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HHL Eidolon

Eidolon sirvió como uno de los Lords Comandantes de la Legión de los Hijos del Emperador durante las eras de la Gran Cruzada y la Herejía de Horus. Eidolon fue el primer Marine Espacial en ser elegido por el Primarca Fulgrim de la Legión III para dirigir una Compañía completa dentro de la Legión. Solía ser visto como el más hábil de los Lords Comandantes, al ser un dedicado estudioso del arte de la guerra en todos sus aspectos. Fue decapitado por Fulgrim empleando la espada del Caos conocida como el Anatham Kinebrach, después de que se atreviese a cuestionar por qué Fulgrim había ordenado a la III Legión atacar al relativamente poco importante planeta Prismatica V, bajo el control del Adeptus Mechanicus. Rumores sin fundamento sostienen que Eidolon aún vive, siendo responsable de cientos, si no miles, de ataques contra mundos imperiales llevados a cabo en los últimos diez milenios. Hay algunas pruebas que sugieren que Eidolon ha servido como teniente bajo las órdenes de Abaddon el Saqueador, como consorte de la Reina Sylelle, y como Campeón del Caos del Príncipe Daemon N'Kari.

Historia[]

Hace mucho tiempo, durante la turbulenta era conocida como la Era de las Contiendas, el viaje a través de la Disformidad se hizo casi imposible, por lo que los mundos en los que la Humanidad había arraigado y reclamado como suyos quedaron aislados unos de otros, forzados a luchar por sí mismos sin la ayuda prestada por sus vecinos de los Sistemas Estelares cercanos. El Libram ex Dominar, uno de los pocos textos supervivientes de dicha época, cuenta que Chemos era uno de dichos planetas, una colonia minera dependiente del comercio interestelar para abastecerse de alimento. Tras el final de la Vieja Noche, el Emperador de la Humanidad se hizo conocer durante una serie de conflictos destinados a reunir a las distintas y dispares naciones tecnobárbaras de Terra, conflictos que recibieron el nombre de las Guerras de Unificación. Tras la exitosa conclusión de dichos conflictos, el Emperador comenzó a forjar los cimientos del Imperio de la Humanidad en el 30º Milenio. El Emperador inició un inmenso esfuerzo científico para crear a los Primarcas, 20 hijos creados mediante ingeniería genética que actuarían como los generales del Emperador, comandando a las fuerzas imperiales durante la Gran Cruzada desencadenada para reunir a los dispersos miembros de la raza humana bajo Su liderazgo. Su genoma sería empleado posteriormente como plantilla genética a partir de la cual el Emperador crearía a sus 20 Legiones de Marines Espaciales.

Sin embargo, los Poderes Ruinosos del Caos consiguieron de alguna forma llevarse a los niños sobrehumanos a través de la Disformidad, dispersándolos a lo largo y ancho de la Galaxia. Una grieta disforme localizada fue abierta en las cámaras genéticas el propio palacio del Emperador, en las profundidades de las Montañas del Himalazia (conocida en la antigüedad como la Cordillera del Himalaya), en Terra, lugar en donde los Primarcas se estaban gestando. Las cápsulas de gestación que contenían a los hijos nonatos del Emperador fueron dispersados a través de la Disformidad, siendo depositados en planetas colonizados perdidos para la Humanidad desde largo tiempo atrás. Cada uno de los Primarcas llegó a antiguos mundos humanos, aislados y ocultos de la luz del extenso universo que se abría más allá de sus cielos estrellados. El pequeño Fulgrim, Primarca de la Legión de los Hijos del Emperador, creció en el desolado y mortecino planeta Chemos, una colonia minera abocada al declive y el abandono a medida que la Vieja Noche reclamaba los dominios de la Humanidad. Al encontrarse el planeta aislado de los Sistemas circundantes, las industrias de Chemos habían caído en el silencio, y las minas se habían visto sustituidas por las plantas de recuperación y las instalaciones de extracción de vapor que evitaban la total desaparición de la declinante población. En los cincuenta años que siguieron a su llegada a Chemos, Fulgrim ascendió hasta convertirse en el líder de los habitantes del planeta, y puso en marcha su sueño de que las maravillas desaparecidas de las antiguas eras fueran redescubiertas y reconstruidas. Sin embargo, solo cuando el Emperador llegó al planeta el Primarca comenzó a entender completamente su visión. Para entonces, no era solo su mundo lo que Fulgrim quería ver alzarse hacia la gloria, sino a la Humanidad en su totalidad.

Cuando se presentó a Fulgrim la Legión III, la Legión que compartía su herencia genética, se encontró no con una orgullosa y masiva congregación, como ya había ocurrido con sus hermanos, sino con una Legión que apenas disponía de 200 Hermanos de Batalla. Debido a un accidente ocurrido en las primeras fases del desarrollo de la reserva genética de la naciente Legión, estaban muy por detrás del resto de sus compañeros. Eidolon, nacido en Terra, era uno de aquellos Astartes originales supervivientes de la Legión III. Se hizo necesario que tanto Fulgrim como sus guerreros fueran integrados en las filas de otra Legión, hasta que el número de integrantes de la Legión III fuera lo suficientemente grande como para poder entrar en batalla por sí solos. La Legión a la que Fulgrim y sus guerreros fueron asignados fue la de los Lobos Lunares, la Legión de Horus, y Fulgrim no podía haber tenido mejor compañía a su lado mientras dominaba las artes de la guerra.

Desde sus primeros días de servicio en la Gran Cruzada, la naciente Legión III fue alabada por su intención de conseguir la perfección en todo lo que hacían. Fue en reconocimiento de dicho comportamiento por lo que el Emperador otorgó a los guerreros de la Legión III el derecho a portar el Águila Imperial en el peto de sus servoarmaduras, un honor único en aquel entonces. En reconocimiento de que el Emperador estaba en la misma cúspide de la perfección a la que aspiraba Fulgrim, la Legión III fue renombrada como los Hijos del Emperador, nombre que conservarían incluso tras los calamitosos y terribles acontecimientos de la Herejía de Horus.

Purga de Laeran[]

Lord Comandante Eidolon Gran cruzada

Lord Comandante Eidolon durante la Gran Cruzada.

Poco después de iniciar su propia Cruzada, los Hijos del Emperador se encontraron con una especie alienígena, desconocida hasta entonces, en el planeta xenos de Laeran, designado oficialmente como Veintiocho-Tres, el tercer mundo que la 28ª Expedición había llevado a la Obediencia Imperial. Sin que lo supiera la Legión III, los Laer eran corruptos adoradores xenos de Slaanesh, el Dios del Caos del Placer. Aunque el Mundo Oceánico de Laeran tenía un valor inconmensurable para la Cruzada del Emperador, sus alienígenas habitantes no quisieron compartir la ciega fortuna que les había bendecido, negándose a ver el manifiesto destino que guiaba a la Humanidad través de las estrellas, y dejando muy claro que no sentían por el Imperio nada más que desprecio. El avance de la Legión III fue rechazado con violencia, y el honor exigía que respondieran en la misma medida. Fulgrim ordenó a los Lords Comandantes que atacaran de inmediato, iniciando una guerra que el Consejo de Terra predijo que duraría al menos una década.

Durante la campaña que siguió, el Apotecario Jefe de la Legión III, Fabius Bilis, descubrió tras examinar algunos de los cadáveres de los Laer que las serpentinas criaturas se habían sometido a extensas modificaciones de ingeniería genética para perfeccionar su especie, creando una multitud de distintas castas que estaban diseñadas genéticamente para servir con excelencia en su función designada dentro de la sociedad Laer. Tras exponer sus hallazgos a su Primarca, Bilis le explicó que los Laer no eran muy diferentes a los propios Hijos del Emperador en su intención de llegar a la perfección. Planteó la hipótesis de que la hazaña lograda por el Emperador había sido heroica e increíble, pero ¿y si dicha acción no era sino el primer paso en una senda de mayor extensión? Bilis sugirió que si observaban con atención su propia carne y sangre, posiblemente podrían hallarse nuevas formas de mejorarse a sí mismos y acercarse aún más a la perfección. Al hablar con tal franqueza de dicho asunto, el Apotecario podría haber firmado su sentencia de muerte, pero las posibilidades que se abrían ante dicha acción valían la pena del riesgo, ya que desvelar los secretos del trabajo realizado por el Emperador al crear a los Astartes sería el mayor logro de su vida. Fulgrim preguntó a Bilis si realmente creía que era posible mejorar la semilla genética de los Astartes. El Apotecario admitió que no lo sabía con seguridad, pero creía que al menos merecería la pena intentarlo, ya que al hacerlo se acercarían a la perfección, y los Hijos del Emperador solo fallarían al Alto Soberano solo con la imperfección. El Primarca accedió a la propuesta del Apotecario, dándole carta blanca para hacer lo que fuera necesario.

Con el fin de la guerra en Laeran, el flujo constante de heridos y muertos en el Apothecarion se redujo, dejando a Fabius con más tiempo para desarrollar sus investigaciones. Para asegurarse del secretismo que exigían sus experimentos, se trasladó a una instalación de investigación apenas empleada a bordo del Crucero de Asalto Andronius, que se encontraba bajo el mando del Lord Comandante Eidolon. Las instalaciones eran bastante básicas al principio, pero con el apoyo y bendición de Eidolon, reunió un increíble conjunto de equipamiento especializado. Eidolon tenía un interés personal en el trabajo de Bilis, aunque no aprobaba sus métodos. Fulgrim había comentado con el Lord Comandante la escala de lo que Bilis intentaba, ya que su obra ayudaría a mejorar la fisiología de los Astartes. Eidolon informó al Apotecario que cuando regresara de cumplir con sus deberes más laboriosos, Bilis podría comenzar a sus experimentos con él como conejillo de indias. Mediante las mejoras genéticas creadas e implantadas por el Apotecario, el Lord Comandante esperaba convertirse en el mayor logro de Bilis, volviéndose más rápido y mortífero que antes. Deseaba fervientemente convertirse en la indispensable mano derecha del Primarca.

Muerte[]

El Lord Comandante Eidolon dejó a la 28ª Flota Expedicionaria para tomar parte en reforzar a la Legión de los Ángeles Sangrientos en el planeta Urisarach, oficialmente designado en los registros imperiales como Uno-Cuarenta-Veinte, el vigésimo planeta en ser incluido en la Obediencia Imperial por parte de la 140ª Flota Expedicionaria. El planeta había sido descubierto por dicha flota, que estaba comandada por el Capitán Khitas Frome de la Legión de los Ángeles Sangrientos. Habiendo sido incapaz de traducir las advertencias de las balizas orbitales de los Interex, que advertían a las naves estelares en aproximación que se mantuvieran alejadas de Urisarach, ya que era un mundo prisión para una peligrosa especie inteligente xenos, conocida como los Megaaracnidos, el Capitán Kithas Frome de los Ángeles Sangrientos ordenó al contingente completo de la flota, compuesto por tres Compañías de Marines Espaciales, que comenzaran a realizar operaciones de descenso para investigar y someter al planeta a la Obediencia Imperial. Debido a la extrema turbulencia atmosférica, todas las lanzaderas de los Ángeles Sangrientos que intentaron el aterrizar en el planeta se dispersaron, volando muy fuera del rumbo prefijado, lo que hizo que los equipos de fuerzas imperiales quedaran aislados los unos de los otros. La atmósfera también afectó a las comunicaciones por Vox (radio), complicando la tarea de coordinación de las fuerzas imperiales.

Los equipos de superficie pronto comenzaron a enviar transmisiones fragmentadas y confusas a las naves de la flota en órbita, informando que el planeta estaba habitado por una especie xenos extremadamente hostil. A medida que se iban sucediendo los informes, los enormes xenos de aspecto arácnido fueron descritos como demasiado numerosos y formidables como para ser derrotados sin la presencia de refuerzos. Poco después, los Ángeles Sangrientos comenzaron a lanzar urgentes llamadas de auxilio solicitando refuerzos y una extracción inmediata. La última transmisión recibida por la flota procedió del propio Capitán Khitas Frome, quien dijo entre dientes: "Este. Mundo. Es. Muerte". El nombre caló y se convirtió a partir de entonces en la designación imperial no oficial de Urisarach.

Una Compañía de la Legión de los Hijos del Emperador, bajo el mando del Lord Comandante Eidolon, llegó tiempo después en respuesta a las llamadas de auxilio realizadas por los Ángeles Sangrientos. Cometieron prácticamente los mismos errores que los Ángeles Sangrientos, y sus equipos de descenso quedaron dispersados debido a las poderosas turbulencias atmosféricas del planeta. Mientras que la Compañía sufría graves bajas, un equipo de desembarco dirigido por el Capitán Saul Tarvitz descubrió una enorme estructura rocosa parecida a un árbol petrificado, en cuyas "ramas" se encontraban empalados los cuerpos de muchos de los Marines Espaciales de los Ángeles Sangrientos, de los que se alimentaba una variante voladora de los Megaaracnidos. Después de destruir la estructura, el cielo sobre el "árbol" comenzó a calmarse al disiparse bruscamente las violentas tormentas que habían castigado a las fuerzas imperiales desde la llegada al planeta. El Capitán Tarvitz se dio cuenta de que dichas estructuras eran, en realidad, dispositivos artificiales de control atmosférico, responsables de las fuertes turbulencias atmosféricas de Muerte.

Los Megaaracnidos comenzaron inmediatamente a reconstruir el "árbol", enviando entretanto a centenares de guerreros para acabar con los pocos Hijos del Emperador que habían conseguido sobrevivir hasta entonces. Había habido muy poco honor en el descenso inicial a la superficie del planeta, entre la muerte y la frenética naturaleza del combate contra los odiosamente rápidos guerreros Megaaracnidos. Había sido una tarea brutal, intensa y sangrienta, y muchos buenos guerreros habían encontrado su fin bajo los furiosos y amoratados cielos de Muerte. Debido a los errores de Eidolon, hubo muy poca gloria que ganar hasta la llegada de los Lobos Lunares, quienes aportaron su fuerza al combate. Cuando la fuerza de los Hijos del Emperador estaba a punto de ser superada y perecer, una fuerza de apoyo de Astartes recién llegados de los Lobos Lunares, procedente de la propia 63ª Flota Expedicionaria del Señor de la Guerra Horus comenzó a descender a través de la ventana atmosférica abierta tras el derribo de uno de los dispositivos de control de clima. Los Megaaracnidos fueron dispersados, y comenzó un duro asalto a gran escala contra los hostiles xenos de Muerte. Diez Compañías de los Lobos Lunares, los restantes miembros de los Hijos del Emperador, decenas de miles de soldados del Ejército Imperial y varios Titanes de la Legio Mortis comenzaron a destrozar y derribar franjas enteros de los bosques y destruyeron todos y cada uno de los "árboles" que se encontraron, lo que comenzó a erosionar poco a poco la barrera atmosférica de Muerte. Horus, que estaba al mando del asalto imperial desde su nave insignia en órbita, quedó bastante complacido por los progresos realizados. Se tuvo en consideración el comenzar la retirada de las fuerzas en la superficie de Muerte ahora que había una zona de aterrizaje válida para permitir la extracción sencilla del personal, cuando repentinamente llegó un visitante inesperado.

El Primarca Sanguinius había llegado al planeta para investigar la muerte de la fuerza original de descenso de los Ángeles Sangrientos que había sido barrida al principio de la campaña. Añadiendo cinco de sus Compañías de Ángeles Sangrientos a la fuerza imperial de invasión ya existente en la superficie, Sanguinius y sus fuerzas lucharon codo con codo con el Señor de la Guerra contra los alienígenas. Miles de Megaaracnidos surgieron de los bosques y cañones de Muerte en una oleada incesante. A pesar de no retirase jamás ante el asalto imperial, los Megaaracnidos no dejaron de perder terreno. En el sexto mes de campaña se hizo evidente que los Megaaracnidos se enfrentaban a su extinción definitiva, cuando una flota enviada por los Interexianos llegó al sistema para determinar quién había atacado el mundo reserva de los Megaaracnidos. Ya que contactar con los tecnológicamente avanzados humanos de los Interex era un tema con mayor prioridad y exigía ser tratado con presteza, el Señor de la Guerra finalizó la campaña contra los xenos de Muerte.

Evolución[]

Tras otra exitosa acción de imposición de la Obediencia Imperial llevada a cabo en el planeta imperial designado como Veintiocho-Cuatro, Eidolon se puso bajo el bisturí de Fabius Bilis para someterse a cirugía mejoradora opcional. Durante la intervención se le implantaría un implante traqueal modificado que se enlazaría con las cuerdas vocales del Lord Comandante, permitiéndole producir un chillido paralizante del sistema nervioso similar al empleado por algunas progenies guerreras de los Laer.

Cuando el Apotecario le explicó al Lord Comandante la naturaleza del nuevo órgano que iba a implantar en su garganta, Eidolon montó en cólera por el hecho de que Bilis fuera a introducir tal obscenidad xenos dentro de su cuerpo. Furioso, ordenó al Apotecario detener la intervención y soltarle de la mesa de tratamiento, pero Fabius se negó a obedecer las órdenes del Lord Comandante, ya que el propio Fulgrim había autorizado sus investigaciones y Eidolon le había dicho al Apotecario que trabajaría en él tras su retorno. El Lord Comandante emplearía sus nuevas habilidades mientras dirigía a los miembros de la 1ª Compañía en colaboración con la 7ª Compañía del Capitán de Batalla Nathaniel Garro, de la Guardia de la Muerte, contra las fuerzas traidoras en Istvaan Extremis, el planeta más externo del Sistema Istvaan. Mientras se enfrentaba a un poderoso psíquico ungido por Slaanesh, conocido como la Cantora de Guerra, Garro resultó abatido. Fue entonces cuando Eidolon se hizo cargo de la situación y empleó sus recientemente adquiridas capacidades para destruir a la Cantora de Guerra con un devastador aullido sónico. A la luz de dicha acción, podría considerarse a Eidolon como uno de los primeros Marines Ruidosos.

Destino final[]

Tras la Masacre del Desembarco en Istvaan V, Fulgrim y la Legión de los Hijos del Emperador recibieron órdenes del Señor de la Guerra que les obligaban a ir a Marte. Sin embargo, en lugar de seguir las órdenes de su hermano, el cada vez más mercurial Primarca decidió desobedecer, ordenando a su Legión que atacaran un Mundo Forja del Mechanicus conocido como Prismatica V, en el Cúmulo de Prismática. Incapaz de tratar con el temperamento cada vez más voluble de su señor, así como con la creciente hostilidad de sus antiguos colegas, miembros veteranos de la Legión, como Lucius, el Lord Comandante Eidolon cuestionó la utilidad de las órdenes del Primarca. Aquello resultó ser un trágico error de cálculo por parte del Lord Comandante. Incapaz de aplacar a su airado señor, las pocas palabras que logró balbucir en su favor solo consiguieron provocar aún más al Primarca. El paranoico Primarca poseído creyó que Eidolon se estaba burlando de él, y que planeaba traicionarle. En un movimiento inimaginablemente raudo y relampagueante, el Primarca desenvainó el mortífero Anatham Kinebrach de su vaina y decapitó a su anterior favorito. Después, la seccionada cabeza del asesinado Eidolon fue pasada por encima del vino de la victoria, y la sangre que goteaba del espeluznante trofeo se mezcló con la potente bebida, que fue compartida por los miembros más veteranos del círculo interior de la Legión III.

Resurrección[]

Eidolon Herejía Hijos del Emperador

El Lord Comandante Eidolon tras su resurrección por Fabius Bilis.

Sin embargo, la cabeza de Eidolon sobrevivió. Por orden de su Primarca, Fabius conservó el cuerpo de Eidolon y su cabeza en un recipiente que la mantuvo viva mientras encontraba la forma de unir ambas. Finalmente, cosió la cabeza de Eidolon a su antiguo cuerpo, pues tenía una misión tras su muerte.

Una vez llegaron a Amon ny-shak Kaelis, Fulgrim reveló su verdadero objetivo a su hermano, la razón por la que buscaban el Angel Exterminatus en ese planeta: el interior del planeta era hueco y estaba cubierto por millones de joyas espirituales de los que murieron con el nacimiento de Slaanesh. Fulgrim quería usar esas almas para convertirse en un Príncipe Daemon, el verdadero Angel Exterminatus. Para que la ceremonia de renacimiento pudiese estar completa, era necesario que la llevase a cabo alguien que hubiese muerto y revivido, y ahí es donde entraba Eidolon.

Desenvainando el Anatham que una vez le hubiese matado, cortó en numerosos lugares a su primarca, causandole placer y dolor infinitos. Tras eso, insertó las joyas en el interior de esas heridas, para que sirviesen como combustible para su transformación. Todo esto lo llevó a cabo por ser el único de sus guerreros que habia vuelto de la muerte, y por eso era tan especial para su primarca.

Aunque la cirujía de Fabius había sido realmente exitosa, Eidolon no volvio inmediatamente a ser el mismo que era antes de morir. Su cuerpo y su cabeza estaban separadas por una gran cicatriz donde antes estaba el corte que le había decapitado. Además, sus capacidades motoras se vieron gravemente afectadas, lo que se podía observar en su torpe caminar, como si no estuviese acostumbrado a su cuerpo. Esto era tan evidente, que incluso su Primarca admitió que le resultaba ofensivo. Sin embargo, su capacidad racional no disminuyó, y siguió siendo el comandante que una vez fue.

Tras la Herejía[]

No se sabe realmente que fue de Eidolon tras la Herejía de Horus. Según los registros imperiales, parece ser que el Lord Comandante seguía vivo, al menos hasta la Batalla de Terra a finales de la Herejía de Horus. Es más, hay rumores que apuntan a que Eidolon ha conseguido sobrevivir, de algún modo, hasta la época actual. A pesar de su considerable esfuerzo, los eruditos al servicio de la Inquisición no han sido capaces de determinar si Eidolon sobrevivió o no al Asedio de Terra. Algunos rumores sin pruebas sostienen que Eidolon ha sido responsable de cientos, si no de miles, de sangrientos ataques sobre mundos imperiales en los últimos diez mil años, y sugieren que pudo haber servido como teniente bajo las órdenes de Abaddon el Saqueador, como consorte de la Reina Sylelle y como Campeón del Caos del Príncipe Daemon N'Kari. Sin embargo, ningún Inquisidor ha sido capaz de ubicar la fuente de dichos rumores, aunque sin pruebas claras ni en favor ni en contra, la Inquisición no puede declarar a Eidolon como fallecido.

Personalidad[]

Como su Primarca, Fulgrim, Eidolon se sentía empujado a cumplir con el imposible deseo de obtener la perfección en todo lo que hacía. Eidolon no aceptaba ningún resultado por debajo de la perfección absoluta en todas y cada una de sus acciones, y trabajaba sin cesar para perfeccionar las operaciones militares de su Legión, Todos y cada uno de los Astartes entrenaban durante cada una de sus horas de vigilia para cumplir con dicho objetivo. En reconocimiento a sus habilidades de liderazgo, percepción táctica y ansia por la perfección, Eidolon fue reconocido y alabado por su Primarca, convirtiéndose en el primer Marine Espacial seleccionado por Fulgrim para dirigir a una Compañía entera de los Hijos del Emperador. Como comandante de Compañía, fue aún más condecorado y admirado por sus talentos superlativos como líder de hombres, por lo que se le concedió el ascenso al importante cargo de Lord Comandante, el primero de los dos existentes en la Legión III. El Primarca escogió personalmente a Eidolon ascendiéndole a su nueva posición dentro de la jerarquía de los Hijos del Emperador, ya que veía en él el potencial y las cualidades necesarias para dirigir a los Hijos del Emperador. Eidolon solía ser visto como el más hábil de los Lords Comandantes de la Legión III. Hasta el momento de la corrupción de la Legión, Eidolon se dedicó a dominar todos los aspectos de la guerra. Sus tropas luchaban igual de bien en asedios, acciones de contención, asaltos rápidos y agotadoras campañas de desgaste, sin demostrar en ningún momento ninguna clase de inexperiencia o ineficiencia fuera cual fuera lo que se les exigiera. Eidolon veía a Fulgrim como a un padre en el sentido literal, considerando su lazo a través de la semilla genética como algo tan fuerte como el de la verdadera paternidad. Aunque aceptaba que jamás estaría a la par que el Primarca en poder, Eidolon continuó empleando cada momento de vigilia estudiando las estrategias y tácticas de Fulgrim, así como sus escritos y oraciones, con la esperanza de llegar lo más cerca posible de la perfección de su líder.

Etimología[]

La etimología del nombre "Eidolon" procede de la antigua palabra griega eidōlon, la imagen o representación de una idea, o la demostración de una forma ideal.

Miniatura[]

Fuentes[]

Extraído y traducido de Wikihammer 40K UK.

  • Horus Heresy: Collected Visions.
  • Index Astartes I.
  • White Dwarf 255 (Edición estadounidense).
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