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Imagen del primer Decálogo en Herrin situado en las puertas de la sede principal del Weisering en Balhaus
El Decálogo de Balhaus es el conjunto de ideales determinados de manera formal en su civilización y que datan de su fundación, pues fueron las virtudes que Alois Krautzmitt junto con el primer Weisering enunciaron como escala de valores para toda la sociedad y cuya observación se considera necesaria en todos los ámbitos como complemento básico de la Noocracia establecida.
El Derecho Balhausita es la materialización de los postulados del Decálogo en sus normas derivadas.
Dichas valores constatan en su conjunto una virtud general, ya que su observación completa, entienden, convierte al sujeto en un individuo más perfecto.
Estos hechos se derivan de antiguos códigos basados en la honorabilidad y componen un sistema que se trata de aplicar como base fundamental del comportamiento ideal del sujeto en cualquier ocasión, de la sociedad en su conjunto y de los dirigentes en particular.
El Decálogo recoge los siguientes valores:
- Valentía – Eliminación de la autocompasión, fuerza de voluntad y capacidad para sobreponerse a las dificultades.
- Disciplina – Autoinstrucción para el desarrollo de habilidades, seguimiento de un código de conducta y un orden en todas las cosas.
- Honestidad – Ser razonable, decente, veraz y honrado.
- Incorruptibilidad – Evitar dejarse tentar por beneficios personales inmediatos de mala procedencia en situaciones de elección.
- Laboriosidad – Esmero y cuidado en la ejecución de las labores. Prontitud y cumplimiento de compromisos.
- Lealtad – Devoción inquebrantable a Balhaus y a uno mismo como deuda de honor y gratitud.
- Fiabilidad – Ser digno de confianza a toda prueba.
- Templanza – Dominio de la voluntad sobre los instintos, moderación ante el exceso y equilibrio.
- Abnegación – Capacidad de sacrificio y voluntad de ayuda.
- Justicia – Respetar y sobre todo aplicar las pautas y criterios establecidos para la convivencia entre los balhausitas y sus instituciones. Hasta cierta medida, también es aplicable a los extraños.
Todos estos valores son elementos de reverencia y respeto para los balhausitas, de modo que se enseñan a todos los individuos desde muy jóvenes, en academias, colegios, gremios, campos de entrenamiento y universidades, tratando de ejemplificar y ensalzar su necesidad en todos los ámbitos de existencia.
Todo balhausita, cualquiera que sea su edad o condición, debe (teóricamente) adherirse al Decálogo y tratar de cumplirlo en cualquier caso, pues ninguno de ellos está por encima de él. El mismo sistema gubernamental establecido en Balhaus fue creado para respetar estas normas, ampliándolas a todos los ámbitos de su competencia y sobre todo en materia de justicia aplicada.
Las IAs balhausitas, igualmente, contienen el Decálogo en su programación básica, funcionando como directrices orientativas de cumplimiento ante la falta de otros parámetros.
Restricciones
Tal y como se ha enunciado en numerosas obras escritas al respecto del Decálogo, su potencial aplicación es común entre los balhausitas, si bien su uso en el sentido más estricto es sólo aplicable entre ellos.
Algunos de estos códigos, obviamente, no pueden ser exportados al tratamiento de otras razas ni a la interacción con las mismas, pues éstas desconocen el significado de algunos de ellos o simplemente estas guías de corrección moral no caben en su propia naturaleza.
De este modo, no puede esperarse que los balhausitas apliquen por defecto valores como el Ehrlichtkeit (honestidad) o el Treue (lealtad) en una negociación con un Naiv, pues estarían en franca desventaja, si bien sí que son los principios que primarían si el otro individuo involucrado fuera un balhausita.
Esto se extrapola a las relaciones de Balhaus con otras culturas, lo cual significa que si bien los balhausitas son individuos confiables por norma general esto no quiere decir que sean ingenuos o que esperen un tratamiento de favor por emplear los principios recogidos en el Decálogo.
Como entes racionales y guiados por el principio noocrático, comprenden que el ámbito de aplicación del Decálogo estricto se circunscribe a su civilización, requiriendo de adaptación dependiendo del escenario donde deban desenvolverse.