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Por orden de su Santísima Majestad, el Dios-Emperador de Terra. La Sagrada Inquisición declara este artículo En Construcción por el Supremo Inquisidor Tass'a. Si encuentra algún problema o falta de devoción por su parte, notifíquelo, un acólito del Ordo Hereticus estará encantado de investigarlo. Aviso: la manipulación del contenido sin las debidas referencias a informes inquisitoriales (fuentes) supondrá la purga automática de dicha edición. |

"Constantin Valdor vino hacia mí como una tormenta dorada, con la Lanza Apolínea lanzando lenguas de relámpago. A pesar de su tamaño, a pesar del grueso de su armadura, se movía tan suavemente como un bailarín a lo largo de una estrecha cresta. Era el mayor campeón del Emperador, el guerrero más poderoso de Terra e incomparable en combate"
- —Alpharius
Constantin Valdor era el Jefe Custodio del Emperador de la Humanidad y Capitán General de la Legio Custodes durante la Gran Cruzada y la Herejía de Horus. Constantin Valdor, conocido como "El Primero de los Diez Mil" y "El Escudo del Emperador", fue el primer Jefe Custodio y Capitán General de la antigua Legio Custodes, la guardia de élite del Emperador de la Humanidad. Bajo el inigualable liderazgo de Valdor durante las Guerras de Unificación para reunificar Terra y la posterior Gran Cruzada lanzada para reclamar los mundos perdidos de la Humanidad, la Legio Custodes fue una fuerza imparable, y sus guerreros se cubrieron de gloria durante incontables años.
Pocos guerreros en toda la historia del Imperio se han acercado a la magnificencia marcial, la dedicación desinteresada y la excelencia estratégica de Constantin Valdor, el primer Capitán General de los Diez Mil. Era un guerrero pujante y un ser de estatura y gravedad sobrenaturales, tanto que muchos lo habían comparado con uno de los Primarcas de las Legiones de Marines Espaciales y que incluso podría haber igualado a uno de los hijos del Emperador en un duelo de espadas. Los registros de su existencia son anteriores a la creación de los Primarcas, al igual que la de muchos de los Legio Custodes, que eran los primogénitos del Emperador, guerreros aumentados genéticamente.

Eran tales sus habilidades de combate, su poder marcial y sus capacidades físicas y mentales que había quienes, incluso dentro de la Corte Imperial, se atrevían a llamarlo Primarca en todo menos en el nombre. Sin embargo, a pesar de todo su poder, Valdor fue creado y entrenado para servir a un propósito diferente y mucho más centrado, el de Lord Comandante de la Guardia Custodia, y para Valdor las pequeñas preocupaciones de la conquista y la gloria, el dominio y la victoria no eran nada en comparación con su propio deber jurado.
Sin embargo, el valor de Valdor para el Emperador era mucho más que un simple combatiente. Desde los primeros días de las Guerras de Unificación, quizá incluso antes, Constantin Valdor era el compañero incondicional del Emperador, y su lealtad al Amo de la Humanidad era absoluta. El Capitán General hubiera preferido quitarse la vida antes que arriesgar la del Emperador; la devoción de Valdor por su amo era tal que no había acto que no realizara, ni acto que no considerara, para asegurar la supervivencia del Emperador.
Por eso, aunque Constantin Valdor tenía un rango en cierto modo superior al de un Primarca, y se situaba en el centro del poder imperial en Terra, rara vez ejercía su influencia, salvo en lo que le concernía directamente, y nunca con ambición o engrandecimiento. Pero si su propósito era desafiado o, peor aún, si alguien o algo intentaba poner en peligro al Emperador o a sus representantes elegidos, Valdor era como un semidiós de la venganza encarnado: imparable e implacable.
Constantin Valdor sirvió fielmente al Emperador de la Humanidad desde las Guerras de Unificación, la Gran Cruzada y los oscuros días de la Herejía de Horus, en los que estuvo activo durante algunos de los acontecimientos y campañas más significativos que tuvieron lugar durante esa época envuelta en tinieblas, incluyendo la Quema de Próspero y el Asedio de Terra. En Próspero, Valdor llegó a enfrentarse a más de treinta de los legionarios de élite de Magnus el Rojo, guerreros que podían predecir los ataques de sus enemigos a través de la precognición psíquica, matándolos a todos y recibiendo una sola herida en el proceso.
Durante el titánico asedio final a Terra, la Legio Custodes luchó junto a las Legiones Leales para defender al Emperador y su palacio. No mostraron ninguna piedad con los marines espaciales traidores. No vacilaron, aunque llovieran megatoneladas de muerte explosiva desde los cielos en llamas, aunque las abominaciones Demoniacas atravesaran el velo de la realidad y los Titanes del Caos martillearan los muros del palacio con armamento capaz de destrozar una ciudad. Valdor y sus Diez Mil lucharon valientemente durante esa batalla de pesadilla, rechazando una ofensiva tras otra. El Capitán General se abrió paso entre las filas de las Legiones Traidoras con la misma facilidad con la que sus primos Leales se enfrentaban a humanos ordinarios y xenos menores.
Durante esta batalla final de la Herejía de Horus, ocurriría lo impensable. En la culminación del Asedio de Terra, el Emperador dirigió una última acción de abordaje contra la Barcaza de Batalla de Horus, el Espíritu Vengativo, donde se enfrentó al Architraidor en combate singular y lo derrotó al final, pero el coste fue espantoso. Aunque abatieron a innumerables traidores y demonios, Valdor y sus compañeros de la Legio Custodes no pudieron evitar que Horus hiriera mortalmente al Emperador y dejara la mente y el alma de su padre atrapadas en una cáscara de cuerpo destrozado. Afligidos en extremo, los Custodios llevaron a su maestro de vuelta a Terra, donde sería enterrado para siempre dentro de las maquinarias del Trono Dorado. Hicieron un juramento de penitencia y se vistieron de negro en señal de luto, encomendándose a velar por su señor caído para el resto de los tiempos.
Tras el fracaso del asalto del Señor de Guerra a Terra, los hijos leales del Emperador que sobrevivieron lideraron una furiosa guerra de venganza, que llegó a conocerse como la La Purga, en la que persiguieron a las Legiones Traidoras que huían por toda la galaxia. Sin embargo, los recién reorganizados Adeptus Custodes no tomaron parte en esta época de violenta catarsis y retribución, permaneciendo en su sombría vigilancia sobre el Mundo del Trono y pensando en su fracaso final. Aunque los registros difieren en cuanto a cómo y cuándo, es durante este periodo cuando el Capitán General Constantin Valdor desapareció de las historias imperiales, dejando sus armas y armaduras, guardándolas como a unas reliquias en la Sala de Armamento. Los Custodios eligieron al sucesor de Valdor de entre sus filas y continuaron su vigilancia.
Constantin Valdor personifica todo lo que significa ser un miembro de la Legio Custodes. Estoico, vigilante, ferozmente inteligente y cuando era necesario un líder verdaderamente inspirador, Valdor fue un verdadero héroe del Imperio que nunca vaciló en su deber. No consta qué fue de Valdor tras la retirada del Emperador al Trono Dorado, después de su herida mortal a manos del architraidor Horus en la Batalla de Terra. Valdor renunció a la Capitanía General en favor de su recién elegido sucesor poco después y desapareció de los registros históricos, desconociéndose su destino final. Pero hay quienes creen que aún sirve al Emperador...
Historia[]
Guerras de Unificación[]

Constantin Valdor ante los cuerpos de los derrotados Guerreros Trueno.
Los orígenes de Constantin Valdor son misteriosos. Según Amar Astarte, sus padres originales fueron asesinados por el Emperador, que desplazó ejércitos enteros a través de los continentes para localizarlo y recuperarlo. El propio Valdor sabe muy poco de su pasado antes de convertirse en siervo del Emperador. Aunque comúnmente se acepta que fue el primer Custodio, Valdor no recuerda si fue realmente el primer Custodio, o simplemente el primero que se produjo con éxito. Sirvió durante las Guerras de Unificación en la Batalla de Maulland Sen. Unos años más tarde, asesinó a Koja Zu, el Ministro de las Estepas de Anuatan, y reclamó a su hijo, Ra Endymion, para la Legio Custodes. Durante la Batalla de Maulland Sen, Valdor fue testigo del salvajismo de los Guerreros Trueno y se preocupó por su futuro.
Al final de las Guerras de Unificación, Valdor había surgido como parte del triunvirato gobernante de Terra junto al Emperador y Malcador. Había empezado a sospechar del Gran Mariscal Preboste Uwoma Kandawire, por lo que encargo a Samonas para desentrañar su conspiración antes de que pudiera comenzar. Sin embargo, los conspiradores consiguieron logar dar un golpe en el Palacio, durante el cual Valdor se enfrentó a Kandawire, así como a Ushotan y sus Guerreros Trueno supervivientes. Valdor instó a los conspiradores a rendirse, pero cuando se negaron desplegó a la proto-Legión Astartes de los Ángeles Oscuros en su primera batalla y dentro de la cual se encontraba el Primarca Alpharius disfrazado de legionario sin que el Capitán General lo supiera. Durante la batalla, los rebeldes fueron aplastados y Valdor mató a Ushotan, un acto que no le causo ningun entusiasmo, ya que había admirado al general. Sorprendentemente, Valdor perdonó a Kandawire y le permitió abandonar el Palacio para retirarse en paz.
Más tarde, Valdor expresó su sorpresa cuando Malcador declaró que los Primarcas seguían vivos y que el Emperador estaba intentando encontrarlos. Valdor no podía entender por qué el Archienemigo había decidido prescindir de ellos, y creía que si estaban vivos tendrían el toque de sus captores. En su lugar, Valdor deseaba levantar ejércitos de mortales que fueran dirigidos por sus Custodios.

Constantin Valdor, Capitán General y Custodio Jefe de la Legio Custodes.
En algún momento antes de que diera inicio la gran cruzada, Valdor tuvo un incidente con el todavía desconocido Primarca de la futura Legión Alfa, que vivía secretamente en Terra, solo conociendo este echo el Emperador y su confidente más cercano, Malcador el Sigilita. Alpharius, dispuesto a poner a prueba la capacidad defensiva de la Legio Custodes, aprovechando el momento en el que el Emperador volvía de una misión diplomática a Luna, se lanzó al ataque y dio muerte a un custodio, tomando en el proceso su lanza guardiana, siguió su camino hasta estar frente al comité de bienvenida del Emperador, momento en el que se dio cuenta que Constantine Valdor no estaba entre ellos. Apenas un segundo más tarde, el líder de los Custodios se le echo encima a una velocidad cegadora, obligando al Primarca a realizar un salto desesperado para salvar la vida. En cuanto Alpharius se incorporó, se enzarzaron en un duelo breve pero intenso y brutal. En el momento del combate en el que el arma del Primarca se estaba destrozando, intervino oportunamente Malcador, deteniéndolos con una poderosa orden psíquica. Después de la lucha, Alpharius quedó muy impresionado por el poder y velocidad de Valdor, aun que este vistiese su poderosa armadura, y él no contaba con ella, igualar a un Primarca en combate no es una gesta al alcance de cualquiera.
Antes de la Herejía de Horus, Valdor había obtenido 1932 nombres En el 41º Milenio un libro que aparentemente tenía su nombre completo ocupaba un volumen entero.
En las visiones que recibió Horus en Davin, en las que él mismo participa, Valdor aparece al mando de una escuadra de Custodes cuando el portal de Disformidad se abre en la cámara donde estaban los tanques que protegían los fetos de los Primarcas.
En ésas visiones, que no se sabe si son sólo eso o si realmente pudo ser que Horus participase en acontecimientos pasados, Horus estuvo a punto de luchar con Valdor, pero justo llegó el Emperador para poner fin al asunto.
La quema de Prospero[]
Justo en los inicios de la Herejía de Horus, el Emperador ordenó a Valdor que acompañara al Primarca Leman Russ para arrestar al Primarca Magnus el Rojo por haber roto las promesas realizadas durante el Concilio de Nikaea en el cual el Emperador prohibía estrictamente que a partir de aquel momento se usaran los poderes psíquicos y la hechicería.
Valdor, junto a un contingente de élite de guardias Custodios luchó al lado de Russ y de los Lobos Espaciales en Prospero. Junto a sus fuerzas fue responsable de, como mínimo, la muerte de tres de los más poderosos psíquicos de los Mil Hijos y de derrotar a una fuerza de Astartes mucho más numerosa que la suya propia.
Sin embargo, poco más se sabe de los acontecimientos en los que participó en Prospero. Según se dice, fue el responsable de salvar a Bjorn cuando su brazo fue corrompido por los poderes de un psíquico de los Mil Hijos. Valdor seccionó el brazo de Bjorn para impedir que la corrupción no se extendiera por todo su cuerpo. Otra fuente, sin embargo, asegura que el que le cortó el brazo fue el skjald Kasper Hawser.
La Herejía continúa[]
Cuando Amon Tauromachian volvió de su prolongado Juego de Sangre, Valdor fue el que informó a su hermano de armas de cómo el Señor de la Guerra Horus se había declarado en rebelión contra el Emperador. Cuando Tauromachian preguntó cómo era posible que aquello hubiera sucedido, Valdor, hablando como alguien que conociera profundamente al Señor de la Guerra, rechazó las teorías que señalaban el orgullo, la ambición o el resentimiento como causa de la traición. Expresó su convencimiento que algo o alguien había echo enloquecer a Horus y a sus consejeros más cercanos. Valdor encomendó a Tauromachian que investigase a Lord Pherom Sichar, Señor de Hy Brasil, al haber obtenido indicios de traición que lo incriminaban.
Después que Horus declarase su rebelión, Valdor supervisó la misión y despliegue del primer equipo de ejecución de su carrera. Invitado por el Señor de los Asesinos, uno de los Altos Señores de Terra cuya identidad secreta era Malcador el Sigilita, Valdor supervisó el concilio de los Asesinos.

Cada clado (Venenum, Eversor, Culexus, Vanum , Callidus y dirigidos por un Vindicare) escogieron cada uno a un único agente para la misión, el objetivo: eliminar a Horus Lupercal. Rogal Dorn conoció estos hechos y expuso a Valdor que era mucho mejor dejar con vida a Horus ya que este era predecible y que además, cortar la cabeza a la rebelión, tampoco conseguiría pararla, pero Valdor argumentó que las acciones del Oficio Asesinorum no debían considerarse cobardes sino necesarias y que al fin y al cabo todos buscaban lo mismo: proteger al Emperador. Dorn le contestó que el deber del Custodio era proteger al Emperador igual que él mismo y que el deber de todos los Astartes era proteger el Imperio.
La misión encubierta de los asesinos descubrió información muy importante y se enfrentó a Lanza, un asesino potenciado con poderes demoníacos enviado por Erebuspara matar al Emperador. La misión para matar a Horus fracasó ya que el señor de la Guerra envió a un sustituto, Luc Sedirae, a la recepción en el planeta Dagonet. El francotirador imperial no falló el tiro y Sedirae murió instantáneamente. El asesinato desencadenó la venganza de los Hijos de Horus que arrasaron el planeta y masacraron a toda la población.
Valdor y Dorn retomaron la discusión tras el desenlace fallido de la misión. Dorn argumentó que para defender el Imperio se necesitaba un código moral para no ser igual que los traidores ya que se estaba luchando para defender los valores e ideales del Imperio y Valdor le contestó que esa misma guerra no podía ni sería limpia ni honorable ya que lo que estaba en juego era el futuro. El Emperador puso punto y final a la discusión con una declaración final: “No más sombras, no más velos”.
Fin de la Herejia[]

Más tarde, cuando la mayoría de la Guardia Custodia estaba ocupada por la Guerra Dentro de la Telaraña, Valdor asumió una posición vital en el Consejo de Guerra leal junto a Malcador, Rogal Dorn y Kane. Reapareció poco antes de que Leman Russ dejara Terra para enfrentarse a Horus directamente, devolviéndole la Lanza de Russ. Durante su espera, Valdor expresó su desdén por el uso de los Sacerdotes Rúnicos por parte de los Lobos Espaciales, considerándolos no diferentes de los Bibliotecarios normales que ahora estaban prohibidos debido al Concilio de Nikaea . Valdor apareció de nuevo al inicio de la Guerra Solar, reuniéndose con Rogal Dorn junto con Sanguinius , Jaghatai Khan, Malcador y el personal al mando de Dorn.
Valdor luchó en defensa del mundo natal de la humanidad durante el Asedio de Terra. Durante el Asedio, desplegó a Amon Tauromachian para investigar la aparente actividad demoníaca en el Palacio Imperial. Cuando Amon preguntó qué se debía hacer con Euphrati Keeler y su cultistas imperiales, Valdor ordenó que los dejaran indemnes como parte del plan de Malcador para usarlos en la lucha contra el Caos. Después de la caída del puerto espacial de la Puerta del León, ayudó a liderar la defensa de la Puerta de los Colosos junto a Jaghatai Khan y Raldoron, luchando contra hordas de Demonios. Durante la batalla, los marines leales que presenciaron al Capitán General en combate, lo vieron atravesar a los marines traidores tan fácilmente como lo harían contra los humanos comunes y los xenos más débiles.
Tras el Asedio de Terra, Valdor se reunió con el recién llegado Leman Russ. Mientras Russ se mostraba angustiado y pesimista por lo que había ocurrido con el Imperio y el Emperador, Valdor expresó su confianza en que el Amo de la Humanidad había previsto todo lo que había ocurrido y había planeado en consecuencia. Sin embargo, en secreto, Valdor no está seguro de que esto sea cierto.
Desaparición[]
Algún tiempo después de la Herejía, casi al mismo tiempo que la desaparición de Leman Russ, Valdor también desapareció sin dejar rastro. Durante la oscuridad de la noche, Valdor simplemente se escabulló del Palacio Imperial, volviéndose una vez para mirar el Palacio y susurrar Sólo en la Muerte, la primera parte de la cita Imperial Sólo en la muerte termina el deber, antes de desaparecer. Su destino es desconocido incluso por los propios Custodios. Es uno de los tres Capitanes Generales que desaparecieron sin que ni siquiera los Adeptus Custodes se dieran cuenta de los detalles.
Un libro recuperado y traducido por Gideon Ravenor y Alizebeth Bequin identificó al enigmático Rey de Amarillo como aparentemente Constantin Valdor.
Personalidad y habilidades[]
Más allá de su absoluta lealtad al Emperador, Constantin Valdor era conocido por su personalidad estoica y observadora. A pesar de las afirmaciones de observadores externos, no experimentaba emociones como el orgullo o la arrogancia, o realmente ningún sentimiento aparte de su sentido del deber hacia el Emperador. El guerrero del trueno Ushotan expresó su compasión por Valdor, afirmando que le habían extirpado todo rastro de humanidad y se había entumecido. Valdor no discrepó de este sentimiento. No obstante, parece capaz de tomar cariño a ciertos individuos, como Uwoma Kandawire y Ushotan.
La destreza de Valdor en la batalla era legendaria. Su tiempo de reacción era tal que parecía que podía ver cómo se detenía el tiempo. Un guerrero de habilidad superlativa, se decía que Valdor podía igualar incluso a un Primarca en combate individual.
Acciones Notables[]
- Batalla de Maulland sen: Esta campaña de las Guerras de Unificación, conocida también como la Batalla de la Escarcha Roja, fue una campaña entre los recién creados proto-Astartes del Emperador de la Legión del Trueno, un pequeño grupo de Custodios dirigidos por Constantin Valdor y las fuerzas del Sacerdote-Rey de la Confederación Maulland Sen de las colmenas Nordyc. Aunque les superaban en número casi siete a uno, las fuerzas imperiales fueron capaces de derrotar a la horda de guerreros genéticamente alterados, brujos y fanáticos del Sacerdote-Rey, que fue capturado por los Custodios. Tras la batalla, el Rey-Sacerdote fue ejecutado por el propio Emperador. Pero según los detallados registros existentes conservados en los archivos akáshicos de Trans-Nordyc, en realidad fue uno de los Custodios revestidos de oro del Emperador el responsable de arrancar la cabeza del tirano-profeta de la confederación de sus hombros tras la campaña.
- Batalla del monte Ararat: Las crónicas imperiales hablan de la última batalla de las Guerras de Unificación, conocida como la Batalla del Monte Ararat, que se libró en el Reino de Urartu. Durante esta batalla final, los Guerreros Trueno restantes, fueron asesinados en su totalidad. Las crónicas de la época recogen que el afamado Guerrero Trueno Arik Taranis, conocido como el "Portador del Rayo", levantó el Estandarte del Rayo en la declaración final de la Unidad que estableció el gobierno del Emperador de la Humanidad sobre la totalidad de Terra antes de morir por sus heridas. Se consideraba una medida del sacrificio heroico de los Guerreros Trueno el hecho de que todos ellos hubieran muerto para conseguir la última y mayor victoria para el Emperador. Por desgracia, esta versión de los hechos es completamente falsa, fabricada a posteriori para cubrir la traición de los Guerreros Trueno. En realidad, durante los últimos años de las Guerras de Unificación, los Guerreros del Trueno se dieron cuenta por fin de que su creador los había maldecido con una vida corta, y se volvieron contra él por lo que consideraban su traición. Varios centenares de prototipos de Astartes de la I Legión de los recién creados Marines Espaciales, junto con un cuadro de varios centenares de Custodios, que estaban dirigidos por el legendario Constantin Valdor, se pusieron en defensa del Emperador, llevando a cabo una despiadada masacre entre los soldados genéticos obsoletos, inestables y rebeldes. Una vez purgadas esas fuerzas, Terra pudo por fin declararse unificada, y el Emperador dirigió su mirada a las estrellas en beneficio de toda la Humanidad.
- Asesinato de Koja Zu: En algún momento de los primeros años de la Gran Cruzada, a Constantin Valdor se le asignó la nefasta tarea de llevar a cabo personalmente el asesinato de Koja Zu, el Ministro de las Estepas de Anuatan, que había cometido un crimen imperdonable a los ojos del Emperador. Cuando el Imperio del Emperador se había expandido hacia las estrellas durante la Gran Cruzada, millones de peregrinos habían empezado a acudir al mundo natal de la humanidad, deseando sólo ver su Tierra ancestral con sus propios ojos. Se decía que la tierra sin colonizar en el Mundo del Trono era ya la mercancía más valiosa del naciente Imperio, pero no era así. Sólo un recurso era mucho más valioso: el agua. El Ministro Zu iba a ser condenado a muerte por el crimen de robar agua. Por este acto, y sólo por este acto. Sus otras traiciones no tenían sentido a los ojos del Emperador; sus pogromos de limpieza, su comercio de carne prohibida o el ejército de trabajadores alterados genéticamente que el ministro había secuestrado en los búnkeres bajo las Estepas Jermánicas. La perspectiva de su rebelión nunca fue una amenaza para la Pax Imperialis. Sus crímenes de apostasía no eran nada. El iba a morir por el pecado que llevaron a cabo sus máquinas cosechadoras al absorber el Último Océano. Al llevar a cabo la ejecución del Ministro, Valdor reclamó a su joven hijo (que más tarde sería conocido como Ra Endymion) para su incorporación a la Legio Custodes.
- Batalla de Prospero: Constantin Valdor y su Legio Custodes fueron los encargados de liderar una delegación de censura a Próspero y llevar a Magnus de vuelta a Terra para que se enfrentara al juicio de su padre. Desde sus primeros días, los Custodios siempre habían llevado el Magisterium Lex Ultima, una marca de cargo que los hacía responsables sólo ante el propio Emperador. Sin embargo, nunca antes se les había encomendado el ejercicio de su autoridad para una tarea tan ardua. Aun así, Valdor no eludió su deber. Lo que debería haber sido un golpe diplomático se convirtió en un conflicto asesino cuando Leman Russ, el Primarca de los Lobos Espaciales, unió sus fuerzas a las de Valdor. Incitado por las astutas palabras de Horus e impulsado por una aversión instintiva hacia su hermano hechicero, Russ no asumió el papel de captor de Magnus, sino de su verdugo. Aunque al principio Valdor se resistió a las peticiones de Russ, su mano se vio forzada cuando se reveló la corrupción de los hechiceros de Próspero, por lo que condujo a sus hermanos con armadura de oro a la superficie del mundo maldito. Luchando junto a las Hermanas del Silencio, cuyos poderes nulos protegían los ataques psíquicos de los Mil Hijos, los Custodios mataron a muchos de los seguidores de Magnus durante aquella trágica batalla. Sólo con la ayuda de los guerreros de Valdor pudieron los Lobos Espaciales librarse de la matanza antes de que una aullante grieta de la Urdimbre consumiera el propia Próspero.
- Guerra dentro de la Telaraña: Es irónico que mientras las Legiones de Marines Espaciales luchaban furiosamente entre sí ,y el Ejército Imperial y el Mechanicum se destrozaban con conflictos internos, la Legio Custodes estaría extrañamente ausente durante gran parte de la Herejía de Horus. Los pocos registros que sobreviven de esa época oscura sólo proporcionan indicios de por qué podría haber sido así, aludiendo a la existencia de otra guerra terrible que tuvo lugar más allá de la vista del Imperio en general, una que sólo la Legio Custodes tenía alguna posibilidad de ganar. El Emperador y su Guardia Custodia estaban en realidad inmersos en su propio conflicto desesperado, luchando en un campo de batalla transdimensional que el Emperador intentó en su día conquistar para uso de la Humanidad. Trágicamente, esta guerra impidió que los Custodios ejercieran la venganza del Emperador sobre sus hijos descarriados. Los Diez Mil no tomarían un papel importante en la batalla por el Imperio hasta que el enemigo estuviera golpeando las mismas puertas del palacio del Emperador. Como la mayor parte de la Guardia Custodia estaba ocupada con la Guerra detro de la Telaraña, el Capitán General Valdor asumió un puesto en el Consejo de Guerra Terrano junto al Regente Imperial, Malcador el Sigilita; el Primarca Rogal Dorn de los Puños Imperiales; la Fabricante Locum Trimejia de Marte; Kaeria, La Caballero del Olvido de la Hermandad Silenciosa; y el Fabricante General Leal Zagreus Kane. Estas seis almas decidirían el destino de un imperio en el amplio conflicto que se avecina.
- Batalla de Terra: Valdor dirigió personalmente a los Custodes que lucharon valientemente durante este asedio de pesadilla, rechazando una ofensiva tras otra. A pesar de su heroísmo, y para eterna vergüenza de la Legio Custodes, fracasaron en su último deber. Tanto si quedaba algún resquicio de su antiguo yo, y buscaba desbaratar los planes de los Dioses Oscuros, como si simplemente deseaba enfrentarse al Emperador antes del final, y asesinar a su padre por su propia mano, Horus bajó imprudentemente los escudos de su nave insignia en órbita, el Espíritu Vengativo. El Emperador reunió inmediatamente una fuerza de élite con sus Primarcas, Marines Espaciales y Custodios, y los dirigió en un ataque por teletransporte contra la nave sin escudos de Horus. La batalla que siguió fue horrible, las fuerzas del Emperador se dispersaron por la nave contaminada y se vieron obligadas a luchar por sus vidas. Sanguinius, Primarca de los Ángeles de Sangre, cayó ante la garra de Horus, pero lo peor estaba por llegar. A pesar de los esfuerzos de Valdor y sus compañeros Custodios, no pudieron vencer el poder antinatural de Horus. Sólo el Emperador fue capaz de derrotar a su hijo genético rebelde, pero la victoria tuvo un coste terrible. Los poderes de Horus destrozaron el cuerpo del Emperador, dejándolo como una cáscara arruinada. El Amo de la Humanidad quedaría relegado al Trono de Oro para siempre, y sus tecnologías sustentadoras lo mantendrían en el umbral de la vida. Así entronizado, su inmenso poder psíquico sigue guiando y protegiendo al pueblo leal del Imperio; si alguna vez pereciera, la Humanidad seguramente le seguiría poco después. Constantin Valdor renunció a la Capitanía General en favor de su sucesor poco después.
Armamento[]
Constantin Valdor iba armado con una armadura custodia con halo de hierro y láseres digitales, Misericordia, un Arae Alcaudón, granadas de fragmentación y perforantes, y la Lanza Apolínea.
Miniatura[]
Fuentes[]
- Trailer de la 3° Edición de The Horus Heresy.
- Codex: Adeptus Custodes (8.ª Edición). Páginas 6, 30 y 36.
- The Horus Heresy VII. Páginas 256-7.
- The Horus Heresy: Collected Vissions. Páginas 236–41.
- The Horus Heresy - Liber Imperium (2.ª Edición). Página 19.
- Imperial Armour 1 (2.ª Edición). Página 148.
- Valdor: Birth of the Imperium (Novela), por Chris Wraight.
- Alpharius: Head of the Hydra (Novela), por Mike Brooks.
- Nemesis, por James Swallow.
- Cuentos de la Herejía (Antología)
- Juegos de Sangre (Relato corto), por Dan Abnett.
- Prospero en Llamas, por Dan Abnett. Capítulos 9 y 10.
- El Señor de la Humanidad, por Aaron Dembski-Bowden. Prólogo y capítulos 1, 3, 6, 17 y 20.
- La Perdición del Lobo, por Guy Haley. Capítulos 7 y 14.
- La Guerra Solar, por John French. Capítulo 7.
- The First Wall (Novela), por Gav Thorpe. Capítulos 14-7, 23, 28-9 y 33.
- Saturnine (Novela), por Dan Abnett.
- Warhawk (Novela), por Chris Wraight. Capítulos 5, 7, 15, 19 y 27.
- The End and the Death: Volume I (Novela), por Dan Abnett.
- The End and the Death: Volume II (Novela), por Dan Abnett. Capítulos 5:iv, 5:xviii, 5:xxi, 5:xxv, 6:viii y 7:xvii.
- The End and the Death: Volume III (Novela), por Dan Abnett. Capítulos 9:iv, 9:xi, 9:xvii, 10:ii, 10:xviii-xix y Fragments iii.
- Two Metaphysical Blades (Relato corto), por Chris Wraight.
- Penitent (Novela), por Dan Abnett. Capítulo 31.