Para los Arlequines Eldars no existe diferencia entre el arte y la guerra. Combinan un estilo psicodélico con la maestría de un duelista, y cada shuriken que clavan o tajo que propinan no es más que una puntada en el tapiz de carnicería que tejen. Los giros acrobáticos y las reverencias burlonas de sus Troupes infligen todo tipo de muertes sangrientas e inventivas, pues los guerreros-bailarines del Dios que Ríe son la gracia letal hecha carne, y se regocijan en el oscuro esplendor de la batalla. Sin embargo, algunos susurran que bajo toda esa alegría y extravagancia yace una lucha constante contra los Dioses del Caos, y gracias a ella las esperanzas de una raza moribunda pueden llegar a hacerse realidad.
Quien ríe el último, ríe mejor[]
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