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Erik Truenosangre es el actual Paladín del Martillo (es decir, Campeón del Capítulo) de los Martillos de Wikia. Un honor que se ha ganado tras cientos de años de esfuerzo, dedicación y habilidad en el combate.

Historia[]

Infancia[]

Erik fue reclutado en el planeta Nyumba como casi todos los Astartes de los Martillos de Wikia. Erik vivía en una gran asentamiento súrdico situado en la costa. El padre de Erik era un aventurero muy respetado y reconocido que había llevado a su hijo en todos los viajes y expediciones que había considerado lo suficientemente seguros. Ya desde chico había tenido que enfrentarse a ciertos peligros y dificultades y en todas había logrado salir airoso. El chico fue creciendo y convirtiéndose en un gran marino y guerrero, como súrdico que era. Un día su padre le propuso que le acompañase a las cavernas Bolsack, una peligrosa red de cuevas navegables muy peligrosas pero en las cuales se podían encontrar suculentos y extraños tesoros. Erik aceptó y partió con el barco de su padre hacia las cavernas. Allí se puso a prueba la pericia y el valor de toda la tripulación, sorteando las estalactitas e islotes que se encontraban. Para sorpresa de la tripulación, Erik se estaba riendo a carcajadas mencionando que aquello era demasiado fácil. De repente, la embarcación varó. Un inquietante sonido de agua deslizándose fue haciéndose cada vez más fuerte hasta que una horrible sierpe surgió del agua. La tripulación se defendió de ella lo mejor que pudo, usando arpones y redes, pero aquello no era suficiente. En mitad de la refriega, la sierpe golpeó fuertemente al padre de Erik y lo lanzó contra un muro dejándolo inconsciente. La tripulación, nerviosa por la pérdida de su líder cedió ante la criatura que continuó devorando más marineros. Erik vio que la situación estaba comprometida y tuvo que dirigir a los marineros supervivientes. Al final, la sierpe fue arponeada y Erik la remató disparándole en un ojo. A la vuelta, Erik fue considerado un héroe y pidió la admisión en la academia militar de la zona. Fue aceptado y allí continuó desarrollando y potenciando sus habilidades. La noticia de que había un chico en una ciudad de los súrdicos con increíbles habilidades de combate llegó a los Martillos y no dudaron en ir a reclutarlo. Erik aceptó sin pensárselo dos veces.

Dentro del Capítulo[]

Erik pasó las pruebas de ingreso sin problemas y en todas demostró un humor y una tranquilidad que era impensable que alguien demostrara cuando iba a ser reclutado por los grandes Astartes. Ya en el Sello, Erik vio, al igual que Eledan, una fortaleza en decadencia con mucha de las grandes estanterías vacías y pocos Marines Espaciales en sus extensos pasillos. Pronto conoció a quien sería el futuro Señor del Capítulo y se hicieron amigos en la 4ª Compañía. Eledan se dedicó a la búsqueda del conocimiento y al apoyo moral de sus Hermanos de Batalla mientras que Erik se centró en el manejo de las armas de combate y en apoyar a sus compañeros con su humor que nunca perdía. En el fragor de la batalla, Erik nunca perdía la sonrisa, animando a sus compañeros a que siguiesen adelante.

La fama y el renombre de Erik fueron creciendo en el Capítulo con el paso de los años. Su increíble habilidad en combate cuerpo a cuerpo llegó a superar a la de muchos veteranos que llevaban siglos combatiendo. También era conocido por su humor, que no perdía ni en las situaciones más difíciles. En una misión, la escuadra de Erik y varias más tuvieron que abrir un pasillo de seguridad entre una horda de furiosos Tiránidos. Sin previo aviso, un Trigón emergió de entre las criaturas más pequeñas y comenzó a atacar a los Marines Espaciales. Erik, armándose de valor y coraje, se lanzó contra el Trigón y se encaramó al Tiránido. Sus Hermanos de Batalla le dijeron que desistiera, pero Erik continuó subiendo hasta llegar a la cabeza del Trigón. Desenfundó su cuchillo y se lo clavó en la parte trasera del cuello, haciendo que se irguiese de dolor y dando la oportunidad para que el resto de Astartes lo acribillase con sus armas. Cuando Erik volvió a su escuadra con la armadura abollada y cubierta de icor tiránido, dijo entre carcajadas: "Ahora entiendo cuando dicen que los Tiránidos envían pequeñas y molestas criaturas para estorbar". Este humor ha sido criticado por algunos miembros del Capítulo, afirmando que en el fragor de la batalla solo cabe la dedicación y cumplir con los objetivos asignados. Erik no duda de esto, pero su ironía hace que sus Hermanos de Batalla olviden los horrores a los que se enfrentan y les sube la moral.

Cuando Eledan fue ascendido a Capitán de la 4ª compañía, pidió a Erik que se convirtiera en el Campeón de su Compañía. Erik aceptó sin dudar la petición de su amigo y pasó los años siguientes protegiendo a su amigo y enfrentándose contra los otros campeones y líderes enemigos. La habilidad de Erik siguió aumentando, portando como arma una alabarda de energía que blandía con maestría y decisión. En la batalla, Erik se situaba el primero en la línea, decapitando y matando a cualquier enemigo que osase acercarse lo suficiente. Cuando la Escuadra de Mando se encontraba con el líder enemigo, Erik daba un paso al frente y se preparaba para derrotar al enemigo que fuese. De esta manera, Erik acabó batallas que se hubieran prolongado días e incluso meses y salvó de una muerte casi segura a su amigo y Capitán. Un hecho destacado tuvo lugar en la batalla contra el ¡Waaagh! del Kaudillo Grizpa, donde Erik abrió paso a la Escuadra de Mando para llegar a la posición del Kaudillo matando y descuartizando incontables Orkos en el camino. En recompensa por esta acción se le concedió el Halo de Hierro.

Pero el destino tenía preparado un puesto mayor para Erik. A la muerte de Crissos, Lord Eledan ocupó su puesto. El problema era que casi toda la Guardia de Honor había muerto junto con su señor, haciendo frente a un ataque a gran escala del Imperio Tau. Lord Eledan debía encontrar un nuevo Campeón y sin dudarlo volvió a pedir a Erik que ocupase el puesto. Erik volvió a aceptar, convirtiéndose en una de las personas más importantes del Capítulo al obtener un puesto en el Gran Consejo. Como Paladín del Martillo, recibió una Armadura Artesanal, mucho más resistente que su antigua servoarmadura. Además, se le dio un escudo con un diseño elaborado con la imagen de un martillo. El escudo era ligero y se podía portar con un brazo, y tenía incorporado un gran campo de energía con el que era posible desviar las armas enemigas más fuertes. Erik no dudó nunca en interponer su escudo entre su señor y una muerte segura, salvándole al menos una decena de veces. Pero el mayor honor que se le dio a Erik fue el Alabartillo, un híbrido entre un Martillo de Trueno y una alabarda de energía. El derecho de portar este arma solo lo tiene el Paladín del Martillo, y en cuanto Erik la sostuvo en sus inmensas manos supo que esa arma era la que llevaba buscando toda su vida. El Alabartillo era un arma extraordinaria, con cuya hoja podía dar rápidos y precisos cortes en sus duelos, que lograban cercenar o decapitar a sus enemigos, así como potentes estocadas mortales. La maza le servía para atacar a los tanques o vehículos enemigos con los que se encontraba, o para dar un único golpe demoledor a sus rivales.

Erik ya domina a la perfección su arma y ha seguido protegiendo la vida de su señor y de todos sus hermanos. No es raro ver su imponente figura en la zona más encarnizada de la batalla, acabando con cientos de enemigos y matando a los campeones rivales. Mientras acaba con ellos, se ríe pidiendo enemigos de mayor dificultad. Cuando un Astartes escucha las fuertes carcajadas de Erik, sabe que nada podrá ir mal y se lanzará al combate mientras el Paladín del Martillo encabeza la carga con su arma preparada.

Descripción[]

Erik es un Astartes de estatura normal, piel clara y ojos negros. Tiene el pelo negro y largo, y luce además una barba que normalmente no es muy larga ni muy corta. En la espalda tiene un tatuaje de un kraken enfrentado a un guerrero desafiante. Uno de sus rasgos más característicos es su acento, que es el propio de las regiones meridionales de Surdia. Normalmente, los reclutas de esa zona acaban por olvidarlo y adaptarse al gótico empleado de forma habitual en todo el Capítulo, pero Erik ha preferido mantenerse fiel a él a pesar de que muchos confunden algunas de sus palabras de vez en cuando.

Erik es una persona feliz en el sentido más amplio de la palabra: siempre se lleva bien con todos y casi siempre está sonriendo, salvo cuando se encuentra con una situación que realmente le supera. Posiblemente la mayor amistad que tenga sea con Lord Eledan, ya que fue su primer amigo dentro del Capítulo; le sigue en estima el Capitán Romerae, que también fue uno de sus primeros compañeros.

Normalmente no está con el resto de la Guardia de Honor, ya que es el único miembro al que no le interesan tanto las responsabilidades, los rituales y las tradiciones del Capítulo, sino que casi siempre se encuentra hablando con alguien, estando en varios lugares y haciendo difícil localizarle cada vez que se le necesita, ya que siente cierto desprecio por la autoridad por naturaleza, aunque no tanto como para dudar o rebelarse contra esta. Su posición en el Sello Eterno suele ser impredecible, pudiendo estar en el Librarium, en el Apothecarion, en la biblioteca (muy habitualmente) o en el Reclusiam (rara vez), ya que aparentemente no le gusta estar en el mismo lugar todo el tiempo. Esto ha hecho que muchas veces los oficiales del Capítulo se enojen por su irresponsabilidad.

Miniatura[]

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