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Veredicto del Certamen de Relatos Wikihammer + Voz de Horus ¡Léelos aquí!

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Logo del Cuto Mechanicus

Logo del Culto Mechanicus.

El Culto Mechanicus, también conocido en tiempos anteriores a la Herejía de Horus como Culto Mechanicum, es el conjunto de creencias religiosas que sirve como cimiento filosófico del Adeptus Mechanicus. Aunque los fieles del Culto Mechanicus son miembros del Imperio, tienen una versión propia de la fe que difiere sustancialmente en la teología y los rituales de la religión estatal estándar conocida como el Culto Imperial, que está dedicado al Dios-Emperador de la Humanidad. La religión del Culto Mechanichus valora el conocimiento y la tecnología que este crea por encima de todo lo demás, y contempla la entrega final a la tecnología en forma de una existencia puramente mecánica como el destino final de la evolución de la Humanidad.

Teología

El Culto Mechanicus cree que el conocimiento en sí es la manifestación de la divinidad en el universo. El objeto supremo de devoción es por ello el omnisciente Dios Máquina, un espíritu inmanente y omnipotente que gobierna toda la tecnología, maquinaria y conocimiento de la Creación. Se cree que el Dios Máquina es favorable a la Humanidad, y que es el originador de toda la tecnología y los conocimientos científicos humanos. Según las enseñanzas del Culto Mechanichus, el conocimiento es la manifestación suprema de la divinidad, y todas las criaturas y artefactos que personifiquen el conocimiento son sagradas por ello. Las máquinas que conservan el conocimiento de tiempos antiguos también son sagradas, y las inteligencias mecánicas no son menos divinas que las de carne y sangre; es posible que incluso más, porque son expresiones más puras de ese conocimiento sin las emociones conflictivas e imperfecciones que aquejan a los seres orgánicos como el Hombre. Una persona solo vale la cantidad de su conocimiento: el cuerpo físico simplemente es una máquina orgánica capaz de conservar intelecto, y una que es mucho más imperfecta a los ojos del Dios Máquina que una de metal y circuitos. Por esta razón, los devotos al Culto Mechanichus transforman a menudo grandes porciones de sus cuerpos con mejoras cibernéticas.

El Dios Máquina

Según el Culto Mechanicus, la tecnología es una forma de vida superior a una creada por procesos físicos más toscos como la evolución biológica. Solamente una fuente divina podría haber inspirado la perfección de forma y función alcanzable en las máquinas. Esta fuente divina es el Dios Máquina. El Dios Máquina no debe ser entendido en el sentido del Dios personal de la antigua tradición religiosa abrahámica de Terra: el Dios Máquina no es una persona, sino más bien una fuerza inmanente en el universo. Por razones sin especificar, ha convertido a los humanos en su pueblo elegido, y les revela sus auténticos diseños y máquinas a través de selectos profetas. A fin de interactuar con el mundo físico, también se profetizó que crearía un avatar físico, llamado el Omnissiah. En los primeros días de la Gran Cruzada, el Emperador de la Humanidad fue reconocido por el Mechanicum como el Omnissiah, lo que llevó a la firma del Tratado de Marte (conocido por el Mechanicus como el Tratado de Olympus) y la alianza del Culto Mechanicus con el floreciente Imperio de la Humanidad, transformando a los Tecnosacerdotes de Marte en el Adeptus Mechanicus del Adeptus Terra.

Espíritus Máquina

El Culto también cree en la existencia de los Espíritus Máquina, diminutos y animistas fragmentos del Dios Máquina que habitan cada máquina o pieza de tecnología que existe. Estos fragmentos de su deidad naturalmente reciben mucho respeto, y también se cree que controlan directamente el funcionamiento de la máquina. Eso significa que los Tecnosacerdotes del Adeptus Mechanicus y otros a instruidos por ellos generalmente realizan muchas peticiones ritualizadas, parecidas a oraciones, a su maquinaria, a fin de asegurar que sus espíritus sean propicios y respetados, y de este modo funcionen adecuadamente. Estos rituales habitualmente incluyen muchas operaciones potencialmente útiles en mecánica, como lubricar un eje, asegurar un tornillo o acciones similares, pero también operaciones de valor no inmediatamente visible, como sacrificios, cánticos, libaciones y cosas por el estilo.

La creencia en Espíritus Máquina también es la causa de la postura del Culto respecto a la tecnología xenos. Como los alienígenas no reconocen a los espíritus de sus máquinas, estos objetos son esclavizados y maltratados por sus creadores. Por eso, los humanos no deberían hacer uso de tecnología xenos incluso si es superior a su equivalente humana. Los Cultistas Mechanicus ortodoxos suelen defender la destrucción de la tecnología alienígena para liberar su espíritu, aunque otros seguidores más radicales podrían excusar el estudio, salvaguarda e incluso el uso de los objetos alienígenas en el nombre de la eterna Búsqueda del Conocimiento.

El Fantasma en la Máquina

La tecnología y sus misterios son terreno exclusivo de los seguidores del Dios-Máquina, los Tecnosacerdotes, pues creen que las máquinas están impregnadas de una fuerza vital intrínseca, un alma que les otorga el Dios-Máquina; una voluntad y una personalidad. Cuanto más antigua sea una pieza de tecnología, mayor reverencia provocará a ojos de estos seguidores vestidos con túnicas, los cuales pasarán muchas horas unciendo una máquina con los ungüentos correctos antes de pulsar los sellos de activación y revivir a su espíritu.

Una máquina que sea a la vez antigua y complicada tendrá el mismo estatus para los tecnosacerdotes como para la Eclesiarquía lo sería un santo importante, pues muchos de los sistemas de estas máquinas son insustituibles, y cuyos secretos se perdieron en el tiempo. Entre las más grandes de este tipo se encuentran las grandes naves de guerra de la Armada Imperial, o los titanes. Mas los tecnosacerdotes también prodigarán su atención a un rifle láser o a un prognosticador antiguos, y pasarán mucho tiempo tratando de entender las complejidades del funcionamiento de dicho dispositivo. Todas las máquinas, sin importar cuál sea su pedigrí, son tratadas como seres vivos por los tecnosacerdotes y por ello cuidadas con respeto, pues todas son dones del pasado perdido hace mucho tiempo, y transmitir el conocimiento de su función a través del tiempo sólo podría obrar en beneficio del Dios-Máquina. Pobre del hombre que no trata su arma con respeto o lance improperios a su logicador de escritorio dentro del rango de los sentidos de un tecnosacerdote.

Paradójicamente, las verdaderas máquinas inteligentes son un anatema para los tecnosacerdotes, ya que en opinión de estos son autómatas sin alma, cosas sin espíritu dispersas por la galaxia para confundir a la voluntad de Dios-Máquina. Envueltas en mitos y leyendas, se rumorea que estas abominaciones tienen su origen durante la Era Oscura de la Tecnología. Supuesta y patológicamente peligrosos, un inquisidor puede encontrarse con ellos, aunque raramente, en el ejercicio de sus funciones. En caso de que tengan pistas de estas creaciones, los tecnosacerdotes las perseguirán, investigarán y luego destruirán. Sólo los motores lógicos debidamente sancionados, aquellos considerados en posesión de un espíritu dado por el Omnissiah, son permitidos.

Búsqueda del Conocimiento

Aunque alguna investigación original es llevada a cabo, los resultados de dichos esfuerzos pasan muchos años en cuarentena, mientras se observan sus efectos, antes de ser hechos públicos.

El objetivo final del Culto Mechanichus es comprender al Omnissiah. El intento comunal e individual de los creyentes del Mechanicus por lograr esto es conocido como la Búsqueda del Conocimiento, y los seguidores del Culto ven esta empresa como suprema y más importante que cualquier otra preocupación. Generalmente, la Búsqueda es realizada a través de empresas científicas y exploratorias. El Culto cree que todo el conocimiento existe ya, y que es ante todo una cuestión de tiempo que se pueda reunir todo y completar la Búsqueda. Los miembros del Mechanicus son por ello reacios a realizar muchas investigaciones originales, y consideran más importante salvaguardar ese conocimiento que han reunido y acumular más buscando Plantillas de Construcción Estándar y piezas perdidas similares de antigua tecnología humana de la Era Oscura de la Tecnología. Sí se realizan algunas investigaciones originales dentro del Adeptus Mechanicus, aunque los resultados de este tipo de empresas están estrictamente aislados durante años antes de ser publicados y difundidos. 

En la Búsqueda del Conocimiento, los miembros son guiados por las Dieciséis Leyes Universales. Las Dieciséis Leyes Universales, o "saberes", son las siguientes:

Los Misterios

  • 01. La vida es movimiento dirigido.
  • 02. El espíritu es la chispa de la vida.
  • 03. La consciencia es la capacidad de descubrir el valor del Conocimiento.
  • 04. El intelecto es el entendimiento del conocimiento.
  • 05. La consciencia es la forma más básica del intelecto.
  • 06. El entendimiento es el Verdadero Camino a la Comprensión. 
  • 07. La Comprensión es la llave para todo.
  • 08. El Omnissiah lo sabe todo, lo comprende todo.

Las Advertencias

  • 09. El mecanismo alienígena es una perversión del Verdadero Camino.
  • 10. El alma es la conciencia de la consciencia.
  • 11. Una alma solo puede ser otorgada por el Omnissiah.
  • 12. La Consciencia Desalmada (p. ej. los Necrones) es el enemigo de toda forma de vida.
  • 13. El conocimiento de los Antiguos permanece incuestionable.
  • 15. La carne es falible, pero el ritual honra al Espíritu Máquina.
  • 16. Romper con el ritual es romper con la fe.

Arcana Mechanicum

El Arcana Mechanicum es un conjunto de artefactos con un poder milagroso, creados hace mucho tiempo por el Culto Mechanicus y transportadas a la guerra en la promoción de su causa.

Vestiduras del Tecnomártir - Este traje barroco de armadura artesanal contiene docenas de Espíritus Máquina impacientes que retumban dentro de sus haces de fibras como zancudos. Los tecnosacerdotes consideran poco importante el disconfort resultante, pues ante una simple conjuración, estos espíritus se dispersan en una nube gaseosa para habitar las armas de aquellos que estén cerca. Las armas que hayan sido congraciadas con alguna de estas excitables ánimas dispararán ráfagas de fuego contra el enemigo incluso si sus portadores caen.

Pseudogenetor de Anzion - Bajo la apariencia de un nido de mecadendritos, este inquietante dispositivo puede ser configurado para diseccionar organismos alienígenas cercanos con una velocidad y efectividad alarmante incluso en el fragor de la batalla. La sangre fluye, se administran elíxires paralizadores, la piel es desgarrada del músculo y los músculos son separados del endoesqueleto. El portador observa con interés científico mientras su dispositivo rápidamente concluye su autopsia, archivando observaciones sobre la biomecánica del enemigo hasta que el espécimen colapsa en una maraña de vísceras cortadas con láser y huesos taladrados.

Máscara del Alfa Dominus - El portador de esta máscara puede sobreescribir la programación de las construcciones de batalla enemigas con un grito binhárico imperioso. Tal es la fuerza de las demandas de la máscara que reduce la doctrina actual de las máquinas a un escombro humeante. El Alfa Dominus lo considera un pequeño precio a pagar, pues su manípulo puede pasar de una postura a disparar arriostrada a una acometida destructiva con un pestañeo.

Autocadúceo de Arkhan Land - La punta rúnica de este vástago puede impartir energía santificada a cualquier cosa metálica que el portador golpee con suficiente vigor. Aquellos ciborgs y mecanismos golpeados se restaurarán a sí mismos como si hubieran sido reparados por las manos del propio tecnoarqueólogo.

Guantelete Descreador - El Guantelete Descreador fue diseñado originalmente para someter a ingeniería inversa a tecnologías perdidas. Cuando se posa sobre una máquina, los campos xenotecnológicos son liberados lo que causa que la cronología sea restaurada. Si la sincronización es precisa en el orden de picosegundos, la anomalía temporal puede rejuvenecer a la máquina al principio de su tiempo de vida operativo, o redurcirla a una pila ordenada de su partes constituyentes, cada una lista para la inspección de los tecnosacerdotes.

El Cráneoarúspice Perspicatus - Este pequeño servocráneo lee el campo de batalla como una cascada de código binario. Aquellos que reúnan sus expulsiones de papel verán no solo los tesoros en el campo, sino además las debilidades de aquellos vehículos enemigos encontrados estacionarios ante la mirada del Perspicatus.

Fuentes

Extraído y traducido de Wikihammer 40K UK.

  • Codex: Culto Mechanicus (7ª Edición).
  • Warhammer 40,000: Reglamento (Ediciones 4ª y 5ª).
  • Codex Imperialis (2ª Edición).
  • Dark Heresy: Core Rulebook (Juego de Rol).
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