Wikihammer 40k

Veredicto del Certamen de Relatos Wikihammer + Voz de Horus ¡Léelos aquí!

LEE MÁS

Wikihammer 40k
Advertisement
Wikihammer 40k
12 257
páginas
Impriwars banner

White Weasel

Barcaza de Batalla Disformidad Herejia de Horus Wikihammer

Naves de guerra de los Manos de Hierro emergen desde la Disformidad antes de la Masacre del Desembarco en Istvaan V.

El campo Geller (llamado en algunas fuentes campo Gellar) es un sistema de protección utilizado en las naves estelares del Imperio durante sus viajes más rápidos que la luz a través de la Disformidad.

La tecnología que genera estos campos protectores se inventó a la par que los motores de Disformidad, en algún momento del M15, en plena Era Oscura de la Tecnología. Dicha tecnología permitía a las naves capaces de realizar tránsitos a través del Inmaterium y a los ocupantes de las mismas sobrevivir al entorno extremadamente hostil que representa el espacio Disforme. Asimismo, los campos Geller protegen tanto a la nave como a sus ocupantes de las agresiones de la psíquicamente reactiva Disformidad, así como de los estragos que pudieran causar las entidades que habitan en el Inmaterium, como los Daemons, que fácilmente podrían adentrarse en el interior de la nave y acabar con toda la tripulación.

Descripción[]

La tecnología que permite la creación de estos campos es un secreto celosamente guardado por el Adeptus Mechanicus y por el Adeptus Astra Telepathica. El generador del campo Geller crea un campo de fuerza invisible compuesto por partículas subatómicas de tipo desconocido cuya interacción origina el llamado campo Geller. Este campo, en pocas palabras, mantiene una burbuja de espacio-tiempo normal y real en torno a una nave que viaje a través de la Disformidad utilizando el impulso de sus motores sublumínicos después de que dicha nave utilice su motor de Disformidad para atravesar el velo entre el Materium y el Inmaterium. Dado que las entidades disformes no pueden atravesar dicho velo para penetrar en el espacio real salvo en circunstancias muy concretas y especiales, dichas criaturas se ven repelidas por las fronteras del campo Geller. El efecto neto de estos campos protectores es que se crea una protección psíquica que protege a la nave de los estragos y la corrupción del Caos además de los ataques llevados a cabo por la mayoría de las entidades disformes. Sin embargo, esta protección tan sólo es parcial, ya que las secciones de la nave más cercanas al casco exterior de la misma suelen disponer de una protección mucho más débil, si no es que quedan completamente expuestas, que las situadas más hacia el eje central.

Fallo del campo Geller[]

El debilitamiento, fallo o colapso del campo Geller de una nave mientras esta viaja a través de la Disformidad puede resultar desastroso, como descubrió la tripulación de la Fragata imperial Eisenstein durante su famosa huida de la Atrocidad de Istvaan III hacia Terra para prevenir al Emperador de la Humanidad de la traición de su hijo Horus. Las entidades disformes pueden destrozar la nave pedazo a pedazo hasta alcanzar y consumir las almas de la tripulación. La única esperanza que puede tener una nave sumida en tal problema es que los campos protectores sólo hallan fallado, es decir que el campo no se halla colapsado por completo, ya que mientras haya un cierto nivel de operatividad la invasión de entidades disformes puede ser, al menos, ralentizada permitiendo que la nave emerja de nuevo al Espacio Real y se libre de la infestación.

Es necesario recalcar, sin embargo, que dicha protección sólo es eficaz si las entidades disformes, en concreto los Daemons, no tienen ya puesto un pie dentro de la nave, por ejemplo por la posesión daemoníca de uno de los miembros de la tripulación, ya que en ese caso dicho tripulante actuará como una especie de baliza o ancla psíquica que facilitará a las entidades daemonícas el manifestarse de forma física y acabar por controlar el navío. Los Navegantes, Astrópatas y demás tipos de psíquicos están particularmente expuestos a los riesgos de la Disformidad y pueden representar un portal de acceso directo al interior de la nave para los Daemons, sin importar a qué distancia se encuentren del casco exterior de la nave.

Por lo tanto, el campo debe estar activo en todo momento durante un viaje por el Inmaterium, incluidos los momentos de ingreso y emersión del mismo. Para que el campo opere de manera eficaz la nave debe ser totalmente estanca y estar sellada por completo, ya que cualquier abertura que se produzca en el campo protector puede resultar fatal. Y, por descontado, hay que asegurarse de que no haya corrupción del Caos en la tripulación.

Hay que indicar que, a pesar de su eficacia y eficiencia, los campos Geller no son infalibles. De hecho suelen averiarse con bastante frecuencia para desgracia de la tripulación y pasajeros de las naves estelares. Las frecuentes desapariciones de naves en tránsito a través del Inmaterium suelen atribuirse a fallos de los estos sistemas defensivos, y el Imperio ha llegado a considerar aceptable que un pequeño, aunque significativo, porcentaje de su tráfico interestelar se perderá en los abismos del cosmos debido a accidentes de este tipo. Un tipo de avería especialmente insidiosa es la conocida como Viruela Geller, que provoca la corrupción del campo y, a diferencia de lo que ocurre con otros fallos, corrompe a la tripulación de la nave desde dentro.

La naves que sufren fallos masivos de los campos Geller y que, por tanto, han sido invadidas por las entidades de la Disformidad, suelen ser abandonadas quedando a la deriva en el Inmaterium, perdidas en algún lugar del tiempo y el espacio como naves fantasma, el terror de todos los navegantes y tripulantes. Aquellos lo suficientemente locos, desesperados o valientes para abordarlas suelen hablar de voces incorpóreas, extrañas sombras acechantes y luces fantasmagóricas, incluso mucho después de que los Daemons la hayan abandonado. Por esta razón y otras que la Inquisición no revela, la Armada tiene órdenes de destruir estas naves fantasma tan pronto como son encontradas e impedir a cualquier precio cualquier intento de abordarlas, sea por el motivo el que sea. Saben muy bien a lo que se arriesgan si no destruyen esas naves fantasma.

La ausencia de campos Geller en otras especies[]

Necrones[]

Los Necrones nunca viajan a través de la Disformidad ya que utilizan su desconocida tecnología de fase para desplazarse por la Galaxia, por lo que no tienen ninguna necesidad de una alternativa a los campos Geller. Otra opción muy utilizada es invadir la Telaraña a través de las Puertas Dolmen y atravesarla rápidamente antes de que se vuelva en contra de los intrusos.

Aeldari y Drukhari[]

La misma norma que rige a los Necrones es igualmente cierta para los Aeldari y los Drukhari, ya que todos ellos usan la Telaraña, aunque sí es cierto que usan una variante mucho más avanzada de dicha tecnología para crear y mantener los conductos en la Telaraña que son utilizados para el viaje a distancias interestelares de forma que estén protegidos de las incursiones llevadas a cabo por las malévolas entidades de la Disformidad.

Orkos[]

Los Orkos no parecen generar campos Geller en torno a sus chapuceras y realmente eclécticas naves estelares. El método que emplean para sobrevivir sin daños al tránsito por el Inmaterium sigue siendo un misterio, aunque quizá sus colectivos y latentes poderes psíquicos ayuden a crear alguna clase de barrera que repela a la Disformidad de manera instintiva, o simplemente no les importe ser atacados por Daemons durante el viaje Disforme. Es posible que otras especies alienígenas inteligentes dispongan de sus propios métodos para escudar sus naves al viajar por el Inmaterium, ya sea una variante del campo Geller o ya sea otro método que duplique dicho efecto protector.

T'au[]

Las naves T'au no emplean la tecnología del Motor de Disformidad, ya que los T'au como especie no tienen demasiado conocimiento de la Disformidad y no han desarrollado capacidades psíquicas. En lugar de ello, emplean una forma más primitiva de tecnología llamada Propulsión de Curvatura en Fase, que resulta ser bastante menos fiable y más lenta que la empleada por las naves del Imperio. Puesto que, como se ha indicado, los T'au no entran en el Inmaterium, no tienen necesidad de tecnologías defensivas como los campos Geller.

Tiránidos[]

Al igual que en los casos anteriores, descartados los Orkos, las Flotas Enjambre Tiránidas no viajan a través del Inmaterium. En lugar de ello usan Bionaves llamadas Narvhales que manipulan el campo gravitatorio de su objetivo para comprimir el Espacio Real y convertirlo en alguna clase de corredor de tránsito gravitatorio o agujero de gusano, lo que permite a las Flotas Enjambre cubrir largas distancias con rapidez. Este método se vuelve menos eficiente cuanto más se aproximan a su destino, lo que alarga la duración del viaje años e incluso décadas, ya que deben utilizar métodos de propulsión más convencionales y lentos al acercarse a un Sistema Estelar. La Sombra en la Disformidad psíquica generada por la Mente Enjambre Tiránida dificulta, cuando no imposibilita directamente, el viaje Disforme y las comunicaciones astropáticas para las naves y los psíquicos imperiales. Es posible que la masiva presencia psíquica de la Mente Enjambre en la Disformidad altere tanto la geometría local del Inmaterium como los campos Geller de las naves imperiales.

Fuentes[]

  • Warhammer 40,000: Reglamento (Ediciones 4ª y 5ª).
  • Codex: Demonios del Caos (4ª Edición).
  • Rogue Trader: Reglamento (Juego de Rol).
  • The Horus Heresy II.
  • Execution Hour, por Gordon Rennie.


  • Cielo Muerto, Sol Negro, por Graham Mcneill.
  • Fuego Cruzado, por Matthew Farrer.
  • Bloodquest: Into the Eye of Terror (Cómic), por Gordon Rennie y Colin MacNeil.
Advertisement