Mephet'ran el Mensajero, el Embaucador.
"Y el Dios Chacal enfrentará a hermano contra hermano."
"He visto deambular a las presas del Dios Chacal poseídas por una ilusión engañosa, imaginando la hierba verde brillante de los Campos Elíseos cuando sus pies ensangrentados pisaban cantos afilados y huesos vitrificados. Sus bocas desdentadas se tuercen en las sonrisas insulsas del ignorante al dirigirse a las forjas espirituales mientras creen estar volviendo a casa."
- —Fragmento de la profecía atribuida al Vidente Maechu de Ulthwé
El Embaucador es uno de los dos C'tan activos actualmente en la galaxia. Maestro del engaño, aunque los Necrontyr le llamaron Mephet'ran el Mensajero el Embaucador adoptó muchas identidades falsas y fue conocido por muchos nombres: era el Dios Chacal para los Eldars, Artemorra para los Jokaero, Sathsarrion para los Iniciados de los Gethvar, Mohagg para los tres veces condenados Cornochinae y Harrimoch para los viajeros de Vendichi. El Embaucador ha permanecido activo durante más tiempo y ha llevado a cabo complejos planes por el mero placer de causar daño. Ve a los mortales como sus juguetes y se deleita corrompiendo sus mentes y sus espíritus antes de consumir su esencia. Los poderes del Embaucador son una combinación de su voz, su presencia y un inexplicable conocimiento de los deseos, pensamientos y miedos de otros seres.
Historia[]
Orígenes[]
Los mayores logros del Embaucador se sustentan en el engaño y la mentira y ha erigido su imperio de miedo mediante la manipulación y la desconfianza. Sutil y encantador, su dominio de las medias verdades y de la falsedad ha condenado planetas y ha conducido a grandes líderes a la esclavitud; y todo por mera diversión del señor del engaño. En épocas pasadas, cuando los Necrontyr todavía estaban recubiertos de carne, el resto de los C'tan aprendió a evitar la influencia del Embaucador. Solo unos pocos fueron consumidos por esta entidad en sí misma; otros fueron empujados a luchar entre ellos.
A través de los imposibles golfos del tiempo desde el momento en que la raza Necrontyr se transformó, todo su conocimiento se convirtió en polvo. Los únicos artefactos que sobrevivieron a aquella época fueron los Necrones y las monolíticas tumbas de estasis. Estos solamente conservan un resquicio de aquellos tiempos pasados y están corrompidos por una morbidez alienígena que los hace casi incomprensibles. Se dice que las leyendas Eldars contienen muchos fragmentos de historias verdaderas sobre los C'tan, con oscuras referencias sobre las hazañas de Asuryan y Eldanesh, Isha y Kurnous. Pero incluso ellos reconocen que sus dioses nacieron fruto de una época de guerra en el cielo que había existido ente los Ur-folk y los Yngir y que databa del inicio de la creación. Resulta imposible distinguir verdad y mito al hablar de los C'tan, aunque, dada su naturaleza, quizá sea un error siquiera intentarlo.
De todos los denominados "dioses estelares" ("C'tan" en los antiguos escritos Necrontyr, "Yngir" para los Eldars), el conocido como el Embaucador es el más astuto y caprichoso. Lo poco que se conoce de él indica que incluso los Necrontyr sabían muy poco sobre esta entidad cuando la descubrieron y pronunciaron las palabras de duración eónica que su disipada forma podía percibir. Se dice que su manifestación fue causa de gran alegría entre los Necrontyr, impactados por su transición fluida a una forma terrenal y la facilidad con la que se había adaptado al reino material. Primero le llamaron Mephet'ran, el Mensajero, pues creyeron que era un puente entre su raza y el resto de dioses estelares.
Mientras los C'tan empezaban a reunir seguidores y adeptos, el Mensajero pronto superó al resto. Los dioses estelares parecían demasiado distantes e inspiraban miedo a muchos Necrontyr, pero Mephet'ran se aparecía con formas que ellos conocían y podían entender. Quizás se debía a que nunca había llegado a ser tan poderoso como los otros C'tan y utilizaba su astucia y habilidad para asegurarse el futuro. Existen indicios de que muchos Necrontyr se convirtieron en sus esclavos por propia voluntad, pero el Mensajero los envió a servir a otros dioses, quizá temeroso de la envidia que podía provocar su poder cada vez mayor. El Mensajero alimentó el odio de los Necrontyr hacia los Ancestrales y los condujo a una guerra que devastaría la galaxia.
La traición de los Necrontyr[]

El Embaucador en un mundo necrópolis.
Por todos es sabido que, mientras se preparaban las líneas de batalla, el increíble poder de los C'tan significó un gran regalo para los Necrontyr. La corta vida de su raza, enferma de una existencia incierta, obtendría la inmortalidad, pero a un exorbitante precio.
Consagrándose a los dioses estelares, los Necrontyr serían consumidos y luego resurgirían. Sus mentes serían introducidas en máquinas de metal orgánico, como las de sus propios dioses, y así, liberados de su baja esperanza de vida, podrían llevar a cabo su venganza contra los Ancestrales durante milenios sin miedos ni dudas.
Así lo proclamó el Mensajero; pero, a pesar de sus palabras melifluas, los Necrontyr mostraron sus dudas ante esta perspectiva. Los que aún no se habían rendido a los dioses fueron sometidos por los que sí lo habían hecho, pero no pudieron ser persuadidos para cometer tal acto de fe. Fue en este momento cuando el Embaucador mostró su verdadero rostro para sumir a los incrédulos en el camino de la fe mediante promesas de reflexión y compromiso. Se vieron superados por los creyentes y forzados a aceptar su destino final. Entonces, los creyentes se sumaron a las relucientes filas de máquinas no vivas y la raza Necrontyr fue purgada y se convirtió en los actuales Necrones, condenados a servir eternamente.
La guerra entre los dioses[]
Mientras los C'tan obtenían el poder, se dice que el Embaucador fue el primero en predisponer a unos contra otros, puesto que las cosechas de poblaciones crecían poco y sin fuerza. Conducidos primero por la valentía y después por la desesperación, los C'tan lucharon con una total indiferencia hacia sus esclavos, que perecieron a millones, y consumieron sistemas estelares enteros. En una vorágine de pactos y traiciones, el Embaucador engañó y consumió a varios de sus seguidores, a los que declaró el mejor de todos los festines. Pero el Embaucador continuaba siendo el más débil de los C'tan y siempre debía tener cuidado de evitar a los más poderosos.
Las leyendas Eldars cuentan que el paraíso creado por los Ancestrales había sido destruido durante las guerras con los Yngir. Para cuando los Ancestrales estuvieron preparados para contraatacar con eficacia, solo quedaban cuatro deidades C'tan y la vida casi se había extinguido de la galaxia. La leyenda habla de que el Dios Chacal ayudaba y traicionaba a ambos bandos por igual y que siempre se mantenía a distancia del conflicto para sacar ventaja de cualquier oportunidad o debilidad. Cuando ambos bandos fueron conscientes de las maquinaciones del Embaucador, este empleó todo un abanico de personificaciones y formas falsas con las que esconder su presencia.
Las dudas y desconfianzas sembradas por el Embaucador entre las razas jóvenes contribuyeron más a la causa de los dioses estelares que todas las legiones y flotas de la galaxia. Cuando los C'tan abandonaron su último gran trabajo y se refugiaron en la seguridad de sus mundos necrópolis ante el apocalipsis que se avecinaba, el Embaucador fue el último en partir. Ahora que la larga búsqueda de mejores condiciones de vida ha hecho reemerger a las terribles majestades estelares, Mephet'ran ha sido el primero en volver.
Nuevos inicios[]

El Embaucador ataca a la Guardia Imperial (Warhammer 40,000: Dawn of War - Soulstorm).
El Embaucador ha pasado milenios en la galaxia buscando seguidores e interfiriendo sus acciones con la intención de perturbar a los de su raza. Nuevamente, el Mensajero cuenta con seguidores vivos entre los miembros del Adeptus Mechanicus y con ellos ha logrado reunir a muchos Parias a los que ha convertido en sus nuevos esclavos. Incluso ha tenido éxito al localizar los potentes Talismanes de Vaul, armas muy poderosas forjadas por los Eldars antes de su Caída con las que destruir a los C'tan si volvían a despertar.
Mediante sutiles maquinaciones, el Embaucador ha destruido la mayoría de estos terribles artefactos y ha puesto los demás permanentemente fuera del alcance de los Videntes. La guerra que tuvo lugar para lograr este objetivo provocó la destrucción de todo un sector que englobaba cientos de planetas y sistemas estelares enteros, una destrucción de una magnitud como nunca se había visto desde la Guerra Celestial. El sufrimiento sin límite causado no significa nada para el Embaucador; sería capaz de destruir el sector Gótico mil veces con tal de lograr sus objetivos. En épocas recientes, el Embaucador ha comunicado que necesita al resto de dioses estelares en el caso de que los C'tan deseen reafirmar su reinado una vez más. El legado de los Ancestrales persiste y las que antaño fueran razas esclavas deben ahora ser metidas en vereda.
Miniatura[]
Fuentes[]
- Codex: Necrones (3ª Edición).