún más en el combate naval y en las operaciones de asalto orbital en masa. Una táctica favorecida por el Capítulo es el uso coordinado de Cápsulas de Desembarco de varios tipos y clases, incluyendo plataformas de armas como la Tormenta de Muerte. Fue durante estos años cuando el Capítulo se ganó una reputación de inmisericorde mediante el uso indiscriminado de su potencia de fuego sin preocuparse por causar daños colaterales gratuitos sobre la población durante las insurrecciones civiles.
Creencias
La existencia de sistemas de creencias, filosofías marciales y variantes del Culto Imperial indígenas y a menudo únicas dentro del Adeptus Astartes está lejos de ser inaudita. El llamado Culto Mortuorio de los Fantasmas Estelares es una variedad más extrema, y acepta la divinidad del Dios-Emperador de la Humanidad como el "Imperator Mortifex", juez de las almas de los muertos y guardián de los mártires. En consecuencia, los Hermanos de Batalla del Capítulo se ven a sí mismos como asesinos divinamente consagrados, Ángeles de la Muerte en el sentido más auténtico. Una sombría solemnidad acompaña a todos sus actos en cualquier momento, y se preocupan poco por la gloria individual de cada guerrero, concentrándose por completo en la tarea de llevar la muerte a aquellos que desafían la voluntad del Emperador o buscan malograr sus sagrados propósitos. Fieles al dogma imperial, mantienen como principio central de sus creencias que "solo en la muerte acaba el deber", y aunque den poca libertad o respiro a los vivos, honran profundamente a aquellos que caen sirviendo al Emperador y veneran a los muchos mártires del Imperio y a los muertos de su Capítulo con extrema reverencia. Como parte de sus prácticas, se ha visto a los Fantasmas Estelares llevando a cabo extrañas y elaboradas costumbres funerarias, y es normal que los Hermanos de Batalla mantengan un relicario personal que contiene objetos votivos como las cenizas de camaradas caídos como talismanes, y también son propensos a usar los huesos molidos de sus enemigos para pulir sus servoarmaduras. Los guardianes y sumos sacerdotes de estos ritos son los Capellanes de los Fantasmas Estelares. Cada Compañía y destacamento tiene su propio Capellán Mortuorio adjunto para que administre sus ritos, y el Capítulo mantiene una capellanía separada de cuatro Reclusiarcas y un Maestro de Santidad como una pieza clave de su estructura de mando.
Semilla genética
Algunas fuentes han dado pistas sobre que en su Fundación se empleó semilla genética de los Ángeles Oscuros, aunque esto ha sido negado con fuerza por los propios Ángeles Oscuros, y los Fantasmas Estelares consideran tales preguntas, incluso a través de canales oficiales, como inherentemente presuntuosas y ofensivas. Probablemente esta especulación solo se base en algunos parecidos aparentes en su heráldica, iconografía y adornos, lo que sumado a la habitual introversión de sus miembros dio lugar a una suposición seguramente infundada entre algunos eruditos del Adeptus Terra y el Departamento Strategos.
Miembros conocidos
- Señor del Capítulo Omadon Tiresias - Omadon Tiresias fue el Señor de los Fantasmas Estelares que ordenó la evacuación de su Capítulo durante la destrucción de su Mundo Capitular de Haakoneth debido a una migración en masa de Hrud. Cuando el planeta fue engullido por un enorme vórtice disforme de turbulencias espacio-temporales, Tiresias quedó ciego cuando un torbellino temporal perdido golpeó el puente de mando de su nave, la Barcaza de Batalla Memento Mori.
- Capitán Zhrukal Androcles, el Rompeasedios - Un guerrero sombrío e implacable, Zhrukal Androcles fue el Capitán de la 9ª Compañía de Devastadores. Durante el asalto final a la fortaleza de Lufgt Huron, el Palacio de Espinas, el Capitán Androcles dirigió un destacamento para penetrar en las catacumbas del bastión del Tirano, y por pura suerte se toparon con el propio Huron y su guardia personal cuando intentaban huir. La rápida y sangrienta batalla que siguió destruyó por completo al grupo de Fantasmas Estelares, pero no antes de que el moribundo Androcles lograse disparar a bocajarro con su Rifle de Fusión al Tirano de Badab, causándole una herida mortal.
Flota conocida
La flota capitular de los Fantasmas Estelares fue antaño una grande y orgullosa fuerza espacial, pero había quedado reducida a casi un tercio durante la lucha en defensa de su Mundo Capitular original, conocida como la Muerte de Haakoneth, en el 101.M40. En la época de la Guerra de Badab, casi dos milenios estándar más tarde, el Capítulo había recuperado parte de su poderío naval, pero seguía siendo una pálida sombra de lo que tuvo antes de su derrota en Haakoneth.
- Memento Mori (Barcaza de Batalla) - Fue la más venerable y orgullosa de las naves insignia de los Fantasmas Estelares, y guió a los restos del Capítulo en su huida de la destrucción de Haakoneth a manos de los Hrud. Posteriormente jugó un papel vital en los últimos días de la Guerra de Badab, durante el asalto final a Badab Primaris. Tras la exitosa conclusión del conflicto, los Fantasmas Estelares escogieron la Luna Helada de Jahga como nueva base permanente y aterrizaron la antigua Barcaza de Batalla en su superficie. Fijada a la superficie por los inmensos glaciares y las interminables formaciones de hielo, la Memento Mori se convirtió en el cimiento de la nueva Fortaleza-Monasterio del Capítulo.
- Ira Pálida (Barcaza de Batalla) - Una orgullosa Barcaza de Batalla que sirvió junto a la Memento Mori durante el asalto final a Badab Primaris al final de la Guerra de Badab.
- Espectro del Miedo (Crucero de Asalto) - El Espectro del Miedo fue uno de los más poderosos Cruceros de Asalto de la flota de los Fantasmas Estelares.
Apariencia
Los Fantasmas Estelares visten servoarmaduras mayoritariamente blancas. Los símbolos de tipo de escuadra se pintan en negro sobre la hombrera derecha, mientras que el icono capitular aparece en la izquierda. El aquila pectoral es amarilla y las lentes del casco son rojas. El número de escuadra y a veces también el tipo aparecen normalmente en la rodillera izquierda, aunque en ocasiones se ven en la opuesta. No parece haber una regla fija para la disposición de estas marcas, sino que se diría que depende de las preferencias personales de cada Hermano de Batalla.
El blasón del Capítulo es un estilizado reloj de arena negro con dos calaveras blancas opuestas formando el cuerpo del reloj. Este símbolo encaja con las creencias mortuorias de los Fantasmas Estelares.
Pictografías
Conflicto de canon
A pesar del hecho de que los Fantasmas Estelares aparecen como parte de la 23ª Fundación en el M38, también aparecen luchando junto a los Desgarradores de Carne en la purga del Sistema Sakkara, menos de un siglo después del final de la Herejía de Horus en el M31. La discrepancia aún no ha sido explicada.
Leer más
Lista de Ejércitos de Marines Espaciales.
Fuentes
- Warhammer 40.000: Compendium (1.ª Edición). Página 33.
- Cities of Death (4.ª Edición). Páginas 58-9.
- Imperial Armour II (2.ª Edición). Página 52.
- Imperial Armour X. Páginas 44, 46, 48-9, 52-3, 55, 60-1, 119 y 131-41.
- Imperial Armour XIII. Página 23.
- Imperial Armour Aeronautica. Páginas 78-9.
- Adeptus Astartes: Successor Chapters (Libro de trasfondo). Página 87.
- Deathwatch: Honour the Chapter (Juego de Rol). Páginas 117-8.
- Deathwatch: The Emperor's Chosen (Juego de Rol). Página 54.
- White Dwarf Monthly N.º 101 (mayo de 1988). Página 71.
- Legends of the Space Marines (Antología)
- The Trial of the Mantis Warriors (Relato corto), por C.S. Goto.
- Flesh of Cretacia (Novella), por Andy Smillie. Capítulos 1 y 3.
- Xenos Hunters (Antología)
- Machine Spirit (Relato corto), por Nick Kyme.
- Storm of Damocles (Novela), por Justin D. Hill. Capítulo 2.