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Eldar oscuro hemonculo wikihammer

Hemónculo

El ciclo de gestación de los Eldars es de varios años, y es un proceso muy laborioso. Por tanto, los bebés Eldars Oscuros nacidos por métodos convencionales son símbolos de elevado estatus social, a los que se les concede todo tipo de caprichos y que son criados de tal modo que al crecer se vuelvan igual de calculadores y malignos que sus padres. Aunque sigue habiendo casos de procreación natural, los Eldars Oscuros concebidos por medios artificiales son mucho más comunes. Una vez fecundado, el óvulo puede extirparse del vientre de la madre e implantarse en uno de los tubos amnióticos que llenan los muros de las cámaras de cría de los Hemónculos.

Utilizando una repulsiva ciencia insectoide que fue desarrollada milenios atrás, estos tubos son capaces de hiperacelerar el crecimiento de los embriones, cada nuevo espécimen vomitando y exudando todo tipo de fluidos impuros hasta haberse desarrollado lo bastante como para que los sirvientes Atormentados se lo lleven de la cámara de cría. Estos “prematuros” son vistos con desprecio por los Eldars Oscuros que han experimentado el nacimiento “puro”, ya que los consideran intrínsecamente inferiores a ellos.

No obstante, el verdadero triunfo de la ciencia de los Hemónculos no radica en su capacidad de crear vida, sino en la de negar la muerte. La sociedad de los Eldars Oscuros crece y prospera en base a la traición. Los asesinatos están a la orden del día, y cada incursión militar en el Espacio Real tiene asociada una elevada tasa de mortalidad, pues todas las razas inferiores de la Galaxia tienen algún que otro sistema de defensa. Entonces, ¿como puede Commorragh prevalecer una y otra vez contra la omnipresente sombra de la erradicación?

La respuesta es que la mayoría de los guerreros Eldars Oscuros, incluyendo a la élite dirigente de cada Cábala, acabará más pronto o más tarde estableciendo un terrible pacto con los Hemónculos que habitan bajo el núcleo. Dicho pacto establece que los Hemónculos regenerarán el cuerpo del guerrero en caso de que este muera, y a cambio se quedarán permanentemente con una porción de su alma. Incluso un cadáver que haya sido completamente destruido en batalla puede ser restaurado de nuevo a la vida sin un rasguño; de hecho, es famoso el caso del Maestro Hemónculo Urien Rakarth, quien en cierta ocasión recompuso por completo y resucitó a un Arconte a partir de los atrofiados restos de una mano. Siempre y cuando este proceso se lleve a cabo como muy tarde un día después de la muerte del guerrero, y este muestre fuerza de voluntad suficiente como para que alguna parte de su espíritu siga resonando entre sus despojos, los Hemónculos serán capaces de regenerar (de forma lenta pero segura) tanto su ánima como su forma física. Por tanto, las Cábalas que se lanzan en incursiones hacia el Espacio Real procuran siempre golpear duro y rápido, volviendo enseguida a la Telaraña con los restos de sus compañeros caídos, de modo que puedan ser devueltos a la vida (lo cual siempre es factible, salvo que haya tenido lugar algún desafortunado accidente...).

La clave para completar este terrible proceso es, obviamente, el dolor. Los Eldars Oscuros rejuvenecen al contemplar la agonía ajena, y si sus sentidos son bombardeados con la suficiente cantidad de dicha agonía, podrán sanar incluso sus heridas mas profundas. Los Hemónculos se encargan de transportar hasta sus "cámaras de regeneración" los restos mortales de aquellos que han sido entregados a su custodia, instalándolos en una especie de sarcófagos que tienen el frontal de cristal y están situados directamente sobre una serie de mesas y potros de tortura. Estos sarcófagos han sido alineados en círculos concéntricos que se elevan hasta perderse en al oscuridad, y cada uno de ellos contiene a un guerrero Eldar Oscuro semiacurrucado, en pleno proceso regenerativo. Por tanto, los pacientes se alimentan literalmente de energía oscura que emana de las víctimas sobe las que los Hemónculos están "trabajando", ayudados por sus sirvientes Atormentados y sus Artefactos del Dolor semiinteligentes. La imagen es terrorífica: una cacofonía de gritos desesperados se extiende por toda la cámara, mientras los ocupantes de los sarcófagos absorben las resonancias de energía que poco a poco van recomponiendo sus cuerpos, primero el esqueleto, luego los músculos, nervios y tendones, y finalmente la piel, pálida como el alabastro. Durante los periodos de guerra, es común que todas las cámaras de regeneración estén saturadas de pacientes que se estremecen y relamen con cada nuevo grito de una víctima.

Fuentes

  • Codex: Eldars Oscuros (5ª Edición).
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