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Veredicto del Certamen de Relatos Wikihammer + Voz de Horus ¡Léelos aquí!

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"Las escucho, todas ellas, cada vez que cierro los ojos. Las llamadas de socorro que quedaron sin respuesta. Las solicitudes de ayuda que podríamos haber ofrecido habían si las necesidades hubieran sido menos crueles. Cada mundo, cada ejército, cada flota, colonia, plataforma y puesto de avanzada desde donde sus voces resonaban en un coro compuesto de moribundos y condenados; sé que salvarlos habría sido perder todo el Imperio, y sin embargo sigo escuchando sus voces. Siempre lo haré, llevándolas conmigo como un horrible relicario hasta el día en que encuentre mi fin. Quizás esto sea lo correcto. Quizás este sea mi castigo."

Roboute Guilliman a Cato Sicarius, antes del Discurso a las Tres Flotas.

La Cruzada Indomitus fue la gran campaña galáctica liderada por Roboute Guilliman tras la Noctis Aeterna para contraatacar a las fuerzas del Caos que asediaban todo el Imperio a ambos lados de la Gran Fisura.

Historia

IndomitusCrusade

Cruzada Indomitus

En los últimos años del 41º Milenio, una devastadora cascada de tormentas de disformidad se abrió paso a través de las estrellas. Era como si los Dioses Oscuros hubieran hincado una cuchilla irregular a través de la garganta de la galaxia, abriendo la tensa piel del espacio real una y otra vez; y desde los espacios inefables del más allá, las malévolas energías del Inmaterium se derramaron. A medida que los frentes de tormenta antinaturales se extendieron, estos se multiplicaron y se estrellaron como maremotos ectoplásmicos. Innumerables mundos quedaron envueltos en furiosas tempestades de locura. Ejércitos completos fueron tragados por la oscuridad, mientras que las naves en tránsito quedaron reducidas a restos atormentados o arrojados millones de años luz fuera de curso. Pero en medio de la muerte y el caos, una banda de héroes se forjó contra viento y marea. Esta fue la Cruzada Terrana, una fuerza combinada de Marines Espaciales de docenas de Capítulos aliados con las fuerzas del Adepta Sororitas, Astra Militarum, Inquisición y Adeptus Mechanicus. Sus naves se reunieron en un intento desesperado por llegar a Terra antes de que los frentes de tormentas pudieran consumirlas. A la cabeza luchaba Roboute Guilliman, el renacido primarca de los nobles Ultramarines , el semidiós guerrero que había convocado esta cruzada desesperada y que no aceptaría otro fin que la victoria.

Se cuentan muchas historias heroicas sobre la Cruzada Terrana. Las leyendas afirman que sus guerreros avanzaron a pesar de las maquinaciones de herejes y xenos por igual, que se libraron de las crueles trampas de Demonios y déspotas para, al final, llegar por extraños caminos a la superficie de Luna, la única luna de la Sagrada Terra. En Luna, el ejército de la cruzada se vio obligado a librar una última y salvaje batalla contra Magnus el Rojo y sus Mil Hijos. El Primarca Demonio intentó evitar que su hermano leal llegara al mundo del Trono Dorado. Solo mediante una guía suprema de la fuerza combinada de los supervivientes de la cruzada, reforzados en su hora de mayor necesidad por las fuerzas militares enviadas desde las defensas alrededor de Terra, Guilliman pudo prevalecer.

Muchos creen que fue la Batalla de Luna, más que cualquier otro combate, lo que inspiró la naturaleza de la Cruzada Indomitus. Otros citan el conflicto que Guilliman se vio obligado a liderar solamente unos días después, junto con el Capitán General Trajann Valoris, liderando un poderoso ejército imperial en defensa del Emperador mientras la gran ola de proa de la Noctis Aeterna traía un ejército de demonios de Khorne contra las mismas puertas del Palacio Imperial. Cualquiera de los dos podría haber imprimado a Roboute Guilliman la verdadera eficacia de los ejércitos combinados del Imperio. Otros sugieren que el primarca ya era muy consciente del poder de la maquinaria de guerra imperial después de sus batallas en Ultramar y durante la Cruzada Terrana. Lo más probable es que todos desempeñaran su papel, proporcionando datos estratégicos en bruto para que Guilliman los procesase, mejorando su comprensión de las capacidades de la máquina de guerra imperial en el 41er Milenio y plantando las semillas de su plan para una contraofensiva de armas combinadas contra las fuerzas de los Poderes Ruinosos.

Hay algunos entre los Altos Señores de Terra que sugieren no demasiado sutilmente que Roboute Guilliman ya podría haber albergado los planes para su propia y auto-engrandecedora Gran Cruzada. Ellos insinúan que el primarca hizo el viaje a Terra sólo para poder lanzar su propia conquista galáctica como lo hizo su padre antes que él, con la esperanza de obtener legitimidad por tal empresa. Por supuesto, tales nociones se basan en leyendas de diez mil años de antigüedad y textos eclesiales apócrifos, y probablemente motivadas por celos y política. Con todo, hubo quienes creían que tenían un atisbo de verdad, y estuvieron aquellos que se sintieron molestos con el primarca por lo que percibían como un intento de subvertir los mantos de los Altos Señores, tal vez incluso del propio Emperador.

Luego están aquellos que afirman que la Cruzada de Indomitus no fue un plan concebido por Roboute Guilliman en absoluto. Ciertamente es un hecho que el Hijo Vengador visitó la sala del trono de su padre al llegar a Terra, aunque, si pasó algo entre ellos detrás de esas puertas doradas, nadie más que Guilliman puede saberlo. También es cierto que no fue hasta que Guilliman salió de la sala del Trono Dorado que puso en marcha sus planes. Quizás la Cruzada Indomitus fue de hecho la voluntad manifiesta del señor de la Humanidad, una poderosa empresa que rivalizaría con sus propias acciones tomadas diez mil años antes. Si es así, fue lanzada contra una oscuridad y males que rivalizaban con los de la Vieja Noche, perseguida no en nombre de la Verdad Imperial, sino con pleno y terrible conocimiento de los enemigos a los que la Humanidad debe vencer para sobrevivir a esta, la hora más oscura.

Sea como fuere, una cosa es segura. Incluso cuando la oscuridad de la Noctis Aeterna comenzó a desvanecerse del sistema Sol y la luz del Astronomicón se extendió para iluminar una galaxia muy cambiada, Roboute Guilliman ya había comenzado a reunir las mayores flotas de cruzadas que la Humanidad había visto desde los albores del Imperio.

Asegurando una base

Desde que la flota del Señor de la Guerra Horus oscureciera los cielos sobre Terra, el Imperio no había conocido un momento de crisis tal como los días posteriores a la apertura de la Gran Fisura. La mitad del reino del Emperador había desaparecido, oculto tras un velo de pesadillas y, por lo que sabían todos en Terra, aniquilado. A los mundos dentro del recién designado Imperium Sanctus les fue un poco mejor. Las llamadas de socorro, los gritos desesperados y las últimas y sombrías transmisiones casi ahogaron las mentes de los astrópatas de Terra y enloquecieron a muchos de ellos. Al parecer, no había un mundo que no estuviera acosado por la guerra. Los Altos Señores de Terra posaron su mirada en todas partes, logrando que los ejércitos y las flotas del Imperio se dispersaran, quedaran sitiadas y superadas en número. Incontables billones de ciudadanos imperiales morían a cada día que pasaba. Los mundos parpadeaban como llamas de velas a punto de apagarse desde los confines del Segmentum Pacificus hasta el tumulto sacudido por las tormentas del Sector Charadon. El tiempo era desesperadamente esencial.

A pesar de su nuevo nombramiento como Lord Comandante del Imperio, Roboute Guilliman sabía que no podía responder de inmediato. Los registros inquisitoriales hechos con captadores vox de las conversaciones privadas del primarca durante esos días oscuros revelan que Guilliman tuvo que combatir el impulso de sacar su espada, reunir a los guerreros disponibles para él y tomar las naves hacia la zona de guerra más cercana. En su lugar, muchos de sus hermanos perdidos quizás hubieran hecho exactamente eso. Pero tanto la bendición como la maldición de Roboute Guilliman era ver siempre en términos de un cuadro completo. Entendió mejor que nadie que la Humanidad se enfrentaba a una guerra no por territorio sino por supervivencia, que cada arma en el arsenal imperial debía ser manejada en concierto y con un grado de habilidad que solo él podría lograr, y que perder la perspectiva incluso por un momento podría llevarle a ganar un puñado de batallas solo para perder la guerra por el reino de su padre.

Así que Guilliman cogió toda su rabia, todo su odio hacia la amenaza traidora y su consternación por lo que le habían hecho al Imperio, y lo canalizó hacia la concentración de la Cruzada Indomitus. No formaría meros ejércitos, ni siquiera cruzadas en el sentido tradicional, sino inmensas flotas de venganza y reconquista que empequeñecieron todo lo que les precedió. Con estas herramientas a su disposición, Guilliman lucharía contra los lacayos de los Dioses Oscuros.

Expuso sus planes a los Altos Señores con lo que podría describirse como enérgica determinación, habiendo puesto en marcha una docena de planes y más antes incluso de lograr su acuerdo. En el momento en que se pudo restablecer la comunicación astropática con todo el Sistema Sol, Roboute envió misivas a Marte, Titán, Júpiter y docenas de otros mundos y fortificaciones en el espacio profundo. Habló con Belisarius Cawl, haciendo hincapié en su antiguo aliado sobre la importancia de la velocidad en la realización de la Fundación Ultima. Consolidó todos los recursos escpaciales en los que podía poner sus manos y comenzó el proceso de reunir una flotilla tras otra en el espacio profundo, más allá de Neptuno. Guilliman fue en persona a rogar a la Abadesa Sanctorum del Adepta Sororitas y al Fabricador General de Marte en busca de ayuda en su empresa; pocos saben qué promesas o garantías hizo Guilliman a estas dos figuras, pero mediante un precio desconocido se aseguró su cooperación.

Si Terra iba a ser su fortaleza y Sol su patio de concentración, Guilliman no podía permitirse el riesgo de inestabilidades o insurrecciones que pusieran en peligro sus esfuerzos. Hizo propuestas a la Inquisición, al Adeptus Custodes, a los Adeptus Arbites, a la Eclesiarquía, e incluso al Officio Assassinorum para ello. Así comenzó una época de brutales purgas a lo largo de las macro colmenas de Terra que se convirtieron en cientos de pequeños cultos purgados y millones de presuntos herejes, mutantes y reincidentes quemados vivos en las calles. Pocos estaban a salvo de esta campaña de terror, que pronto se conoció como el Azote del Primarca y destapó un número impactante de funcionarios corruptos, diletantes magister-cultistas y altos acólitos egoístas de la alta sociedad terrana.

Horron Sch’est, el Cónsul Pre-eminus notoriamente arrogante y conservador de las Casas de Navegantes, fue azotado públicamente ante la conmoción generalizada. Este había intentado retener la concentración de la Cruzada Indomitus reteniendo la ayuda de los gremios, a la espera de promesas de un trato sumamente preferencial de los Altos Señores, pero pronto descubrió que la paciencia de Guilliman para tales maniobras era nula. A las pocas semanas de la ratificación de los planes de Guilliman por parte de los Altos Señores, se libraron varias guerras sin cuartel en el interior de las colmenas terranas mientras los cultos de xenófilos y los adoradores del Caos lucharon desesperadamente por su supervivencia. Los daños colaterales ascendieron en espiral. Voces de disidencia murmuraron donde no creían que pudieran ser escuchados. Sin embargo, como resultado del Azote, la concentración de Guilliman no fue interrumpida por sabotajes, sedición o politiquería; al menos en general.

Para el propio Guilliman, el aspecto más problemático de la concentración fue el proceso de selección que debía promulgar en todo el Segmentum Solar. El principio fundamental de la Cruzada Indomitus requería la acumulación de inmensas fuerzas militares en y alrededor del Sistema Sol y sus cúmulos estelares vecinos; en este punto, el primarca había expresado su deseo de reunir hasta diez de estas megaformaciones. Estas flotas se reunirían una por una a medida que se dispusiera de fuerzas suficientes antes de atacar rutas predeterminadas a través del reino del Emperador. Una gran parte del material y la mano de obra requerida para la Cruzada Indomitus estaba programada para su llegada de Marte en forma de los Marines Espaciales Primaris de la Fundación Ultima y la vasta fuerza de Skitarii, Caballeros y manípulos de Titanes , ingenios Ordinatus y similares del planeta rojo. Más se extaería de la Orden del Cáliz de Ébano y, en menor medida, de la Orden de Nuestra Señora Mártir, de las filas del Adeptus Custodes y la Inquisición, y de las poderosas naves de guerra de la magnífica Flota de Batalla Solar. Sin embargo, una fuerza marcial sustancial también debía extraerse de los sistemas dentro de la órbita más lejana de Terra, y fueron estos lugares en batalla los que Guilliman se vio obligado a evaluar con un ojo frío y calculador.

Estaba claro que algunos mundos tenían una posibilidad de supervivencia luchando por su propia cuenta; allí donde los informes hablaban de guerreros determinados y veloces naves de guerra que sostenían la línea, de xenos y herejes eran repelidos y mantenidos a raya, Guilliman permitió que los ejércitos del Imperio siguieran luchando. Sin embargo, por cada sistema que luchaba contra la oscuridad, había muchos más cuyos defensores estaban a punto de ser abrumados y no resistirían sin ayuda. Fueron a estas fuerzas las que Guilliman ordenó retirarse, dejando atrás a menudo solo una retaguardia que garantizara que su retirada pudiera lograrse sin mayores pérdidas. Miles de regimientos del Astra Militarum y naves de guerra dañadas huyeron de las zonas de guerra por las que habían sangrado y sufrido por proteger.

Algunos rechazaron sus órdenes, luchando hasta el final contra los terrores que asolaban sus mundos. Guilliman no pudo censurarles por ello. Sin embargo tampoco cedió, porque entendió que no podían saber cuán vitales serían estas fuerzas para la Cruzada Indomitus en su conjunto. Los mundos podían ser reconquistados. Los territorios podían ser recuperados y repoblados a medida que las flotas de las cruzadas avanzaran hacia las estrellas, pero derrochar los ejércitos del Imperio en una defensa desesperada en demasiados frentes no lograría otra cosa que ver morir desangrado al reino del Emperador. Así lo afirmó Guilliman; y eso se dijo una y otra vez a medida que ejércitos heridos y resentidos regresaban a Sol y sistemas periféricos fueron invadidos a su paso. Fue una tragedia, pero necesaria. Todo sería retribuido en sangre cuando comenzara la Cruzada Indomitus. Y debía comenzar pronto.

Primeros pasos

Cuando puso en marcha sus planes para la Cruzada Indomitus, Roboute Guilliman sabía que sería una empresa logística sin parangón. Muchos la vieron como el último y sombrío intento de la Humanidad para reforzar el esqueleto ruinoso del reino del Emperador. Además, la cruzada supondría una reunión de fuerzas a una escala y alcance que eclipsaría incluso cruzadas grabadas en la historia como la Cruzada Machariana o la pacificación de los Mundos del Sabbat. La Cruzada Indomitus requería héroes de visión y talento para liderarla. Requería flotas de naves de guerra, inmensos ejércitos de soldados de a pie y vehículos blindados de combate, caminantes de combate, ingenios de guerra imponentes, brujos-psíquicos y asesinos de élite. Se requería un plan audaz y decisivo, lo suficientemente robusto como para resistir la anarquía de la galaxia, pero lo suficientemente decisivo como para sacar al Imperio del borde del abismo. Pero sin coordinación, sin apoyo logístico, sin cajas de municiones, paquetes de medicamentos, raciones y combustible en cantidades casi inimaginables y redes de información fiables que mantuvieran a los Grupos de Batalla en movimiento, todo se malograría y fallaría.

De poco valor serían para el Imperio que las flotas de la Cruzada Indomitus se extendieran como un fuego salvaje, purgando herejes y demonios pero dejando a su paso nada más que ruinas ennegrecida. Con la Gran Fisura derramando sus energías impías a través del vacío y el velo más delgado que nunca, incluso los pasos seguros tradicionales del Imperium Sanctus no podían considerarse seguros o “detrás de las líneas”. A no muy tardar, los enemigos de la Humanidad resurgirían para amenazar a los mundos en la estela de las flotas. Si no se tomaban medidas para garantizar la seguridad de cada sistema, las líneas de suministro imperiales quedarían cortadas y la Cruzada Indomitus se disolvería con consecuencias catastróficas.

La marea de la Disformidad se enfureció, lo que hizo que incluso los saltos cortos fueran peligrosos. La red astrópatica que había servido al Imperio durante milenios se había fundido cuan sistema nervioso sobrecargado, y aquellos relés todavía funcionales estaban sobrecargados hasta el punto del colapso. Los canales de comunicación a los sistemas más allá de la Gran Fisura tuvieron que ser cortados por la fuerza para detener la marea de pesadillas que fluían hacia las mentes de los astrópatas. La burocracia ciclópea del Adeptus Terra se deshilachaba por sus costuras, ahogada en su propio papeleo contradictorio y dividida por herejías escriturales y guerras de pluma causadas por torrentes contradictorios de información sobrevenida.

Estos fueron solo un puñado de los factores que llevaron a Guilliman a establecer su Officio Logisticarum. Diseñó una rama completamente nueva y agresiva del Adeptus Terra con el mandato de ignorar todas las obstrucciones administrativas y garantizar que las flotas de la Cruzada Indomitus fuesen reunidas, suministradas, dirigidas y registradas a toda costa. Con el fin de darle un marco jurídico, el primarca emitió el Decreto Borachae; el Officio Logisticarum no solo estaría facultado para solicitar apoyo militar y protección hasta e incluyendo la asignación de regimientos procedentes de diezmos, sino que también se les proporcionarían fortalezas-eje para suministrar, apoyar y archivar las acciones de los Grupos de Batalla de la Cruzada Indomitus a medida que avanzaban.

Las Fortalezas-Eje

Las primeras fortalezas-eje se establecieron en los sistemas donde se reunieron las primeras floras de la Cruzada Indomitus. En el Sistema Sol, la luna contaminada de Ganímedes fue reclamada durante una operación de purga altamente clasificada encabezada por los Caballeros Grises.

Incluso mientras tenían lugar las últimas operaciones de purga, enormes ingenios de perforación se pusieron a trabajar, expandiéndose sobre los antiguos complejos de laboratorios del Adeptus Mechanicus, abandonados tiempo ha bajo la superficie. Las plataformas de defensa orbitales y los muelles fueron colocados en posición a medida que fortificaciones indomables se elevaron sobre la superficie de Ganímedes y hangares de almacenamiento de kilómetros de largo fueron excavados en su lecho de roca.

Cerca del núcleo de la luna, los sacerdotes del Dios-Máquina instalaron inmensos cogitadores e ingenios archivadores de datos, mientras que el Adeptus Astra Telepática santificó fortalezas gemelas en sus polos. Miles de adeptos de Officio Logisticarum inundaron los complejos de túneles y cámaras recién excavados en la luna. Los regimientos del Astra Militarum, algunos recién retirados de frentes de guerra en otras partes del Imperium Sanctus, ocuparon sus reductos, búnkeres y torretas de defensa. Las naves de guerra atravesaron amenazadoramente el vacío más allá de su envoltura orbital. Mientras tanto, las primeras oleadas de naves de suministros y petroleros se asentaron en sus muelles y los comunicados astropáticos inundaron sus canales vírgenes.

Ganímedes había sido totalmente transformada, renombrada como Fortaleza-Eje Aquila Adamant. Seguida rápidamente por Aquila Bellicos en el Sistema Gehenna y Aquila Furians en el Sistema Hastos, Adamant y sus hermanas formarían los primeros eslabones de las cadenas de suministro y comunicación que formarían la sombra de los grupos de batalla de la Indomitus a medida que avanzasen.

Para todos los señores de grupos de batalla existía la una orden permanente de asegurarse de que salían de las fortalezas-eje designadas, distribuidas por los sistemas y subsectores que reconquistaran; por supuesto, el pragmatismo, la fuerza de las circunstancias y los caprichos personales de estos oficiales altamente calificados significaban que no había dos exactamente iguales. Más allá de los sistemas de reunión, pocos grupos de batalla tenían el tiempo o los recursos para diseñar instalaciones como la Aquila Adamant. Sin embargo, todos tenían el deber de establecer bases para el reabastecimiento y comunicación astropática. Así que los mundos designados para ser reforzados se pusieron en servicio como fortalezas-eje, no pocas veces mientras los fuegos de la batalla todavía se extendían por sus superficies. Algunos mundos-fortaleza como Formidicha, Sattrochol y Haedes VII eran ideales para la tarea. Otros, como el desafortunado mundo Agrícola Mephistophores o el mundo Colmena infestado de Orkos de Olghyn II se vieron obligados a asumir sus nuevos roles por conveniencia. Peor aún fueron ejemplos como el Sistema Imori, donde el orgullo inflexible del Gobernador Lukaen Imori provocó que su planeta capital Imori Magnificus, devastado por la guerra, fuese designado como fortaleza-eje por encima del mundo-guarnición Imori Sufficius, más adecuado.

Aunque su naturaleza y su destino variaron mucho, era un testimonio de la visión de Roboute Guilliman de que las fortalezas-eje hubieran de surgir a raíz del paso de los grupos de batalla de la Cruzada Indomitus, y que su mera presencia fuera una medida intensiva de reparar las devastadas redes astropáticas del Segmentum. Solar y más allá. Era a través de los inmensos bancos de cogitadores de estos mundos y lunas fortificadas por las que fluía gran parte del tráfico de comunicaciones e inteligencia estratégica de las flotas. Era dentro de la arquitectura ciclópea de sus ingenios archivadores de datos donde se almacenaba el océano de comunicados, transcripciones de acción, misivas estratégicas, salmos binarios, series cartográficas, placas de órdenes de batalla y ​​otra información de los grupos de batalla. Roboute Guilliman no toleraría la ignorancia de edades anteriores que continuara en esta nueva Era Indomitus. En cambio, su Officio Logisticarum se aseguró de que cada detalle se registrara servilmente, acumulando rápidamente archivos de información tan inmensos y laberínticos que nadie salvo los especialistas en datos tenían alguna esperanza de navegar por ellos de manera efectiva.


Los Portadores de la Antorcha

Al tiempo que se daban los primeros pasos para la reunión de las Flotas de la Cruzada Indomitus, se reunieron y enviaron fuerzas especializadas a toda velocidad por toda la galaxia. Conocidas como Portadores de la Antorcha, se les encargó que se pusieran en contacto con Capítulos de Marines Espaciales específicos y que les proporcionaran el Regalo del Primarca: las tecnologías genéticas y los Magos Biologis necesarios para que dichos capítulos creasen sus propios Primaris. Las Fuerzas Operativas de los Portadores de la Antorcha comprendían por lo general naves pequeñas, rápidas y fuertemente armadas, guarnecidas con una mezcla de Hermanas del Silencio, Custodes de los Emisarios Imperatus y Escudos Grises Primaris del capítulo en cuestión como refuerzos. Estas escoltas se asegurarían de que su preciada carga llegara a su destino independientemente de las amenazas y sus destinatarios la pondrían rápidamente en uso.

A algunos se les asignaron Portadores de la Antorcha porque se sabía que se estaban acercando, si es que ya lo estaban, al borde de la extinción. Las fuerzas operativas enviadas a estos capítulos designados como “menguantes” tenían en primer lugar que localizarlos y determinar si aún luchaban en nombre del Emperador, para después comenzar a reponer sus fuerzas si así era. Si la tragedia ya había acontecido, entonces se seleccionaba un nuevo Señor del Capítulo de entre los Escudos Grises y se reconstituía el Capítulo, cuyo primer deber sería muy probablemente vengarse de aquello que hubiera exterminado a sus antepasados. Para la fuerza operativa enviada a localizar a los Ángeles Aparecidos, al principio parecía su misión sería esta última. Su mundo natal, Libethra, había sido abierto en canal por los Necrones de la Dinastía Maynarkh para envolverles en lava y no se encontraron rastros de hermanos de batalla que hubieran evitado la tragedia. Sin embargo, antes de que las fuerzas portadoras de la antorcha que se habían asentado sobre el cadáver de Libethra declararan extinto el capítulo, sus redes auspex y vox captaron leves signos de una feroz batalla que se desarrollaba en las profundidades del planeta. Aunque en otros registros se cuentan historias sobre la posterior batalla por la liberación de Libethra contra la amenaza necrona, de la alianza entre los portadores de la antorcha y los últimos remanentes de los Ángeles Aparecidos y de su renacimiento en medio del crisol de guerra, basta decir que el Regalo del Primarca marcó el comienzo de una nueva era para los Ángeles de Libethra.

Otros Portadores de la Antorcha fueron asignados a capítulos que, por razones de doctrina, herencia genética o circunstancias históricas, se esperaba que resistieran el legado del Regalo del Primarca. Era inaceptable, pero no increíble para Guilliman y sus asesores, que los capítulos más tradicionalistas o testarudos pudieran rechazar por completo la tecnología genética Primaris o la presencia intrusiva de los magos del Adeptus Mechanicus que les acompañaban. En tales casos, el complemento de Adeptus Custodes era generalmente mayor que el promedio. Su presencia no dejaba dudas de que esta bendición venía por la gracia del propio Emperador y que resistir su implementación era negar al señor de la Humanidad. Unas fuerzas así fueron enviadas a localizar los tres elementos navales de la flota de los Hijos de Medusa. Su resistencia residía en sus tres Clanes de Guerra: Lachesis, Mageara y Atropos. La semilla genética utilizada para crear sus refuerzos Primaris provenía de sus progenitores, los Manos de Hierro, y la visceralidad del Cisma de Moirae no había dejado ningún cariño entre ellos y los Hijos de Medusa. En tales circunstancias, la fuerza operativa enviada a localizar el Clan de Guerra Lachesis lo tuvo más fácil; se apresuraron a ayudar a los Hijos de Medusa en su batalla contra los Orkos del Racimo Dravus Cluster y lucharon junto a ellos durante un año completo, forjando lazos marciales que superaron todas las barreras. Sin embargo, aquellos asignados a las flotas de Mageara y Atropos se enfrentaron a desafíos mucho más allá de la resistencia de los Hijos de Medusa...

Se asignaron muchos Portadores de la Antorcha a esos capítulos demasiado distantes o de naturaleza demasiado móvil como para que entraran en el rango principal de las Flotas de la Cruzada Indomitus y no pocos tenían mundos natales más allá de la Gran Fisura. Otros, con nombres tan ilustres como los Ultramarines, los Templarios Negros y la Guardia del Cuervo, habitaban regiones alejadas de Terra o estaban dispersos por el vacío a bordo de flotas cruzadas. Los portadores de la antorcha asignados a estos últimos emplearon todos los activos que pudieran prestarles velocidad y eficacia. La mayoría se jactaba de tener múltiples unidades de las Hermanas del Silencio, pues su presencia tenía la intención de sofocar las tormentas disformes más feroces y ayudar a sus camaradas a capear por pasos desesperados a través de la locura del Cicatrix Maledictum. Algunos aumentaron aún más sus filas con Comerciantes Independientes, cuyos conocimientos espaciales y de rutas ocultas eran incalculables, astrópatas potentes para ayudar a establecer contacto con sus bases y hermandades de Caballeros Grises para evitar los peligros de interferencias maléficas en su misión.

Bandadas de Cuervos

Las Naves Negras eran conocidas y temidas en todo el Imperio como heraldos de perdición y liberación porigual. A estas ominosas naves y a las Hermanas del Silencio que las tripulaban les correspondía visitar cada uno de los mundos del Imperio y secuestrar a aquellos con el peligroso potencial de convertirse en psíquicos. Al cosechar mutantes tan peligrosos sin piedad, la Naves Negras secuestraban a cada vez más psíquicos potenciales hasta que sus bodegas con blindaje nulificador estaban llenas de su miserable carga. Luego volvían sus proas hacia el hogar, entregando su mercancía a Terra, donde los psíquicos alimentarían el apetito rapaz del Emperador o se someterían al agonizante ritual de unión del alma que les permitiría unirse al coro del Astronomicon o servir al Imperio de alguna manera como psíquicos sancionados. Con la apertura de la Gran Fisura, se había vuelto casi imposible para las Naves Negras continuar operando como lo habían hecho hasta entonces. Sin mencionar las que se habían perdido más allá de la grieta, las naves restantes se vieron obligadas a enfrentarse a turbulentas zonas de guerra dondequiera que viajaran, realizando incursiones en batallas planetarias para extraer su diezmo. Las Hermanas del Silencio eran guerreras formidables, pero reconocieron que esta situación no podía sostenerse. La solución llegó manifestada en las flotas de la Cruzada Indomitus. Si bien algunas Naves Negras continuaron surcando por sus viejas rutas y cosechando de la manera convencional, muchas más se desplegaron en las llamadas Bandadas de Cuervos, las cuales siguieron a los grupos de batalla. Como las aves carroñeras que se daban un festín con los restos de un ejército en campaña, las Naves Negras cayeron sobre los sistemas imperiales recientemente reconquistados y cosecharon una generosa recompensa de poblaciones depauperadas y tan aterrorizadas que obedecerían a las Hermanas del Silencio sin dudarlo. Así continuaron funcionando las Naves Negras, al menos por los sistemas reconquistados dentro del Imperio Sanctus, y así evitaron que el Trono Dorado y el Astronomicon flaquearan en esta hora.

Las Flotas de la Cruzada

A pesar de la tragedia, el sufrimiento y la lucha, la Cruzada Indomitus tomó forma. El genio logístico de Guilliman y su enfoque inquebrantable se centraron en la codificación y la asignación rápida de corredores viables por la Disformidad y puntos de reunión, y en absorber, procesar y resolver una avalancha de desafíos, desde el reabastecimiento y la reparación de naves hasta la moral y la provisión de personal médico. A pesar de la continua agitación del Inmaterium, la cual retrasó o devoró algunas naves de guerra entrantes, las fuerzas de la cruzada se reunieron mucho más rápido de lo que cualquiera salvo el propio Roboute hubiera creído posible. Puntos mandeville alrededor del perímetro del Sistema Sol, el Sistema Gehenna, y varios otros destellaron con una luz sobrenatural una y otra vez cuando las flotillas de naves se abrieron paso desde el espacio disforme para unirse al grupo; de hecho, tan grande fue la perturbación empírica por las constantes traslaciones que el Ordo Malleus planteó urgentes preocupaciones sobre desestabilización empírica y posibles brechas disformes a bordo de las estaciones de vigilancia que protegían la frontera del espacio profundo del sistema Sol. Como respuesta, se establecieron áreas de concentración en el vacío exterior del sistema. Se desplegaron escuadrones de Caballeros Grises en las estaciones de vigilancia y los fondeaderos navales. Sin embargo, el ritmo de la concentración no fue frenado.

El genio de Roboute Guilliman se demostró nuevamente cuando la mano de obra y el material continuaron inundando el sistema Sol y sus alrededores. Por cada nave de guerra que llegaba a la concentración, Guilliman había ordenado lo mismo a varios transportes de suministro, combustible, comida y barcazas de fabricación del Mechanicus. Superando por completo la burocracia establecida, Guilliman creó sus propios cuadros de facilitadores de élite, cuyo papel era garantizar un suministro adecuado y la organización de cada nave y soldado de la cruzada. Nombrado como el Officio Logisticarum, y conocido en todas las flotas como la Mano de Guilliman, este cuerpo tenía millones de almas fuertes, cuyos miembros habían sido extraídos de lo mejor que tenían el Administratum y Munitorum de Terra para ofrecer, y aún así apenas tenían los medios para la tarea. Quizás el Logisticarum hubiera fallado de no haber sido por las pautas férreas que Guilliman había establecido para la disposición de las flotas de las cruzadas.

La Cruzada Indomitus no sería una gran flota arrasando las estrellas como un brutal ariete. Más bien, la visión del primarca requería una reunión inicial de diez flotas. Estas se conocerían como Flota Primus, Flota Secundus, Flota Tertius y así sucesivamente, y cada una de ellas sería gobernado por un oficial con el rango supremo de Señor de la Flota. Cada flota era una fuerza mixta única, que comprendía elementos de las diversas facciones militares imperiales en un equilibrio dictado por Guilliman con la intención de operar y afrontar fines estratégicos de forma exlcusiva. Las flotas variaban enormemente en tamaño y composición. Aún así, incluso las más pequeños contaban con cientos de naves de guerra y el doble de naves de suministros logísticos, todos reunidos para facilitar el despliegue de innumerables miles de millones de combatientes, hombres y mujeres.

Guilliman sabía que esperar que flotas de tal tamaño operaran como fuerzas singulares y coherentes era poco práctico y un derroche. ¿Qué sentido tenía tratar de mantener juntas tan vastas aglomeraciones de potencia de fuego a través de los caprichos del espacio disforme solo para golpear cada nuevo sistema con una absurda superiorida? Incluso si las fuerzas imperiales reunidas no se interpusieran entre sí, aplastarían sin dudar a un solo enemigo por completo en cada caso,dejando que miles de otras amenazas quedaran sin respuesta. En lugar de arriesgarse a un suicidio operacionaly estratégico, Guilliman desglosó cada flota en varios grupos de batalla que se codificarían con alfanuméricos del alto gótico como Grupo de Batalla Alphus, Grupo de Batalla Betaris, Grupo de Batalla Cerastus, etc. Cada grupo de batalla sería una formación totalmente autosuficiente con sus propias naves de mando y un señor de grupo designado para dirigir su curso y acciones. Los jefes de grupo de cada flota sólo responderían a su jefe de flota, y por supuesto a Roboute Guilliman y los Altos Señores de Terra.

Los grupos de batalla seguirían su propio curso dentro de los movimientos de su flota, designando sus propias zonas de guerra y luchando sus propias campañas. Sus grandes movimientos estratégicos serían dictados por su jefe de flota, y podrían solicitar o suministrar refuerzos desde y hacia los otros grupos de batalla dentro de su flota; en la mayoría de los demás aspectos, cada grupo de batalla funcionaría como una fuerza autónoma, y la mayoría poseería el poder marcial suficiente como para conquistar grupos de estrellas enteros, aniquilar imperios xenos y ejecutar campañas a través de múltiples sistemas estelares a la vez. Por lo tanto, una Flota de la Cruzada Indomitus penetrando en un sector del espacio imperial no se parecería a la penetración de una lanza enorme, sino a las múltiples hojas de una legión de espadachines, apuntando su filo al manto de sombras que cubría el reino del Emperador.

Un tercer nivel de organización aún más granular fue incorporado a cada grupo de batalla: las Fuerzas Operativas. No se trataba de sub-formaciones existentes por derecho propio, sino más bien agrupaciones militares especializadas que podían reunirse por orden de un jefe de grupo. Las fuerzas operativas se formarían para la consecución de una sola tarea, después de lo cual sus elementos constituyentes volverían a su grupo de batalla y se fragmentarían nuevamente. Su objetivo era lograr la conquista de mundos o plataformas de defensa específicas, el envío de mensajes vitales a través de la inmensidad del espacio, la destrucción de enemigos específicos y cualquier otra tarea importante que se tuviera que lograr para garantizar el éxito del grupo de batalla. Ninguna fuerza operativa ha de mantener la misma composición, ya que su objetivo es concentrar el equilibrio correcto de activos imperiales en una sola fuerza para completar una sola tarea. Pero en la práctica, a medida que las flotas de las Cruzada Indomitus avanzaban por el Imperio, esto se convirtió en la norma, de tal forma que las fuerzas operativas especialmente exitosas permanecieran juntas en campañas largas, construyendo lazos de lealtad entre sí que duraron vidas.

Existía otro deber que Guilliman tenía en mente para con sus fuerzas operativas, y era crucial. Incluso mientras continuaba la gran concentración, hizo que los señores de flota seleccionaran fuerzas especiales de élite de entre las filas de sus guerreros asignados. Cada una de estas fuerzas operativas se unió a un complemento de Hermanas del Silencio, al menos un escuadrón de Adeptus Custodes, y un cónclave de Magos Biologis que portaban botes sellados y protegidos y muchas máquinas extrañas de aspecto arcano. Las Hermanas del Silencio estaban allí para hacer retroceder las tormentas de disformidad que asolaban el espacio real y ayudar a las naves de sus fuerzas operativas a atravesar el Imperio de manera rápida y comparativamente segura. Los Adeptus Custodes eran enviados del propio Guilliman, hablando con la autoridad tanto del primarca como del Emperador para garantizar que las fuerzas operativas no se encontraran con la resistencia de algún cuerpo imperial. Finalmente, los sacerdotes del Adeptus Mechanicus estaban allí para entregar su carga, la semilla genética y las tecnologías necesarias para que sus Capítulos de Marines Espaciales asignados aceptaran el milagro Primaris de Belisarius Cawl. A menudo acompañados por hermanos de batalla despiertos de la Fundación Ultima, destinados a unirse a las filas de los Capítulos objetivo, estas fuerzas especiales se apresuraron en la oscuridad incluso mientras las flotas terminaban sus preparativos. Serían conocidos como Portadores de la Antorcha en un Imperio asediado, y llevarían las bendiciones de los Marines Espaciales Primaris a los Capítulos más remotos, asediados (Cicatrices Blancas, Lobos Espaciales  y Ultramarines) y, en algunos casos raros, a los Capítulos más recalcitrantes o peligrosos (Ángeles Sangrientos y Ángeles Oscuros).

Por venganza y reconquista

A pesar de todos los esfuerzos de Guilliman y su Officio Logisticarum, las primeras flotas de la Cruzada Indomitus requirieron tiempo en soltar velas. Al final, fue la Flota Tertius la primera en correr a la acción, ocurriendo varios días antes de tiempo debido al inicio de una Cruzada de Masacre de Khorne que fue detectada abriéndose paso a través del caliente espacio imperial hacia el sistema Sol. La señora de flota Cassandra VanLeskus buscó y adquirió el permiso expreso de Roboute Guilliman para movilizarse de inmediato contra esta nueva amenaza; prometió que los sirvientes de los Dioses Oscuros recibirían una demostración inmediata y espectacular de la venganza imperial que se avecinaba sobre ellos.

Los detalles de la Batalla del Brazo Machorta están grabados en otra parte; es suficiente decir que sirvieron como prueba de concepto de todo lo que Guilliman había pretendido que fuera sus flotas de cruzada. Los grupos de batalla Alphus, Betaris, Delphi, Haephestus y Lambdax de la Flota Tertius se lanzaron de cabeza contra una invasión hereje que abarcaba varios sistemas. A pesar de las diferencias y dificultades iniciales entre varios de los brazos más dispares de la máquina de guerra imperial, Lady VanLeskus lideró una aplastante victoria sobre los sirvientes de Khorne.

Así fue que la Flota Tertius se lanzó desde sus puertos hacia los anales de la gloria imperial. Siguiendo el gran plan estratégico de Guilliman, los grupos de batalla de la flota Tertius avanzaron hacia la oscuridad, con el objetivo de pasar por el Segmentum Pacificus y luego rodear los vastos territorios del Segmentum Tempestus. La Flota Secundus partió después, encabezada por las unidades de hermanas de batalla del Cáliz de Ébano y Nuestra Señora Mártir por igual, apuntando las proas de sus naves de guerra directamente hacia el Ojo del Terror. Sería deber de la Flota Secundus navegar como un puño las fauces del Segmentum Obscurus, ordenando a sus grupos de batalla a mantener una dispersión firme y un rumbo determinado, y no permitir que nada frenara el impulso de su contragolpe. Era una tarea peligrosa, ganándose rápidamente el apodo de la Senda de los Mártires, pero era el tipo de ofensiva audaz y agresiva que la Humanidad tenía que lanzar para ganar tiempo, estabilizar el Imperium Sanctus y asegurarse de que no fuera desbordado por completo.

Solo una vez que Roboute Guilliman estuvo seguro de que los engranajes de concentración y partida hubieron ganado su propio e imparable impulso, que el Officio Logisticarum pudo operar sin su supervisión directa y que la resistencia localizada a sus planes fue completamente aplastada, cuando se permitió dirigir operaciones en persona. Y así sucedió que la Flota Primus dejó el sistema Sol en tercer lugar, llevándose consigo el mayor complemento de guerreros de la Fundación Ultima, los llamados Escudos Grises, así como al propio Archimagos Cawl, a bordo de su poderosa macro barcaza, la Zar Quaesitor. La Flota Primus comprendía los grupos de batalla más individuales de cualquier flota de la Cruzada Indomitus, y no partió en un solo momento, sino que se dividió en varias puntas de lanza que se fracturaron aún más cuando abandonaron Terra. Dondequiera que los grupos de batalla de la Flota Primus se lanzaron a la lucha, estos hicieron retroceder a las hordas de herejes y xenos que amenazaban con consumir a la Humanidad, volviendo a encender las balizas del Imperio y dejando rastros de escombros espaciales y montañas de enemigos muertos a su paso.

Así continuó, con la reunión de nuevas flotas de acuerdo con las órdenes de Roboute Guilliman antes de partir hacia la oscuridad del Imperio en guerra. La Cruzada Indomitus no era una fuerza para conquistar la galaxia como lo había sido la Gran Cruzada. Más bien era un esfuerzo desesperado y decidido que, si tenía éxito, podría garantizar la supervivencia del Imperio más allá de los días oscuros de la Gran Fisura. Así comenzó la Era Indomitus, y con ella el último y furioso intento de la Humanidad por sobrevivir al odio de los Dioses del Caos. Se sabe que la Cruzada Indomitus logró cruzar la Gran Fisura y alcanzar Baal en el momento en que los Tiránidos desplegados por la Flota Enjambre Leviathan se disponían a destruir el último perímetro defensivo levantado por los Ángeles Sangrientos y sus Capítulos Sucesores. Tras muchas batallas, Baal quedó libre de la amenaza xenos, y se emprendió una gran reconstrucción tanto del planeta como del Capítulo, pues los Hijos de Sanguinius eran muy necesarios en otros lugares.

Su fin llegó cuando Guilliman se vio obligado a acudir de vuelta a Ultramar para enfrentarse a la corrupta Guardia de la Muerte y su Primarca Demonio Mortarion.

Orden de Batalla

Flota Primus

  • Grupo de Batalla Dominus - Entre sus activos navales destaca el 12º. Cuerpo Aéreo Seqqan.
    • Fuerza Operativa XIX. 
  • Grupo de Batalla Erastus - Al mando de Dannych Silurcas Io V. Su nave insignia es la Lanza del Vacío, un crucero de ataque de los Novamarines. Su alto mando se compone de:
    • Capitán Tyvo Gallemnus, 3ª. compañía de los Novamarines.
    • Capitán Marius Venatoris, 5ª. compañía de los Hijos de Orar.
    • Codiciario Thaddeus Agrippan y Capellán Anthonis Decius de los Ultramarines.
    • Princeps Senioris Serena Bosphus.
    • Archimagos-Aquisatoris Quex Tacheon..
    • Archi-brigadier Pomoroch Knott, de la 55ª. Blindada Storvian.
    • Comandante de Aire Bethavyn Mardour, de la 13ª Aeronáutica Astoran “Brigantes”.
    • Lord-Obgligarcha Marhett Shemjj, de los 1452-1461º. de Infantería Pesada Ptorryx.
    • Tempestor Prime Yannik Mosweald, del 44º. de Centauros Alphic.
    • Vicealmirante Lucretia DeSalvamor Allouencia Siau de la Navis Imperialis.
  • Sus fuerzas navales y terrestres se componen de:
    • Barcaza de batalla Honor Implacable de los Hijos de Orar, 4 cruceros de asalto y 9 fragatas clase Gladius del Adeptus Astartes.
    • 3 acorazados, 8 cruceros, 4 escuadrones de fragatas y 41 macro-transportes de la Navis Imperialis.
    • Ark Conquesitus Olympus del Adeptus Mechanicus (capacidad de despliegue de Titanes).
    • 2 fuerzas de ataque de los Novamarines, 3 de los Hijos de Orar y 1 de los Ultramarines.
    • 3 Manípulos de la Legio Invigilata.
    • Fuerza exploradora del Adeptus Mechanicus Tacheon U/X/34.
    • 10 Regimientos de la 55ª. Blindada Storvian.
    • 6 Regimientos de la 13ª. Aeronaútica Astoran “Brigantes”.
    • 23 Regimientos de Infantería Pesada Ptorryx (artillería adjunta).
    • 44º. Regimiento de Centauros Alphic.
  • Grupo de Batalla Justus - Al mando de Kalenchkin.
  • Grupo de Batalla Kallides - Al mando de Kaspar Marius Todoric Marran. Su nave insignia es la Martillazo, un acorazado clase Graia.
  • Grupo de Batalla Noctis - Al mando de Le Vorne.

Flota Secundus

La Flota Secundus se enfrentó a muchos de los conflictos más angustiosos durante las primeras etapas de la Cruzada Indomitus. Sus grupos de batalla habían sido comprometidos a una ofensiva directa hacia el Ojo del Terror y, enfrentados a los horrores generados por la Disformidad y una resistencia cada vez mayor, su ruta pronto se conoció como el Camino de los Mártires. La fe es un cultivo que se riega mejor con sangre, y mientras Secundus luchaba con uñas y dientes para avanzar, sus filas se llenaron de fanatismo, extremismo e historias de lo sobrenatural y lo milagroso. Las manifestaciones antinaturales, los secretos oscuros y los misterios horripilantes no se circunscribieron a las primeras tres flotas. A medida que avanzaban aún más hacia una galaxia deformada por la apertura de la Gran Fisura, innumerables grupos de batalla a lo largo de las flotas informaron de fenómenos inquietantes, presagios extraños e historias imposibles.

  • Grupo de Batalla Betaris - Al mando de Lhazarus Shaen. Cuenta con 52 activos navales, 294 terrestres y 6 nivel acceso bermellón. Su primera directiva de operaciones fue la Ofensiva de Hydraphur.
  • Grupo de Batalla Erastus.
  • Grupo de Batalla Faustus - Al mando de Elena Dhaur-Carriadh. Cuenta con 67 activos navales, 326 terrestres  y 22 titanes de diferentes clases. Su primera directiva de operaciones fue la Purga de Thranx. Según la Entrada 217, cuando el Grupo de Batalla Faustus insertó a sus elementos del capítulo de los Minotauros, con el apoyo del 18º. de Incursores Vanstarianos y una lanza de caballeros de la Casa Griegoris en el Sistema Bosphori, estos se separaron del grupo principal para formar la Fuerza Operativa Faustus III. Fueron enviados a recuperar los muelles espaciales sobre Bosphori Deo, los cuales se encontraban en manos de los Mil Hijos. Dado que continuaron las acciones ofensivas en el teatro de Bosphori Deo, se enviaron solicitudes de refuerzos al Jefe de Grupo Dhaur-Carriadh. Mientras tanto, llamó la atención del mando del grupo de batalla que Darian Pellor, un presunto psíquico renegado de clase Alfa y conocido como El Profeta Rucio, líder de un Culto del Caos llamado Devotos del Rucio, había tomado el poder de las instalaciones mineras del sistema Bosphori, dentro del Cinturón Machaviano. Con la mayoría de los activos del grupo de batalla involucrados en una sagrada purga de las abominaciones de Bosphori Praxmial y Bosphori Agemnus y la guerra espacial en el Brazo Calyopean, había pocas fuerzas de reserva disponibles. Se detectó más actividad psíquica anómala durante las operaciones de combate en curso en Bosphori Praximal, concretamente en las estribaciones de la Cordillera Stecchan, el frente de Kasmor y los distritos ribereños de la Colmena Lucian, contra fuerzas herejes de élite. La coronel Majhuraat redistribuyó al resto de sus Psíquicos Wyrdvane a esos teatros y redobló los regímenes de oración en respuesta, amén de repetir sus solicitudes de despliegue de las misiones de reserva del Adepta Sororitas en la Cordillera Stecchan y los distritos fluviales. Sin embargo, el mando del grupo de batalla fue informado por [CENSURADO] de que Darian Pellor había despertado a un verdadero [CENSURADO] en algún lugar dentro del Cinturón Machaviano. Si era así, representaba una amenaza para la totalidad del Grupo de Batalla Faustus y para la parte del mismo que ejecutaba la Directiva de Purga Thranx. El Jefe de Grupo Dhaur-Carriadh, asesorado por la Canonesa Justyne, el capitán de los Minotauros Ulrech, el Vicealmirante de la Armada Imperial Graeves y [CENSURADO] concluyeron que en ese momento la solicitud de refuerzos por parte de la Fuerza Operativa Faustua III debía denegarse a favor de la formación de la Fuerza Operativa Faustus IV. La Fuerza operativa Faustus IV sería dirigida por Justyne con [CENSURADO] actuando con una capacidad [CENSURADO]. Su orden de batalla incluyes las 86°. de Serpientes Délficas, la Fuerza de Ataque Abretch de los Minotauros, tres escuadrones de [CENSURADO], 3 servidores de combate del Adeptus Mechanicus bajo el mando del Magos-Abjuratis Phetturclak y una Comandancia de la Orden de Nuestra Señora Mártir, junto con elementos de apoyo y espaciales. En total, las bajas aproximadas del grupo de batalla en ese momento eran del 26% y escalando. Los refuerzos prometidos por el Grupo de Batalla Erastus acumulaban dieciséis días de retraso sideral; la posibilidad de un evento disforme catastrófico se estimaba en un 53% de probabilidades.
    • Fuerza Operativa III.
    • Fuerza Operativa IV.
  • Grupo de Batalla Irasmus - Al mando de Asmos Koridan Strech. Cuenta con 47 activos navales, 321 terrestres, 5 titanes de diferentes clases y 1 nivel acceso bermellón. Su primera directiva de operaciones fue la Ofensiva de Bastioch.
  • Grupo de Batalla Justus - Al mando de Sanctifica III. Cuenta con 102 activos navales, 207 planetarios y 13 de clase Sanctifica. Su primera directiva de operaciones fue la Ofensiva de Armageddon.

Flota Tertius

Al mando de Cassandra VanLeskus. Su nave insignia es la Precept Magnificat, un acorazado clase Oberon.

  • Grupo de Batalla Alphus.
  • Grupo de Batalla Betaris.
  • Grupo de Batalla Delphi - Entre sus activos terrestres destaca una corte exaltada de la Casa Krast.
  • Grupo de Batalla Faustus.
  • Grupo de Batalla Haephestus - Al mando de Maastren Gnoxx. Su nave insignia es la Intolerante.
    • Fuerza Operativa II.
    • Fuerza Operativa III.
    • Fuerza Operativa VI.
  • Grupo de Batalla Lambdax.

Flota Cuartus

  • Grupo de Batalla Cerastus - Al mando de Leania Qi.
    • Fuerza Operativa II.
    • Fuerza Operativa III.
    • Fuerza Operativa IV.
  • Grupo de Batalla Irasmus.
  • Grupo de Batalla Lamdax.

Flota Quintus

Al mando de Prasorius. Hablar del señor de flota Prasorius y de su “maldita” Quintus era más estridente y generalizado. A medida que un golpe de mala fortuna tras otro persiguiera su formación, el despliegue y las primeras campañas de Quintus, se hizo cada vez más difícil disipar las supersticiones tanto sobre como dentro de los grupos de batalla de la flota. Incluso los castigos capitales no podían contener las afirmaciones de que la Flota Quintus obraba bajo alguna extraña maldición, pues sus grupos de batalla actuaban como imanes para sucesos extraños, oportunidades terribles y campañas aparentemente simples que se transformaban en extenuantes picadoras de carne. Los astrópatas de la flota precedían sus misivas con citas del Prelado Deomsk, el propio confesor general del señor de flota. Con cada “¡Repellam abominatus!”, estos esperaban otorgar éxito a las órdenes cifradas que transmitían a través del reino de pesadilla de la Disformidad.

Flota Sextus

  • Grupo de Batalla Chorasine - Entre sus activos terrestres se encuentra el 303º. Regimiento de Tropas de Desembarco Elysianas.
    • Fuerza Operativa III.
    • Fuerza Operativa XV.
    • Fuerza Operativa XLVI.

Flota Septimus

De todas las flotas de la Cruzada Indomitus, a la Flota Septimus se le ordenó reunirse lejos del sistema Sol. La ubicación exacta de su punto de reunión se mantuvo en un celoso secreto, conocido solo por el propio Roboute Guilliman y por los oficiales de más alto rango asignados a sus grupos de batalla. Nadie sabe qué tan grandes o pequeños eran esos grupos de batalla, qué fuerzas se les asignaron y cuál podría ser el propósito velado de la Flota Septimus. Su fuerzas simplemente desaparecieron, sin dejar nada tras ellos salvo oscuras especulaciones y rumores persistentes de servo-cráneos chapados en ónice que se desplazaban a través de las sombras, aferrando pergaminos de datos de seguridad nivel bermellón en sus mandíbulas metálicas.

Un ejemplo: la Limpieza de Drennox

La siguiente es la disposición estimada del Grupo de Batalla Haephestus** de la Flota Tertius en el momento de la Limpieza de Drennox, según lo registrado por el Metaescribano de segunda clase Phodellica Unctin del Officio Logisticarum, en nombre del Todopoderoso Emperador, del Primarca Renacido y la Señora de la Flota VanLeskus.

  • Alto Mando del Grupo de Batalla
  • Activos navales
    • Nave de mando: Acorazado clase Retribución Intolerante.
    • 4 Acorazados.*
    • 12 Cruceros.*^
    • 9 Escuadrones de Fragatas.^
    • 2 Cruceros de Ataque del Adeptus Astartes: la Espada Argéntea* y la Fantasma de Threnna.^
    • 26 Macrotransportes de tropas.^
    • 1 Barcaza de Guerra de Adeptus Mechanicus: la Veracitus.
    • 1 Macrotransportador del Adeptus Mechanicus con 6 fortalezas de desembarco.*
    • 3 Catedrales de Invasión del Adepta Sororitas.*
    • 1 Nave de guerra inquisitorial de la clase CENSURADO: la CENSURADO.^
  • Activos terrestres
    • 9 Regimientos de Pretores Vusillianos (blindados/artillería).
    • 14 Regimientos de los Violentos de Gattakar (10 de infantería / 4 aerotransportados).^
    • 3 Lanzas de Caballeros de la Casa Hawkshroud.
    • 1 Preceptorio completo de la Orden del Cáliz de Ébano.
    • 4 Comandancias adicionales del Cáliz de Ébano.*
    • 10 Manípulos de Skitarii de Metalica y manípulos de apoyo adjuntos.
    • 1 Fuerza de Ataque de Dragones Negros.*
    • 1 Fuerza de Ataque de los Exorcistas.^
    • Fuerza indeterminada de Escudos Grises.^
  • Las entradas marcadas con este símbolo aportan elementos actualmente a la Fuerza Operativa IV del Grupo de Batalla Haephestus de la Flota Tertius.
    ^ Las entradas marcadas con este símbolo aportan elementos actualmente a la Fuerza Operativa II del Grupo de Batalla Haephestus de la Flota Tertius.
    ** Unidades de apoyo logístico registradas en placa de datos secundaria. Por favor, solicítela al coro de espíritus de datos para obtener más información.

Acciones notables

Flota Primus

  • Se sabe que el LXII Escuadrón del 12º. Cuerpo Aéreo, adscrito a la Fuerza Operativa XIX del Grupo de Batalla Dominus atacó con éxito el puerto espacial Echadon.

Flota Secundus

  • El Grupo de Batalla Erastus liberó el mundo Feudal de Pretannis VII. Los regimientos recién organizados de entre su población se unieron a sus liberadores con gran fervor. El ícono de compañía estampado de factorum del vehículo Quimera de mando de los salvadores fue adoptado por los regimientos de Pretanni como un símbolo de su señorío divino. Cada minúsculo error perceptible, bordes desvaídos y repintados difuminados se reprodujeron incansablemente en tatuajes, electrotapices y medallones.

Flota Tertius

  • La Fuerza Operativa V del Grupo de Batalla Delphi, compuesta entre otras de una corte exaltada de la Casa Krast, libera el mundo montañoso Mundus di Venn.

Flota Cuartus

  • Aposia es liberada por los Grupos de Batalla Lamdax e Irasmus, así como por caballeros de la Casa Terryn.

Flota Quintus

  • En Ashloth II, el Barón Hrothwyn de la Casa Terryn dirige a solo seis Caballeros para aplastar una fuerza de mil quinientos herejes y llevar el Jade Span.
  • En Lorvane, durante la retirada de Fuerte Gryffon, los últimos pelotones supervivientes de los Tierras Bajas de Hallenican se mantienen firmes en su rol como retaguardia y contienen oleadas abrumadoras de Orkos hasta que el último aliento.
  • En Yarchor, La Hermana Superiora Amalanthe Hayle dirige a sus Hermanas de Batalla contra las puertas de la Fortaleza de los Oráculos Falsos en siete ocasiones distintas hasta que finalmente, y después de muchos martirios, abren brecha en las defensas del enemigo.
  • Durante el Desembarco de Gannaheim, y a pesar de un aterrizaje catastrófico, el Prínceps Voskov del Titan Reaver Deus Absolutor se enfrenta y derrota al Titan Warlord traidor Abominatum Victoris a costa de su vida y las de su tripulación.
  • En la caída de Phomidya Prime, el teniente Satorian de la 4ª. Compañía de los Cónsules Blancos permanece aislado contra fuerzas xenos abrumadoras y prevalece.
  • En la Cuenca de Tathyan, durante los últimos días de la Guerra de los Dolores, el 884º. Regimiento Blindado de Cadia rompió las líneas de las Hordas del Cantor de Lamentos y realiza un viaje de quinientos kilómetros a través del territorio enemigo para llevar el relicario de Santa Helena al puerto espacial de Puerta Lamentación y ponerlo a salvo con su evacuación.

Sin ubicar

  • Después de cada victoria de la Canonesa Jada-kyn, heroína del Golfo de los Penitentes, decenas de peregrinos encorvados recogían sus casquillos. Cada uno se convirtió en una reliquia de valor incalculable, minuciosamente grabados con tratados sagrados o escenas de devoción. Algunos fueron guardados como fuentes de fe física, mientras que otros fueron garantizados como amuletos para alejar la brujería.

Personajes notables

  • Baduin Alarbus Selwyn - El barón Baduin de la Casa Krast era un cazador de presas gigantes, siempre a la búsqueda de los enemigos más grandes y poderosos. El anciano noble y su Caballero Andante, Ruina Roja, lucharon a la cabeza de una lanza de caballeros comprometidos a luchar como parte de la Flota Tertius. Los nobles se enfrentaron a las fuerzas del Caos allí por donde surgieron desde la Gran Fisura. Entre los ejércitos de los Dioses Oscuros marchaban los Caballeros renegados, a los que Baduin y Ruina Roja cazaron con igual decisión. En el planeta montañoso Mundus di Venn, las fuerzas de los Dioses Oscuros habían sido perseguidas hasta su casi aniquilación. Pero dentro de los abismos laberínticos aún se ocultaba un mal monstruoso: un Titán clase Warhound retorcido y mutado llamado Engendro del infierno por los temerosos soldados imperiales. En verdad, el horror destrozó a sus perseguidores imperiales hasta el último hombre en emboscadas frenéticas. Cuando Baduin y su corte exaltada se desplegaron en Mundus di Venn, rastrearon los restos de las víctimas de Engendro del infierno a través de los cascos y esqueletos oscurecidos de transportes, tanques superpesados destripados y grumos de sangre coagulada que ya no eran reconocibles como cadáveres. Por dos veces el titán saltó desde las sombras, destrozando a los juramentados de Baduin uno por uno y escapando indemne. El barón finalmente arrinconó a la bestia en una guarida pintada de sangre y garabateada con runas gigantes. El Warhound salvaje trató de tajarlo con sus cañones vacíos, bordeados de garras, y morderle con sus múltiples fauces. El fuego de los cañones térmicos de Baduin le chamuscó y, por fin, el Guantelete Golpetrueno de Ruina Roja se hundió profundamente en el retorcido casco de la bestia. Mientras Engendro del infierno chillaba al máximo su odio a través de sus altavoces, Baduin le arrancó la cabeza de muchas mandíbulas de su cuello, del que salió un chorro de fluidos viles antes de derretir su chasis mutado y convertirlo en una sola masa carbonizada.
  • Xanderus Thyn III - El Grupo de Batalla Dominus de la Flota Primus se ganó una reputación temible por sus devastadoras naves de ataque atmosféricas. Sus oficiales de la Aeronautica Imperialis (al menos aquellos que volaban en las misiones) no tenían dudas de que sus éxitos se reducían a un solo hombre: Xanderus Thyn III. Anteriormente con el rango de comodoro-coronel del 12° regimiento del Cuerpo Aéreo Seqqan, una serie de pérdidas de combate humillantes fueron atribuidas falsamente a su persona. Ello provocó su degradación y traslado al mando del Escuadrón Pesado LXII. El líder del escuadrón Thyn pronto se aseguró la lealtad personal de los pilotos y artilleros de su bombarderos. Su áspero carisma ocultaba una perspicacia estratégica increíble. Pilotando con pericia a su Marauder Destroyer, Punta de Lanza, la incursiones atrevidas y estrictamente ejecutadas de Thyn se hicieron famosas por sus ángulos de ataque poco convencionales. En Vorrah, sus bombarderos de alta cota ejecutaron una inmersión casi suicida para alcanzar una columna blindada de astartes herejes desprevenida. Los proyectiles supersónicos de sus cañones automáticos destrozaron las unidades a pie traidoras y decenas de misiles Hellstrike destrozaron sus tanques. A lo largo de las campañas del Grupo de Batalla Dominus, los contactos de Thyn entre los escuadrones del 12º. de Seqqan le permitieron formar alas muy complejas. Estas mezclas de naves de ataque, cazas de superioridad aérea y bombarderos en roles únicos dentro de escuadrones mixtos fueron capaces de responder con rapidez a situaciones cambiantes. Por un lado, el comandante del Grupo de Batalla Dominus permitió que sus comandantes aeronáuticos salvaran la cara al mantener a Thyn técnicamente como un líder de escuadrón. Al mismo tiempo, otorgó a la “punta de lanza”, siendo inseparables para entonces el apodo con sus aviones, enorme libertad en la planificación de misiones y solicitudes de activos.

Citas

"Dejad que los ignorantes las llamen seres sin alma, mutantes, monstruos. Las he visto cazar, he visto la velocidad y precisión con la que coordinan sus ataques, su total dedicación desinteresada al Imperio. Cambiaría las vidas de todos los idiotas que alguna vez calumniaron a las Hermanas del Silencio por una de estas campeonas sin igual."

Jefe de grupo Kalenchkin, del Grupo de Batalla Justus de la Flota Primus.


"...juro por la propia espada del Khan que pensé que estábamos librando nuestra última batalla. Los traidores habían caído en nuestra emboscada como una bandada de pájaros daga en plena estampida hacia un anillo de fuego tribal, pero no podríamos haber predicho a los [CENSURADO] que convocarían en su ayuda. Rompieron la soga y dieron la vuelta a la trampa. Ahora éramos nosotros quienes luchábamos en inferioridad, rodeados, incapaces de desengancharnos y atacar de nuevo, tal y como enseñaba el Gran Khan. Entonces los espíritus de la tormenta les alcanzaron con toda su furia, tomando la forma de Marines Espaciales con servoarmaduras de un negro sideral que bailaba con las llamas y resonaba con huesos. Vertieron fuego en [CENSURADO] y cada disparo ladraba hueco, como si los escuchara desde lejos. Los espíritus abrieron un hueco en las líneas enemigas, y a través de él nos retiramos sin mirar atrás. No puedo decir qué eran, pero..."

Sargento Jarghul, de la 6ª. Compañía de los Cicatrices Blancas, del Grupo de Batalla Faustus de la Flota Tertius.

Fuentes

  • Warhammer 40,000: Reglamento (8ª Edición).
  • White Dwarf Montly Nº 35 - Julio de 2019.
  • White Dwarf Montly Nº 39 - Noviembre de 2019.
  • White Dwarf Montly Nº 42 - Febrero de 2020.
  • White Dwarf Montly Nº 43 - Marzo de 2020.
  • White Dwarf Montly Nº 44 - Abril de 2020.
  • White Dwarf Montly Nº 45 - Mayo-Junio de 2020.
  • Warhammer Community - Grim Dark Corners: The Era Indomitus.
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