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Icono de esbozo Por orden de su Santísima Majestad, el Dios-Emperador de Terra. La Sagrada Inquisición declara este artículo En Construcción por nuestros escribas. Si encuentra algún problema o falta de devoción por su parte, notifíquelo, un acólito del Ordo Hereticus estará encantado de investigarlo.
CorsarioEldar

Corsario Eldar

"El vacío es riqueza. El vacío es libertad. Rechazo las cadenas de la Senda, que me constriñen. Rechazo la política de Commorragh, que me resulta tan mezquina. Rechazo la frugalidad espartana de los Exoditas. Rechazo las máscaras del payaso y el mimo. Y sobre todo, rechazo a la muerte. Las estrellas pertenecían a mis ancestros. Por tanto, me pertenecen a mí. Así que iré donde me plazca, tomaré lo que desee y mataré a quien quiera"

Dama Hale´drithea de los Soles Negros

Los Corsarios Aeldari o Anhrathe como son conocidos en la lengua Aeldari, son Proscritos dedicados a la piratería y son una amenaza constante para las Flotas Mercantes, aunque rara vez suponen un peligro para una Flota de Batalla imperial. Rechazan el estricto sistema de Sendas de sus primos a bordo de los mundos astronave, aunque tampoco se han abandonado completamente a la depravación hedonista de sus parientes de Commorragh. Los Anhrathe se regodean en su libertad para satisfacer sus caprichos en una existencia de aventura y riquezas, y desean llevar vidas de grandes peligros y recompensas aun mayores. Libres de opresión e inquietud, desean arrancarle a la galaxia el destino que ellos deseen.

Descripción[]

Algunos Aeldari ansían explorar las maravillas desconocidas de las profundidades del espacio. Estos Aeldari acaban uniéndose a las flotas de exploración y desaparecen en los ilimitados túneles de la Telaraña. La mayoría de ellos no regresa, aunque algunos logran volver a su hogar cargados de tesoros alienígenas. Con ellos traen también relatos sobre nuevos y fabulosos mundos, grandes descubrimientos, y valerosas batallas en los confines de la galaxia. No es extraño que los humanos entren en contacto con estos aventureros, ya que estos Aeldari son los únicos que un humano puede encontrar si no es en un campo de batalla.

Los Aeldari más salvajes amantes del espacio acaban convirtiéndose en Corsarios. A menudo siguen comerciando y visitando su Mundo Astronave o los mundos Exoditas mientras abordan y saquean las astronaves humanas, Orkas, e incluso las de otros Aeldari. A veces incluso alquilan sus servicios a razas alienígenas. Las diferencias entre las flotas de exploración Aeldari y las de Corsarios o invasores no son demasiado claras, ya que muchos de los viajes de exploración acaban convirtiéndose en expediciones militares. A medida que el hogar y la Senda de los Aeldari van haciéndose más remotos, la naturaleza salvaje y el carácter amoral de los Aeldari vuelven a aflorar. Los Corsarios Aeldari son de carácter visceral e impredecible, pudiendo inclinarse tanto a la magnanimidad como a la matanza más despiadada.

Los Corsarios provienen de todos los estratos de la sociedad Aeldari, desde los Proscritos de los Asuryani hasta Drukhari de Commorragh, antiguos Arlequines e incluso antiguos miembros de los Ynnari, aunque también ha habido Corsarios que han desertado para unirse a los Ynnari. Hay tantas razones para unirse a una flota corsaria como Corsarios, aunque la mayoría lo hace porque desea fama, gloria y riqueza, y en muchos casos, crear su propia banda. Hay Corsarios que llegan escapando de las reglas y la disciplina, mientras que otros simplemente no tienen donde ir tras ser proscritos por sus congéneres. Aun así, también los hay que se abandonan completamente al nihilismo pues creen que, si su raza está condenada a la extinción, entonces poco queda por hacer más allá de vivir aventuras, matar, tomar cuanto quieran y disfrutar al máximo de los últimos días de su especie.

Los comandantes de cada flota corsaria son arrogantes y caprichosos. Muchos se creen de la realeza o fingen ser de estirpe tribal, aunque muy pocos de ellos descienden de verdad de las estirpes aristocráticas de eras ya pasadas. Sus tripulaciones incluyen seguidores de confianza, parientes, inadaptados de otras sociedades Aeldari y fugitivos; todos ellos seguirán a su señor hasta el infierno a cambio de una parte del botín. Estos elementos van vestidos con ropas y armaduras estrafalarias, adaptadas a su gusto personal, desde pieles de bestias salvajes o plumas exóticas hasta trofeos de sus víctimas e incluso implantes quirúrgicos como dispositivos oculares o neuroaumentadores. Muchos de estos aumentos artificiales evitan las elegantes filosofías de diseño de los mundos astronave, pues se llevan con descaro para proclamar el desdén de su portador por la estética civilizada. Estas prácticas refuerzan la reputación de inadaptados salvajes y peligrosos, algo que muchos de ellos celebran, deleitándose conscientes de que su independencia epata y perturba a los Asuryani, de cuyas estrictas normas se sienten libres.

Muchos Corsarios Eldars han llegado a ser famosos en todos los Mundos Astronave, e incluso más allá de estos. Algunos de estos individuos sedientos de sangre han sido víctimas de las mismas debilidades de carácter que acarrearon la Caída. Galadhar el Gris fue uno de estos individuos, cuyas sangrientas acciones quedaron grabadas para siempre en las mentes de los habitantes de Duro. Duro era el mundo Exodita que acostumbraba a utilizar como base, y desde ese mundo saqueó un centenar de planetas antes de que una flota imperial le diera caza y le destruyera. Estos individuos matan por placer, devastando ciudades enteras sin ni siquiera pestañear, aunque a veces muestran una gran compasión hacia sus enemigos derrotados, si eso complace sus deseos.

De todos los cabecillas piratas, Yriel de Iyanden es uno de los pocos que han regresado a la Senda de los Eldars. Primero fue el almirante de toda la flota de Iyanden. Fue despojado de su cargo después de dejar Iyanden a merced de una flota del Caos mientras dirigía un ataque al interior del Ojo del Terror. Aunque regresó a tiempo de salvar a Iyanden, fue cesado de su cargo y cayó en desgracia. Enfurecido por la ingratitud de sus compatriotas Eldars, pasó a ser un Proscrito. Junto a una banda formada a partir de sus antiguos tripulantes, Yriel y sus compañeros se convirtieron a partir de ese momento en el azote de las rutas espaciales y se les conoció como los Incursores de Yriel.

Durante años, Yriel saqueó las rutas comerciales próximas. También alquiló sus Incursores como mercenarios a los señores planetarios y logró grandes éxitos como elemento decisivo en el equilibrio de poder de los mundos humanos cercanos. Su reputación aumentaba con cada nuevo éxito, pero nunca llegó a cometer los excesos que caracterizan a la mayoría de las flotas Corsarias, como los degollamientos en masa. Al final regresó a Iyanden para salvar al Mundo Astronave por segunda vez, destruyendo a la Flota Enjambre Tiránida que amenazaba con destruirlo, y volvió a la Senda de los Eldars.

Modus operandi[]

Los Corsarios tienden a ser más activos que los Aeldari de los Mundos Astronave, que naturalmente se preocupan primero por su propia defensa. Las bandas Corsarias son más agresivas, buscando siempre oportunidades de saquear. Algunas bandas Corsarias parecen mantener fuertes lazos con un Mundo Astronave, como los Incursores Espeluznantes con Iyanden o los Incursores Negros de Xian con Ulthwé, pero otras parecen tener una autonomía total, atacando cuando y allí donde pueden.

Todas las bandas Corsarias Aeldari son nómadas, amenazando un sector por un breve tiempo y haciendo varias incursiones antes de volver a desplazarse. Pocas tienen un área geográfica de actuación fácil de identificar para sus enemigos, pues para ellos es mejor permanecer móviles para dificultar su localización y destrucción.

El Corsario es un guerrero ágil e imaginativo, experto en improvisar y servirse del entorno contra sus oponentes. Es capaz de pilotar distintos transportes, desde aerodinámicas motocicletas hasta enormes navíos clase Nayáde y otras naves espaciales. Al contrario que los Drukhari, los Corsarios no reprimen la habilidad psíquica innata de su raza; los Trazacaminos de enorme poder psíquico guían a sus naves a través del laberinto interdimensional de la Telaraña, y algunos de sus místicos llevan consigo joyas espirituales (llamadas piedras guía) que son capaces de capturar la esencia de Aeldari muertos, salvándolos así de una eternidad atormentada en la disformidad.

Aunque las flotas Corsarias tienen muchas naves veloces, también pueden tener sus propias bases secretas, bien escondidas en lo profundo de una nebulosa o un campo de asteroides. Los refugios de una banda Corsaria tienen muchas formas: algunas son antiguas estaciones Aeldari olvidadas, levantadas sobre los restos de bases anteriores a la Caída; otras son temporales, ocultas en minas de asteroides largo tiempo abandonadas o en las profundidades del espacio salvaje. Las bandas más grandes tendrán muchas bases y escondrijos dispersos por la galaxia.

Las bandas Corsarias también pueden tener bases de operaciones en torno a los mundos Exoditas. Muchas tienen alianzas desde hace mucho con las casas de Exiliados, proporcionando a estos mundos aislados una cierta protección orbital a cambio de un refugio seguro y ocasionalmente de ayuda militar.

El típico ataque Corsario es una veloz incursión desde la órbita baja, desplegándose rápidamente desde Incursores Vampiro, golpeando con agresividad y brevedad, y retirándose poco después. Los Corsarios no están bien equipados para batallas prolongadas o campañas, y tendrían dificultades en una batalla sin cuartel contra un enemigo bien armado; aunque un Príncipe Corsario a menudo dispondrá del apoyo pesado de los Cazas Alas de la Noche o de los Bombarderos Fénix, pero los Corsarios generalmente evitan luchar en desventaja si pueden hacerlo. Los Corsarios también suelen hacer abordajes contra cargueros y transportes mal defendidos. En las distancias cortas su falta de armas pesadas y de tanques gravíticos especializados no es un estorbo.

Las incursiones de los Corsarios son sobre todo para amasar una gran fortuna personal, con pocos objetivos más allá del enriquecimiento personal. Las flotas tienen sus propias leyes y las bandas piratas operan básicamente como feudos independientes, sin ningún centro de poder que las amalgame. Atacan desde distintos hábitats y estaciones ocultos en nebulosas de detritus, campos de asteroides o planetoides errantes, o incluso en las zonas de mareas del flujo empíreo en los confines de las tormentas disformes.

Los Príncipes Corsarios no tienen reparos a la hora de alquilar sus servicios como mercenarios al mejor postor. En tiempos de escasez, una banda puede encontrar empleo temporalmente junto a un Gobernador Planetario rebelde, un comandante amotinado de la Guardia Imperial, u otros renegados de la justicia del Imperio de la Humanidad. Contratar Corsarios es una medida desesperada, pues aquellos que buscan su ayuda no pueden esperar piedad alguna de la Inquisición del Emperador.

Estas bandas mercenarias han luchado junto a sus congéneres más puritanos durante siglos o incluso milenios. Sus poderosas naves son una fuente de comercio e información privilegiada y una línea de defensa de los mundos astronave Asuryani contra los ataques de sus enemigos. A pesar de estos vínculos de conveniencia, muchos Asuryani apenas toleran la presencia de los Corsarios en su mundo astronave, pues desconfían de su naturaleza incontrolable y su influencia potencialmente malsana, sobre sus disciplinadas gentes.

La Ciudad Siniestra de Commorragh también recibe visitas de Corsarios por diversos motivos. Los de sangre Drukhari vuelven a menudo para hacer política o reunirse con socios. Otros, que visitan Commorragh para comerciar, sienten auténtico asco por lo que ven y solo desean vender su mercancía y partir lo antes posible. Por el contrario, hay otros a quienes las actividades de los Drukhari les son indiferentes mientras haya riqueza y tecnología. Hay incluso algunos Corsarios que se regodean en la avaricia rampante de sus oscuros primos y cambian piezas de sus botines por tecnología esotérica y materiales poco comunes. Estas almas negras a veces se suman a las incursiones al espacio real de los Drukhari, luchando y rapiñando junto a ellos. Sin embargo, incluso estos Corsarios se mantienen alerta durante los asaltos, pues jamás olvidan el hambre insaciable que sienten los Drukhari por infligir dolor.

En ocasiones, los Mundos Astronave y las flotas Corsarias se han enfrentado entre sí. El Imperio no tiene claros los motivos, pero es posible que algunas bandas se hayan alejado demasiado recorriendo la senda oscura y que los Aeldari se hayan visto obligados a actuar contra ellas para impedir que caigan en masa en las garras de los Arcontes de Commorragh. También puede haber rivalidades y viejas cuentas pendientes que saldar entre las distintas facciones Aeldari , pero tales conflictos rara vez son comprendidos por las autoridades del Imperio.

Los Corsarios del Vacío[]

Quienes reciben el apelativo de Corsarios del Vacío se encuentran entre los más curtidos, y llevan siglos acechando entre las estrellas. Estos individuos se sienten naturalmente atraídos a sus iguales, ya que muy pocos Anhrathe entienden la enorme variedad de experiencias desgarradoras y electrizantes que han vivido. Todos poseen una fuerte personalidad y son excelsos guerreros con preferencias de combate y estilos de lucha totalmente únicos. Entre ellos se encuentran francotiradores mortíferos, expertos en armas pesadas, maestros espadachines y poderosos psíquicos. Todos ellos han puesto a prueba sus habilidades contra una miríada de enemigos, ya sean Orkos, Tiránidos, Gnostari, Humanos, el Archienemigo e incluso otros Aeldari. Son muchos los que han alcanzado enorme fama (o infamia) por sus actos despiadados o por la dureza de su alma tras una vida entera viajando por el vacío.

Flotas de la Infamia[]

Hay muchas bandas corsarias que han dejado huella en la historia de su raza, o en las leyendas negras de los mercaderes temerosos que surcan la galaxia. Muchas de sus historias tienen un halo de gloria y un rastro de sangre inocente, y se oyen por todas partes, desde los pabellones espirituales de los Exoditas hasta los lóbregos pasadizos de Commorragh.

Los Incursores Ancestrales[]

El príncipe Yriel fundo los Incursores Ancestrales con los Asuryani que lo siguieron a su exilio de Iyanden. Todos eran veteranos de conflictos navales y ferozmente leales a Yriel, y todos conocían las naves como la palma de la mano. En torno a este puñado de grandes guerreros, Yriel formo la flota Corsaria más potente que jamás ha surcado el espacio profundo. Han asaltado miles y miles de naves, incluidas algunas operadas por poderosos enemigos como los Kreg, los Hrud y los Khrave. Cuando absorbió a dos flotas Corsarias -los Incursores Negros de Xian y el Comando Escarlata-, los Incursores Ancestrales acumularon aún más poder. Han luchado contra las fuerzas del Caos y del Imperium en incontables ocasiones. Sin que sus habitantes siquiera lo supieran, el mundo astronave Il´Saraid fue salvado de una invasión de despiadados adoradores de Khorne cuando la flota de Yriel les tendió una emboscada y los aplasto. Los mundos Exoditas del cúmulo Gyrian-theh´lyld también tienen una deuda con estos Corsarios, pues han mantenido alejadas de sus territorios a varias flotas de exploradores del Adeptus Mechanicus.

Los Saqueadores Ojocerados[]

La dama Kaelis Carnelia ha acechado los sistemas Sidhestar durante siglos. Su piel es como el alabastro, y sus cortesanos corren a purificarla cada vez que entra en contacto con alguien de una raza inferior. Gracias a su astucia felina y sus fantásticas dotes premonitorias, Carnelia ha gobernado sin rivales durante más tiempo que nadie. Cuando sus Corsarios atacan, dejan a su paso un diseño irisado y oblongo como tarjeta de visita, marcado a fuego en la proa de las naves enemiga, a cuchillo en la carne de sus oponentes e incluso con material psicorreactivo capaz de cegar el tercer ojo de los Navegantes imperiales. El éxito de Carnelia se debe no poco gracias a la escolta compuesta por cinco constructos espectrales que la siguen allá donde va. Las almas en su interior fueron extraídas de una enorme joya espiritual encastada en el puente de la nave insignia de Carnelia, un artefacto de valor incalculable que alberga a todos los capitanes anteriores de la nave. La Guardia Espectral de Carnelia es capaz de funcionar en el vacío y ha demostrado ser un recurso inestimable.

Hermandad Ataque Solar[]

[EN CONSTRUCCIÓN]

Los Dragones del Vacío[]

[EN CONSTRUCCIÓN]

Miniaturas[]

Galería[]

Fuentes[]

  • Codex: Eldars (2ª Edición).
  • Imperial Armour XI.
  • Codex: Aeldari (9ª Edición).
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