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Icono de esbozo Por orden de su Santísima Majestad, el Dios-Emperador de Terra. La Sagrada Inquisición declara este artículo En Construcción por Hispanus. Si encuentra algún problema o falta de devoción por su parte, notifíquelo, un acólito del Ordo Hereticus estará encantado de investigarlo. Aviso: la manipulación del contenido sin las debidas referencias a informes inquisitoriales (fuentes) supondrá la purga automática de dicha edición.
Teniente Titus Space Marine II

Teniente Demetrian Titus

El capítulo de los Ultramarines ha producido algunos de los mejores servidores del Emperador en la historia del Imperio, sinónimos del coraje y honor que son el núcleo de su credo. Hubo un tiempo en el que parecía que Demetrian Titus, capitán de la 2.ª Compañía, eclipsaría a todos, antes de que un giro de los acontecimientos lo llevara al exilio y se le presumiera muerto durante décadas.

Ahora, en la Era Indomitus, Titus ha regresado para luchar junto a sus hermanos de batalla una vez más y, tal vez, reanudar su ascenso meteórico al alto mando. En los órdenes de batalla compiladas por los logistias imperiales en las primeras etapas de la Cuarta Guerra Tiránida, Demetrian Titus aparece como teniente de la 2.ª Compañía de los Ultramarines, bajo el mando del capitán Sevastus Acheran, sucesor de Cato Sicarius.[1a] [1b]

Historia[]

Demetrian Titus Niño Secret Level

Un joven Titus durante sus pruebas de selección

Demetrian Titus nació en el mundo agrícola de Tarentus (Sistema Masali, Subsector Ultramar, Sector Ultima, Segmentum Ultima) alrededor del 665.M41, ochenta años antes de que la Flota Enjambre Behemoth invadiera Macragge y estallara la Primera Guerra Tiránida (745.M41)[1]. Hijo único de una familia humilde, Titus fue elegido entre los jóvenes más prometedores de su generación por Metaurus, selector de la 10.ª Compañía de los Ultramarines[5], sobresaliendo en cada prueba que se le puso por delante hasta convertirse en un Marine Espacial. Poco más de cinco décadas después, Titus era un guerrero condecorado de la 2.ª Compañía.[1b]

La 2.ª Compañía es solicitada con frecuencia para luchar lejos de las fronteras del Reino de Ultramar. Así pues, cuando las naves de la Flota Enjambre Behemoth invadieron el espacio imperial, marcharon e invadieron Macragge, Titus no pudo luchar por su mundo capitular. Las llamadas de socorro astropáticas lucharon por escapar de los efectos de la Sombra en la Disformidad provocada por los xenos, mas unas pocas alcanzaron a las fuerzas de ataque de la 2.ª Compañía, las cuales se apresuraron a regresar a Ultramar. Si bien llegaron demasiado tarde para participar en la Batalla de Macragge, formaron parte de las oleadas de refuerzos que expulsaron a los tiránidos de otros mundos de Ultramar.[1b]

Dadas las pérdidas catastróficas en la Batalla de Macragge, los Ultramarines tenían que reconstruirse. La 1.ª Compañía había sido aniquilada y Severus Agemman, entonces comandante de la 2.ª Compañía, fue elegido para reemplazar al caído Saul Invictus como Primer Capitán del capítulo. Lucian Trajan, sargento mayor de Agemman, fue ascendido al rango de capitán y Titus a sargento de su escuadra de mando. La 2.ª Compañía participaría en múltiples operaciones de purga y Titus fue designado por Trajan como líder en muchas de las mismas. Fue entonces cuando Titus desarrolló lo que se convertiría en su rasgo distintivo: estudiar en profundidad las tácticas y estrategias de los xenos mediante el combate cuerpo a cuerpo. Mientras que otras figuras de alto rango podrían contentarse con examinar datos de segunda mano y los informes de otros para aprender la mejor manera de combatir a sus enemigos, Titus daba primacía a la experiencia personal.[1b]

Trajan y Titus lucharon juntos durante casi un siglo y ambos prosperaron bajo la tutela de Agemman. Aunque algunos creían que Titus habría sido un capitán excelente, él estaba contento con su lugar en la compañía y el capítulo, deseando únicamente servir a su capitán y al Emperador en cualquier función que se le pidiera. Por el contrario y durante esta época, Cato Sicarius, hijo de una familia noble talassaria, había esperado que se le otorgara la capitanía vacante de la 8.ª Compañía, pero en su lugar se la concedieron al hermano de armas de Sicarius, Numitor.[1b]

El precio del mando[]

Tal vez porque demostró repetidamente una dedicación desinteresada al capítulo antes que al engrandecimiento personal, Titus alcanzaría el rango de capitán antes que Sicarius, aunque tal honor tuvo un gran costo. La 2.ª Compañía fue encargada de responder a una invasión aeldari del mundo civilizado de Beta Arcturus, en el pasado parte del Imperio Aeldari. Un contingente del mundo astronave Biel-Tan le había otorgado al gobernador planetario un día local (aproximadamente nueve horas) para retirarse del planeta o enfrentarse a la ira del Biel-Tan. Los Ultramarines respondieron a la llamada de socorro astropática de Beta-Arcturus ocho días después, momento en el que la mayoría de las ciudades del planeta habían sido incendiadas por las huestes asuryani, los Vientos de Espada. El crucero de ataque astartes Furia Justa atacó a las naves Biel-Tan que orbitaban Beta Arcturus, lanzando simultáneamente una fuerza de asalto equivalente a media compañía, bajo el mando de Trajan, en cápsulas de desembarco y cañoneras Thunderhawk directamente a la posición estimada del comandante enemigo.[1b]

Trajan se enfrentó al autarca de los aeldari en combate singular, espada contra espada, matándola mientras Titus lideraba la escuadra de mando contra los Guerreros Especialistas del general xenos. Titus acabó con tres de ellos ese día, cortando brutalmente sus armaduras de hueso espectral con su espada sierra. Los xenos fueron derrotados, pero en su despecho capturaron a uno de los hombres de Titus mientras se retiraban, un joven guerrero llamado Leandros. Con la sangre de Biel-Tan todavía secándose en su servoarmadura, Trajan lideró una escuadra para recuperar a Leandros, ordenando a Titus que asegurara el campo de batalla y esperara su regreso. En realidad, los aeldari atrajeron a Trajan a una emboscada, donde lo liquidaron. No mucho después, Titus lideró el contraataque que recuperó el cuerpo de Trajan y asumió el mando de la fuerza de ataque Ultramarine que expulsó a los aeldari de Beta Arcturus para siempre.[1c]

Graia[]

Marines ultramarines capitán Titus rostro

Demetrian Titus durante su acción en Graia

La capitanía en funciones de Titus fue una situación que el señor del capítulo, Marneus Calgar, hizo permanente, otorgándole el mando de la 2.ª Compañía después de que llevaran el cuerpo de Trajan de vuelta a Macragge para ser enterrado dentro de un gran sepulcro en la Fortaleza de Hera. Titus continuó liderando a la 2.ª Compañía victoria tras victoria contra mutantes, xenos y herejes. Muchos dentro del alto mando capitular, como Agemman y Calgar, lo consideraban un modelo de humildad, además de un guerrero y estratega ejemplar.

Diez años después de tomar el mando de la 2.ª Compañía, Titus lideró una fuerza de ataque para socorrer el mundo forja Graia[1], invadido por los orkos del ¡Waaagh! Grimskull, que tenía la intención de robar cuantas armas imperiales encontraran, incluyendo los Titanes Warlord, que se fabricaban en Graia, lo que hacía del mundo un activo estratégico del Imperio que no podía perderse.

Titus y dos de sus compañeros, Leandros y Sidonus, acabaron separados del resto de sus fuerzas y uniéndose a los restos del 203º Regimiento de Tropas de Choque de Cadia de la Guardia Imperial y su único oficial superviviente, la teniente segunda Mira, para detener el ¡Waaagh!. En el camino, los tres consiguieron rescatar al Inquisidor Drogan del Ordo Xenos, atrapado en el planeta, que decía poseer un arma que podría acabar con los orkos, a la que había llamado Azote Psíquico. Finalmente, Titus derrotó en combate individual a Grimskull, lo que hubiese acabado con la invasión, de no ser por la traición de Drogan.

El Inquisidor resultó ser un peón no-muerto del Hechicero del Caos Nemeroth, líder de una partida de guerra de Marines Espaciales del Caos conocida como los Elegidos de Nemeroth, que había orquestado el asalto para conseguir una fuente de energía experimental que le permitiría ascender y convertirse en un Príncipe Daemon. El arma que Drogan quería utilizar para detener a los orkos no era sino un instrumento para abrir una grieta disforme que permitió al Hechicero del Caos, una horda de Daemons del Caos y su partida de guerra de los Marines Espaciales del Caos desembarcar en Graia. Titus tuvo que volver a enfrentarse a este nuevo enemigo, consiguiendo matar a Nemeroth justo en el momento de su ascensión[2].

Con todo, después de mostrar una resistencia poco común al poder de la disformidad desatado en Graia, Titus fue detenido y llevado por el inquisidor Thrax para ser interrogado, tras lo cual desapareció de los anales del capítulo durante décadas. Cato Sicarius, supuestamente ignorado para el mando después de la Primera Guerra Tiránida, reemplazó a Titus como capitán de la 2.ª Compañía.[1c]

Titus pasó más de un siglo bajo la custodia de Thrax, quien intentó establecer la razón de la resistencia de Titus al Inmaterium. Titus fue torturado psíquicamente y sometido a rastreos mentales brutales, y aunque no se pudo discernir ningún signo de corrupción, el inquisidor se negó a entregar a su cautivo. Durante este tiempo, Marneus Calgar mandó numerosas misivas a los representantes de los Sagrados Ordos de la Inquisición, exigiendo que su capitán fuera devuelto. Calgar nunca supo si estas solicitudes cayeron en oídos sordos o se perdieron en los laberintos de secreto y jerarquías autoproclamadas que existen dentro de la Inquisición. Tampoco le llegó ninguna palabra ni de Thrax ni de su cautivo, Demetrian Titus, durante años.[1c] Sin embargo, Titus no fue olvidado por los suyos, y siguió siendo un ejemplo para los Ultramarines con el paso de los años [3].

Exilio y olvido[]

Gerome Thrax había servido como inquisidor durante más de cuatro siglos antes de la invasión de Graia. Habiendo sido instruido como interrogador por el legendario cazador de demonios Phaust, Thrax era un miembro declarado del Ordo Malleus. Sin embargo, también era un estudiante de historia y creía que los ángeles de la muerte del Emperador, el Adeptus Astartes, representaban una amenaza existencial para la Humanidad, equivalente a la herejía y la Disformidad. Así que se encargó de supervisar las acciones de varios capítulos, particularmente aquellos que operaban en el Segmentum Tempestus y el propio Segmentum Solar. La invasión orka de Graia no le interesaba especialmente, y la participación de los Ultramarines en la respuesta apenas lo incrementó, pero cuando sus agentes interceptaron mensajes de socorro binarios (los sacerdotes identificaron la partida de guerra de Nemeroth en el planeta), Thrax convocó a la nave de ataque más rápida que pudo para llevarle a Graia; el destino de Titus estaba sellado.[1d]

Thrax llegó y descubrió que Titus había sido engañado por la posesión demoníaca del inquisidor Drogan, del Ordo Xenos. Este deseaba acceder a una fuente de energía alimentada por la disformidad con la que el inquisidor había estado experimentando antes de la invasión orka y le había encomendado a Titus que luchara para abrirse paso hasta llegar a ella. Titus no solo había mostrado una resistencia poco común a la disformidad desatada por la fuente de energía experimental, sino que se había dejado llevar por las maquinaciones de una entidad demoníaca; Thrax no necesitaba más. Mientras Titus languidecía en una celda de estasis en una instalación inquisitorial segura, Thrax continuó su vigilancia autoproclamada sobre los astartes que pretendían mantener seguras las fronteras del Imperio. Su voz fue una de las primeras en plantear inquietudes sobre las acciones de Lugft Huron, el futuro Tirano de Badab, en los años previos a lo que se conocería como la Guerra de Badab. Declaró personalmente a seis capítulos Excomunicate Traitoris durante un período de un siglo, lo que llevó a un mayor derramamiento de sangre entre las hermandades guerreras del Adeptus Astartes. Cuando Darnath Lysander, perdido en la disformidad durante siglos, regresó al Imperio, Thrax exigió que los Puños Imperiales lo entregaran a su custodia para que pudiera establecer su pureza, pero su petición fue desestimada por el Representante Inquisitorial en el Senatorum Imperialis.[1d]

Thrax encontraría su fin cuando lideró una fuerza de ataque de Caballeros Grises para limpiar la fortaleza-monasterio del capítulo de los Matadores Grises. El mundo salvaje del que reclutaban a sus aspirantes había caído en la adoración a los Dioses del Caos, y la mancha terminó por salpicar al capítulo. Los Matadores Grises fueron reprimidos sin piedad por los caballeros de Titán, pero durante sus investigaciones sobre los orígenes de dicha corrupción Thrax fue poseído por un demonio. Los Caballeros Grises, liberados automáticamente de cualquier obligación hacia el inquisidor, exterminaron a Thrax. Como suele suceder cuando un inquisidor es corrompido, un cónclave de inquisidores del Ordo Malleus recibió la tarea de investigar los casos de Thrax para determinar cómo uno de ellos había demostrado ser vulnerable, evitando así que sucediera en el futuro.[1d]

Vigías de la Muerte[]

Tras la muerte de Thrax, se enviaron fuerzas del capítulo de los Cazadores Rojos para investigar y asegurar las posesiones del difunto Thrax. En una estación de vigilancia inquisitorial remota, muy al sur de la galaxia, un equipo de exterminio de los Cazadores Rojos descubrió casi una veintena de astartes encerrados en celdas de estasis. La historia de Titus bien podría haber terminado allí, de no ser porque la inquisidora responsable de supervisar la incautación de los materiales de Thrax se hubiera sentido inclinada a ocultar la vergüenza de su compañero. Así pues, Titus y guerreros de varios capítulos que habían atraído la atención de Thrax fueron trasladados a la Fortaleza del Vigilante de los Vigías de la Muerte para ser evaluados.[1e]

Despertado y liberado de su letar, Titus apartó rápidamente a Thrax de sus pensamientos, como había hecho con Drogan, una vez que se enteró del destino de su captor, pero sus experiencias alterarían para siempre sus opiniones sobre los inquisidores y su trato con ellos. Titus entró al servicio de los Vigías de la Muerte como un Escudo Negro, ocultando así su identidad para aquellos con quienes luchaba. Puesto que no había recibido noticias de sus hermanos desde su encarcelamiento, Titus llegó a creer que había deshonrado su nombre y el de los Ultramarines, decidiendo en consecuencia que no era digno de llevar el nombre del Capítulo; serviría a los Vigías de la Muerte con la misma humildad con la que sirvió a Macragge. Entre los equipos de eliminación de la Fortaleza del Vigilante, Titus demostró familiaridad con muchas de las especies xenos, aunque nunca se jactó de relatar sus hazañas como lo harían los guerreros de otros capítulos. Adoptando el nombre de Nullus, Titus decidió luchar y morir, si era necesario; una situación que casi llegó a suceder durante una acción contra los Tiránidos de la Flota Enjambre Leviathan en las etapas iniciales de la Cuarta Guerra Tiránica.[1e]

Cuando las bionaves de la Flota Enjambre Leviathan emergieron desde debajo del plano galáctico en el Segmentum Pacificus, muchos de los defensores en la región no tenían una comprensión real del enemigo al que se enfrentaban. La mayoría de los asaltos registrados de la Mente Enjambre hasta ese momento tenían su origen en el otro lado del Imperio, en la Franja Este, por lo que el patrón de confusión y respuestas descoordinadas que había marcado las primeras guerras tiránidas fue repetido por aquellos en el Segmentum Pacificus. Sin embargo, incluso cuando los mensajeros llegaron por fin a Terra y se concentraron las primeras fuerzas de ataque Filos Solares, las fortalezas de vigilancia de los Vigías de la Muerte que salpicaban el segmentum desplegaron sus equipos de eliminación. El Señor de la Vigilia Vaedrian Shenol, Castellano Negro de la Fortaleza del Vigilante, autorizó a su Compañía de Vigilia Primus a unirse a las fuerzas enviadas desde Fuerte Obsidius a varios sistemas imperiales en el Segmentum Pacificus. Nullus, como parte del Equipo de Eliminación Kasaeran, fue desplegada en el Sistema Recidious vía Corvus Blackstar. Sus órdenes eran reforzar a las fuerzas del Astra Militarum estacionadas allí, ya debilitadas por el peaje cobrado por la Cruzada Indomitus en todo el Imperium Sanctus. La cañonera fue derribada por enjambres de bioformas aladas, lo que obligó a los guerreros a enfrentarse a los xenos en la superficie. Allí, Titus fue gravemente herido por un Cárnifex y contemplando a sus hermanos de batalla muertos a su alrededor, se preparó para encomendar su alma al Emperador. Fue entonces cuando Titus se reencontró con los guerreros de Ultramar, pues una fuerza de ataque de los Ultramarines llegó para relevar a los Vigías de la Muerte en el planeta Kadaku.[1e]

Renacimiento[]

El Primer Capitán Severus Agemman, Tetrarca de Konor y comandante de los confines del norte de Ultramar, fue uno de los primeros en reunir una fuerza de veteranos para emprender el arduo viaje al Segmentum Pacihcus, concretamente al Subsector Bastior. Con él iba Varro Tigurius, Bibliotecario Jefe de los Ultramarines, y fue él quien detectó la señal del alma del guerrero una vez conocido como Demetrian Titus mientras su nave atravesaba el immaterium. Cuando la Sombra en la Disformidad comenzó a nublar la visión disforme de Tigurius, el bibliotecario Zhief reconoció a Titus. El destino quiso que Tigurius viajara a bordo del Furia Justa, la misma nave que había llevado a Titus y Trajan en innumerables campañas, y fue esta la que hizo traslación en el borde del Sistema Recidious. Sus cañoneras Thunderhawk se desplegaron en el planeta y aunque era tarde para salvar a Kadaku, hallaron a Nullus, quien fue evacuado a la Furia Justa.[1f] [1g]

Las heridas de Titus eran críticas, por lo que se decretó que fuera sometido al Procedimiento Calgar para tener una oportunidad de sobrevivir. Titus sobrevivió su transformación en Marine Primaris con tanta estoicismo como había soportado cualquiera de los interrogatorios de Thrax. Cuando despertó, se sorprendió al encontrarse honrado con el rango de teniente de la 2.ª Compañía, bajo el capitán Sevastus Acheran; cuando Titus fue sacado de los Ultramarines, Acheran era un explorador. Hubo quienes mostraban aprensión sobre el regreso de Titus al capítulo. Sin embargo, Tigurius había realizado su propio examen del ex-capitán y descubrió que no albergaba mancha alguna antes de comunicarse psíquicamente con Marneus Calgar, quien autorizó la reinstauración inmediata de Titus. Su palabra era tan inamovible como inquebrantable, y Titus, recibido de nuevo en la 2.ª Compañía de los Ultramarines, traería una vez más la ira de su capítulo a los enemigos del Imperio.[1g]

Misión en Zsah'uj[]

Después de los hechos acaecidos en la Cuarta Guerra Tiránida, Titus fue enviado a destruir la reliquia de un culto del Caos a Tzeentch en el planeta Zsah'uj. La fuerza de ataque estaba compuesta de una escuadra de Veteranos Guardahohas liderada por Metaurus, su antiguo mentor, y completa con los veteranos Icaron y Levantus. El cometido de Titus en esta misión era el de cargar un sarcófago en el que se encontraba internado un astrópata[5].

Tras aterrizar en el planeta, los ultramarines descubrieron que las comunicaciones estaban siendo impedidas por las energías de la Disformidad[6], por lo que los Veteranos y el Teniente tuvieron que avanzar por territorio enemigo, enfrentándose a hordas de cultistas que les salieron al paso, así como a una manada de Tzaangors, despachando a todos sus enemigos sin dificultad.

Finalmente, tras recorrer una serie de túneles subterráneos, la escuadra llegó hasta la reliquia herética: una enorme estatua de un Señor de la Transformación en mitad de una cámara vacía. Nada más llegar a la cámara, Titus sacó al astrópata de su sarcófago, mostrando su verdadera función: desplegar un escudo de energía psíquica que protegiese a los ultramarines mientras estos destruían la estatua[5]. Sin embargo, el escudo demostró ser inútil cuando una hechicera, la Gran Sacerdotisa del Culto de Tzeentch, salió desde el enorme orbe que la estatua sujetaba en su mano[6], utilizando magia para detener el tiempo y los movimientos de los Astartes. La hechicera utilizó sus poderes para volver las mentes de los ultramarines en su contra, utilizando sus miedos para inutilizarles y matarles, consiguiendo acabar con Icaron y Levantus, e hiriendo de gravedad a Metaurus, pero no pudo encontrar ningún miedo en la mente de Titus, quien pudo sobreponerse a los poderes de la hechicera, cortándola en dos con su cuchillo de combate[5].

Con la muerte de la sacerdotisa y la destrucción de la estatua, que emitió un enorme pilar de luz hacia el cielo, las fuerzas del Empíreo sobre el planeta perdieron potencia[6], lo que permitió a la flota de los Ultramarines volver a recibir la señal de Titus en la superficie. El Teniente cargó con el herido Metaurus fuera de la cámara, mientras las naves de la flota la señalaban como objetivo de un bombardeo orbital[5].

Personalidad[]

Titus era un Ultramarine poco usual, que creía que el Codex Astartes ofrecía una excelente serie de directrices para lo que significaba ser un Astartes, pero que no fue escrito para ser seguido ciegamente. Él creía que el espíritu del Codex era más importante que su letra y cómo se usen las directrices contenidas en él darán auténtico testimonio de si uno era un Astartes o no.

También destaca por ser empático con los humanos comunes de la Guardia Imperial, reconociendo su gran labor en la defensa de Graia contra los Orkos, especialmente a la Teniente Mira, a la que reconoció como una gran líder.

Equipo[]

En un momento u otro, el Capitán Titus maneja casi cada pieza de equipo disponible en el arsenal de los Marines Espaciales, incluyendo la Pistola Bólter, el rifle Bólter y la Espada Sierra, la elección de muchos miembros de los Astartes. Quizás la pieza más distintiva del arsenal era el Lanzagranadas Venganza, un arma que disparaba minas explosivas que generaban un campo gravitacional y se adherían a los enemigos antes de explotar.

Trivia[]

El videojuego Warhammer 40.000: Space Marine tiene lugar en un universo paralelo de Warhammer 40,000 donde la 2ª Compañía de los Ultramarines es comandada por el Capitán Titus en lugar de Cato Sicarius. Por lo tanto, ninguno de los hechos que ocurren en ese videojuego pertenecen al canon de Warhammer 40.000. Esto se puede inferir debido a algunas referencias cronológicas, pues se menciona la Primera Cruzada Aureliana, así que el juego tiene que transcurrir posteriormente al 997.M41, momento en el que Sicarius ya es capitán.

Sin embargo, con la salida de los videojuegos Boltgun (2023) y Space Marine II (2024), y aunado a material de novelas y texto, se ha llevado a cabo un trabajo de retrocompatibilidad con Titus, por lo que ahora forma parte de la continuidad cronológica y narrativa de la linea argumental principal de Warhammer 40.000: se han ignorado algunas referencias cronológicas de los hechos del primer videojuego, situando los sucesos del primer juego varias décadas antes del ascenso de Sicarius a la capitanía. Aunque no han indicado exactamente el año, se sabe que pasa casi un siglo entre la Primera Guerra Tiránida (745.M41) y el ascenso de Titus a capitán, y diez años hasta la Liberación de Graia, por lo que debe ser, aproximadamente, en el 850.M41.

Miniatura[]

Fuentes[]